Mi mente intenta volar,atrapado en jaulas de aire,intento escapar hacia un lugar mejor,hacia un espacio inexplorado,hacia una utopía propia:solo hacia un lugar seguro.Un lugar en blanco y sin sombras,un lugar con claros y seguros movimientos;un lugar, muy cerca de ti.Cerca de cabellos negros y manos suaves,cerca de decisiones sensatas y comida sana,cerca de noches tibias y susurros al oído,muy cerca de un corazón palpitante e inquieto.¿Sabes que me acerco a ti? Mi querido refugio,mi escape anhelado, mi ventana abierta, mi llave de oro,mi libertad deseada, mi amada y dulce fantasía.Querida…

Me encantaría besarte,como en las películas extranjeras.Tomándote por la cintura,jugando con tu pelo negro y distraído... Cerrando  los ojos para no ver el miedoy haciendo nudos mi  garganta.Sintiendo temblar mi cuerpo en unaexplosión de mil colores. Toco tus labios con los míos comobesando a una flor frágil.Y abriendo dos puertas para dejar entrarmensajes de amor a nuestros cerebros. Tu boca y la mía siguen siendo una,una sola entrada a dos universos separadosy unidos por un portal humano y húmedo. Dos fluidos que se vuelven uno:Agua de flores y palabras dulces.    

Corre. Esto es la guerra,que los morteros de tristeza no te alcanceny que las metrallas de realidad no te perforen,rebasa las nubes de este mundo gris  y deja atrás el pasado,nunca mires para atrás,solo mira hacia el amanecer del mañana.Corre.Sobrepasa las barreras que nos separan de los diosesy deja de pensar como escarabajolos adultos ayer nos dijeron: ¡Nunca sueñes!Que los sueños solo son mentiras baratas de nuestra mente.Eso dijeron los inexpertos adultos,nosotros les hicimos abrir los ojos sordosy les hicimos escuchar con sus oídos ciegos.¡La vida es solo un sueño del cual no quiero despertar!

 Fue una mirada sincera y discreta,  buscando  un poco de esperanza ajena. Te mire, detenidamente tratando de ver tu alma dentro de aquellos lindos ojos, me miraste y tiernamente reíste, como quien ríe al haber encontrado algo perdido durante años, una risa corta y escondida por la niebla de la duda y la desconfianza.Te volví a mirar, para tratar de no engañarte y hacerte saber que en realidad te deseaba amar. Alzaste la cabeza y por fin, pude admirar tu belleza en plenitud, como quien ve una imagen divina, te contemple lenta y pausadamente, mirando la perfección de tu blanca tez.Nos conocimos, te hable de libros, de poesía y de las estrellas, tú me hablaste de nubes, de lluvia ligera y de las flores de invierno. Te conocí pausadamente,  sin prisas ni galanuras. Como el que espera que las flores crezcan y florezcan en una mañana soleada, espere el momento adecuado de entregarte el regalo más preciado de mi corazón: mi amor.Las tardes libres te iba a ver, con una alegría despampanante que inundaba la calle por la que jovialmente pasaba, sin ninguna pena ni distracción humana. ¡Ah! Esas tardes benditas, las cuales nos dedicábamos al libre oficio del amor natural.Esas tardes en que recorríamos el largo laberinto de las caricias humanas y celestes, nos encontrábamos solamente tocándonos las almas con la punta de los dedos. Esas tardes en las que te besaba lentamente aquellos hermosos labios, ¡oh! Como olvidar la perfecta droga de los enamorados.La forma de tus labios, para decirlo simple, eran perfectos. Pequeños como un capullo de rosa, jugosos, como una fruta de verano que sirve para saciar la sed, una sed de años. Pero que estaban dormidos, en un periodo de hibernación abstinente, no por voluntad propia, si no por condiciones humanas ajenas a ti.Te había pasado, hace mucho tiempo, cuando eras inocente y no conocías el dolor, ni el amor. Alguien te había engañado y te había corrompido, y  se alejo sin el más mínimo dolor, como el niño que pisotea una la flor preferida sin arrepentimiento. Te había abandonado y desdichada te quedabas tu, sin más que el profundo dolor  en el pecho y los sueños destruidos. Solamente fueron espejismos de un amor falso, sin más razón en el deseo de carne y sucia pasión carnal.             Tú eras joven, muy joven para discernir entre lo verdadero y lo falso, te entregaste, sin preguntar, sin negar nada. Te cortaron las alas y caíste al precipicio de la realidad, sobre el valle de la tristeza, lloraste, lloraste y con infinito dolor maldijiste el día en que probaste el amor.

Te mire,tu cuerpo,tus ojos,me vistelentamente.Tome tu brazo,tus manos,tus dedoslos dejastejunto a miunidos.Te toque,tu cara,tu pelo,sonreiste.Te bese,tu boca,tus labios,tu alma.Solamentenosotrosy la luzde laluna.

Me despedí de ti como todas las tardes. Te bese la mejilla dulcemente y  nuestras narices se rozaron timidamente, tocándose livianamente, produciéndome una risa nerviosa y callada. Prediciendo lo que sucedería te envié una mirada profunda, tan profunda que veías mis pensamientos en aquel momento. Y sin más que nuestras miradas juntas, nos fundimos un beso, un beso sincero y tímido, solo unidos nuestros labios  sin llegar a mas, probando solamente una fracción de segundo la gloria interna, sintiendo dentro de mi todas las sensaciones conocidas y que nunca se llegaran a comprender. Sintiendo el lento fluir de la sangre de dos cuerpos unidos por el amor verdadero. Y después de una milésima de eternidad placentera, nos separamos, y sin más que decir, te alejaste de mí con una sonrisa mía pegada en tus labios.