La cruda helada congela la basura esparcida en la calle, que es el manjar predilecto desde hace ya bastante tiempo, para un desayuno compartido con su querido amigo "Tobi", para quién también su casa es la calle.Es él quién por las mañanas le calienta su carita y pies helados, con dulces lamidos de cariño y amistad.El rezongo de su estómago, como el arrullo de una madre, le recuerda que debe salir en busca de las ricas sobras tiradas, que son la tentación del hambre que nunca callaba.Las limosnas que recibe, son caricias ansiadas que no conoce.Viaja día y noche por carriles de escape, huyendo del maltrato empecinado, de aquél, que la pobreza es un cuento de ciencia ficción."Mi corazón no conoce de amor, ni de tratos arrogantes. Soy vagabundo, el sufrir es mi constancia, mi perfume maloliente en nada se parece al de Christian Dior".La indiferencia absurda es parte sel paisaje que rodea la ciudad.Todos están muy apurados, nadie se dá cuentade mi presencia,¿Por que será? ¿Seré invisible?¿O mi existencia es tan pobre y desvalida que no merece ni siquiera una mirada? piensa amargamente.Días largos como la vida misma, el niño en su mirada lo dice todo, se ve un gran signo de pregunta.                    ¿POR QUE SEÑOR?