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Siempre te espero contenta. Me gusta verte llegar, con ese andar que es tan tuyo, seguro y sin apurar. Aunque no pudiera ver, entre tantos otros pasos, los podría distinguir, tan solo con escucharlos. Lo mismo tu voz, tus gestos, tu risa que quiero tanto, Las palabras que me dices, con suave y sincero encanto. Estas son mis percepciones, será por lo que te quiero Y lo que de ti me llega, es todo lo que prefiero. Para el que ama de verdad, lo que ama se torna bello. Amargas son las naranjas, que ha dado mi naranjero. Desde que tengo razón, caso igual, yo no recuerdo. Mis cuidados se los doy, como a tantos de mi huerto. Agradecidos, devuelven con creces, todo mi esfuerzo. Pero esta vez mi naranjo, no se porqué, me ha devuelto, amarguras por cuidados y yo tengo que saberlo. A su lado hice plantar un fragante limonero, el de las cuatro estaciones y cada vez que lo veo, con sus frutos amarillos, cubierto de azahares nuevos, que esparcen su grato aroma por el ámbito del huerto, no me canso de elogiar a mi hermoso limonero. Será que le cayó mal, que lo alabe? No lo creo, Pero ahora cada vez, que pase por el sendero, a los dos elogiaré con el mismo sentimiento y acariciaré sus ramas, le diré que es al que quiero porque lo plantó mi padre, una mañana de enero. Se incorporó despacio, suavemente, en la penumbra de su lecho tibio, el cuerpo, saturado de caricias y sensaciones de un encuentro ardiente Desbordante de dicha y amorosa, le confesó, muy quedo, en el oído -Hoy me has hecho Mujer, hoy he nacido Recién ahora se que es estar viva. Has despertado en mi todo el misterio dormido antes de haberte conocido. Encontré en ti, lo que siempre he buscado, el amante, el compañero y el amigo, El que me hace vibrar con apetencias y despierta con gozos, mis sentidos. Lo que antes conocí, lo que he vivido, dejó de figurar en mi conciencia. Confesiones vehementes y sinceras que sola escucha. El, está dormido. Ilusionada, anhelante ella aún espera. La respuesta es un sonoro ronquido. El Pueblito, es un bonito lugar, como muchos en las serranías cordobesas. Las canteras han sido el medio de vida para los que se fueron instalando de manera permanente. En pocos años, el paisaje, se animó con las casitas sencillas pero confortables de los nuevos habitantes. Hombres jóvenes, en su mayoría, algunos solteros. Los fines de semana, emigraban hacia lugares que les ofrecieran algo de diversión y compañía femenina. Algún emprendedor de la zona, observando que una buena suma de dinero, por esa vía, se esfumaba, decidió hacer lo necesario para satisfacer la carencia que al mismo tiempo redundaría en beneficios para si y para el pueblo. Así nació Polis, bar nocturno, instalado en un promontorio, desde donde se domina el pueblo y alejado lo suficiente, como para no alterar, la tranquilidad del lugar. Para dar un toque exótico, se trajo chicas de Brasil, muy alegres y desinhibidas. Para la inauguración, los primeros tragos fueron sin cargo. Desde la semana anterior, se repartieron invitaciones y se dio a conocer con publicidad. El éxito fue rotundo, las instalaciones, cómodas, modernas, las chicas, encantadoras y cariñosas, se entendieron inmediatamente con los parroquianos. Se confirmó lo de Pueblos que se conocen, Pueblos que se aman. Los muchachos, decidieron tirar el ancla en El Pueblito. El negocio, a pesar de lo auspicioso de su inauguración, quebró. Las diez brasileñas contratadas, se unieron en pareja con otros tantos lugareños, que se llevaron la alegría y la diversión a sus respectivos hogares. Todo el mundo está sonriente. Todos alegres festejan Dejo mi copa de vino Y me voy hacia la puerta. Hay un niño agazapado en un rincón de la entrada. Sus ojitos inocentes, dicen más que las palabras. Lo animo a pasar adentro, Se resiste y me rechaza. Acaricio su mejilla, para inspirarle confianza. Da un respingo, echa a correr y se pierde en la distancia. De nada valieron ruegos Ni promesas que le daba de proteger su inocencia, para hacer que se quedara. He perdido la alegría Ya no quiero festejar. Siento pena por el niño. ¡Quién sabe donde andará! Fue un cariño tan bonito aquel que un día me diste. Otro día se acabó. El porqué, no lo dijiste. Con el amor propio herido, nada quise preguntar. Como sin darle importancia, partí sin mirar atrás. Te perdiste por la senda que el destino te marcó. Un sollozo contenido, en mi garganta quedó Cada uno fue por su ruta Cada uno tras de su sino. Pero tu recuerdo, vuelve como venciendo al olvido. El tiempo pasó inclemente, se llevó las primaveras Nos ha dejado el otoño y el invierno, está a la espera. Soy la reina de Tebas. Soy Yocasta, viuda de Layo, que descansa en paz. Mi hermano, Creonte, a la sazón, regente, dispuso, a quien lograra descifrar el enigma de la terrible Esfinge, Tebas y reina, en recompensa, dar. Llegó un joven que pudo resolverlo, Edipo, ese es su nombre y aquí está. El pueblo todo, lo aclama y lo venera, agradece, por librarnos de ese mal. Es extraño. Ahora él es mi esposo, Despertó en mi, algo distinto y especial. Amante dulce, sincero y cariñoso, perturba mi sentir y mi soñar. Algo hay que me impide ser dichosa. A ciencia cierta, no se lo que será. Si nuestros dioses, con su favor, lo aprueban, con el tiempo, tal vez, lo he de lograr. En el momento preciso en que la joven pareja se aprestaba a dar el si, se presentó, intempestivamente en el Registro Civil de Santiago del Estero, Madre de Provincias, precisamente, otra madre, la del novio. La señora, fuera de si, habló con la jueza que se negó a su reclamos de cancelar la ceremonia. Los jóvenes, mayores de edad, cumplían con todos los requerimientos del caso. La emprendió a cintazos contra su hijo, después, supongo, de agotar otros recursos menos agresivos. Los presentes, en su mayoría, emparentados con la novia y Testigos de Jehová, intervinieron con ánimo de calmar a la mujer, que se retiró cuando la convencieron de que el casamiento civil, se cancelaba. El joven de diecinueve años, prometió terminar sus estudios y renovar el intento. La voluntad de los hombres,se pone a prueba, en la vida. A veces es doblegada, las más, es fortalecida. Sobre restos de cenizas, que la tragedia causó, vuelve, el hombre, a construir con su esfuerzo y su tesón Lo hace por necesidad, por la propia y por la ajena. por su espíritu indomable, que al infortunio, se enfrenta. Tantas veces que te caes, Tantas veces te levantas, A la dura adversidad, Opondremos la confianza en Dios, que nos da la fuerza y valor para enfrentarla y en nuestro seres queridos que alimentan la esperanza Volveré, solamente para verte. No lo sabrás porque estarás dormido. Sellaré mi promesa con un beso, un beso húmedo, mojado de rocío. Después me iré por el camino oscuro, que está obligado a hacer el que ha vivido En otro tiempo, me amabas y vivimos con firme sentimiento y amor puro. Ahora, no. Ahora todo es diferente Solo soy una sombra sin destino, un ánima que avanza hacia el olvido pero quiso antes, dejar sobre tu frente, un beso leve, fugaz, definitivo. Blancanieves engañó, a varias generaciones, una de ellas, fue la mía. Esa situación, me impone, desentrañar la verdad, evidenciar las razones del caso y exponer otras posibles versiones. La madrastra, no era cruel ni envidiaba su belleza, era una buena mujer, pero falta de entereza. Blancanieves, caprichosa, celosa de su papá, inventaba ¡cada historia! para hacerla quedar mal. Como no lo conseguía, entrada en la adolescencia, esa etapa de la vida que confunde la conciencia, se imaginó perseguida y una noche se escapó, La madrastra, preocupada, su marido había viajado, sin móvil, sin Internet, ni fijo, salió a buscarla. Se perdió en el bosque oscuro, tenía algunas manzanas en una cesta de mimbre, por si hambrienta la encontraba. En medio del bosque oscuro, tropezó con una rama y en un charco fue a parar, ella tan fina y tan blanca. Embarrada se durmió, a su cestita, abrazada, La despertó una canción que siete enanos cantaban apenas aclaró el día. Palas y picos llevaban, para sacar los diamantes de una mina clausurada, es lo que ella pudo oír, mientras se desperezaba. Marchó por la misma senda abierta por los enanos. Una casita pequeña, divisó, en medio de un claro. Por una ventana baja, la madrastra se agachó, y vio a su hijastra bailando sobre un pequeño sillón. Llamó a la puerta. Al abrir, Blancanieves, se asustó Llena de costras de barro, no era la que conoció. Salió dando alaridos. Una historia se inventó Que en una bruja malvada, la madrastra se trocó, la manzana envenenada que para ella preparó, Que un príncipe llegaría a darle el beso de amor Que la oportuna caída del ataúd, la salvó. Cuando el padre regresó, escuchó las dos versiones. La de su su mujer, creyó, no había muchas opciones. Sabía de Blancanieves, todas las fabulaciones. Ella cambió con el tiempo, como suele suceder. Hizo terapia grupal y fue una digna mujer. Preguntas porqué estoy triste. Lo tengo que contestar? Bien lo sabes. Ya te marchas. Yo me quedaré a esperar. Te vas por cumplir un sueño. Es tu sueño y partirás. Es la vida que elegiste.Es hoy, la oportunidad. Trato de esbozar sonrisas, Me salen bastante mal, será la angustia que siento y no la puedo ocultar Es momento de partir. Nos besamos, apretados. Se me estruja el corazón No puedo disimularlo. Saludas a tus amigos, Respondes con precisión, preguntas de un periodista y te enciendes de entusiasmo cuando hablas de tu misión. Observo desde un rincón. ¡Me siento tan egoísta! Sobreponiéndome a todo, feliz, al verte contento, avanzo entre los presentes, te doy el último beso,solo me ocurre decir ¡Que te acompañe la Suerte! Mis miedos, te lo confieso, son concretos y puntuales. Tengo miedo de tus ojos cuando no quieren mirarme, Me gusta verlos tranquilos, Verlos serenos, prefiero. como agüita del estanque, y poderme ver en ellos. Tengo miedo de tus labios, cuando me niegan sus besos y con un mohín gracioso, se resisten a mis besos.. Cuando tu palabra amable, por causa de necios celos, se vuelve como el acíbar, me condena sin apelo. No consigo persuadirte y por culpa de tus celos, me voy en busca de un bar a encontrar algún consuelo. El viento azotó mi puerta, apenas te habías ido. Con violencia, la cerró y fue estruendoso el sonido. El corazón se alteró con semejante estampido. Quebró la serena paz, que dejaste, apenas ido. Volviste sobre tus pasos, también lo habías oído. Regresaste por saber, si algo malo había ocurrido. Ese gesto de atención, como otros que me das, brindan a mi corazón, certeza y seguridad. La certeza de saber, que lo mío, te interesa. La plena seguridad, de que por mi, siempre velas. Doy gracias por ese amparo, esa protección sin pausa de lo que pudiera herirme, como mi Ángel de la Guarda. El sentido de la vida, es encontrar un lugar, A veces, no se lo encuentra, se pasa en ese buscar. Quien da la vida, contrae la gran responsabilidad de ofrecer al que ha llegado, amor y seguridad. Frágil y desprotegido, no habrá posibilidad de existencia, si no tiene quien de él se llegue a ocupar. Requiere mucha paciencia y entrega incondicional Y por ley, le corresponde al que hizo por engendrar Cuando no cumple su rol, la vida le va a cobrar, con creces, su desapego, su falta de humanidad. Algunos se creen humanos. Dejan mucho que desear En eso y en otras cosas, nos enseña un animal. Hostiles y resentidos, que no encuentran su lugar, en busca de alternativas que les impida pensar, van girando por la vida, sin vivir.. sólo durar. Cuando todos se hayan ido, vendré para acompañarte, no quiero ser una más, y si la más importante. Porque eso eres para mi. No te comparo a ninguno solo a tu lado, vislumbro, mi presente y mi futuro. Mi corazón te eligió y la voluntad, acepta. Mi vacilante razón, se mantiene en un alerta. Razones del corazón, que se deja convencer, ajenas a mi razón, que se niega a comprender Hoy abrí de par en par, las puertas y las ventanas. Que entre a raudales el sol y el aire de la mañana. Necesito renovar la atmósfera que respiro, limpiarla de malas ondas y ahuyentar lo negativo. Ardientes rayos de sol, se quiebran en los espejos y ponen notas de luz en paredes y azulejos. Los caireles de cristal, en donde inciden los rayos multiplican resplandores y hay brillo descontrolado. Estoy algo enceguecida. Tras los párpados cerrados, percibo ardiente , la luz, que parece traspasarlos. Vuelvo a la normalidad, Recupero mi visión, El negro vuelve a ser negro y el color vuelve al color. Yo vine de no se dónde Y me voy donde no se, En busca de algo perdido Que bien, no se lo que es. Si alguien pudiera orientarme, Quizás llegue alguna vez. Partí de bastante lejos, Recorrí muchos caminos, Desde donde sale el sol, hasta el poniente, lo sigo. Y no lo puedo alcanzar, por más ligero que vaya. Y por mucho que me esfuerce, siempre me saca ventaja. Puede que yo, sea lento o que él sea muy veloz Resulta muy complicado, poder reunirnos los dos. No pierdo las esperanzas, de sorprenderlo, algún día. Al momento que lo alcance, ha de cambiarme la vida. Me he enterado que tu madre dejó correr por ahí, que yo soy tu perdición y que tu, eres un cobarde. No confrontaré con ella. Nunca podré convencer, a una madre enceguecida, por celos, de otra mujer. No es que quiera para ti, la mejor de las mortales, lo que quisiera, en verdad, es que de ella, no te apartes. Parece no recordar, que un día se enamoró, dejó padres, dejó hogar y cumplió la ley de Dios. Si no logró ser feliz en su vida de casada, esa frustración que aún siente, a nosotros, nos la carga. No tiene idea del daño que provoca, a quien más ama.y puede perderlo todo,si busca de separarnos Ve con ella, a ver que pasa. Cuéntale de nuestro sueño,los planes para el mañanadonde ella será la Abuela, bienvenida a nuestra casa. Traté de ver en tus ojos, lo que no pude encontrar. Lo perdido está perdido. Es inútil lamentar. Traté de hallar la palabra semejante a otras oídas. Nunca me dice lo mismo, aunque sean parecidas. Traté de encontrar caricias y ahogar las que aún recuerdo la razón dice, implacable, que estoy perdiendo mi tiempo. Lo que se fue, ya no vuelve marca el tic tac del reloj. Atrasé las manecillas, pero el tiempo, igual pasó. Yo no voy a repetir, las palabras que has oído Que te quiero, lo sabrás por mis actos y te digo que me tendrás que creer sin que medie otro motivo. Antes de mi, habrás amado, eso lo tengo asumido y en tu memoria, hay recuerdos que resisten el olvido. No procuraré borrarlos, pueden convivir conmigo. Los recuerdos son fragmentos de todo lo que vivimos, Ocuparán el lugar que nosotros decidimos Nuestro amor renacerá sobre restos de otros idos La morena bailaora tiene de cobre la piel y en sus ojos, dos puñales que a veces, destilan miel. Talle, delgado y flexible, como las cañas del río, Se arquean con la corriente, pero nunca se han partido. Es una rosa, su boca, que sabe decir verdades y cuando ríe, su risa, no sabe de falsedades. Negro, como el azabache, el cabello, ensortijado digno marco para el rostro, cobrizo y bien perfilado. Cuando baila, seductora, el ritmo, en su taconeo, marca el de mi corazón que acompaña su salero. Sus manos, como palomas, quieren echar a volar, las mueve con tanto garbo y empieza a castañetear. ¡Ay mi gitana flamenca, Hecha de cobre y de miel, de sal, de garbo, y de ritmo. Cómo no te he de querer! -Hay cosas que hoy no me dan el placer que antes sentía-. El aventurero audaz, rodeado y en compañía, con una copa, en la mano, mientras el ceño, fruncía, como centrando recuerdos, memorizaba y decía. -Trepar, cargada a la espalda, una pesada mochila. Llegar a lo alto del cerro, escalar las serranías. Cabalgar potros salvajes, a puro pelo y sin brida. Internarme por los montes, entre las zarzas y espinas en busca de la colmena y ahuyentar a las avispas, para sacarles la miel, que laboriosas fabrican. Dentro del espeso monte, jabalíes, en familia. Los machos, muy belicosos, junto a sus hembras y crías, de colmillos peligrosos, a la piara, protegían. Audaz y sin pestañear, con uno, al hombro, volvía. Zambullirme en la corriente, de aguas oscuras y frías, sorteando escollos y pozos donde se juega la vida. Pasó así mi juventud, bordeando siempre el abismo, Sin pensar en consecuencias... Pero ya no soy el mismo.- Lo bueno es poder contarlo, si la aventura termina y el aventurero audaz, sin exagerar, la anima. -Cuando llueva, llenaremos el patio de flores… - Cuando llueva, veremos correr el agua en el arroyo… Dejaremos que las finas gotas nos mojen la piel, aunque luego nos azoten con rigor. Te haré barquitos de papel que llevaremos al arroyo. La piedra lisa y gris, pulida por el roce de nuestros pies, será el puerto de donde zarparán. Ya los verás, empujados por la suave brisa, uno tras otro. Es posible que alguno voltee y se hunda. ¡No importa! Habrá muchos para reemplazarlo, ya verás… cuando llueva…. Los enormes ojos de Ezequiel, ávidos de las imágenes que su madre inventa para él, sonríe encantado en su infantil inocencia. Una canción de cuna, apenas entonada, lo lleva, suave y leve, hasta el país de los sueños felices. Marisa, despierta de su embeleso, se levanta y sale del cuarto. Las preocupaciones están dejando huellas en su rostro. El padre de Ezequiel desapareció antes de saber de su embarazo. Ella decidió llevarlo adelante, en esa tierra inhóspita, donde nació y pasó toda su vida. A pesar de las dificultades, al niño que ya tiene tres años, no le falta nada. Tiene amor, cuidados, todo lo que ella puede darle. Es una mujer fuerte y no le esquiva a ningún trabajo. En el lugar, son pocos pobladores, algunos demasiado viejos para irse, prefirieron quedarse y morir en la tierra de sus ancestros. Esa tierra que supo de tiempos mejores, ahora, está condenada a la extinción. El río que le daba vida, fue desviado arriba, para llevar agua a las enormes plantaciones de un rico latifundista, emparentado con el gobernador y el que aporta para sus campañas. El arroyo que llegaba al vallecito y proveía para los cultivos se convirtió en un lecho de piedras. El padre de Ezequiel, llegó enviado por un diario de la ciudad, opositor al caudillo gobernante. Su misión, buscar testimonios de la gente, perjudicada y condenada al exterminio por la avaricia de un terrateniente y la ambición de un político. En esas circunstancias, conoció a Marisa, que vivía con su madre. La joven, deslumbrada por la apostura y la verba del muchacho, se convirtió en su fiel seguidora, lo acogió en su humilde rancho y lo contactó con los que estuvieron dispuestos a dar testimonio del despojo del que fueron víctimas. El periodista, siguió luchando por reivindicar los legítimos derechos de los pocos habitantes, casi todos ancianos. Los jóvenes partieron hace tiempo, en busca de mejores oportunidades y con la promesa de volver por sus viejos. Ella esperó para contarle la buena nueva. En su vientre se gestaba al fruto de un amor plenamente correspondido. Alguien le trajo el rumor de que estaba amenazado de muerte, pero dispuesto a buscarla a pesar de todo. Esperó año tras año. En vano, como la lluvia, juntos se ausentaron. Marisa sale a asegurar la tranquera, que protege a su rebaño de cabras. El cielo estrellado, no anuncia cambios. Si no llueve, tendrá que vender lo poco que tiene a precio vil y abandonar definitivamente el lugar. Antes de dormirse, pide por Ezequiel y por una lluvia milagrosa. Trata de borrar los pensamientos tristes que la agobian. Despierta sobresaltada. Una fuerte explosión hace que su mente, se despeje de inmediato en respuesta al peligro. Por la ventana, alcanza a ver un cielo iluminado por zigzagueantes rayos. -Llueve! Llueve! Exclama alborozada. La puerta se abre de par en par. En el vano, se recorta la silueta del padre de Ezequiel. Abrazándolo y entrecortada su voz, por el llanto, le dice – Sabía que vendrías con la lluvia, lo sabía. Hoy no voy a reclamarte por tanto haberte querido. Si te amé fue por amarte, no que lo hayas merecido. De todos modos, te cuento, que mi amor por ti, arrancó de un profundo sentimiento y eso fue, mientras duró. Ahora que ya lo sabes, por habértelo informado, agrego, también, que aquello, pertenece a lo pasado. De las malas experiencias, separo lo negativo. Nos dejan una enseñanza. Es el saldo positivo. Después de tanto sufrir desamor y desengaños, llegará el tiempo feliz.... aunque tarde algunos años. Has llegado. Para mí, lo mejor en este día. Tu presencia en nuestra casa, me devuelve la alegría. Saber que puedo apoyar, sobre tus hombros, mi carga. Parece que se aligera, que ya no fuera pesada. Si la cargamos los dos, es posible equilibrarla. A veces mis pensamientos, se parecen a los tuyos, y hay poco para agregar, pues lo que resta, lo intuyo. Quizás sea esto, el amor que afanosos perseguimos, Tal vez, cariño entrañable, lo que nos mantiene unidos.A pesar de la distancia, logró vencer al olvido Sea cariño o amor, soy feliz de que hayas vuelto. Por lo que dicen tus ojos, igual es tu sentimiento. Desesperada de amor, por alguien que me desprecia, que ni me quiere mirar, culpable de mis tristezas. Y no sabía que hacer, para llamar su atención, para que sepa que existo, y que es por él que así estoy. He cortado mis cabellos, Hasta he cambiado el color. El coiffeur que me atendió, me dijo, me aseguró, que con este nuevo look voy a despertar su amor. Me puse un vestido rojo, del color de la pasión. Zapatos de taco aguja y salí a enfrentármelo. ¡Tengo yo, tan mala suerte! Mi estrella se jubiló. Lo encontré besándose… con el chofer de un camión. No encuentro en mi corazón, signos de haberte querido. Ni en mi memoria retengo, recuerdos de amores idos. Si algún día nos quisimos, eso ya se terminó y tuve la precaución de dejarlo definido. A otra cosa, mariposa. Tu contigo, yo conmigo. Ojalá, no se te ocurra, Que sigamos siendo amigos. No guardo rencor alguno. Lo pasado ya pasó, Enterrado está mejor. Por su sendero cada uno. Que todo te sea leve y que logres ser feliz. Lo mismo voy a intentar. Dios querrá que sea así. Hay un médico que trata, los problemas del amor. Según dicen, los resuelve y a muchos, recuperó. Si el sentimiento profundo, no tiene correspondencia Si te aturde y te obsesiona, alguna pasión intensa, Si no logras olvidar y eso escapa a tu control, pertinente es consultar, al susodicho doctor. Deduce de tus palabras, el problema que te aqueja. Para tratar, él dispone, más de su vasta experiencia, aromas, imágenes, música, la palabra que te alienta electrodos selectivos que anulan en tu cabeza, emociones negativas que profundizan tus penas. Los rencores, las envidias, el odio y las frustraciones se pueden eliminar en unas cuantas sesiones. El tratamiento es costoso, debe abonarse al contado, luego, todo seguirá, de acuerdo a los resultados. Después de tres largos años, te has cruzado en mi camino. ¿Ha sido casualidad, u otra vez, tu desatino? Te dije que nunca más, quería volverte a ver. Yo se porque te lo dije y vos, lo sabes también. Lo nuestro ha sido un fracaso. La culpa fue de los dos. No intentaré repetir, lo que me causó dolor. Sigue, entonces tu camino. No te vuelvas a mirar. Ni quieras ver en mis ojos… que no te dejé de amar.. . Si he transgredido la ley, impuesta por el Señor, quien te puso en mi camino tiene la culpa mayor. Si me aparté del sendero, de rectitud y de honor por seguir tras de tus pasos, olvidándome que yo, hice antes un juramento y al verte, se me borró. Perjuro, también me llaman. Tal vez sea con razón. Quebranté la fe jurada, juré en falso y aquí estoy Estrujándote en mis brazos. No encuentro otra solución Entre todas mis condenas, elijo este mal menor. Una silueta felina. Entre sombras, se desliza y cuando emerge a la luz, imponente y atrevida Es la Dama de la Noche. En el escote profundo, de zafiros, luce un broche, con los destellos del mundo. Le dejan el paso libre, impacta con su presencia, la distinción de sus rasgos en su femenina esencia. De todos es conocida Y quizás nadie se asombre, La belleza travestida, en realidad, es un hombre. Tu me tienes hechizado y el hechizo, es tan profundo, para desatar lo atado, no habrá poder en el mundo. Por más que trato de huir de esta espiral que me arrastra, nada puedo conseguir y para mi, digo -Basta! Pero es en vano luchar contra esa fuerza absorbente y si me quiero alejar me acerca más a tu frente. Que haré de mi pobre vida, en el constante vaivén que me lleva, que me trae, sin poderlo detener. Aunque no quiera, no puedo, dejar de pensar en ti Eres mi sol y mi centro, No lo puedo remediar Vivo con la sensación de correr en espiral, aunque trato de alejarme mi centro siempre está igual. Andaré por los caminos hasta cuando quiera Dios, conforme con el destino que para mi diseñó. Cantaré al sol mis canciones, decires de lo que siento. Cuando el corazón se expresa, afloran los sentimientos. Lo que quiero y lo que siento, razones para cantar, cuando es más sincero el canto, lo recogen los demás. Y se hace canto hasta el aire, que se lleva mis canciones entonadas por mil voces que hablan de las emociones. Si todos somos iguales, con iguales sentimientos, buscaremos ser felices, en paz, sin resentimientos. Una vez amé y me amaron, pero el amor se extinguió. Caminé y arrojé al río las cenizas de ese amor. Volví a amar y a ser amada. En resguardar al amor, puse todos mis afanes sin cometer un error. Por exceso de cuidados, suele asfixiarse el amor. Y lo tuve que aprender a cambio de un gran dolor. Sin arriesgar sentimiento, dejo mi vida pasar, pero si tengo que amar pongo todo en el intento. Me he resignado a perderte, aunque olvidarte, no puedo. Cómo podría olvidarte si en el corazón te llevo? Nada, de la vida, espero. Que es lo que puedo esperar? Si desde que te marchaste nadie ocupó tu lugar. Y se que no volverás Esa ha sido y es mi suerte Querer como te he querido y terminar por perderte. Debo dar gracias al cielo Por haberte conocido No muchos tienen mi suerte, Querer como te he querido. Con tu recuerdo me basta para afrontar al destino, aunque tenga que seguir en soledad, mi camino, Vuelve a dormir, mi tesoro, fue un mal sueño, ya no llores apenas cierres los ojos, se irán todos tus temores. Llegarás a una pradera de dulces ensoñaciones Sobre el césped verde y suave, como una alfombra mullida, podrás observar el cielo, y alguna nube furtiva. También a las avecillas que vuelan en formaciones. Bajarán a picotear, pardos, traviesos gorriones Se comerán los bichitos que viven en el lugar y algún que otro gusanito. No, no te pongas triste. Algo tienen que comer y llevarle a sus pichones, para que coman, también. Se cerraron tus ojitos. Ya llegaste a la pradera, donde tu ángel de la guarda, plácidamente te espera. Conduje los últimos kms. pensando en saciar mi sed con una de esas ricas naranjas de Orán, tan dulces y jugosas! -Me traes una naranja?- le digo a Emilia que sale a buscarlas, mientras yo escojo el lugar acostumbrado, en la amplia galería. Emilia demora en llegar. Trae un plato con zapallo en almíbar y una lengua de queso caprino. -Señora, lo que había en la canasta de frutas, desapareció. Esta mañana, repasé los muebles y las naranjas que usted prefiere, estaban. No se que pasó, la semana pasada, igual. - Me estás diciendo que alguien roba la fruta? Es extraño, pudiendo elegir algo más redituable, digo. Molesta, pero decidida a averiguarlo, hago una recorrida. La casona, en medio de un amplio campo, mantiene como de costumbre las puertas sin llaves, siempre ha sido de esa manera. Nunca tuvimos motivos para extremar la seguridad, en un lugar tan alejado y tranquilo. Tampoco algo tan insignificante va a modificar mi posición. Camino hasta una casita humilde, a varias cuadras del lugar. Es la de Asunta, hermana de Emilia, que junto a su esposo, jardinero, hortelano se encarga de mantener la propiedad. Asunta viene a saludar, tiene dos niños de siete y nueve años. El mayor, mi ahijado, se acerca a besarme, el otro, huraño, se esconde pero ante la orden de su madre, también lo hace. Les doy algunos regalos que les traje, golosinas, libros y juegos para armar. Asunta me prepara un mate mientras los chicos, encantados, despliegan sus obsequios. Como al pasar digo, -Estoy preocupada. Emilia, me dijo que varias veces ha notado que desaparece la fruta dentro de la casa. Temiendo que sean ratas, sería lamentable, imagínate, le mandé un veneno muy potente para que rocíe la fruta. Te advierto, por si ves alguna rata o comadreja, muerta, la entierres bien profundo. Observo, que el menor de los chicos, se levanta despacio. Se arrima a la madre con las manos sobre el vientre. Mirándome con los ojos abiertos y llorosos, exclama – Señora, lléveme al doctor, estoy envenenado! Pasan y pasan los días, unos se los lleva el viento, otros una suave brisa, o un simple y ligero aliento. Pasan y pasan los días y yo los dejo pasar porque ninguno me trae lo que quisiera lograr. A ciencia cierta, no se que es lo que busco y espero. Si es anhelo, una ilusión O simplemente un deseo. No tengo respuesta alguna, pese a haberlo preguntado. Solo una voz, en mi oído, zumbona, me ha contestado “Llegará aquello que esperas, El día menos pensado” Quizás de mí te olvidaste. Así suele suceder. La ausencia llama al olvido si es efímero el querer. De mi parte, te recuerdo, vives en mi corazón. En la ausencia, estás presente y sigue entero mi amor. No podemos ser iguales, ni sentir las mismas cosas, No guardo resentimientos y asumo lo que me toca. Aunque pensemos distinto mantengo mis convicciones y si sufro por amarte, tengo otras compensaciones. Amar es un sentimiento, surge espontáneo y casual, No exige devolución. Si, la intenta conquistar. Para él, nada es imposible. Ni obstáculo ni muralla, lo podrían detener. Es una bomba que estalla y en vez de esquirlas, reboza de efusivas intenciones, de palabras cariñosas y si halla correspondencia, la vida se torna hermosa.
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Oscar Franco
http://www.textale.com/component/option,com_textupload/Itemid,128/id,43735/task,view_text/
Por favor difundelo si pudieses. gracias.
Pascual Vizcaino Ruiz
Alejandro
Es usted muy déspota en su comentario del texto indiferencia divina?, sobre todo si tenemos en cuenta que la autora deja claro que los desastres naturales son muy comunes y crea toda su reflexión acerca de cómo el ser humano pasa de su pregunta hacia un Dios al que considera responsable a la dolorosa conclusión que es su irresponsabilidad la que acelera los procesos llevándolos a desastres.
Bastante arbitraria resulta usted al decir… le “concedo responsabilidad al hombre” por favor señora si usted lee, ve televisión o se molesta en averiguar, se podrá encontrar con un cumulo de estudios e informes que demuestran como las acciones de la humanidad ha afectado el equilibrio natural que provocan desastres.
Parece ser que usted no se entero del objetivo de la reunión de presidentes de países en Copenhague... por favor señora antes de atacar o trata de ridiculizar a alguien primero analícelo, porque podría ser usted quien terminara haciendo el ridículo.
Alexandro
Oscar Franco
Te invito a leer y comentar alguno de mis poemas espero te gusten.
Un saludo y feiz años nuevo 2010.
www.somosgoogle.blogspot.com
www.oscarfrancoquintanilla.blogspot.com
Francisco Prez
Veneno
haydee
Seguro que van a sobrar las anécdotas y encontrarás un buen argumento para tus relatos.
Gracias!
Serena