Mar 03, 2024 Dec 03, 2023 Nov 21, 2023 Nov 16, 2023 Nov 15, 2023 Aug 06, 2023 Aug 03, 2023 Jul 26, 2023 Jul 25, 2023 Jul 20, 2023 Jun 26, 2023 Jun 24, 2023 << Inicio < Ant.
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En la portada el impetuoso rio degradados colores su altivez ostenta, barahúnda infatigable armonizan olores anclados en tradiciones que hoy perdieron dominio absoluto. Son tus páginas verdes lienzos fabricadas con taruyas que soportan algarabías del curioso pato yuyo cuando emerge con los peces de la oscura y turbia agua presumiendo resistencia del lomo que encolan sus olas. La cubierta trasera luce vacía fluye el agua entre espacios estrechos chocando corrientes rápidas y lentas se activan remolinos giran sobre sí reclutando troncos, sublimando su caudal. Camino a la desembocadura las hojas en blanco recordaron anécdotas e historias misteriosas pero la lluvia malhablada hidrató sus cuerpos omitiendo adjetivos, verbos, sustantivos. Sumergidas en el alma conservaré las páginas del Río . . . María Vallejo D. Misión Médica San Martín de Loba Río Magdalena Todos los idiomas se levantan temprano rozando el sentido, encendiendo motores, avivando rumores o certezas altivas que vienen de países, del globo terráqueo. Escuchadas, leídas, vividas, reales e irreales, Qué más da? Son noticias alertos están, los poros del alma. Surtidos vestuarios, lugares, trabajos, personas, enmarcan lo escuchado transcurriendo la vida, o cegándose al instante. Y. . . Sin importar naciones, idiomas, creencias, las noticias buenas besan corazones las que no lo son, destrozan la razón. Cuanto quisiera con mi amor borrar el hambre, pobreza, miedo, y el quejido agudo que precede el dolor. << Inicio < Ant.
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Fin >> Hay nubes grises jugando en las alturasentre los rayos.Un viento fríogolpeando las ventanasviene con lluvias.Así el acacioresiste un aguacero que lo desnuda. Caen las hojas poblando la humedad de las mañanas. E.D.A LAS MARAVILLOSA FEALDAD DE LAS DESMARAVILLASGorjelia, la "desmaravilla"tiene una cicatriz en el pescuezo.Según algunosse castigó a sí mismadespués de decidirque lo maravilloso era utópico.pero festivo.Fue como un asalto vibratoriode impulsos en derramehacia los pozos amargos.La desmaravilla canta en el corode las novecientas setenta y cuatro burbujas.En esto es preciso ser exactoy no presentar cifraspor el idiota gusto de precisionesautocomplacientes.Hay algunas maravillas consternadaspor la chillona voz de la desmaravilla.Hoy vinieron a cantar las desmaravillasy quebraron todos los vidrios de mi casa.Una tenía cara de moscay aletas de pez de acuario,las otras tres - de cabellos largos,exhibían un patético aspectode sirenas anoréxicas.Yo las escuché con atención de gusanoquizá un poco trastornado,por el olor a pluma de pájaros.A veces, las maravillas vienen a consolar mis penaspero hoy reventaron desde el ombligomientras las desmaravillashacían un ensayo teatralen honor a las burbujas.El problema es que con tanto llantose me hace muy difícil contar las burbujasporque el ruido de los vidrios quebradoses insoportable.E.D.A Volviendo a pensar en TEXTALE, tantas letras y vivencias, muchas, en realidad. Por lo menos me queda esta idea. ¡Hacer algun encuentro! El sitio tiene un buen dinamismo. Es cierto que hay ciclos, períodos, gente constante y una gran riqueza, toda vez que se mantiene la disposición a leer, compartir, difundir, comentar. Hay otros lugares y foros en la red que también facilitan la expresión literaria. Una cosa es que, a pesar de estar mucho más inactivo que antes, recuerdo haber tenido ideas y que las he compartido aquí en forma pública y abierta. Son ideas "textálicas" pero las he decontinuado. Pues bien, declaro que vale la pena retomarlas a pesar del riesgo de que pueda no cumplir el propósito. Expondré algunas: RELATIVAS A LA ACCIÓN PERSONAL EN EL BLOG 1.- Antes de publicar un nuevo texto leer unos cinco textos de otros textaleros. 2.- Comentar otros textos. 3.- Participar o promover textos interactivos. (INCLUSOEVENTUALES ENCUENTROS)4.- Retomar algunos proyectos que de hecho decaré y los tengo abandonados, en rigor, una nueva Antología Aprox. Sé que es posible porque ya hice una. SUGERENCIAS A TEXTALE 1.- Tengo algunas pero antes de compartirlas probaré la interfaz link de sugerencias para los usuarios. De no poder comunicarme como quisiera, entonces pediré ayuda aquí. En todo caso son inquietudes que van en la misma línea de dinamizar y valorar la expresión literaria a través de textos. Y cosas como las pantallas, el acceso entre numerosas hojas, links, etc. ¡MUCHAS GRACIAS TEXTALE! CREADORES Y ADMINISTRADORES DE ESTE GRAN SITIO! E.D.A Cierro mis ojos. En ellos encuentro tu mirar, El alma acorta nuestra distancia, Nos conecta. Al verme reflejada en tu mirada. Sé que caminaremos por el mismo lado, Mi ser, percibe que has abierto una puerta. Si nos miramos Es suficiente certeza. Saber cuánto nos extrañamos. Será que nuestro destino fue escrito. Sin buscarte, te encontré No hare preguntas, Solo se que debo seguir por esta dirección. Para mí, regresaste mi corazón.. Acaricias mi mirada,con la pasión del amante.enamoras mi alma.arrancándole suspiros.avivando quimeras. paisaje endulzas la tarde que llora sus desventuras.queriendo opacar mis sueños.atrapo al ocio vivo, para no perder mi pasado, presente, futuro.vislumbro con pasos peregrinos el refugio de las aves, en horas nocturnas,buscando su cobijo bajo un cielo estrellado.que las acoge presuroso.sensaciones circulan, alborotando sentimientos.nadas en el vaivén de mis emociones.llenas mis ojos.invitando a pasear al aburrimiento.le das distracción mas allá de lo obviopaisaje, por mil cosas, me sigues enamorando. Ingreso al silencio Extendió sus brazos protectores, Fuimos uno en la inmensidad, Necesite tanto de el, como el de mi Mi alma encontró calma, mansedumbre, Saciedad en las dudas que dibujaban La necesidad de no sentirme desamparada, En la espera de mi misma. Entenderme, huirme, enfrentarme con mi yo, Me habla alejando la memoria, Me envía compañía, mi propia sombra. Revestida de grandeza. Saber que vivo, no en la soledad. Sino en la vereda de la propia huella Que ha ido marcando mi andar por esta existencia mía. Al cabo, mi vivir, se afianzo En la comprensión de los hombres, En el entendimiento de ser una más, Entre todos, puede haber una diferencia, Quizás la de no callarme, no cerrar puertas, De ser obstinada, con el uso de mi tiempo, No perderme en el abismo de utopías, No entregarme aun viéndome vencida. El coraje traza fuerzas, valentías. Me nazco cada día Porque alguien espera por más, .quisiera a veces no tener destino. Pero me busca. Me conduce, Acaricia mis sentimientos. Pincela mi ruta, traza mi horizonte. Entonces, Me invento cada mañana. El silencio acuna mis emociones. Me lleva a perderme en su playa desierta, Pero él se pierde en mí... En la arena del fuego. SILENCIO EN EL ALMA Cuántas veces el alma quiere gritar Cuántas veces el alma debe callar Silencio que arrulla el dolor Sin que nadie deba saber Ocultar el sollozo del llanto O, sonreír sin querer Amar sin ser amado Recordar, sin poder olvidar Dignidad se quiere mostrar Sin que el alma deba gritar. Es el llamado del alma Que desea manifestarse Saciando la sed de ternura Que nace de una conversación, Que no nutre la soledad huérfana. Fluye la letra cuan murmullo Por los pasillos de la mente. Es un canto que emite la palabra, Rogando que la escuchen, Porque llora la incomprensión el día, Sin techo que la detenga. El cielo es cultivo de ideas. Como todo lo que nutre allá afuera, Resucitamos un perdido suspiro. O le damos calor a nuestro cerebro. Reviviendo recuerdos que se hacen presente. Nuestra pluma ávida, Traza lenguajes para expresarse, Dando un paseo lejos de nuestro alcance Anhela pasar la noche y ordenar las letras. Que están flotando en busca de un dueño Que dejo anclado un trozo de sus sentimientos. VISIONES El niño entró a un lugar prohibido, cuya consecuencia fue quedar como estatua, sin movimiento, cabizbajo, alumbrado por rayos casi invisibles, pero el niño estaba consciente, podía ver, le llegaban visiones extrañas. En su cerebro transitaban pensamientos dispersos, absurdos, al ver neveras caminando, triángulos con un solo ojo, lluvia de pequeñas estrellas que adornaban sus manos, nubes que cubrían sus piernas, pequeños rayos luminosos que salían de sus brazos, su cuerpo cubierto de cuartos de lunas, frondosos árboles cubiertos de pequeñas estrellas, espejos, ojos y lunas. Pensaba el niño: qué mentiroso es mi padre al advertirme que no entrara, a ningún agujero negro porque moriría, y aquí estoy vivo, bueno casi muerto, sin movimiento, pero todo cuanto está a mi entorno se mueve, se aleja, se acerca, se transforma, pero yo no puedo moverme… Papá, ven, mira este mundo raro y diferente, entra tranquilo, no mueres, descubres lo que nadie ha descubierto. Mamá… ven, haz que yo me mueva, mamá… De pronto el niño sintió golpes en su cuerpo y voces que decían: Felipe despierta. La profesora y los compañeros del colegio estaban asustados de ver a Felipe acostado en el piso, con los ojos abiertos, cuerpo rígido, pronunciando, palabras: “mamá… luna… y otras palabras, difíciles de entender.” Uno de sus compañeros empapó a Felipe de agua para despertarlo. Y lo logró. La preocupación de profesores y alumnos era alarmante, se pensaba que el niño consumía marihuana o quien sabe qué más. Preguntaba la profesora al niño ya despierto: ¿Qué haces acostado en el corredor que conduce a los baños? -Nada profe, sólo recuerdo que me caí, eso es todo. ¿Qué te produjo tanto sueño? No sé, tal vez, anoche no dormí bien. Dime la verdad Felipe, ¿fumaste marihuana? No profe, ¿cómo se le ocurre? Tus compañeros creen que te drogaste. ¡Qué malos! serán ellos los que se drogan, yo no, soy un niño de nueve años, ¿de dónde saco droga? No te hagas el santo Felipe, estás drogado, -decían los compañeros del curso cuarto elemental- Felipe estaba desesperado de tantas preguntas y mentiras que decían todos, además, temblaba de frío, quería ir a su casa y estar con su familia. La directora del colegio ordenó que lo viera la psicóloga, antes de que los padres dudaran de las andanzas de su hijo y del control del colegio. La psicóloga preguntaba, pero el niño lloraba, nada respondía. Ante el silencio de Felipe la psicóloga dijo a la directora, que era conveniente llamar a los padres para que se enteraran del estado del niño. Los padres del niño acudieron a la cita del colegio, se molestaron cuando vieron a su hijo llorando, temblando de frío y de mal genio, se preocuparon y preguntaron qué sucedía con el niño. La psicóloga dijo: ante todo, escuchen lo ocurrido con el niño aquí en el colegio, y tómenlo con calma. ¿Qué le ha pasado a nuestro hijo? La Directora se pronunció: desgraciadamente su hijo está consumiendo estupefacientes, marihuana, o vayamos a saber que más. El padre de Felipe se enfureció: FALSO… DIO UN GOLPE TAN DURO SOBRE EL VIDRIO DEL ESCRITORIO, QUE LO ROMPIÓ. MI HIJO ES EL MÁS SANO DE TODOS LOS NIÑOS, ÉL NO ES NINGÚN DROGADICTO, NO LO CALUMNIEN. Cálmese señor, no grite y usted señora, también deje de gritar, -dijo la psicóloga- pero qué absurda es la gente de este colegio, prejuzgar a un niño sin pruebas y, ¿quieren que nos callemos? ¿Qué también calumniemos? ¡Qué estúpida es la gente de este colegio! Intervino la psicóloga, como queriendo justificar las actitudes: El niño apareció acostado en el piso del corredor que conduce a los baños, estaba profundamente dormido, con los ojos abiertos, fue despertado, le preguntamos el porqué de su actitud y sólo dijo que no sabía y lloraba. Y, ¿qué más pasó?, ¿vieron marihuana en sus manos?, ¿vieron droga en sus bolsillos? ¿Qué prueba que el niño consume droga? Responda señora directora, responda señorita psicóloga. Pues, señor, ver al niño tieso, dormido y con los ojos abiertos, ocasiona dudas. No creo señorita que usted sea psicóloga y usted señora, es directora de ignorancia y brutalidad. El padre preguntó a su hijo: ¿Por qué lloras? Porque me golpearon, me llenaron de agua fría y me calumniaron, todos decían que soy drogadicto, sólo por haber dormido. ¡Qué infamia! ¿Calumniar a un niño? -Dijo el padre de Felipe- Arrepiéntanse y pidan perdón cuando sepan qué causó el sueño de Felipe, o denunciaré la calumnia. Anoche nos visitó mi primo Javier, entramos en temas de astronomía y Felipe sorprendió cuando dijo: “La fórmula de la relatividad, de Albert Eistein E=MC2, no es completa, falta, + pc2, o sea: E2=(mc2)2 + (pc)2. Javier preguntó ¿Cómo lo supiste? No dejé que Felipe respondiera. Mi esposa y yo le comentamos a Javier, que el niño desde muy pequeño, permanecía horas mirando el firmamento, observando, la luna, las estrellas los planetas, no se cansaba de hacer preguntas, quería que lo lleváramos al firmamento. Mi esposa, mi hijo mayor y yo procurábamos dar explicación a sus preguntas y, como el niño era estudioso, leía, quería saber sobre los astros, quisimos premiarlo el día de su cumpleaños regalándole un telescopio. Después él se convirtió en nuestro maestro, nos enseñaba el mapa de la luna y muchos aspectos que investigaba por su cuenta. Felipe mostró su telescopio a Javier, nos invitó a observar, estrellas, luna, planeta y nos amaneció observando y escuchando las explicaciones de Felipe, que mostraba mapas, videos y fue tan interesante el tema de la astronomía que ninguno dormimos por la noche. Se hizo tarde para ir al colegio, Felipe se duchó, desayunó y salió apresurado al bus del colegio que lo llevaba… “Interrumpió Felipe”: Cuando llegué al colegio el sueño me tumbó al piso y quedé profundamente dormido. Soñé que había desobedecido a mi padre y había entrado a un agujero negro, uno de los temas que tratamos anoche con mis padres y con Javier. Luego fui despertado con abundante agua fría y sin ninguna consideración, todos me calumniaban, por eso lloré y no quiero seguir estudiando en este colegio. La directora del colegio, la psicóloga y los profesores pidieron disculpas, felicitaban al niño, lo admiraban, pedían perdón a los padres y prometieron a Felipe corregir a los compañeros, hacerles saber lo inteligente que eres, y la oportunidad de explicar a tus compañeros tus conocimientos de astronomía. Ellos aceptaron la solicitud de perdón de las directivas del colegio, esperaron que el niño terminara su curso hasta el fin del año, pero al año siguiente Felipe fue matriculado en uno de los mejores colegios de Bogotá. LA ENREDADERA No supe de su presencia hasta bien entrada la semana de estar en esta nueva casa, y no fue por distracción que no la observé, sino por indiferencia, la que uno sostiene con el correr del tiempo, cuando ya son pocas las cosas que verdaderamente importan. Pero ahí estaba, como colgada del balcón, simulando un suicidio que nunca llegara, bordeando el límite de mis sentidos. La descubrí de casualidad cuando terminé de acomodar los últimos pertrechos, y despejé la ventana que daba al balcón. Venía trepando desde el piso de abajo, silente y tersa; era curioso, porque yo estaba seguro que no la había registrado cuando me decidí por este departamento; lo juraría, pero no lo podía afirmar. Pero, ¿qué importancia podía tener una simple enredadera, la que, quiérase o no, adornaba el triste balcón, dándole un marco más natural y verde a la desolada vista del contra frente? Ninguna, sin embargo llamaba mi atención a cada instante, sobre todo cuando era visitada a la tarde por insectos y pájaros, cuando el sol se escondía en silencio detrás de los edificios. Vivir en un mono ambiente tenía sus ventajas, era como la extensión de mi propio cuerpo; todas las cosas sucedían en un mismo lugar y simultáneamente y eso me simplificaba las cosas. El living, el dormitorio y la cocina eran un mismo ente. Si ordenaba y limpiaba el living, significaba que el dormitorio lo estaría también. Pero no habitaba solo y eso lo fui asimilando con los días; y era por ella, por la enredadera, la que crecía rápidamente, la que me sacaba la luz del sol, la que seducía a insectos y pájaros para devorarlos y luego devolverlos al aire fresco. Crecía rápidamente y lo hacía en todos los sentidos, inclusive sobre el piso del balcón, dificultando mi circulación. No quería lastimarla ni pisarla, así que simplemente agarré uno de sus brazos y lo enlacé a uno de los barrotes del balcón. Esto la disgustó sobremanera, lo intuí por sus extraños movimientos que se desencadenaron sobre sus hojas. Al otro día misteriosamente volvió a su lugar, pero no me asustó ya que se sabe que las enredaderas siguen el patrón de la luz solar. A los pocos días, y después de una larga velada, llegué a mi casa a la noche y no pude creer lo que vieron mis ojos cuando entré. La enredadera se había apoderado de casi todo el mono ambiente avanzando por paredes y techo, convirtiendo al departamento en una selva tropical. Faltaban solo los monos y las serpientes, sus tentáculos se multiplicaban por doquier a contramano de la luz Me dispuse enseguida a recortar todo lo que pude sin lastimarla demasiado, tratando de liberar las zonas que necesitaba para vivir, pero dejándole algunos espacios vitales para ella. Le admití desarrollarse en las zonas que más le gustaban, como el balcón y el techo y creo me lo agradeció. Una mañana calurosa de esas insoportables, sentí como un cosquilleo en los pies; me asusté creyendo que era un ratón, pero cuando observé hacia mis pies la vi a ella, abalanzándose sobre mis dedos con dudosas intenciones. Me enojé y ella retrocedió acurrucándose como un perrito sobre una de las esquinas. Intuí que estaba por pedirme alguna cosa y fue ahí que lo recordé: le faltaba agua. El calor la había agobiado y si no fuera por mí, ya estaría muerta. Al vecino de abajo poco y nada le importaba la enredadera; la tenía descuidada y era por eso que ella se había instalado conmigo. La convivencia se hizo durante un tiempo muy amena, ella respetaba mis espacios y yo los de ella. Si esto no era así, yo se lo hacía saber, cortándole alguna hoja o simplemente arrancándole un brazo indiscreto; sin embargo, esto me trajo algunos problemas porque, sin saber cuál era el verdadero mecanismo biológico, luego de la extirpación le nacía un retoño más fuerte que el anterior, con hojas más grandes y tallos más duros y lo que era peor, crecía más rápidamente. El colmo fue una tarde que yo volví de mi trabajo. Quise abrir la puerta pero había algo que me lo impidió. Era la enredadera que se había apoderado de mi casa, había aprovechado mi ausencia para invadir todo el espacio. Entré cortando algunas ramas con mi navaja y empujando con la puerta los brazos asidos al piso. Percibí que estaba enojada por alguna cosa que no entendía cual era; según mi buen parecer estaba bien alimentada y tenía la libertad de hacer lo que quisiera. Hasta le permití, para evitar conflictos innecesarios, ingresar al baño, a la heladera e inclusive a los placares. Pero quería más y más, no se conformaba con ocupar todos los espacios del mono ambiente, venia por todo y ese todo, luego lo comprendí, era yo, y lo estaba logrando con éxito. Comenzó ocupando mis espacios a lo largo y ancho del departamento, a tal punto de que ya no pude casi moverme; me atrapó y me sujetó al piso con sus fuertes brazos; difícilmente podía alimentarme y hacer mis necesidades. Me dejó una mano y una pierna libres, con la cual podía realizar algunos movimientos básicos que me permitieron sobrevivir algunos días, pero no muchos, porque llegó un momento en que ya no pude hacer nada. Con gran inteligencia me mantuvo sujetado lejos de la heladera y de la puerta; con gran inteligencia se encargo de ir devorando primero mis cuerdas vocales, luego los miembros, para por fin devorar mis órganos vitales. De pronto, un hilo de esperanza surgió detrás de la puerta, eran ruidos como de pasos y de gente hablando, ¿serian los vecinos que venían por mi rescate? pensé; al rato alguien preguntó si estaba todo bien pero yo no podía hablar, estaba agonizando y no tenia cuerdas vocales. Siento entonces que trataron de abrir la puerta, primero con una llave, luego con golpes de puño, pero nada aconteció. Hasta que al fin vi, después de un largo silencio, que debajo de la puerta surgieron como de la nada, brazos y tentáculos teñidos de rojo que lentamente se dirigían hacia mí. MENTIRA CIERTA.Sin sentirte te siento,sin soñarte te sueño,sin quererte te quiero,sin tenerte te tengo.Sin que vengas te veo pasar.Con este sufrir y gozar,estando lejos te tengo cerca,eres una mentira muy cierta.Autor Raymundo Reynoso Cama. -Tú padre y yo estamos muy disgustados- Aquellas palabras surgían de lo más hondo, tocando la aldaba de emociones que prefería no despertar. La mañana siguiente amaneció en silencio. Únicamente el color blanco, que anegaba la habitación, me condujo a días atrás, con mi perro en posición inquisidora ante los pájaros que se aventuraban a picotear las avellanas desperdigadas por el suelo. Me desperecé. Debía disculparme, pues un nuevo curso truncado en la universidad no era motivo para perder la dignidad. Afuera las ramas se hollaban bajo la altiva mirada de los grajos. ¿Me miraban a mí? Bajé las escaleras no sin antes asegurarme de que el pasamano seguía en exacta posición a la de ayer. La puerta de la cocina estaba cerrada. Dentro, el murmullo de mis padres, ambos compartiendo idéntica dinámica, palabras en apariencia difusas que convergían en lo cotidiano. Podía escuchar las cucharillas removiendo el café. Pensé en aquel mejunje marrón, hastiado de removerse a diario en la misma dirección y custodiado por esas tazas ovaladas de grueso fondo a modo de muros carcelarios. El hecho de contemplar cómo su destino, al igual que el mío, continuaba imperturbable a pesar de los años me desesperanzaba sobremanera. Abrí la puerta.– ¡Buenos días!- No me contestaron, incluso fingieron no reparar en mi presencia.- Siento lo de ayer, no me gusta discutir con vosotros- Nada, ni siquiera la sonrisa socarrona que asomaba en las veces que me creía con la razón y claudicaba. ¡He dicho que lo siento ¡¿Por qué se afanaban en echar por tierra cualquier conato de disculpa? Un instante después, mi padre: - Iré en breve al mercado, a estas horas todavía no se habrá abarrotado. Mi madre asintió y siguió dando otra calada al cigarro, más profunda de lo que yo hubiera imaginado, mientras leía una revista de moda. Se levantó mi padre de la silla y me sorteó de una manera extraña, casi como si su cuerpo tuviera la capacidad de traspasar explícitamente el mío. Mi madre se pasó el dedo por la lengua y saltó a otra página. Estaba furioso, incontenible, al punto que di un puñetazo sobre la mesa resquebrajando parte del cristal de que la cubría. – Mi madre se sobresaltó y desparramó el café. El líquido cobró entonces una apariencia de fealdad, de cuadro ignominioso pintado en una superficie imposible.- ¡Fran, algo le ha pasado a la mesa!, gritó mi madre. Mi padre regresó con un rostro de sorpresa y terror. -¿Qué ha pasado?- No lo sé, estaba leyendo cuando de repente el cristal se ha partido. – Qué extraño, llamaré a la agencia de seguros y vendrán a cambiarlo, voy a buscar el teléfono. En ese momento experimenté una sensación más que real acerca de mi inmaterialidad. El café se deslizaba entre el margen que ofrecía la madera blanca y el panel de cristal formando una clara línea divisoria. Me obsesionaba su movimiento que avanzaba inexorablemente entre nosotros. El timbre sonó y mi madre dejó la revista del lado anverso. -¿Quién es?- Una voz desde fuera: -Señora estamos buscando su hijo- La conversación se celebraba sin contacto visual. – Lo siento, pero nuestro hijo hace tiempo que ya no vive aquí- No nos consta otra dirección- Nosotros tampoco tenemos constancia de su domicilio, creo que cerca de aquí, aunque tampoco sé si allí sabrán su paradero.- Allí, ¿Dónde?- Mi madre preguntó contrariada:-¿Quiénes sois?- No contestaron desde fuera. - ¡Fran!, preguntan por nuestro hijo. Mi padre no respondió. - ¿Dónde te has metido? Pasaron varios segundos hasta que mi padre salió del garaje. –He oído lo que hablabais, no quería aparecer para aportar lo mismo que tú. – Igual eran sus amigos. – No lo creo, ellos ya saben que no vive aquí. – ¿Y por qué preguntan?- ¡Estoy aquí, joder!, alzando todo lo que pude mi voz- Mis padres se quedaron impertérritos el uno frente al otro. –La próxima vez saldré yo a advertirles de que aquí no vive nuestro hijo, finalizó mi padre. El corazón me latía con fuerza, notaba el bombeo incesante en mi sien. Mi madre volvió a la cocina y siguió leyendo la revista.- ¡Mamá, soy yo!- El café se había tornado en una costra oscura sobre el suelo de baldosa, una mancha familiar muy reconocible. Se escucharon los primeros motores de la mañana. Los coches cruzaban la calle, uno tras otro. Anhelaba mi perdón, tenía derecho a reclamarlo. Por primera vez derramé una lágrima, tan fina como la arena, delante de mi madre. Nunca había llorado delante de ella. Y ahora, solo, comprendía mi sufrimiento, yermo e inválido, mientras mi madre recogía el desayuno. Sobre el blanco papelse expresan con letras diversasrazones y sentimientosde un ser del presenteque sueña futuros. Cuántos latidos vividos,suspiros al aire,anhelos soñados,luces de esperanzasdel ayer perdido. Cuántos fervoresde amor encendidoy gozo de besosen fugaz alientoy adioses malditos. Y cuántos sufrimientos y lágrimas negrasque hundieron al almaen las noches tristesque duraron siglos... Sobre el blanco papelcuántos latidos escritos,con dolor o gozo,en lejanos recuerdosde aquellos que se fueron. E.G.M.
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