Ausencias de “ya no están”, en espejos sin reflejos; en abrazos sin cuerpos; en recuerdos llenos de presencias, y presentes vacíos. En nombres que antes eran llamados, ahora rezos. Y en las flores que arrojé, sobre cada grito, antes del silencio.
La ausencia de presencia física del ser que uno ama, duele al alma cuando el corazón reclama y protesta por su partida. Conozco muy de cerca ese sentimiento. Felicitaciones por la inspiración publicada y un fraterno abrazo a la distancia desde el Perú.
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October 19, 2013
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raymundo