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Ya no pasas por mi calle, como lo hacías a veces, será que ya no te importo y que no deseas verme. Sin embargo, yo quisiera, que volvieras a pasar. Solamente para verte. No me quiero ilusionar. He sufrido desengaños por tejer mil fantasías. No te hago cargo por eso, bien se que la culpa es mía. Era muy feliz al verte, por las mañanas no más, mientras regaba mis flores, solo por disimular. Lo único que me importaba era mirarte pasar. Por el exceso de riego, he quedado sin jardín. Las raíces se pudrieron y me cuesta ser feliz Dime si podrás quererme, igual que te quiero yo, tierna, suave, dulcemente y con vehemente pasión. Dime si yo califico para ser tu bienamada. Lo eres todo, para mi Todo lo que yo esperaba. Dime si podrás guardar, los secretos que te diga, porque nuestra intimidad, será nuestra, tuya y mía. Dime si podrás quererme, con razón o sin razón. Al Amor, cuando me entrego, no le pido explicación. Lo encontró su amante fiel, una trágica mañana. Impaciente de esperarlo y una sensación extraña. Sobre la verde llanura, negros pájaros volaban, en círculos. Se acercó, algo atrajo su mirada. Oscuro presentimiento, le cerraba la garganta y en el estómago, un nudo, nada bueno le anunciaba. Los ojos mirando al cielo, rígido, sin expresión, sobre tréboles marchitos, Albertina, lo encontró. Las manos sobre la herida, que le produjo el acero, como queriendo atrapar, la vida, que tomó vuelo. En los ojos bien abiertos, de sorpresa, la expresión El murió sin comprender que hubiera alguna razón. Los lamentos espantaron a los buitres carroñeros, el más audaz, alcanzó a arrancarle un ojo abierto. Vació la cuenca su pico, con restos sanguinolentos Como reguero de pólvora, la mala nueva corrió. Esa jornada, en el pueblo, de otra cosa, no se habló. Albertina, convocada, tendrá que ir a declarar y ventilar muchas cosas de su propia intimidad. La familia del difunto, ha prohibido, terminante, que se acerque al velatorio, esa perdida, la amante. Pregunta desconsolada, mesándose los cabellos, ¿quién pudo matar a su hombre? si era noble y era bueno. De negro velo, cubierta, descalza, sigue al cortejo, No la dejan acercar, triste observa, desde lejos. Cuando todos se marcharon, de entre las sombras salió Hizo palas de sus manos, la tierra floja, apartó descubriendo, sin esfuerzo la madera del cajón. El que cuida el camposanto, al día siguiente encontró yerta y fría a la mujer, abrazándose a su amor. Esta noche, si me duermo, no escucharé el galopar del camello formidable que monta el rey Baltasar. Tampoco el del más pequeño, que conduce el rey Melchor, cargando, como los otros, sus alforjas de color. El mediano, es de Gaspar, el más joven de los reyes, Dicen que es dócil y manso y que anda con paso leve. Hace días les dejé una carta que escribí Espero, alguno la lea. Ojala que sea así.! No quiero ningún juguete porque tengo demasiados y hay niños, en otras partes, que no reciben regalos. Y me dijo mi maestra que no tienen que comer, y vi en fotos de revistas que hasta se mueren de sed! Dios que mira desde el cielo, no lo debe permitir. Si todos somos iguales, nunca debiera ocurrir. Eso escribí en esta carta para los tres reyes magos, “a aquellos que nada tienen, les dejen lindos regalos” Siempre estoy pensando en ti Sin un motivo especial mi voz repite tu nombre y bien se que no vendrás. Siempre estoy pensando en ti me trae tu voz, el viento miro bien, por ver si estás.. Tan solo, en mi pensamiento. Siempre estoy pensando en ti, sea de día o de noche la culpa de amarte, es mía. No te hago ningún reproche. Si Dios lo quiere, algún día, podré olvidarme de ti. Libre de esta fantasía tal vez, logre ser feliz. -Tuve un amor, hace tiempo,- me contó la Encarnación, un negro de rostro feo, de verlo daba pavor. Era el ser mas digno y bueno que en la vida conocí. Sus toscas manos, hicieron, bellas cosas para mi. Frutos, flores cultivó, en un pedazo de tierra que con esfuerzo limpió hasta arrancar la maleza. La convirtió en un vergel y el amo se la quitó, por tener ese jardín que mi negro, trabajó. De un pedazo de madera, como de hábil escultor, salían duendes, caballos, hasta labró un corazón encerrado en una mano, la suya y me lo entregó. Una noche, la recuerdo, yo no podía dormir, hacía mucho calor, en silencio me escurrí al patio de ladrillitos que apisonó para mi. El suave aroma de albahacas muy pronto me hizo soñar. Abrazadita a mi negro, salíamos a caminar. El, como siempre, descalzo, con el ritmo encantador de su cuerpo morenito contagiando su calor. Algo surgió en la maleza. Mi moreno reculó. Alcancé a ver a la bicha, que ondulante se perdió. Desperté de mi letargo por el grito que escuché La bicha que vi. en mi sueño, de nuevo la volví a ver. Reptó sobre los ladrillos y en la noche se perdió, Mi pobre negro, esa noche, en mis brazos expiró. Su rostro se volvió bello, como antes nunca lo vi, Era su espíritu hermoso manifestándose, al fin. Fui a buscar, sin saber lo que buscaba, para el alma entristecida, alivio, lo encontré donde anidan los silencios. Era la paz que a mi vida le faltaba. Me acarició, dulcemente y me dejó malherida. No pude recuperar la vertical de mi vida. No voy a esperar por otras de esas, sus dulces caricias. Con una fue suficiente, para arruinarme la vida. Y sigo pensando en él Y él, ni siquiera me mira. ¿Sabrá que es suya la culpa, de tanta ilusión perdida? Es tiempo de Navidad. Junto a todos los amigos, felices por esta fecha que nos encuentra reunidos. Es tiempo de Navidad Y muy buena la ocasión de proponernos ahora, ser cada día mejor. Es tiempo de Navidad nuestras copas, levantemos y en un brindis, coincidamos por lograr un mundo nuevo. Que frágil es la memoria! Carne débil, en esencia! Todo eso lo he aprendido de mis propias experiencias.. El día que decidí terminar la relación, en apariencia feliz, en realidad, de dolor Ese día, lo juré. Cerraría para siempre, un capítulo, en mi vida, que me hizo desear la muerte. Pedí ayuda, me la dieron y con ella conseguí salir de mis obsesiones. Al menos, eso creí No fue fácil, lo confieso. Puse tanta voluntad… Con el paso de los días, se iba haciendo realidad. Hoy que pasaron dos años llegaste sin avisar. Tal y como te recordaba. Me quedé sin respirar. No atinaba a responder lo que vos me preguntabas y tampoco a comprender… lo que en mi interior pasaba. Me rodeaste con tu abrazo y no opuse resistencia. Como de otra dimensión, tu palabra me llegaba. Redujiste mis defensas sin emplear armas pesadas. Solo dijiste “ Te quiero” y derribaste murallas. Me visto toda de blanco esperando al bienamado. ¿Será que lo quiero tanto, por ser un hombre casado? Me hago a veces la pregunta Prefiero no responder. ¿Porque siempre estoy buscando lo que no voy a tener? Y si acaso, lo tuviera, ya no lo voy a querer? Soy, de las enamoradas, difícil de conformar, siempre escojo para mi, lo imposible de lograr Soy como esa soñadora que se niega a despertar. Enciendo velas azules. Esencias en los rincones. La música que nos gusta, a los dos, muy tenue, se oye. Las copas sobre la mesa, El vino descorcharás, cuando llegues y en mi boca, la tuya se saciará. Sobre un burrito gris plata, sentadita, va María. José jala de una cuerda, si el burrito se desvía. ¡Apura el paso, borrico, que debemos encontrar un lugar para María, cansada de tanto andar!. No te distraigas, burrito, mirando las mariposas. Dice José, preocupado, al ver sufrir a su esposa. Solo encuentran un pesebre, donde repose María. Está por llegar El Niño. Ruega a Dios y en él confía. La brisa trae fragancias de sándalos y de inciensos. El lugar se ha transformado Porque el Niño está naciendo. Ángeles bajan cantando a compartir el momento. El tiempo se ha detenido La tierra, se ha vuelto cielo. Vengan los niños pequeños y los mayores, también, porque ha salido la estrella, que nos guíe hasta Belén Si alguna nube la oculta, eso puede suceder, cantaremos villancicos y que vuelva a aparecer. En el entorno festivo, creado por tantas voces, se hará mas corto el camino, se irá mas pronto la noche. Si algún pequeño se cansa o si hay algún dormilón, sin problema, lo acostamos sobre nubes de algodón. Llegaremos de mañana, nada nos puede desviar si la estrella nos señala, el camino por andar. En un humilde pesebre, la estrella se posará y sabremos con certeza, que es tiempo de Navidad. Duerme tranquilo el Niñito, José nos hará pasar. Uno, por vez, verá al niño. No se vaya a despertar...... A los diez años, mi padre, me dejó en este convento. El padre es la potestad. Su voluntad, mi tormento. Sometida a esa, mi suerte, sin esperar redención, Solo servir y rezar, hasta el día de mi muerte Resignada, a los veinte años, detrás de las celosías, sobre enjaezado potro, vi al que por siempre amaría Tanto garbo en esa estampa de belleza varonil, las dormidas sensaciones, se despertaron en mi. Era el capitán Bouton, me lo dijo Baltasar, mi propio hermano menor, que me vino a visitar. Cual sería mi ansiedad que el pequeño se apiadó Lo que hizo, no lo se, pero si, que lo logró. El capitán vino a verme. No lo podía creer, al tenerlo frente a mi, se desbordó mi pasión. Noches de gran frenesí, entre sus brazos viví. Pero tuvo que marchar y ya nunca más lo vi. Desesperada de amor, en extremo desamparo, cinco cartas le escribí, pero todo ha sido en vano. Resignada con mi suerte, pasaré lo que me resta, en este oprimente claustro, hasta el día de mi muerte. Por un momento fugaz, toda mi vida cambió. Al menos pude vivir un embeleso de amor Mariana Alcoforado, desde los diez años, hasta el día de su muerte, en el siglo XVIII, vivió en el convento de Beja, Portugal. Su hermano, Baltasar, la conectó con Noel Bouton, militar francés, conde de Saint- Léger, cuya sola visión, despertó su anestesiada femineidad. La ilusión fue breve, el volvió a Francia y no respondió a sus apasionadas cartas. Sor Mariana, llegó a Abadesa del convento. Murió a los 83 añosIntenté recrearla, de acuerdo a mi propia fantasía. No voy a ser, de tu vida, ni motivo ni razón. Quizás sea, si lo quieres, una leve distracción. Para aliviar la rutina y alegrar el corazón. Alejar los pensamientos que provocan desazón. No aliento otras ambiciones, Es todo lo que yo quiero y el día que se termine, no será un día de duelo ¡Por esta luz que me alumbra que ya no te quiero ver! Cada vez que te miraba, causabas mi padecer. Me había contado mi madre que el amor es algo hermoso. Que nos conecta con Dios Y que nos hace dichosos. Cuando te vi., despertaste, en mi, todos los sentidos. Eras el primer amor, me sentí correspondido. Era solo un espejismo, de mi mente alucinada. Se deshizo el espejismo, cuando supe que eras mala. Seduces con tu belleza. con tus mentiras, engañas. Conviertes a quien te adora, en lo que te da la gana. No quiero que me devuelvas, los presentes que te di. Son en pago por favores, los que de ti recibí. No te esfuerces en fingir lo que bien se que es falsía, otro, te podrá creer, no yo, ¡por el alma mía! Rompí con el maleficio que me obligó a ser tu esclavo. Procuraré ser feliz Hoy me siento liberado. Voy cargando por la vida los errores cometidos por tantos antepasados que hicieron lo que han querido. Sin pensar en un futuro, ni en la herencia que dejaban a nuevas generaciones, que por vivir, esperaban. Desde Adán, en adelante, se cometen desaciertos que si me pongo a pensar, dejo de contar el cuento. Total, ellos ya vivieron sin respetar el mandato, ni oír la voz que alertaba: “Alguien va a pagar el pato” Entre tanto desatino, de ese perverso legado, solo me resta decir, ¡Rompamos con el pasado! Y así andamos por el mundo, tratando de remendar, con parches y con alambres, lo que otros hicieron mal. Nos dejaron de experiencia, “Lo que No se debe hacer” Reflexionemos, entonces, sin volverlo a cometer. Ya no río como antes. Será que no soy feliz? O que faltan los motivos, los que me hacían reír. Ni la luz de la mañana, me sorprende, al despertar, con las furtivas caricias que antes me hicieron soñar Habré cambiado el carácter, me volví más exigente. Hay cosas que no me importan Son otros mis intereses. Mis amigos lo han notado, Estoy seria y aburrida, con la mente en otro lado, apurando mi partida. Las canciones que cantaba, he dejado de cantar no me emociona ninguna y no las quiero escuchar Las cosas que me gustaban, me dejaron de gustar, son iguales las recetas y no me saben igual. Si me invitan a salir, prefiero quedarme sola. Me encierro en mi habitación y dejo correr las horas. Ya no se que voy a hacer con tal negatividad. Tan solo mi amor por vos, sigue firme, siempre igual. El viejo puente de piedra, que sirvió mas de cien años al pueblo de La Alameda, ha sufrido grandes daños. La corriente embravecida, arrastró una masa de agua que socavó los pilotes que sostenían su trama. El pueblo es casi una isla y del mundo quedó aislado, Hasta que no se haga otro, estará incomunicado. Lucía se acerca al río de turbias y oscuras aguas, profusas lágrimas brotan, son amargas y saladas Tendrán que bajar las aguas, para que pueda llegar, en una barca, su amante, que vive en otro lugar. En la noche se desliza, por una calle empedrada que llega hasta la rivera y allí queda hipnotizada. Contempla con amargura, como se agitan las aguas. Oscuras y desafiantes, le dicen- De aquí no pasas- Ella acepta el desafío. Sin siquiera vacilar. Se arroja a las negras aguas, aunque no sabe nadar. Y si supiera, es lo mismo, Imposible soportar, la fuerza de la corriente, que la arrastra sin piedad. La encuentran al día siguiente, de su pueblito, alejada, con una melena de algas la piel blanca y macerada. El vientre, hinchado…. y comentan que ella murió embarazada.. En la palabra, encontré, la manera de expresar, sentimientos, emociones y una forma de pensar. Manifestar lo que ansía, mi corazón solitario, cuando elige estar con alguien y sentirse acompañado. De contarle lo que sufro cuando no estás a mi lado, de la pena que me embarga y puede ser remediado. Todo se puede decir, para eso está la palabra. Quiero saber de tu vida y de tu voz, escucharlo. Es un regalo del cielo, que debemos preservar, tratar de usarla mejor y en esencia, respetar Es posible que el libro que leí, me condicionara para lo que iba a sucederme. “La bella imagen”, de Marcel Aymé, me atrapó. Ficción, donde el protagonista, hombre maduro, casado, dueño de una floreciente empresa, con familia, amigos y amante, súbitamente, tiene un inexplicable cambio en su aspecto físico. Su entorno, lo desconoce y rechaza. A raíz de eso, pierde todos sus logros. De nada valen sus argumentos, con esa, su nueva imagen, apuesta y bella, tan diferente a la anterior, pierde su identidad. Salgo del edificio, donde trabajo y en la puerta casi tropiezo con una mujer de mi edad. - Hola! Que gusto verte! Exclamo, alegremente sorprendida. - Perdón, no se quién es.- La tomo del brazo, segura de que finge desconocerme. Me mira con temor. –Se ha confundido de persona… Me alejo, fastidiada por su actitud. Fuimos compañeras en la universidad, después, cada una siguió por diferentes caminos. Al principio, nos reuníamos con frecuencia, pero las crecientes obligaciones, fueron alejándonos cada día más. Dejamos de comunicarnos y ahora, que vuelvo a encontrarla, se niega a reconocerme. Una idea, de pronto, me inquieta. Habré sufrido la metamorfosis del protagonista del último libro que leí? Entro en el café de la esquina y voy hacia los sanitarios. Frente al espejo compruebo que sigo siendo la misma. Más serena, ocupo una mesa y pido un capuchino. Ante mi, se detiene quien se negara a reconocerme hace unos minutos. Me mira con sonrisa divertida. Por el contrario, yo, lo hago con cara de fastidio. - Alejandra, le digo, no soporto esas actitudes- - Alejandra?, claro, debí suponerlo, ella es mi hermana. Somos mellizas , por eso te confundiste. Te seguí para saber tu nombre. - Alejandra se va a poner muy feliz cuando le cuente. Aclarada la situación, me entera de muchas cosas, mientras saboreamos la aromática bebida, en un apacible atardecer. Hoy dejé a una querida amiga, en su última morada. Partió de este mundo cruel sola, sin llevarse nada. De ella podría decir, “Fue una consumada artista, Bella, elegante, animosa, un tanto perfeccionista". A todos sus pretendientes, les encontraba defectos. Uno a uno descartaba, en pos del “Hombre Perfecto” Se lo dije muchas veces, -Nunca lo vas a encontrar- Y murió, sin encontrarlo. Y la vida consumió en la búsqueda afanosa de una remota ilusión. Era muy voluntariosa, Jamás me quiso escuchar. Si aún por estos espacios, vaga su espíritu inquieto, seguro, lo va a aceptar. No existe el “Hombre Perfecto”. Procuro, cuando pasas, ignorarte. Solo Dios, sabe lo que a mi me cuesta. Sigo penando, sin hallar respuesta, a mis dudas.... y no quiero culparte Es que acaso no sabes lo que siento? Ignoras mi deseo reprimido de escuchar junto al mío tu latido, en feliz y armonioso complemento? Hay un lazo que me ata a tus desdenes Será posible este destino aciago? Te hace feliz, el verme desgraciado? Y los días se van sin que te enteres del dolor que provoca este fracaso. Sin apiadarte… ajustas más el lazo. En la arena de la playa, mis pasos, dejaron huellas, a propósito, lo hacía, para que vos, las siguieras. Detrás de imponente roca, hallé refugio seguro. Ahí me senté, a esperarte. El cielo se volvió oscuro. La luna guió mis pasos, al volver, sobre mis huellas, que barridas por las olas, No te permitieron verlas. En vano estuve esperando, Era tiempo que volviera. Mi madre se puso triste al ver mi cara de pena. -Habrán muchas otras tardes Donde te sientas amada, No tienes que preocuparte, Anda y lávate la cara. Como es mi madre y la quiero, hice lo que me pidió. Como en mis tiempos de niña, En sus brazos, me acunó. Sus caricias y su arrullo Me hicieron adormecer. En el calor de su abrazo, se fundió mi padecer. Si pudiera, ahora, tenerla y en su pecho cobijarme. Hallar el dulce consuelo y del sufrir, aliviarme. No está y no tengo a nadie. La brisa, abre mi ventana y un tibio rayo de lunase posa sobre mi cara. Que tiene mi corazón? Nunca puede discernir. Siempre va tras de los pasos de algún cruel que lo va a herir. Sin embargo, no escarmienta y repite los errores por mas que se los recuerde, el muy necio, los desoye. No le importa el sufrimiento que todo eso me provoca. Y firme, sigue en su trece que me está volviendo loca. Se ilusiona fácilmente. Y de nuevo a tropezar. Siempre con la misma piedra. Y ya no se que pensar. Tal vez te hayas olvidado de quien tanto te ha querido. El te lleva en la memoria, grabada en cada sentido. Cuando la brisa le trae, de tu pelo, la fragancia, la magia de aquel momento, aspira, de sus nostalgias La suavidad de tu piel, en sus manos, es anhelo, anhelo que se transforma, al evocar tu recuerdo El sonido de tu risa, cascabeles de cristal. El viento lo lleva y trae, llamador angelical El sabor de aquellos besos, despiertan mil sensaciones, dulces, saladas, amargas, con iguales tentaciones. Tu imagen se le aparece, como eras en ese entonces, en la plena juventud con las mismas emociones. El espejo, le devuelve, algo que se niega a ver, un rostro triste y ajado, distinto al que fuera ayer. Aferrado a la memoria, preferible es recordar, a enfrentarse con la amarga y siempre dura, realidad. Lacia, tendida a sus pies, lloraba desconsolada. El frasco de fino aceite, en una mano, apretaba y los pies del Hombre, inerte, con la otra, acariciaba. La voz muy entrecortada, por espasmódico llanto, -“Solo viniste a sufrir” repetía hasta el cansancio. -De este mundo ya te has ido, en él no tengo cabida. Que hago para merecer seguirte en la nueva vida? Algo escucha, que le cambia, el llanto, por un suspiro.Su gesto, tenso, se afloja,y se vuelve, toda, oídos. Las lágrimas se han secado. Su imagen luce serena, Insinúa una sonrisa, confiada, la Magdalena. Tengo en un rincón del huerto, un espacio reducido, al que dedico mi tiempo, con gran acierto, invertido. En el ángulo cercado, para mayor precaución, crece la albahaca, lustrosa, la salvia y el estragón. Una mata de romero, domina desde su altura, Como agente en su garita, controla, por cualquier duda. El orégano, la menta, un retoño de laurel, perejil y cebollines, Cultivar es un placer. Las advertencias, visibles, “No se acerquen al lugar, Ni hormigas, ni saltamontes”, que lo puedan afectar, “Ni plaga de caracoles, Ni los hongos de estación.” Me reservo, para el caso, los derechos de admisión El 24 de abril de 1925, en La Sociedad Rural de Buenos Aires, Argentina, se inició una travesía que iba a durar 3 años, 4 meses y 6 días. El objetivo era Nueva York, los protagonistas, un incansable e inquieto profesor suizo, Aimé Tschiffley y dos rústicos caballitos criollos, Gato y Mancha, de 16 y 15 años. Estos, provenían de Chubut, en la Patagonia y el estanciero y criador, Emilio Solanet, los había comprado a un cacique tehuelche. Después de hacerlos domar, los cedió a su amigo Aimé para la aventura que tenía en mente. El viaje, fue una odisea. En muchos tramos sobre la cordillera de los Andes, por terrenos escabrosos, con temperaturas hasta -18 (°C) y alturas superiores a los 5000 ms. los caminos, en pésimas condiciones, cuando existían. El desierto de arenas candentes, sin agua ni pastos y temperaturas de 52 (°C) a la sombra. El profesor, no llevaba carpa, en esa época eran pesadas y complicadas para armar. Hacían un promedio de 46 kms / día. Aimé, llegó un 20 / 09/ de 1928 a la Quinta Avenida montado en Mancha. Gato, por la coz de una mula, quedó lesionado en México. En esos mas de 3 años, atravesaron 20 países y demostraron que todo lo que se emprende con voluntad y disciplina, llega a un buen final. El regreso de Gato y Mancha a Bs As. en barco, fue el 20/12. de ese año. Años más tarde, Aimé volvió a la estancia de su amigo, Solanet. Desde la tranquera, silbó como acostumbraba para alertar a los equinos. Aparecieron los dos, al trote para recibirlo. Gato y Mancha murieron en la década del cuarenta. Sus cuerpos, embalsamados, se exponen en el Museo de Transportes del complejo Enrique Udaondo de Luján, pcia de Bs. As. En la infancia solitaria, horas de contemplación, en el vaivén de las olas, la mirada, se extasió. Una mirada curiosa. Descubría la belleza, en la sencillez sublime que brinda Naturaleza. Una mirada distinta adoptó en lo personal, para trasmitir a su arte, el don de lo natural. De los clásicos patrones, de la danza, se alejó. Impuso su nuevo estilo. El público, la aclamó La esencia del arte griego, en la danza incorporado, filosofía de vida, de artificios, despojada. Mente y espíritu son, los motores de su cuerpo. La elevan hacia la luz, meta de su pensamiento. Sin maquillaje, descalza, rubia cabellera, al viento. Leve túnica de seda, flota alrededor del cuerpo. En la vida de la Ninfa, la tragedia, es recurrente desde su mas tierna infancia, hasta el día de su muerte. A buscar placer y amor, junto a su última conquista, en el auto que él conduce, por una calle de Niza. El cuello de blanco cisne, envuelto en un chal de seda, provoca trágica muerte, al engancharse en la rueda. Cuando te acercas a mi me provocas emoción, tanta, que mi corazón, acelera su latir. Yo trato de apaciguarlo, de calmar su excitación. Aumenta mi desazón no poderlo conseguir. No queda bien que lo escuches. Es un potro desbocado que no acepta ser maneado ni le hagan tascar el freno. Aunque siempre he procurado mantener bajo perfil, se rebela el corazón y no me deja fingir. Ya no intentaré ocultar mis profundas emociones. El corazón me delata. Y no admite restricciones. Duerme el niñito en la cuna que su padre construyó con manos de carpintero, y proyectos de ilusión. Para que descanse el hijo, después del día ajetreado, entre juegos y corridas, con niños del vecindario. No le temen a los monstruos ni a los grandes dinosaurios. Tienen a mamá y papá y nada puede asustarlos. Duerme el niñito en su cuna. Está la noche, cerrada. La luna también se duerme entre nubes acolchadas Un duende, asoma curioso, la nariz, por la ventana y en la garganta del niño, provoca la carcajada. Se ha despertado, su madre, para saber lo que pasa. El niño duerme tranquilo. Ella regresa a su cama Por no haber sido prudente, me merezco este castigo. Voy a tenerlo presente, para jamás repetirlo. Sería mi mala suerte que te puso en mi camino. Mi corazón, sin dobleces, creyó que eras mi destino. Pobre corazón ingenuo. ¡Que fácil te pones loco, por quien ni repara en vos! ¡Te ilusionas con tan poco! Algún día cambiará mi triste historia de vida si el objeto de este amor descubre en mi, a su elegida. Oh el amor, el amor! Ya me lo veía venir. En cuanto, Jo, mi hijo menor, próximo a graduarse, comenzó a zumbarme alrededor. –Mañana conocerás a una chica increíble! Es preciosa, es… es… Yo que me considero amplia, empecé a temer por él, ya sabemos que un bien tan codiciado, es difícil de guardar y menos de retener. Cuidé hasta el último detalle de mi arreglo personal, no para competir con la chica 10, si para estar a la altura de las circunstancias y para la foto. Joaquím, exultante, dio su aprobación con un sonoro beso en mi mejilla. Al llegar al salón, me acompañó hasta el sitio reservado para los familiares y enseguida se fue, requerido pues participaba del coro universitario, a cargo de la apertura de la ceremonia. Los sitios vacíos a mi alrededor, fueron ocupados. Con disimulo, trataba de descubrir, entre tanta gente, a la joven que con su belleza y demás cualidades, había hecho claudicar el corazón de mi joven vástago. Ubiqué varias chicas preciosas, pero ateniéndome a su fervorosa descripción, nada era suficiente. A mi izquierda, un señor, miraba con insistencia su reloj impaciente por acompañar la entrega del título a su hijo. A mi derecha, se ubicaron dos jovencitas muy sencillas y calladas. El coro universitario, inició jubilosamente el “ Gaudeamus igitur / juvenes dum sumus”….. Antes de que Joaquim fuera llamado a recibir su título, me levanté, como estaba previsto, para compartir juntos ese grato momento. Las felicitaciones, besos, los flashes, la emoción, me sumieron en un estado de mágica euforia. Entre lágrimas escuché decir a mi hijo –Ya se conocieron? Volví la cara, a mi lado estaba una de las chicas, casi insignificante, que ocupó el asiento contiguo al mío. Nunca quise enamorarme, Siempre rechacé al Amor. Cerré puertas y ventanas, con enfermizo temor. No hay nada que lo detenga, en cuanto algo se propuso. Es sigiloso y artero,y tiene excelente pulso. Lo he podido comprobar, cuando no queda remedio. Formidable puntería!El impacto fue certero. Hizo diana sin esfuerzo, a pesar de mis reparos Carga una vasta experiencia No tengo como enfrentarlo. Pobre de mi, enamorada, ¡Que los cielos me protejan! Me siento debilitada Y todo por una flecha.! Me llegó una entrada para la presentación del libro “Betty Boop” de Claudia Piñeiro. Este personaje, surgido de la creatividad de Max Fleischer en 1930, caricatura de una actriz y cantante contemporánea, Helen Kane, en poco tiempo se convirtió en un éxito. Encarnaba a una mujer muy sexy, lo que en años posteriores, en un rebrote puritano de los censores del país del norte, tuvo sus detractores implacables y consecuentes prohibiciones. Mae Questel, joven maestra del Bronx, solía imitar a su admirada Helen Kane, esa afición tuvo tanto éxito que pese a la oposición de su familia, dejó el magisterio y se dedicó al vodevil En una de esas circunstancias, la descubrió Max Fleisher, productor de Hollywood. Sorprendido por las cualidades de la joven, le propuso doblar al nuevo personaje, lo que hizo a plena satisfacción durante el tiempo que se editó. También imitó a Oliva Olivo, la novia de Popeye y también al comedor de espinaca, cuando el que lo hacía, originalmente, Jack Mercer, se incorporó a las filas, en la S.G.M. Mae Questel, volvió a doblar a Betty Boop en 1980 en “Quién engañó a Roger Rabbit”? Murió en 1998 en Nueva York Abrumada por la angustia, en busca de algún lugar, donde encontrar un refugio, que sea remanso de paz. Caminando contra el viento, en esa mañana fría. Ensimismada, la gente, en sus propias fantasías Ráfagas de helada lluvia, comienzan pronto a caer. La imponente catedral, es fin de su padecer. Sube los quince peldaños de oscuro mármol, pulido, por los roces del calzado, de miles de peregrinos. De rodillas, logra ver la rica ornamentación inútil esplendidez, para el humilde Señor. Auque sea hijo de Dios, nacido en triste pesebre, sin afición por el lujo, arrojó a los mercaderes. Su espíritu no se acomoda al brillo y suntuosidad. Para el alma dolorida, no es el ámbito ideal Pocas flores naturales, en la antigua y pobre ermita, cirios que apenas alumbran. El entorno que precisa. Consigue la ansiada paz, la que su alma necesita para elevarse hasta el cielo en una oración sencilla. Rafael Sanzio, de Urbino, creció rodeado de esbozos, pinceles, caballetes, pinturas y todo lo que se puede hallar en un taller de pintura. Su padre, se dedicaba a plasmar retratos y paisajes sobre muros, telas o madera.. Atento y observador, adquirió los conocimientos básicos y niño, aún, ingresó al taller del Perugino. Fue arquitecto, dibujante y pintor, más joven, pero contemporáneo de Leonardo y de Miguel Ángel, en postrimerías del siglo XV y comienzos del XVI, pleno renacer italiano. Sus trabajos, de gran belleza y calidad, lo tenían permanentemente ocupado y se le confió la pintura de las estancias papales, en el vaticano. Recorría, el artista, la ciudad, en busca de rostros y figuras para integrarlas a sus composiciones pictóricas. Cerca de un antiguo puente, de la última casita, junto al río, llegó a su olfato, el apetitoso aroma del pan recién horneado. En ese humilde lugar, descubrió a Margarita Luti, hija del panadero y a cargo de la venta de pan,. La fornarina, se convirtió en su musa inspiradora y a pesar de estar comprometido, esta pasión, señaló un antes y un después en su vida. A partir de ese momento, se convirtió en la modelo de todas sus obras que cobraron mayor perfección y realismo. Imprevistamente, el papa, llegó a las estancias para ver los murales. Lo sorprendió ver el mismo rostro, multiplicarse en las vírgenes que pintó el artista y preguntó, quién era esa mujer. Rafael, contestó, -Ella es mi musa inspiradora, la que me da fuerza y anima mi existencia. El papa tuvo que darse por satisfecho. La Transfiguración, considerada la más acabada y representativa, fue su última obra. El exceso de trabajo y una vida desordenada, lo llevaron a una temprana muerte, a los 37 años. Su amante, a quien favoreció en su testamento, se retiró a un claustro. Por breve tiempo, hasta que el destino los reunió en otra dimensión, Si realmente me aprecias, no me impongas condiciones. Libre nací y me crié y no acepto imposiciones. Nunca habré de cercenar tus costumbres y deseos, Si es que procedes igual, Todo irá como yo creo. Nuestra relación es buena. Aunque es algo prematuro, arriesgar en predicciones o anticiparse al futuro. Todo llega y todo pasa al ritmo de los deseos. Si los mantenemos vivos, si nuestro amor es sincero, si me aceptas y te acepto, Todo irá como yo creo. Pasaste a mi lado un día, sin mirarme ni sonreír. Y hace tan poco, decías. -Sin ti, no puedo vivir-. Sin mirarme ni sonreír, como si yo no existiera, te sentaste junto a mi en una tarde cualquiera. Ante esta tumba, ignorada, hoy de nuevo, coincidimos, dejaste un ramo de flores Seguiste triste, el camino. Ni una sola vez posaste, en mi rostro, tu mirada, ni una palabra salió, de esa, tu boca sellada. Una duda me atraviesa y no hay mucho que me asombre, Sobre la lápida oscura.... alguien escribió mi nombre.
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Oscar Franco
http://www.textale.com/component/option,com_textupload/Itemid,128/id,43735/task,view_text/
Por favor difundelo si pudieses. gracias.
Pascual Vizcaino Ruiz
Alejandro
Es usted muy déspota en su comentario del texto indiferencia divina?, sobre todo si tenemos en cuenta que la autora deja claro que los desastres naturales son muy comunes y crea toda su reflexión acerca de cómo el ser humano pasa de su pregunta hacia un Dios al que considera responsable a la dolorosa conclusión que es su irresponsabilidad la que acelera los procesos llevándolos a desastres.
Bastante arbitraria resulta usted al decir… le “concedo responsabilidad al hombre” por favor señora si usted lee, ve televisión o se molesta en averiguar, se podrá encontrar con un cumulo de estudios e informes que demuestran como las acciones de la humanidad ha afectado el equilibrio natural que provocan desastres.
Parece ser que usted no se entero del objetivo de la reunión de presidentes de países en Copenhague... por favor señora antes de atacar o trata de ridiculizar a alguien primero analícelo, porque podría ser usted quien terminara haciendo el ridículo.
Alexandro
Oscar Franco
Te invito a leer y comentar alguno de mis poemas espero te gusten.
Un saludo y feiz años nuevo 2010.
www.somosgoogle.blogspot.com
www.oscarfrancoquintanilla.blogspot.com
Francisco Prez
Veneno
haydee
Seguro que van a sobrar las anécdotas y encontrarás un buen argumento para tus relatos.
Gracias!
Serena