• Magnolia Stella Correa Martinez
magnolia correa
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  • País: Colombia
 
    Sobre ascuas encendidas he recorrido el sendero, dando pasitos muy lentos para escalar la montaña; Fueron muchas las espinas y una que otra pesadumbre las que frenaron mi paso sin detener mi camino; Tuve unos días muy grises y algunas noches muy claras, que formaron los cimientos para cumplir mi propósito; Entre amigos y enemigos me tocó abrirme paso, mientras llegaba a la cima recibí más de un codazo.   Cuando miré para atrás me estaba esperando el diablo, al mirar hacia adelante me llamó un Ángel Divino… Arriba de la montaña me encontré con unos cuantos, algunos me conocieron y todos a mí se abrazaron; En medio de aquella euforia que ocasiona algunos logros, ignoré aquellas punzadas que adornaron mi faena…   Agradecer los demonios que me hicieron ver a Dios, agradecer por el golpe que me empujó hacia adelante.    Cuando me encontré en la cima, sonriendo miré hacia abajo; nada me era conocido, ni personas ni lugares… Fue entonces cuando vi al Ángel que su mano me extendía, me ofrecía su voluntad para atender mi destino… Esta vez no lo seguí y me quedé en las alturas, gozándome de placeres y también desconociendo que existen los otros seres… Terminados ya los goces me miré y estaba sola… y aquí estoy al pie de la loma para reiniciar la cuesta de la mano de mi Ángel.    
 La primavera latinoamericana nos despertó del letargo de la igualdad social, por lo alto; sobre la experiencia tuvimos que entender que el despertar de ese sueño no es otra cosa que la generalización del hambre, la miseria, el abandono, etc. en nuestra región.  No, no queremos más países destruidos ni familias segmentadas, no más ciudadanos forzados por la carencia en su país, a emigrar de su tierra  dejando tras de sí familia, amigos, cultura, etc.  por la necesidad material irracional de sobrevivir.   En la mayoría de los casos, llegando a otros países donde sufren  rechazo y aversión, en otros son tratados como  personas de categoría inferior y muchos hasta tienen que vivir en la indigencia o engrosando las cifras de la delincuencia local, con lo que ocasiona furia y desencadenan odio y  antipatía de los lugareños, como es lógico. Sí, la Primavera Latinoamericana es mucho más, es un Huracán devastador que arrasa a su paso con el fantasioso y mentiroso discurso del socialismo, comunismo, izquierda, etc. de la región.   Sí, en la práctica vemos el derroche de lujos y comodidades de estos líderes y sus familias mientras el país retrocede, las familias se desintegran y la sociedad en general padece los rigores de la pobreza extrema a la cual ha sido sometida. 
  En las primeras horas de la madrugada llego a Sentisemo, luego de una larga noche de insomnio, en busca de un poco de alivio al maltrato ocasionado por la mala noche que he pasado. Deambulo sin rumbo durante largo rato aprovechando, eso sí, en todo momento la paz y la tranquilidad que inunda este fantástico lugar; sin que alguien me distraiga de este solaz en el cual me sumerjo cada vez más profundo.  Ya casi llegando al fondo del abismo puedo percibir que alguien me hala hacía sí, sin que yo tenga albedrío para resistirme; solo alcanzo a distinguir, en medio de una luz extrañamente blanca, una mano larga que intenta entregarme algo.  Al recibir ese algo, la mano desaparece y yo me doy cuenta que he recibido una tarjeta de invitación… solo acato a sonreír ante el despropósito.  Me invitaban a degustar un exquisito y suculento plato de letras… ahora mi carcajada resuena en todo el reino.  Sin embargo, superada la sorpresa, dispongo de toda mi voluntad para asistir al inusual convite.   Con una curiosidad delirante ¡me voy al ágape!!  Por poco me retiro antes de entrar a la reunión; una especie de apocamiento se apoderó de mí al ver tantas y tan finas palabras allí congregadas… un complejo de inferioridad y timidez me amedrantó al escuchar el contundente mensaje de bienvenida con el cual me recibieron: “apreciadas palabras, con nosotros la invitada principal de la pareja real a este evento” … con su característica elegancia los miles de palabras se levantan ovacionándome con un sonoro y fino aplauso.  Demasiados halagos para mi humilde persona; no obstante, ahora envanecida por ser invitada principal de los reyes, ocupo mi lugar en el puesto de honor.  El exquisito aroma del plato de letras incita a comerlos con ferocidad; el subyugador olor que emana del suculento plato de letras me tiene tan absorbida, que no alcanzo a entender lo que se acaba de anunciar por el micrófono; solo la sorpresiva reacción de la palabrería me trae de nuevo a la realidad.  Sigo a la palabritud cuando todas se levantan, pero me confundo al ver que unas lloran y otras ríen; algunas saltan felices mientras las demás se sujetan tristes; ¡Qué pasa?! Pregunto al aire, no sé… pero me responde, tampoco sé quién… “Los reyes anfitriones acaban de morir víctimas de la pandemia humana”.   -De nuevo la algarabía de las palabras me confunden… no entiendo lo que está pasando; ahora todas se abrazan brincando de alegría como si se hubiesen liberado de algo muy cruel y al momento, todas lloran de tristeza como ante una gran pérdida-.  “Como ustedes saben queridas palabras, la única manera de combatir estos dos virus de la pandemia humana es unirse en busca de una colaboración mutua, pues es una realidad que estos virus, pereza y envidia, tienen una altísima velocidad de contagio y un alto porcentaje de letalidad”.  Yo sigo sin saber quiénes son los reyes, mis anfitriones y, por ende, no sé a quién agradecer esta distinción.  Anticipándose a mi pregunta, alguien, no sé quién, me contesta: “el reino de la literatura está de luto, acaba de fallecer la pareja real; el rey Ingenio desapareció sumergido en el virus de la pereza y la reina Creatividad entregó su vida al virus de la envidia…”
Antífona de fe y esperanza para enfrentar el miedo y la duda; Porque a pesar del dolor hay motivos para sentir la vida,Para festejar siempre el roce perenne de su Creador.    Génesis de sabiduría, que suaviza penas más allá de razones, Porque encuentra el perdón en la fuente de la perfección Cuna de dicha, donde florece la esperanza al vaivén del Ser.  Retribución al universo, derroche de brillos que alumbran guaridas      Para extraer las riquezas ocultas en lágrimas ásperas Que a raudales inundan corazones supurando dolor. Alba sublime, cimiento de Paz gritándole al mundo su canto de amor      Manantial de júbilo y dicha alabando la gracia de la creación      Vacación de penas y dolores que tanto afligen nuestra realidad. Descanso del luto que nos adolece por aquella vida que se compartió      Esperanza cierta de los mañanas juntos más allá del sol,      Donde vida y muerte se hayan en lugar preciso para sanación.     Explosión de rayos que alumbran la vida dándole brillo… y luz;      Primavera fresca que aquieta la furia como un ventarrón;      Que hala abundancia, trae bendiciones y atrae del cielo maná.    Cúpula sin mancha que arropa cual si fuese manto de la bendición;      Regazo y abrazo de madre, defensor del niño que nunca creció,      Que aceptó faltas propias y ajenas, atenido siempre a la perfección. Infinito el sendero de su majestad, trazado en hilos de veneración Contemplando en trabajo y en lucha, el halago de una misión;Disfrutar mientras llueve del cielo el místico fruto del sol.                       Manantial sereno que surge entre rocas de angustia y tristeza, Que refresca el viento cuando está sediento de aire reciente;       Aposento de gracia y virtud, con que se construye un altar.  Inmaculada sentencia de serenidad, augurio certero de prosperidad;       Alas de proyectos que vuelan sobre incertidumbre y dudas,       Dicción sagrada en todos los idiomas… en todos los humanos. Emancipación de miedo y pereza, amortiguador de llanto y dolor.       Bálsamo que cura envidias y odios y ayuda la mente a sanar.       Alabanza de dicha y de aceptación, canto de humanidad. Natividad de sentimientos nobles que se engullen la desolación. Bienaventuranza y gloria a un mundo que urge de su salvación. Curación de males y bendición de anuencias en un santiamén. Triduo sagrado en una palabra que resume al todo de la creación.       Sensación de alivio que es como hálito en dificultad       Y que alumbra el aura del mundo con su resplandor.      Oasis del cielo que encuentra en la vida su razón de ser…
Pocas veces tenemos consciencia de cómo empiezan algunas experiencias de la cotidianidad, tal vez por eso es que la vida nos sorprende permanentemente. No sé cómo ni por qué voy con una amiga, que no sé quién es, por una calle reconocida que tampoco sé dónde queda.  Al parecer vamos para una entrevista de trabajo o algo así.  De repente empieza a caer una gruesa llovizna, vamos protegidas bajo un paraguas que lleva mi amiga.  Un fuerte ventarrón me impide abrir los ojos, entonces le digo a mi amiga: “cuidado nos vamos a un charco”, ella dice: “no, tranquila”.  En ese instante siento que caemos en un pozo.  Al fin puedo abrir los ojos y veo que una espesa oscuridad ilumina mi vista; es algo inexplicable.De inmediato comprendo algo intimidante y le pregunto a mi amiga (a quien ya no veo): “¿nos fuimos al rio?” ella (invisible) solo responde: ” sí”.  Ahora continuo sola esta aventura.Veo un rio inmenso, tranquilo, agua muy, muy amarilla, como espesa.  Me veo y me siento flotando boca arriba con las manos en el pecho y contemplo un iluminado cielo azul con variados parches blancos.  En este estado, soy consciente que he muerto.Al darme cuenta que estoy muerta, pienso: “qué raro no sentí el infarto…”, sin embargo, vuelvo a concentrarme en el cielo que tengo frente a mis ojos y cada vez más cerquita, y digo: “allá voy Señor”.  En este momento me distrae un pensamiento, solo una persona pasa por mi mente… mi hermana… pero lo desecho y vuelvo a extasiarme en la visión del cielo, al cual me voy acercando o el cielo se acerca a mí, no lo sé, no lo tengo claro, levanto los brazos y, en señal de abrazo, en total consciencia y libertad absoluta, digo: “allá voy Señor”.En ese periquete, ya casi abrazada al cielo, una Paz inmaculada me regresa de nuevo a mi consciencia para irme despertando de a poquito, muy despacio, como en cámara lenta, con una plácida sonrisa que relaja mi rostro.  Amigos, les comparto el Inmaculado éxtasis de esta Paz de mi despertar.  Los abrazo.     
RENUNCIARÉ Al criterio que me muestra criminales y santos, Parásito que se alimenta de la fetén realidad y Carcelero fiero y perpetuo de la VERDAD.   RENUNCIARÉ Al lenguaje promotor y germen de ricos y pobres, Manipulador del justo equilibrio de la naturaleza Siempre magnánima a la hora de RECOMPERNSAR.   RENUNCIARÉ Al sentimiento alimentador de negros y blancos, Cloaca milenaria de odios y resentimientos Que menoscaban la humanidad de la HUMANIDAD.   RENUNCIARÉ Al pensamiento disfrazado de temores y odios, Aposento rentable del dolor y el sufrimiento Porque inhibe y ahuyenta el RAZONAMIENTO.   RENUNCIARÉ Al sueño aciago propagador de injusticia y justicia Alcahuete que inhibe mi responsabilidad personal, Relator de cuentos que niegan la PERFECCIÓN.     RENUNCIARÉ Al juicio divisor, Falso juez… Impostor de Dios…   Magnolia Stella Correa Martínez Colombia 2020
Desde posiciones de trabajo y estudios privilegiados, muchos creen defender sus derechos individuales destruyendo lo que con el esfuerzo de todos hemos construido a lo largo de nuestra historia, olvidando que los derechos personales no se garantizan atropellando al resto de la sociedad.  Algunos piensan que de tirar piedras para causar destrozos surgen las “oportunidades” que ellos mismos no han sabido desarrollar porque les falta la voluntad y el esfuerzo personal y familiar fundamentales para alcanzar los logros anhelados.  Ningún programa social de ningún gobierno de ningún modelo político o económico puede reemplazar la voluntad y el esfuerzo personal y familiar; las “oportunidades” que derivan en todo tipo de logros y conquistas no son sino el reflejo del trabajo organizado y  comprometido con un objetivo. Reclaman apoyo y solidaridad al pueblo colombiano mientras le destruyen su transporte público, sus carreteras, sus edificios y monumentos; demandan del resto de la sociedad refuerzo y adhesión al tiempo que saquean sus negocios y asesinan a sus policías, también impiden que funcione el acceso a escuelas y hospitales. Imponen, fuerzan, obligan un apoyo y una solidaridad de las cuales ellos carecen por completo; no les importa quién o cómo la población sea  afectada al defender su causa; lógicamente tampoco son los que arreglan lo que dañaron y menos son los que pagan esos arreglos, estos toca pagarlos con la plata de todos;  sin pretender decir que sean ricos o millonarios, sí son sueldos y salarios muy superiores a los del resto de ciudadanos, que no recibimos ni tierras gratis, ni dos o tres pensiones más un sueldo, etc. La protesta social en Colombia ha pasado a ser un movimiento de grotesco vandalismo al servicio de intereses particulares, que desdibuja su esencia y filosofía cada vez más dejando de ser el reclamo justo de unos derechos para dejar ver una banda de delincuentes que bombardean  al estado al mismo tiempo que están viviendo de él… Quienes hoy en día ya somos adultos mayores, sí sabemos lo que es fabricar nuestras propias oportunidades, a falta de papá rico (estado) repartiendo la mermelada (auxilios, tierras, etc.) en la mesa de sus hijos, nos tocó ganarnos la vida a pulso, a fuerza de trabajo y esfuerzo personal, gracias a lo cual no tuvimos que “obedecer para agradecer”, la esencia de la triste esclavitud moderna…  Quienes hoy en día ya somos adultos mayores, entendemos que la vida hay que ganársela, que lo que hoy es gratis, mañana lo cobran muy caro, en consecuencia “en vez de mendigar nos pusimos a trabajar…”…
El poder para controlar el instinto de la sexualidad hace la diferencia entre los animales racionales y los animales irracionales. Pero hoy en día, el auge del mercado sexual ha ocultado en gran medida el valor de esta energía y pretende demostrar el placer sexual como un derecho y una obligación con la salud y el bienestar del cuerpo físico y nada más. El ruido que de manera constante y reiterada hacen los medios de comunicación, artistas, deportistas, y en general todo tipo de personalidades difundiendo y aplaudiendo toda clase de fantasías sexuales, dan origen a actitudes tan aberrantes como las dos que presentó el programa sala de emergencias; fantasías que tan solo están generando una malicia confusa que más bien poco, muy poco aportan al crecimiento y desarrollo del Ser Humano. Los casos de sala de emergencias que he referenciado, se pueden resumir de la siguiente manera. 1) Llega un hombre de unos cincuenta años de edad al hospital en busca de la ayuda médica, desesperado porque él mismo se había introducido un vibrador por el recto y cuando este aparato comenzaba vibrar, como es apenas él no lo podía controlar, y 2) Llega al hospital un hombre de unos treinta años de edad, más o menos, con el pene erecto incrustado en una pequeña estufa; en lo que aparenta ser un accidente. Pues, al ser interrogado por el equipo médico, el paciente dijo que, palabras más, palabras menos: “es que estaba jugando con mi novia y ella tuvo esta fantasía y yo por complacerla la metí en la estufa…”. Es obvio que se necesita de la inteligencia para crear el bien tanto como para crear el mal; de la misma forma, para dominar el instinto se requiere más consciencia que inteligencia. Y es justo esa consciencia, la sabiduría que nos distingue de los seres irracionales, sin embargo, cuando hacemos uso de la capacidad ilimitada de la mente para crear, creando de manera inconsciente, se pueden exceder todos los límites de la más crasa estupidez.
   Cansada de llamarte yo construyo mi vida, Mis gritos son un eco que me suena por adentro, Pero mi lamento inútil nunca obtiene respuesta; Al parecer se ahoga al transcurrir mis días. Los pasos se me agotan mientras te voy buscando... Mi esperanza se esfuma al compás de mi tiempo.   Aunque etérea y confusa, jamás serás deshecha. Accesible y esquiva, son dones que me ocultan tu gracia, Sin embargo, algunas veces terca y otras tantas humilde, Descubro muchas huellas que me dejan tus pasos. Pero al intentar seguirlas y andar por tu camino, Una mínima sombra disuelve mi sendero y deshace mi andar. Inmutables y eternas son las leyes que rigen tu existir. En dosis simuladas marcás los derroteros que guían mi consciencia… No sé si diluida en un disfraz de soberbia o humildad. Por si de repente un día me quisieras contestar… ¿Por qué, entre más evidente es nuestra realidad material,              Menos visible te volvés, inmaculada VERDAD?
Se trata de un lugar sagrado donde enfrento mis ángeles y mis demonios; donde yo soy el único juez y el   único verdugo y esto me obliga a renunciar a ambos.  Un lugar sagrado donde mis pasos, cada vez   más lentos, me llevan en busca de un Poder Superior, donde la Verdad está más allá de la realidad. Es una cueva santa, donde me oculto de mí para descubrirme en el prójimo; para reconocer que comparto todos los comportamientos humanos siempre motivados o por el amor o por el temor, en cualquier caso, siempre inconscientes de sus consecuencias, aún a pesar de bondad y generosidad, o de malicia y picardía. Nácar infranqueable que protege mi Ser aún de mí misma; coraza inmaculada donde se preserva el perdón como el único fruto al deshacer el error.  Hábitat de pecado y virtud que nutren la realidad de una comunidad ignorante de su obediencia y orgullosa de un poder que le ha sido negado por la naturaleza. También es el regazo que abriga y conserva la multitud evidente que se recrea en mi soledad y que me hace cómplice de un mundo que ríe y llora al mismo tiempo sin que la vida se inmute a pesar de que la muerte siempre esté presente.  Donde la vida y la muerte conviven en paz en medio de su guerra por la supremacía. Inmaculado altar de comunión de amigos y enemigos donde difieren los criterios, aunque los valores sean los mismos.  Ara donde comulgan todas las emociones personales con el Ser Humano Único que, despojado de poder, ejerce su sabiduría renunciando a cualquier juicio de valor sobre el mundo… hacia el prójimo. Sagrado y puro espacio donde convergen el Ser Humano con su Divinidad en una relación santa de Unidad inseparable a pesar de la separación; en una relación santa de semejanza no obstante la disimilitud.   En esta unidad impecable se gesta un mundo sanado una vez que el corazón humano ha sido curado. Encuentro santo de emociones de todo tipo y de sensaciones de cualquier calaña… sin nombres, sin adjetivos, sin sentimientos…  sin premios ni castigos para la realidad porque la dualidad queda reducida a la perfección del merecimiento; colisión de la trinidad que se manifiesta humilde y magnánima… Mantel exquisito de instintos y principios; remolino de almas recorriendo el universo en busca de su Ser.  Edén donde es permitido comer todos los frutos porque todos ellos calman el hambre y la sed de Hermandad.  Aquí me doy cuenta porque la Justicia no es humana y donde la obediencia desmiente la libertad…  Observo aquí un asilo de todas las emociones humanas al amparo de mi consciencia individual, incapaz de diferenciar lo bueno de lo malo…  Aquí me enfrento a solas con mi justo juez; sin argumentos para defenderme y sin razones para atacar desecho el juicio y perdono el mundo… absuelvo al prójimo.      SENTISEMO es mi refugio sagrado donde puedo entender que mi vida es escaza y grandemente tan solo el resumen perfecto de innumerables vidas.  Mi sueño… mi ilusión… mi fantasía…  Nada real… 
CITA CON… …UN MAESTRO la humanidad hastiada ya no sabe qué hacer; en su locura por el cambio pretende construir un nuevo mundo sin normas ni leyes porque la justicia murió cuando el bien perdió.  Confundida y confusa me dispongo a evadir esta absurda realidad para asumir la nítida verdad de Sentisemo. Hoy circula mucha gente por mi sagrado lugar, según el ir y venir de tantas personas intuyo que hay algún acontecimiento importante.  Esto me alegra y me dirijo a informarme para participar.  ¡Me encantan los eventos en Sentisemo! Al llegar al punto de la congregación me entero que el evento se llama “CITA CON...”, enseguida hay una serie de opciones para escoger la personalidad con quien cada uno quiera tener un encuentro.  De lejos diviso el nombre de mi elegido.  Hay muchas personas en las filas esperando el momento para entrar a su cita preferida.  Yo no tengo que hacer fila, nadie más ha seleccionado mi opción “…UN MAESTRO”. Entro por un iluminado sendero, alcanzo a visualizar al fondo un enorme espejo en el cual puedo verme reflejada; de repente percibo que alguien camina a mi lado izquierdo, pero no se deja observar en el espejo.  No sé en qué momento empezó una extraña charla que me dejó muda de vergüenza y sin argumentos para controvertir. Cuando mi acompañante se refiere a mis juicios de valor, a mis creencias e ideales pienso ilusionada en Jesucristo… angustiada busco mi consciencia y la descubro agazapada en un rincón… acobardada, ni siquiera me miraba. Sin mucho orden, recuerdo algunas cosas que me dijo:“…nada se puede evitar porque solo sucede lo que tiene que suceder; que ninguna persona tiene autoridad moral para emitir algún juicio porque el Ser Humano desconoce los pensamientos de Dios y, por ende, ignora su linaje.  Que nadie tiene la pureza suficiente para hablar del malo, del mentiroso, del criminal, del ladrón…” Ladrón? Al oír esto, de inmediato saltó mi consciencia envalentonada y acusadora obligándome a revivir aquella inolvidable experiencia. -   Febrero 16 de 2019, sábado, 7:02 P. M., hago fila para tomar el transporte urbano, llega mi ruta, veo unas dos o tres personas de pie en el bus que llega; delante de mí sube una muchacha y se baja de inmediato, al parecer por la estrechez (después entendí); subo sin problema y me recibe la aterradora mirada de odio… de maldad… no sé (en ese momento no lo deduje) de un hombre más o menos de mi edad, vestido con camisa y pantalón blancos, de talla normal.  No lo volví a mirar durante todo el camino, aunque todo el tiempo me sentí amedrentada.  A pesar de que tengo un temperamento soberbio y arrogante, admito que ese minuto o minuto y medio que duró el trayecto a la próxima parada del autobús, fueron de angustia y pánico para mi gracias a esa única mirada del hombre que venía a mi lado izquierdo donde yo llevaba el bolso con el cierre abierto, solo cubierto con la solapa del mismo.  Cuando se anuncia la próxima estación, este hombre dice: “ya me tengo que bajar” y da un solo paso a la puerta de salida y se bajó.  En ese mismo instante, yo pienso: “! me robó… ¡”; busco en el bolso la cartera donde llevaba el dinero, documento de identificación, tarjeta profesional y las tarjetas bancarias; me cercioro que ese hombre me ha robado y comprendo que la mirada era para intimidarme y que la muchacha se bajó porque él la estrechó para hacerla bajar…-.   Mientras transito por mi memoria, llego al lugar de mi cita: el inmenso espejo. Cohibida y temerosa evito mirarme en el espejo, sin embargo, de nuevo mi consciencia se hace presente obligándome a levantar mi vista hacia el espejo para cumplirle la cita a mi maestro.  Ahí estaba él, mi maestro, el l a d r o n… y se repitió la historia: No lo volví a mirar… ¡Inolvidable!
En la actualidad, la mujer ha asumido la responsabilidad sobre su vida y sus circunstancias; se entiende que la igualdad de género significa cero privilegios para ambos sobre la base de que las debilidades que sustentaron el abuso masculino han sido superadas.  Así es que, en el mejor de los casos, la mujer hoy en día trabaja hombro a hombro en conjunto con el hombre; poco a poco la mujer se ha concientizado de su poder espiritual y de su capacidad intelectual con lo cual ha logrado conquistar su independencia económica, mental, social, etc.  Sin embargo, de ahí a la mujer autónoma en realidad aún faltan algunos detalles.  Miren amigos esta simplísima historia de la vida real que les voy a referir, común y recurrente, por demás.   En días pasados, a eso de las 8:30 de la mañana, en pleno centro del pueblo una señora es atracada por un joven que se movilizaba en una bicicleta.  Ante la gritería de la dama, muchos vecinos salieron a la calle.  Dicen que en la esquina había un grupo de caballeros que gritaron: ¡cójanlo, cójanlo!, cuando el joven pasó en bicicleta por el lado de ellos.  Se escuchó decir en los corrillos del vecindario que uno de estos caballeros dijo: “ah, pues uno pa’qué se mete, hermano… si fuera la gente de uno, pues todavía…”.  Como es lógico, las críticas y murmuraciones en contra de este vecino por no salir en defensa de la señora atracada fueron la comidilla general.  Lo menos que recibió este valiente vecino de parte de las mujeres fue un rotundo madrazo; el resto del grupo de caballeros extraña y lógicamente callados.  Y es razonable, la mujer ha vivido sometida y dependiente del amparo y protección del varón a lo largo de la historia de la sociedad, sin embargo, no podemos seguir proclamando igualdad de género y al mismo tiempo reclamando privilegios de uno sobre otro; la igualdad de género no puede tener excepciones.   Cuando la mujer encontró el respeto a sí misma dentro de sí misma, logró asumir el control de su vida y el manejo de sus circunstancias. En mi opinión, ni igualdad de género ni superioridad de género; sí creo ciegamente en el complemento del uno con el otro; sí le apuesto firmemente a trabajar juntos por el desarrollo y evolución de la vida en este planeta. 
  Había algunas personas En un sepelio inusual… Algunas regaban flores y Otras echaban tierra En la tumba del mortal…   “EL PASADO YA ESTÁ MUERTO” Gritó el ciego, con soberbia, Enterrémoslo muy hondo y A gozar nuestra victoria…   De repente y sin prudencia Aquella tumba explotó… Mientras unos reían y otros lloraban, Humildemente, el “muerto” se levantó…   “no señor, soy inmortal” Soy pasado sí,  y estoy presente… Así  quieran o necesiten No me pueden sepultar… La memoria es la raíz y No se puede hacer trizas,  Todos los que ayer sufrieron Hoy también sufren sus risas… No es justicia esa injusticia,  Es burla  que revictimiza… No es injusto que lo justo Quieran volverlo ceniza? Quizás, quizás, quizás…  
  Me encanta sentisemo; este maravilloso planeta me brinda la fantástica oportunidad de encontrarme cara a cara con mis envidias, mis odios, mi vanidad… y todas sus derivaciones de sentimientos, sensaciones y emociones vergonzosas y vergonzantes que me niego a reconocer en mí y que, sin embargo, identifico tan rápido en el prójimo.  En consecuencia, con cierta resistencia, muy de vez en cuando suelo darme un corto paseo por sentisemo, el mágico espacio en donde conviven, en una constante guerra por la paz, mis ángeles y mis demonios; cada uno de los cuales presume y asume ser la voz callada de la Divinidad, en equilibrio y equidad intachables. En este momento deambulo por un tranquilo pueblo de calles irregulares, unas muy anchas otras muy estrechas, algunas planas otras montañosas; en donde la riqueza y la pobreza jamás se podrán ver tan solo como la recompensa de la consciencia interior que se manifiesta magnánima en ambos sentidos y en toda ocasión; aquí existe un solo tipo de personas, donde la igualdad es visible y elocuente en medio de una infinita diversidad de formas y estilos.  Luego de divagar por largo rato, buscando con relativo recelo y angustia aunque fuese un poco de coherencia, esa propiedad del ser racional que se nos extingue a pasos colosales; de pronto divisé a lo lejos un espeso bosque que me genera una enorme curiosidad; me acerqué sin temor ni timidez algunos porque aquí: “todos somos iguales”, pensé… El exuberante bosque no era otra cosa que una caterva de personas que iban y venían cual rama de árbol al vaivén del viento… de pronto puedo identificarme en un rostro desconocido, pues veo el reflejo fiel de un hambre insaciable de coherencia… al parecer él tampoco podía encontrar el objetivo de esa búsqueda que compartimos.  No sé por qué me causó tanta risa descubrirme en aquel semblante; me reí tanto que una vez llegué frente a este rostro que tan bien me reflejaba en ese momento, desdeñé mi búsqueda de mí y me senté por largo rato a observarme en forma y estilo tan disimiles a los míos, extasiada me contemplaba por fuera de mí.  Esta imagen mía, por fuera de mí, me permitió darme cuenta que la solución no es simplemente andar persiguiendo la coherencia; no, el dilema es mucho más profundo, el remedio radica en eliminar mi incoherencia. Me veo en un hombre calvo, gordo, muy mayor; perteneciente a una comunidad cristiana.  Vive en el centro de ciudad, justo al frente del parque principal, a una cuadra de la parroquia.  Al lado derecho de la casa de este hombre funciona una discoteca muy concurrida y al lado izquierdo de la misma, queda un juego de billar (música y trago) que trabaja desde las ocho de la mañana hasta las dos de la mañana del día siguiente.  En la entrada de su casa, el hombre tiene alquilado un local donde funciona un pequeño bar desde muy temprano en la tarde hasta las primeras horas de la madrugada. Pues bien, este hombre, quien socialmente es distinguido y reconocido como una persona de bien, fiel cumplidor de normas y leyes y ejemplo a seguir para la colectividad en general; hace algunos días, desesperado porque el estrépito de las campanas de la Iglesia Católica todos los domingos a las seis y treinta de la mañana no lo dejan dormir o que lo despiertan muy temprano, no sé, para el caso viene siendo lo mismo, entabló una demanda contra el cura párroco para que sea eliminada esta tradición para los católicos de las campanas llamando a la Santa Eucaristía, pero que a él mucho le disgusta. Muy rápido salí de sentisemo para continuar con mi habitualidad; sin embargo, no pude pasar por alto esta vivencia porque, gracias a ella, me permití aceptar ciertos rasgos de mi imprecisa personalidad.  Sí, yo también creo que justicia es tan solo lo que a mí me conviene; si, yo también defiendo mis intereses aunque tenga que pasar por encima de los ajenos.  Asumo mi responsabilidad de hacer esto en contra de mi consciencia que me está diciendo a gritos que: “no puede haber intereses separados porque todos somos una sola humanidad”. 
En todo el mundo la sociedad está conformada por una pequeña minoría de ricos, una gran cantidad de pobres y en el centro la inmensa mayoría de la población que encuentra tantas razones para agradecer como para reclamar, cuando contempla a ambos extremos.  Siempre será válida cualquiera de las dos decisiones y ninguna de las dos tiene porque generar conflicto alguno. Agradecer por lo que se tiene es la manera más efectiva de trabajar por lo que no se tiene.  Agradecer garantiza el progreso.  De igual forma, reclamar por lo que no se tiene es una vía segura de acabar con lo que se ha logrado a punto de trabajo.  Reclamar conduce al retroceso.  Sin embargo, en decisión personal cada uno elige qué  MERECE ya que tanto el progreso como el retroceso son un simple merecimiento, porque todos merecemos y hacemos mérito para ello. Agradecer o reclamar es un albedrío  intransferible consecuente con la capacidad propia para abrigar gratitud o envidia en el corazón.  Siempre habrá quien se sirva de alguna de estas dos condiciones para bien y/o para mal.  Me permito hacerle partícipe a quien pretenda debilitarme con números, estadísticas, estudios o investigaciones que yo no soy psicóloga, socióloga ni cualquier otro profesional similar.  Esto es tan solo mi percepción frente al tema; es únicamente mi opinión personal la cual publico para compartir no para debatir.  Toda mi solidaridad para quien sabe agradecer y mi absoluto respeto por quien necesita reclamar.  Yo decido AGRADECER por todo lo que tengo mientras continuo trabajando para lograr todo aquello me hace falta.  Agradecer es un derecho y un deber conmigo misma.
Yo los tengo en mi memoria desde siempre porque desde muy pequeñita los veía llegar a la escuela con regalos para todos, buenos regalos hasta para los profesores.  Cuando yo llegaba a mi casa con esos buenos regalos, mis papás no decían nada, apenas sonreían, para ellos era algo muy normal. Este día nunca lo olvidaré.  Mi mamá me despertó a las 5 de la madrugada cantándome las mañanitas; ese era el día de mi noveno cumpleaños.  Yo estaba especialmente feliz; cuando mi mamá me dejó en la escuela a las 6:30 de la mañana, inocentes ambas de la cruel trampa que sería mi natalicio número 9, me abrazó fuertemente, me repitió el feliz cumpleaños y nos despedimos sonrientes y felices porque esperábamos vernos a la hora del almuerzo para celebrar en familia y con amigos. Cuando se llegó la hora del recreo, yo fui la primera en salir corriendo del salón de clase; salí feliz porque la vi a ella y me di cuenta que me estaba esperando, llevaba un regalo…  metí la carrera, pegué un brinco y me arrojé en sus brazos.   “Feliz cumpleaños, muñeca”, me dijo con voz tierna mientras apretaba mi cara contra la suya.  Yo recibí mi regalo, feliz y sin darme cuenta que estaba mordiendo la manzana envenenada.  Ella se sentó a mi lado y, en tanto que yo disfrutaba orgullosa de mi muñeca, me dijo: “con los otros muchachos te tenemos preparada una gran fiesta de cumpleaños…”.  Yo solo brincaba de la dicha, sin saber que estaba cavando la tumba para enterrar mi niñez y mi adolescencia; a mis nueve años, era imposible calcular que estaba viviendo los últimos instantes felices de mi vida. “Vamos, vamos que se nos hace tarde”, me dijo apurada; yo contesté: “no, primero tengo que pedirle permiso a mi mamá ahora que venga por mí” …; “no te preocupes, muñeca; yo ya le pedí permiso para que fueras a tu fiesta, es más, ella nos está esperando allá”, me dijo, cariñosamente.  Yo le creí y salí con ella de la escuela, delante de todo el mundo.  Los profesores también se dieron cuenta que yo salí y me fui con Doris.  Todos la conocían y todos, hasta los profesores, se dieron cuenta que yo me fui con ella.  Aunque el camino me era totalmente desconocido, yo iba inmediblemente feliz, sin saber que estaba a punto de sepultar mi inocencia, mi ilusión y mi esperanza.  Abrazada a mi fina y hermosa muñeca, repentinamente me entraron unas ansias, una angustia por llegar allá, donde mi mamá me esperaba para celebrar mi noveno cumpleaños con los otros muchachos.  El camino se iba poniendo cada vez más difícil; con una mano yo apretaba mi muñeca contra mi pecho y con la otra tomaba la mano de Doris; después de mucho, mucho caminar, pregunté: ¿esto cómo se llama, falta mucho para llegar?; yo no conozco este lugar, quiero ver ya a mi mamá, dije tímidamente.   Doris me contestó secamente: “esto es la selva y sí, si falta mucho para llegar”.   Luego de esto, nos sentamos a descansar un rato.  En medio de mi inocencia, ya me estaba pareciendo que Doris no era tan cariñosa conmigo y sentí un poco de inseguridad.  Sin embargo, me callé esta percepción y continué, ahora en silencio, hasta el lugar, aquel lugar donde enterré la última sonrisa de mi vida; el mismo lugar donde nació mi llanto eterno. Inolvidable… en el mismo instante en que llegué murió mi sonrisa y no supe que con ella se iba también, mi niñez y mi vida.  Un extraño e inexplicable temor se apoderó de mí; una sensación de inseguridad y angustia me obligaron a gritar: “MAMÁ, MAMÁ”, pero mi amargo llanto y mi estúpido grito tuvieron una respuesta seca e inhumana: “no, su mamá no está aquí y me dejó la chilladera ya mismo” , era la voz de Doris, la desconocida Doris, la verdadera Doris que con engaños me había llevado hasta este tenebroso lugar donde lo único que yo veía eran un poco de hombres y mujeres armados.  No me volví a acordar de fiestas de cumpleaños; yo solamente sentía la necesidad de ver y estar con mi mamá, era la única que podía protegerme y defenderme.  Pero, por más tenebroso que fuera ese miedo, con tan poquiticos años de vida, era imposible adivinar, ni siquiera medio intuir o calcular, el horror y la maldad humana que tendría que sufrir y padecer mientras lloraba a diario pidiendo que me llevaran donde mi mamá.  En medio de la angustia y la desesperanza, transcurrían mis días y mis noches totalmente desamparada; lo único que deseaba era la protección de mi mamá; lloraba todo el día de todos los días.  Pensándolo bien, por esos días yo era más bien un estorbo, no era mucho lo que podía hacer porque me la pasaba en cualquiera rincón llorando, siempre llorando.  De esta época de mi niñez frustrada, tan solo puedo recordar horrores ya que me obligaron a ser testigo de todo tipo de torturas y crueldades. Un día me mandaron con un grupo de hombres, no sé quiénes eran ni siquiera sabía sus nombres, a una misión.  Uno de ellos me tomó de la mano y los tuve que seguir para presenciar el hecho más horripilante y siniestro que pueda cometer un ser humano, con un mínimo de raciocinio, contra un semejante. Tan solo me di cuenta en qué consistía la tal misión cuando llegamos al sitio a recoger el cadáver de uno de los hombres de esta asquerosa organización que había sido fusilado cuando intentó desertar.  La sorpresa que sentí al ver un cadáver la manifesté con un grito de espanto; me puse a llorar e intenté salir corriendo, para dónde, no sé; sin embargo, uno de estos hombres me tomó bruscamente por un brazo y me obligó a quedarme.  Había que llevar el cuerpo ante el comandante… Me obligaron a ver cómo lo descuartizaban para empacarlo en bolsas y llevarlo al comandante del frente.  Con hacha y machete, entre dos o tres hombres picaban este cuerpo por cada una de las articulaciones, mientras yo simplemente lloraba y observaba la desalmada escena, absolutamente horrorizada, sin intuir siquiera que esto no era lo peor del día; no podía imaginar que esto era apenas el preámbulo de la más aterradora y despiadada tortura a una niña de 9 años.  Una vez hecho pedazos este esqueleto empezaron a empacarlo en las bolsas plásticas, pero estas no alcanzaron, quedando por fuera los pies, las manos y los brazos, sin embargo, tenían la orden de llevarlo completo.  Fue entonces cuando uno de aquellos hombres, sorpresivamente me arrebató mi morral; yo, inocente de nueve años, opuse toda mi escaza resistencia a que mi morral fuera utilizado para algo tan macabro; obviamente y sin importar mis gritos ni mis lágrimas, me lo quitaron y ahí empacaron estos restos humanos.  Mientras yo lloraba repugnada y horrorizada por mi morral, no alcanzaba a imaginar que podía haber algo un poquito más macabro.  Me resistí mucho más allá de mis frágiles y debilitadas fuerzas; grité tanto, como con la ilusión de que alguien pudiera salvarme, con la esperanza de ver a mi mamá defendiéndome para que no me obligaran a cargar ese morral a mi espalda; pero estos gritos capaces de extraer de mis entrañas todo el terror que pueda acumular y calcular cualquier persona, solo sirvieron de alimento para nutrir todo el sadismo que, de igual manera, pueda acumular y calcular cualquier persona.  Derrotada, con la inocente angustia de que esas manos que allí llevaba me iban a ahorcar, cargué mi morral en mis espaldas hasta donde estaba el comandante, sin pronunciar una sola palabra durante todo el camino.  Con el tiempo supe que esta era una práctica recurrente dentro de la maldita organización para deshumanizar a los niños.  Pero poco a poco, yo solita fui entendiendo la situación y jamás volví a hablar con alguien; ¿resignada? Tal vez, no lo sé; en mi mente solo estaba mi mamá, era en la única persona en la que podía confiar para contarle lo que me estaba sucediendo porque era la única que me iba a defender y proteger.  A mi corta edad, ya sin lágrimas y sin sonrisas, cuando pensaba que había superado los miedos más horrendos a fuerza de vivirlos, no podía imaginar que aún me faltaban más crueldades por experimentar en mi propia piel, en mi propia carne y sin que alguien me lo contara. Cuando tenía once años, Doris me mandó con Oscar al monte para que ayudara a traer una leña.  Sin decir una palabra, obedecí la orden y me fui con este hombre a quien no conocía, o no quería conocer, no sé.  A decir verdad, no sentí desconfianza, parecía ser un señor serio.  Pero si algún sentimiento me faltaba por escarmentar en esta tortura que yo estaba padeciendo hacía ya dos años, indudablemente era el asco y la repugnancia; el desprecio y el rechazo por todo aquello que se pareciera a la humanidad lo viví en esta ocasión con este detestable personaje. Debía ser más o menos el medio día cuando terminamos, o más bien terminó este asqueroso porque yo no hice mucho, de recoger, apilar y amarrar la leña; entonces el abominable se sentó bajo  la sombra de un frondoso árbol, justo al frente de  donde yo estaba parada con la mirada perdida; sin ver y sin mirar solo escuché, sin darle la menor importancia, que me dijo: “chillona venga”; sin siquiera mirarlo, di dos pasos hacia este maldito; sin malicia y ya sin temor, observé cómo el maldecido se levantó al tiempo que me repetía la perentoria orden: “que vengás”, me gritó justo en el momento en que llegaba hasta mí; me tomó bruscamente por mi brazo derecho, me sacudió violentamente y me dijo: “además de chillona, sorda?”.  Yo permanecí callada, en este instante percibí mi orfandad como nunca antes.  Sí, éste fue el preludio de la cruel atrocidad. Sin decir más, me levantó en sus brazos y empezó a “besarme” el cuello mientras buscaba un lugar donde sentarse conmigo en sus brazos.  Entretanto yo, desconociendo mi orfandad y mi abandono, gritaba mi asco e inapetencia ante la sordera de la majestuosa selva.  Sin dejar de resistirme ni de llorar, escuché cuando el maldito me dijo: “bueno mamita, o es por las buenas o es por las malas”.  El inhumano dolor físico es superable porque es pasajero, sin embargo, el asco y la repugnancia son eternos. Lloré durante todo el camino de regreso al campamento; Doris me vio llorando cuando llegué y entonces preguntó, con un tono de burla: “y a esta qué le pasa, por qué viene chillando?” ; él contestó riéndose: “pues que le dio mamitis, usted ya sabe que ella chilla por todo”.  Yo no tuve otra opción que guardar silencio porque ya él me había advertido que a nadie le podía contar y menos a su mujer.  Ahí me enteré que Doris era su mujer.   En medio del desamparo más cruel, me sumergí en mí; tan solo me animaba la ilusión de volver a ver a mi mamá para contarle lo que me pasaba allí; inmersa en mi soledad ya no lloraba y mucho menos hablaba; si me decían venga, iba y si me decían vaya, también.  Así pasaron algo más de dos años, hasta que apareció la nauseabunda bestia. Ya cumplidos los 13 añitos, algún día Doris me envió a llevar un almuerzo especial a unos dos kilómetros del campamento donde estábamos.  Como siempre ni pregunté, ni comenté; simplemente obedecí inocente, totalmente desprevenida. A nadie me encontré durante todo este recorrido, tampoco vi a alguna persona al llegar a la casucha; entré muda; dejé el portacomidas sobre una mesa y cuando me giré para salir del rancho e iniciar mi camino de retorno al campamento, el repugnante animal estaba ahí parado en la puerta, mirándome extrañamente; no sé cómo me miraba, pero no puedo negar que me impresionó tanto que me quedé inmóvil físicamente y con la mente en blanco. Sin reacción alguna de mi parte, con una pasividad más reflejo de la repulsión que de la inapetencia, el maldito me tomó en sus brazos y me violó por segunda y última vez…  Regresé al campamento sin decir una sola palabra, no tenía a quien comentarle… Mis días transcurrían normalmente, sin palabras; sin pensamientos de esperanza o de amargura, nada.  Un día que yo estaba con Doris, pelando unos plátanos en la cocina, de repente sentí un mareo que no pude ocultar porque trastabille y esta mujer se dio cuenta; entonces me dijo: “a usted qué le pasa chillona, no me vaya a salir con que está preñada?” … yo no había caído en cuenta de esto, a mis escasos 13 años.  Me quedé pensando; casi, casi ilusionada, sonreí.  Vanamente ilusionada, escuché cuando Doris le dijo a Oscar: “ve, llevá a la chillona donde el médico; parece que tiene problemas”.  Obviamente, yo no entendía que este era un mensaje cifrado; ya me estaba poniendo contenta; durante todo el camino yo me acariciaba mi barriga.  Lo único que me dijo Oscar, durante todo este recorrido, fue: “no le vas a decir a Doris lo que pasó porque te mato a vos y mato a tu mamá” …  No me importó, yo no había pensado en decir lo sucedido. Llegamos a un cuarto inmundo, todo era desorden y mugre; un tipo mal encarado me hizo el aborto, sin conmoverse por mis gritos de dolor y horror.  Regresé al campamento y nunca más volví a hablar y a sonreír, menos. Sin saber lo que era sentir una esperanza o tener una ilusión, transcurrieron unos dos años de mi vida como cadáver ambulante.  Indeseadamente sucede algo anormal, muy normal. Después de que cumplí los 15 años y aunque nunca volví a ver al fétido Oscar, repentinamente muchos de esos hombres empezaron a violarme; eran dos y hasta tres violaciones por semana.  Superado el dolor físico, ya no me quedaba más qué sentir sino fastidio y aversión.  Sin embargo, por unos pocos días volví a pensar, ya no con tanta inocencia, ahora sí con un poco de cálculo.  Cuando empecé a sentir mareos y nauseas, comprendí que tenía que ocultarlo; mi propósito era proteger a mi hijo hasta con mi vida.  ... Pero mi vida fue escasa para defenderlo.  Era obvio, ya estaba muy barrigona porque ya tenía seis meses de embarazo.  Entonces, Doris me obligó a ir donde el médico y ante mi contundente negativa, me dio un latigazo en la espalda suficiente para desmayarme inmediatamente.  Cuando desperté en aquella inmunda cama que yo ya conocía, bañada en sangre y frente a aquel aborrecido médico, que yo también ya conocía, este me preguntó: “cómo se siente” ?; mi silencio fue la evidencia… Basado en el testimonio público de una desertora de las farc, en el programa “LA NOCHE” con JEFERSON BELTRAN, del canal privado de televisión internacional “N T N 24”.
DÓNDE ESTÁS HUMANIDAD? Aburrida de Dios me conquisté al demonio, Y ahora que a ambos he amado y odiado, Ser luz o ser sombra no me importa ya…   DÓNDE ESTÁS HUMANIDAD? Me estoy extinguiendo en esta orfandad; La incauta libertad me ha hecho su esclava Y la infame justicia me reduce a la nada De su juicio amoral…   DÓNDE ESTÁS HUMANIDAD? Hastiada del cielo, me escapé al infierno Y ahora  navego en las llamas De la consciencia del bien y del mal…   DÓNDE ESTÁS HUMANIDAD? Cautiva de la consciencia Solo observo un universo mundano; Absorta en la imprudencia Estoy devastando mi Ser Humano.    DÓNDE ESTÁS HUMANIDAD? Detrás de la muralla de poder y autoridad; Sierva incondicional de la insensatez; Ama de un todo que me resume a nada… A la vez   DÓNDE ESTÁS HUMANIDAD? Me perdí en el sendero de la creación… Me permitió su uso y llegué al abuso; Buscando el retorno, deshaciendo el camino, Tan solo encuentro destrucción…   DÓNDE ESTÁS HUMANIDAD? Reclamando a la vida, tiempo,  y al tiempo, vida Para sanar con mis lágrimas las heridas Que taladran al noble planeta Ya con su savia, casi consumida…   DÓNDE ESTÁS HUMANIDAD? Suplicando perdón, por mi horror; Implorando paciencia y clemencia, Aterrada por mi nefasto YO.     Magnolia Stella Correa Martínez Colombia 2019
Algo poco usual sucede hoy en Sentisemo… una multitud desordenada circula por mi exclusivo lugar.  Una vez logro estabilizar mi percepción de la extraña situación, me dedico a investigar cuál es el acontecimiento que ha logrado reunir a todas las personas del mundo aquí, en MI sitio sagrado; no faltan reyes ni mendigos.  No es para menos, es la gran cumbre de Líderes Mundiales; un magnánimo evento que convoca a las personalidades que dirigen el mundo, en uno u otro sentido, con la finalidad de resolver los graves problemas que afectan a la sociedad humana a lo largo y ancho del planeta. De repente aparecen en el escenario los Líderes Mundiales comunicando el resultado de su trascendental cumbre.  Un silencioso grito de esperanza ahoga la alegría de ponerle fin a las dificultades.  Sin embargo, los Líderes parecen deducir esas expectativas Mundiales y, según su ceño fruncido y su gesto adusto, los frutos de la cumbre no son lo proyectado… “Querida gente: ante todo pedimos perdón por no presentar una solución generalizada a los enormes conflictos que hoy les aqueja… -de inmediato, el bullicioso llanto de la esperanza se traga la alegría de la muchedumbre-”.  Luego del vehemente llamado a la calma, reina un silencio sombrío propiciando la continuación del discurso: “… Sin embargo, nuestro deber es orientar y apoyar a la gente… sobre esta base y mediante un acuerdo unánime, decidimos dejarlos en libertad absoluta y plena para solventar los graves problemas que les oprimen, acorde con los lineamientos generales que les serán entregados a cada uno de ustedes por nosotros mismos de inmediato.  Así damos por concluida esta cumbre de Líderes Mundiales”.    Tuve la sensación de que esta cumbre de Líderes Mundiales la terminaron de manera precipitada… lo cual se me hizo un poco entendible, dado los distintos gestos que se leían en el rostro de la multitud que dibujaban gemidos de esperanza, miedo e incertidumbre.  En fin, el hecho es que llegué de primera a recibir mis instrucciones.  Esta circunstancia me hizo sentir en desventaja… entonces, esperé un momento a quedar un poco más lejos en la fila con el objetivo de fisgonear los papelitos que cada uno recibía de las manos de los Líderes.  No obstante, a pesar de mi esfuerzo y aunque todos los alcanzaba a ver bien, NINGUNO pude entender porque los lineamientos para superar los inconvenientes Mundiales eran un mensaje codificado individual.  Ni modo, tocó esperar a que llegara el turno de percibir mi papelito. Y llegó.   Sudor y temblor… una multitud incontable de sentimientos, emociones y sensaciones me reciben de píe, me hacen la venia y extienden su mano para entregarme el papelito con un mensaje más que legible… entendible: “los DOS nos comprometemos a apoyarte en tu decisión… la que sea”.   DOS?  Me cercioro. Reconocimiento y gratitud inundan mi visión, levanto el rostro para… justo en ese instante desaparecen de mi vista Dios y el diablo…   
Personas, actualidad   Señor MIEDO En Su Sentir Ante todo, deseo presentarle un franco saludo. Mediante la presente me permito expresarle mi más sincero agradecimiento por su valioso aporte a mi génesis y evolución, dado que, sin éste, sin su aporte mi labor se haría mucho más difícil y menos productiva.  Reconozco mi auge a raíz de su incesante expansión y fortalecimiento basados en cualquier tipo de argumentos, todos válidos y con su justa razón de ser, con tal de que sirvan a nuestro objetivo de crecer al unísono.  Permítame manifestarle toda mi admiración por su inigualable capacidad para diversificarse en tan innumerable cantidad de sentimientos, mimetizados en una incalculable variedad de emociones que me son del todo útiles y provechosas; todas ellas con una intensidad tan absorbente que les permite acumularse en determinados órganos para apropiarse de ellos poco a poco, despejándome el camino con cada paso que dan. Me permito hacer un reconocimiento especial a la angustia, la rabia, el odio, el rencor, el resentimiento, la envidia, etc. por citar solo unos cuantos, de sus incontables hijos, ya que gracias a su tesonera y desconocida labor yo me puedo encaminar sobre esas huellas invisibles que dejan sus pisadas.  Gracias a usted y a su prole por adobar el manjar y servírmelo en bandeja de plata para saciar mi voraz gazuza con buen gusto.           Por último y con toda humildad, le ofrendo los frutos de mi esfuerzo que no son más que las consecuencias del trabajo invisible y silencioso suyo y de sus apasionados hijos, gracias al cual yo puedo ostentar con orgullo los resultados de mi malicioso batallar.  Mil y mil gracias. Reiterándole mi gratitud por siempre, hasta una próxima oportunidad.  Atentamente,   Enfermedad
Un ladrón muy avispado salió un día a trabajar; Quiere estrenar la pistola, que hace ya algunos días, robada se consiguió, Cuando entro a casa de gringos que vivían en la ciudad.   El ratero está en la esquina divisando el panorama; Esperando con paciencia a quien va a damnificar, Mientras tanto este acaricia el arma que lleva al cinto.   Al llegar la autoridad, encuentra una dama herida; Ya el ladrón ha escapado contento con su botín Un humilde celular que, de pobre, no lo va a sacar.   Después en la fiscalía, esposado como toca El ladrón ya se lamenta su virginal inocencia Pues con el tesoro en las manos y él robando una miseria.   Y es que el arma utilizada, aquella que robo a los gringos Resultó de esas genuinas que algunos llaman reliquia Por haber sido usada durante la segunda guerra.   Historias del vivo bobo que a mí me gusta contar Para entrever lo evidente más allá de lo aparente, Pues, por lo general sucede que vista y apariencia Perecen en su reyerta.
Amparándose en un dictamen psicológico que le diagnóstico una severa depresión por causa de su embarazo y haciendo uso del derecho a decidir sobre su cuerpo, una mujer resuelve abortar a la criatura de 7 meses de gestación.  Esta historia trae a mi memoria un episodio del cual puedo dar fe.    Recuerdo como si fuera ayer, pero ya hace 24 años, cuando nació Miguel Ángel, sietemesino; yo los fui a visitar cuando llegaron de la clínica; era tan pequeñito que cabía en mi mano.  La mamá me contó que tendría que hacerle masajes durante algún tiempo hasta que el bebé alcanzara su desarrollo normal.  Yo salí bastante afectada  y hasta incrédula de la posibilidad de que este niño llegase a tener un peso normal.  Sin embargo, a los 15 días que volví a visitarlos: ¡Oh, sorpresa!...  Miguel Ángel era ya un bebé con talla y peso acordes con su edad.  Como ya dije, hoy en día Miguel Ángel tiene 24 años, es una persona normal, un muchacho universitario que va y viene sin limitaciones.  Se quedó como único hijo de esta pareja. Volviendo al caso poco usual, de la mujer que decide interrumpir su embarazo tan avanzado atendiendo a un concepto científico sobre su salud mental, han surgido en Colombia todo tipo de razones y argumentos tanto a favor como en contra de este hecho; tan válidos para unos como inválidos para otros y viceversa; como siempre y como en todo: “esto se reduce a una simple percepción individual”.  En definitiva, el Ser Humano no encuentra la unidad que le indique el rumbo.   Razones jurídicas justificadas en leyes incompletas o confusas que sirven en la misma medida para culpar o liberar a la mujer involucrada y a quienes practicaron el aborto “legal” para algunos, para otros “ilegal” Argumentos científicos que prevalecen la condición emocional de la madre porque la depresión pone en riesgo su vida y que encuentran en el aborto la única solución eficaz contra esa enfermedad. Ni hablar del análisis religioso que mientras por un lado invoca la voluntad de Dios por el otro nos está hablando de pecado; y juzga y condena… Al fin qué, se hace la voluntad de Dios o el Ser Humano se le salió de las manos a su Creador y está haciendo lo que quiere? Reconozco avergonzada que mi incesante pensadera solo me ocasiona confusiones irresolubles y por eso cuando trato de escudriñar en mi consciencia la voluntad de Dios, solo atino a preguntarme: “¿conoce el Ser Humano el pensamiento de Dios, conocemos Su concepto de vida y muerte?...”.  Y… si fuera posible que Dios no hiciera distinción entre vida y muerte…?  Será… que el Ser Humano llega a este mundo dotado de su fiscal y su juez propios, que llamamos consciencia, y siendo así, todo se limita a ella, a su juicio… y solo ella nos libera o nos condena?  Sigo sin respuestas… casi sin criterio propio porque la realidad está empecinada en ocultarme la verdad por toda la eternidad… en consecuencia, no sé qué tan cierta o falsa es esta realidad…
  No cabe duda que los hechos de corrupción en la administración del erario por parte de muchos servidores públicos en Colombia, han  sobrepasado todos los límites; sin ética, sin moral, sin vergüenza y sin decencia se saquea sin temor y sin recato el bolsillo nacional.  Por más doloroso y hasta deshonroso que sea saberlo y fiscalizarlo, todo esto sucede ante los ojos desorbitados de una justicia pletórica de normas y leyes ambiguas y maliciosas que, de la misma manera que sirven para castigar son útiles para absolver, pero la autoridad inmersa en su mal proceder, sucumbe ante el poder del corrupto de turno.  Cada día un escándalo superior tapa el del día anterior… y así se extiende este mal a todos los sectores de inversión del estado y se prolonga en el tiempo haciendo imposible aniquilar este crimen que obstruye y retrasa el progreso de la nación, menoscabando la calidad de vida de todos y ante la impotencia, repugnancia y complacencia de toda la sociedad. Investigadores de todas las especialidades buscan una explicación para este mal que, superado y excedido ya todos los males, se está arraigando de tal manera que más bien parece constituir el ADN de la sociedad y representa la grave amenaza de convertirse en la génesis nacional.  En fin, los argumentos de esta novela de terror son tan incontables como sus protagonistas.  Qué la moral, qué la ética, que los principios; qué la universidad, que la casa, qué la iglesia; qué el ejemplo, qué la impunidad…  No sé, tal vez sean todas, quizás ninguna o de pronto algunas; lo cierto es que este mal devasta a la sociedad en general y solo de la sociedad en general tiene que extraerse la vacuna, porque allí está su núcleo.  No es creíble porque no es posible que exista un líder político, de algún partido político, de alguna tendencia política que nos salve de esta hecatombe nacional.   Esta tarea le corresponde a la sociedad, a nadie más. Bien, se habla entonces de la sanción social, lo cual suele entenderse como el castigo del votante, es decir, no votar por algún personaje implicado en un tema de corrupción.  Sin embargo, aún desde la cárcel, estos líderes políticos tienen el poder y la capacidad para movilizar a sus votantes y direccionarlos hacia su candidato particular.  Estimulado por todo tipo de dádivas, el votante corruptor elige al político corrupto, quien más tarde va a recuperar esos regalos.  Comprar y vender un voto las dos caras de la corrupción; por tanto, votado y votante, los dos  únicos responsables del pernicioso mal que perjudica a todos y de la cual todos se benefician en tiempos distintos y en circunstancias diferentes…  Compra un  voto el mismo corrupto que llega a dictar las leyes que luego debe cumplir y vende su voto el mismo corruptor que después va a condenar la corrupción.  Corrupto y corruptor se generan y se sostienen el uno al otro; se devoran y se apetecen mutuamente dentro de la misma sociedad justiciera y maliciosa que a ambos venera y a los dos condena.     Cuál de las dos partes ha cometido el mayor delito? Cuál de los dos implicados amerita una mayor pena?...  Sin vergüenza y sin prudencia, la sociedad duramente censura al corrupto mientras tanto defiende con vehemencia  al corruptor, sin la consciencia de madre que a ambos  parió y solita ella los amamantó…
Estando yo muy joven, por allá en los años 90s. tuve una paciente muy especial.  La señorita Lucia era una paciente totalmente postrada, tampoco hablaba y decían que no escuchaba.  No recibía comida, cuando se le Iban a dar los alimentos ella cerraba la boca y no había forma de que la volviera a abrir.  Muy angustiada porque mi paciente no comía absolutamente nada, se me ocurrió decirle: “Señorita Lucia, si usted no come se va a morir y yo me voy a quedar sin trabajo…”.  Fue así como empezó a medio comer un poquito de todo lo que se le daba.  Así estuvimos más o menos cuatro meses.   La señorita Lucia, nunca tuvo hijos, sí crio a dos sobrinos huérfanos y vivía con uno de estos, el sobrino Psiquiatra quien no se decidía a salir del closet y la hermana de éste, que era casada y vivía aparte.  Estos dos sobrinos hacían todo lo que hubiera que hacer por tener bien, o al menos lo mejor posible, a su tía madre. Problemas de dinero o por dinero no había, sin embargo, la salud de la señorita Lucia empeoraba.   Un sábado, lo recuerdo muy claramente después de muchísimos años, cuando la estaba aseando vi que tenía en el píe izquierdo un extraño morado.  Yo tenía claro que ella no se había golpeado, entonces pensé: “hummm ya llegó el final…”.  Yo tengo un extravagante talento y es que, dependiendo de mi observación de un paciente, puedo darme cuenta, con bastante aproximación, cuánto tiempo de vida le queda.  Yo no sé si esto es una virtud o tan solo es una fatal coincidencia.   Entonces, ese sábado que le vi el morado en el pie izquierdo a la señorita Lucia, llamamos al médico y le aumentó la dosis de medicina y pronóstico el desenlace por ahí para la próxima semana.  Sin embargo, yo la veía cada vez peor, volvió a no comer, pero ya no le dije nada, porque yo sabía que estábamos en las últimas…  Llamé a los sobrinos y estos llegaron a eso de la una de la tarde y la señora me preguntó: “¿cómo ve a Luchita, si llega a la próxima semana…?”  No me sorprendió la pregunta tal vez porque la respuesta la tenía muy clara y bien identificada, entonces le dije: “yo le diría que no llega a las cinco de la madrugada…”   Todo esto sucedió el sábado, todos nos reunimos alrededor de la cama de la señorita Lucia y pasamos la noche en vela; a eso de las cuatro de la mañana, la paciente fijó su mirada en mí, en ese mismo instante yo recordé que yo le había dicho que ella “no se podía morir porque yo me quedaba sin trabajo”, entonces un sentimiento extraño me acercó a ella y le dije al oído: “váyase tranquila y me cuida desde el cielo…”, en ese mismo instante…   Cuando la solté, un cuadro con la fotografía de la señorita Lucia que estaba colgado en la pared, al espaldar de la cama, se cayó, se quebró y ella murió… Todo esto sucedió de manera simultánea. Hostorias que me cuenta mi hermana Mary Celly que ejerce esta noble profesión.   Imágenes de internet
La maestra eutanasia nos quiere concientizar Que sobran normas y leyes para ejercer su función Porque la muerte es ajena a la voluntad humana Pues no obedece a caprichos ni a nuestro interés mezquino.   Solidaridad con Carlos, quien padece horrendo mal Y encuentra en la eutanasia el calmante a su dolor. Cumpliendo los requisitos para el proceso en Colombia, Se fija la fecha y hora para acabar con su vida.   Ha llegado ya el momento y en el lugar indicado Siempre falta algún detalle para aplicar la eutanasia. Por uno u otro motivo, Carlos sigue padeciendo, Porque su muerte indolente, por ahora lo está esquivando.   Imposible huir de la vida, aunque esta ya sea pesada; No es posible alcanzar la muerte, por larga que sea la zancada. Hay un designio mayor, que forma y deforma el mundo, Nos mueve entre el bien y el mal, sin consentimiento mutuo.   Ya que, a pesar de las leyes, esas que inventa el humano El universo tiene sus normas, de las cuales nadie escapa. Aunque a veces lo entendamos y otras tantas veces no. Somos vasallos de un amo…  que es Quien ostenta el poder.   Magnolia Stella Correa Martínez Colombia 2022
En Colombia se nos volvió normal, sin duda por lo cotidiano, Que el bueno se engulla al malo y, de la misma manera, que El malo se engulla al bueno mientras contemplamos inertes; Donde la condición de ser bueno o malo está determinada o Solo depende del lado de la mesa desde el cual observamos el Sombrío panorama que, en ambos casos, devasta a la nación.  El bueno siempre estará al lado y el malo siempre al frente.   Confusión? ¡Tal vez!, falta de justicia? ¡De pronto!, falta de Confianza en el sistema y sus instituciones? ¡Puede ser!... Sin duda, son innumerables las causas que nos han llevado, Poco a poco a esta sensación de impotencia e incertidumbre Tan generalizado en una gran mayoría del pueblo Colombiano; Lo cierto es que ambos bandos se embuchan el uno al otro y El otro al uno, mientras las nación  se asoma a contemplar de Qué lado son los muertos y condolerse: “si son MIS muertos” O, lo contrario, para regocijarse: “si son TUS muertos”.   Sin embargo, la realidad es que nos estamos liquidando entre Hermanos colombianos y ésta condición debería ser suficiente Para que nos doliera por igual: “TUS muertos y MIS muertos”; No puede ser que TUS muertos valgan menos que MIS muertos, No es racional que MIS muertos valgan más que TUS muertos”.   En ambos casos es la vida humana la que está en el centro y no Existe un solo valor en el Mundo, similar o superior al valor de La vida.  El valor de la vida no tiene etiquetas ni está sujeto a normas o Leyes; simple y sencillo, la vida tiene que primar por encima De toda otra condición.    Cuando TUS muertos no me duelen, tampoco MIS muertos te Han de doler, y así patinando en este lodazal de indiferencia  ante La diferencia no escuchamos el grito de la consciencia racional Que nos reclama mientras proclama que son NUESTROS muertos.   Matemos de una vez por todas a la utópica paz para que acabemos Ya, con la maldita guerra y vivamos ¡por fin!, como todo animal: “Sin juicios, sin normas; sin calle ni hogar”.     
¿Amigos, me ayudan con esta adivinanza? ¡por favor! Es una tarea para mi sobrinito de siete años.  No tiene consciencia, Sí mucha experiencia, Esparciendo simientes, no hay quien la supere; Es inmaculada cuando hace de juez Y ella es la víctima al ser la acusada.         Por brincona y venenosa, tras las rejas la malcriada. Me duele verle sufrir, porque sé que también es noble; Aunque para ser sincera, me hiere su pataleo, Entonces así enlazadas, yo me condeno con ella.    Cuando cumpla la condena, podrá salir a la calle, Esperamos no reincida y caiga en trampa mortal Porque juzgada por la sociedad, logrará cadena perpetua. Por ahora, ya en la cárcel, debe aprender la lección.   ¿Quién y cómo está prisionera?   Magnolia Stella Correa Martínez Colombia 2020
Por fin se llegó el día y la hora de la fastuosa celebración de los 50 años de Arcadio; se cumplió el plazo; ya todo está contratado para el próximo domingo; sitio adornado y dispuesto; comida, licor, servicio de meseros; alojamiento para quienes vienen de lejos; etc..  Absolutamente nada ha quedado por fuera, excepto los caprichos de la vida; los planes de la vida fue lo único que no podían prever Arcadio y su familia para el gran festejo.  Sin embargo, la vida y la muerte, en medio de su convivencia  tenían concertada una cita puntual para esta ocasión…  El día anterior a la reunión, a las 10:10 de la mañana un infarto fulminante segó la vida de Arcadio… Pero la ambición del destino no la puede adivinar la mente humana; esta vez el caprichoso destino quería más…, no le fue suficiente con este durísimo golpe a esa familia. Una vez han concluido las exequias, con gran afluencia de su parentela, que había llegado de otros pueblos a la celebración del cumpleaños de Arcadio, saliendo del cementerio luego de asistir al sepelio de su cuñado, la esposa de Armando, hermano de Arcadio, sufre un infarto fulminante que acabó con su vida ahí mismo, en la puerta del cementerio… “LOS CAPRICHOS DEL DESTINO SON TAN INCONOCIBLES COMO INSACIABLES…” 
  La cultura colombiana hace alarde de un personaje fascinante y ejemplarizante: “el vivo bobo” que, mucho más que una persona, es una actitud, un comportamiento que hace parte de la idiosincrasia nacional.  El vivo bobo es el típico lumbrera que siempre cuenta sus hazañas mostrándose como el ganador porque siempre lo asiste la razón; algunos de manera romántica le llaman “malicia indígena” a la astucia y sagacidad para hacer uso del “todo vale” a la hora de argumentar su conducta, sobre todo cuando se trata de evadir normas o responsabilidades en pro del beneficio personal.  Ni hablar del proceder manuelesco que consiste en amenazar con todo tipo de ataque (inclusive matar) dependiendo de la persona, circunstancia, lugar, etc. todo esto articulado para establecer su estrategia amenazante, el vivo bobo sabe muy bien que nunca va a cumplir pero que le permite jugar con el miedo que ello genera en el otro.  Ejemplos tenemos unos cuantos.  ·         Hay un retén de la Policía de tránsito en una esquina, temprano en la mañana.  Viene un motociclista sin el casco reglamentario que es obligatorio en Colombia.  Este hombre mayo de edad, viene tan desprevenido que no se percata del operativo oficial hasta unos 8 o 10 mt. antes de llegar al retén.  Entonces el adulto frena de manera brusca su motocicleta, gira y se devuelve en contravía, evadiendo así el control policial.  A la próxima esquina gira y se cae, en medio de estruendosas carcajadas porque, según el vivo bobo, se le voló a la Policía y sin darse cuenta que el agente estaba grabando todo el operativo desde su celular… además de que por todas partes hay cámaras, por lo cual, el comparendo (multa, sanción, etc.) le llega a casa del dueño del vehículo infractor.  Pin, pin, pin.  ·         Hace unos dos años un profesor del área de ética y valores me consultó acerca de modelos de negocios para invertir en finanzas. Le ofrecí algunos paquetes que ofrecen los bancos.  No le gustó, argumentando que él no le iba a regalar su plata a los bancos.  Entonces le hablé de inversión en acciones de grandes empresas como Ecopetrol y recalcó que él no iba a regalar su plata al gobierno. En aquel momento me comentó que alguien muy conocido del pueblo y muy bien referenciado, le estaba trabajando su dinero y que le daba muy buenos rendimientos.  Me dijo que le había confiado al personaje cien millones de pesos (unos veinticinco mil dólares) y que en tres meses ya se los había triplicado.  Le recomendé que intentará retirar esos rendimientos o disponer del capital invertido, y su respuesta fue contundente, me dejó callada: “NI LOCO QUE ESTUVIERA PARA SACAR MI PLATA DE DONDE ME LA ESTÁN TRIPLICANDO”. Intenté por todos los medios alertarlo acerca del peligro que representan esas fantasías de rendimientos económicos exorbitantes, pero me calló argumentando que: “ESTE SÍ ES UN NEOGIO MUY SEGURO PORQUE ES CON UN SEÑOR MUY HONORABLE” Como a los ocho meses de esta consulta, el profe de ética y valores, al igual que otros vivos bobos apenas se estaban enterando de que en este caso, la estafa ya ascendía a más de quinientos millones de pesos (unos ciento veinticinco mil dólares), solo con los del pueblo.    ·         Cursando IX semestre en la Universidad, para el examen final de costos por procesos, el profesor deja un taller de cinco ejercicios de los cuales solo queda faltando por resolver uno, porque ninguno lo entiende.  Cuando el profesor llega a dictar clase se lo hacemos saber y él dedica tiempo a explicarnos con voluntad y profesionalismo.  Al terminar su explicación, el profesor pregunta: “alguien tiene alguna otra duda?  De inmediato se levanta Julio con su mano derecha arriba pidiendo la palabra. Julio es el inútil del curso; nunca hace una tarea; siempre copia en los exámenes.  Julio es un politiquero del pueblo que se ufana en decir que él solo necesita el título y, que ni le interesa, ni quiere, ni puede aprender; lo único que le importa es el cartón. Nunca sabe algo de la carrera que está por terminar y, por ende, jamás participa en clase, pero hoy él, sólo él tiene una, solo una, pregunta: “profesor, dice mientras levanta la mano y hace la venia al resto del grupo, dado que ninguno de nosotros ha podido resolver el punto número cinco del taller para el examen final, yo tomo la vocería por todos mis compañeros para pedirle el favor de que nos lo explique”.  Las carcajadas que suceden a la intervención de Julio, todavía retumban en su cabeza sin que este vivo bobo se entere del por qué. 
Personas, actualidad  SeñorMIEDOEn Su Sentir Ante todo, deseo presentarle un franco saludo. Mediante la presente me permito expresarle mi más sincero agradecimiento por su valioso aporte a mi génesis y evolución, dado que, sin éste, sin su aporte mi labor se haría mucho más difícil y menos productiva.  Reconozco mi auge a raíz de su incesante expansión y fortalecimiento basados en cualquier tipo de argumentos, todos válidos y con su justa razón de ser, con tal de que sirvan a nuestro objetivo de crecer al unísono.  Permítame manifestarle toda mi admiración por su inigualable capacidad para diversificarse en tan innumerable cantidad de sentimientos, mimetizados en una incalculable variedad de emociones que me son del todo útiles y provechosas; todas ellas con una intensidad tan absorbente que les permite acumularse en determinados órganos para apropiarse de ellos poco a poco, despejándome el camino con cada paso que dan. Me permito hacer un reconocimiento especial a la angustia, la rabia, el odio, el rencor, el resentimiento, la envidia, etc. por citar solo unos cuantos, de sus incontables hijos, ya que gracias a su tesonera y desconocida labor yo me puedo encaminar sobre esas huellas invisibles que dejan sus pisadas.  Gracias a usted y a su prole por adobar el manjar y servírmelo en bandeja de plata para saciar mi voraz gazuza con buen gusto.           Por último y con toda humildad, le ofrendo los frutos de mi esfuerzo que no son más que las consecuencias del trabajo invisible y silencioso suyo y de sus apasionados hijos, gracias al cual yo puedo ostentar con orgullo los resultados de mi malicioso batallar.  Mil y mil gracias. Reiterándole mi gratitud por siempre, hasta una próxima oportunidad.  Atentamente,   Enfermedad
Ser Humano, eternidad   Señor CORAZÓN En Su Despacho   Ante todo, permítame saludarlo con el cariño y la fraternidad de siempre. En seguida me permito llamar su atención acerca de algunos sentires que usted ha venido disfrutando de manera clandestina, pasando por alto que esa indisciplina suya pone en grave riesgo la coordinación de nuestro trabajo en equipo. Es bueno que usted recuerde nuestro compromiso de trabajar unidos para lograr las metas propuestas en pro del beneficio mutuo; motivo por el cual considero muy incorrecta su actitud de andar en divertimentos que tan solo conllevan a distraerlo de la realidad y que, en consecuencia, restan ánimo y fuerzas indispensables para el logro del objetivo común. Es evidente que los logros alcanzados hasta ahora son fruto del esfuerzo mancomunado y sincronizado que llevamos a cabo en medio de las dificultades normales impuestas por nuestras enormes diferencias.  Sin embargo, y aunque es largo el camino recorrido, aún nos falta mucho por andar; causa idónea para no cansarnos, puesto que un reposo ahora puede significar deshacer gran parte de los pasos dados.  No es el momento ni las circunstancias para ceder espacio a fragilidades o fantasías. Lo animo para que reflexione y decida si sus afectos individuales prevalecen sobre los intereses de nuestro grupo, o si, por el contrario, es consciente de la necesidad de luchar juntos por nuestra realización.  De tal manera que si usted resuelve persistir en nuestro trabajo conjunto por el provecho mutuo, puede contar con mi inalterable compromiso en aras de nuestro crecimiento en forma equitativa y realista.  Sin embargo, no he de ser yo quien mutile sus sentires, de ahí que, acepto de buen agrado la opción que usted seleccione. Por último, le reitero mi cariño y solidaridad constantes.  Tenga presente que aparte de cualquiera que sea su determinación, cuenta con mi apoyo y colaboración incondicionales para lo que se le pueda ofrecer. Dicho ya todo lo necesario, quedo a la espera de su respuesta.  Hasta una próxima ocasión. Atentamente,   Razón.    
En la W Radio Colombia, probablemente el noticiero radial más escuchado en el país, llamaron a una oyente, de quien dijeron haber recibido un correo electrónico con el tema para esta entrevista, la cual, palabras más palabras menos, refiere la siguiente historia.   Durante la charla al aire, la mujer contó como cuando ella empezó a darse cuenta que algo le faltaba en la intimidad con su  marido, tuvo la honradez y la decencia de hablarlo con él.  Decía esta mujer que la reacción de su marido al saber por las que ella estaba pasando, fue de total comprensión y absoluta tolerancia, por lo cual se comprometió a colaborarle y  aceptar todo lo que ella concertara para satisfacerse, con el compromiso de que ella nunca lo fuera a abandonar.  Contaba la señora que así fue como ella se consiguió un novio (o se lo consiguió el marido, al fin ni supe cómo fue).  Esta mujer justifica la comprensión de su marido en el infinito y puro amor que él siente por ella…  al ser interrogada por una periodista: ¿usted por qué sabe que su marido la quiere?... sin pensarlo, la entrevistada contestó con inocente humildad: “porque me compra ropa… me lleva a lugares costosos… me dice cosas lindas…”; y usted también le permite a él tener una novia?  No, responden en tono contundente la cándida mujer; yo jamás se lo permitiría porque en mi caso es una necesidad física,  algo que a mí me falta y que él no me puede dar; a él no le sucede lo mismo. Luego de tantas quimeras y entelequias habladas por esta mujer, faltaba escuchar las alucinaciones y delirios del noble y comprensivo esposo.  Cómo es que usted permite esta situación? pregunta una periodista: “porque yo no puedo soportar la idea de que ella me deje jamás.  Yo la llevo hasta el lugar de la cita con el novio y me siento en algún bar cercano a tomarme un trago mientras la espero”, responde el hombre.  Y mientras se toma el trago esperando a que su mujer salga de estar con otro, usted qué hace?. Pregunta la periodista: “No, yo todo el tiempo estoy al tanto de lo que está sucediendo con mi mujer…”  cómo?, usted está viendo la escena?  “Nooo, yo estoy en el bar y él todo el tiempo me está llamando para consultarme cosas sobre ella…”, contesta el esposo.  Cómo así?, usted está dirigiendo la acción?, pegunta un periodista: “ Más o menos, contesta el hombre, yo le voy diciendo a él lo que ella quiere, como lo quiere y así sucesivamente.  Siii, podría decirse que yo lo estoy orientando a él todo el tiempo, por medio del teléfono…”  y usted no desea tener una novia? Pregunta una periodista: “ Nooo, somos dos casos muy distintos, contesta el hombre rápidamente, en mi caso mi única necesidad es tenerla a ella completamente satisfecha para que jamás me abandone…  por lo demás lo tengo todo… y me hace muy feliz saber que ella ha conseguido una persona con las mismas características mías…” cuáles características? Pregunta un reportero:  “tierno, cariñoso, que la sepa tratar con la delicadeza que yo la trato; me siento pleno de saber que ella se ha conseguido una persona que me sabe escuchar y atiende a lo que yo le digo respecto a lo que ella desea…” contesta el abnegado esposo.   Entre más hablaba  cada uno de estos dos personajes, más estúpida se me hacía la desagradable charla, sin embargo me faltaba escuchar la edad de estos fatuos y presuntuosos actores, aunque casi daba por hecho que se trataba de gente muy joven, lo cual le daría algo de sentido a la referida fábula, aunque a mí se me hiciera muy raro todo este asunto… Pues no amigxs lectorxs, se trataba de gente muy mayor; pregunta una periodista: qué edad tienen ustedes? La mujer responde: “mi esposo tiene 62, mi novio tiene 52 y yo tengo 57 años”.  Al final no supe si se trataba de promocionar un libro, el hecho es que ya para terminar la mujer se   defiende diciendo: “mientras otras tienen un moso a escondidas de su marido, yo tengo un amante con el consentimiento de mi esposo y esto me hace una mujer honorable y decente.”.  HA CAMBIADO EL MUNDO.
  La controversia que ha generado la muerte de unos “niños” durante el bombardeo del ejército a un campamento de las farc en el Caquetá, me ha hecho recordar un acontecimiento que me sucedió durante una jornada laboral.  Esta discusión me ha impulsado a confundirme entre sí estos niños son víctimas o verdugos; pero sobre todo me ha inducido a preguntarme: Si las autoridades no pueden ni deben actuar o responder con fuerza o severidad, entonces cómo van a cumplir su deber de proteger al pueblo y al estado?, si no pueden ni deben, entonces, para qué están? cuál es su utilidad?… Iban siendo más o menos las seis de la tarde de un caluroso domingo; íbamos cinco personas (tres señoras de avanzada edad, el motorista un hombre joven y yo) en una lujosa camioneta Van blanca por una concurrida avenida en pleno centro de la ciudad de Cali.  Mientras el vehículo se encuentra detenido esperando el cambio de semáforo, de repente una turba de “niños” (el mayor no tenía más de 10 años) arremetió contra varios de los vehículos estacionados (incluido el nuestro).  De improviso, unos seis de estos “niños” embistieron contra nosotros con una vehemencia asombrosa en tratándose de personas de tan escasa edad.  Repentinamente nos vimos invadidos por la sevicia de los “teteros” (así se llama la banda) que golpeaban con palos los vidrios de la camioneta y la sacudían con una fuerza despiadada y bárbara presionando para que se les abrieran las ventanas del vehículo.  En algún instante en que miré para atrás pude ver como otra turba de “niños” armados acomete contra un furgón pequeño, lo desocupan mientras los otros amenazan y roban a los tres señores que iban ahí. Fueron muchos los vehículos atracados esta vez, porque era una nube de “niños” incontables.  El pánico que vivimos ese cortísimo minuto no tiene descripción.  Durante este tiempo, el motorista desesperado sin poder arrancar el carro, las tres señoras gritando y yo, casi paralizada al ver la furia del ataque de estos “niños”, ya ni sé cómo logré sobrevivir a este desagradable episodio.     Mientras tanto, los transeúntes iban y venían, solo se detenían a observar, con asombro y lástima, el grotesco espectáculo ya cuando había pasado el peligro para ellos.  Llamaron a la Policía, cuando llegó, el semáforo ya había cambiado, nosotros nos habíamos ido y los “niños”, también.  Ahora que veo a los senadores pidiendo a gritos la salida del Ministro, a los politiqueros exprimiendo el sentimentalismo del pueblo para el cual trabajan,  exigiendo la renuncia del Presidente a raíz de los sucedido en el Caquetá, recuerdo esta historia y me cuestiono qué habría podido hacer veinte, cincuenta o cien, o cuantos sean, policías en esta situación?.  Nada, no?. Para todos es claro que al ciudadano de bien, también nos despojaron de los derechos humanos.  Inertes e inermes nos condenaron a contemplar la vida con todos sus desencantos.
  Por sendero despoblado, ésta se fue a caminar… Muy temprano en la mañana y sin temor al peligro; Mientras goza del paisaje y del trinar de las aves, En gavilla, es atacada por siete indomables perros, Que, aceptando su derrota, se echaron a descansar Cuando ésta no se detiene ante el inminente riesgo Y continúa su camino a paso lento, muy lento.   Confortada por el triunfo sobre los temibles canes, Ésta sigue caminando por camino pedregoso; A lado y lado cañales y esquivando lodazales De repente se vislumbra compañía en la soledad; Muchacho mal encarado y un perrito que lo sigue; Un ataque ésta imagina al visualizar la daga que él oculta; Cómo hablar de sentimientos si así se pierde el aliento.   Solo son unos instantes los que dura el frenesí, Porque una vez frente a frente, ambos se miran sonrientes Y este patatús concluye con un gentil “buenos días”.   No hay herida con la daga; no sobreviene algún daño; Son dos seres que se encuentran en el ámbito divino, Ese que todos andamos… sin conocer el camino.
Desde muy joven, hace ya muchos años, asiste al gimnasio con bastante regularidad; aunque es una dama muy sociable, no le ha dedicado tiempo a detallar a sus compañeros de rutina de ejercicio físico. Un buen día, mientras contempla frente al espejo su cuerpo musculoso y bien torneado, percibe como la observan minuciosamente algunos de los asistentes al gimnasio, agrupados en un pequeño rincón, a su espalda.  Dos hermosas damas con sus cuerpos bien entrenados y mejor definidos y un caballero ya mayor, musculoso y robusto parecen devorarla con la mirada.  Pasa por alto su percepción y continúa entrenando fuerte para desarrollar y endurecer sus músculos, cada vez más y mejor, a pesar de los años.  Esta incómoda situación se repetía cada vez con mayor ferocidad; a tal punto que ella intentó abandonar su disciplina de entrenamiento tal vez intimidada por la actitud vehemente de las dos damas y el caballero citados, hacia ella.  Sin embargo, su temperamento soberbio y arrogante la apoyó para continuar su lucha. Un buen día, después de concluida la articulación del proyecto para su nuevo negocio, se va al gimnasio con la sana intención de entrenar para endurecer y fortalecer sus músculos.  De inmediato se ve asediada por el señor robusto que no puede disimular el hambre que le tiene y por las dos bellas damas que no se preocupan por ocultar la envidia que sienten por ella.  Sin embargo, obstinada en su nuevo proyecto mientras entrena, una cruel frase intenta debilitarla… “ya estás vieja y cansada para comenzar una empresa” … ya a punto de rendirse ante el argumento de esta recia dama, aparece un razonamiento robusto que la anima a seguir su batallar sin juzgar las circunstancias… “el hijo de Dios es el heredero del reino de los cielos” … alentada por este elegante caballero, continúa su trabajo de fortalecimiento y endurecimiento, cerrando el paso a otra recia oración que pretende hacerla claudicar: “que estuvieras joven y con dinero, hasta de pronto…”.  Teniendo en cuenta que la envidia es por naturaleza gavillera, permanece obsesionada con el proyecto de su nuevo negocio.         Y es que ella es indescifrable, tan pronto es amiga y tan pronto enemiga.  De repente nos apoya sin condiciones y al momento nos censura sin piedad… Bendita sea nuestra mente.
ENTRE LA MIEL Y LA HIEL Sin razón alguna me veo inmersa en una confusa controversia en la cual nada tengo que ver (al menos eso es lo que yo creo), sin embargo, esto ha logrado sembrarme cierto sinsabor de incertidumbre e inseguridad; motivo suficiente para retirarme molesta e irme a rodar por Sentisemo, quizás buscando alguna explicación. Al entrar a Sentisemo me encuentro con una situación muy particular… además de su luz natural siempre seductora, hoy se aprecia una soledad inmaculada.  De pronto veo al fondo de un largo camino, algo así como una pantalla de luz color blanco puro.  Esta pantalla de luz capta toda mi atención.  Sin pensarlo, inicio el recorrido del largo camino para disfrutarla de cerca. Una vez estoy al pie de la inmensa luz me detengo para contemplarla de extremo a extremo con la ilusión de no perder de vista algún detalle.  Para mi mayor deleite se trata de una luz infinita.  Extasiada por completo en la admiración por la luz del blanco inmaculado logro percatarme de un diminuto punto negro a duras penas visible en la parte más alta, hasta donde llega mi vista.  Este pequeño agujero en la pantalla de luz acapara mi atención y me induce a rebuscarme la manera de subir hasta él para inspeccionarlo; sin embargo, la lógica me obliga a desistir de esta idea ¡imposible!  Entonces, me dedico a merodearlo desde abajo con curiosidad. En ese instante de frustración llega mi amiga, me toma por la cintura y, como si yo fuera una pluma, me lanza al punto negro el cual puedo franquear sin problema alguno… para mi enorme desilusión.    El panorama cambia de forma brusca.  Al darme vuelta para tratar de salir de este tenebroso lugar adonde me ha lanzado mi enemiga, me encuentro con una inmensa pantalla de color negro intenso… en medio de mi desesperación observo un rótulo que, en letras brillantes y saltarinas, dice: “Bienvenida a tu parque de diversiones TRAMEPOÑA”.  A pesar del pánico que este anuncio me produjo, una extraña fuerza me empujaba a explorar el lugar. Di unos dos pasos para encontrarme a la ribera de un tumultuoso río de agua dulce, agua melosa, aunque preñada de pirañas hambrientas y sedientas de mentiras, engaños y trampas… apenas comprendí el tenebroso nombre del parque Tramepoña: híbrido de mentiras, engaños y trampas. Me giro buscando la salida del lugar, pero me encuentro al lado de un caudaloso y silencioso río de agua salada, casi amarga… habitado por monstruos ávidos de legalidad y sinceridad que intentan ayudarme a salir de esta aterradora oscuridad, sin éxito.  Aquí, estática entre la miel y la hiel, miro a la enorme y oscura pantalla sin esperanza alguna de poderla cruzar… en medio de la desolación alcanzo a ver en la parte más alta, inasequible para mí, un ínfimo orificio blanco inmaculado… mientras lo contemplo extasiada y extrañada, llega mi amiga, me toma por la cintura y de un solo envión me lanza hacia el reducido huraco blanco y consigo vadearlo sin dificultad.  De nuevo en Sentisemo solo atino a agradecer a mi amiga por su constante presencia ya que, aunque muchas veces la ignoro y otras tantas la hago a un lado, mi gran baluarte, apoyo y orientación es ella… mi consciencia. 
Roberto, trabajador del puesto de verduras en la plaza de mercado del pueblo, está ocupado desgranando arveja; de repente, un cliente pide que ¡por favor! le pesen una ata’o de cebolla.  Gildardo, el dueño del negocio, está encargado del manejo de los pagos de los clientes y al escuchar el pedido que hace el comprador, dice: “oí Roberto, que pesés una ata’o de cebolla…”.  Ante la imperante orden, el trabajador reacciona de inmediato, y de mala gana contesta: ¡pues que lo pese él, que yo estoy ocupado en otra cosa! Frente a la altanera expresión de su trabajador, el dueño del negocio contesta con soberbia: ¡vé este hijueputa, es que vos no sabés que al cliente hay que atenderlo?! Sin inmutarse por el improperio lanzado por su patrón y sin intimidarse por los varios clientes allí presentes, Roberto responde en el mismo sentido: ¡vea hermano, más hijueputa es usted!  Plop…  Gildardo, ¿quién es el patrón, sos vos o es él? -Dice una de las clientes, asombrada por la grosería del trabajador- A mí me llega a contestar así un trabajador, y es ya que lo estoy echando. A la intolerante expresión de su clientela, Gildardo responde en un tono totalmente contrario; consecuente y coherente, dice: “Y por qué lo voy a echar, mija… ¿por un madrazo?  Nooo, si es que él me devolvió el madrazo a mí.  No es pa’ tanto”. De este relato que, siendo real, no es que tenga algo de extraordinario ni por bueno ni por malo, se puede deducir que ambos personajes se hablaron sin razón en un momento dado; y sin compartir ni tono ni vocabulario, también se puede colegir que en algún punto de la charla los dos se hablaron con sentido.     
Existe un sitio sagrado que me gusta visitar, Porque aquí encuentro la paz que se engulle el bien y el mal Y roba mis argumentos para a algunos criticar. Al entrar a este lugar, todo conmueve mi ser. Aquí la razón no puede ahogar al sentimiento Pues sabe que su lamento le basta para matar. Sentisemo me tenés loca de amor y… miedo.   Un aire dulce y muy blanco me seduce a la entrada, Preñándome de confianza para el singular garbeo Porque el paseo es valioso si asimilo la enseñanza.   Gente de toda calaña se vislumbra en esta aldea; Unos vienen y otro van, pero ni unos ni otros Dejan entrever la seña.   Luego de mucho camino y hablar con varias personas Un ángel sale saltando, como brotando del aire; Sigue por una ruta que hasta ahora desconozco Y por eso es que lo sigo, confiando en sus buenos pasos.  Sin embargo y aunque extraño, es una vía muy ambigua; Transita gente muy mala, que no deseo ni nombrar, También hay personas buenas con quienes me sintonizo.  Y es que aquí vengo a saber lo falso que es mi juicio, Pues… mientras amo a unos malos a otros buenos fustigo.   Entretenida en mi análisis, pierdo de vista al tal ángel, Aunque sigo tras sus huellas para ver si así lo encuentro. Casi cayendo la tarde me topo con un anciano, Quien, custodiando una cueva, me invita a irrumpir, A lo cual yo no me niego a pesar de mi rechazo. Es entonces cuando el sabio entiende mi interrogante: ¿Dónde se encuentra aquel ángel?  No quiero perder su rastro.   El sabio hace una seña hacia atrás… al interior de la cueva, Donde no alcanzo a mirar, en cambio sí me genera enorme curiosidad. Al preguntar por la cueva y qué es lo que allí se esconde, Con una verdad certera, el sabio me lo responde:      Bien pueda siga, le invito; para usted entrar aquí no necesita permiso. Eso sí tenga cuidado no se vaya a tropezar Al mirar para adelante o si mira hacia atrás. Le recuerdo que aquí encuentra lo que usted venga a buscar Así es que no se disguste y aprecie la realidad.   Atenta a las sugerencias, me interno en la extraña cripta, Donde lo blanco y lo negro ostentan la misma forma.  La verdad y la mentira asumen la realidad Aquí el amor y el miedo presumen valor igual.   Al fondo de la caverna, vigilante encuentro al ángel, Cuida una gruta chiquita, que al parecer es arcano… Un ventrículo escondido en lo hondo de la gruta, Donde conviven los seres que sostienen nuestro mundo. Dios y el diablo aquí cohabitan tomaditos de la mano; No hay disgustos ni peleas, son dueños de la razón.   El ángel se hace a un lado y me cede su lugar… Y al notar mi resistencia, el ángel no se ve más. De inmediato y aunque tímida me decido a mirar Ese fondo misterioso donde se oculta aquel par.      Un enorme y brillante espejo…      Que solo muestra la imagen      De mi humano corazónnn…

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