• javier castillo esteban
raskolnikov
-
  • País: -
 
Al mediodía El manuscrito de las virtudes. Aquel que pocos entendían y la muchedumbre ensalzaba sin remilgos, aquel que desde su preponderante sombra castigaba a quien con usura hablara de algo tan mundano como su valía. Éste sólo quería sonreír y ser cómplice de asiduos lectores que sin segunda catalogación  destriparan  su vida, tan frágil tan intuitiva, que parecía sencillo perorar sobre sus díasEstos fieles devoradores de páginas eran valientes e intrépidos buscadores de alturas  que a ellos correspondían A no pocos lectores inscritos se los ha llevado la cultura de cañería que promulgada sin medida.Así busca el tiempo su lugar entre escombros de papel y tinta seca, de ojos curiosos se compone la densa sustancia que impregna inmisericorde el color de las tardes lentas y tranquilas reposando sobre el diván leyendo libros de caballerías.Ahora vuelven las letras imprecisas, se oyen en la distancia, cuchicheando acerca de tal y cual, de lo actual y lo prosaico, del estandarte que portan los intelectuales de época que han perdido intencionadamente la brújula para encontrar el camino de vuelta, el regreso a un tiempo de ilusoria sabiduría y vagos escarceos, de falsos amores y besos de galería La Al escritor y al ingenioso dedico yo estas letras, pues si pudiera asumir el olor de este pestiño como bien se yo que debería, convertiría el papel en ensayo clínico de lo que resta en adelante, atisbando quizá un poso de intención almizclera aun siendo mediodía y cautivo del pasado ausente, que nunca lo fue en realidad, sino más bien una maquinaria desengrasada que ha vuelto a funcionar .
EL CONVENIO CON LA CUN, TRW Y OTROS DESASTRES FORALES… Podemos incidir y perorar sobre asuntos de “gran calado”, pero inevitablemente seguiremos topándonos con artículos y aseveraciones propias de los más  artísticos y trillados tópicos. Aun con todo, se vuelve necesario un repaso de lo que acontece en este pueblo, aunque solo sea por mirarnos un poco más el ombligo y dar regusto al paladar, y también a la pluma.Según yo lo veo, presumiblemente desde un prisma igual de ignorante que despótico, las reclamaciones de estos últimos días tienen más que ver con una disputa por la cerril conciencia de justicia, un concepto que casualmente y con vehemencia ha irrumpido en nosotros de repente…¡Nada más lejos de la “realidad”!, pues a estas alturas a nadie sorprende la profunda insolidaridad que aireamos sin pudor las veces que haga falta, igual que unos borricos consumados a punto de reiterar una acción automatizada e idéntica a la anterior, cuando se trata de preocuparnos por los problemas que crecen en tierra yerma, donde los plebeyos son olvidados por su capricho de pertenecer a su Estado de Bienestar.He oído decir:" ¡Que paguen, que bastante hemos sufrido ya por su culpa!"Enseguida hemos de buscar responsables a los implacables atropellos que sufrimos si llega el momento de enfrentarnos cara a cara a nuestros provilegios. Por supuesto no cabe duda de que nosotros estaremos del lado de la conciencia y el saber hacer, y que lo sobrante es lo inmediatamente anterior a lo que hoy construimos nosotros humildemente.Por tanto, el problema se acota y no deja residuos a su paso, ni siquiera el afán destructor de un gobierno envalentonado.Ya no se trata, pues, de poner pancartas más grandes, ni más blancas, incluso de ponerlas en dos idiomas para prostituirse con más credibilidad al servicio de la Zona Mixta. El objetivo es clavarse a una cruz de madera y sangrar lo más posible para demostrar a las vetustas cadenas que somos las víctimas y ellos, hoy es Bildu mañana Upn, los hostigadores de la estabilidad y representantes del desprecio.En definitiva ¿Quiénes son los responsables? Nosotros, de nuevo. Las escamas de un noble compuesto humanoide que se jacta de su compromiso con la humanidad y da lecciones de filantropía a un módico precio, sin rasgarse los harapos comprados en rebajas.Los mismos nuevos  ricos que hablamos en condicional y pasamos por alto nuestro Talón de Aquiles ya que nuestro bolsillo resuena con alegría.¿Qué más dará si a 250 personas las echan de su trabajo o a 2500 les quitan sus “no privilegios”? Siempre quedará la Vieja Guardia regresando a galope para abordar tamañas injusticias con la Presidenta del Cambio, esas celebérrimas  caras de palurdos sin remedio que un día aprendieron a hablar sin acento, sonríen y se tienden la mano. En cualquier caso:  Despidorik Ez! Hulegas a gogó, No a los recortes de unas más que merecidas vacaciones, y sanidad privada a cargo de  UNICEF Navarra. Ya protestaremos los demás por vosotros desde el sofá del INEM, cuando los grandes colectivos pasen a ser “ASQUEROSAS MULTINACIONALES” después de haber sido una empresa puntera que debía mantenerse en todo su esplendor por el bien de todos los navarr@s.
Atrapa a un 3 de diciembreSólo me queda plagar de sarcasmo estos renglones para demostrarte que, yo, también soy tú,al margen y por encima de quien prefiere descoronarte y convertirte en terruño de diversidad,sobre cuyas raíces no sólo el sentido común aflore, sino donde la paralela aventurasecesionista que nos “une”, venza la batalla que libra contra las tropas invasoras, asentadas enPríncipe de Viana nº1.Lo bizarro y lo real se mezclan cuando de ondear la bandera de nuestra comunidad se trata,tornándose éste en un síntoma subversivo, en unos indicios de enfermedad rancia ytradicionalista, en un arma arrojadiza de la que este gobierno”plural”, que tilda de resentidos atodos los que nos sentimos orgullosos de colgar en nuestro balcón el rojo y las cadenas,pretende proteger.No parece casualidad entonces que el día del euskera se fije el 3 de diciembre, como tampocoel hecho de invertir el orden de los idiomas, de izquierda a derecha, en los impresos ycomunicados emitidos por la administración. Pero sin duda, esgrimir spots publicitarios ensalas comerciales, previos al visionado de una película, aludiendo a la fibra más impresionablede los navarros mediante palabras tales como: Kiliki, Txistorra u Osasuna, con el único fin dehacernos entender qué éramos antes, dónde radicaba nuestra intolerancia y los pingüesbeneficios de declamarnos diferentes, resulta, cuanto menos, repulsivo. Todo ello por cortesíadel Gobierno de Navarra y merced al afán de fomentar el pequeño comercio frente a lallamada en orden del general capitalista.Entiendo, pues, que hemos pasado de ser viejos aniquiladores de la cultura a loables yconsiderados vecinos, sometiéndonos a un revanchismo más innovador y sofisticado que nosconduce subrepticiamente a euskaltegis y demás senderos populares, eso sí, de la manera másdemocrática que ha conocido esta tierra.
governum
Autor: javier castillo esteban  366 Lecturas
Se ríen de mí por no reír como ellos, por no hablar como ellos hablan. Creen en la inocencia de su violencia aun cuando me ven llorar. No deben significar nada las lágrimas, pues, tan olvidadas en pupilas yermas.Su piel es tostada, seguramente por pasar largas horas debajo de la esfera irritante. Tampoco son ellos más mundanos al tragar con la vida igual que un carro de mil piedras.Yo también sé cargar sacos llenos de dolor sobre mi espalda. Las calaveras chirrían por el roce, se sienten ocultas, pero detrás de la tela las oquedades del hueso ofertan lugar para las alimañas.Ahora, y más adelante, el lienzo será la expresión de un confidente acusado de traición. OBligaré a su ahuecada oreja a escucharse las venas.
Nueco conato de conflicto.Parecía Carlos empecinado en no escurrir el bulto. Alfredo, en la misma intensidad de ceguera, dio un manotazo a la carrocería de cuero blanco. Yo ensimismado, si una, si otra si las oportunidades perdidas.flarMiraba por el cristal, los edificios hacían un esfuerzo por camuflar su ignominiosa contemplación . No lo conseguían.Antes de cenar fui al cajero y saque la tarjeta olvidando el dinero , nuevo y liso, en la boca expendedora.Me habían robado. ¿Rabioso, resignado? Creo que ninguna de las dos. Mi acompañante en el cajero salió silbando con cara de no conocer la calma. Cené de prestado aunque prometí devolver el dinero a Carlos después de jugarme la calderilla a rojo o negro. Casino cutre, dependiente más si cabe. hurgué en cualquier recóndito bolsillo con cremallera. Ahí estaban mis 20 euros robados y pocas monedas más.Rojo, impar, tercer tercio...10 euros de vuelta a las arcas de Carlos. Fingía incredulidad al comprobar que nadie me robó el billete.Cuando salimos pido el cambio de monedas por billetes . El rostro detrás de la cabina me hace el cambio a regañadientes. Noche suave después de la tormenta. Miro a Carlos y dejo que sea Feliz unas horas más, Previa promesa, mediante este relato, la vuelta de los 20 euros sin retorno que creyó colarme disimuladamente en la cartera.
Robo
Autor: javier castillo esteban  375 Lecturas
COMANDANTES DE SILLON        La semana pasada vinieron los padres de mi pareja a pasar unos días por Pamplona. Agosto. Cielo gris. Como es habitual en cualquier visita, les enseñamos los apartados más notables de la ciudad  cuando, a la altura de la calle Chapitela, reparamos en un grupo de individuos apostados en uno de los chaflanes. Tenían montado un stand con diferente merchandising revolucionario, sendas banderas comunistas y una pancarta con un lema que rezaba: “Solo el pueblo venezolano es dueño de su presente y su futuro”. El cielo seguía amenazante, hacía frío. Las opciones de piscina u otras actividades estivales estaban descartadas para ellos, por lo que era preferible pasar la tarde adoctrinando a una juventud gratuitamente sin tener cuidado de si existe de verdad una masa que calla y difiere mucho de ser engañada, pese a su silencio.  Nos dirigimos a hablar con ellos y preguntar la posición que tenían ante la situación que vive el país de los barriles vacíos, pues mi pareja y sus padres son venezolanos y han tenido que abandonar el país por razones más que obvias y fundamentos demasiado prolijos como para enumerarlos en pocos párrafos.  Ajenos a la posibilidad de entablar un diálogo más o menos sereno, se dedicaron a elevar la voz y enfrentarse , no especialmente asertivos, y a proferir apelativos como “ escuálidos”, por otro lado bastante trasnochados y de adolecida imaginación.  Apelaban al sinsentido y nos acusaban de ignorancia sobre el tema, desoyendo la historia incómoda de quien ha sufrido una experiencia directa. Pareciera que a miles de kilómetros se acumulase más material y más riguroso para ahondar en la problemática y defender ciegamente lo que le dicta la dirección homóloga en Navarra. La discusión no duró por mucho tiempo. Sin embargo, en el momento en que me dedicaba a convencerlos en desistir, basándome en la invalidez de nuestro propósito y su yerma reacción, aparecieron dos chavales oriundos de Caracas. No pasarían de los 25 años, pero, al igual que mi pareja, habían aprendido a sobrevivir lejos de su familia, en un exilio mitigado por rostros  que fingen que “la situación no está tan mal” a través de una pantalla, a no volver la cara ante la insensatez de quien se empecina en sostener palabrería y fanatismo, a soportar a quien sostiene una soberbia recalcitrante desde el calor de un lugar que no padece hambre ni carece de libertad. Arropados por ellos les dijimos “sinvergüenzas”, aunque eso poco les importa, pues su destino únicamente les aguardaba variaciones entre u bar u otro para potear después. Al fin y a la postre las lágrimas se sienten más sinceras en soledad, sin necesidad de dar audiencia al artículo, pero con el fin de apostillar la crítica sorda, que no escucha reproches, y que sin ningún tipo de cortapisas ni censura, todo el mundo puede atender.
LA DIVINA TRAGEDIA  Cerca del 40 aniversario de la Revolución Iraní lideradapor Jomeini, muchos nos preguntamos si, con posterioridad a la destrucción de un proceso autocrático y fuertemente alicatado por las castas palaciegas, ha habido de verdad un cambio detrás de un paradigma socializador traducido en lo que hoy conocemos  como Estado Islámico. Ya advirtió Trump que quien arropa al terrorismo “se arriesga a ser su víctima”, después del ataque que perpetró en junio el ISIS al mausoleo de quien fue más héroe que villano derrocando al último Shah. Unas palabras que, con razón o sin ella, conducen a una inevitable reflexión sobre la situación que sufre, no solo occidente, sino el mundo entero.El jueves en Barcelona, y, lamentablemente, otro día cualquiera en que luzca el sol y la brisa recorra la aparente cotidianeidad, la primavera árabe corre el riesgo de derramar una nueva lágrima mezclada con almizcle, pues un conflicto de semejante envergadura carece de la composición de una tierra fértil y la profundidad de un nicho suficiente en la que enterrar un conflicto global y con demasiadas partes involucradas.La Guerra Santa se declaró hace ya tiempo y nosotros: armados. Pero, ¿De qué?; Del skyline de ciudades que se han deleitado con el regusto metálico de la sangre, de crespones edulcorados que adoptan idéntica tipografía en telediarios y redes sociales, de programas “informativos” y de declaraciones sensacionalistas que pretenden alimentar la tragedia. ¿Cuándo hemos recibido nosotros, de la jurisprudencia cristiana, la vara para medir actos tan desalmados de una forma tan trivial?Nuestros verdugos: 17, 22 ,24 años… Son solo algunos de los diques artificiales que ha impuesto el destino a su supuesta causa. Vidas frágiles, y yermas ya. Edades que, sin identidad en el futuro, sorbieron las lacerantesenseñanzas de sus maestros y que han cicatrizado con la muerte. Los primeros, aquellos que han tragado con la interpretación “ad hoc” de estos últimos al enunciar Yihad. Ya no como “esfuerzo” por crear una comunidad musulmana mejor y presta a una causa noble, donde la paz y la armonía, desde la vivencia y el respeto de los principios del Islam, auspicien la propia vida. No.  Sino, más bien, como un salvoconducto entre Alá y la tierra, cuyos únicos intermediarios son la miseria y la soledad que circunda la juventud, ese espacio inhóspito y anodinado por la sociedad.En nuestro objeto reside, pues, la capacidad de captar la belleza de esos rostros jóvenes y con aspecto pueril. Cojamos aliento, respiremos una vez más y afrontemos elreto, en ocasiones ímprobo, de atisbar una brizna de fe en la convivencia. Un “esfuerzo” por regar cada mañana, entre todos, un jardín sin dueño, un lugar que acoja tallosverdes y sin forma, que den frutos y no polinicen de virosis a los que están por nacer.
DE RATONES Y HOMBRES Ni el mismo John Steinbeck debió  de ser consciente de la impresión que marcó su obra. Tampoco los cientos de alumnos que leen la novela a diario en las escuelas americanas.  Una historia acerca de la amistad y el vasto precio de su contenido. Quizá, no es seguro, algunos encontremos en aquellas líneas un espacio recóndito y rodeado de zarzas para creer en el ser humano.  Lo pretencioso de esta carta pugna seriamente con la sensibilidad, pues el objeto de la misma no es urdir un ensayo sobre el literato ni regodearme escribiendo de literatura contemporánea. Dos sucesos con los que, sin quererlo, he tropezado esta semana, y que para mí son dignos de mención, me han llevado a recordar a aquellas personas que aún leen las Cartas al Director. Éstas, plasmadas en una única hoja, pueden parecer intervenciones rutinarias, incluso hay quien las considere exclusivamente reforzadoras de una la línea ideológica. Puede que sí, puede que no, un contingente irremediable. En cualquier caso, tras haber recibido la gratitud de dos personas (ellos son los sucesos) y el respeto por opiniones como la mía y el resto de ciudadanos escritores en este espacio, me siento orgulloso, no de mi persona, sino de las bases que sustentan la opinión y son altavoces del pueblo.  Vivimos una era de escasez lingüística, y lo que es peor, adolecida de buenas palabras, en donde el misil informativo prima sobre las pequeñas aportaciones de los héroes anónimos, los que pican piedra y recogen montones. Ya es hora de que nuestras incursiones verbales no queden relegadas a conversaciones de bar. Que salten al papel, que emborronen de tinta el soporte que únicamente convierte la voz en algo tangible y veraz. Es ésta, una simple razón como cualquier otra, la que me ha hecho volcarme sobre el ordenador una vez más. Ánimos  para todo aquel que conserve un ápice de interés por conocernos a nosotros, y a la sociedad que configuramos, porque, a pesar de que el verbo destile debilidad, no es irreductible, y hallará razones todos los días para expresar lo que otros no tienen ganas o simplemente dejan para otra ocasión. Que no quede faro sin luz ni astillas sin arder. Leamos, escribamos y compartamos, no como doctrina ni dogma trasnochado, sino como lanzadera de ideas y juicios, aunque sean reprobables, pues en la reprobación duerme la crítica de otro individuo disconforme, y por lo tanto real.  Sorteemos el miedo que tuvieron los protagonistas tras elegir la vida. Ni es frágil ni se quiebra con tanta facilidad como aparenta. El Diario sigue vivo y nosotros con él.
La vida, en cada tiempo, sostiene de suspiros palabras suicidas que van al mar. Piélago extraordinario que hoy regala una visión destartalada y libre de reflejos. Allí navegan mis ganas, tristes, desconsoladas, que con breve aliento recuperan agua, manantial, fruto fresco y descompensado en gusto.Qué alborozadas suenan las letras en este viaje, qué alud de mentiras, bellas y sinceras, las que ahora por vez primera he visto fenecer al abrigo de la noche.Mueren los párpados de nuevo, mueren para ser buscados en torno a tierra seca, de pegada pesada y raíz beata, de sueños ensangrentados tras arañazos indefensos
-No esperes a que, muerto , caminen tus pasos-Me dijo contrariado un hombre que reconocía el sol de mirarlo y no por calentarYo, así, sin saberlo, sonreí.Que habría la decrepitud de encontrar a su edad, asustada y a distancia de la nuestra- no resuelvas por vergüenza en soledad  las dudas que seguirán siéndolo - esta vez incurriendo en un gesto que dobló su cuerpo en señal de vencimiento Aquel ser ,venido sin anuncio, me dejó una nota después de morir.- yo ya he estado allí , ¿y tú? Sigues imperecedero, pero de piedra-Fueron igual tres veces las que hicieron tañido las campanas¿Para qué?-Para vivir, supongo.Su voz se dispersó  lejos de allí , en cualquier otro lugar del futuro 
( Me acariciaba después de hacerme el amor. El misterio hedía al tocar su piel desde abajo, mientras una gotita caía a trompicones por su pecho, resbalando en cada curvo vestigio de placer. En otra dirección, antagónica al fluir de mis pocas palabras , la seguí hasta que desapareció en el ombligo)- ¿Piensas en la muerte a a menudo?- Sólo cuando dejas de tocarme- Lo digo en serio...- Yo, también. Pero creo que no es real, sino una ilusión fruto de la ansiedad- ¿Una recreación nerviosa?- Algo así. Siempre nos imaginamos el final como un agotamiento del que no se puede deducir paz.    - ¿Repentino?    - Depende de cada muerte    - Al final... todas son iguales.(Se quedó largo rato mirándome con una sonrisa inescrutable que duró unos instantes.Sus ojos, tornados en desprecio, pronto me anunciaron el reflejo que empuñaba debajo de la almohada)   - No lo creas
Esperar y esperar…  Así, con esta reiteración pronunciada sin una clara dicotomía, podríamos resumir el sino de los protagonistas de este film estrenado en 1942, una fecha que no obviaremos si tratamos de entender  el contexto histórico e interiorizar el mensaje propagandístico presente en prácticamente toda la película, algunas veces de manera más sutil y otras más diáfana. Meses antes de la proyección de la película, EEUU había sufrido un ataque en su base naval de Pearl Harbor, lo cual supuso la posterior entrada del país en la Guerra. Sin embargo, la población se encontraba en ese momento fraccionada entre los fieles a  la participación en el conflicto y los que se mostraban reticentes y abogaban por una postura neutral.   La premier  de la película en Nueva York fue un éxito y se tornó en un  elemento catalizador, una suerte de catapulta para escépticos e indecisos. Ingrid Bergman y Bogart hicieron el resto suscitando el deleite de la crítica delante y detrás de la pantalla y sirviendo de puente para el gobierno americano. pues el rodaje coetáneo con sucesos actuales ganó en profundidad y tuvo un fuerte impacto en una sociedad  avezada a soñar con el cine que engullían.   Casablanca respira sin asistencia y escupe  desabridamente su verdad, aquella que los ávidos lectores evocarán irremediablemente del Argel camusiano. La ciudad está ambientada en 1941 y refleja la colonia francesa bajo el gobierno de Vichy- La relación entre el prefecto francés Louis Renault y el Mayor Strasser manifiesta este patrón colaboracionista con el régimen nazi- A medida que transcurre el metraje nos imbuimos de la desesperación que portan quienes se dejan caer por el Café de Rick, un lugar de encuentro para refugiados y de todo aquel que huye de la Guerra con la esperanza de hacerse con un visado que los conduzca al otro lado del atlántico, un guiño al país de las oportunidades que represente el continente americano. Rick (Bogart) regenta este café/casino, y se presenta  como un hombre cansado y en cierto modo cínico y aparentemente situado al margen de la problemática que lo rodea, actitud que la narración expondrá debido a un desencuentro amoroso en el pasado con Ilsa( Ingrid Bergman). Las frases que contiene la película cobran una importancia capital y son la base del mensaje propagandístico que arroja su visionado. Así en las primeros compases de la película, presenciamos la visita que recibe  de Ferrari, dueño de otro local de la ciudad, en donde éste desafía la actitud  desentendida y poco colaborativa de Rick, cuando dice “El aislacionismo ya no es una política práctica”, haciendo alusión a la población americana contraria a la Guerra.   Por otro lado,  los estereotipos formados en pantalla ejercen de paradigma para muchos soldados americanos que tuvieran miedo de no volver a ver a su familia después de partir hacia la Guerra. Para ello, tanto la figura de Rick, al dejar partir al amor  de su vida con otro hombre por  ayudar en Casablanca, diciendo: “ Yo tengo mi labor aquí” , o Laslo, quien a pesar  su matrimonio con Isla pide a Rick que le dé un visado con el fin de salvarla, anteponiendo el honor de la lucha a una vida los dos juntos. La Guerra está por encima de lo demás, incluso del amor. Siguiendo esta misma línea, otra escena resulta significativa  y apela a la virilidad del potencial combatiente en su aportación a la causa por justificar el alistamiento.  En la segunda mitad de la película, la presencia de oficiales nazis en el café se incrementa al punto de apropiarse del piano que antes tocara Sam, entonando canciones alemanas. La respuesta se traduce en un canto de la Marsellesa a pleno pulmón por parte de los franceses que allí se encuentran. La consecuencia de este atrevimiento es la clausura del local de Rick. Por último, me gustaría señalar una de las últimas escenas de la película que creo, por su duración incisiva en pantalla y su muestra cuasi publicitaria, se convierte en el eje vertebrador y  sirve como colofón. Después de que Rick tienda una emboscada al Mayor con ayuda de Renault, el prefecto descorcha una botella de agua (Vichy Water), no sin antes percatarse de su procedencia. Una vez así, la tira a la papelera y después la patea, posiblemente en un gesto por rebelarse contra las directrices que imponían los nazis al gobierno colaboracionista de Vichy  La estridencia de la escena es reemplazada por otra en laque  la dirección de dos rostros contemplan 
CASABLANCA
Autor: javier castillo esteban  371 Lecturas
La última vez que la vieron sonreía sin ganas. - La hemos buscado en  los andenes de salida, pero no nadie allí la ha visto- No ha podido salir del edificio, Marta me ha llamado al mediodía preguntando si estaba enferma- Volveremos a la comisaría, nuestros compañeros siguen con los testigos - ¿ Qué testigos?- Perdone, hay dos vecinos que está muy exaltados que pretendían contarnos algo´- ¿Y por qué no nos habíais dicho nada? - Ahora debe tranquilizarse y dejarnos trabajar. Le informaremos tan pronto tengamos nuevas pistas- ! No quiero tranquilizarme! No quiero pistas! Las diez plantas se recortaban detrás del bosque. Dentro, a través de un enjambre de ramas, una plaza y una fuente solitaria, dos bancos rojos en los que aparentemente no pasaba nada. El polvo se mezclaba con las bolsas vacías y los restos de la merienda. Remolinos en espiral guiados por el mal aguero condujeron a nuestro protagonista hasta el portal. Primer piso.Un hombre de gran envergadura volteó la puerta escondiendo la mitad de su cuerpo. - ¿ Qué desea? - Busco a mi hija, no la encontramos por ningún lado. Se llama Clara, creo que ya la conocesEl hombre negó con la cabeza insistentemente. Algo giraba a una velocidad delirante- ¿ Estás seguro? - Ya le he dichos que no. Hasta luegoEn se momento interpuso el pie entre el marco y la puerta . Respiraba hondo, más fuerte de lo que hubiese imaginado. La puerta cedió un poco más en el forcejeo- !!Clara!!- !No puede entrar a mi casa!  Los cuartos vacíos despedían su hedor detrás de cada cortina . La humedad había desconchado techos y paredes. Todo simulaba parte un decorado hecho a medida del espectáculo. - ¿ Qué es este sitio ?, se preguntaba en realidad a sí mismo con la cabeza abajo. -El hombre prorrumpió en una inefable carcajada - deberías decir quién es este sitio...- Cuando se volvió ya no reconoció aquel rostro con los labios pintados y la raya de ojos descorrida.El gramófono se detuvo-! Ámame!
PERDIDOS
Autor: javier castillo esteban  355 Lecturas
Qué sola se deja ver la lágrima , apartada incluso de terrenos sin hollar y construcciones horripilantes. Camina siempre evitando haces de luz que la hablen de sus mentiras , de sus idas y venidas, de mártires compromisos con la vida . Tan desterrada, que cae de bruces sobre otra hoja infesta de tinta. En ese lugar los monstruos escriben literatura de altura . Empujada al fin desde la otra fila de butacas , vierte lo que solo ella sabe a cierta ciencia. Consigue únicamente volverse ante el público harto de pena.De una vez, amalgama de culturas y estrambóticas decencias, acuden a sus pómulos rosados. Aquellos endurecen afiladamente sus curvas  sirviendo de impulso vehemente. Páramos, montañas y ríos son sobrevolados de actuación, fruto de una mezcla entre sensibilidad artística y el verdadero objeto que impone sus reglas .
"Hola", me dijo antes de despertar. !Otra vez no! Aquel día, según la predicción, el mundo se preparaba para morir. Miré a través de la venta y contemplé las últimas hojas del manzano cimbrearse. Una ráfaga de viento, una pueril sonrisa, el manillar apoyado en el suelo. Pupilas abiertas, cerca de los 10 años. No lo sabían. Caminé largo rato por la carretera, que a esas horas monopolizaba el espacio que sigue al mediodía y conduce a otro sueño. Las cortinas quietas en las ventanas de los edificios de ladrillo rojo. Habitaciones negras, sin presencia observable a pesar del desasosiego.  Nos habían anunciado un inminente impacto. La radio lo difería una vez más. Por lo visto, nuestros coetáneos se habían desprendido felizmente de sus rutinas, aquellas que preservaban celosamente horas antes. Yo había quedado con Salvador, mi ángel destructor. Más allá de la balaustrada en la que se erige la urbanización, por encima del puente de M, una cultura de otro tiempo se reunía en el centro de la plaza central. Parecían compartir algo más. Se susurraban reiteradamente en un movimiento casi mecánico . Salvador estaba sentado en uno de los bancos , al margen de la confusa amalgama. Fumaba tranquilamente. Una , otra calada y exhalaba el humo. Su indiferencia me daba miedo y al tiempo me atraía . Un comportamiento absurdo como cualquier otro, un libro o una película para hacer culto. Más que eso.La luz se eclipsó de repente.- ¿ Qué hay?Él sacó otro cigarro 
  Cuando pasé la última hoja, lo vi doblarseDos mechones a cada lado, como esponjas, formaban un surco hirsuto, aunque camuflado. El resto de la carne, arrugada, obedecía el dictamen de su frentePedro; ese era su verdadero nombre. De vez en cuando parecía escucharme, encerrado como estaba en revolver la tierra con cada azadazo. Mi miedo no se hacía el estrecho con él.Uno, dos, y hasta tres silbantes movimientos. Las venas se marcaban en espiral por su antebrazo, casi absurdas.Al hoyo todavía le sobraba profundidad y el sol ajusticiaba sus inexactitudes; pronto plantó el filo y me miró. Más adentro, debajo de la piel, algunos murmullos se asomaban retorcidos, dando fe de pensamientos más lejanos.   Como sabría algún tiempo después, toda esta gesta de golpes, no sé si fingidos, se dedicaban por entero a la última y única tarea de todo hombre; olvidar.  Luego de apoyarse sobre sus rodillas, jadeando como un perro, se dirigió al cuarto enrejado. Allí guardaba los aperos y demás utensilios de labranza - Mañana seguiré, espetó con media sonrisa,Así, aparentemente victorioso, subió las escaleras que daban al porche; sus pasos eran lentos, pero firmes. Un sonido metálico, que parecía rodando en círculos dentro del cuarto enrejado, cesó de repente. Pensé en una arandela, de las que siempre hay cientos en ciertos tabucos con olor a humedad.  La puerta seguía cerrada, sin cerrojo, pero inexpugnable ante mí  y mis imaginados seres que acechaban el jardín. Me imagino que ahora no tendrá ese efecto magnético sobre los nuevos propietarios.  Los pasos deshicieron su camino, recortando las escaleras más rápidamente esta vez. Antes de pisar el último escalón, su cuello se volvió en un giro inverosímil, y me miró inquisitivamente - ¿Has tocado algo? - No. Creo que se ha caído alguna herramienta... Se interpuso de un salto entre el cuarto y yo, aprovechando el silencio para empujarme, no sólo a mentir, sino a creer en mi mentira. - ¡Te digo la verdad!, insistí apresurado. - Tranquilo. Sé que no mientes. En ese momento pensé en que había pasado algo por alto. No recordaba una reacción así.- Con la mano detrás de la espalda tiró de la manilla y me hizo una señal para que me acercase antes de escurrirse ante mis ojos.A cada paso notaba mi corazón estirarse y encogerse, al filo de un estrecho espacio sangrante. ¿Era alguien capaz de secretar saliva en una situación semejante?-¿No entras?- Su voz me pareció distinta, irreal.Acaricié la blanquísima jamba que anunciaba otro espacio, cerré los ojos, y, por un instante, creí flotar por encima del jardín y el enorme muro de hormigón. Desde allí, tan alto, la vieja propiedad se parodiaba a sí misma.  
UNA PALABRA Engendra cuando cambia El sentido del origenEl principio de un finalA propósito de su razónPuede ser letal Hasta la olvidada, por ser prosaicaAcepta su papelPorque ella dicta nombre, también lugarDe corriente a singularEntra sin pensar Aun franca, disimulaPero ya es otra, parte de otro himno, Un pedazo de nostalgia, Para alguno, el romántico, Es, sin duda, el que hace magia Luego la luz, que está ya dadaDesnuda su memoria Advierte su intención Pero todo cambiaIncluso esta historia  
Una gota hinchada, a punto de caer.   Más allá, los últimos gritos de la noche  Gruñidos inefables que deja la cacería  El pájaro blanco reordena las últimas ramitas  Parte solo, al fin,  Y vuela, muy alto,   Entre las nubes recrea su paraíso lejano Cercado por tormentas,más que empapado  Sus ojos ya no brillan en adelante  Han hecho de sí la misma aberración  Impertérrito, dentro aún vive   Rememora una zanja en algún punto inconcreto del pasado  Llena de algo aterrador   Pero ya no suena, solo en ocasiones surge un silbido  Prácticamente imperceptible  Que intenta evitar en balde  Alimento, en boca de su madre  Abierta como siempre   Un atisbo en la agradable noche tropical  Una pizca de verdad dentro de este texto 
Normalmente, cuando te acercas a una mujer, ésta pierde todas las cualidades que ha podido crear tu imaginario; en este caso fue distinto.  Pelo negro a juego con su vestido, y sus pies descalzos, suspendidos. Sentada en un banco leía con avidez lo que parecía una novela de las de premios y televisión.Y no fue la tapa,dura, la que servía a la inspiración, sino su pecho libre y apacible bajo el oleaje de un escote. Su mirada en consonancia miraba con atrevimiento, sin amilanarse, pidiendo a gritos que le hablase con voz queda, casi susurrando. Pero no pude, pues la belleza, de cerca, impresiona más que una ilusión.
Un mito. Nada es en balde para el héroe, ni siquiera las tardes aferrado a la lluvia, que cae sin alivio al otro lado de la ventana. Todo adopta un significado, indescifrable, en el brillo mate de sus ojos, un estadio difuso para su séquito, que, a pesar de todo, lo espera enfervorizado, tratando de poner lindes a la incertidumbre.  Se cura, o eso piensa, de una herida profunda, confiado al remedio que Claudia le ha prometido será eficaz. No obstante, el ritmo no es el mismo que el alcanzan sus pensamientos, embrollados en espadas y cuchillos afilados; esta vez la sangre discurre lenta, parsimoniosa, con un tono de ajenidad desconocido hasta entonces.  El héroe pregunta constantemente por su jumento, única vida que, según asevera Claudia, late como antes. Recuerda las tardes montado sobre el lomo de suave pelaje, recorriendo al paso su cuidado vergel. De vez en cuando le ofrecía un fruto al asno, como en señal de caridad, sin reparar en que la vida suya era más dulce que los asaltos a los que acostumbraba.  Quienquiera de nosotros podría verlo reflejado en un caballero que vivió siglos antes, en otras tierras, junto a su animal, su escudero, su amor susurrado y un ideal desquiciado por puya. Sin embargo, tanto el nombre de aquél como el suyo nadie ha tenido el atrevimiento de mentar después de todo. Para qué poner nombre, en forma de hombre, pensaría él a cada rato; y afanados nosotros en traducir pensamientos insondables con el objeto más insondable de la finalidad.Ante nuestra curiosidad sabida, él escribió algo antes de su último estertor:  Después de todo, solo conocemos una brizna de los otros, la otra descansa, muerta o viva, más allá, en algún lugar remoto.  
UN MITO
Autor: javier castillo esteban  308 Lecturas
<< Inicio < Ant. 1 ... 5 6 7 [8] Próx. > Fin >>

Seguir al autor

Sigue los pasos de este autor siendo notificado de todas sus publicaciones.
Lecturas Totales131038
Textos Publicados301
Total de Comentarios recibidos666
Visitas al perfil40947
Amigos72

Seguidores

1 Seguidores
Septiembre 13
   

Amigos

72 amigo(s)
Richard Albacete
Joe
julian pecina
Karen
ROBERTO LUNA
Raquel
juan carlos reyes cruz
Tancor Cial
Viviana H. Mondragón Morales
Joseline Chillogallo
Daniel Florentino López
Natalia
Amanda White
Johan Eduardo
ana reyes
Emme
Micaela
Mia
maria del ...
María Ester Rinaldi
Carlo Biondi
jorge pechi
ViudaNegra
kalutavon
gisela
Oscar Ruano
NELMAR
Silvana Pressacco
MAVAL
MARINO SANTANA ROSARIO
Eduardo Fabio Asis
GAF
Diego Luján Sartori
Sara
Juan Carlos Calderón Pasco
Marìa Vallejo D.-
Kelly Lisbeth Martinez Hernandez
Enrique González Matas
Edgar Tarazona Angel
inocencio rex
José de la Cruz García Mora
Guadalupe Mendoza
German Karel Hanisch
Sandra María Pérez Blázquez
Juan Alvaro Quintero Ramirez  JOMBO
nayareth vega
Artorius
IVONNE RAMIREZ GARCIA
**Leticia Salazar Alba**
esmeralda
LUZMA54- LUZ MARINA VASQUEZ
Azucena
Lucy Reyes
Esmeralda Tabullo
luna austral
Gustavo Adolfo Vaca Narvaja
antonia
estefani
Mariana de Jesús
Liaazhny
Nooemar Hevia
Abraham Arreola
DEMOCLES (Mago de Oz)
Elvia    Gonzalez
José Orero De Julián
Roberto Funes
Getzemaní González
Cande
daniel contardo
un sentimiento
LAHILA ARANDA
ALFREDO MENDIOLA
 
raskolnikov

Información de Contacto

-
-
jcepioxvii@hotmail.com/facebook

Amigos

Las conexiones de raskolnikov

  ralbacete
  Prometeo encadenado
  julianpecina
  Karen RZ
  ROBERTO LUNA
  Racrizu
  juan carlos reyes cruz
  Tancorcial
  anyel
  jhove98
 
<< Inicio < Ant. [1] 2 3 4 5 6 7 8 Próx. > Fin >>