• Ronald Sanchez
sanchezdbz
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  • País: Chile
 
     I ¿Alguien oirá estas palabras mientras juega con sus sueños? ¿Alguien observará lo escrito cuando vague por el mundo? Todos han pisado el polvo que cubre los ojos, de las dulces tristezas y las dulces caricias. Sin tinieblas no hay día; sin lágrimas, sonrisas. Recuerda que somos dioses porque todo lo vemos. Recuerda que yo no hablo, son tus ojos los que gritan. He sido una prostituta con miles de colores. Yo soy la música maldita que condena al cosmos y el ritmo ardiente que destroza las fantasías. En un alcohólico sueño me he visto caminando solo y desarreglado, con el pelo al viento, y una falsa sonrisa tatuada en la faz.      II Los sordos oirán y los ciegos observarán todos los colores que germinan en el bosque. Y las estrellas cantarán un canción blasfema que será maldita hasta el fin de los tiempos. La lluvia será de miel y los hombres, mirando el cielo beberán la espuma que cae desde las alturas. Se escucharán nuevas voces. Esperando el amanecer juego con las palabras. Formo una alta torre, laberinto de sueños, que aparecen en la noche como estúpidos incendios. Se queman los cuerpos de miles de fantasmas y un árbol asesino se burlará de ellos. Te regalo una flor luminosa que brillará en tu pecho, como brilla el deseo y la ansiedad que guardas dentro. Seres fornicando con pensamientos obscenos llenarán sus carnes con locuras y secretos que se vuelven realidad mientras fornicas con ellos. La melancolía vuela, sin misterios, sin recuerdos. Con fe esperaré que se abran las puertas del cielo y me reciba un coro de dioses entonando himnos melodiosos, todos desnudos, formando una ronda, con caras de niños y mentes despiertas. Lloraré cuando se acabe el mundo. ¿Estará mi nombre en el libro de Dios? Perdón.
Prólogo
Autor: Ronald Sanchez  607 Lecturas
Con la mortaja de sueños y la garganta rasgada me escabullo entre las sombras. Espía terrible de las horas de calma en un espiral infinito que clama venganza. Cuando quieras me saludas, cuando puedas me besas, cuando puedas... Por las mañanas despierto cansado, por las noches me enredo despierto, y los elíxires oscuros duermen una siesta. Cada tarde es una agonía que se sufre en las soledades. Para qué confundirse con un millón de palabras que se pierden entre el viento. Las partículas de gritos se esfuman entre los dedos. Podríamos amarnos y luego abandonarnos. Noches en vela, cabellos que vuelan, llantos mudos ocultos en un abrazo. Y al otro día, entre risas, todo se aleja olvidado por un vaso de veneno. Llantos Perezas Último suspiro Y los bostezos de convierten en voces. Voces Voces Mañana, terribles palabras palabras, palabras Continúa la escasés de alimentos para esta famélica alma.    
Desesperación
Autor: Ronald Sanchez  581 Lecturas
I Entre poemas sin nombre oculto estas palabras, palabras de sombras y de estrellas, de sangre y locura y de latidos estrechos. Ojos borrosos envueltos en vendas, una momia ciega que intenta abrazarte; quizás esta noche respirarás aire fresco, brisa marina brisa que quema Gusanos correrán por tus venas mientras cavas tu propia tumba y piensas en tu epitafio. Mientras tanto, yo reiré. Reiré hasta volverme un demonio, uno más en tus sueños. Palabras, palabras... Condenas que perdonan Vocales que caminan bajo las lanzas del Hades. Marcharé triunfante a patear tus dominios, donde jugaste en la infancia (carreras, miradas, burlas y caricias). ¡Que será, que será! ¡Que será de esos niños que reían de tus dedos! Muertos y enterrados comidos por las ratas. (Esas ratas eres tú y soy yo y son todo el mundo). Oriente es el destino, el nacimiento de los hielos, el ocaso de las sombras, el silencio de las palabras, la luz de las estrellas, el fuego de los ojos el amanecer de la noche, la muerte de los latidos y la risa sorda que se escucha desde lejos. II Partiré mañana hacia el Oriente, disfrazado de tormenta,  con la cara cubierta del lodo de tus zapatos y las manos manchadas del miedo que me congela. ¿Dónde está el cansancio que me despertó esta mañana? Partió antes que yo hacia la Tierra Prometida, hacia Canaán partió, y a tierra de Canaán llegó. Se acobardaron sus miradas ante la presencia del oscuro ángel, y de hinojos lo alabaron. Le cantaron los salmos apócrifos, aquellos prohibidos cantos que escuchaba cuando niño; bailaron al compás de unas cuerdas  tañidas por largos dedos cubiertos de la tierra de los sepulcros. Y la invasión terminó en desastre, cuando los miedos de todas las miradas callaron bajo la ira de Dios.
Invasión
Autor: Ronald Sanchez  575 Lecturas
Voy a ingresar a la orgía de este mundo donde aflora burbujeante la cara ácida de la luz. Donde la lluvia tiñe púrpura la piel y los ancianos vagan cojeando en el frío. Cargaré el peso albo de la envidia, cruel rey oculto entre el follaje. Ha llegado la hora de sumarme al fango, con una marca en la frente, con una marca en la frente. El vagar en la grieta, solo con la conciencia, donde las miradas no existen, piendo en el sol que vigila mi andar. y hoy veo un Océano sanguinolento lavar mis sucias manos de la carroña infectada y fraterna que me pudrió. Tengo el consuelo de la Vida, que me toma la mano como un verdugo; encararé el patíbulo con mi marca en el cielo y beberé el vino dulce de la soledad; palparé la muerte con dedos llorosos y me perfumaré en el aroma puro de la muerte.    
Fraternidad (Caín)
Autor: Ronald Sanchez  570 Lecturas
Cuando las luces se encienden y la oscuridad se apodera de las miradas. Cuando los soles ruedan y se alejan hacia tierras desconocidas. Cuando las campanas llaman a entonar los cánticos escondidos. Cuando los árboles envejecen cubriendo los besos que nunca acaban. Cuando las mujeres se pasean desnudas brillando en las sombras y sonriendo a las estrellas. Cuando el alcohol se acumula en las venas llamándote a gritos como bestia hambrienta. Cuando las pinturas coloreen los rincones de los hogares tristes. Cuando el tiempo se detenga y el clima te queme. Cuando las risas estériles ardan en el Infierno. Cuando las montañas se conviertan en vientos y las nubes en ranas.Quizás será entonces (solo quizás, solo entonces) que tus llagas se vuelvan azules, que la vida gire eternamente, que los cielos se abran y vuelen tus ojos, que tus manos giman buscando refugios, que los arbustos resecos se junten con el mar, que las serpientes que se arrastran bajo las rocas crezcan en alas, que la venganza sea buena, que las promesas caigan a tierra como caen las lágrimas en invierno, que tus huesos florezcan al quemarse como un cigarro.Y los hombres, las bestias; y la sal y la mostaza; las letrinas; las bestias que son hombres; las cofradías de mujeres tristes; tus ojos que son diamantes y los placeres de tu boca; las tormentas que se yerguen sobre los cementerios solitarios; todos los años que tiene el mundo; y los carruseles donde jugué cuando niño; y las escenas grotescas de los malos sueños; y los pies, y las manos, y los miembros cortados; las plumas de las aves que llueven en las guerras; y las voces internas que se escuchan desde lejos; y las bombas nucleares después de la resaca.Todo esto renacerá como un beso de despedida.
Cuando...
Autor: Ronald Sanchez  563 Lecturas
Ahogado de espanto temeroso del cielo esperando respuestas como si todo fuera leyenda Ahora quisiera estar en cama, con los huesos cansados de tanto vagar, ermitaño oscuro de los dientes apretados. El sudor se aglomera como la sangre que cual cascada cae al suelo; los ojos lloran océanos de fango que se une al pantano de mi pecho. Es mejor volar al cielo que saltar como un idiota. Podría alejarme de ti                                                               y dormir eternamente.                             Para nunca volver a soñar                             para nunca volver a soñar. Barco varado                        Papel a la deriva                            Impacto de bala que sigue su curso Microbios gigantes                            Bacterias de plata              Noches eternas Sueño sueño ...    
Tuberculosis
Autor: Ronald Sanchez  561 Lecturas
Mentes enfermizas que buscan gritar Sangre en los ojos Todo es locura todo es infierno Miradas oscuras en un mar de miserias Planetas lejanos con oro e histerias Risas que duelen los oídos discretos ¡Es el caos es el caos! Es el caos el que ahoga los estertores Es un dios que escupe los temores Es el monstruo que hace arder las ciudades y vomita entre llamas las pesadillas del cielo ¿Para qué intentar evitarlo? ¿Para qué si es la gota invisible? Soy el hijo olvidado en el reino del miedo Varado en las playas de las aguas oscuras Y mis carcajadas son verdaderos lamentos Que nadie escucha y todos padecen Me he burlado tantas veces de las bestias estúpidas que sueñan con levantarse un día contra sus odios Yo, que todo lo odio que todo lo desprecio que me han aburrido durante siglos los círculos de fuego Me desmayo en un sopor inmenso de dolores terribles He vuelto a vivir en el Infierno.    
Pánico
Autor: Ronald Sanchez  559 Lecturas
La garganta explota en gritos, la cabeza arde en un blanco fuego, los ojos estallan en un rayo de luz, el cuerpo entero gime un lamento. ¿Cuando acabará la miseria que ata los brazos, las llamas que queman los bosques? Primero acabaré yo en una carcajada infinita, y mi rostro se volverá una mueca. Absolutamente nadie cumple sus promesas. please... La palabra empeñada pesa menos que el sol y los cráneos penden de los cuellos rotos. Y aburrido, a punto de caer dormido, estallaré completamente, y convertido en un malvado ángel dormiré con tus sueños.
¿Dónde despertaré esta noche? ¿En qué sueño caminaré en penumbras? Los espasmos se multiplican y el corazón ruge. Ruge como una bestia que se traga los olvidos. Solo palabras que se pierden en el viento.¿En que oscuridad dormiré esta noche? ¿Bajo que estrellas volarán mis ojos? Quizás este ahogo es solo un grito. Quizás es tu risa la que acuna mi cansado cuerpo. Espero que eso sea, solo la fatiga que lapida mis miembros.Ya no recuerdo las voces de la gente. Si miro tus ojos recordaré los míos.— Tampoco recuerdo los gritos ni las melodías. Las palabras han perdido sus tonos. No veo nada.
Viaje eterno
Autor: Ronald Sanchez  557 Lecturas
Lástima, distancia, verdes peligros, secretas espinas que envenenan las visiones, aves que corren huyendo de la lluvia. Porque la lluvia es de sangre, y de sangre son las razones que tienen los dioses para corregir tus errores. Se ha eclipsado lo que queda del día, los viajes cansan las cabezas ardientes. Todo hiede a pólvora y destrucción, todo parece ser un infinito cielo rojo, vacío de nubes, lleno de tormentas. Soy un cometa atravesando los campos, un meteoro estallando ante tus ojos, soy el delirio de las noches de fiebre, y un trazo de sensatez al despuntar el alba. La caída es eterna, pero falta poco para perder la carne.
Lástima...
Autor: Ronald Sanchez  556 Lecturas
Cada vez que pestañeas es un segundo de irrealidad, como las luces de los últimos días de un invierno frio y desolado. Y tu cuerpo se aleja siglo a siglo, en un rito que jamás debió comenzar. Los océanos de tus ojos se eclipsan de nubes que presagian una tormenta que ha de venir, y las llamas de tus manos empujan los ocasos hacia un abismo celestial. Todo lo que he tenido ha sido tuyo. Imagina que tus sueños se confunden con los míos.-- Cómo lo fue en las noches de bohemia, con el sabor amargo de los labios y la mirada estrellada de colores. Como avalancha se oscurecen las ciudades, y se alejan... se alejan... Al cerrar los ojos nada existe, y me borro de las historias que algún día se tejieron. No soy... no soy... Lluvia de espadas y espinas de rosas. Los pétalos se quemaron al estrellarse como meteoros en los cielos. Cierra los ojos... cierra los ojos... Baila, baila, vuelve a bailar la danza de los demonios... Cierra los ojos Cae Vuelve a caer El dolor no importa La soledad no existe Cierra los ojos Silencio...
Desaparecer
Autor: Ronald Sanchez  550 Lecturas
Banderas flamean en lo alto del campo de batalla. ¡Revoluciones, guerras, muertes y lamentos! Sobre todo los lamentos, esos que sangran los oídos hasta caer y erizan la piel hasta quebrar. Lo absurdo Lo irreal Lo onírico Todas las pesadillas del mundo en la palma de la mano. Camino sobre brasas como los hombres horribles. Corro sobre los campos como mariposa estúpida. Mírame como miras las nubes con forma de ojos. Suéñame como sueñas en las noches ígneas. Grita como gritas cuando el mundo cae a pedazos. Cierra los ojos y despierta de nuevo, ilumina el horizonte cada vez más lejano. Los aromas de putrefacción inundan la habitación, y vuelas por el infinito compenetrado con el mar y la sangre.
No quiero ser sabio ni tener suerte. No quiero sacrificarme  por un puñado de imbéciles. No quiero asesinar los besos idiotas a los sueños sin sentido. No quiero saber tus secreto, que has atesorado en el cofre de las estrellas. No quiero, no quiero, no quiero. No quiero quemarme en el mar ni nadar hacia las llamas del cielo sepultado por las noches. No quiero desollarte los párpados e inundar de fuego las miradas cansadas. No quiero plantar semillas en tierras baldías, perdidas en las islas abandonadas de la mar infinita. No quiero derrumbarme como torre en llamas, ni lanzarme al vacío en un vuelo estéril. No quiero sentarme junto a ti y ser ignorado como un perro muerto. No quiero terminar hecho mierda de frente a un muro desnudo que mirará con sorna todo el esfuerzo realizado. No quiero dormirme sin haber terminado el trabajo ordenado por los dioses.
No quiero...
Autor: Ronald Sanchez  546 Lecturas
Y caminé sobre las brasas, y no quemé mis piernas, largas como la eternidad de los vientos cuando soplan en el ocaso. Miré a los ojos a la noche, y escupí con vehemencia los cuatro puntos cardinales. Todo es pavor bajo el rocío de sangre. Quizás algún día regrese a empuñar la espada que el aliento corta. Mañana sonreiré al alba, con esa sonrisa estúpida que tienen los enamorados.-- ¿Alguna vez me he enamorado?. Soy un estúpido. Pero ahora la oscuridad arrecia, tormenta gélida que palpita al horizonte, lejana y difusa bajo el fuego ajeno. Nadie comprende las oraciones que digo en tu oído. Nadie, ni siquiera tus ojos. Mi cabello se ha alejado como todas las noches, el cigarro se vuelve polvo como todas las noches, el vaso desaparece como todas las noches, y como todas las noches me acuesto despierto. ¡Vueltas, vueltas, vueltas, vueltas!.-- ¡Baile, baile, baile, baile! Mañana sonreiré al alba, y no hay nadie conmigo. ¡Eterna soledad de la mirada triste! ¡Mira lo que has hecho con mi cuerpo envenenado! ¡Mira en lo que has convertido éste espectro mudo!.-- En una estrella lo has convertido, en el polvo que pisas cada día cuando vas hacia las rocas. Esas rocas que golpeas como el mar a la tierra. Mañana despertaré y sonreiré al alba, como cada día... como cada día... como cada día... como cada...

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