La esperanza es terrible si su vigencia es infinita porque, cuando nada concreto ocurre, se vive sin sentido y toda ambición resulta inútil.
    Así han transcurrido mis últimos años, esperando eternamente que algo positivo ocurra. Entiendo que la palabra "esperando" puede mal interpretarse. Me refiero más a la expectativa de un resultado por un esfuerzo que a esperar que algo me caiga del cielo. Sin embargo, de ninguno de los dos modos tengo lo esperado.
   Estúpidamente, hasta he llegado a pensar que soy víctima de un embrujo, pero al mismo pienso en el daño que debí haber hecho a alguien para que ese alguien invirtiera parte de su tiempo en embrujarme, ¡es doblemente estúpido!
   No creo en el destino. Confirmo que cada quien es arquitecto de su propio destino, pero qué pasa después  de tantas "obras" inconclusas. Conozco la respuesta, pero no todos tenemos tanta resistencia a la frustración.
   Hoy mientras escribo este pensamiento, medito sobre lo que merezco, que más allá de una vanidad, es una premisa de vida. He luchado mucho por obtener lo que busco, pero las llamadas "fuerzas incontrolables" (clima, horarios, dependencias de terceros, lo inesperado) no me dejan avanzar porque, aunque consigo lo que quiero, lo hago a medias con la vulnerabilidad lógica que conlleva la falta de perfección.
   De antemano sé que no hay nada perfecto y si estoy esperando actuar con perfección y que los resultados a mis acciones sean otro tanto del calificativo "perfecto", estoy frito y condenado a la frustración perenne y por el otro lado, a vivir con esa terrible esperanza que mencioné al principio de este escrito, la "eterna", la que nunca llega y nos deja por siempre insatisfechos.
   Sin embargo, "Nadie es perfecto", se ha afirmado hasta el cansancio, pero los seres humanos no cesamos la búsqueda. ¿Qué esperamos al encontrar la perfección? Tal vez no volver anhelar, terminar definitivamente con las esperanzas. Sólo imaginar una vida así me lleva a odiarla. Tal vez, después de todo, lo mejor sea vivir bajo el yugo de la esperanza eterna imaginando por siempre cómo será todo cuando logremos lo que queremos, aunque sepamos que tal vez nunca llegue o si llega, tal vez sea un sueño un poco deforme.