• LIBIA ESTHER QUINTANILLA WENCES
LibiaEsther
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Un día la vida me dijo que tenía que sufrir, pero jamas me dijo que debía enfrentar solo el dolor.Hoy que todos se han alejado de mi, hoy que no queda una mano en que apoyarme ha venido a mi la soledad y la amargura acompañaas del llanto.He comprendido lo que se siente perder y no aceptarlo... solo me quedan recuerdos de aquel dulce amor, unas cuantas lagrimas y una triste mirada... la noche entrega su oscuridad como tú me entregaste lo que tenías.Sin ti ¿cómo seré feliz? Sin ti ¿para qué vivir? Sería absurdo e inútil.Dime ¿cómo recupero el color en mi vida si tú eras quien lo tenía? ¿cuál fue mi error si te entregué todo? ¿te hacía falta algo?Comprendo que la felicidad no llega mediante besos y abrazos sino por comprensión y cariño.Hoy que no te tengo más en mis brazos me doy cuenta de que no supe valorar tu amor, pensé que eras mi refugio y acudía a ti cuando me sentía triste.Aunque se que eso no arreglará nada te pido perdón , por no saber cuidarte, por no haber protegido lo que había en tu corazón y haber dejado que alguien me lo robara.Perdóname si en tu vida signifique sufrimiento ¿cómo hago ahora para vivir sin ti?
 Deja tu dolor, no llores más, este adiós no es para siempre...Cuando el temor y la soledad te hundan yo te abrazaré en la oscuridad. Cuando el dolor te impida continuar recuerda que yo aún te amo...Siempre me encontrarás en cada amanecer, curando tu dolor y amándote siempre, protegiéndote de la soledad, la eternidad espera para amarnos...Besa el viento, en cada hoja voy, nunca te rindas porque yo no estoy. No tengas miedo amor, tú debes ser feliz, con mi ausencia aún podrás vivir...Recuerda que los días pasarán y nuestro amor jamás se desvanecerá. La vida es tan corta ya verás , nos espera la eternidad para amarnos...Besa la lluvia en cada gota iré, nunca te rindas aunque yo no esté, tú vas ser feliz, tanto que sonreirás, recuerda que mi amor seguirá...Por la eternidad mi amor será...
 Mírame, estoy aquí, la soledad se acerca a mí. Ya no sé como vivir, me hace morir el dolor, pero aún hay algo de ti dentro de mí, pero no...Tú no sabes amar, mientes, ya no quiero llorar más, a pesar de que aún te amo... no quiero sufrir, ya no quiero verte...Sé que no volverás y sé que estaré sola otra vez, sin ti no sé cómo seguir pero este adiós nos hará mejor...No me lastimes más con tu recuerdo, aléjate de mí, tú no eres para mí, hoy tan solo quiero ser feliz y sé que a tu lado nunca lo seré... a pesar de que aún te amo... no quiero sufrir, ya no quiero verte
ÉL:Se que nunca más te abrazaré... Aunque sufra y muera de dolor por ti. Se que fallé una y otra vez y que con el tiempo sólo te perdí... Eterno fue nuestro amor y hoy no queda nada más en ti de él... y tú, vuelas lejos... Tarde... ya aquel amor se fue, perdóname por tu alma lastimar, yo sólo te amé...Regresa a mi, a este eterno amor... ELLA: Quizá no seas el único amor que por esta vez llorará al dolor...Y la soledad que llevo tan dentro no me dejará vivir sin tu recuerdo...¿Por qué duele tanto mi alma hoy? ya no me queda nada más... Porque al irme dejé todo de mi... Eterno fue nuestro amor y hoy ¿no queda nada más en ti de él? y tú, ¿vuelas lejos?Tarde... ¿ya aquel amor se fue? perdóname por tu alma lastimar, yo sólo te amé...Regresa a mi, a este eterno amor... 
Con ojos llenos de lágrimas y miles de preguntas a mi alrededor pasará otro día lleno de dolor.El tiempo no se va a detener por un adiós entre tú y yo pero, mi corazón morirá lento como un volcán.¿Por qué tardas en volver?  ¿por que me dejaste sola? Y ¿por qué nuestro amor murió? Tú lo mataste.Dime ¿cómo puedo olvidar? cada noche te sueño a mi lado, cada momento yo he gurdado en mi corazón, ahora dime ¿por qué te alejaste de mi? ¿qué cambio entre los dos, en tu amor? ¿por qué no puedes curarme si yo muero por ti?¿Cómo pude amarte más a ti? ¿por qué tu amor no fue tan fuerte para sostenerme y proteger a mi corazón de ti?No puedo olvidarte así como tú, porque tu aún tienes todo de mi, aun, no puedo mentirme.Dime ¿cómo puedo olvidar? cada noche te he soñado aqui, cada momento yo lo guardé en mi corazón...dime ¿cómo puedo olvidar? ¿qué cambio entre los dos si aun te amo? ¿por qué no puedes curarme si yo siempre te amaré? 
DESDE QUE TE HAS IDO, NO ME  QUEDA NADA MAS PARA SEGUIR VIVIENDO, YA NO TENGO NI UN SOLO MOTIVO PARA EXISTIR, Y TU REGRESO SE SIENTE TAN LEJANO QUE EL SOLO HECHO DE PENSAR EN EL ME PARECE ABSURDO... PERO NO LO AGUANTO, MIS LAGRIMAS NO DEJAN DE CAER EN ESTA BLANCA TIERRA, SIGO SENTADA EN ESE PARQUE DONDE ME ABANDONASTE, DONDE TUS LABIOS PRONUNCIARON UN ADIOS, DONDE MI FELICIDAD SE FUE VOLANDO COMO LAS HOJAS CUANDO EL VIENTO LAS ARRANCA DE LOS ARBOLES, Y AQUI SEGUIRE, EXTRAÑANDOTE PORQUE TE AMO, Y NO SE VIVIR SIN TI, AUNQUE TU RECUERDO ME TORTURE CADA DIA SEGUIRE PENSANDO EN TI, Y AUNQUE TU MIRADA SIGA CLAVANDO MI INTERIOR COMO UN ESTILETE DESGARRADOR SEGUIRE DESEANDO TU CARIÑO, TE NECESITO TANTO, QUE NI SIQUIERA EL AIRE ME HACE TANTA FALTA COMO TU... NO SE QUE HACER, SIGO MURIENDO COMO LAS DELICADAS FLORES AL PASO DEL OTOÑO, Y YA NO QUIERO ESTAR ASI, LUCHO CADA DIA POR SALIR DE ESTE AGUJERO, PERO YA NO PUEDO MAS SEGUIR LUCHANDO POR ALGO QUE NO QUIERO: OLVIDARTE. PORQUE A PESAR DE TODO ESTE DOLOR MI AMOR SOLO ES TUYO, PORQUE A PESAR DE TODOS TUS DESPRECIOS MI ALMA SIGUE AFERRADA A TU IMAGEN EN MI, PORQUE A PESAR DE TODO EL TIEMPO QUE RECORRA LLORANDO SE QUE AL FIN VOLVERAS A MI, COMO EL AGUA DEL MAR AL RIO, COMO LA PRIMAVERA A MARZO, COMO LAS HOJAS A LOS ARBOLES, PORQUE NO SERA TAN FACIL, COMO LO DIJISTE, OLVIDARME, PORQUE CADA NOCHE DESPERTARAS PENSANDO EN MI NOMBRE, Y GRITARAS EN DOLOR QUE TE HAGO FALTA, Y YO SEGUIRE AQUI ESPERANDOTE... A PESAR DE TODO... PORQUE TE AMO... Y TE PERTENEZCO.
Encontre una carta... habia olvidado que existía... después de desempacar el baúl de Ana me dí cuenta de que aun guardaba sus recuerdos, lo conocí en la secundaria, había un brillo especial en su sonrisa y sus ojos eran hermosos, cuando me acerqué a él lo primero que hice fue temblar, no creí que ese proyecto de literatura nos hiciera enamorarnos, me invitó a su casa y pasamos la tarde juntos, en su casa había rosales que ya estaban llenos de pequeñas flores, en el comienzo de la primavera, antes de despedirme me regalo una, era tan pequeña y frágil que cuando comencé a correr parecía deshojarse, corría porque ya era tarde y papá estaba por llegar a casa y no quería que me castigaran para seguir viendolo, entré a mi casa y papá aun no llegaba, ¡que suerte! pensé, entré a mi cuarto tomé mi cuaderno morado y escribí lo que había pasado, guardé la dulce flor y me llené de alegría, Ana entró en mi cuarto y se burló de mi estado de ánimo, pasamos días hermosos esa primavera hasta que un día no lo ví en la escuela regresé a casa demasiado triste pensando que algo podría haberle ocurrido, Ana entró nuevamente  a mi cuarto y me dió la carta, en ella decía que sus padres lo mandaban lejos de la ciudad, en realidad no sabía a donde, no quería saberlo, para no calcular la distancia, era mi último recuerdo, aún lo sigue siendo, lloré por el cada noche, un día lo encontré, cuando cumplí 35 años pero ya tenía esposa e hijos y yo había estado esperandolo, desperdiciando mi vida, si tan sólo no hubiera hecho la promesa de volver, quizá yo sería feliz ahora...
 El día que la conocí se veía radiante, llena de felicidad.Mi amiga me la presentó y lo único que hizo fue saludarme y voltear hacia donde su novio la esperaba. Se despidió y cruzó la calle para abrazarlo. ¿por qué me había dejado allí? ¿por qué era feliz sin mi? Decidí acabar con su felicidad, ella llegaría a amarme tanto que dejaría todo para estar conmigo.Y preparé un plan.
Tú pudiste ser por siempre él, alguien especial solo para mí… ¿Por qué olvidaste las promesas de amor que alguna vez te regalé?Hoy lejos de ti, llorando estoy ¿Por qué te alejaste así de mí?¿Por qué ahora olvidas el amor con el que te amé ayer?Donde estés, la noche caerá sobre ti, el viento traerá recuerdos y perderás todo lo que fui, el amor se morirá en mí…Desde mi dolor las grises flores claman porque tú regreses ya…Mi espíritu condenado está muriendo y no volverá a soñar…Donde vayas la lluvia caerá sobre ti, el frío vengará el dolor en mí, el silencio te perderá, la soledad será tu realidad…¿Dónde estás? si vuelves a besarme todo será perdonado, juntos seremos el amor…¿Dónde vas? Vuelve ¡Vuelve! no me condenes a odiarte, juntos seremos el fin…
Una tarde de otoño, mis manos estaban entumecidas, yo con mi vieja bufanda y éste bromoso saco negro. El viento sopla y un escalofrío recorre mi espalda, al tiempo que los cálidos rayos del sol acarician mi rostro. Puedo sentarme bajo éste triste árbol seco, puedo ver todas sus ramas, sus hojas rojizas caen al pasto verde. Aun recuerdo éste viejo árbol en primavera, tan verde, floreado y lleno de vida, aunque ahora parece haber caído en un profundo y eterno sueño... El brillante sol empieza a bajar, perdiéndose en las montañas, con sus rayos cada vez más rojos y débiles. Me encanta ver como el viento hace bailar las hojas, el reflejo de los últimos rayos de luz en el árbol, el césped, las hojas, en todo... éste paisaje es... HERMOSO...                                                                                                        Darkness
Sin nuestro amor emprendí otro viajelejos de tu vida hoyquiero volar libre sin ti...Hablando en mi silencioel dolor me ha dicho que mi vozestaria mejor si calla, sin ti...Sin amor, sin tisin tu amor y sin ti el fantasma de lo que fuimos vive en mi...En mi roto corazon vivesa pesar del dolorbusco una salida para mi...Debe haber algo que me de el consuelo que perdidebe haber algo para mi...Correré sin tisin tu amor y sin ti... busco otro verano para mi...Volaré sin tisin tu amor y sin ti busco otro cielo para mi... Quiero tener las olas del mar dentro de micon su fiel arrullo para mi...Todo lo triste quedará lejos de mi corazon háblame dulce estrella, brilla en mi... 
Fuiste un ángel que me rescató del abismo...Una flor que no terminó de crecer en mi jardín...Un alma que apagó su luz, haciendo oscuridad sus sueños para siempre...Cuando te alejaste sentí que una parte de mi se iba contigo...En mi vida, tú haz sido una resplandeciente estrella que con su luz iluminaba y giuaba mi camino...Hoy, que no estás conmigo, me siento perdida entre un mundo de extraños y la verdad tu ausencia no permite mis latidos...Sin ti ¿qué puedo hacer? dimelo... si todavía sigo esperando que regreses...Las promesas solo se han convertido en palabras que se lleva el viento del otoño, así, igual que arrastra las hojas muertas del suelo...Aún recuerdo cuando caminábamos en las tardes y respirábamos el aire helado, eso hago por ti para que donde estés lo sientas, así como mi tristeza sin ti... En tu lugar solo quedaron los momentos tan bellos y lejanos ahora, que jamás volverán a ser míos... Ahora ¿cómo cumplo lo que deseamos juntos? ¿cómo hago realidad todos esos sueños?Te extraño y desde que no estás a mi lado aun no puedo sentir tu presencia, siempre agradeceré que me hayas elejido a mi antes de marcharte...Siempre te recordaré... siempre te esperaré... 
Para mí, eras tú, solo tú, nadie más… Ya no habrá más ayer, ya no habrá más amor para sanar… Mírame, me dejarás y caeré… No digas que te vas, sin ti no podré levantarme otra vez, tú me has salvado del mundo vacío, no puedes dejarme sabiendo que te amo, no podré salir de las sombras del tiempo, sabes que no puedo, que no quiero perdernos… Ni el dolor, ni el rencor, me harán dejar de amarte, de sentirte… No quiero decirte adiós, ni morir de soledad, ¡no puedo olvidarlo todo y seguir! no puedes volverte así de egoísta, sabes que eres todo, que fuiste la llave, la luz que me trajo de vuelta a la vida, no puedes tan solo dejarme, alejarte… No puedes terminarlo, no dejes de luchar, no puedes dejarme así… ¡sabiendo que te amo más que a mí! No me digas que te vas… no me digas que te irás… cuando ya estás lejos de aquí…
¿Por qué volviste? Y justo ahora que no te recordaba más... Lo siento... pero esta vez no podré curar tus heridas... las mías aun sangran... como si fueran nuevas...Cuéntame... háblame sobre esa libertad que encontraste al volar sin mi...¿es cómo lo habías soñado? ¿pudiste olvidarme con ella? ¿pudiste ser feliz?Cada día esperé tu regreso... pero ahora que por fin volviste no lo quiero más... quizá es muy tarde para creer que podemos volar juntos una vez más...Quizá el tiempo que perdimos alejados sirvió para comprender que las nubes no desaparecerán porque se acabe la palabra nosotros entre tú y yo...
Después de que su profesora, la señorita Miel, la adoptara Matilda creció en un hogar lleno de amor, en el que ya no utilizaba sus poderes, bueno casi no.  Cuando Matilda cumplió 15 años llego el momento de ir a preparatoria y separarse de su mejor amiga Lavanda, porque su familia se mudaría a otra ciudad, entonces se puso muy triste y ya no quería ir a la escuela porque creía que sería muy difícil encontrar nuevos amigos, pero aun así ella sabía que podía lograrlo a pesar de tener un poco oxidadas sus habilidades sociales, ya que ella solo convivía con su amiga y con su madre. Llego el día de inicio de clases y estaba sola caminando por los pasillos buscando su salón de algebra y de pronto le preguntó un chico: -disculpa… ¿podrías decirme donde está el salón de algebra? -a… yo también lo estoy buscando… -oh bueno podemos buscarlo los dos así lo encontraremos más rápido. -claro- le dijo Matilda un poco tímida. -perdón… soy Jess- dijo el extendiendo la mano. -yo soy Matilda… Los dos chicos buscaron el salón de clases, lo encontraron, pasaron y se sentaron uno al lado del otro, cuando finalizaron las clases Matilda se sentía feliz porque había hecho un amigo, llego a su casa, la señorita Miel la esperaba en la sala, cuando entro sintió que algo malo ocurría, saludo a su madre con un beso: -siéntate cariño… -¿Qué sucede? -tus padres llamaron hace poco y me pidieron verte, regresaran a la ciudad por unos días. -pero, yo no quiero verlos, ahora yo soy tu hija y ellos no tienen ningún poder sobre mi… -lo se Matilda, pero son tus padres, deberías verlos un día, platicar de sus vidas, de todo lo que han pasado, ¿no crees? -no, no lo creo ellos se deshicieron de mi al dejarme contigo, ¡no sé qué  es lo que quieren! -vamos cariño, dales otra oportunidad. -lo hare solo si tú estás conmigo. -claro que sí. Matilda subió a su recamara, miro el espejo, se sentía triste y pensaba ‘‘¿Por qué ahora? ¿Por qué mi familia decide volver ahora que estoy bien?’’ pensaba también en el chico que había conocido ese día por la mañana, ‘‘¿Cuál era su nombre? Claro Jess, quizá él llegue a ser un gran amigo’’  Guardo su uniforme y se vistió para bajar a cenar. Al día siguiente Matilda encontró a Jess sentado esperando el autobús: -hola. -hola Matilda, el camión ya está demorando…  -¿en serio? ¿Porque no caminamos? -claro, al fin la escuela no esta tan lejos. -si- Matilda se agacho por un momento, dejo volar su imaginación lejos, pensaba en sus padres y su hermano, y se peguntaba como serian ahora, si el tiempo los había hecho cambiar, si ahora podrían aceptarla sin importar lo rara que ella fuera. Una mano borro ese pensamiento: -¿estás bien Matilda? -eh? Si, si claro, es solo que pensaba en mi familia. -¿les ha ocurrido algo? ¿Están bien? -oh claro, claro que si no te preocupes, es solo que hace mucho que no los veo sabes, han vuelto y pronto los veré, será muy raro, después de tanto tiempo… Matilda le conto su vida a Jess, él la escuchaba atentamente, por un momento los dos guardaron silencio, él se puso triste y sus mejillas se llenaron de lágrimas, Matilda lo veía sin saber qué hacer, saco un pañuelo de su bolsa y se lo dio: -toma- le dijo. -gracias. -¿estás bien? -sí, es solo hace un año mi mejor amiga murió, y es difícil hacer nuevos amigos, y tú eres muy parecida a ella, tal vez no en lo físico pero si en tu manera de pensar, me la recuerdas mucho. -pues, si tú quieres seremos buenos amigos, si quieres ser mi amigo lo seremos para siempre. -¿en serio? -Por supuesto que sí. Los dos sonrieron, miraron al frente y se dieron cuenta de que ya habían llegado a la escuela, Jess se veía feliz, mientras que Matilda tenía una sonrisa en su cara, pero por dentro se preguntaba: ‘‘¿pensara lo mismo cuando descubra mis poderes? ¿O me vera como un fenómeno?’’ El día se fue lento, Matilda se perdía entre sus pensamientos, en clase solo miraba  por la ventana, recordaba su pasado, y como había descubierto sus poderes, pero ellos ya no estaban tan presentes como antes, habían dejado de ser indispensables para su vida, a veces hasta olvidaba que los tenia, pero su familia volvía, y no sabía qué hacer, como actuar, por un momento intentó concentrarse en lo que al maestra decía, pero era inútil, el timbre del descanso la distrajo un momento de sus pensamientos, salió junto con Jess al comedor y se sentaron juntos: -mira,- le dijo él -te he hecho un dibujo. -¿en serio? Oh vaya es hermoso, ¿y quién es ella? -es al chica de quien te hable, es Leslie. -era muy bonita, seguro era muy divertida. -por supuesto, ella me enseño a ser feliz. -espero que algún día lleguemos a ser tan buenos amigos. -ya verás que sí. Terminó la escuela por ese día y los dos volvieron a sus casas, Matilda entró a la suya y encontró ahí a sus padres y a su hermano: -¡hija! ¡Cómo has crecido!- decía su padre mientras la abrazaba. Ella los miraba atónita sin saber que decir: -¡estas hermosa! -gracias. -pero niña, no seas tan tímida, parece que no nos conocieras. -no, no es eso es solo que es una gran impresión, llegaron de sorpresa. -tan solo queríamos pedirte perdón hijita, por no saber cómo cuidarte. -así es – dijo su padre –no sabíamos cómo tratarte ni te comprendíamos, solo queremos tu perdón para ser felices. -yo los perdono, pero quiero seguir viviendo aquí con mi nueva madre, no quiero volver con ustedes. -claro-  dijo su madre – nosotros lo entendemos querida, pero nos gustaría poder visitarte, claro si no tienen problema ninguna de las dos. -claro que no – dijo al señorita Miel, mientras recogía de la mesa la bajilla de la merienda. -¿y tú que piensas?- preguntó Michael. -está bien, son mi familia, y aunque no hemos pasado mucho tiempo juntos sé que podemos comenzar otra vez. Matilda se sentía feliz otra vez, era todo lo contrario a lo que ella creía que resultaría. Al día siguiente caminaba hacia la escuela, escuchó un grito y volteó, era Jess  corriendo para alcanzarla: -por fin te alcance- le dijo Jess entre jadeos –se me hizo un poco tarde. -¿porque? Iban cruzando la calle, de pronto un cachorro cruzó antes corriendo y un carro pasaba entonces muy rápido, estaba a punto de arrollarlo, en ese instante Matilda no lo pensó dos veces y salvó al pobre cachorrito con sus poderes, Jess la miró, no sabía si su mirada era de terror o de asombro: -¡¿Qué fue eso?! Ella se agachó, no quería verlo nunca más, porque creía que él la tomaría como un fenómeno también: -¿estás bien Matilda? Eso que hiciste sabes, ¡fue algo grandioso! ¡Enséñame! Ella alzó la mirada, lo veía tan feliz de saber quién era en realidad, no la veía como un fenómeno ni como un bicho raro, tan solo como una chica especial que podía mover las cosas con su mirada y su mente, algo no muy normal pero algo real: -¿en serio? -claro, quisiera poder hacer eso. -yo quisiera dejar de hacerlo. -pero, si no tuvieras esa habilidad ¿cómo habrías salvado a ese perro? -ah… es verdad. Hasta ese momento Matilda nunca había visto de esa manera los poderes que tenía y desde entonces se dio cuenta de que ella era una persona especial al igual que las demás, ahora ella si podría ser feliz, su familia había vuelto, la aceptaban y la verían más seguido, y ahora Jess sabía de sus poderes y compartía su secreto. Ese verano Jess, Matilda y su familia fueron a la playa, allí se encontraron con Lavanda y le contaron todas sus aventuras, los tres se volvieron grandes amigos y sonreían mucho, Matilda pensaba que Jess jamás volvería a estar triste porque aunque había perdido a una amiga ahora había encontrado dos nuevas, y ellas lo serían para siempre, si, así como ella le había dicho cuando se conocieron.
   Mientras la lluvia no deja de caer detrás de la ventana escurriendo, miro a través de ella, hay árboles allá afuera, que parecen temblar con el aire,  lejos del ruido que las paredes no dejan pasar, sin luz más que la poca del día, él está frente a mí, en silencio, mirándome, sin saber que intento verlo desde donde estoy, cierro los ojos y giro la cabeza para verlo, lo miro, él voltea hacia afuera fingiendo no verme, me acerco un poco, observo cada detalle en su persona, su cabello, que parecen miles de espinas frágiles, tan oscuro, tan perfecto, sus cejas, yo podría perderme en sus cejas como en un bosque, su nariz, que perfecta es su nariz, tan pálida como el clima, sus labios, que podría pintar de azul para que parecieran masculinos, es tan perfecto que parece un sueño tenerlo tan cerca y a la vez tan lejos, mientras él se pierde en sus pensamientos yo regreso la mirada a los tristes árboles, la lluvia aun cae ¿Por qué llora tanto el cielo? Parece que el también sufre como yo, si pudiera gritárselo, si tan solo el sintiera el amor que hay dentro de mí, quizá podría hacerlo feliz un momento, probablemente yo pudiera ser motivo de su alegría, si tan solo mi voz tuviera valor. Él me mira, yo lo miro, hay fuego en nuestras miradas, las chispas son más fuertes cada vez, pero ninguno habla, él se acerca un poco, nuestros ojos siguen firmemente con la ilusión de crear una sola mirada, sus labios pronuncian algo que mi mente bloquea, su dulce voz está cada vez más cerca de mi repitiendo lo mismo… él me abraza, sus brazos me aprisionan, mientras nuestros cuerpos suspiran, nuestros ojos vuelven a encontrarse y nuestras frentes se juntan, mientras la lluvia sigue cayendo afuera nuestros labios se juntan en un temido y profundo beso… mientras los arboles tiemblan afuera, una historia nace adentro…
Puedo ver el mar aquí frente a mí. Cuando vienen las olas, cuando escucho su suspiro… Puedo jurar que vuelo arriba muy lejos de todo Cuando siento que me mira y deshace todo mi interior Estoy viva... Cuando mis pies mojan su arena ¡Oh mi amor cuanta falta haces aquí! Ya sé que no es posible sentirte tan cerca Solo soy una mujer frente al mar No puedo con el dolor Mi espíritu gime ¡Te extraño a mi lado! Cuando vienen las olas Cuando escucho su respirar puedo jurar que vuelo...
¿Por qué crees que puedes usarme?Pedirme amor y devolverme nada...¿Por qué piensas que diciendo perdón olvidaré tus palabras?No deberías haberlas pronunciado... ¿Por qué te aprovechas de mi amor para detenerme?Si lo valorarás no deberías herirme... ¿Por qué debería quedarme?Cuando estuve me olvidaste...¿Por qué debería seguir amándote...? 
SOLA AQUÍ RECODANDÓTE, BUSCANDO EN MI LA MANERA DE OLVIDARTE...TÚ NO ESTÁS AQUÍ Y SOLA ESTOY, TÚ NO VOLVERÁS A MÍ Y ESTOY CANSADA DE LUCHAR POR ESTE AMOR...VUELVE, NO QUIERO ESTAR SOLA, VUELVE QUE LA VIDA SIN TI ES MUY DURA Y CRUEL...ESTOY AQUÍ PARA QUE VUELVAS, ESTOY AQUÍ PARA QUE REGRESES POR MÍ Y QUE ME LLEVES DE TU MANO A ESE MUNDO QUE ME PROMETISTE IR...SOLA AQUÍ BUSCANDÓTE, EN ESE RETRATO QUE ME HACE ESPERANZARME EN QUE TÚ VOLVERÁS, PERO TÚ YA NO ESTÁS... 
Pequeña ave...Deja de volar con el ala rota...¿No te das cuenta de que solo te estas lastimando?No puedo curarte si no bajas...De modo que...¿Has decidido escapar del mundo de sueños y esperanzas que construí para ti?No te culpo...Yo morí asfixiada por el...
Días como esos no hubo muchos en el castillo, el clima era frio debido a que el otoño terminaba, pronto la nieve cubriría las montañas y los árboles de Baviera. La cena estaba preparada y Bluma, la ama de llaves, llamó a las habitaciones para que bajáramos. Al iniciar la cena un joven de la guardia llegó y avisó a mi padre que ‘‘él’’ había llegado, mi padre se levantó y fue a recibirlo, mientras Bluma colocaba otro juego de cubiertos le tomé del brazo y pregunté: -¿Qué sucede? ¿A quién recibe mi padre? -oh, señorita se trata del nuevo tutor de Dagna y Garin. -a... ¿Y para Gretchen? ella también necesita un tutor ¿no crees? -bueno, ella tiene dieciséis años y su padre cree que usted puede seguir instruyéndola. -claro Bluma, ya hablaré yo con él, gracias. Dagna y Garin eran mis hermanos menores, él tenía seis años y ella siete, ellos necesitaban un tutor, ya que mi madre me había instruido a mí de pequeña pero hacía cuatro años había muerto, y yo ya enseñaba a Gretchen, ella era una jovencita muy dulce, resultado de una relación fuera del matrimonio de mi tío, mi tía no quiso hacerse cargo de ella cuando su madre murió y él pidió a mi padre que le diera cabida en el castillo para que ella no creciera sola en un internado, mi padre aceptó con la condición de que si ella quería irse él no la detendría. Gretchen tenía ojos verdes y su cabello era de un tono rojo pero tenue, desde niña tuvo gran interés por el ballet, su madre había sido bailarina y ella lo había heredado,  mientras yo tocaba el piano ella mezclaba con el aire su frágil cuerpo, tenía un gran talento, pero solo lo hacía a solas, no le gustaba que nadie la viera aparte de mí, pero ella era feliz de esa manera así que nunca insistí en que tomara clases con un tutor de danza. Y las dos compartíamos eso, ya que yo solo tocaba el piano frente a ella; desde que murió mi madre las dos nos volvimos inseparables, pues la miraba también como mi hermana, ella llegó de ocho años al castillo y de inmediato me vio cómo de su familia, pues al igual que mi padre, mi cabello es castaño, a diferencia de mis hermanos que heredaron el cabello dorado de mi madre, y mis ojos azules, somos un poco parecidas ya que ella a veces actúa de la misma manera que yo, y nos identificamos por la pérdida de nuestras madres. Mi padre regresó, y tras él un joven de tez blanca, casi pálido, de cabello oscuro y ojos azules, levantó su rostro y me miró, intente sonreír pero no pude, sus ojos me habían dejado paralizada, él sonrió, todos nos levantamos de la mesa para saludar. -es más joven de lo que pensé- dijo Dagna. Mi padre rio un poco: -sí, lo sé pero fue el único que estuvo dispuesto a venir y vivir aquí. -¿en serio?- dijo Gretchen, mirándolo. -así es. -y… ¿Cuál es su nombre?- me dirigí a él. -soy Derrick Adler. -muy bien Derrick, este es el momento de la cena, cuando terminemos Bluma te mostrara tu habitación, mañana comenzara tu tarea, será por las mañanas, y tendrás la tarde libre. Puedes pasear por el castillo y el jardín, pero si sales al pueblo o al bosque tendrás que avisarme, porque la guardia es especial y no queremos que te desconozcan. -no se preocupe señor Dietrich, no tengo nada porque salir a menos que usted me lo pida. -muy bien, comencemos. Él era un joven alegre, todos estuvieron riendo durante la cena, incluso mi padre, y yo solo comía mirándolos, la cena acabó y cada quien subió a su habitación, dejé a Gretchen en la suya y me dirigí a la mía, caminé por el pasillo, no pude evitar ir al salón de mi madre, quería oler su perfume nuevamente, y tocar un poco el piano para ella, entré, todo estaba oscuro, encendí el candelabro pero la luz era muy tenue, a tientas alcance el piano, me senté y comencé a tocar algunas notas al azar, de pronto la puerta se abrió, me levanté en seguida, creí que era papá y que me mandaría  a mi cuarto porque era un poco tarde, pero no, era él, nos miramos por unos segundos y dijo: -¿Por qué has dejado de tocar? -ya es tarde- dije con una voz muy baja. Él se acercó a mí, jamás me había sentido más incómoda que en ese momento, jamás había estado sola con un hombre, y él me hacía sentir rara, como si mi cara estuviera ardiendo de vergüenza. -¿puedes tocar un poco más, para mí? -no puedo… -¿Por qué? -jamás he tocado para alguien más que para mi madre y mi prima. -ah… pero solo un poco, unas notas, te prometo que nadie lo sabrá… Por alguna extraña razón me sentía obligada a hacerlo, me senté de nuevo, comencé a tocar el piano suavemente, como si mamá estuviera allí, estaba tan concentrada en el piano  que no me di cuenta de que élhabía abierto las puertas que daban hacia el balcón, un aire helado entró, alcé la vista y él estaba mirándome, miré el piano pero no pude continuar tocando, me levanté, cerré el piano, miré hacia el balcón y el continuaba mirándome: -¿Por qué estás tan nerviosa? -e… es solo que… -¿Qué pasa? Él salió al balcón, y yo me quede mirándolo, no sabía que era lo que me pasaba pero el estar con él me provocaba miedo, pero por otra parte quería seguir mirándolo. -la lluvia esta por caer, sabes en el pueblo las montañas se ven tan lejanas y aquí están tan cerca que siento que si me esfuerzo un poco podré tocarlas. -¿Por qué dices eso? -es cierto, están muy cerca, ¿no las ves?… -hablo de la lluvia, ¿Por qué dices que lloverá si la luna está brillando? -ah… es solo que en el aire se siente, cada que el aire se vuelve más frio la lluvia está más cerca… ven acércate, desde aquí se mira todo el pueblo, bueno las luces… Camine lentamente hacia el balcón, hacía mucho tiempo que no estaba allí, recordaba los días en que mamá se sentaba a mirar los atardeceres que salpicaban con chispas escarlatas sus ojos, mientras yo la contemplaba. -¿es hermoso verdad? -por supuesto que lo es, recuerdo que cuando era niña, mi madre y yo jugábamos a unir las luces… -¿en serio? -si, en realidad los momentos junto a ella eran muy especiales, ya que ella siempre estaba enferma y cuando estaba así ella no quería que yo la viera, ella quería que yo creyera que era una mujer fuerte, y lo era, solo que a su manera. -siento mucho que ella ya no este contigo. -yo igual, pero eso no debe acomplejarme, trato de ser fuerte por ellos, por papá, por mí. -pero no es necesario, cada quien lleva su dolor consigo… -lo sé, pero pienso que si ellos me ven fuerte se sentirán menos mal. -comprendo, si yo tuviera hermanos también haría eso. No sabía porque le estaba diciendo todo aquello, él era un extraño, y además había llegado a enseñar a mis hermanos no a consolarme: -iré a dormir, ya es tarde, supongo que ya le mostraron su habitación. -así es, buenas noches Ava. -buenas noches. Salí del salón y me dirigí a mi alcoba, entré, cerré la puerta y ahí fue que me di cuenta de que en ningún momento yo le había dicho mi nombre, ni en la cena, ni en el salón ¿Cómo era entonces que lo sabía? Decidí dormir, ya mañana lo averiguaría. El día siguiente mientras Gretchen y yo estudiábamos un poco de la historia del país, un sonido recorrió el castillo, era un sonido hermoso, la lluvia, como Derrick lo había dicho, y ahora estaba ahí, nos levantamos y miramos por las ventanas, Derrick y los niños estaban en el jardín jugando con la lluvia: -siento envidia, un poco.- dijo Gretchen sonrojada. -¿en serio? -sí, se miran tan alegres. -lo sé, ¿quieres bajar? -en realidad sí, pero no quiero ensuciar mi vestido. -ni yo, pero bajemos tan siquiera a verlos. -sí. Bajamos a la mesa de té del castillo, Gretchen los observaba, veía en ella el deseo de correr y de gritar al igual que ellos, sin embargo se reprimía, al igual que yo, no podía ser que fuéramos tan tímidas, tomé a Gretchen del brazo y salí a la lluvia junto con ella, en segundos nos empapamos, ella me miró y en seguida corrió hacia donde estaban los niños, veía como jugaba con ellos y Derrick me observaba, lo miré pero en seguida volteé la vista hacia las montañas, me quedé mirándolas, se veían tan hermosas, como él había dicho tan cerca como para poder tocarlas, caminé un poco alejándome de ellos, miré un pequeño pájaro que había quedado atrapado en un árbol, lo tomé entre mis manos: -eres tan pequeñito- le dije. -así es… - me asuste muchísimo al creer que el pájaro me hablaba, pero era Derrick –perdón, no quería asustarte. -no importa- le dije mientras dejaba al pajarito dentro de un tronco seco – creí que estabas con mis hermanos. -se quedaron con Gretchen… -oh, ¿pero no estas enseñándoles? -sí, pero insistieron en bajar, ¿crees que hice mal? -no… yo también bajé con Gretchen. Hacía mucho que ellos no se veían como hoy… - ¿en serio? -sí, de hecho ni siquiera yo… -oye Ava ¿Por qué en esta casa hay tanta tristeza, es acaso por tu madre? -probablemente, somos una familia llena de tristezas… Le conté de mi familia, de Gretchen, hasta de la historia de Bluma, ella era la más afectada en nuestra casa, llego hacia cinco años cuando ella tenía veinte, pero parecía mayor, alguien la habían dejado fuera del castillo después de haber abusado de ella, estaba llena de tierra y también muy golpeada, papá la había ayudado, mientras que mamá la había enseñado a leer y escribir, desde entonces ella quiso hacerse cargo del castillo, en agradecimiento a ellos, más que una ama de llaves nosotros la veíamos como una hermana mayor. -me parece que tu familia es muy noble Ava… -así parece, pero dime ¿Cómo es que sabes mi nombre? -bueno a un joven de veinte años le encantan las historias… -tienes… ¿tienes veinte años?… -así es… -yo creí que eras mayor… como puedes estar tan preparado para enseñar a mis hermanos si solo tienes veinte años… -desde que cumplí siete años mi padre me envió a un internado, hace dos años me dejo volver a casa ya que él estaba muy enfermo, y murió hace un mes, yo le había prometido cuidar a mi madre, pero ella murió el día que tu padre bajo al pueblo a buscar un maestro, decidí venir aquí para olvidar todo eso, tu padre me hablo de su familia, incluso me hablo de Bluma, sé tu nombre porque era el de mi madre… -siento mucho lo que ha pasado… -no , no te preocupes, sé que mis padres tenían que irse algún día, y no creas que no los extraño, lo que pasa es que mi amor por ellos es algo frio, ya que viví tanto tiempo en el internado que jamás tuve tiempo de verlos, ellos jamás iban a verme y en el tiempo libre me mandaban de viaje a América con mis tíos… podría decirse que toda mi vida he estado solo, y llego al castillo y me encuentro rodeado de gente, me siento feliz aquí… -me alegra mucho… Así que por eso sabia mi nombre, en verdad él no se veía triste por la muerte de sus padres, mientras yo aún a veces lloraba por mi madre, como podía ser tan frio, pensaba yo. -¿estás bien? -sí. -bueno entremos al castillo, llevemos a los niños para que no se resfríen… Entramos al castillo, Bluma nos esperaba en la puerta con uno de sus gatos: -entren su padre está ya en el comedor. -pero Bluma estamos empapados- dijo Dagna. -pero… pueden ir y cambiarse rápidamente, su padre entenderá… iré a hablar con él. -gracias Bluma. Subimos a toda prisa, cuando iba bajando Derrick me estaba esperando en las escaleras: -sabes, tenemos la tarde libre ¿podrías mostrarme el castillo? -por supuesto…- a pesar de que estar con él me resultaba incomodo por alguna razón quería estar a su lado. Bajamos a comer, después subí a mi cuarto para peinarme ya que con la lluvia, mi cabello era un desastre. Terminé, abrí la puerta, salí y caminé por el pasillo, levanté la vista y miré a mamá en medio del pasillo, sonriente, como si me estuviera esperando, me quedé mirándola, no podía ser, ella estaba muerta, ¿qué hacia allí? Desapareció y me desvanecí. Desperté en los brazos de Derrick, quien me llevaba por las escaleras hacia mi alcoba acompañado de mi padre, me recostaron en mi cama, miraba a mi padre pero no podía hablar: -¿Qué pasa Ava? -aah…a… a… ma… mamá… -¿Qué pasa con tu madre? -¡la vi! La vi papá estaba en el pasillo. -¡Ava tu madre está muerta! -la vi, lo juro… -Ava, ya habías pasado por esto cuando eras más pequeña, pero ahora debes olvidarlo, Derrick por favor quédate con ella, trata de calmarla mientras traigo al doctor del pueblo… -claro señor Dietrich. Papá se marchó, sin creerme, y Derrick solo me miraba con lastima, estaba segura de que el también creía que estaba demente. -vete… -¿qué? -vete Derrick, eres la última persona que creería en mi… -Ava, comprende que para la mayoría de las personas es difícil creer lo que dices… -tienes que creerme, la vi, parada frente a mí, sonriéndome, como si me hubiera estado esperando. -¿y hablaron? -no lo recuerdo… Nos miramos unos instantes sin saber que decir, me sentía tonta con la situación: -¿crees que ella tenía algo que decirte? -¿qué? -existe la leyenda que dice que cuando un muerto regresa es para proteger a los suyos… -pero… ¿de qué habría de protegernos? -no lo sé Ava… ya sabes que en Baviera todo puede pasar… No entendí las palabras de Derrick en ese momento, tal vez porqueaún estaba aturdida por lo que había pasado, pero tenía que buscar a mamá, tenía el presentimiento de que algo pasaría y que solo en ella encontraría la respuesta. Papá regresó con el doctor y Bluma llegó llorandoy diciendo que Garin tenía fiebre, fuimos lo más rápido que pudimos a verle, estaba en su cama con la cara pálida y los ojos perdidos, desde ese día cayó enfermo, cada día se le veía máspálido, poco a poco sus labios se volvían más oscuros y sus ojos se apagaban, después de tres semanas en cama mi hermano murió, el castillo se llenó de dolor nuevamente, Dagna no quería ni bajar a comer, Gretchen se encerraba en su alcoba rezando y llorando, mientras papá, Bluma y yo nos repartíamos el tiempo velándolo cuando Derrick se quedaba dormido a su lado. El día de su funeral fue tan largo, todos estábamos tan tristes que ni siquiera el aire helado pudo impedirnos estar hasta el último segundo cerca de él, Bluma lloraba en el pecho de mi padre tan amargamente que no pudo voltear a ver cuándo bajaron su ataúd, Gretchen y Dagna cayeron de rodillas gritando que no lo bajaran, mientras Derrick y yo tratábamos de consolarlas, a lo lejos cerca de un árbol vi algo que se movía, era como una sombra, entre enun trance, por unos segundos no supe de mí , ni de nada a mi alrededor, solo escuchaba una voz suave, parecida a la voz de mi madre, diciéndome: ‘‘tienes que protegerlos’’ Desperté, todos me dijeron que me desmayé en el cementerio, mi padre estaba a  mi lado, con sus ojos hinchados de tanto llorar, con su mano fría sobre la mía: -¡Ava! ¿Estás bien? -si… solo estoy cansada papá… Ahora sabía lo que debía hacer, debía buscarla en su tumba para tener respuestas, pero mi padre nunca me dejaría ir sola hasta ahí, tenía que convencer a Derrick de acompañarme, tenía que saber que era lo que mi madre realmente deseaba que hiciera. Pasaron dos días en los cuales planeé como salir del castillo, hablé con Derrick sobre el asunto y aunque se opuso al principio decidió acompañarme para que no me pasara nada. Ese día mi padre nos reunió en el comedor: -he deseado que todos estén aquí… necesito informarles la decisión que he tomado… me hubiera gustado que Garin estuviera aquí, pero no lo hemos conseguido… sin embargo sabemos que donde quiera que esté el estará de acuerdo… hijas mías, Gretchen, señor Adler, he decidido tomar a Bluma por esposa… y espero que todos ustedes estén de acuerdo… nuestro casamiento será en una semana… Miré a Dagna, ella miraba tiernamente a mi padre. Pero sabíacómo se sentía por dentro, él estaba a punto de cambiar la imagen de mi madre por la de Bluma y ella estaba tan aferrada a su recuerdo que comenzó a llorar, me levanté, la llevé a su alcoba y le dije que jamás podrían borrar la imagen de nuestra madre, que Bluma era una buena persona y que ella solo trataba de ayudar a nuestro padre, que todo iba a estar bien y que no llorara más. La dejé dormida, bajé y encontré a Derrick en las escaleras: -¿tu cómo estás? -mi padre tiene derecho a ser feliz, así que yo no puedo impedirlo. Sonrió suavemente y regresamos a cenar. Salimos del castillo cuando la guardia estaba en la cena, corrimos hasta la entrada del cementerio, buscamos la morada de los Dietrich, donde yacían algunos de nuestros familiares y donde ya no había espacio para ninguno más, abrí la puerta y arroje la llave asustada por un relámpago del cielo, intentamos buscarla pero no la encontramos, necesitaba encontrar la tumba de mi madre, recorrimos los pasillos hasta llegar a donde estaba, ‘‘sería más fácil si estuviera junto a Garin’’ pensé, pero él estaba arriba y nosotros caminábamos a tientas mientras trataba de recordar donde estaba el candelabro, a tientas lo encontré, lo encendimos y en ese instante,como un sueño, ella estaba ahí, Derrick me miro asustado y yo lo miraba de la misma manera, ¿Cómo era posible eso? Ella estaba muerta, y ahora después de años la tenía frente a mí, olvidé por un instante las ganas de abrazarla que tenía cuando murió, olvidé también las noches que había llorado para volver a verla y ahora que estaba ante mí no quería acercarme a ella por temor a que se desvaneciera. Corrí hacia ella pero algo me detuvo antes de llegar y poder tocarla, una especie de fuerza me impedía acercármele, miré hacia donde estaba Derrick pero una ráfaga de aire nos elevó a las dos, estaba asustada, de pronto el aire se calmó ella se acercó a mí y me tomó de las manos: -Ava… te extraño tanto No podía hablarle de lo sorprendida que estaba: -regrese de las puertas de la muerte, debes poner atención a lo que te diré. Cada cincuenta años en Baviera se celebra el ‘‘Blutsauger Erwachen’’ las personas creen que solo es una tradición pero no es así Ava, debes proteger a tu familia, ese ser está muy cerca de ellos así que debes acabar con él… faltan solo 3 días… -pero madre, ¿Dónde está? -temo que eso no puedo decírtelo hija, pero está muy cerca de ellos, así que no permitas que les haga daño… mi tiempo aquí termino, debes realizar esto ahora por tu cuenta, tu corazón te guiará al ser maldito… adiós hija mía, se fuerte por favor… Se desvaneció, mientras yo estiraba mis manos para retenerla, el aire violento me devolvió al suelo, desperté a Derrick y salimos corriendo del cementerio, cuando estábamos cerca del castillo divisamos a los guardias, entonces caminamos más lentamente y respiramos profundo para recuperar el aliento, los guardias se acercaron a abrir las puertas: -buenas noches señorita, señor Adler, pasen. -buenas noches -deberían usar el carruaje señorita. -sí, pero estaban en la cena y no iba a tardar mucho así que decidimos bajar al pueblo caminando… -estamos para servirle. -buenas noches. -buenas noches. Entramos al castillo, intentamos hacer el menor ruido posible, fuimos al salón de mamá para hablar de lo que había sucedido, le dije a Derrick de lo que me había hablado mi madre: - ¿Blutsauger Erwachen? ¿El… el despertar del vampiro? -sí, ella me dijo que todos lo veían como una celebración, pero que en verdad esa  noche despierta un vampiro, esto es real… -pero Ava, solo es una tradición. -no, tu dijiste que en Baviera cualquier cosa podía pasar, ella me lo aseguro, volvió para advertírmelo, así que debe ser verdad, pero debo saber quién es el siguiente en la tradición sino como podre protegerlos… -seguro deben tener un registro de esto en algún lugar. -si, en el salón de mi padre, ahí hay muchos registros, revisémoslos… -pero, ¿cómo entraremos ahí? -tiene dos puertas, una está en la alcoba de papá y la otra en desde el salón de estudio, entremos desde ahí, lleva el candelabro. Subimos al salón de estudio, era tarde, cerca de la media noche, entramos y Derrick encendió el candelabro, buscamos la puerta, entramos tratando de no hacer mucho ruido, de seguro ya todos dormían y mi padre me mandaría a mi cuarto en seguida,  la luz del candelabro era muy tenue, apenas alcanzábamos a ver las altas columnas de libros sobre las mesas y los estantes a punto de estallar con tantos libros y papeles, Derrick encontró un registro de la ciudad buscamos sus tradiciones, encontramos el ‘‘Blutsauger Erwachen’’ este provenía de una familia antigua que había llegado a Baviera de Polonia a refugiarse de la Guerra de Sucesión, donde no solo se quería destruir al gobierno sino a todos los demonios de la familia Sutermeister, donde cada cincuenta años uno de los miembros se volvía vampiro, por mucho tiempo fueron perseguidos, habían quemado a todos los miembros, pero la hija mayor había huido del pueblo y no se sabía nada de ella, ese apellido me parecía tan familiar, en algún lugar lo había escuchado pero no sabía dónde, un ruido nos estremeció hasta helarnos la espalda: -ven…Berit pequeño ven… Bluma nos miró: -¿Qué hacen aquí? su padre estaba tan preocupado, de que hubiera pasado algo… -¿Por qué dices eso Bluma? -fue a revisar las alcobas y no le encontró, pero ya le encontré y está con Derrick el cuida de usted, así que su padre no debe preocuparse ¿cierto? -así es, solo subimos a asegurarnos de que la clase de las chicas mañana sea la correcta. -el pequeño Berit me guio hacia ustedes, vamos a dormir todos ya. Derrick escondió el registro bajo su saco, salimos y cada uno fue a su habitación, en la mañana continuaríamos. Desperté, bajé al comedor con la familia, estaba demasiado ansiosa por seguir revisando los registros pero aún faltaba la clase de Dagna y Gretchen así que debíamos esperar. Cuando las niñas subieron, Derrick y yo nos quedamos en el salón, colocó el registro en la mesa y comenzamos a leerlo, había imágenes de vampiros antiguos y de seres que no parecían humanos, con cada hoja que dejábamos atrás me recorrían por el cuerpo escalofríos terribles, Sutermeister, ese apellido me parecía tan cercano, pero no sabía por qué, Bluma llego corriendo: -Dagna se ha desmayado… vengan conmigo. -vamos-dijo Derrick. Llegamos al pasillo que daba al salón de mamá, mi padre tenía a Dagna entre sus brazos, la levantó y la llevó a su habitación, comencé a llorar temiendo que algo pudiera pasarle, algo como a Garin, me sentía tan desesperada, Derrick trajo al doctor, todos estábamos en el pasillo esperando que papá y el doctor salieran a decirnos algo, Derrick me llevó al salón de estudio: -Ava cálmate, Dagna estará bien… -No quiero que suceda lo mismo Derrick… Lo abrace, no podía controlar mi llanto, solo podía imaginar a mi hermana sobre un ataúd al igual que Garin, ¿Qué estaba pasado? ¡Maldición! No podía entender qué demonios pasaba con mi familia, porque estaba tan maldita, mamá murió enferma, Garin murió enfermo, y ahora la pequeña Dagna estaba enferma y con todo lo del despertar del vampiro mis nervios no soportaron, me desvanecí, cuando desperté Dagna estaba a mi lado, como velando mi sueño, me levanté, la tomé de las manos y juré que la protegería siempre. El doctor había dicho que Dagna debía comer mejor, estaba a punto de caer en anemia y su sangre estaba muy débil, me alegre tanto de saber que ella estaría bien, ese día fue el último de luz, después el sol de escondió y no volvió hasta la primavera, al atardecer Derrick y yo paseamos por el castillo tratando de encontrar una manera para descubrir al vampiro, faltaba un día menos y aun no teníamos ni idea de dónde buscar, todo parecía como un sueño, una historia de fantasía, quería saber cómo terminar con ella, pero si le decía a papá me diría demente o se burlaría de mí, llegamos a la torre del castillo, desde donde se veía todo, ese atardecer se llevaba con el mi espíritu, desee jamás haber ido al cementerio, pero no había más que hacer, debía protegerlos. -¿estás bien? -no lo sé… estoy asustada con todo lo que ha pasado… -comprendo, pero no debes temer, yo te cuidare siempre, debes confiar en ti, pronto sabremos quién es. -espero que sea lo antes posible… Derrick me miraba tiernamente, pero yo no podía corresponder su mirada por todo el miedo que había en mí, me tomó de la mano, sonrió dulcemente y me regalo un abrazo, volvimos al castillo para la cena de compromiso de mi padre y Bluma, el castillo tenía velas por doquier y los carruajes llegaban uno tras otro, los amigos, la familia, la gente conocida y querida por mi padre estaban allí, entramos al castillo, Gretchen y Dagna estaban  en las escaleras, subí a mi habitación para recogerme el cabello, cuando bajé, mi padre anunciaba su compromiso, todos aplaudían mientras la mirada de Derrick llegaba a mí y volvía hacia Bluma, esas palabras estaban tan huecas en mi cabeza que se repitieron por segundos: ‘‘la señorita Bluma Sutermeister’’ ¡no era posible! ¡Era ella! ella sería la próxima, miré a Derrick con ganas de gritarle, el corrió hacia a mí y nos alejamos al pasillo, lejos se escuchaba el murmullo: -no puedo creerlo… -ni yo. Nos mirábamos aterrados, mi padre estaba a punto de casarse con el demonio mismo, no sabía qué hacer, si se lo decía no iba a creerme: -¿Qué haremos? -¿cómo se destruye esta cosa Derrick? ¿Qué decía el registro de cómo acabar con él? -se debía clavar una estaca de plata en su pecho, y después rociarlo con agua bendita que actuaría como un generador de fuego para incinerarle. -¿Cómo conseguiremos eso? -puedo ir al monasterio que está cerca, ahí debe haber agua bendita… -claro, mi padre guarda estacas en el salón de armas, debe haber una, están en su escritorio, pero tiene llave, debemos entrar ahí… ahora… Dentro de mí había un miedo terrible, pero mi deber de proteger a mi familia podía más contra eso, Derrick se fue en un caballo hasta el monasterio, mientras yo regresaba a la fiesta para que nadie sospechara: -¿dónde está Derrick?- pregunto Gretchen. -quizá con una de las invitadas- le dije. -Ava, ¿cómo puedes decir eso? ¿Él no es tu…? -no, él no es nada mío, es libre de hacer lo que mejor le convenga… -pero, yo los vi, abrazados. -eso no significa que seamos algo, Gretchen no debes espiar a los demás, ¿Dónde está Dagna? -jugando con Elinor… Ava si tú y Derrick no están juntos ¿crees que él pueda fijarse en mí? Gretchen me miraba con tanta dulzura que me hiso entristecer, era obvio que entre Derrick y yo había algo, lo sabía, lo veía en sus ojos y lo sentía cada vez que lo tenía cerca, estaba enamorada, aunque nunca había experimentado ese sentimiento, sabía que no era solo un cariño vacío: -él es mayor… -mi madre era quince años menor que mi padre, eso no es imposible, dime la verdad Ava, eres como mi hermana así que no me mientas, ¿lo amas? Me miraba a los ojos, tratando de encontrar una respuesta a mí silencio, suspire, no podía permitir verla sufrir, la abrace: -si… Divise a Derrick entre las personas y corrí hacia él, mientras Gretchen nos observaba de lejos, llevé a Derrick del brazo hacia ella y le dije: -haría lo que fuera por ti, lo sabes bien, podría dejar que mi felicidad pase enfrente mío si así lo quieres… Ella sonrió, me tomó de la mano y me dijo al oído: -sabes, ustedes hacen linda pareja, tienes derecho a ser feliz… yo encontrare un hombre algún día también, pero no será ahora, soy demasiado joven… Me regalo una de sus sonrisas comprensivas y fue a donde Dagna, jalé del brazo a Derrick llevándolo hacia el salón de armas, entramos. -¿la conseguiste? -solo un poco así que no debemos desperdiciarla, ¿Dónde está el escritorio? -sígueme… A tientas alcance el candelabro, lo encendí y busqué el escritorio, había tantas telarañas, lo encontramos y como lo supuse estaba cerrado con llave, Derrick miró en derredor y tomó un hacha, retrocedí unos paso y él golpeo el escritorio con fuerza hasta que lo rompió totalmente, miramos las estacas, una estaba reluciente, tanto que con el reflejo del candelabro parecía derretirse, era de plata, la tomamos y salimos de prisa, llevamos todo a mi habitación y volvimos a la fiesta para que no sospecharan, cuando volvimos todos estaban divirtiéndose, papá y sus amigos brindaban y Bluma solo los observaba, no me parecía que ella estuviera enterada de eso, quizá la posesión de su cuerpo ni siquiera ella la sabia, la destrucción del vampiro debía ser el día de la ceremonia a la media noche, tan solo me quedaba un día y mi temor estaba aumentando cada vez más, el tener que enfrentar esto me hacía desvariar, necesitaba mucha valentía para hacerlo, debía estar lista para todo, aunque eso significara convertirme en una asesina. El día siguiente era el último, Derrick fue a mi encuentro después de la clase de Dagna, lo miré, como si hubiera pasado una eternidad, me abrazo, me miró a los ojos y me dijo: -te amo, y no dejare que te pase nada, siempre estaré a tu lado luchando por ti y contigo, sé que no tengo mucho que ofrecerte y que no podría darte el trato de un castillo, pero mi amor es inmenso y… -con eso me basta… con tu amor y tu compañía… Nos abrazamos y mi valentía aumentaba, estaba feliz porque Derrick estaba conmigo, pero también tenía miedo de no volver a verlo, solo teníamos una oportunidad para acabar con ese monstruo y si fallábamos uno de los dos podría morir, o uno de mi familia.  Ese día hubo una fuerte tormenta, el sonido de la lluvia recorría el castillo constantemente, los relámpagos azotaban las ventanas, como poseída me acerqué a una, miré a través de ella, entre la lluvia divisé a alguien que se acercaba a la puerta que conducía al sótano, era Bluma, observé como se deshacía de Berit, y era cierto no había vuelto a ver a Nevin, había asesinado a sus propios gatos, estaba absorta ante aquella escena que se dibujaba en mi mente imaginándola arrancándole la vida a esos pobres animales, entonces no era tan inocente, ella lo sabía ¡lo sabía perfectamente la muy desdichada! Me llené de ira y me juré que acabaría con ella llegando la media noche, nopermitiría que hiciera daño a nadie más. Esperaba ansiosa que llegara media noche para terminar con todo de una vez, llevé a Dagna a su cuarto y después a Gretchen, las había dejado con llave para que ese demonio no pudiera hacerles daño, Derrick y yo subimos al salón de mi madre y nos quedamos ahí a esperar, faltaba un cuarto para las doce y solo nos mirábamos sobre el fuego del candelabro, de pronto la lluvia calló, escuchamos pasos, Derrick tomo la estaca, yo tenía el agua así que tomé el candelabro para averiguar que ocurría, salimos del salón, alguien corría por el pasillo, seguimos el ruido, nos llevó cerca de la habitación de Dagna, Derrick se asomó un poco, volteo hacia mí con terror: -la puerta está abierta… -vamos… Lentamente nos movimos, la luz del candelabro se hacía tenue mientras nos acercábamos, entramos a la habitación, ese demonio estaba sentado junto a mi hermana, mientras le acariciaba el cabello, me llené de ira, le grité mientras le golpeaba con el candelabro en la cabeza: -¡suéltale! ¡No volverás a tocarla! -Ava… -grito Dagna, mientras saltaba hacia mí en la oscuridad. El candelabro se apagó, Bluma se había convertido ya en ese monstruo, sus ojos llameantes me miraban con odio, se levantó, su estatura era superior a dos metros, un rayo ilumino la habitación, la miré, sus labios estaban abiertos mientras exhalaba, su cuerpo estaba desnudo y su piel estaba mortalmente pálida, Dagna se escondió detrás de mí: -¡no podrás hacer nada, la maldición está de regreso!- gritó Bluma. -acabaré contigo- le dijo Derrick mientras corría hacia ella con la estaca en su mano. Ella lo esquivó con su brazo, su fuerza era increíble, papá llegó corriendo con un candelabro: -¿quéestá sucediendo? - Blutsauger Erwachen- le dije mientras veía a Derrick en el suelo. Papá miró a Bluma: -eso no es posible… -asesino a Berit y a Nevin, y estoy segura de que llegamos a tiempo a la habitación de Dagna, -¡jajaja!- Bluma se burlaba de nosotros, mientras sus ojos parecían a punto de arder –ninguno de ustedes escapara… jajaja – salió volando por la ventana, pero seguía observándonos Tomé a Dagna del brazo y corrí mientras papá abría la puerta de Gretchen: -llévalas al sótano padre, yo y Derrick intentaremos seguirla… Regresé por Derrick, estaba sangrando, se levantó con torpeza, me abrazó y dijo: -¿Dónde está? -salió volando… Corrimos hacia la ventana, Bluma vigilaba a papá y a las niñas desde lo alto, nos miró y se aproximó a nosotros, tomé a Derrick del brazo y bajamos corriendo, mientras ella volaba tras nosotros, llegamos al salón principal, todo estaba iluminado, una ráfaga de aire nos encerró, ella la estaba provocando, se detuvo, nos miraba mientras sus colmillos nos sonreían: -¿Cómo esperas vencerme si tienes tanto miedo? Nuestros ojos chocaban, estoy segura de que la miraba con el mismo odio que ella a mí, tenía la estaca en mi mano, corrí hacia ella con la vaga ilusión de poder atravesarla, me arrojó a la puerta, esta se abrió, afuera llovía nuevamente, los guardias corrieron a levantarme, en cuanto la vieron retrocedieron y se fueron huyendo, me levanté, el coraje dentro de mí era más fuerte que el dolor, Derrick le lanzó una estatua, la golpeó en el costado y ella se dio vuelta, intente correr hacia ella pero no tenía la estaca, la busqué, estaba cerca del marco de la puerta, pero si me acercaba se volvería, Derrick lanzó otra estatua pero la esquivó, se acercó a él y lo tomó por el cuello: -¡esta noche morirás! Aproveché y tomé la estaca, me acerqué un poco a la puerta, mientras veía a Derrick volar por el aire hacia el jardín: -¡no! ¡Maldita! Ella seguía riéndose, baje la escalinata y corrí hacia el jardín, Derrick estaba inconsciente, lo moví, pero no hubo respuesta, Bluma me tomó por el cabello y me arrojó a un árbol cercano, me quebré la muñeca derecha y no era muy buena usando la mano izquierda, la estaca estaba lejos de mí y ella cada vez se acercaba más, se burló de mí, sínicamente me tomó del cuello y me levantó por el aire, con la mano que podía mover intentaba zafarme, estaba perdiendo el aire, por más que luchaba no lograba que me soltara, la patee, pero no se inmutó, seguía riéndose: -¿sabes por qué Garin está muerto Ava? La miré con desprecio, mientras mi mente estaba a punto de encontrar esa maldita respuesta: -jajaja, así es, yo tome toda la sangre de su cuerpo, ¡gracias a él sigo viva! De pronto sus ojos se apagaron, sangre salto de su boca llenándome la cara, papá estaba detrás de ella, la había atravesado con la estaca, me soltó, caí al suelo, como pude desaté el agua bendita de mi cintura, papá la tomó y antes de que pudiera rociarla ella se levantó: -¡no has acabado conmigo! Bluma arrojó a mi padre al suelo, pero estaba aturdida por el golpe y cayó nuevamente, su cuerpo estaba tornándose negro, corrí a un lado de papá, el frasco aún estaba cerrado: -¡hazlo Ava ahora! Miré a ese monstruo con recelo después de lo que había confesado, no tenía perdón, no podía permitirle causarmás daño, tomé el frasco y lo abrí, papá se levantóytomo una piedra, Bluma intento pararse pero él no lo permitió, le lanzó la piedra ahondando más la estaca, vertí el agua en su cuerpo, lanzó un alarido espantoso mientras se arrastraba y gemía, su cuerpo estaba despedazándose, se convirtió en ceniza, una fina capa de humo volaba entre la lluvia, papá me abrazo, mis lágrimas estaban lavándome la sangre al igual que la lluvia, pero finalmente todo había terminado, papá fue por las niñas al sótano y yo levanté a Derrick como pude, los guardias que habían estado observando todo desde lejos regresaron a ayudarme, desperté a medio día. Gretchen me acariciaba la mejilla, no sabía que había pasado después de que subimos al castillo: -¿estás bien? -¿Dónde está papá? ¿Derrick y Dagna? -cálmate, tío está en el pueblo iba a asegurarse de que no haya más descendientes de la familia de Bluma… -pero… ¿Quién fue con él? -la guardia, fue en el carruaje, no te preocupes Ava mejor come un poco, Derrick y Dagna están en el jardín, fueron por flores para ti… Después de comer, bajamos al jardín y permanecimos todos juntos en la mesa de té, lloviznaba un poco, pero el día era hermoso, en el aire había un olor a pureza tan profundo que todos sonreíamos, papá volvió, nos dijo que en los registros del país no había más de esa familia, estaba esperando la carta de uno de sus amigos de Varsovia para asegurarse de que en Polonia tampoco había alguien más. Los días pasaban haciéndose másfríos cada vez, Gretchen y yo estudiando, ella bailaba y yo tocando el piano como siempre, mientrasDagna se interesaba por el canto, Derricky yo dábamos paseos que se volvían eternos por todo el castillo, subíamos a la torre más alta y esperábamos el anochecer, nos casamos cinco años después, como era de esperarse, tuvimos dos niños, Ava y Garin, hoy después de casi cincuenta años puedo decir que moriría feliz, porque sé que ellos no se enfrentaran al‘‘Blutsauger Erwachen’’ ahora podemos decir que ese día es solo de celebración. Fin.
Estaba harta, cansada, enojada, con esa vida, no encontraba un solo motivo para seguir allí, desde que mis padres me habían recluido en aquel colegio solo me la pasaba esperando el día en que pudiera salir o escapar de ahí, lo había intentado tres veces ya,  tenía que derrumbar esa enorme muralla que lo rodeaba, pero ¿cómo? a veces el hecho de pensar en salir me parecía absurdo, inútil, imposible. Mis ''amigas'' tenían sus tontas reuniones llenas de maquillaje y platicas de chicos que ninguna podía tener cerca, era un colegio de chicas, éramos 6 en aquella alcoba, todas eran una princesas mientras yo entre ellas me sentía un bicho raro, por más que intentaba ver el lado bueno de estar en ese lugar y justamente con esas mujercitas, no podía, me volvían loca, sus risas, sus canciones, sus maneras de secretearse mientras yo me hacia la dormida para no tener que hablar con ellas.  Caitlin era la única que me parecía agradable, igual a mí, era una chica muy seria, usaba anteojos, era muy delgada y frágil, al menos eso me parecía a mí, era muy inteligente y por lo que se veía le gustaba mucho estar ahí con esas monjas que nos enseñaban a rezar y mas tonterías, probablemente era religiosa ya que cada mañana y cada noche la veía arrodillada, yo creo en Dios, sin embargo es a mi manera, ella, de una tez muy blanca y ojos azules, con el cabello oscuro, parecía una muñequita de porcelana.  Otra de ellas era Alessia la artista del grupo, todo el tiempo cantaba y cantaba, era lindo su canto, pero me tenían harta sus mismas canciones, bueno y no la culpaba en aquel lugar era difícil escuchar otra melodía que la de monjas, ni siquiera podíamos salir a los jardines sin sentirnos vigiladas, como las demás tenía el cabello rubio y los ojos verdes, la imagen de chica americana y perfecta, Phoenix y Phyllis, eran gemelas, una era muy activa mientras que la otra disfrutaba mucho de dormir, podría decir que en ellas se diferenciarían el bien y el mal, pero las dos eran iguales en el sentido de que siempre estaban juntas, inseparables completamente, a pesar de sus estúpidas peleas por labiales y arreglos del cabello; y nos queda Venus, por su nombre se supone que debería ser la más hermosa de todas, pero no era así, ella era presumida, aun mas que Alessia podría decir, pero no tenía algo en sí que presumir, no me parecía agradable en lo más mínimo. A diferencia de ellas, yo no era una princesa, no lo era porque no me sentía así, ¿cómo podría decir que era una princesa si ni mis padres me querían cerca de ellos? les estorbaba, eso era más que claro, era diferente, demasiado diferente, mi cabello negro, antes rubio, que había teñido para no parecer una muñeca, mis ojos grises, que todos los días tenían dos líneas negras también, supongo que eso era lo diferente, me gustaba la oscuridad, si por las noches había una luz, por más pequeña que fuera, no podía dormir, y mis compañeras eran demasiado molestas, siempre con la luz encendida, hablando y hablando y... hablando. Todo me hacia diferente, ellas estaban tan felices dentro de ese lugar y yo solo parecía estar gritando tan fuerte, me sentía perdida en un lugar donde ni siquiera podía disfrutar de un día nublado o ver las montañas, o un lago, no había  nada interesante, ni algo con que pudiera distraerme de esas estúpidas clases donde me sentía excluida por mí, las monjas se esforzaban en verdad por enseñarme pero eso no me importaba, a nadie le importaba tampoco, nadie se interesaba en cómo me sentía con todo aquello. Los días seguían pasando, con su extraña melancolía, y yo seguía igual o peor por no poder salir de allí, un día estaba en la biblioteca, pensando en una nueva manera para escapar, necesitaba una cuerda muy larga, la muralla tenía más de cinco metros, los guardias de afuera custodiaban como dragones el colegio, debía ser muy inteligente, pensaba en una noche, escabullirme por los pasillos mientras todas dormían, salir al jardín perderme entre la belladona que había crecido demasiado, en ese lugar no había mucha luz, era perfecto para este plan, ahora sí, estaba segura, completamente segura de que no podía fallar, me había hecho amiga del viejo conserje y sabia donde guardaba los picos para escalar, solo necesitaba robarle uno mientras estaba descansando, estaba todo preparado, ahora si, por fin saldría. La noche siguiente, antes de llevar una limonada al conserje, escondí la cuerda y una mochila entre la belladona, era media noche, entré al lugar donde descansaba a diario, dejé la limonada y le sonreí, él creyó que era la sonrisa de siempre, pero para mí era como un grito a la libertad que en unos momentos sentiría por fin, comenzaba mi exilio de la vida real, recluyéndome a una vida sin raíces ni finales, él se quedó descansando, mientras yo entraba al cuarto de herramientas, encontré los picos y salí corriendo de felicidad. Entre la belladona estaba frio, como si nunca llegase la luz de sol, era tan perfecto ese momento, amarré bien el pico y la cuerda, me retiré un poco de la pared y con todas mis fuerzas lancé la cuerda, la miré  mientras iba en el aire, a esa hora todos dormían, nadie se acercaba al lugar de la belladona, porque pensaban que era venenosa, así que estaba completamente sola, o al menos eso creía, el pico llego a la cima, estiré muy fuerte para asegurarme de que no se aflojara para no caer, tomé mi mochila y comencé a subir, era más sencillo de lo que me había imaginado, en mi cara una gran sonrisa se dibujaba, una voz me heló la espalda al creer que una de las monjas estaba viéndome: -¿Qué haces? Voltee y ahí, tan tímida, estaba Caitlin: -me voy- contesté, mientras seguía subiendo, llegué arriba, mi mente me decía que era libre, me paré sobre la muralla y escuché un grito desesperado: -¡Lorainne! Sabía que ella había gritado, pero no quería escucharla, la miré por última vez mientras ella corría hacia la belladona, su cara parecía extraña, no sabía si me pedía a gritos con sus ojos que la llevara conmigo o solamente me pedía que regresara, me apresuré, jalé la cuerda lo más rápido que pude, salté al árbol que había afuera y bajé despacio, no había nadie donde estaba  ahora, solamente el cielo y el horizonte acompañándome, de mi mochila saqué ropa de hombre, la cual había robado al conserje, al menos así nadie me descubriría, corrí muy fuerte, corrí tan ligera que pude disfrutar el viento rozando mi cara, llegué al lugar donde me había dejado el autobús, estaba segura de que pronto podría subir a uno y perderme, recorriendo los más bellos lugares de muchas ciudades, estaba tan feliz, sentía que el viento podría levantarme y llevarme lejos de ahí. A lo lejos observé algo, la luz de una lámpara, en otro momento pudo haberme hecho sentir sofocada, pero era muy cálido ya que la noche comenzaba a ponerse fría, no me molestaba para nada, una mujer se acercó a donde había una pequeña banca, se sentó, me acerqué, pues pensaba que  el autobús se detendría allí, saludé, pero la mujer no me contestó, ni siquiera hizo un intento por mirarme, no me importó, mi felicidad no iba a ser aturdida por una persona amargada. Por fin el autobús llegó, era el 130 ruta Montreal, lo anoté en mi diario, mis manos parecían congelarse; la mujer subió primero, coloqué la tarjeta que había escondido hacia mucho, pensando en el día que escapara, el aparato sonó, todos en el autobús me vieron, me sentía observada, pero no hice caso, me senté al fondo del autobús, las cortinas eran muy pesadas, pero pude descorrerlas, todos me miraron nuevamente, ¿Por qué les parecía tan raro?¿A caso jamás habían visto a una chica de 17 años descorrer las cortinas? esa gente era extraña, el autobús arrancó y me aventuré en espera de lo que viniera. Las estrellas se veían tan hermosas por esa ventana, me emocionaba tanto verlas, soñando aun el cuento de mi abuela que decía que cada una de ellas era un ángel cuidándonos, aunque yo sabía que solo eran un montón de polvo cósmico quemándose a cientos de miles de kilómetros de mi, pero no me importaba, eran hermosas y me bastaba con saber que era tan libre como ellas. El primer lugar al que llegamos era una pequeña ciudad, estaba todo tan tranquilo ahí, había una enorme estatua de una persona, de inmediato me llamó la atención, tenía un color tan puro, hasta pensé que podría tocarla y estaría helada, después recorrimos largos pastizales con muchísimas flores rojas, azules y amarillas, que apenas se distinguían, eran tan hermosas, a esto me refería cuando me quejaba de no ver algo hermoso en aquel lugar, el cielo se veía tan bello, con unas cuantas nubes que le acompañaban, hubo un lugar en el que me hubiera gustado recostarme, en uno de eso pastizales había un árbol en el centro, parecía estar muriendo, como yo lo había estado hace tan poco tiempo, en soledad, triste y sin vida, sin una sola hojas que le acompañara, si pudiera habría bajado del autobús a hacerle compañía, lo único que hice fue soñar con el día en que volviera a ver ese árbol lleno de vida, con sus hojas y flores al viento disfrutando de vivir. Después había un bosque, todos los arboles eran enormes, a diferencia de aquel pobre solitario, todos tenían un amigo; había un puente, cuando estuvimos en la cima, miré las copas de los arboles tornándose rojas y amarillas, en medio de la niebla, todo era tan perfecto, aquel puente podría decirse que nos llevaba hacia las estrellas, pero no era así, nos llevó a un parque, donde imaginé familias jugando, y a una nueva parada, donde un joven se sentó junto a mí y colocó su mochila sobre mis piernas, parecía que fuéramos amigos, pues poco a poco comenzó a quedarse dormido y se recostó en mi hombro, al principio me incomodaba, pero lentamente me acostumbre a su presencia ahí. Miré el reloj de ese joven, eran casi las cinco, el sol comenzaba a cansarse de dormir y pronto saldría, la luz opaca de la luna surcaba las nubes, y yo estaba tan fascinada de estar tan lejos de aquel lugar, por un momento mis compañeras llegaron a mi mente, no me arrepentía de haber salido por fin, de cualquier manera ni siquiera se darían cuenta, era tan seria y tan tímida que jamás notaban si estaba presente o no, solo Caitlin lo sabía y quizá solo ella me extrañaría, y yo la recordaba también pero ella estaba mejor sin mí, aunque hubiéramos sido amigas no la traería conmigo, esta aventura solo era mía. A las seis paró el autobús en una ciudad enorme, veía edificios por todas partes, las luces en verdad eran hermosas, me gustaba observar como las lámparas de las calles bañaban de luz aquellos oscuros rincones, sobretodo donde había pequeños restos de vidrio, era como un sueño, brillaban a lo lejos como si fueran estrellas perdidas, ­mis ojos se querían llenar de lagrimas al recordar que estaba sola, en algún lugar del país y con un desconocido durmiendo profundamente en mi hombro, pero no lloraría, no ahora que era tan feliz, el chofer anunció que podíamos bajar al almacén que estaba cerca, nos daría quince minutos para comprar algo de comida e ir al baño, el chico junto a mi despertó en seguida y bajo de prisa, coloqué su mochila en su lugar y bajé también, corrí al baño, había dos personas ahí, espere a que salieran y entré, cuando salí casi todos estaban subiendo al autobús, entré al almacén y tomé unas papas y una soda, las coloqué en la registradora pero la chica se pintaba las uñas y no me hacía caso, estaba desesperada, el autobús estaba a punto de partir y a ella no le importaba, saqué algunas monedas que tenia y salí corriendo, subí al autobús y el chofer cerró la puerta, miré mi asiento y ese chico ahora estaba sentado en el, al menos tenía su mochila en sus piernas para que yo subiera, desde ahí pude ver como la chica del almacén solo miraba las monedas, esperaba que fuera suficiente para pagar, pero ella tenía la culpa por no atenderme, el chico miraba por la ventana, mientras yo quería asomarme aunque fuera un poco, pero me pareció que le incomodaba así que mejor comencé a comer, hacia mucho que no comía papas fritas, casi un año, eran deliciosas, tal como lo recordaba, las últimas vacaciones en casa de mis padres habían tenido una fiesta y había muchas papas, comí hasta hartarme de ellas, pero en el colegio no había y ya las extrañaba, terminé de comer, poco a poco comenzaba a salir el sol, se veía hermoso el cielo y el horizonte, rojos, como si una acuarela hubiera pasado torpemente pintando un lienzo hermoso: -es fantástico- dije, creyendo que aquel chico me contestaría, pero me di cuenta de que se había quedado dormido, ¿Quién podía dormir si tenía todo ese paisaje ante sus ojos? Era un tonto, no sabía valorar la naturaleza, si  él hubiera pasado tanto tiempo en un colegio donde te sentías observado día y noche, en verdad sabría lo hermoso que era todo aquello. Sentía curiosidad por saber más acerca de él, pero estaba dormido, vi su mochila, estaba abierta, había una pequeña caja, la tomé con mucho cuidado para que no despertara, la abrí y comenzó a sonar una linda melodía, era una caja musical, de esas que tienen una bailarina y se mueve cada que la abres, el chico se movió, guardé de inmediato en mi mochila la caja y fingí estar durmiendo, la regresaría a su lugar tan pronto el volviera a dormirse, mantuve cerrados los ojos casi quince minutos esperando que él respirara más profundamente. Por fin se quedó dormido nuevamente, abrí los ojos, la ventana estaba sudando por el clima frio de afuera y la calefacción, saqué la pequeña caja, había un papel en ella, decía: ‘‘Lena’’ seguro era su novia, sonreí, a mi me hubiera gustado tener una de estas cajas, y más si mis padres me la regalaran, pero ahora ni siquiera podía pedírselas, estaba lejos de casa rumbo a Montreal, y ellos estaban en Atlanta, creyéndome dormida en el colegio de Rhode Island, al menos esto me hacia feliz, levanté la mirada y desde allí pude distinguir un gran camión que se dirigía directo al autobús, me levanté: -¡deténgase! ¡Se estrellará!- grité con todas mis fuerzas. El chofer hizo algunas maniobras, el autobús quedó atravesado en la carretera y veía ante mí a aquel gran camión tratando de frenar, lentamente sentí que caía, tenia sueño, pero no dejaba de caer. Abrí los ojos, grité, miré a todos lados, ¡estaba viva! -cálmate, llamaré a la enfermera- su voz me parecía tan hueca, pero estaba segura de que era Caitlin,  ¿Qué hacia ella ahí? ¿Cómo me había encontrado? La enfermera llegó, entonces estaba en un hospital: -¿Dónde están todos? -tus padres llegaran pronto Lorainne. -¿mis padres? ¿Quién llamó a mis padres? -tuvimos que llamarlos, el golpe que recibiste en la cabeza fue muy fuerte, los doctores pensaban que quedarías en estado vegetal.- dijo la enfermera. -¿solo me golpeé la cabeza? creí que moriría en ese accidente. -no intentes escapar de nuevo- dijo Caitlin –me asuste muchísimo, creí que morirías. -¿de qué estás hablando? ¿Dónde están todos los pasajeros? Caitlin y la enfermera se miraron confundidas: -¿de qué pasajeros estás hablando? -del autobús donde iba cuando escape ¿de qué más? -Lorainne, creo que eso fue un sueño, te caíste, ¿lo recuerdas? -¿qué? No me caí, salí de ahí, subí a un autobús, lo escribí en mi diario. -no es así, la cuerda se rompió y caíste de espaldas, la belladona amortiguo tu caída, pero aun así estabas inconsciente. -¡eso no es verdad! Yo estaba en ese autobús, era el numero 130, la ruta era hacia… hacia Montreal, un camión se estrello con él, ¡es cierto! ¡Lo juro! -¡Lorainne! ¿Estás bien?- mamá llego abrazándome. -¡mi pequeña!- dijo papá -sentimos llegar tan tarde, estábamos en Montreal y al avisarnos en seguida manejamos hasta aquí, pero un camión se estrello con un autobús y el tráfico era muy lento. Una vez más Caitlin y la enfermera se miraron, pero esta vez con terror: -eso no es posible- dijo Caitlin, tomó su rosario y comenzó a rezar. -¿Qué pasa?- dijo mamá. -ella acaba de decir que tuvo un accidente en ese autobús, que ella iba en ese autobús ¿Cómo es posible eso? –Dijo la enfermera- ella no se ha movido de aquí ¿vas a decirme que tú espíritu fue el que hiso todo eso? -¿qué? Claro que no, yo estuve ahí, ¿Dónde está mi mochila? Ahí está la caja musical… puedo probarlo…. Me levante de la cama, la enfermera me detuvo, sentía un vacio dentro de mí, ¿Cómo podían decir todo aquello? Por supuesto que había salido, nadie me quitaría esos recuerdos, era verdad, mis padres lo habían dicho, era real todo… pero, mientras trataba de recordar lo que había pasado, también recordé lo grosera que había sido esa mujer al no contestarme, quizá no me contestó porque no estaba allí realmente, y también todos lo que se quedaban viendo mientras movía las cortinas, quizá tan solo vieron las cortinas solas, y esa chica del almacén se había asustado por las monedas que aparecían de la nada, ¿Qué pasaba? Estaba tan confundida, lo peor era que estaba segura de no encontrar aquella pequeña caja musical, ahora ¿cómo podía probarlo? comencé a llorar, ¿Qué había pasado en realidad?  Mi madre trajo la mochila, la tomé, saqué mi diario, ya no estaba escrito: ‘‘Autobús 130, Ruta Montreal’’, saqué todo lo de mi mochila, pero no estaba ni la envoltura de las papas y menos la soda, ellos solo me veían extrañados, todos estábamos confundidos, y la pequeña caja, la cual no había podido regresar a su lugar tampoco, ¿Dónde estaba? -¡tengo que devolvérsela! ¡Quizá puede estar muriendo ahora! -¿a quién? -al chico, el se sentó junto a mí, tomé la caja porque quería saber tan siquiera su nombre y cuando iba a devolverla nos estrellamos, ¡tienen que llevarme a donde este él! -¡cálmate Lorainne! Por lo que pudimos ver, el impacto no fue muy grave, él debe estar bien. Respire profundamente, estaba desesperada, había una venda en mi cabeza, me dolía, pero no me importaba lo único que quería era encontrarlo. Si tan solo no hubiera tomado la caja ahora todo estaría bien, si tan solo… no hubiera deseado tanto escapar del colegio, todo estaría bien, era mi culpa, era mi culpa  y no sabía qué hacer. -Lorainne, llamaré a mi secretaria, quizá ella pueda asegurarse e informarnos de lo que paso. Abracé a papá, no podía creer que en verdad pasaba eso, mis padres ahí junto a mí, la enfermera trato de tranquilizar a mamá, mientras papá me decía que todo estaría bien. Papá salió de la habitación, mamá se acercó  a abrazarme, Caitlin sacó un espejo, me miré, estaba pálida, mis ojos no tenían esas líneas negras de siempre, al principio me parecía raro verme así, pero me gusté, me habían dicho que me veían mejor así tantas veces y nunca había hecho caso, y mi cabello, ya se asomaba un poco el color natural, desde ese momento decidí no teñirlo más, me aceptaría como era. Después de un rato entró papá: -Lorainne, mi secretaria dijo que todos los pasajeros del autobús están en el hospital general. Mis padres hicieron los trámites necesarios para salir del hospital, subimos al coche y Caitlin fue conmigo atrás, mientras que mis padres hablaban de los sustos que habían pasado: - ¿aun te duele?- me dijo Caitlin mientras tocaba la venda. -no mucho. -¿en verdad, no recuerdas nada? -no, al menos no de la caída, solo recuerdo lo del autobús. -eso es increíble, tu alma viajo, pero tu cuerpo estaba con nosotras… -¿eso es posible? -sí, dicen que cuando anhelas algo, tu alma deja tu cuerpo para estar con lo que tanto quieres, así pasa con los muertos, su espíritu se queda con quienes más quieren. -pero, yo no estoy muerta, no estaba muerta… -estabas inconsciente, de hecho estabas en coma, los médicos creían que morirías, por un momento permaneciste en estado vegetal, quizá fue ese lapso del tiempo en que no estuviste con tu cuerpo. -no lo sé, vivir eso es algo maravilloso, jamás imaginé que eso fuera posible. -ahora lo sabes. Se encogió de hombros y miró por la ventana, estaba muy tranquila, ni siquiera yo podía estar tan tranquila, siempre estaba mordiéndome las uñas o jugando con mis manos, pero ella parecía perderse entre las nubes del cielo: -¿Por qué me miras? Me sorprendió su pregunta, creí que estaba concentrada en el cielo: -es solo que… estas muy tranquila, siempre, siempre estás así. -disfruto el silencio, disfruto la soledad y también de tu compañía, eres una chica muy agradable. Me quede asombrada, ¿Por qué alguien diría eso de mi? Yo siempre estaba sola, no me gustaba hablar: -pero, solo estamos juntas en la alcoba. -no, no es verdad, estoy en todas tus clases, siempre me siento atrás de ti, incluso tomé la clase de arte para estar contigo, no me siento igual con las demás chicas, en ti puedo ver una persona sincera en quien puedo confiar. -¿en verdad? -claro, si tú quieres podemos ser amigas por siempre. ¿Ella quería ser mi amiga? Eso quería decir que había hecho algo bien, la chica mas callada y tímida del mundo quería ser mi amiga, me recordó que un día leí que cuando dos personas son amigos es porque muy dentro de ellos existe un reflejo de la otra persona. Entonces Caitlin era sincera conmigo: -sí. Sonreímos, y era verdad, Caitlin y yo éramos muy parecidas, me hubiera gustado conocerle antes, debí haberle hecho caso de bajar. Llegamos al hospital, mientras mis padres preguntaban por lo accidentados, Caitlin y yo recorrimos un pasillo, al final, como si estuviera esperando, estaba ese chico, con un brazo vendado, me miró, tenía la caja musical, se levantó, por un instante creí que iba directo hacia mí pero no, una chica llego corriendo a abrazarlo, era Lena de seguro: -ahora ya sabes que está bien. -así es, ya podemos irnos… Caitlin y yo regresamos con mis padres, me llevaron de regreso al colegio, ahí la directora nos anuncio que la muralla del colegio se quitaría para expandirlo, ya que habían tomado la decisión de construir más aulas para recibir a chicos también, estábamos alegres porque habría un gran jardín en medio. Ahora no teníamos que estar más tiempo encerradas en ese lugar, hasta parecía que estudiar sería divertido. Dejé a Caitlin en la alcoba y fui a la biblioteca, tenía que investigar, ¿Qué estaba pasando? ¿Qué me estaba pasando? Encontré un libro, se llamaba ‘‘Almas’’ leí demasiado, tanto hasta encontrar estas palabras: ‘‘cuando nuestro espíritu no se siente cómodo en nuestro cuerpo suele dejarlo, aunque parezca raro, este suele visitar a las personas que necesitan ayuda, estos espíritus se llaman ‘‘pensante’’ y solo hay uno entre mil personas, para quien lo porte es difícil controlarlo, actúa por sí solo y es común que la persona olvide lo que hizo, ya que no lo hace personalmente, es posible también que el espíritu controle los sueños, y que se aferre a cosas amadas ’’ no podía creerlo, desee no haber leído eso, mi espíritu era eso, entonces era más rara que un bicho,  mas adelante decía ‘‘la persona que pueda controlar su espíritu puede ser capaz de volar, de transportarse a diferentes lugares y en el tiempo, para controlarlo se necesita la mayor concentración, estar en tranquilidad y realizar lo que se desea hacer rápidamente.’’ Entonces yo ya había controlado el espíritu, ya que había viajado lejos y lo recordaba todo, me decidí, debería probarlo volando o transportándome a algún lugar, fui decidida hacia la belladona, me senté en el césped y cerré los ojos, quería saber si podía volar, ahora más que nunca quería saberlo, me concentré lo mas que pude. Pensé en un lugar tranquilo donde había un lago, agua que caía de una cascada y muchos árboles, sentí el viento, como si en verdad rozara mis mejillas y mi cabello flotara, tenía miedo de abrir los ojos y que fuera verdad, pero tampoco quería abrirlos por miedo de haber fracasado, pero tenía que hacerlo o jamás comprobaría si en verdad lo había logrado, cerré mis manos con fuerza, abrí los ojos y estaba en aquel lugar tan hermoso, flotaba sobre el agua, había una capa de vapor saliendo de mi, tomé el agua y entre mis manos parecía que se congelaba, coloque la mano dentro de la cascada, poco a poco el agua parecía hacerse hielo, era algo fantástico pero a la vez triste porque si intentaba tocar algo lo convertiría en hielo se cristalizaría, un pez saltó y me asusté, entonces perdí el equilibrio y comencé a caer, estaba aterrada, cerré mis ojos con fuerza tratando de controlarme mientras no dejaba de caer, si no iba a algún lugar rápido me ahogaría, pensé y pensé, pero no encontraba tranquilidad con tanto miedo, en un instante cambio todo, el perfume que mamá había dejado de usar hacía mucho tiempo me hizo tranquilizarme, pensé en que ella estaría ahí frente a mí, abrí los ojos, aparecí sentada en una alcoba, no sabía dónde estaba, en frente de mi estaba una mujer de cabello negro, se miraba en el espejo, me acerque para ver si la conocía, pero no, era hermosa, de ojos azules y tez blanca, casi transparente, parecía estar muerta, ella se miraba en el espejo como si admirara su belleza, como si quisiera encontrar algo mas en el, comenzó a quitarse el maquillaje, sus largas pestañas desaparecieron al igual que sus labios rojos, aun seguía viéndose, era muy bella aun sin la pintura, pero en sus ojos había algo triste, como si estuviera a punto de llorar, se levantó, me hice a un lado, tomó un perfume y lo arrojó al espejo, miles de vidrios saltaron, yo solo la miraba, intentando saber que le hacía actuar de esa manera, un hombre entró a la alcoba, era mi padre, aunque parecía más joven, la tomó del brazo: -¿Qué sucede Lorainne? Esa mujer tenía mi nombre: -¡ya no puedo más! ¡Estoy harta de todo! ¡Ayúdame Eliot! -¿Cómo puedo ayudarte? -¡estoy cansada de tener este sentimiento todo el tiempo! Creí que la niña traería miles de alegrías y yo sigo igual o peor. -pero tienes una enfermedad, y mientras sigas rehusándote a ir con un psicólogo no podrás detenerla. -con un psicólogo Eliot, solo me llenaran de medicamentos y así menos podré. -pero aun no sabes lo que dirá el médico. -y no quiero saberlo, no quiero, me rehúso a ir, ¡déjame sola! ¡Vete! -no te dejare sola, lo prometimos… -vete por favor, quiero estar sola. -tranquilízate Lorainne, hazlo por ella… Papá se fue, ¿Quién era esa mujer? Ella solo se sentó frente al espejo nuevamente, pero ahora no podía verse mas, pensó unos instantes, después comenzó a escribir. Eliot: Estoy cansada de todo, ya no me quedan fuerzas para seguir luchando, la pequeña Lorainne estará mejor sin mí, una persona como yo no merece amar, cuídala por favor, yo se que serás un buen padre y encontrarás a alguien que la ame tanto como yo. Los amaré, incluso más allá de la muerte. Lorainne. Mire un calendario, de 16 años atrás, entonces, yo era su hija, esta mujer era mi madre y estaba frente a mí, la observé, no había ni un solo rasgo de ella en mí, pero ¿y mi madre? la que ha sido mi madre todo el tiempo, aunque tratara de teñirse el cabello de negro no se parecería en lo absoluto, además su nombre no es Lorainne, no entendía nada, ella seguía mirando a la nada, como si hubiera recordado algo, se levantó y buscó en su armario, encontró una pistola, la miró sonriendo, como si esa fuera la solución, no podía permitirlo, la colocó en su cabeza, corrí hacia ella cerrando los ojos, escuché el disparo, mientras mi cuerpo caía lentamente, escuchaba el eco del disparo, escuché pasos acercándose, escuché la voz de mi padre gritándole a Nina, mi madre, mi madre de siempre, los dos lloraban, y yo no dejaba de caer, sentí algo que trataba de despertarme, sentí las manos de alguien sobre mis hombros y mis lagrimas ahogándome: -¡Lorainne!- era la voz de Caitlin, abrí los ojos y estaba en el jardín, junto a la belladona y ella trataba de despertarme: -no habrás intentado escapar otra vez ¿verdad? -no.- me levante con su ayuda – debo llamar a mis padres. -¿Qué paso? -me transporté, otra vez… Le conté lo que había sucedido mientras corríamos al lugar del teléfono, llamé varias veces pero nadie respondió, faltaban dos días para el descanso de clase, seguro en ese tiempo podrían decirme la verdad, verdad que era evidente, Nina no era mi madre, pero, ¿Qué había pasado? tenían que responderme. Por fin llegó el descanso de otoño, Caitlin se despidió de mí, no sin antes invitarme a pasar unos días en su casa del lago, que tan solo estaba a dos kilómetros de casa, estaba un poco triste en dejarme sola con todo aquello, me dio el teléfono de su casa también por si necesitaba algo, mis padres llegaron por mí, intentaron abrazarme,  me sentí rara, notaron mi cara y subieron las cosas a la camioneta. El camino a casa fue silencioso, no sabía de qué manera podía preguntarle eso a mi padre, trate de tranquilizarme, si me concentraba quizá encontraría la manera, respiré profundamente, hasta que me quedé dormida. Cuando llegamos a casa, como extrañaba mi cuarto, hacia mucho que mis padres no me permitían salir del colegio, pero esta vez como me había caído estaban preocupados, subí a mi cuarto, deje las maletas, me senté frente al espejo, me di cuenta de que ese era el mismo espejo donde había estado mi madre, tenia los mismo bordes que había visto antes, y yo ahí viéndome, hasta me parecía verla a través de mis ojos, mi cabello se parecía al de ella, pero el mío estaba teñido, con razón mi padre se oponía tanto a que lo tiñera justamente de ese color. Tocaron la puerta, pensé en un momento fingir que estaba durmiendo, pero debía ser valiente, tenía que saber la verdad: -adelante- dije, levantándome para recostarme en la cama. -pequeña ¿estás bien? -no lo sé… -pero, ¿por qué dices eso? ¿Paso algo? -hay algo que necesito preguntarte… -dímelo. -¿en serio quieres que te lo diga? .sí, cualquier cosa que sea te ayudaré… -¿Cómo era mamá? Me miro, asustado, con un temor que jamás había visto, en seguida me arrepentí de haberlo dicho, pero era necesario: -¿de qué hablas? Tu mamá está abajo… -papá no me mientas, lo sé todo, sé lo que pasó el día que ella se suicidó… -¿Quién te ha dicho todo eso? -yo estuve ahí… -Lorainne tú eras muy pequeña, ¿Cómo podrías recordarlo? -lo vi, pude estar ahí, volví en el tiempo… Le expliqué lo que había pasado: -¿Por qué lo hizo papá?- comencé a llorar - ¿a caso lo hizo por mi? ¿Era mala para ella? -¿qué? No Lorainne, jamás vuelvas a decir eso, no lo hizo por ti, ¡no quiero que repitas eso nunca más! ella tenía problemas, era una persona que a diferencia tuya era muy débil, hipersensible y con una depresión mortal solía estar bien y mal, eran sus dos estados emocionales, no había más, ella creyó que tu llegada la haría cambiar, pero no, solo aumento su sentimiento de impotencia, comenzó a sentir que jamás cambiaria, que nunca podría recuperarse para estar feliz contigo, y después sucedió todo, yo no quise que te enteraras porque sabía que sufrirías, pero ahora lo sabes, y en verdad me duele más a mí, porque sé que eres muy fuerte, y sufrí mucho al tener que llevarte a ese colegio pero fue porque tenía miedo a que cualquier cosa pudiera hacerte saber esto, sabes, ella me dejó una nota… -lo sé, yo vi cuando la escribió. Papá me abrazó, estaba llorando, cuando se pudo tranquilizar llamó a mamá: -Nina, ven por favor. Mamá llegó corriendo: -¿Qué pasa? .-ahora lo sabe, acabo de decirle. Mamá me miró, se soltó llorando, se agachó, no pudo hablar, me levanté, la abracé y le dije que jamás dejaría de amarla, que ella me había aceptado y que papá había encontrado a la mujer correcta. Nos abrazamos, prometimos jamás separarnos, ese día sonreí mucho, después de todo no había sido tan malo hablar con ellos, incluso ese día llamé a Caitlin, le conté lo que había sucedido, se alegro por mí, ella como lo había prometido, se convirtió en mi mejor amiga, los días del colegio se volvieron divertidos sabiendo que alguien estaría siempre para mí. Fui a visitarla en el descanso, tuvimos una pijamada, platicamos todo el día y la noche de nuestras vidas, cantamos, bailamos y sonreímos mucho, entendí por primera vez porque se divertían tanto las chicas en la alcoba del colegio con el maquillaje, nos dimos cuenta de que nos gustan muchas cosas parecidas, Caitlin es como la parte que me faltaba, es como si por fin la encontrara. Siempre compartí mis aventuras con la belladona, he regresado ya mil veces en el tiempo para ver a mi madre, aunque esa historia siempre termina igual, no me canso de repetir esas imágenes como si fuera una película, ahora me estoy preparando para ir a un viaje largo, quiero ver una estrella de cerca, tocar la luna, sentir las nubes, pero ahora debo disfrutar más cosas, sobre todo la libertad que tengo, y que nada ni nadie podrá quitarme. Libia Esther Quintanilla Wences.
Ella era bella como la luz de la luna… no! Ella era incomparable, y esque en su rostro veía tanta belleza que me podía quedar apreciando su rostro durante horas sin siquiera distraerme un poco. Pero claro que nunca lo hice, ella me hubiera abofeteado al cabo de más de cinco segundos de estarla observando directamente. Ella era tan ruda pero tan hermosa, su apariencia era de una chica muy agresiva, inestable y antisocial. La verdad es que ni se porque, yo siempre me alejo de ese tipo de personas, pero ella tenía algo en especial que me hizo acercarme a ayudarla en pleno combate aquella mañana fría de enero. Ella luchaba por sobrevivir y era buena haciéndolo, sin dudarlo me acerqué a ayudarla, ella orgullosa me pidió que me largara pero aun así permanecí a su lado… quien hubiera dicho lo que ella sería para mi vida a partir de ese instante. Nuestra primera conversación ella me había dicho que no permitía que nadie se le acercara, porque todos los que la rodeaban morían, lo que era muy doloroso y entonces le dije… “soy duro de matar, sabes?” ella solo bajó la mirada… pensé que solo estaba burlándose de mi comentario, para mi sorpresa ella estaba llorando ríos por sus mejillas, así que la abrasé. No lloré como en esas novelas patéticas de televisa, pero logré sentir como algo dentro de mi pecho… empezaba a… LATIR!!! Yo era consciente de mi corazón, por un momento pensé que me daría un infarto o algo parecido, pero pasaba que mi corazón latía demasiado fuerte, esto ya lo había olvidado. Y ella era la razón de este extraño suceso. Paso poco tiempo junto a ella que empecé a sentirme cada vez mas inmerso en el exterior, empecé a preocuparme por los demás, a sentir lastima en mis ejecuciones que muy pronto dejé de hacerlas. Ella parecía estar mostrándome cada vez mas su interior… y el resultado fue que yo estaba recuperando algo que había perdido tiempo atrás, lo que era mi humanidad.Pero un día cuenta me di, que ella no me miraba a los ojos, yo sin saber que estaba sucediendo, ella solo dijo que no podía seguir permitiéndome entrar en su corazón, así que ella se marcharía para siempre… la abrasé y le dije que no hiciera eso, que ella me había salvado de las sombras. Si ella se marchaba yo volvería a perderlo todo. Ella me sonrió con un extraño brillo en sus ojos y se fue a dormir. A la mañana siguiente me desperté feliz de que ella no se marchó, así que fui rápidamente a donde ella había estado y solo encontré una nota… “losiento, de ti me enamoré perdidamente, pero aun así debo partir de aquí, nunca te olvidaré, porque mi corazón tampoco lo hará y es que aunque esto ha sido tan grandioso, no puedo evitar tener que irme… las explicaciones sobran en…” me sentí impotente… Así fue como por un momento encontré a lo que había sido mi gran amor, nunca se lo dije, pero ella logró tantas cosas en mi como el despertar de la luz que permanecía apagada en mi interior, pero se que me equivoqué al decir que su partida apagaría mi ser de nuevo, su partida solo me ha dejado con deseos de buscarla y eso es lo que haré…  DARKNESS
Esta oscureciendo, otro día me abandona,a pesar de la alegría que causa el otoño en mi, esta vez estoy amargamente triste, su recuerdo aun me persigue, cada palabra, cada susurro, cada objeto me recuerda su presencia, y duele, sin embargo aun hay salida, se que puedo cerrar los ojos y continuar la historia de ayer, esa que se quedo tan solo en mis ojos, nuevamente apago la vela, nuevamente salgo al balcón y cierro los ojos, las estrellas no saldrán esta noche, ahora llueve, mi mente me transporta a un sendero, el cual no tiene un fin, al menos no a mi vista, el día ahí esta soleado, pero no un sol quemante sino un sol cálido como el de un atardecer, debo darme prisa o aquí también oscurecerá, miro el cielo, que parece trazado finamente con una acuarela blanca que apenas se distinguen las nubes, arriba hay aves, lindas aves que me susurran: ''ven'' pero ¿como puedo hacer eso? yo no tengo alas como ustedes pequeñas... espera, mis cabellos flotan, como si estuvieran al viento, pero no hay viento, me elevo, primero un pie y después el otro, floto, ¡estoy volando! realmente estoy volando, puedo ir a donde las aves, estar junto a ellas y observar sus plumas negras, azuladas y verdes, ¿por qué no puedo ser una de ellas? seria lo mas hermoso, creo que mi miedo a las alturas desaparecería, y también conocería tantos lugares que solo en mis sueños e visto, algún día lo lograre y sentiré el olor de la libertad, tendré muchas amigas aves, sin egoísmos ni traiciones, si tan solo esto fuera real, en el aire flota la esencia de la tierra mojada, abro los ojos, llueve, las gotas mojan mi cara con el viento, esto también es hermoso, pero es real, a lo lejos se escuchan gritos, peleas y música, creo que cerrare los ojos nuevamente...
Salimos del hospital, era ya muy tarde, casi media noche, y subimos al taxi. Audrey me miraba alegre y tan solo pregunté: -¿A dónde vamos? -a casa. Quiero mostrarte algo... - de su bolsillo sacó una fotografía - ¿recuerdas a esa chica? -Esa es...- mi mente trataba de recordar... era yo... pero ¿dónde? ¿Cuándo? - ¿En que estábamos pensando?- le dije tratando de acabar con la plática. -La única razón por la que tomé esa clase fuiste tú...- le miré con miedo- Es verdad... ¿la recuerdas? -no...- comencé a llorar, ¿por qué no recordaba nada? Recordaba que era la clase de fotografía pero lo demás no, seguramente si él no fuera mi único amigo también lo habría olvidado ¿cómo salir de allí?- en realidad me cuesta demasiado recordar las cosas, últimamente tengo ese problema... -¿crees que te ha afectado tanto?... -sí, si tu no hubieras venido por mí, creo que ni siquiera sabría donde esta mi apartamento... - y… ¿cómo sabes que soy yo entonces? -eres mi mejor amigo, eso sería imposible de olvidar, no me he olvidado de todas las personas si no de los momentos, hay tantas cosas que hubiera querido olvidar y que aún siguen presentes, y otras que quizá tuvieron gran importancia, como ésta, y no sé si las he olvidado... -¿por qué no vamos con Enith? -¿ella es...? -psicóloga... ¿la recuerdas? -sí, recuerdo que había una psicóloga Enith, pero no recuerdo su cara... -me preocupas... en verdad me preocupas. -espero que después de esta sobredosis, las drogas no vuelvan a mi vida... -así será Minty, yo no te voy a dejar, ¿recuerdas nuestra promesa...? -¿la que hicimos antes de marcharme? -sí, ¿aun la recuerdas, verdad? -claro... Llegamos al apartamento, probablemente el chofer tendría problemas psicológicos después de escucharnos, estaba cansada y lo único que deseaba era dormir, después de todas esas noches en el hospital extrañaba tanto mi cama: -¿te quedarás conmigo? -claro, siempre, así como antes... -antes no pasabas las noches conmigo, solamente paseábamos y tratábamos de solucionar problemas y cambiar al mundo... -pero estábamos juntos, eso es lo que realmente importa, ¿no lo crees? -claro- dije, mientras le daba la llave.  Abrió, entramos, encendí la luz, al menos recordaba donde encenderla, había un desorden horrible, con el cual tendría que lidiar al día siguiente. Subí y fui directo a mi habitación, mientras Audrey me seguía, me arrojé a la cama y me cubrí con la sabana, aun tenía que ponerme la ropa de dormir, pero estaba tan cansada que el solo tocar la cama fue fantástico, él se sentó a mi costado, me miraba con ternura como se ve a un niño, quizá Audrey solo sentía un poco de lastima por mí, y por eso ahora estaba conmigo, ¿por qué era tan estúpida? me había enamorado de la última persona que se fijaría en mi de esa manera, quizá fue culpa mía, jamás se lo dije, jamás se lo diría, ahora menos que nunca, el no querría a una drogadicta como yo... Afuera comenzó a llover, la gotas golpeaban la ventana, Audrey se levantó y se acercó a ver, me levanté también para poder observar la ciudad, se veía tan llena de luz, a pesar de los torrenciales que caían, tantos recuerdos volvían a mi mente, sobretodo que era un día así cuando Bidiane (una ex novia de Audrey) le rompió el corazón, o al menos eso parecía, jamás me dijo, jamás se lo pregunté, no porque no importara sino porque no quería que el siguiera recordándolo. ***  Él lloraba y él nunca había llorado, no delante de mí, esa imagen penetraba mi mente, él estaba allí sentado, observando hacia un lugar perdido en la nada, yo salía de mi clase de pintura y lo miré, me acerqué a él, me senté a su lado, lo tomé del brazo y dije: -Audrey... ¿estás bien?- me miró, y me abrazó con tanta fuerza que por un momento sentí que mi cuerpo y el suyo se volvían uno, lloró, lloró y lloró hasta cansarse, mientras yo trataba de adivinar que había pasado, pasamos casi dos horas sin decir nada, y seguía lloviendo, estábamos empapados totalmente y yo sentía mucho frio, pero no podía dejarlo solo ahí, ni siquiera saqué mi paraguas para no dejar de abrazarlo, cuando se calmó un poco, encontré sus manos con las mías, las acerqué a su cara y le limpié las lagrimas y el agua, sus ojos estaban rojos, sus mejillas un poco hinchadas, sus labios temblaban al no encontrar la manera de decirme lo que había pasado -te quiero- le dije, lo abracé, nos levantamos y fuimos a un café. *** Regresé a la realidad cuando Audrey me tomó el brazo y señaló el cielo con él: -ahí se ve la luna ¿ves el resplandor? -claro- la luna siempre estaba hermosa, entre las nubes parecía que se esforzaba por asomarse y encontrarnos espiándola, me recordaba tanto aquella noche en que lo había conocido, lo recuerdo perfectamente, es probable que ese fuera el único recuerdo lindo que mantenía vivo en mi. ***  Esos  árboles rojos, esas tardes soleadas, todos esos días de otoño del colegio, Audrey era un año mayor que yo, la chica que era mi mejor amiga en ese entonces nos presentó en su fiesta de cumpleaños, ella estaba loca por él y como no estarlo si era el chico más dulce que había visto, pero en ese momento no me di cuenta, mi amiga estaba primero, y yo estaba con alguien más, al  menos ese alguien decía amarme, y yo soñaba con que sería mi esposo algún día. Audrey y yo nos hicimos amigos, inseparables, y mi amiga comenzó a odiarme al grado de decirle mil cosas malas sobre mí para que él dejara de serlo, pero jamás creyó nada de lo que ella inventó,  creo que eso solo nos hiso mas unidos. Un tiempo después cuando salíamos del colegio, el día en que Audrey y Bidiane terminaron él me llevaba del brazo, Ted (mi novio en ese tiempo) me miró a lo lejos con él, yo solté a Audrey, me despedí y corrí hacia él, cuando llegué me tomó del brazo muy fuerte y me llevó cerca de un árbol, comenzó a gritarme, en verdad estaba muy enojado, me asusté muchísimo, me dijo cosas demasiado crueles, me empujó y caí de rodillas, me amenazó con matarme si lo dejaba, y aunque yo lo amaba jamás se lo perdonaría, lo dejaría, pero era evidente que tenía que hacer algo para librarme de él, al día siguiente tuve que fingir con Audrey diciéndole que me había caído camino a casa, pero él había visto lo que sucedió, y bueno jamás volví a saber de Ted hasta hace tres años, murió en una pelea de pandillas, supongo que ellos tuvieron una plática, pero no era momento para pensar lo ocurrido. *** La lluvia poco a poco comenzó a desvanecerse, el cielo se veía de un tono rojizo, Audrey me abrazó: -te extrañé mucho, creí que jamás volvería a saber de ti cuando nos separaron. -yo pensé lo mismo, pero jamás dejé de pensar en ti, en el momento en que volveríamos a encontrarnos… *** El día que mis padres decidieron mandarme a Orbitch a estudiar canto, Audrey fue a mi fiesta de despedida, me llevó flores, yo había empezado a amarlo, y me dolía mucho que mis padres me separaran de él, estuvimos bailando con la música que comenzaba a escucharse en aquellos años, ninguno de los dos sabia bailar y era muy tonto porque estábamos en una escuela de arte, él en fotografía y yo en pintura y literatura,  después de media noche salimos al patio de mi casa, en él había un gran árbol, estaba ya sin hojas, el invierno ya había llegado y el aire estaba un poco helado: - te compré algo. -no era necesario. Me dio una caja, tenía una envoltura amarilla y un listón rojo. -gracias Audrey- lo abracé, y él a mí, no sé cuánto tiempo pasó, pero yo no quería separarme de él, por un momento, creí que podía ser posible que se enamorara de mí, pero después me dijo: -hay una chica, es hermosa, me encanta verla, a veces es mejor verla de lejos para que no lo note, ella llenó mi vida de alegría, desde que la conocí guardo los mejores momentos para ella… y no sé cómo decirle, que la amo. Me sentí traicionada, me sentía egoísta también, porque yo era tan cobarde y él tenía derecho de ser feliz, mas ahora que yo me iba, quizá  yo encontraría a alguien más, aunque no sería posible,  yo lo amaba, y no quería a nadie más solo a él: -deberías decirle, tú mereces ser feliz. -pero si ella no siente lo mismo, ¿qué haré? -debes arriesgarte, solo un poco mas… -¡Minty! – Gritó mamá desde la puerta – ven a despedir a los invitados… -ya voy… -prometamos que un día volveremos a estar juntos y que nada, absolutamente nada nos separara. -así será Audrey, lo prometo. Entramos, Audrey se despidió junto con los demás, lo extrañaría tanto, pero él ya tenía alguien ocupando sus pensamientos, me había regalado una caja de pintura acrílica y varios pinceles. *** Audrey levanto la cortina, había un poster de mi grupo, lo miró por un instante y sonrió conmigo: -la extraño demasiado… -algún día volverás a encontrarla. ***  Cuando llegué a Orbitch, la escuela de canto era aburrida, solo había chicas, pasé casi tres años aprendiendo a cantar,  yo era buena, pero mi estado de depresión no me ayudaba a tener buenas notas, un día hubo una audición para un grupo, solo aceptarían a dos chicas, ellas tendrían la oportunidad de grabar un disco y si éste respondía a los requerimientos de la disquera y vendía por lo menos mil copias, las chicas dejarían la escuela para cantar como profesionales, todas las chicas audicionaron, yo lo hice para salir de allí, aun me quedaban dos años más y ya estaba harta de seguir ahí sola. La audición fue muy larga, cantaríamos en parejas, pero yo no tenía amigas, solo conocía a Athena, mi vecina de alcoba, a veces cuando salía a la terraza la escuchaba cantar, aunque habíamos hablado muy poco sabía que era agradable, a pesar de que todas las chicas decían que era lesbiana, me pidió que fuera su compañera y acepté, ella era una gran artista, así que debía esforzarme demasiado para que ganáramos, compusimos una canción, estábamos nerviosísimas, pero fue una gran participación, todos aplaudían y gritaban, incluso las personas que estaban haciendo la audición, ella me tomó de la mano y dijo: -¡lo logramos! Yo solo sonreí. Comenzamos a grabar y dejamos la escuela, nos llevaron a vivir a un hotel, en el que apenas había alimentos naturales, siempre teníamos que comer cosas instantáneas, las odiaba, pero debía aguantar hasta que termináramos de grabar y se vendieran las copias, solo faltaba un poco más.  Quien pagaba los gastos del grupo y de grabación era un hombre que tenia algunos treinta años, su nombre era Dan, siempre nos miraba de una manera extraña, no confiaba en él, incluso intente desistir de todo, pero para ese entonces Athena y yo éramos amigas, era mi único apoyo, estaba segura de que era como mi alma gemela, y además era su gran sueño, no podía hacerle eso por mis estúpidas sensaciones. Terminamos las grabaciones de ‘‘At.Mi. ’’ (Era el nombre del grupo), cerca de una semana de ponerse a la venta el disco vendió más de cien mil copias, como Athena dijo, lo habíamos logrado, nuestra música, con canciones que nosotras habíamos compuesto, y que a las chicas y chicos les fascinaban. Pudimos mudarnos de aquel hotel, comer lo que queríamos, aunque no podíamos comer demasiado, porque teníamos que cuidar nuestro cuerpo, tuvimos muchísimas sesiones de fotografías, algunas de ellas fueron demasiado incomodas, teníamos que usar lencería, yo siempre trataba de posar detrás de Athena, las giras fueron demasiado hermosas, saber que toda esa gente sentía lo mismo que tú en ese instante, que esas sensaciones que dejaba cada canción, las personas también las experimentaban, pero, todas las sonrisas, todos los regalos, se opacaron dos años después, teníamos diecinueve las dos. *** Apague la luz, me dolía mucho la cabeza y no la soportaba más: -todo lo que ha pasado pronto se borrará, te lo aseguro, no necesitas de drogas para eso… -lo sé Audrey, pero la manera en la que entraron a mi vida, toda la depresión, la tristeza, el rencor, todo junto me hizo caer, todo… -supongo que era demasiada tristeza para la cabeza de una niña… -yo pensé lo mismo cuando lo supe… ***  Cuando terminamos de grabar nuestro segundo disco, Dan llegó a nuestro apartamento, nos dijo que si queríamos seguir cantando debíamos tener relaciones con él, de inmediato me negué, Athena tampoco quería, él la sujeto del cuello y la golpeó con el puño, yo tomé una botella de vino que tenía cerca, lo golpeé y cayó al suelo, la tomé de la mano y salimos corriendo, las personas que Dan tenia, que eran de seguridad, nos siguieron por varias calles, estábamos cansadísimas, buscamos un lugar donde escondernos pero no había nada cerca, los guardias llegaron, nos rodearon y nos llevaron a una casa enorme, ahí estaba Dan esperándonos, era un tipo de traficante y tenía muchas armas allí, teníamos mucho miedo, pero seguíamos tomadas de la mano, como si fuera la única manera de sentirnos a salvo, nos encerraron en un lugar oscuro, después de un rato, entraron y se llevaron a Athena, ella gritaba y pataleaba, yo traté de ayudarla, pero uno de los guardias me detuvo y me apuntó con una pistola,  no pude hacer nada mas, solo mirar sus ojos llenos de terror pidiendo auxilio, ahí adentro no se escuchaba nada, me quede dormida, hacía mucho frio. Después de mucho tiempo, desperté, no sabía que había pasado, la puerta estaba abierta, tenía miedo de salir, no había ningún ruido, salí de allí, recorrí un largo túnel, después vi a los guardias muertos, había muchas personas muertas, como si alguien hubiera ido a matarlos, había un gran desastre, como si una guerra hubiera terminado, recorrí casi toda la casa tratando de encontrar a Athena, temiendo que estuviera muerta también.  Llegué al tercer piso, y en un rincón la encontré llorando, estaba desnuda, corrí y quité una cortina, la tapé, y la abracé, busqué ropa para poder llevarla a un hospital. -me violó… y lo mataron mientras estaba sobre mi… Ella no dejó de llorar ni un momento,  mas tarde en el hospital me enteré de que la mansión de Dan había sido balaceada porque tenía problemas con la policía y con algunos contrarios. No quedaba nadie vivo, nadie había logrado escapar, solo Athena y yo. El doctor me dijo que tenía que ir a darme un baño si quería verla, regresé al apartamento, todo estaba normal, eran las ocho de la noche, terminé de bañarme, tomé un poco de café y fui al hospital, cuando llegué, el doctor estaba esperándome, me dijo que Athena se había suicidado, se inyecto potasio y había muerto en minutos, no quería créelo, no podía hasta no verla, fuimos a la sala de las cámaras, y miramos cuando entro al almacén del hospital, y como hizo todo.  Me llevó a la habitación donde estaban su cuerpo, miré con tanta tristeza sus ojos cerrados, su cabello rubio, su piel tan pálida, sus labios rotos por los golpes, uno de sus pómulos estaba hinchado y morado, su clavícula también estaba roja, su estado era tan tétrico que no quise seguir viéndola, salí de la habitación, comencé a llorar, no tenía fuerza para seguir, me recargué en la pared y sentí como, lentamente, mi cuerpo descendía al suelo, después de un rato llegó un enfermero, me ayudó a levantarme, salí del hospital y tomé un taxi de regreso, todo lo del grupo, las propiedades y el dinero, quedaron a mi nombre.  Pronto, me vi rodeada de gente que jamás había visto, todos decían ser mis amigos, estuve de fiesta en fiesta durante casi ocho meses hasta que llegaron las drogas,  poco a poco comencé a necesitar más de ellas, creí que me ayudaban a olvidar las cosas, pero todo era cada vez peor, un día mientras estaba drogada, caminé en el segundo piso del apartamento, recorrí el balcón y me paré en el barandal, me sujeté del techo, pero no tuve el valor de saltar, regresé a adentro, ese día estaba sola, Audrey me llamó, al fin me había localizado después de tantos años, una revista lo había contratado, querían entrevistarme y una sesión de fotos, todo se volvió gris, ¿cómo lo vería nuevamente? me deprimí a tal grado que esa noche me drogué hasta que no supe mas de mi.  El día siguiente Audrey llegó a mi casa, me encontró en el suelo y me hospitalizaron durante casi dos semanas para desintoxicarme, y ahora estábamos juntos por fin después de un largo tiempo de vivir separados. *** Él estaba perdido mirando la luna mientras yo seguía perdida en mis únicos recuerdos. -¿recuerdas el día que nos despedimos?- me dijo de pronto. -sí, fue el día más triste de mi vida… -el mío también, intenté hacerme la idea que pronto volvería a verte, el día que nos encontramos, cuando me reconociste en el hospital fui la persona más feliz del mundo… -yo lo soy ahora…- comencé a llorar. -no debes llorar, yo te protegeré siempre, nunca más te dejaré sola… Me tomó de la mano: -sabes… el día que te dije que había una chica a la que amaba… estaba hablando de ti… el día que estaba llorando por terminar con Bidiane era porque la había dejado por ti, pero no quería lastimarte, creí que si te decía algo se acabaría todo… en realidad estuve esperando, necesitaba decírtelo, decirte que me gustaría quedarme en tu vida para siempre, y si pudieras darme esa oportunidad para hacerte feliz, haría lo posible para que olvides todo… No sabía qué hacer, supongo que había estado esperando tanto tiempo ese momento que no creí que en verdad había pasado, lo único que hice fue abrazarlo, y no podía hablar, solo quería que ese momento jamás terminara, el solo acariciaba mi cabello corto, corto por la depresión, por las drogas, por tantos recuerdos que no se iban, levanté la cara y grité: -¡te amaba! En verdad te amaba, pero no puedo hacerte eso, tú mereces algo mejor, yo no soy buena para ti… -¿No lo sientes más? -¿qué? -te pregunté si ¿ya no sientes mas eso por mi? -sí, aun te amo, aun sigues siendo solo tú… -no serás tú quien decida lo que es bueno para mí entonces, si ese sentimiento aun está vivo en ti no lo dejaremos ir tan rápido… Minty te amo, y ya no quiero separarme más de ti. -también te amo Audrey, y quiero estar siempre contigo…pero… Me dio un beso, y fue aun más hermoso de lo que pude haber imaginado, aun más profundo que los que tantas noches había soñado, nos abrazamos y por primera vez pude sentir que era importante, que había alguien en verdad que podía amarme y que jamás me dejaría sola. Aunque al principio tenía miedo, sabía que Audrey no me dejaría jamás, pronto fuimos a ver a Enith, después de casi tres meses por fin pude darle la entrevista a la revista y en menos de dos semanas estábamos preparando un nuevo disco, era un álbum en memoria de Athena, tenía diez canciones nuevas y diez de nuestros sencillos anteriores, al menos yo podría cumplir su sueño y seguir los míos a partir de ello. Hoy comenzó mi gira, ya no puedo esperar por ver a toda esa gente que comparte mis sueños, ahora sé que Athena jamás se ira de mí, puedo sentirlo, cada que cierro los ojos y recuerdo su sonrisa esta allí repitiendo cada vez más fuerte: ¡lo logramos! Libia Esther Quintanilla Wences.
-estuve pensando mucho en ti… -¿en mí? ¿Por qué? -no puedo creer que volví a encontrarte después de tantos años… -así es… yo tampoco lo creo. -¿sigues molesta? -¿yo? ¿Molesta? ¿Por qué? ¿Por qué habría de estarlo? ¿Por el día que me abandonaste en el lugar que inventamos solo para los dos? ¿Por las promesas que jamás cumpliste? ¿Por casarte con la persona de la cual decías que no era mejor que yo? Jajaja no, eso no me interesa… -sabes… me divorcie hace más de dos años, y estoy arrepentido de haberte hecho tanto daño… -¿y de que me sirve saber eso? -quizá tu y yo nuevamente podamos comenzar… -disculpa… pero ahora soy feliz, no debo preocuparme por esperar más tus llamadas, no me preocupan más las horas que debo pasar arreglándome para que me presumas como un trofeo, ya no debo esperar más que tengas un tiempo libre para mí, ya no me conformo con migajas de una persona que solo le interesa su bienestar… -bueno, quizá fui muy egoísta… pero en verdad te pido perdón… -no se trata de perdón… se trata de dignidad… -¿entonces no hay una oportunidad? -yo también me casé… -¿así? parece que lo dieras para sentirte mejor… -no tengo que demostrarte nada. -¿me dirás quién es? -¿y para que quieres saberlo? -me gustaría saber quién supo valorarte mejor que yo… -¿recuerdas al chico del que todos se burlaban en clase? -por supuesto… era un tonto… -cuando tu me dejaste ese día, él paso por ese lugar, me miró llorando y se sentó a mi lado, no dijo una sola palabra, solamente me regalo un pañuelo…  nos hicimos buenos amigos y después me pidió que fuéramos novios, nos casamos en la misma fecha que me acompaño bajo la lluvia, mientras yo pensaba que tu regresarías por mi…
Fuiste mi todo, más que una simple promesa, ahora no eres ni el mas mínimo susurro del viento, puedes burlarte de mi camino incierto, a mi me acompaña la lluvia, tú sufres por alguien, yo sonrió por el mañana que puedo tener... Podría detener el mundo entero si quisiera, podría quedarme sin respirar para siempre, pero solo deseo vivir un otoño mas, ver volar las hojas junto a las nubes, esperar el atardecer mientras languidezco en suspiros, sería maravilloso porque ahora ya no estas más, ahora que nos perdimos seré libre otra vez...Cambié mi mundo, mientras tus pasos se alejaban, yo no siento más la soledad, ahora solo la brisa podría derribarme, me dolía tanto el hecho de respirar sin ti, pero me volví fuerte como una estrella... Podría detener el tiempo si quisiera, podría atraer las aves hacia mi, pero solo quiero vivir un otoño mas, lejos de tu piel, aun podría quedarme atrapada entre tus ojos, pero ya no tienen aquel brillo especial que creé para ellos, ya no queda más, entre nosotros solo hubo fantasía que se esfumó, ahora el único lazo de amor es el viento... Podría quedarme un instante más a observarte en silencio y esperar que desaparezcas en la nada, pero no tengo tiempo, solo deseo vivir un otoño mas... Devuélveme todo, las cartas, los sueños, las sonrisas y la mirada que nos encontró, las lagrimas que no se secaron, y los recuerdos de mi mente disuelve entre la tristeza que fingiste sentir al marcharte, no te dejes nada, no quiero que me arrastres a un pasado tan cruel, si quieres sufrir hazlo tú, ya no estoy en disposición para nadie, después de este otoño me quedaré recogiendo hojas para la luna, sé que ella sabrá valorar las palabras que tú dejaste caer entre espinas, destrozándolas, mientras yo moría...
Estaba en clase de biología, como siempre, me aburro con los temas tan simples y repetitivos... Me recargué un poco en mi butaca y me he dormido profundamente, todo fue negro por un instante, ates de que un fuerte golpe me despertara. Con un sobresalto me levanté, tenía mucha vergüenza, todos reirían de mi ridiculez. Para mi sorpresa, todo estaba en silencio, no había ningún aparato encendido, pero todo estaba normal, aunque yo estaba solo. Me sentía raro, no entendía a donde habían ido todos, salí del aula y estaba todo tan callado, a excepción de la lluvia que no había cesado.Tenia frío, mucho frío y estaba solo, busqué mi teléfono, pero no tenía batería. Fui al estacionamiento de la escuela y todo estaba igual, los coches, el lodo, pero un inmenso silencio abrumaba todo a mi alrededor. Salí de la escuela, caminé por las calles, entré a las tiendas pero todo siempre era igual, tranquilo y solitario. Lo más sorprendente fue ver todas las cosas abandonadas, como si todas las personas solamente... Se hubieran marchado.Caminé entrando en un bosque, encontré un precipicio y me senté a esperar... Un amanecer quizás, o el atardecer más pronto. Al caer la noche, pude escuchar los sonidos de la naturaleza y ver las estrellas del cielo como nunca antes lo había percibido.Quizás, yo era el ultimo humano... pero no lo podía creer...                                                                                                                                                                         Darkness 
ESPERARÁ EL SUELO CADA OTOÑO PARA CUBRIRSE DE HOJASESPERARÁ EL CIELO CADA NOCHE PARA LLENARSE DE ESTRELLASESPERARÁ EL CAMPO CADA LLUVIA PARA VOLVERSE VERDEPERO YO NO PUEDO ESPERARTE...AUNQUE TODOS LOS DÍAS CAMINE EN LA CALLE BUSCANDO TU ROSTROAUNQUE TODAS LAS TARDES LAS PASE EN SILENCIO RECORDÁNDOTEAUNQUE TODA LAS NOCHES REPITA TU NOMBRE ESPERANDO EL OLVIDOTÚ YA NO ESTARÁS MÁS...NO PODRÁS LIMPIAR MIS LAGRIMAS CUANDO SIENTA TU AUSENCIANO PODRÁS TOMAR MI MANO MIENTRAS CAIGO EN LAS SOMBRASNO PODRÁS VOLVER POR MI AUNQUE MUERA DE AMORPORQUE TÚ YA DIJISTE ADIÓS...DEJARÉ IR NUESTROS SUEÑOS PORQUE YA NO ME SIRVENDEJARÉ IR TU PERFUME PORQUE EN MI DOLOR ME ASFIXIADEJARÉ IR MI AMOR PARA QUE ALGUEN MÁS TE AMEPARA MI ESO ES EL AMOR...
Te encontré en un mundo gris... Y ahora quiero entregarte todo lo que guardo... Déjate amar, nunca más te alejes (mi amor)Quiero que nuestros sueños sean perfectos, Quiero que me ames eternamente (sólo a mi)Quiero aliviar tu sufrir (con mi amor)Ya no habrá lágrimas en ti, no permitiré más dolor en tus ojosMírame (querido) tu serás mi vida, prometo que siempre estarás en mis pensamientosNunca dejaré que sueltes mi manoNunca te irás de mi lado (amor mio)Me quedaré abrazàndote hasta que duermas (para soñar conmigo) todas las madrugadas Recorreremos el cielo en nuestros besosTe cuidaré en cada noche oscuraNo permitiré que el temor te envuelvaEscúchame, pasé tantas noches pidiéndote (esperándote ) y ahora que te veo a mi lado sé que mi alma y la tuya se amanEste encuentro estaba escrito, ya no escapes de mi corazonEres todo y necesitaba decirlo (decírtelo)Eres quien me hace feliz (sólo tú)
Entonces lo vi…y descubrí que en su mirada había amorQue en sus palabras había verdadQue sus brazos eran fuertes y me protegería de todoQue sus manos me levantarían si alguna vez no quería volverlo a hacerQue sus dedos limpiarían cada una de mis lágrimasQue su frágil cuerpo sería mi refugio en la nostalgiaQue sus labios me ofrecían un hogarQue en su dulce voz encontraría consueloQue su respirar estaba lleno de esperanzaQue en él había demasiado amor por entregarQue en su vocabulario no existía el egoísmoY que para su mente no era posible el lastimarmeEntonces me di cuenta de que él no eras tú...
¿Por qué no me dijiste adiós?¿Por qué tu mirada se perdió?Tan dentro de mí... siento un gran dolor por ti amor Por pensar que no volverás...Me lastima recordar... que te irás lejos de mi y olvidarás que yo... te esperaré a pesar de todo....El tiempo pronto pasará, el sol se olvidará de mí... y tu recuerdo volverá a mi otra vez...Y mi dolor seguirá de pie matándome...¡Te necesito aquí! ¡Vivir sin ti me hace mal! ¡No lo puedo sportar!Tu ausencia en mi ser rompe mi vida en mil pedazos y hoy...La lluvia cae otra vez sobre mí, me he quedado observándote simplemente...Tu olvido me hace llorar y sufrir mientras tus ojos se apartan de mi mundo...Te Amo y odio verte partir tan frio, tan lejano, tan ajeno...Tú eres todo para mí...Te extraño tanto tu eres mi luz, pero si no estás más...Yo no quiero vivir...  
Después de varios días observándola caminar hasta su casa decidí ir a su encuentro.La saludé amablemente comentándole que era una grata coincidencia, no se mostró muy animada, de hecho no me reconoció hasta que le pregunté por mi amiga, se sonrojó y me saludó con un pequeño beso en la mejilla.Hablamos poco, al despedirse me quedé con su dulce aroma en el rostro. Seguro ese día le contaría de mi a su novio y se daría cuenta de que debería estar a mi lado.
Esa tarde hablé por teléfono con mi amiga, y me dio una noticia muy poderosa: la chica habia terminado con el estúpido novio, y ahora era libre para correr a mis brazos. Días más tarde y después de haberlo planeado muy bien, decidí que era momento de otro encuentro ‘‘casual’’ para nosotros. Aprovechando la tristeza de una relación rota, yo podría ser un hombro donde llorar, o un buen consuelo con una platica amena en un café cercano.Caminé por la acera frente a su casa, mientras ella salía y cerraba la puerta, yo acortaba el paso para que al girar lo primero que viera fuera mi cara sonriente, y sucedió justo como lo esperaba. 

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