Tiempos idos-Tiempos de la Universidad
Publicado en Jun 14, 2013
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Tiempos idos




Por:
Luis Fernando Orozco Gutiérrez

TIEMPOS DE LA UNIVERSIDAD.
Terminaba la década de los años sesenta del siglo XX, me ocupaba en ese entonces de culminar mi carrera de ingeniería civil, en la Universidad Nacional de la ciudad de Manizales. El edificio de la facultad, era moderno, de corredores exteriores que daban a las aulas en su parte interior y de fachada de ventanas de vidrio cerradas, aunque por su ubicación el edificio tenia vista por todos los ángulos visuales, situado frente al Estadio de Futbol de la ciudad, esto hizo que los estudiantes nos interesáramos con supremo interés por la suerte del equipo y conocíamos con profundidad las contrataciones, sobre todo de jugadores extranjeros que se realizaban. No necesitábamos comprar los domingos boletos para ver el partido, púes, desde el edificio de la Universidad podíamos gozar del espectáculo dominical, siempre acompañados de nuestro profesor de mecánica de suelos.
Manizales tenía todas las características de una ciudad universitaria, era escogida como sitio de estudio, no solo de las gentes que por obligación debían estudiar allí, sino por gran variedad de estudiantes de grado superior de todo el país, además sus Universidades ofrecían todas las carreras de que disponían los programas académicos estudiantiles.
Los amigos de la universidad por lo tanto eran de todas las regiones y por nuestra cercanía lográbamos sostener verdaderas amistades, no solo de nuestra escuela sino de las vecinas ya que los edificios eran contiguos, por ese entonces habíamos logrado crear un círculo variado de amigos de diferentes áreas del conocimiento.
Antonio Gallego, procedente de Pereira, desde su bachillerato se había involucrado en el Partido Comunista, su afición era el cine y a verdad que lo había estudiado al menos para descrestar a sus amigos, por eso lo llamábamos Antonioni, recordando al creador italiano del surrealismo Miche angeló Antonioni, era de tez blanca bien parecido y bastante gustador al género femenino, por su pinta también lo llamábamos “tarzan”, con el dirigíamos el Cine Club universitario, espectáculo estudiantil que nos daba además de cultura, dinero para recorrer los mejores restaurantes de la época, quienes disfrutaban de su amistad, podían considerarse gentes de cultura , su amistad daba ese título, el comunismo de que hacía gala era más una pose, que un credo, eso le servía para asustar a las chicas y compañeros, en ese entonces pertenecer al partido daba “cache “y un muchacho buen mozo de buena presencia, con cara de rico, era diferente a lo conocido, los comunistas generalmente eran pobres, feos y de mala figura.
Realmente Antonio estaba equivocado de oficio, para él lo verdadero era el cine, las ciencias de las matemáticas y sus estudios anexos eran otras cosas, vivía en residencias universitarias, un edificio viejo situado en el centro de la ciudad a menos de media cuadra de la principal calle, en su entorno era el rey del cine y conocido en el medio ambiente como una persona culta lo que le granjeó inmensas amistades, sobre todo de féminas. Su pinta y sus gustos fueron sus mejores aliados.
Fruto de la vorágine que resultaba la ciudad más que todo para los estudiantes, siempre se benefició de buenos visitantes los que podían durar y conquistar su trofeo- una carrera culminada-, porque muchos eran solo pasajeros de la vida, casi siempre en las mujeres bonitas, que no alcanzaban con precisión a entender para que servían en la vida, los estudios en Manizales eran duro, para lo que se requería de buena disposición y muchas horas de dedicación a su formación, de lo contrario se fracasaba en su empeño.

De Palmira había llegado por esos años y se matriculo en la carrera de derecho, Mauricio Calderón Sáenz, un buen estudiante, de familia raizal, su abuelo fue durante su vida columnista del diario local, con el pseudónimo de Mauricio, sus columnas de opinión y conocimiento, fueron bienvenidas, su fama de pensador transmonto fronteras.
Vivía en el piso alto de un edificio moderno, situado en la calle principal enseguida del club elegante y distinguido de la urbe, sus familiares eran su tía y el esposo que habían recibido a la abuela de la familia, viuda del escritor, dama no obstante sus años, de una belleza proverbial, parecía sacada de un cuento de fantasías, propietaria de un viejo “chevrolet”, modelo 54, que se convirtió en el carro de su nieto, el aplicado estudiante de derecho.
Mauricio se distinguía por sus permanentes lecturas, lógico en un estudiante de profesión exigente, estudiaba con entusiasmo, nunca tuvo problemas en desarrollo de su carrera, era un muchacho, dedicado y bueno con las artes de su profesión. Había heredado de sus mayores la distinción y el deseo de salir adelante en la vida, desde joven se matriculo en un partido tradicional, donde aprendió la filosofía conservadora, sus más recientes raíces se iniciaban en la vida del caudillo conservador Laureano Gómez, hombre que manejo el panorama político del país, desde inicios hasta más allá de la mitad del siglo XX, tuvo un heredero partidista en su hijo, tal vez de los hombres más preparados del país, y que necesariamente debía ser presidente de Colombia, pero sus enemigos especialmente del partido opuesto, no lo dejaron, la razón el odio exacerbado que inspiraba la vida de su progenitor.
En su época de universidad, Mauricio se fastidio de la monotonía de su vida, tan acaramelada y quiso probar a ser malo, para experimentar a que sabía eso. Sus amigos de intimidad los eligió de los muchachos, como debía ser de buena familia, pero su roce universitario, que daba ciertas libertades le multiplicaron las amistades, por lo que se le veía también en compañía de muchachos sencillos y de ideologías contrarias a las suyas, razón que le dieron la amplitud que dan los estudios superiores para tener conocimientos de ideas extrañas a las aprendidas en su hogar, igualmente no se limito a sus compañeros de clases, se le veía deambular por las calles con estudiantes de otras disciplinas, muy especialmente de ingenierías, como lo habíamos dicho por su vecindad.
Su automóvil se convirtió en un emblema, en el aprendimos a conducir los que carecíamos de ese vehículo y se convirtió en nuestro huésped de todo momento, igualmente en su presencia se nos mejoro el status, éramos dueño de vehículo, lo que nos ocasiono dichosas amigas a las que paseábamos por toda la ciudad, siempre se ha dicho que el carro es el tercer testículo del hombre y creo que es así. Los domingos generalmente realizábamos viajes a las ciudades vecinas muy frecuentemente a Chinchina donde en sus pequeñas discotecas nos calentábamos con las chicas del pueblo, mujeres muy hermosas ellas.
De los amigos de esos años, ocupa un lugar preferencial “muelas”. Su nombre era Jorge Hoyos.
Manizaleño raizal, de familia originaria de la ciudad, pertenecía al linaje de los fundadores del pueblo, era un hombre de buenos modales, pero tenía una gran cualidad que cautivo a Mauricio era un “CHINCHE” de buena familia, cargaba cauchera con bolas de barro y la verdad que las utilizaba no solo para matar pajaritos, sino para defenderse, lo que hacía con maestría, una vez hizo correr por las calles a una banda de muchachos bien.
Estudiaba Agronomía y era enamorado de la poesía de la que no solo declamaba bellas creaciones
Sino que tenía el descaro de crear, creo que en él existía un bate frustrado, como todos los de su generación enamorado hasta los tuétanos, las mujeres más hermosas recibieron sus lisonjas.
Por cosas extrañas las vidas de estos amigos se encontraron, a la amistad de “muelas” y Mauricio en circunstancias especiales se aproximaba la de “tarzan”, que por su credo y oficio era más distante, pero los primeros fueron más recurrentes con el Mono Lema, este bien se llamaba Herman Ramírez Lema, era compañero de Mauricio en la carrera de derecho, se le conocía como el agitador más vibrante de la izquierda universitaria de los años sesenta, de estudios marxistas leninistas y discurso fogoso, no falto manifestación donde su voz se escuchara, en la escala de oradores era quien primero tomaba la palabra, pero en gustos de mujeres se le olvidaba su credo político, aficionado a pretender las mujeres más hermosas y por lo tanto burguesas, porque la belleza, parecía que fuera exclusividad de la burguesía, el Mono alternaba su desmedida confesión socialista con la belleza, hizo gran amistad con Mauricio, no solo por sus estudios de derecho sino por la curiosidad que lo animaba por la vida, sus lecturas e investigaciones
Un día de esos años se disputaba a nivel nacional, la sucesión presidencial, era el último gobierno del Frente Nacional, experimento que crearon Alberto Lleras Camargo y Laureano Gomes Castro, jefes y patriarcas de los partidos políticos en que estaba dividido el país, para elegir el sucesor del Frente Nacional, un periodo de cuatro años que alternaban los partidos liberal y conservador concebido para solucionar el problema que dejo la dictadura de Rojas Pinillas, cuatro años cada partido iniciando por el liberal, así que se concluía con un conservador o “godos”, como socarronamente se le nominaba.
El partido conservador había declarado oficialmente la candidatura de Misael Pastrana Borrero, político huilense, íntimamente ligado a una de las alas en que estaba dividido el partido, la corriente Ospinista, que debía su nombre a Mariano Ospina Pérez, ex presidente del partido. Su pupilo de quien fue acudiente cuando inicio estudios de derecho en Bogotá, empezó su vida pública a su lado lo que le permitió que su primer trabajo, fuera como secretario en la Legación colombiana en el Vaticano, a cargo del ex candidato del Partido liberal Dr. Carlos Arango Vélez.
Siendo joven universitario Pastrana asistía a las maniobras aéreas que se daban en un acto político presidido por el presidente de la época Dr. Eduardo Santos y el joven piloto perteneciente a la escuadra aérea del acto, por un acto voluntario desvió su nave con tal mala suerte que golpeo unos obstáculos aéreos y perdió el control del aparato estrellándose estruendosamente con la tierra, además de las victimas que dejo el hecho fueron muchos los heridos, entre ellos al pichón de político que sufrió una serie quemadura en su cuello, dejándole un rictus en su cara, cada que se reía, este semblante risueño le daba una apariencia de que se estaba riendo de todos sus contertulios, lo que molestaba a sus contradictores, en que naturalmente debían estar casi todos los estudiantes del momento.
El partido conservador se dividió para la ocasión y uno de sus líderes más connotados del ala dividida Belisario Betancur, encabezo el proceso. Betancur decía él, que era un hombre pobre, que para poder estudiar le había tocado dormir en las bancas del parque Bolívar de Medellín, hizo parte del escuadrón suicida que acompañaron a su jefe, el presidente Gómez, cuando le dieron el golpe de estado que lo depuso como mandatario y lo enviaron al exilio. Estas actuaciones lo consagraron en su vida partidista siempre fue un hombre de doctrina.
La división Betancurista fue importante en esa lucha por el poder, únicamente en Caldas. En este departamento barrían, los que vivíamos por esas calendas creíamos que el triunfo con el candidato Betancur era inobjetable, razón que llevaron a Mauricio a tomar partido por el candidato disidente. Además sus creencias ideológicas estaban más cerca de la línea Gómez, que por esa época dirigía el hijo del ex presidente Gómez.
Mauricio no estaba contento con el auge que tomaba el candidato oficial, por lo que había que hacer algo y mas siendo un universitario, lo que permitía de todas forma cualquier disidencia, para un estudiante mientras su postura sea más rebelde con el oficialismo bienvenida sea, aunque era un hombre de derecha, pensaba que esta, estaba más cerca de su jefe.
El oficialismo inicio su fuerte avance propagandístico en vista del poder del candidato disidente al Frente nacional y entre las acciones que tomaron fue la instalación de una gran valla, con el mensaje y la fotografía del candidato, al inicio de la principal avenida de Manizales, situado frente al Teatro los Fundadores y en el parque del mismo nombre, exactamente en el lote de un parqueadero, encerrado por altos muros de ladrillo, con su frente orientado, para quienes venían a pie o en vehículo, necesariamente la tenían en su frente, su ubicación fue un gran golpe publicitario. La valla era de tal magnitud que cubría todos los espacios del sector donde se instalo.
En una charla informal, en el café El Polo, que reunía a viejos y jóvenes del pueblo, al disfrute de algunos tintos, Mauricio con intimidad comento que en su cabeza le daba vueltas la idea de destruir la valla y propuso una aventurada idea que yo recibí con cierta sorpresa, sabiendo de quien venía la propuesta, un muchacho químicamente bueno. Con cierto desdén le escuche, mis convicciones estaban más cerca de la propuesta que el amigo hacía, yo pertenecía al partido liberal, pero la alternación creada por los jefes naturales, permitían que los seguidores de un partido podían votar por el otro, un acto que en cierta forma desmitificada la posición partidista y creaba una conducta más civilizada, que los partidos del momento lo pedían, el sectarismo había producido hechos de mucha gravedad, era imposible ver un liberal votar por un conservador o viceversa, no nos imaginábamos que eso pudiera ser permitido pero la situación del momento lo permitía y a fe que se logro una aclimatación del pensamiento político.
Tome todos los asuntos de la propuesta, la considere como mía, además estaba totalmente de acuerdo, aun mas conociendo mi férreo Belisarismo, así que manos a la obra. Como nuestro contacto era permanente, no solo por la vecindad de ingeniería y derecho, sino que visitaba frecuentemente su apartamento en el centro, en esas circunstancias fuimos detallando el operativo, que se nos volvió muy similar al que ocupaban los “montoneros” y “tupamaros” en países del sur del continente, el hecho no era de tal gravedad, pero en nuestras mentes no ocurrían las cosas así, creíamos que el operativo era de todas forma un acto prohibido y nosotros éramos gentes de bien. 
Mauricio propuso un detallado plan con planos y elementos indispensables para su realización, necesitábamos: vehículo, bombas de inflar, tinta indeleble y gente así: un conductor del carro y dos o tres hombres que se apearan del vehículo con las bombas y lanzarlas a la valla, la tinta desfiguraría la imagen del candidato y borraría su mensaje, en estas condiciones la gran valla y su mensaje quedarían sirviendo para nada y nuestro plan tendría un éxito de campaña y político.
Simultáneamente a nuestro ejercicio político, se desarrollaba en Manizales el Festival Latinoamericano de Teatro Universitario, un evento cultural, creado por los intelectuales de Manizales y con un éxito notable, se realizaba en el Teatro Los Fundadores, un edificio extraordinario y bien dotado que se constituyo en muestra de la cultura de su sede Manizales, nosotros éramos como universitarios asistentes habituales. Manizales es ante todo una ciudad para el teatro y en el mundo se le conoce por este loable empeño, el Manizaleño es un hombre de teatro.
Convinimos que una vez terminara la presentación teatral que debía ocurrir a eso de las once de la noche, ejecutaríamos nuestro acto político, además el sitio era el mismo, solo los separaba una calle, el estacionamiento señalado que portaba la valla, servía para aparcar los carros de los espectadores al teatro. El grupo señalado para el operativo, todo asistió a la presentación programada para la noche, éramos presa de los nervios, por lo que no vimos con atención la función de la noche y a medida que se acercaba la hora, los nervios aumentaban, ante la pasmosa tranquilidad de los presentes.
La hora llego, el teatro como debía ocurrir quedo completamente solo, igualmente el parqueadero de vehículos, mientras esto sucedía el grupo del operativo se preparaba rigurosamente, Mauricio como mas conocedor de su vehículo seria el conductor, a su lado izquierdo delantero Antonioni y en el asiento trasero Mono Lema y yo, todos dotados con el equipo indispensable para el acto y sus repuestos. El carro se desplazo con lentitud buscando la vía, que pasando por la valla en cuestión, nos llevaba a la estación del ferrocarril, en el momento de pasar por la valla, Mauricio se detuvo y dio la orden de operar, todos los ocupantes nos bajamos con ligereza, tomando posición de ataque a la valla, yo lance con tanta fuerza la bomba conteniendo la tinta, que sobrepase la altura y fue a caer a la vivienda del celador del aparcamiento dejándola manchada y colocándolo en acción , Antonioni y el Mono Lema hicieron lo propio, el uno la impacto en la figura del candidato pero esta llevaba tan poca fuerza que no reventó y cayó al suelo, el otro por la parte inferior de la valla, la paso dándole en su cara al celador que ya estaba presto para atender el ataque , entintándole su cuerpo. Mauricio al contemplar el desastre del operativo planeado rigurosamente por él, se apeo dándome la orden que me hiciera a cargo del carro y salió en procura de la bomba que había impactado sin romperse, la cogió en un gesto de desesperación, la lanzaba y no reventaba. No hubo más remedio que volver al vehículo para huir con premura del sitio, ante el enojo del celador manchado de tinta.
En “El Polo”, sitio de comentarios posteriores al hecho, nos culpamos todos del fracaso y como conclusión dejamos en el ambiente que debíamos repetir el acto corrigiendo todos los errores sucedidos.
Al día siguiente en la Universidad, nos reunimos los actores del frustrado acto, en el momento que se iniciaba una marcha universitaria hacia el centro de la ciudad para protestar por algo, que bien no sabíamos de que, posiblemente por las deficiencias de bienestar estudiantil, o por las carencias del candidato gobiernista o la precariedad del candidato de oposición, o porque había que protestar por algo, pero lo que sucedía para los estudiantes era que las cosas no marchaban bien.
Cuando la marcha estudiantil, pasaba por la valla en cuestión, sin dirección de ninguna clase algunos de los marchantes cambiaron de rumbo y se dirigieron a la valla destruyéndola totalmente bajo, el aplauso de los estudiantes que protestaban.
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Foto del autor luis fernando orozco gutierrez
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Descripción

una historia de los tiempos de la Universidad en la Facultad de ingeniera civil de la UN, Manizales

Palabras Clave: universidad tiempos pasados

Categoría: Cuentos & Historias

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Comentarios (2)add comment
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MARIA VALLEJO D.

Hola Luis Fernando Orozco G.
He leído un relato que ha tocado mis
recuerdos y sentimientos por una ciudad
y unos tiempos hermosos que viví como
Universitaria en Manizales.
Buen relato señor.
Saludos.
Responder
June 14, 2013
 

luis fernando orozco gutierrez

Gracias Maria, eran los tiempos cuando estudiaba ingeniería civil.Muy satisfecho que me hayas leido, yo me releo y me acuerdo de aquellos años tan bellos que viví en esa Manizales. Te recomiendo el Caracol Rojo
Responder
June 14, 2013

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