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  • País: Chile
 
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Locura Nocturna
Autor: carolina arias  1139 Lecturas
Volver a sentirDuda.Se acomoda para escribir. Finalmente comienza.Su cuerpo tirita con el frio que penetra a su pequeña habitación donde minutos antes estudiaba. Vuelve a dudar. Sabe y no sabe acerca de por qué duda. Siente su pecho, en ese lugar donde creemos que se ubica el alma, apretado, adolorido, húmedo, muerto y a veces vivo. Desea llorar a gritos pero siente que no puede. Piensa que si lo hiciera no saldrían de sus ojos lagrimas liquidas, sino que serian pedazos de papeles rotos escritos. Asume lo absurdo que sería la situación, pero le agrada pensar que algo así le  pudiera ocurrir.Se congela ante la hoja en la cual escribe. Escucha la radio: suena Coldplay y su nueva canción. El primer día que la escuchó la amó.Se quita los lentes un segundo y recuerda el día anterior: viernes, último día de clases de la semana. Procesos se adueña de ese día y lo convierte, según carolina, en el día perfecto para un suicidio y ojala fuera de una sobredosis de drogas.Por la mañana del día viernes había ido al oftalmólogo a cambiar la receta de sus lentes. Esas visitas al doctor le entretenían, sobre todo por las cosas que la hacían mirar.Luego, a la universidad. Ahí comienza el verdadero día; trabajos, notas, ramos detestables, stress, etc. La tarde se hizo corta, su mente a ratos cerca a  ratos  lejos. Le es imposible mantenerse en la tierra mucho  rato. Cuando está con sus amigas hablando de la vida de otros, sin quererlo la atrapa el silencio y la lleva a lo más profundo de sus pensamientos provocando que su mirada se aleje y quede inmóvil en lo inexistente.Junto a la cafetería, como suele hacerlo, se sentó  con sus amigas a trabajar. Terminaron más rápido de lo que esperaban. Y una vez más camina por el mismo lugar que siempre para volver a casa.Esperó el verde del semáforo, cruzó, chocó con la gente, caminó a pasos rápidos, su mente iba repasando el día, pasó junto a los perros callejeros que tanta pena le provocan y una vez más pidió a Dios por ellos.Todo parecía normal y cotidiano hasta que tomó la última micro del día. La sorpresa vino de la mano de la música. Un hombre joven, de unos 27 a 30 años, subió a la micro con un teclado profesional grande y comenzó a tocar.Carolina inmediatamente noto el cambio en el ambiente, en su cuerpo y en su mente cuando las primeras notas salieron por los parlantes del instrumento.Las manos del hombre se movían exquisitamente, su cabeza marcaba los compas del sonido y carolina se sentía cada vez mas como en una película donde ella era la protagonista.Mientas sentía que la música rozaba su cuerpo esbelto y le provocaba sensaciones que solo a veces vivía, posó su cabeza en la ventana y comenzó a ver como la realidad afuera se iba construyendo a medida que la música se aceleraba. No tenía la certeza de que fuera cierto, pero amaba pensar que sí ocurría como ella lo veía.El hombre iba tocando una canción tras otra al tiempo que ella deseaba nunca llegar a casa  y que él nunca dejara de tocar. Sin embargo todo termino, el finalizo y hablo a la gente. Dijo cosas acerca de los autores de las canciones que él toco y mientras lo hacía miraba a carolina y a otro joven, pues sabía que eran los únicos que le prestaban atención. Mientras la miraba ella se lamentaba de que no fuera un hombre más joven ni más bonito, pero no se segó con ese tan recurrente pensamiento. La micro siguió avanzando, continuando su curso normal. El día finalizaba con emociones no esperadas.Una sonrisa que provenía de su interior iluminó su rostro cuando estaba ya en su casa, sentada sobre su cama y pensó "por fin algo rompió mi rutina hoy, solo me queda decir: gracias..."
Volver a Sentir
Autor: carolina arias  1137 Lecturas
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Lejos
Autor: carolina arias  1023 Lecturas
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Amapolas
Autor: carolina arias  972 Lecturas
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Yo, John Lennon
Autor: carolina arias  930 Lecturas
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El Maletin
Autor: carolina arias  902 Lecturas
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Permíteme Odiarte. "El amor tiene un poderoso hermano, el odio. Procura no ofender al primero, porque el Otro puede matarte."   F. Heumer escritor alemán contemporáneo Sopló las hojas que había  sobre su auto y se subió a él. Una vez dentro miro su casa con rabia. Pensó en aquel día que hizo por primera vez el amor con su mujer en aquella casa; tenían sólo una cama y 2 muebles nuevos, sin embargo su amor era enorme. Ahora no era él quien estaba entre las piernas de su mujer, era otro. Otro. No cabía en su cabeza la imagen que vio, o más bien no podía quitársela de ella.Sus manos temblaban mientras afirmaba con ira el manubrio y soltaba un llanto lleno de desconsuelo y angustia.  Un tibio viento movió las hojas de los arboles las cuales cayeron  sobre el auto gris de Diego quien  levanto su cabeza y miro el dulce movimiento que tenían las ramas de los arboles. Al instante  un recuerdo vino a su cabeza lo cual  le provoco una sonrisa cómplice. Era el primer día que había visto a Paula. La conoció cuando intentaba comprarle ropa interior a su ex novia. Paula era vendedora de aquel lugar y tenía una mirada de esas que matan. La verdad es que no era bonita del todo, pero se notaba con sólo mirarla que era de esas mujeres que atraen desde el primer instante.Pensó en ese primer encuentro durante todo el camino hacia la casa de su hermano.  Carlos, su hermano menor, vivía a sólo 15 minutos de su casa y cada cierto tiempo, cuando el trabajo le daba un tiempo libre, iba a visitarlo.Como  su hermano  no estaba en la casa utilizó la llave que este le había dado para que entrara cuando quisiera a su departamento siempre y cuando le avisara. Esta vez no le aviso ya que Carlos tenía el celular apagado.No comió nada sólo se fue a su habitación a dormir un rato.Al día siguiente Diego aún estaba en la casa de Carlos.Eran las 10 de la mañana y el sonido del tiembre  sonó tan fuerte que Diego en su habitación despertó. Carlos,  quien se había levantado hace algunas horas, abrió la puerta. Era una mujer que él conocía: era Paula.- Hola- Hola- ¿Como  estas? - Carlos tomo la mano de Paula. Ella retiro su mano inmediatamente.- Bien ¿está tu hermano?- Sí, está encerrado en su habitación. No ha salido en todo el día, ha estado durmiendo, creo ¿discutieron?- No, anoche no llego y no ha contestado mis llamadas, no sé que le paso ¿no te ha dicho nada?- Nada. Pero pasa y hablan. Estoy preocupado.- Gracias.Paula camino hacia la habitación donde estaba Diego, mientas tanto Carlos no despegaba sus ojos de la figura de ella.-¿Qué quieres?- soy yo  Paula. ¿Puedo pasar?Diego se levanto rápidamente. Se paró  junto a la puerta, cerró los ojos, suspiró y luego abrió la puerta.Paula lo miró y lo besó en los labios fríamente. Entro en la habitación y se paro junto a la cama.Diego cerró la puerta y se acostó en la cama mirando a Paula.-¿Qué quieres?Paula desconcertada habló.- ¿cómo que qué quiero? No llegaste a dormir, no respondes el celular ¿qué pasa?-¿Qué pasa?... a ver... déjame ver cómo explicarlo- irónico- pasa que ayer en la tarde te vi en la cama muy entretenida con otro tipo.Paula impresionada se tapo la boca con la mano. Bajó la mirada y se sentó en la cama junto a diego.-pero no te preocupes, no le vi la cara, no sé quién es.- perdóname, yo no...- no digas nada, no vale la pena, ¿ya?- pero... me siento mal- Paula comienza  a llorar- ...es que...-Paula no me importa ¿ok? Solo quiero saber una cosa ¿lo amas?- por supuesto que no Diego, yo te amo a ti, como siempre te lo he dicho, esto  fue sólo un error amor, créeme.Diego la miró con una pequeña sonrisa en los labios y acarició su rostro.Ella se acercó y lo besó.Pasaron juntos todo el día e incluso la noche. Cuando amaneció Paula despertó llorando. Le habló a Diego  quien abrió los ojos  de a poco y no entendía que pasaba.-¿Qué pasa Paula? ¿Por qué estas  llorando?-Diego tuve un sueño horrible, soñé que me asesinabasDiego sonrió.- vuelve a dormir amor, eso no sucederá.-Diego, dime ¿tú me amas?-Paula,  por favor yo no...- lo sé, no estás acostumbrado a decírmelo pero por favor...Diego cerró los ojos para continuar durmiendo.Entre lágrimas  Paula le dijo:- Diego, ¡mírame, mírame! Aun me amas lo veo en tus ojos, yo lo sé, te conozco, me amas, dímelo. ¡Reconócelo!- Te amo, tienes razón- decía Diego mientras se ocultaba en los brazos de Paula - sólo quisiera poder....- ¿Odiarme cierto?- Paula despegó a Diego de su pecho y lo miró a los ojos con desafío.- Créeme que si pudiera lo haría, pero no puedo, te miro y te amo, siento tu piel junto a la mía y me doy cuenta porque no puedo odiarte.Paula se paró de la cama, busco su sostén y se lo coloco.-¿Qué pasa?-¿Que qué pasa? Acaso no te das cuenta. No puedo estar con alguien que no tenga claro  lo que siente. Estoy segura que me odias por engañarte. Preferiría que me lo dijeras, no es necesario que hagas como que no te importa nada para acostarte conmigo.-Paula no te entiendo.  Primero dices que estás segura que te amo y luego que te odio. Escúchalo de mi boca. TE AMO, y estoy seguro de eso. Créeme que ya olvide lo que paso, lo olvide.El silencio se tomo el lugar en la habitación. Paula suspiró a fondo y miró el techo. Diego se acerco, la beso en el cuello y luego le hablo al oído:- Jamás podría odiar a una mujer tan bella como tú. Nunca, ni menos asesinarte. Créeme....Soplo las hojas que habían  sobre su auto y se subió a él. Una vez dentro de el miro su casa con serenidad. Pensó en aquel día que encontró a su mujer teniendo sexo con otro hombre: su hermano. Ahora no era él quien lloraba de rabia y desesperación. Eran ellos 2 dentro de la casa quienes estaban desesperados, a un paso de la muerte. Minutos antes le había dicho a Paula  las últimas palabras.- El odio guardado es el peor de todos y es el  que saca lo peor del ser humano. -¿Qué? ¿De qué estás hablando?- dijo Paula mientas despertaba. Miro al suelo y vio a Carlos- ¿y qué hace tu hermano aquí?Diego sostuvo a Paula y la ato de manos y pies mientras ella hacia fuerza para evitarlo, pero finalmente no logro huir.- Se nota que 2 años de casados no fueron nada para ti, no me conociste lo suficiente como para poder evitar esto.- De que hablas estúpido. ¡Suéltame! Lo único que hice fue amarte, tú nunca me dijiste que me amabas,  nunca.- Si tan sólo no hubieras ido al departamento de Carlos a buscarme, esto no sería así. Quizás me hubiera alejado de en cuanto te descubrí.  Sabes que no puedo odiarte cuando te acercas a mí, tu de alguna manera inexplicable provocas que no te odie. De haberme permitido odiarte... esto sería diferente. Pero déjame decirte amor mío que ese extraño suceso ya se termino, la verdad es que me cansé de ocultar lo que siento. Ahora puedo decirte a la cara que te odio.Diego llevo a Paula a la cocina y luego a su hermano. Después dijo, mirando fijamente a los ojos a Paula y con una serenidad un tanto escalofriante: - Te odioEnseguida dio el gas y salió rápidamente.Ahora estaba ahí justo donde todo había comenzado, esperando el final. Sabía que en un par de horas ambos estarían muertos. Un tibio viento movió las hojas de los arboles, las cuales cayeron sobre el gris auto de diego. Al instante un dulce recuerdo llegó a su mente....  
Permíteme Odiarte
Autor: carolina arias  899 Lecturas
Realidad onírica. Preparé el papel para escribir. El lápiz sostenido por mi mano sangrienta temblaba esperando las palabras perfectas para el comienzo perfecto. Pero no. Las palabras no llegaron. Mi cuerpo temblaba más que la vez que robé en el supermercado y me atraparon. Decidí no escribir nada y limpiar mis manos antes de que la sangre se secara. Estaban mis manos casi limpias cuando sentí una gran punzada en el corazón que me despertó sobresaltada. Intente seguir durmiendo para saber que había hecho, pero los ladridos de los perros y el miedo de que el dolor al corazón volviera me impidieron seguir con el sueño. No, si te dije que no vi. a nadie más, estaba sola en el sueño, ni siquiera tenia la sensación  de estar junto a alguien. ¿Lo que iba a escribir? Si, eso es lo más raro. Intento recordar pero no lo recuerdo. ¿Por qué?¿Justo ahora?¿Y tu nana no esta?Ya bueno, pero me llamas en cuanto llegues.Tu igual. Adiós.Isidora dejo el teléfono pintado de rojo, con sus dedos marcados en el.
Realidad Onirica
Autor: carolina arias  880 Lecturas
VOLVER Adoro mirar, volar, soñarSer todo               ser nadaPero conservar el espírituSiempre           amandoSiempre          naciendo Cuando se va el díaEl bendito díaResurge, vuelve a nacerVuelve a llenar el aire de magiaLa tierra, el alma, el espíritu:Es la erótica nocheEs el sensual cielo,yo: cieloLas estrellas; manjares de vidaYo: estrella.Me envuelvenla envuelvenDe seda pura blancaYa no son dos, somos unaBrilla             brilloEl alma cae por el cuerpoComo delicado manantial,Mientras emprende vueloLento, sensualY la tierra recibeAl alma         mi almaNacen flores gigantesNacen bendiciones, amores.Ahí va llegando al cieloVolviendo al vientreQue la vio reírBrillaBrillo.      
Volver
Autor: carolina arias  783 Lecturas
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Volver
Autor: carolina arias  777 Lecturas
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El rey no ha muerto
Autor: carolina arias  768 Lecturas
Mi vida apesta. Mi vida apesta- fue la primera frase que dije esa semana en que Francisco me propuso que nos casáramos. No pude mentirle. No pude decirle que sí. Inventé cualquier excusa de mierda que de seguro se la creyó el muy estúpido. Porque sí, ha sido un estúpido desde que lo conocí. La Teresa, mi prima, me lo presentó. Fue ella, lo tengo más que claro, la que me cagó la vida, bueno y además mi papa que lo encontró "un hombre responsable y cálido" ¡pura mierda! Eso no es amor. Creyeron que siendo él así me iba  hacer feliz y aquí estoy.Hace tiempo que ya no pasa nada con él. Nada de sexo, o como él lo llama "hacer el amor" ¡Que mierda sabe él de eso! Seguramente su mamita se lo enseñó a hacer, por eso me tiene así de feliz. Me ruega que lo hagamos todas las semanas con su puto argumento de que "el amor hay que alimentarlo", webada más estúpida en mi vida había oído. 1º. ¿Alimentar de qué?- si está claro que "eso" no le alcanza para alimentar y 2º ¿Alimentar qué?- si amor entre nosotros no hay, solo que él no lo sabe. Nunca lo he amado. Solo le tengo lastima. Siempre fue un perno, un weon que no salva a nadie. Por suerte no tenemos hijos. En realidad íbamos a tenerlo pero lo perdí... Dios sabe por qué hace las cosas ¿o no?En la pega conocí a Daniela. Muy buena amiga, muy buena... nos hicimos intimas. Me contaba todo y yo a ella igual. Nunca me presento a sus parejas, lo que me sonaba raro. Ella conoció a Francisco y a los minutos de conocerlo pensó igual que yo: era un perno. Al tiempo comencé a pensar demasiado en ella. Me sentía rara. Me daba miedo admitirlo, pero la necesitaba más que como amiga. Fue ella la que se comió los prejuicios y se confesó. Me amaba. Cuando me lo dijo cagé, no lo creí. Pensaba que era yo la pervertida que me imaginaba con ella... pero no... en realidad de cierto modo me libere y le dije que la quería. No pude decirle que la amaba, porque me cuesta distinguir la diferencia entre esos dos "conceptos". Sin embargo hoy no, hoy estoy a su lado, de su mano, huyendo de este puto lugar, lejos de Francisco. Seguramente el weon piense que fui de shopping, no me sorprendería, es así. Lo que a él sorprenderá va a ser cuando le envía las invitaciones de mi matrimonio con Daniela, quizás hasta quiera ser nuestro padrino, pobre....
Mi vida apesta.
Autor: carolina arias  748 Lecturas
Yo  Él Ella        (Los audífonos están en sus oídos y la música ya salpica con fuerza)    (Escribe.) Mi interés al abrir los ojos cada mañana-sepan que detesto las mañanas-Es más fuerte que el mismo latir de mi corazónQue lo que menos posee es razón.Amarte más, eso esQuiero amarte más                      Al verte junto a míAl verte junto a mi                       Más quiero amarte       Porque la verdadera verdad es que no me bastaEstar junto a ti                  o dentro de tiBesarte                      -     besarnos (Se besan lentamente) Tocarte (Intimidad) No me basta y no sé por qué (Duda) Siempre quiero más de ti y De mí para tiEste amor siempre me ha llenado Pero nunca me ha llenado ¿Me entiendes?            -endes?  (Extrañado y un poco dudoso.Se acomoda en su asiento) Pero mírame! Mira estos ojos que amas, amaste   y                                                                       Amarás?Perdóname...Sabes que nunca me he explicado bienSabes que las palabras no... no sé usarlas...    (Ahora habla Él.Llueve en la ciudad.Su corazón late y sus labios están húmedos)   -Háblame claro-      Que te amo a morirQue te quiero siempre junto a míY si no puedo amarte lo suficiente aquí Créeme que en el cielo será así...Más te amaré. (Ella lo besa)(Él la besa, la toca...                                 La inspira)     (La escritora cambia la música.Sonríe. Una melodía la toca.Para de escribir y recuerda)  - - -- - -- - -  (Escribe al costado de la hoja "fin")           FIN.                                          
Yo Él Ella
Autor: carolina arias  724 Lecturas
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Alma de Árbol
Autor: carolina arias  719 Lecturas
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Paranoia
Autor: carolina arias  630 Lecturas

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