• Alberto
patraka29
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 Querido amigo debo ser franco contigo y antes de todo, debo también disculparme por mis ausencias, por mis mensajes sin respuesta, las llamadas no contestadas y por los compromisos cancelados, en verdad no deseo ser malo contigo; lo que sucede es mas fuerte que mi voluntad de seguir, créeme cuando te digo que me he regresado ya estando listo y con un pie en la calle para volver a mi zona de confort, se que estoy mal, pero como te hago entender que no veo las cosas como tu o los demás, que no percibo la alegría de estar en esta realidad, que no logro entender hasta lo mas obvio, simple y sencillamente por que se me hace absurdo, tan primitivo tan burdo. Vengo de un mundo en donde las emociones dominan el actuar de los seres, en donde existe felicidad no impositiva, en donde los sonidos van a la par de los colores, en donde por el simple hecho de desear algo ya lo estas disfrutando.Discúlpame querido amigo me esfuerzo por encajar, pero al pasar de los días y los años me he dado cuenta teniendo la certeza que no pertenezco a este mundo al que tu llamas hogar, soy un ser extraño que no logra encajar al 100% en ningún lado y antes de perderte prefiero ser sincero y pedirte un tiempo el cual me ayudara a ponderar mi estancia en este plano, lo hago por ti querido amigo para que la próxima ves que nos encontremos evolucionemos juntos.  
Querido amigo.
Autor: Alberto  336 Lecturas
De pronto el sonido de unos tambores logra despertar al combatiente descubriendo casi al instante  un pequeño pero adolorido tatuaje de unas garras, no podía estar sucediendo un sentimiento de rabia estremeció su cuerpo, aquel feroz león había logrado su cometido, había dejado huella en su formado y tonificado ser; bueno que se le puede hacer, creo que todos somos parte de un pasado ya sea oscuro o iluminado; con la aceptación y resignación viene el olvido junto con el perdón.No es así, por algún extraño motivo llamado dolor y venganza esta guerra sigue, y no descansaremos hasta verte derrotado, hasta que puedas palpar mi dolor, mi angustia, mi frustración e impotencia, mis preguntas sin resolver, mis lagrimas que brotaban y quemaban como acido mi pequeño y destruido corazón, hasta que puedas lograr lo imposible, hasta que tengas el poder de resucitar a los muertos, así sea en esta vida o en el infinito, este sentimiento te seguirá hasta cobrar justicia por lo que le hiciste y me obligaste hacer... el, yo, seguimos perdidos, seguimos dispersos en las sombras, no hay descanso; a diario esta locura nos invade esta presión nos sujeta, es como una explosión de la cual brotan alas manchadas de sangre, cayendo a rodillas deslizándonos en un oscuro espiral. Y bueno a todo este drama, debo saber que sucedió, que fue lo que nos hizo, le pregunto el corazón al soldado y este quiso responderle, interrumpido por la voz de la realidad, exclamando abre los ojos !Esto e slo que hizoesto es lo que hay... esto es lo que queda.  
Desde una pequeña abertura además de sonidos extraños, rayos penetrantes de luz plateada iluminaban todo se entorno. Él, observaba y meditaba... pensaba lo que podría hacer, imaginaba la vida que lograría, si tan solo se le brindara una oportunidad, pensaba esta vez lo haría bien, llegar a construir recuerdos felices que al ser invocados se manifestaran por medio de sonrisas, dibujadas en los rostros de aquellos. A la par susurrándole resonaban murmullos en sus cienes, acaso son voces? que otra cosa podría llegar a ser, es esto real? o producto de la falta de aire, consecuencia del aislamiento al cual se le había condenado, un destierro vigilando por figuras oscuras que con su sola presencia erizan al más valiente de los hombres. Son voces tristes, enojadas, confundidas, alegres que a criterio de cualquiera podrían llamarse locura.De repente el brillo se volvió cegador, un silencio ensordecedor estremeció su ser, había cruzado, había llegado a otra dimensión, ¿Qué es esta sensación? Es tan, lo interrumpe una voz en su cabeza y le dice… desconocido; la frecuencia de energía que se maneja en este plano me hace daño (pensaba para sí) creo que esta sensación es un sentimiento es imposible al menos para mí. A lo lejos observa figuras con aspecto humanoide, que conocía por historias relatadas por sus ancestros. Será divertido debo emprender este viaje, debo enfrentar, quiero vivir, deseo sentir; y con todas las fuerzas que le quedaban, sella el portal dimensional concluyendo una transportación exitosa.Cuanta fata me haces viejo amigo, se repetia, recordando la silueta, su textura, el poder que emanaba cuando lo utilizaba y la protección cálida que le otorgaba, prometo encontrarte así sea lo último que haga ! . . .
El Soldado.
Autor: Alberto  331 Lecturas
En posición camuflajeada, completamente en silencio. Después de tanto pensarlo se atrevió! Pensó no perder nada; dejó su escondite y el escudo que lo protegía, sin saber que le esperaba la destrucción, no quedando rastro alguno de él; al enfrentarlo creyendo en sus buenas intenciones ese ser, se encargó de borrarlo de la faz de este plano, hizo polvo sus deseos, se acabó toda su energía robándole su luz, colocando el punto final a los latidos del corazón, robándole las fuerzas y esperanzas de creer en sí mismo, dejando se perdiera y desapareciera en la oscuridad.Pasado el tiempo aquella figura pensó necesitar de nuevo de la luz del soldado, sin dudarlo volvió por él. Lo invocó pero no contestaba, lo buscó y para su sorpresa no lograba encontrarlo y cuando al fin después de mucho tiempo incierto, pudo ubicar a  otro ser... uno oscuro sin luz, lleno de resentimiento, rabia, dolor, inseguridad pero al mismo tiempo endurecido por todo lo acontecido, sin que lo anterior lo limitara, puesto que se había acostumbrado al dolor y a poder seguir viviendo de esa forma.Sin importarle la realidad manifestada en sus pupilas le gritó fuertemente, necesito que vuelvas a encender tú luz!.. esa alegría, ese poder del amor en mis días, a lo que el soldado respondió con mirada sarcástica lo siento ya no puedo; en plano físico sigo siendo aquel envase que conociste, pero en alma y esencia estoy muerto ya no logro reconocer ni poder sentir aquello, que tú mismo rechazaste en repetidas ocasiones, aquello que humillaste hasta reducirlo a cenizas, pisoteando la gran confianza que existía; vete león camina con la luz de tu luna y no vuelvas más. . .
El soldado y el león.
Autor: Alberto  404 Lecturas

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