Bajo la luz de la luna se ilumina el fulgor de tus ojos, tus cabellos lacios se posan dulcemente en tus hombros despidiendo un aroma enloquecedor, nuestros cuerpos su unen inevitablemente, tus lágrimas se secan en mi pecho, y mis fuertes brazos sostienen tu delicado cuerpo, mis manos recorren tus pechos ondulantes, hasta llegar a tus caderas, te inclinas para besarme y yo respondo a tu beso con ternura y pasión, tus brazos se aferran a mi cuello, acercándote más a mí, tu inocencia desaparece, perdiéndose en el espacio, tu piel suave estremece mi cuerpo, cierras los ojos, entregándote a mi completamente, tus labios me llaman, tus ojos me buscan, cada uno de tus sentidos desea mi cuerpo, yo respondo rápidamente, deseándote con cada fibra de mi ser, el momento por fin a llegado, dejo que las cosas pasen y me entrego a ti, tus ojos penetran mi mirada, susurrándome un “te amo”, aquella frase cálida que me enloquece, me aferro más a tu cuerpo y me dejo llevar por mis instintos, uniéndonos por siempre en el amor y el deseo. 

sus ojos me miraban fijamente, la dureza de su expresión me hizo temblar levemente, una lágrima corrió por mi mejilla y me dejé caer en su regazo, aturdido me abrazó cuidadosamente. entrelazó sus dedos con los mios, al observarlo nuevamente, su expresión fría se había desvanecido, me besó cálidamente la frente y me secó la lágrima, cerré los ojos y me dormí contemplando su esencia

Un escalofrío recorría mi espalda, al girarme sus ojos me penetraban intensamente, sus facciones se mantenían sombríos y tenia un misterio que me atraía hacia él, movió levemente las comisuras de sus labios y susurró algo inaudible, algo hizo que me acercara hacia él, mis pasos eran inseguros y me tambaleaba levemente. Metió su mano al bolsillo y sacó un pequeño papel amarillento y arrugado, me lo entregó cuidadosamente, solo había una pregunta, ¿me amas?, al volver a mirarlo ya no estaba, había desaparecido como una gota de lluvia al mezclarse con la tierra.

Tomó mi mano y unió nuestros cuerpos, me besó suavemente y mi cuerpo se estremeció al tocar su piel, su lengua danzaba en mi boca y sus labios se movían al compás de los mios.

Frente a mí, encuentro un camino, rodeado de árboles, que me invita a pasar, la lluvia cae a cántaros, acariciando mi piel, el viento se mantiene fuerte, sacudiendo mi cabello, observo las hojas secas que se mezclan con la tierra mojada, los árboles danzan tenuemente, con una música que no alcanzo a oir, recuerdo el pasado, observo el presente e imagino el futuro, alguien me grita a lo lejos, mis ojos lo buscan pero no lo alcanzan a divisar, mis pensamientos fluyen sin detenerse, mis oídos ya no escuchan, mis labios callan, mis ojos ya no miran, ya no olfateo y tampoco siento, mis peores temores vuelven a mi y mis alegrías se marchan dejándome sola bajo la lluvia, mis huellas desaparecen y me adentro más a la oscuridad.Veo a las aves metiéndose en los huecos de los árboles, refugiándose de la lluvia, o quizás se esconden, pero ¿de quién?, ¿de tí?, ¿de mí?, ¿de nosotros?, el viento ruge con mayor fuerza, chocan contra los árboles y contra mi oscura alma, frágil y quebradiza, mi corazón está destrozado, mis lágrimas se mezclan con la lluvia, me dejo caer entre la tierra y las hojas secas, mis piernas se rindieron, al igual que mi fuerza y mi corazón, cierro los ojos tenuemente e imagino a alguien, pero no logro recordar quién, ¿un niño?, ¿un hombre?, abro los ojos desconcertada, alguien balbucea mi nombre, recorro mi alrededor, pero no hay nadie, estoy sola, la lluvia me abraza y siento su frío recorriendo mi espalda, me dejo caer, cierro los ojos y dejo que el agua acaricie mi cuerpo hasta quedarme profundamente dormida quizás para siempre.

Tu calor se ha desvanecido de mi cuerpo, mis sentidos han olvidado tu esencia, mis labios ya no recuerdan tus besos, pero cuando ya te doy por olvidado, vuelves a aparecer y junto a ti vuelven los recuerdos, las heridas, el dolor de tu partida y lo peor... vuelve el amor que tenía tan escondido en mi corazón.

Caminé entre piedras con los pies descalzos, ignorando el dolor y lamiéndome las heridas

Sus labios tocaban tenuemente mis párpados y sus manos morenas rozaban mis mejillas. En su último adiós, me miró a los ojos y alcanzó a susurrar "te amo" con su último aliento antes que cayera inconsciente sobre mi regazo.