Antes, al despertar, apresuradamente escribía todo lo que pudiese recordar del sueño recién terminado. A veces, con suerte, lograba no solo escribir el último, sino varios. Los recuerdos llovían y ahí donde hubiese un vacío, mi mente rellenaba con la memoria de una aventura o de una canción; todo era parte de un sueño para mi mente que añoraba las horas de inconsciencia. Con un poco de timidez al comienzo, también relataba mis sueños a quien prestara sus a veces no tan atentos oídos, con el afán de hacerles partícipes de mi subconsciente. Inocentemente, creía que para ellos mis aventuras en las dunas de mis sueños serían tan fascinantes como para mí. Pero nadie se fascina tanto con uno mismo, como uno mismo… Duramente vi, con el tiempo, aquella realidad tan difícil de aceptar. Cuando, de a poco, ya no habían más personas en mis sueños y éstos mismos perdieron el brillo que me inspiraba a relatarlos como si tuvieran un peso bíblico. Cuando comencé a verme como a otro, cuando ya no se trató de mí, cuando el peso del recuerdo en la mañana me impedía correr a tomar nota, se fue desgastando el gusto por el sueño… mas no por el dormir. Mientras más soñaba, más deseaba despertar. Mientras más despierto, más deseaba dormir…Lentamente logré hacer estériles a mis sueños. Inofensivos, casi. Casi imposibles de recordar… casi. Sin embargo un día, o una noche, aquel hilo que conectaba mi consciencia con mi alma se cortó, y ya nunca más volví a soñar. Escribí muchos cuentos intentando inventarme sueños. Inventarme ímpetus, esperanzas; inventando algo que decirme. Pero fue en vano. Mis sueños desaparecieron junto a la temeridad curiosa por la vida. El tiempo se volvió sistema, las emociones tabú, el pensar tortura, y los sueños, en mito. Algo que nadie, en su sano juicio, tomaría por verdadero. Dejé de inventar y escribir plagios de sueños, y ya tampoco me fue posible la experiencia de ellos en la vigila. Imaginar vidas, que antes fue buen sucedáneo, perdió su brillo en el papel y en mis ojos que, desprovistos de relato, tan solo descansaban físicamente, de vez en cuando. Y apagados mis sueños, amargadas mis historias, anticuadas mis formas, me deshice de mi. Me dejé ir un día a donde sería realmente feliz, donde alguna vez fui un fascinado cuenta cuentos, expectante explorador, ávido de relatar con detalles los recién descubiertos secretos de todo aquello que la realidad no abarca; que yo mismo ya no soportaba.De mis sueños sólo quedaron las notas que alguna vez hice, las que me recordaban el peso del espíritu, la desolación del ser. Habiendo decidido que mi propio ser fuese fuera de mi, mis notas ardieron, y mis sueños… desaparecieron.
Correría a toda prisa detrás de ti... Cantaría bajo el júbilo de una noche estrellada solo para despertar aquel corazón dormido. Recorrería millones de kilómetros para hallar el lugar exacto donde dejaste guardados tus sueños perdidos. Me sumergiría en las profundidades del océano para descubrir de qué modo mi alma se puede unir a la tuya. ¡Mírate! ¡Mírame! Extrañando lo entrañable, ya que ¿Cómo se extraña aquello que aún no sé conoce? ¡Te escuchas! ¡Me escucho! Destinos cruzados, sueños utópicos, palabras extrañas, conceptos inentendibles, rostros enigmáticos, claros fugaces de los no recuerdos.
A veces las palabras no suelen acompañar la verdadera intención que se tiene, muchas veces a través de éstas ocultamos nuestros sinceros deseos, no digo que nuestras palabras sean falsas sino que resguardan y atesoran lo que la mirada no deja de revelar. Mis miradas revelan es por ello que muchas veces tiendo a mirar hacia otro punto, pues me siento desnuda, como si mis palabras reprodujeran lo que mi mirada quiere concretar. Hace tiempo que las miradas estaban vacías, llenas de una realidad conforme pero no plena. Estaba fuera de tiempo y de pensar, creía, más bien me convencí de que eso era lo que realmente quería. Estaba negada a sacar las vendas y revelar ante los ojos aquello que alguna vez añoré y deseé pero que con el tiempo se nubló bajo la túnica de una ilusión llena de dolor y decepción. Las vendas comenzaron a caer lentamente al descubrir que todo lo que alguna vez quise si puede estar allá afuera, en algún lugar… ¿Desconocido para mí? Puede que si como no. El proceso comenzó pero aún no está completado pues se teme que esas vendas vuelvan a adornar los ojos, que nuevamente se posen en la mirada aquellas viejas ilusiones llenas de conformidad y alejadas de mis sueños. Es bonito recordar cómo se era antes, sentir en lo más profundo del ser que estás en ese camino, el que atrae palabras, sentidos, emociones… ese que no deja que se mueran en el aire, el que las plasma y crea un sinfín de frases personales y emotivas. No entiendo cómo dejé que pasara tanto tiempo, ¿por qué ahora? Si estaba bien (¿?) Fue como un knock knock! ¿Emoción estás ahí? Y estas comenzaron a resurgir y a descubrir la mirada, soltaron todo lo que no se quería ver, lo dejaron ir, me convencieron a descubrir y seguir. No me conformo con ‘aquello`, quiero lo mejor. Se siente tan bien estar así, que la mirada vea algo distinto, extraño y misterioso. ¡Dan ganas de saber más! ¡Descubrir más! Por primera vez no hay miedo, sé que estos ojos no se volverán a tapar. Este “re-descubrir” ha sido lo mejor del último tiempo, no me gustaba la conformidad que llevaba… no hacía algo para cambiar. Simplemente llegó “acompañado” de algo inesperado y no buscado. El acto de una adolescente se transformó en todo un despertar para mí. ¿Eso esperaba? La verdad es que no sé, ni siquiera es una excusa para “abrir los ojos”, es simplemente ver quién desató los nudos, sin la intención y sin que esto se le fuese pedido. Espontáneo y secreto. Solo puedo decir, gracias, era necesario esto. En el interior se sentía un grito enorme “quiero mis ganas y emoción de vuelta”, ya no más ceguera ni conformidad, mis miradas ya no son igual que ayer, hoy revelan y ven, pero principalmente motivan a creer en algo mejor.
Cierro los ojos,Respiro una, dos, no tres veces,Mis manos álgidas caen sobre mi cara,Malintencionado deseo de ira,Centelleante cáliz del alba que enmudece mi grito,Entre miles de gorgojos comienzo a ceder,Manipulación frenética,Infeliz caparazón de seda roja,Anti locura, anti frenesí, anti alegría,Anti anti anti¿Qué?No se ve, se sienteNo se siente, se ve¿Qué?Memorias, recuerdos, se queman se esfumanSe quedan, se mantienen, se recuperan y dañanLoca¿Qué?Escuchas, ríes, imaginas, sueñas, crees,No logras saber, descifrar, encajar, cada palabra dice algo,Alguna emoción se refleja, pero no de aquel modo,Solo se sabe cuando se ve, pero la verdad no se ve.¿Qué?. . .