El viento choca contra la puerta, la golpea, intenta entrar, viene a buscarme, por no se cosas, por no se motivos. Golpea la puerta preguntando por mí, escucho mi nombre en cada susurro que pulula allá afuera, como si fuera otro universo, otro lugar, la puerta es la frontera, el miedo mi único refugio, mi último asidero.La puerta está a punto de ceder, no soporta más los embates del viento, la golpea sin descanso, sin tregua, por cada golpe, de mi salen despavoridos, suspiros colapsados, aquí no hay nada con que defenderse, miro en rededor y esta vacio, no hay ni una fabula, onomatopeya, alegoría, solo una pequeña prosopopeya escondida detrás de una hoja en blanco, de mirada tímida, le llamo, empero no quiere venir, no puedo gritar, el viento se ha calmado, no lo quiero despertar, si acaso este dormido, ven prosopopeya, me dirijo a ella más tranquilo, la invito, baja la mirada, dubitativa da el primer paso, no voltea a verme, empieza a caminar con pesadez, le cuesta trabajo moverse, no está convencida de venir.¿Cuántos pasos da una prosopopeya indecisa? No los he contado, han sido un centenar de ellos, los ha dado con toda la tranquilidad de la que ha podido echar mano, de la que se ha valido, no le puedo exigir mayor velocidad, al sentirse presionada, desistirá, dará media vuelta y no la volveré a ver, el tiempo esta de mi lado, el viento ha dejado de golpear, temo se despierte en cualquier momento y me llene de nuevo de angustia, que la puerta se derrumbe y al fin entre, arrase conmigo, se lleve entre los pies a la prosopopeya, y no quede nada de mí, ni un recuerdo, ni una palabra, un pensamiento, un muro pintado con mi persona, ¿Alguien en algún momento de la vida me recordara?¡Prosopopeya apúrate!Ha salido de mi un grito seco, la prosopopeya, me mira cada vez más incrédula, la distancia recorrida aun no es suficiente para que llegue a donde estoy, ahora entiendo lo que sentía Gregorio Samsa, al estar boca arriba y no poder moverse, eventualmente uno llega a pensar este tipo de cosas, "A mí eso no me puede suceder" Hasta que estas de espaldas paralizado, y recuerdas tus palabras. Maldita prosopopeya, está llegando al límite de mi paciencia. Siento los ojos del viento en la espalda, con su furia contenida. Aun no le puedo confesar a la prosopopeya que la necesito, dependo de ella para no morir en el olvido, pero si muestro mi juego ahora ella buscará más ventaja y no quiero que sea así, quiero que sepa que yo tengo el control. Esta cerca, "prosopopeya camina más rápido, esto es de vida o muerte". Me mira incrédula, pongo cara seria, la miro fijamente a los ojos y asiento, si, esto es de vida o muerte.Habría sido de vida o muerte, empero llegó la hora y es de muerte, el viento a logrado entrar, ha sorprendido a la prosopopeya encima de mí, como si estuviéramos copulando, empero no, no porque no quisiera, porque no pude. Nada ha quedado en su lugar, la prosopopeya por su ligereza, fue la primera en volar, yo no he podido, he tenido que ver la furia impasible del viento, desde que entro hasta que salió. Vino, arrojo la pluma que me detenía a la mesa, ha leído las primeras palabras, de un cuento ni siquiera inconcluso, un cuento ni siquiera empezado, la primer idea de un gran cuento..................si es que con leer las primeras letras.......................... porque ni a la primer idea llegue................. para saber si podría ser un buen cuento. Quise echar mano de grandes ideas, de grandes autores. Solo pude escribir "Vine a" como aquella gran novela que empieza "Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre".ANIMAS SAALIK

Me encontré por la calle, a Juan Amor Pérez, no lo recordaba, su rostro se veía un poco borroso, lo cual me hacía más complicada la tarea de reconocerlo cuando me intercepto a media calle, su voz también había cambiado, su forma de hablar, de expresarse. Los recuerdos fueron llegando pausadamente, en abonos, pero de manera muy detallada, su rostro seguía borroso, los recuerdos, no; lo abrace efusivamente, cuando los recuerdos llegaron de golpe, no tuvo más remedio que hacer lo mismo, me separe de él, ahora él me mira extrañado.- Señor es un gran gusto verte de nuevo,- Amor.- Si eso lo entiendo pero ¿Como te va?- Amor.- Entiendo no tienes muchas ganas de hablarLas palabras no eran fluidas de su parte, salían a cuenta gotas, como si en ello estuviera su vida de por medio y el hecho de contenerlas los salvaguardara de morir, o de desaparecer de este mundo, salir disparado, rehén de un destino incierto, pero aun así Amor quería seguir hablando, sobre lo que sabe, lo que conoce, lo que ha experimentado.....- ¿Que ha sido de tu vida?Solté la siguiente pregunta.- Amor- Solo amar ¿Qué has amado?- Amor- Has amado lo que se te ha permitido amar, lo que ha estado cerca de ti, y lo has recibido con amor. Te felicito amor, quizá algún podrás enseñarme algo de tu sapiencia- Amor- No creo que con solo abrir mi corazón- Amor- Pero eso es muy complicado, bueno es un modo de justificación, asumiendo que no he logrado dormir un tiempo estrecho durante el día, y mis ideas no funcionan de la mesma manera, no empleo palabras tal como se emplean en un universo paralelo, donde las adivinanzas constan de un principio un clímax y no tienen conclusión, se traducen de forma equivoca y eso es lo que más divierte, no emplean una sintaxis adecuada a su tiempo, a su contexto, a los acontecimientos políticos, mi obra entera esta regada por lugares que nunca he pisado, más sin embargo mi obra sí, no existo en un plano de dos dimensiones, en dos tiempos, yo, tu, otros, no necesitan una explicación obvia, para un favorable resultado políticamente correcto, a diferencia de Dostoievski, mis personajes no están atormentados, yo me atormento por ellos, yo vivo atormentado, le quito ese peso a mis personajes, aun así admiro sus personajes, curiosonamente siempre me reflejo en todos ellos, pero igual puedo ser más un Dimitri, o un Ivan sueño que también sueño y hablo con el diablo, no puedo pronunciar esos recuerdos, son como verbos sagrados, no tengo derecho, a pronunciar, a pensar, a conjugar, prendo un cigarro y veo como el humo sube poco a poco y cubre el espacio y se nubla mi mirada, se borra el paisaje lacustre, me parece feliz este encuentro, mis pensamientos son menos imparciales, proyectos ilegibles, el crepúsculo da testimonio de lo que digo y hago, presto atención a tantas cosas distintas al mismo tiempo, me permito libertades que en otros momentos me prohíbo, a mi mesmo, al principio temí, había prestado mis pensamientos a unos gloriosos abogados, no era muy soberbio en esos tiempos ni en los actuales, de cualquier modo no es lo que quería decirte, ni contarte, no me gusta divagar mucho, espero devolverte vuestras palabras intactas, gracias Amor- Amor- No quiero caer en tu juego de nuevo, voy a detener esto.- Amor ANIMAS SAALIK

Veo ¡Maldita la cosa! Siento ¡Maldita la cosa! Respiro ¡Maldita la cosa! Oigo ¡Maldita la cosa!¿Así será la muerte?¿Maldita la cosa?En medio del mar, en medio del abismo.¡Maldita la cosa! No es ¡Maldita la cosa! Sino una fragancia de mangos, de pensamientos obscenos sin disimular,las luces se disuelven en el aire de la tarde, y aquí no hay un gramo fluorescente que me brinde el más mínimo brillo para poder verno se ve cuando será mañana y cuando fué ayer, las carnes son un testigo insoportablepoco a poco se vuelven ligeras, no sienten frio ni calor.La tarde se va como una ráfaga piadosasin voltear atrás para no convertirse en estatua de sal,¡Maldita la cosa! Ahora la muerte llora junto un guijarro de arena opaca,perpendicular a la sombra se proyecta a treinta grados hacia un punto de referencia inaudito que yace perene ante ¡Maldita la cosa!¡Maldita la cosa! ¿Cómo puedo sacar cálculos de ángulos de una sombra proyectada?Cuando sigo sin sentir ¡Maldita la cosa! Sin entender.Bajo mis pies solo circula aire clandestino, un aire viajero, un aire nómada,Un aire que, se que pasa,  pero no lo veo,   hago cálculos e inventarios bajo mis pies,  para conservar mi cordura, si en algún momento la he tenido y ahora es lo único que puedo conservar¿Puedo entonces adelantar conclusiones?Deseo cantar, razonar, correr, amar, gritar, leer, patear, ser anarquista, padre, alumno, cuestionar, conocer a Pedro Paramo ¿Será el mi padre? Contar mi historia, hacer una teoría, acercarme al punto, deseo hacer lo que no he podidolo que en cierta medida y de manera dosificada no me he permito o ha estado lejos de mí.¡Maldita la cosa! Razonar no me mantiene cuerdoMe aleja más de mi realidad, ya no tengo punto de referencia, ¿De verdad me habla "Doloritas"?Iván Karamazov me aturde con "El gran inquisidor" estoy a punto de ceder"El Carajo" me pide droga y termino pateándolo dentro de "El Apando" con todo mi coraje porque vale un "Carajo"Tengo que confesar que ha fallado mi último calculo, no pude sumar dos más dos, no recuerdo el numero que sigue¡Maldita la cosa!  ANIMAS SAALIK

¡He aquí!"Un discurso"¿Cómo podríamos nombrarlo?Sí deambula entre calles grises                                       Bajo un cielo poco iluminadoBusca traicionar el silencio                              Con solemnes cantos¿Será preciso que grite?Con palabras hirvientes¿Que rete las barbas del anciano?¡He aquí!Un discurso perdidoEn febril descensoCaduco y hueco¡He aquí!Un discursoDemasiado ardiente                               Miradlo                                        Como se deshace                            En cálido aliento de amor                            Con la boca llena de palabras                            Que palidecen en la aurora                     Sorbidas por el mar           De los mil senos                                     Atraídos por el amor a la tierra                     Y su fecundidad¡He aquí!Un discursoQue desapareceAnhelando; dejar en él su voluntadSolitario se muestraClaro, firme,                              Ante quien de él escuche.  ANIMAS SAALIK

¡Que!Un sombrero de copa, un secreto, un instante, alguien que algo quiso decir. En medio de este naufragio, ya no uso palabras, ni sonidos, ni señas, ni imágenes, no uso dirección, solo ligeros monosílabos, "No" "Si" "Que" no se me había ocurrido antes, naturalmente eso pasa cuando estás perdido, cuando buscas y no encuentras,  caminas, caminas, con la cabeza gacha, pasas inadvertido junto a las personas, junto a cualquier ser humano, un hombre, una mujer, un cuerpo tendido en el duro piso, un zapato sin pie, los ojos que miran y miran, y quieren descubrirse a sí mismos frente a ese cuerpo, ese cuerpo que no es suyo, ese cuerpo inmóvil, intranquilo, el cuerpo que ya no coincide con su entorno, alguien le llora, unos porque se sienten tan humanos y lloran por la humanidad, otros lloran de impotencia, otros lloran porque se contagian de llorar, lloran y se preguntan ¿Qué?  Después contemplo, o pienso que contemplo, pienso que pensar debe ser bueno, contemplar también contemplo como pasan las horas del día, como llega un medio día, como llega el sol, se yergue imponente por encima de nosotros, el dios más cruel de todos los dioses, y su gran ojo que nos vigila. Un hombre realmente sano podrá mirarlo fijamente sin parpadear, de tanto llevar la cabeza por los suelos, físicamente no puedo voltear, aunque me siento un hombre sano. Empujar con mucho gusto, cada letra cada sonido hasta que salga algo, o alguien de mi boca, "Que" un que sin clase, posterior a cualquier pregunta. "Que" pregunta y contesta ¿Volvimos? ¿Qué resultados obtuvimos? ¿Qué olvido voluntario nos dio la mano? Que mano, que pies, que labios, que ojos, que personas, que piensa usted, que mira, que siente, que sueña, que mueve, que expresión merezco, que procedimiento en cuestión hace una prosa, que es posterior a mí, que es anterior a ti, qué verano, que noche, que mujer, también quiero amar. ¡Basta! Prematuramente los muertos no se mueven, con o sin misericordia,  cualquier pescadería puede ser una carnicería, donde se vendan abrigos de seda, el vendedor te contara cuantas mentiras puedas escuchar, y representara un símbolo donde puedas apearte tranquilamente por unos instantes, de tu vida, vivir una vida paralela, "Que" sea  lo "Que" has soñado. Caminas a tu casa por la avenida llena de árboles sobre el camellón, y en los costados los edificios más representativos de nuestra época, los grandes reunidos, los Piano, Novel, Hadid, Ando, Van Der Roer, Barragan, Le Corbusier, Calatrava. Como si Dios existiera. Caminas, caminas, con tu abrigo de seda, el sol de medio día no hace mella en ti, el abrigo es lo importante. Eva no podría ser más feliz, Eva espera que ese abrigo sea tuyo. ¿"Que" lado de la calle quisieras transitar? Les ruego que aunque tengan brazos cortos, puedan escoger el lado, escribe tus comentarios, comentarios "Que" rasguen el cielo. ¿Qué más tienes "Que" decir? Si no quisiste contribuir, dormir fue la única respuesta, el arlequín parece volver la mirada hacia ti y con risa sardónica te dirá "Aun no estás vencido querido enemigo""Que" final puedes encontrar, sin acabar de entender, lo quieres decir, normal o diferente, tu café con azúcar o sin azúcar, caliente o frio, mañana o tarde, con bigote, con zapatillas, tu pálida piel, la primer vez que hablaste, la primer vez que lloraste cuando te sentiste un naufrago en medio del olvido "Que" leyes hay que inventar, "Que" normas hay que seguir, hacer preguntas o preguntar afirmando, perder el límite entre una y otra, cuando bajas tu guardia y puedes decir la verdad, no quieres adornar nada, no cubres tus flancos, y aun así no llega ningún daño, y causa grandes efectos, puede decir la verdad sin sentirte incomodo, fuera lo solemne, no hay necesidad de suicidios, has sido ambicioso en medio del desierto. Este instante podría ser supremo con aires de grandeza, parece volver hacia ti el arlequín y te llama Adán, empero Adán no es tu nombre, y Eva no camina del otro lado de la acera, presumiendo su abrigo de seda, no eres Adán. Adán fue tu padre, el padre de tu padre. Llegue aquí a buscar a mi padre, aquí a este lugar, "Que" me ha recibido con los brazos cruzados, con sus manos estoicas, sus ojos caóticos, he preguntado a cuantos han cruzado mi camino, nadie conoce a Adán, por ser Adán, empero creo que me ocultan la verdad, a mi que he podido ser la verdad por primera vez, y aun así sospecho de todos, me ocultan información. Así como podre encontrar a mi padre donde hay tantos Adanes, cualquier puede ser, puedo adoptar uno.Hasta aquí todo se presenta de manera normal, racional, "Que" puede seguir, seguirá cualquiera, para sustituir esta blancura.ANIMAS SAALIK

El observador que observa, se observa observando ser observado, en una yuxtaposición de imágenes, observarse así mismo en la observación que se observa, se asusta al reobservarse así mismo, Milan Kundera dice sobre las observaciones, pero no dice sobre la observación del propio observante, y cierra los ojos y observa una negrura diáfana como sí pudiera existir lo diáfano en lo negro, en el vacío, en el no observar nada por dentro más que la ausencia de sentimientos, de color, de luz, de existencia, de algo humano, abre los ojos, ya no observa el vacío, observa la sobreposición de objetos, saturación de color, de humanos, de verdades falsas, mentiras autenticas, observa sobre la verdad, como si solo observar fuera verdad, un valor cierto, observarse así mismo, una mentira, un valor falso, y la diferencia entre uno y otro es observar desde lugar distinto, un cero un uno, prendido, apagado, un mundo digital, claro, oscuro, sin puntos intermedios, sin valores morales una variable que tiende del cero al "N" numero de valores y se incrementa exponencialmente, hasta llegar a la recta que cruza tangencialmente los límites de la observación, y avanza al observar, pero tendrá que comprobar cada N valor de lo observado.ANIMAS SAALIK

¡Ay!No fue ciega la ira.Fué premeditada, pensada, analizada, las maldiciones no la anulan, no devuelven nada, no existe un eco que traiga de regreso mis palabras, ¿Es una locura? ¿Es un singular sueño? ¿Es el cansancio que nubla mi consciencia? ¿Es el frio?  Mis manos buscan a mis otras manos, mis ojos se buscan a sí mismos, la imagen en el espejo que se refleja de alguna parte oblicua a esta arista, puede ser la de mi padre y no la mía, puede ser la parte que desprecio de mi mismo, puede ser Adán, puede ser una huella en la arena, déjame pensarlo un poco, deja que mire y palpe esa imagen, cuando mis ojos se encuentren cuando mis manos descubran su otra piel, la piel perdida por los siglos, por el sol, por las lagrimas, mis manos que han sido, mi único asidero, mi único refugio. Mis ojos han sido mi única conexión con el mundo, porque lo que pienso no lo puedo relacionar sin la imágenes, esa imagen me persigue, la miro de frente, la sujeto y trato de razonar con ella, la conozco, no de ahorita, de hace mucho tiempo, tal vez antes de que fuera una imagen, antes de que se reflejara oblicuamente sobre esta arista donde estoy, los ojos son diferentes, como si fuera un torrente de enojo, hoy no es la primer ves que lo intento, lo he intentado otra veces, le he pedido perdón, y se desvanece como sombra, en la oscuridad, maldición, déjame al menos explicar porque necesito que te dibujes oblicuamente desde esta arista, porque imaginar cosas prodigiosas dejo de ser mi salida de emergencia, ahí en la isla, la tierra despierta lentamente, mis pies están rotos, sujetos, ennegrecidos por la cólera, en todos estos años no han podido sacarme de este laberinto. Todo mi cuerpo es recorrido por un escalofrió, empieza desde el dedo meñique del pie izquierdo, hasta el cabello ciento cuarenta y nueve mil novecientos noventa y ocho, junto con sus respectivas proles, hubiesen recibido los insultos, empero aquí no hay fuerza que valga un aliciente, todo lo devoran los recuerdos, aunque solo unos cuantos, tres tal vez, recirculan constantemente, en una mezcla de sonidos, no de imágenes, curioso que los recuerdos no sean imágenes y se presenten como sonidos, el sonido de una voz, de mi propia voz, la voz del hombre, o la voz del niño, desde un abismo orgánico. Aquí no hay victimas extranjeras, mi brazo cansado de mantenerse en lucha cae exangüe, fatigado, las lagrimas se pierden en la lluvia, le pregunto al filosofo que puede ser todo esto, porque combato sin el furor de hace algunos años, de súbito me caen.  Las palabras salen cortadas, como si caminaran por la orilla, y temen caer al vacío, al vacio de los oídos que han dejado de escucharlas, caen de costado, descuidadas, mas cuando el caos se refleja en la imagen oblicua sobre esta arista, reniego de ella y me produce un momento de tranquilidad, y eso ayuda a que mi voluntad se comporte de mejor manera. ¿Qué viene? ¿Qué sigue?ANIMAS SAALIK