• Edith Zepeda Hermenegildo
Lunaoscura
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Tu aroma me enloquece,tronco recién cortadoenciende mi interior,mi cuerpo arde, se inquieta,solo quiero alejarme,junto a ti, todo cambia,asusta pero atrae,emerge la mujer,que en tu cuerpo se pierde.  Lunaoscura  
Hombre, no me fuerces pidiéndome un orgasmo, no te das cuenta que lo que siento es mucho más vehemente. Disfrutar de tu pasión, de tu entrega cuando envistes con la fuerza del vendaval, con deseo ardiente o cuando eres sosegado como la brisa de una tarde de verano, degustando el momento, saboreando de mi, no tiene parámetros, es algo mas paradisíaco.¡No te basta mi entrega desinhibida e incondicional, esperando que tu pasión me asalte y seduzca!¡No te es suficiente que me dé en una forma total!¿Cuántos orgasmos quieres? Para sentir que me llenas, que me bastas, si eso es lo importante, sólo estimúlame y obtendrás los que quieras, pero para mi eso no es amor.Te digo, en todo momento lo que siento es como un orgasmo, que va más allá de fluidos y espasmos, es una convulsión constante que invade mi cuerpo, mi espíritu, mi mente, mi ser. Es entregarme a ti sin reservas en una forma autentica, sin limites y sin miedos. Es entregarte todo lo que soy.Entonces, dime ¿Cuántos orgasmos quieres?  Lunaoscura    
Sé que piensas en mí, rememoras nuestra retreta,furtivamente te insinúas a la medianochesoy tu amante de una noche de lluvia,donde descubriste la poesía de los cuerpos,donde la pasión desbordo la imaginación,donde las barreras de la distancia no importaron,donde nuestras esencias se entrelazaronen un abrazo, cual electrizadas serpientes,en una oración de infinita duración.Lunaoscura 
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Vaivén
Autor: Edith Zepeda Hermenegildo  521 Lecturas
    Luz esta en la parte alta de las escaleras, tiene un panorama completo de la sala, la cual se encuentra en penumbras dada la hora, todo esta en perfecto orden, es tranquila y confortable, es una sala  pequeña, conservadora con una chimenea al frente de las escaleras, al lado de la misma, se encuentra su sillón y una mesita con una lámpara. La sala es de color crema con estampando floreado, se compone de un sillón grande y dos pequeños, hay tres mesas de madera de color roble, dos a cada lado del sillón grande y una al centro de la estancia, ésta última tiene sobre ella, diversas figuras de cristal y porcelana, una, las otras dos mesas, tiene fotografías y la otra un jarrón con flores, a Luz le gustan las flores.   Luz desciende por las escaleras, observa su vestido de novia sobre el sillón grande, en el piso se encuentran las zapatillas, el velo esta depositado en uno de los sillones pequeños, hoy se va a casar, esta a la espera de sus amigas que le ayudaran a vestirse, al llegar a la planta baja observa unas maletas colocadas al lado de la puerta, lista para ser llevadas a su destino.   Se sobresalta, cuando suena el timbre, se dirige a la puerta para  abrir, son sus amigas Katya y Susy, están radiantes parecería que ellas son las que se van a casar, entran  y saludan a su amiga, hay alboroto, entre bromas y risas; nuevamente suena el timbre de la puerta, Luz esta extrañada, pues no espera a nadie más, se dirige a la puerta y la abre, es un mensajero, éste pregunta por la señorita Luz de Luna Hurtado, ella le responde, Soy yo.   El mensajero le entrega un telegrama, ella le da las gracias y cierra la puerta, de regreso a la sala piensa  ¿de quién será? de momento se detiene en su trayecto. Ya, seguramente es de su padre, tiene años de no verlo, solo unos meses atrás se comunico con él para participarle que hoy se casa, que esperaba que la acompañara, pero conociéndolo, seguro que hay algo que le impide venir, clásico en él.   Sus amigas le preguntan si todo esta bien, Luz les dice que si, que sólo le habían entregado un telegrama.   Katya le pregunta ¿de quién es? No lo se, vamos a ver y rompe el sobre, saca el telegrama, lo desdobla y lee: “Srita. Luz de Luna Hurtado, me permito informarle que en la madrugada de hoy su Sr. Padre José Hurtado, falleció”   Luz no puede dar crédito a lo que sus ojos leen, sus amigas están perplejas, no saben que decir, todas quedan en silencio, Katya y Susy contemplan a Luz, a la espera de su reacción, después de unos minutos, Luz habla, es evidente que esta alterada, sus ojos brillan por las lagrimas que la invaden, su voz esta entrecortada, pero dice:   ¡Bueno la ceremonia tiene que seguir, no podía esperar más de mi padre!   Sus amigas, no saben que hacer o decir, Luz se aproxima al sillón grande y toma su vestido, en ese momento a lo lejos se oye el silbato de un tren que avisa, que se aleja de la estación, Luz dice:   ¡Ya todo es pasado!     Lunaoscura
La sala
Autor: Edith Zepeda Hermenegildo  244 Lecturas
Ilusión crepuscular, iluminaste mi vida con voces frescas, cual espectro paralizaste mi corazón con tu candor sutil, desasosiego agita mi juicio y la realidad es un absurdo, embrujada  de tu ausencia, sin pudor accedí al deseo febril pasiones desoladas acometen embriagándome de delirio, exaltaciones avivan perturbadas cual emocionadas brescas. Lunaoscura
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Savia
Autor: Edith Zepeda Hermenegildo  520 Lecturas
¡Ring! ¡Ring! suena el despertador soy las 6:00 de la mañana, Luz despierta sobresaltada, ¡ya es tarde!, de un salto sale de la cama más por costumbre que por estar despierta, se dirige al baño, abre las llaves de la regadera, se despoja de su pijama y entra a la ducha, siente escalofrió cuando su cuerpo es acariciado por el agua, ¡diablos, esta helada! De nuevo, se apago el ¡vendito boyler! Ni modo,  tendrá que bañarse a toda prisa con agua fría; siente que el alma le sale del cuerpo, poco a poco se va acostumbrando, termina de bañarse, se dirige a su recamara se sienta frente al espejo de su tocador, se observa, a pesar del baño con agua fría su semblante se ve cansado, con resignación empieza a arreglarse y vestirse, de momento se detiene, recuerda que sus hijos no están, se fueron con su padre de vacaciones, piensa ¡no hay porque correr tanto! vuelve la cabeza, observa el reloj que esta sobre el buró, el reloj marca las 6:30 de la mañana, ¡Podía, haberme dormido hasta las 7:30! ¡Ya que! Baja por las escaleras, la casa esta silenciosa todo esta en su lugar, no hay gritos, risas, ni prisas, los chicos no están. Llega a la cocina, no hay trastes sucios, ni desorden, se siente aliviada, abre el refrigerador toma la leche, ha decidido desayunar sólo cereal, se dirige a la alacena alcanza el cereal, se sienta a desayunar. Luz, siente una extraña sensación que recorre su cuerpo, se da cuenta que esta sola, no hay quien la correteé que le pidan cosas, suspira, se da cuenta, que nunca tiene tiempo para ella, de momento se interrumpe su pensamiento, tiene que hacer algo importantísimo, se paraliza al darse cuenta que no recuerda que es, inmediatamente, abre su bolsa de mano y saca la agenda, ella organiza su vida a través de la agenda, la abre y revisa, no hay nada anotado fuera de lo cotidiano, piensa ¡Que es! ¡Que es! Esta situación la molesta, la irrita, saca papeles y papelitos de su bolsa los revisa, no hay nada, termina pronto su cereal, tiene que ir a la oficina, tal vez, ahí este una nota sobre lo que tiene que hacer. Sale de su casa se dirige a la oficina, son las 7:30 es muy temprano, las calles se encuentran casi vacías, claro los niños están de vacaciones, el trafico es fluido, Luz, piensa ¡Ojala siempre fuera así! Llega a su oficina, el portero la saluda, ella responde el saludo, sube las escaleras al primer piso, no hay nadie, saca las llaves de su bolso abre la puerta, su secretaría, Lupita no ha llegado, se dirige a su despacho, esta como lo dejo la tarde anterior, apresurada toma la agenda la revisa, no hay nada anotado, solo las citas con clientes y una junta con sus socios. Se sienta detrás de su escritorio deja su bolso a un lado, que demonios tenía que hacer hoy, la asalta una sensación de mortificación y frustración, que era eso tan importante, ¡Caray! suspira hondamente, reflexiona, que si se sigue presionándose menos se va acordar.Toma la agenda de trabajo, revisar que es lo primero que tiene para ese día, ¡Ah, si! Es una cita con el Sr. Torres a las 9:00 a.m., se levanta de su asiento y se dirige al archivero para sacar su expediente, regresa a su lugar, empieza a revisarlo, hoy el Sr. Torres, tiene que firmar su demanda de divorcio. Luz cavila, que lío con este asunto, después de tres intentos fallidos, por fin se había decidido, ¡Caramba! Como hay personas que quieren sostener situaciones insostenibles, con la absurda idea que por magia se compondrán. En esos momentos, oyó que le decían “Buenos Días”, levanta la cabeza algo sobresaltada, era Lupita, su secretaría, que había llegado, Luz le contesta el saludo, nuevamente baja la vista para seguir leyendo la demanda, de momento recapacita, no recordaba eso importantísimo que tenía que hacer hoy, se levanta se dirige al escritorio de Lupita, la mujer se encuentra guardando su bolso en uno de los cajones de su escritorio, al sentir la presencia de Luz. -        Lupita le pregunta  ¿necesitaba algo? -        Luz le pregunta  ¿hay algo importante, que tendía que hacer hoy? -        Lupita, saca la agenda la revisa- le dice que fuera de las citas normales, no había nada anotado.  Luz frustrada, le da las gracias, da media vuelta y se dirige a su despacho. Se sienta nuevamente detrás de su escritorio, esta molesta, como es posible que no recuerde, por más que se esfuerza no hay nada fuera de lo normal que se le venga a la cabeza, fastidiada decide ponerse a trabajar, se dice así misma, ¡seguramente no es tan importante, sino ya lo hubiera recordado! Se oyen unos leves golpes, se abre la puerta, es Lupita que le avisa que ya llegó el sr. Torres, Luz le indica que lo haga pasar. El Sr. Torres, entra y saluda a Luz, ella le devuelve el saludo y le estrecha la mano pidiéndole que se siente, éste hace lo indicado, tiene una expresión de duda, abatimiento, tristeza y resignación, Luz le extiende el documento para que él lo lea, indicándole que si tiene dudas sobre su contenido se las haga saber, el sr. Torres, extiende el bazo toma el papel, con una mirada de aquellos seres a los que les acaban de informan que solo les queda poco tiempo de vida, empieza a leer, después de unos minutos de silencio, el sr. Torres manifiesta, esta bien que no tiene dudas, Luz le pide que lo firme,  para presentarlo a los tribunales, éste saca una pluma entre sus ropas, con una profunda tristeza  en el rostro firma el documento, Luz lo observa, a través del tiempo se ha dado cuenta, que las personas que se divorcian en el momento de firmar, están tristes, a pesar que en un primer momento estén enojadas, dolidas, indignadas, siempre que firman están tristes. Además, ella lo sabe por experiencia propia. El sr. Torres, la saca de sus pensamientos, le entrega el escrito y le pregunta. -  ¿cuando lo presentara? -  Luz le informa, ese mismo día. Él le da las gracias y se despide, Luz lo acompaña a la puerta de salida, una vez que ha cerrado la puerta, le pide a Lupita que le anote los números de expedientes y juzgados que tiene que revisar ese día, regresa a su despacho. Nuevamente sola en su despacho, trata de organizar mentalmente como hará su recorrido en los juzgados, en esos momentos entra Elvira, su amiga y  socia, la saluda y le comenta. -           Necesito hablar contigo de un nuevo asunto, -           Luz le responde que va de salida que tiene que ir a los juzgados, pero que a  su regreso lo platicaran.  -           Elvira –dice- esta bien y le pregunta ¿cómo te sientes con tus hijos fuera de casa? -           Luz -le contesta- extraña pero tranquila, a demás le cometa que esta planeando iren la tarde al cine pues tiene tanto tiempo que no va. -           Su socia la felicita - le recuerda que es la primera vez desde que los chicos nacieronque ella tiene un tiempo, que aproveche ahora que Ricardo, su ex quiere que losniños pasen las vacaciones con él. -            Luz le responde que es cierto que va aprovechar “sus vacaciones”. En ese momento le asalta la incertidumbre, que es lo que tiene que hacer, no lo sabe. Le comenta a su amiga y socia lo que le ocurre, ella la conforta, pues la ve realmente mortificada.-           le pregunta ¿ya revisaste tu agenda?, pues ella todo lo anota. -           Luz -le contesta-  si, pero que no tengo ninguna anotación, que igual ya revise la agenda del despacho y le pregunte a Lupita ¡Y nada! -           Elvira le dice que no se preocupe, que de un momento a otro se recordara y comenta ¡Así, nos pasa a todos! -           ¡si verdad! responde Luz -           Elvira le participa, que atenderá a otros clientes mientras ella va a los juzgados, para después comentar el nuevo asunto. -           ¡Esta bien!, le contesta Luz -           Okey –dice Elvira- y se retira Luz ve su reloj, ¡es tardísimo! Toma su bolsa y sale de su despacho, le pide a Lupita la lista de asuntos, sale apresuradamente de la oficina ¡Que rápido pasa el tiempo! Piensa, a penas voy a tener tiempo de ver los expediente, sale del edificio, le hace la parada a un taxi que en ese momento pasa, se sube y le indica al chofer que la lleve a los juzgados familiares, lo primero que va hacer es presentar la demanda del Sr. Torres. Ha llegado a los juzgados, le dice al chofer que se detenga, le paga y da las gracias, se enfila al mezanine, a la oficialía común para presentar la demanda, sube las escaleras, ve que hay bastantes personas en la fila, ¡Ni modo, por salir tarde! Piensa y se forma. Estando en la fila, se pone a revisar la lista, trata de ubicar los pisos en los que se encuentran los juzgados a los que tiene que ir, cuando de repente oye un ¡Hola!, levanta la vista, ante ella esta Raúl,  un compañero y amigo de la facultad, le sonríe, se saludan mutuamente y se preguntan como han estado, tienen tiempo que no se ven, se ponen al corriente de las cosas, mientras la fila sigue avanzando. Raúl, tiene que irse, tiene una audiencia en diez minutos en el piso quince y los elevadores siempre están llenos, se despiden y quedan en hablarse para ir a comer. Luz nuevamente, revisa la lista y se organiza, después de unos minutos esta entregando la demanda del Sr. Torres, espera para que le entreguen su acuse, se lo dan, se retira apresuradamente rumbo a los elevadores, quiere empezar por el piso trece e ir descendiendo, la fila es inmensa, se forma, mientras espera, observa el ir y venir de abogados, pasantes, funcionarios y clientes, todos con un tema en común, las relaciones familiares y sus conflictos. Por fin llega a los apreciados elevadores, pide que marquen el piso trece, entre apretones y disculpas llega al piso trece, se dirige al archivo y solicita el expediente al oficial, se lo entregan, revisa los últimos acuerdos, toma nota devuelve el expediente y se marcha, lo que repite en todos los juzgados que visita, hasta que por fin termina, se dirige a la puerta de salida de los tribunales. Ya en la calle, ve su reloj son las 2:30 de la tarde, a penas le dio tiempo de revisar los expedientes. Se enfilar nuevamente al despacho, tiene que hablar con Elvira sobre el nuevo asunto, llega al despacho y saluda a Lupita. -           le pregunta- ¿no ha habido nada nuevo? -            Lupita le informa que no -           le pregunta si esta la licenciada Elvira -           Lupita le contesta que esta atendiendo a un cliente en su despacho -           ella le pide que una vez que salgan el cliente le avise para hablar con la licenciada. Luz se dirige a su despacho, tiene que revisar los acuerdos que anoto, para organizar el trabajo a realizar en los asuntos. Saca de su bolso la agenda, la abre y empieza a revisar cuidadosamente los acuerdos, hay que elaborar varias promociones, en esos momentos entra Lupita para informarle que la licenciada López esta sola, el cliente ya se marcho, Luz le da las gracias y procede a levantarse de su asiento, cuando entra Elvira, le pregunta como le fue, ella le informa que hay que preparar varios escritos, esta bien, le contesta Elvira, pero quiero comentarte sobre el nuevo asunto, pero antes vamos a comer ya es tarde y tengo hambre, Luz ve su reloj son las 3:30, ella solo con un poco de cereal en el estomago. Luz le dice esta bien, ¿adonde vamos a comer? Elvira le comenta de un restaurante que acaba de conocer que esta muy bien y se come rico. Ambas mujeres salen del despacho, se dirigen a dicho restaurante, cuando llegan el lugar esta completamente lleno, tendrán que esperar, mientras esperan, Elvira empieza a contarle del nuevo asunto y propone la estrategia para solucionarlo, después de intercambiar ideas y afinar estrategias, decidieron darle cita al nuevo cliente, en esos momento se acerco un mesero para informarles que ya había un lugar para ellas, siguieron al sujeto que le indico la mesa, ellas se sentaron y vieron la carta, el mesero se acerco a tomar su orden, iban a empezar a platicar, cuando Luz, se estremeció, había recordado que había olvidado algo importante, Elvira lo noto y le pregunto que era lo que estaba pasando, Luz le comento que sabía que tenía que hacer algo de suma importancia, pero no lograba recordar que era, eso la hacia sentirse incomoda y angustiada, ya había revisado las agendas, tanto la personal como la del despacho y nada, su bolsa y nada, que tal si se trataba de algo vital, nunca se perdonaría de su olvido. Elvira trato de tranquilizarla, pero Luz señalo que el día se estaba terminando y ella no lograba recordar, que era lo que tenia que hacer ese día. En ese instante, el mesero apareció con sus órdenes, eso saco a Luz de su estado, Elvira le sugirió que comieran, que se relajara, ya se acordaría, Luz afirmo, con un movimiento de cabeza, pensó que Elvira creería que estaba loca, como es posible que pudiera olvidar algo importante. Procedieron a comer entre una platica de sobremesa, al terminar Elvira pago la cuenta y le pregunto a Luz que haría, si regresaría al despacho o tomaría la tarde libre, Luz dijo que había trabajo pendiente, pero no se encontraba totalmente despejada como para trabajar, que mejor se iría a su casa para estar un poco tranquila, y tal vez, recordar aquello que la tenía tan tensa. Se despidieron. Luz se dirigió a su casa, cuando entro se percato nuevamente del silencio reinante, no había ruido, ni voces de niños para recibirla, era extraño, cuantas veces había deseado llegar a casa y que todo estuviera como esta ahora, se fue a la sala se quedo un rato sin moverse con la mente en blanco, no sabía que hacer, decidió relajarse y disfrutar, puso música y tomo un libro para leer, no había leído mas que dos paginas, cuando nuevamente estaba esa sensación de incertidumbre, se levanto del sillón, camino por la sala, tenía que recordar, regreso al sillón y pensó ¿que sería algo importantísimo para ella? Bueno sus hijos, ellos estaban bien, pues si pasara algo Ricardo, ya le hubiera llamado; su madre, pero igual, ya la hubiera llamado para recordarle lo desconsiderada era, y los asuntos del despacho los había checado ese día. Luz interrumpió sus pensamientos, estaba más apesadumbrada ¿que más, a parte de sus hijos, madre y el despacho, era importante para ella? En ese momento, se dio cuenta que se había perdido, no tenía nada más en su vida. Luz vio su reloj era ya tarde, había llegado la noche y ella no recordaba esa cosa importantísima que tenía que hacer ese día. Con una sensación de desaliento decidió irse a la cama. Lunaoscura
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Delirio
Autor: Edith Zepeda Hermenegildo  422 Lecturas
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Frenesí
Autor: Edith Zepeda Hermenegildo  248 Lecturas
Eres  quimera de mi amor, eres desvarió de mi pasión, solamente existimos tu y yo, amarnos sin tregua, sin miedo, quiero besarte una y otra vez, que tu boca vea el placer, tus besos no acaben jamás, que nos dure hasta encanecer.  Lunaoscura
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Alex
Autor: Edith Zepeda Hermenegildo  259 Lecturas
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Espina
Autor: Edith Zepeda Hermenegildo  281 Lecturas
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Mujer
Autor: Edith Zepeda Hermenegildo  266 Lecturas
Ese día en especial, me había levantado con un sentimiento de frustración, mi vida estaba plagada de monotonía, con todo me fui a trabajar, las mismas idioteces e idiotas de siempre sólo el tema variaba, finalmente término mi día, llegue a casa fastidiada del trafico, cansada e igual que en la mañana frustrada; me dirigí a la cocina por un vaso de agua, ahí estaba nuevamente fastidiándome, que le costa hacer lo que se supone que tenía que hacer, sin pensar me dirigí al cajón de utensilios de cocina, lo abrí y saque un cuchillo, lo empuñe y se lo clave en el mero centro, un siseo se escucho, salí corriendo, me detuve en medio de la sala, temblaba cual vil hoja, estaba asustadísima, después de un tiempo no se escuchaba nada con miedo y todo, entre nuevamente a la cocina, me percate que el cuchillo seguía dentro de él, con terror lo quite e inspeccione si había alguna señal de que estaba bien, pero no, no hacía nada. En ese momento, fui consiente que había matado a mi refrigerador. Lo hechos antes narrados, son verídicos en un arranque de ira los realice, nunca los había confesado, no son para presumir. Lunaoscura  
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Arturo
Autor: Edith Zepeda Hermenegildo  228 Lecturas
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