• Ibrahim Fajardo
Ibrahim1980
-
-
  • País: Venezuela
 
"Las drogas destruyen los sueños del Hombre, destruyen su vida, sus ilusiones"
FRASES MÍAS
Autor: Ibrahim Fajardo  259 Lecturas
DIOS, EL ETERNO ENAMORADO DEL HUMANO Qué grande es su Amor. Qué grande es su Bondad. Él es la rosa que está plantada en el jardín del cielo. Cuán hermoso es Él.En un tiempo muy lejano, Dios (Padre, Hijo y Espíritu Santo) creó al humano a su imagen y semejanza (Génesis 1, 26-28), luego se enamoró de él, como un autor que se enamora de su obra porque ve en ésta vibrar su amor, su dedicación, parte importante de su alma y de su vida. Dios ama al humano en un constante y divino misterio de Amor (Evangelio de Juan, 13, 1). El humano, a su vez, debe amar a Dios, no porque sea una obligación amarle y adorarle, sino porque es natural amarle, así como es natural que amanezca con la aurora y con el canto de los pájaros. Dios, el eterno enamorado del humano, su eterno Amante, su Héroe, su Señor, su Amigo, su Compañero, su Escudo, Su Sol, su Luna, su Flor, su Ternura, su Dulzura, su Meta, su Protector. Dios, para el humano, es aquello que todas las cosas de este mundo no pueden ofrecerle y darle. El humano es una estrella, Dios es el universo. El humano es un río, Dios es el mar. El Hombre es un “do”, un “re”, un “mi”, un “fa”, Dios es una sinfonía completa. El Hombre es un ser finito, limitado, Dios es infinito, un infinito misterio de amor. Dios, el eterno enamorado del humano, el eterno enamorado de las almas humanas, nadie piensa más en el humano que Él (Salmo 139: 17-18), nadie lo sueña más que Él, nadie lo quiere y lo ama más que Él (Jeremías 31, 3).
"No busco nada, porque a veces no buscando se encuentra más".
FRASES MÍAS
Autor: Ibrahim Fajardo  250 Lecturas
          Cuán noble es la Tierra con nosotros: nos da su biodiversidad, sus riquezas, sus frutos abundantes y alimenta a generación tras generación desde tiempos inmemoriales. Cuán paciente es la Tierra: espera a que maduremos, a que tomemos conciencia, a que cambiemos nuestra forma de comportarnos con ella, a que nos comportemos como sus verdaderos hijos. Y ha estado esperando generación tras generación. Cuán sabia es la Tierra: hay muestras de sabiduría en toda la Madre Natura… en los ríos…en los mares… en los bosques… en las sabanas. Y su sabiduría es eterna: está allí al servicio y al alcance de todas las generaciones. Cuán desinteresada es la Tierra: lo único que espera de nosotros es que la amemos como ella nos ama, de corazón. En el amor verdadero no hay espacio para el interés. El amor verdadero es algo puro, sublime, es como un cántico celestial, como un eco que se propaga por los valles, por el aire, por todas partes. Lo único que la Tierra espera es que sus hijos seamos buenos hijos, que sus hijos seamos humanos y respetemos cada forma de vida. Porque esa actitud es la garantía de la vida. Cuán musical es la Tierra: nos ofrece todo un mundo de sonidos, desde el canto de las aves, pasando por las olas del mar, hasta el sonido de las ramas de los árboles agitadas por el viento. El Hombre, desde un principio, quedó encantado con la musicalidad de la Tierra y entonces quiso crear él mismo sus propios sonidos, quiso organizarlos y controlarlos. De esa forma nació la música como la conocemos. Pero todo esto se lo inspiró la Tierra al Hombre. Cuán hermosa es la Tierra: sus montañas, sus playas, sus atardeceres, sus amaneceres, sus especies de aves, sus flores campestres, sus manantiales, sus estaciones, sus árboles, sus lugares más remotos. Con el ajetreo de la vida moderna, entre el tráfico, el smoke y la locura de una vida llena de facturas por pagar, podemos olvidar muchas cosas, (porque nuestra memoria no es infalible), pero hay algo que no podemos olvidar: La Tierra es un ser vivo, no es un objeto. Ella siente, padece, sueña. Siente todo lo que le hacemos (las caricias y los golpes que le damos); padece por nuestro mal comportamiento; sueña con un futuro mejor, con que algún día cambiemos totalmente; sueña con que haya miles de millones de ecologistas. Sueña con que no le hagamos más daño y, por ende, que no nos hagamos más daño a nosotros mismos. Porque ella sabe muy bien que el respeto a cada forma de vida y la explotación racional de los recursos naturales en el planeta son la garantía de la vida, la garantía de nuestras propias vidas. Hace tiempo leí una frase que decía así: “No heredamos la Tierra de nuestros antepasados, más bien la pedimos prestada a nuestros descendientes.” Esa es una gran verdad que ojalá quede guardada en nuestras mentes y en nuestros corazones, para así construir un mundo mejor, más habitable, más humano.   ATRIBUTOS DE LA MADRE TIERRA - CC by-nc-nd 4.0 - Ibrahim Fajardo Muñoz
LUCEROS EN LA DISTANCIA Un lucero en la distanciaMe señala un camino¿Adónde llevará esa senda?¿Conducirá a buen destino? Otro lucero en la distanciaSe dibuja y desdibuja¿Acaso no me mostrará su camino?¿No llevará a buen destino? Bajo el techo donde habitoRecibo sus luces lejanas Tan brillantes como los ojos del AmorTan antigüas como la Música.  ¡Oh, distantes luceros! Pobladores del firmamentoEn el silencio ustedes brillan y "saltan"Pero callados siempre los veo. Tarde o temprano llegará el día En que me sumerja, con ustedes, en el infinitoEso es más que seguroPorque, antes que todo, soy finito.  I. F. 
"El confesor, en el confesionario, confiesa a quienes se quieren confesar y quedan confesados"
1-) "El que espera desespera, y esperando se queda"2-) "Dios está arriba y ve para abajo"3-) A éste como que no le echaron el agua del bautismo (para referirse a una persona no buena)4-) "A cada cochino le llega su sábado"5-) "Con hambre, no hay mal pan"6-) "A falta de pan, buenas son tortas"
DÍAS FELICES   Un día notablemente feliz en mi vida será cuando plante un árbol. Porque me sentiré en armonía con la Naturaleza y me reivindicaré, de algún modo, con ella. Quiero que me disculpe si, en alguna ocasión, he profanado su templo, destruido sus columnas. Que me disculpe si alguna vez la he ofendido, la he herido. Que me perdone si he causado “cráteres” a sus mejillas. Que me dé su perdón, si le he hecho derramar lágrimas saladas y amargas en días de copiosa lluvia. Y si mi actitud ha sido, a menudo, indiferente para con ella, pues entonces me arrepiento, me arrepiento de corazón y no de mente.   Otro día notablemente feliz en mi vida será cuando haga algo por alguien. Cuando ayude a restaurar las piezas de un templo en ruinas, de esos que andan deambulando por líneas rectas de asfalto. Cuando no dé algo simplemente porque me sobra, sino que me haya quitado algo de mí para dárselo a otro. Cuando no espere recompensa, aplausos o fanfarrias por hacer algo a alguien, también será un día de felicidad, como para no olvidar.    Otro día feliz en mi vida será cuando me ponga en el lugar del otro, "en los zapatos del otro", cuando practique la “empatía”. Cuando logre la amplitud de ir más allá de mi propio punto de vista, que siempre es limitado, finito, que siempre necesita de la pluralidad.   Otro día de felicidad será cuando escriba algo que se parezca, aunque sea un poco, a la Oda a la Alegría que plasmó Schiller. ¡Ojalá pudiera! Cuando cante el Himno de la alegría de Beethoven y no olvide sus estrofas. Y mucho más, más feliz, si lo interpreto tocándolo con varios instrumentos y en todas las escalas mayores conocidas.   Creo que un día triste en mi existencia no tiene que ser necesariamente cuando vea que las cosas no me salen como esperaba, tendré que pensar que no convenía tal o cual manera, tal o cual escenario, tal o cual plan. Tendré que tener un poco de eso que llaman paciencia. Pero resulta que la paciencia no es algo que se venda en una farmacia de turno.    Creo que un día triste en mi existencia no tiene que ser precisamente cuando un sacerdote esté concluyendo el acto de mi despedida de este mundo con las palabras ya conocidas de antemano: “En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”, o como decían antes, en latín: “in nomine patri, et filii et spiritu sancti”. Sólo espero una cosa en esta vida: cada vez recortar más las distancias entre lo que pienso, lo que digo, y lo que hago, entre lo que concibe mi mente y lo que hacen mis manos, entre las ideas, los dichos y los hechos. Si hay un punto neurálgico en todo esto, es precisamente éste. El día más feliz de mi vida será también... cuando tenga un hijo, porque será la prolongación o extensión de mi ser, y cuando haya más alabanza, más fe, más amor, más caridad, más esperanza, más gratitud, más cánticos, más congruencia entre la mente y el cuerpo, entre los pensamientos, los dichos y las acciones.   DÍAS FELICESII - CC by-nc-nd 4.0 - Ibrahim Fajardo Muñoz
DÍAS FELICES
Autor: Ibrahim Fajardo  491 Lecturas
Imagen
MUNDO AZUL
Autor: Ibrahim Fajardo  438 Lecturas
Imagen
EL KOALA (HUMOR)
Autor: Ibrahim Fajardo  346 Lecturas
"Toda buena acción genera buenos resultados, genera empatía. Así como toda mala acción genera malos resultados, genera resentimientos. Una de las cosas más hermosas en la vida es la solidaridad, el ser capaces de ser solidarios".
FRASES MÍAS
Autor: Ibrahim Fajardo  301 Lecturas
LA SINFONÍA DE DIOS: No hay duda de que Dios es el maestro de maestros, el mejor músico, el gran creador y armonizador del Universo. Dios es el aclamado director de la más grande Orquesta Filarmónica reunida: La Orquesta Filarmónica del Amor Eterno. También es el célebre compositor de la que es considerada como la mejor “sinfonía” de todos los tiempos: La Creación. Dicha obra está pensada y orquestada para una gran cantidad de instrumentos. A este respecto, se puede decir que los geniales Ludwig Van Beethoven y Gustav Mahler se quedaron cortos. Hay que destacar que la Sinfonía de Dios tiene una particularidad: entre los instrumentos con los que se interpreta no son los de viento-madera, ni los de viento-metal, ni los de cuerda, ni los de percusión los que tienen un papel importante o protagónico a lo largo de los movimientos de la obra. Son los instrumentos de “carne y hueso” quienes captan toda su atención, porque así lo ha querido Él, porque esos son sus instrumentos predilectos. Indiscutiblemente, la Sinfonía de Dios está en modo mayor, se puede decir que está en la tonalidad de do mayor. Se puede hacer esta afirmación no solamente porque muchos hayamos visto y reconocido la armadura de clave que aparece en la partitura de la Creación divina, sino porque Dios es Amor, Alegría, Misericordia, Paz y no tiene alteraciones. Porque Dios es inmutable, fue, es y será el mismo a través de tiempo. Y sus leyes y principios son constantes a través del tiempo.   La creatividad del Ser Supremo como compositor no tiene parangón. Y eso que ha habido grandes y notables compositores a través de la Historia. No olvide el lector que Bach, Händel, Mozart, Beethoven, Schubert, Liszt, entre otros, están en deuda con Él. Pero tomaré como ejemplo a uno de ellos, al genio de Bonn, el gran Ludwig Van Beethoven (1770-1827) Según mi parecer, en la hermosa Sexta Sinfonía, también conocida como La Pastoral, Él quiso hacer de eso un gran canto a la Naturaleza. Beethoven quiso expresar su agradecimiento por tanta belleza, por tanta grandeza plasmada en la Naturaleza y me imagino que, quizás, quiso decir algo como esto en los pentagramas: “Todopoderoso del Universo. Me siento feliz, encantado, cómodo, pleno, caminando por los bosques. Todos los árboles me hablan de ti, de tu amor, de tu sapiencia y  quieren revelarme, de algún modo, tus grandes misterios. ¡Cuánta gloria hay en uno de estos bosques! Me siento feliz entre los árboles, las ardillas, las diferentes criaturas que viven aquí. En este lugar se encuentra la paz que a los hombres les permite servirte”. Ahora, en cuanto a los instrumentos preferidos de Dios, los de “carne y hueso”, se puede decir que están hechos a su imagen y semejanza. Y como Dios es Amor, ellos también deben reflejar, como espejos, esas cualidades de Amor, Bondad, Paz. Cuando sucede así, puede hablarse de consonancias, de armonía, de afinación, de compenetración entre el ejecutante y su instrumento, entre el director y los instrumentos de su orquesta. Puede entonces hablarse de verdadera y hermosa música. Pero no siempre sucede así. El mundo de hoy es como una gran sala de conciertos donde continuamente se tocan “sinfonías” que suenan muy mal, que pretenden ser “vanguardistas”, “modernas” y decir que la Sinfonía de Dios, es decir, su obra máxima, La Creación y sus principios y leyes, está en desuso o “anticuada”.Cuando hablo de esas sinfonías del mundo, me refiero a un mundo que está de espaldas a Dios. Y cuando el instrumento de “carne y hueso” no refleja esas cualidades de Amor, de Bondad, de Paz, puede entonces hablarse de disonancias, de falta de armonía, de falta de afinación, de falta de compenetración entre el ejecutante y su instrumento, entre el director y los instrumentos de su orquesta. Cada instrumento de “carne y hueso” en el mundo de hoy puede tener cierto grado de desafinación o afinación, dependiendo, pero Dios, en su amor, lo que quiere es sacar bellas notas, bellos pasajes, en una obra que es su Sinfonía y que tiene seis movimientos a mi parecer, sí, fuera de lo común de los cuatro movimientos de una sinfonía clásica, porque Dios hizo su obra en seis días y en el séptimo descansó. Me imagino que, en el séptimo día, se sentó cómodamente en su butaca y descansó de toda su obra realizada y a Dios le pareció hermosa su obra, La Gran “Sinfonía”, La “Sinfonía” de Dios, la Creación.  LA SINFONIA DE DIOS - CC by-nc-nd 4.0 - Ibrahim Fajardo Muñoz
"La música clásica, la mejor de todas, está hecha por los grandes compositores de la Humanidad, los grandes maestros, que hicieron uso de la técnica, de la inspiración melódica y los sentimientos humanos para dejar plasmadas obras clásicas, interpretadas por las grandes orquestas" I. F.   
"Hay gente que cree en Dios, pero que no van a Misa. Tambien hay gente que va a misa, pero que no cree en Dios. Hay de todo en el mundo"  I. F. 
“Ha habido, en el mundo, dos Guerras Mundiales. ¡Eso es más que suficiente! ¿Para qué más balas, más bombas, más estruendo, más muertos, más llanto y lamento?” I. F. 
     Mucho antes de crear al Hombre, Dios se había dedicado a hacer de la Tierra un lugar hermoso, habitable. Había creado y esparcido por el universo el hidrógeno y el oxígeno. Había fusionado estos dos elementos para formar un maravilloso y vital líquido: H2O. Había creado las estrellas, las galaxias, la vía láctea, los cometas, los asteroides, los planetas y los satélites, nuestro sistema solar, con sus planetas y sus respectivos satélites. Había creado también la hermosa luna para que acompañara siempre a la Tierra. Había creado además la música, la danza y la poesía para que acompañaran siempre al humano en sus alegrías y en sus tristezas, en los sostenidos y los bemoles de la vida. Había creado las plantas y los animales. Había hecho el sol para que nutriera a la Tierra y a todos los seres vivos con su energía y su calor. Pero hubo un momento cuando Dios se dio cuenta de la fragilidad de la Tierra, de lo delicada que es, de su vulnerabilidad ante ese “gigante gaseoso”, llamado el sol. Entonces Dios pensó rápidamente en una solución eterna y creó una gran capa protectora formada por partículas de ozono (O3), oxígeno triatómico, para que absorbiera siempre la mayor parte de las letales radiaciones provenientes del sol y del espacio exterior. Dios colocó esta maravillosa “capa” en la atmósfera de la Tierra, a modo de escudo protector.       Muchísimo tiempo después, luego de la Revolución Industrial (siglo XVIII y principios del XIX en que Gran Bretaña y después Europa continental sufrieron una serie de transformaciones económicas y tecnológicas, como nunca antes en la Historia de la Humanidad) y con el crecimiento de la población mundial, con el transcurrir del siglo XX y de los primeros años del siglo XXI, el humano ya le ha hecho grandes agujeros a esa “capa” protectora y continúa destruyéndola, poco a poco, paso a paso. El humano, impulsado por la irracionalidad, por la irresponsabilidad, por el egoísmo, por la falta de amor, por la falta de respeto por su propia vida y por cada forma de vida de este planeta y por las generaciones futuras, continúa destruyéndola, esa capa maravillosa. La Tierra pareciera estar respondiendo ante tantos maltratos. Recuerdo que había una profesora, en bachillerato, en la materia Ciencias de la Tierra, que nos decía algo como esto: “Yo nunca he visto alguna ballena lanzando petróleo a los mares y océanos, nunca he visto que alguna criatura de la naturaleza fabrique químicos que destruyan la capa de ozono, solamente el humano”. Eso es muy cierto, las demás criaturas no hacen sino conservar el medio ambiente donde viven. Porque saben, de alguna forma, que destruir el medio ambiente es acabar con ellos mismos.     Con fortuna, existe un remedio para esta locura destructora y esta tendencia hacia la propia aniquilación: debe el Hombre enamorarse de la vida, enamorarse de verdad de la Tierra, reconocerla como “madre” y hacer todo lo posible por no abrirle más agujeros a la “capa” que la protege tomando las medidas necesarias, valorar lo que Dios nos ha dado, que es muestra de la prevención de Dios, de lo minucioso y detallista que es Dios, que es muestra de un amor sin límites, de su amor ilimitado (Primera carta de Juan 4, 16).Ibrahim F. 
 SONETO Nº 2 SOBRE JESUCRISTO Jesucristo, el cordero de Dios Que quita los pecados del mundo Se le siente en silencio y en profundo Él es la Luz Divina, Él es Dios.   Jesucristo es también El Buen Pastor Su voz la oyen sus ovejas A nadie solo lo deja Y dijo, en la cruz: “Perdónalos, Dios”.   Jesucristo es la vid Nosotros somos los sarmientos Y su reino no tendrá fin.  Jesucristo, El Alfa y el Omega El amigo fiel, principio y fin Del Paraíso, nos abrió las puertas.
Imagen
ACRÓSTICO (TREN)
Autor: Ibrahim Fajardo  250 Lecturas
“SINFONÍAS DEL MUNDO” “Escucha, hermano, la canción de la alegría, el canto alegre del que espera un nuevo día. Ven, canta, sueña cantando, vive soñando el nuevo sol en que los hombres volverán a ser hermanos. Ven, canta, sueña cantando, vive soñando el nuevo sol en que los hombres volverán a ser hermanos.” Himno de la alegría, Novena sinfonía de Beethoven.   La sinfonía de la guerra está escrita en “sol menor”. Ella inspira odio, tristeza, temor, maldad, crueldad y venganza. Se interpreta todos los días, en algún lugar del mundo, en alguna región en conflicto, en alguna zona en tensión. La sinfonía de la paz, en cambio, está escrita en “sol mayor”. Ella inspira amor, alegría, confianza, bondad y canciones que mueven al perdón. Se interpreta algunas veces, en algunos lugares del mundo, pero no como uno quisiera, no como se debería. De las dos sinfonías anteriores, es preferible la que está en “sol mayor”, porque es interpretada por la Orquesta Filarmónica de la Ciudad del Amor y porque su tema principal es el triunfo del bien sobre el mal, la victoria del compartir y del amor sobre toda mezquindad. También es preferible porque sus otros temas son un sinnúmero de cosas sencillas, pero muy hermosas y valiosas que no pueden ser descritas en cuartilla alguna. Esta sinfonía está llena de acordes alegres, de bellas melodías que dan al espíritu una sensación de bienestar que no se puede comprar con billetes y monedas. Gracias a esta obra, se puede apreciar con tranquilidad el brillo de las estrellas, los ciclos de la naturaleza, los cantos de los pájaros, sin tener que vivir en la zozobra y el estruendo causado por las bombas. La sinfonía en “sol mayor”, ejecutada por la Orquesta Filarmónica de la Ciudad del Amor, tiene un sonido de calidad infinita; no es estridente, como sí lo es la sinfonía escrita en “sol menor”. El mundo pide, entre lamentos y lágrimas, la sinfonía en “sol mayor”. ¡La necesita urgentemente! ¡Por supuesto que es así! Los ciudadanos que no ven aumentadas sus cuentas bancarias gracias a los conflictos bélicos, son los que piden, con todas las fuerzas de sus voces, la sinfonía escrita en “sol mayor”, opus 3.000. “Ya el público está cansado de oír la sinfonía en ´sol menor´: las bombas, las balas, las granadas, las metralletas, los estruendos de la guerra”, dice una voz que prefiere que no sea revelada su identidad. “¡Ya basta de guerras! ¡Dejen que nosotros tengamos un futuro mejor!”, gritan los ojos de los niños. “¿Es que acaso no ven que nos están negando la posibilidad de vivir una vida plena, una vida en paz, en armonía?”, preguntan los ojos de los bebés. “Las conflictos bélicos y la contaminación de este planeta no pueden ser nuestras opciones”, dice un venerable anciano, en una entrevista. “Pero llegará el día del cambio, de la regeneración de los tejidos de la Tierra. Eso es tan seguro como que existe el cielo y su contrapartida; tan seguro como que todos vamos a morir. Llegará el día en el que dejaremos de vivir en el submundo, día en que todo dará un giro radical y el caos sucumbirá ante el orden supremo”, dice, con mucha pasión, un predicador en una plaza ante un grupo de personas. “Yo creo que, para desgracia de todos nosotros, el público de todo el mundo seguirá escuchando por un buen tiempo los acordes disonantes y los largos y complicados movimientos de la sinfonía escrita en “sol menor”, expresa un profesor de música.     “¡Basta! ¡Basta! ¡Ya basta de tantas guerras!”, son gritos que se oyen en inglés, en alemán, en español, en francés, en portugués, en italiano, en japonés, en mandarín. Y también en otras lenguas, en dialectos, hasta en esperanto y latín.  “Yo creo que la sinfonía en “sol menor”, por la misma lógica de la música, por las leyes de la armonía, va a modular, va a cambiar en alguna parte a su relativo mayor, a Si, y se quedará en una tonalidad mayor y concluirá en ésta, decepcionando así a todos aquellos oyentes y melómanos que quieren que la obra termine en una tonalidad menor, oscura, triste y sombría”, dice otro músico.    Amigo lector, como hemos visto, la sinfonía en “sol mayor” es la más esperada por todo el público. ¡Y es que no puede ser de otro modo! Ahora bien, cabe preguntarse lo siguiente: ¿Quién escribirá esa gran obra? ¿Acaso un compositor de la talla de Schubert, o de Brahms, o de Mahler? Probablemente, por primera vez en la historia de la Humanidad, una sinfonía podría ser escrita por muchas personas, por miles de millones, cada una dando lo mejor de su inspiración, cada una aportando sus conocimientos de armonía para el logro del bien común. Sería pues la sinfonía en “sol mayor”, opus 3.000, titulada Del Mundo Nuevo, del mundo pacífico. Y a nadie se le atribuiría su composición, sería un éxito total y de todos. Nadie se cansaría de escucharla, en un mundo diferente. “¡Que entre, pues, el director! ¡Que se prepare la Orquesta Sinfónica de la Ciudad del Amor! ¡Que se toque la música más bella jamás oída! ¡Música, maestro! ¡Que canten los clarinetes con su clara voz! ¡Que el piano suene como gotas de rocío! ¡Que los violines toquen la melodía de la gloria, de la paz! ¡Que las flautas y los fagots doblen las notas de si, si, si y toda la orquesta haga un colosal crescendo!”, repite una y otra vez un actor que ensaya, ante un espejo, parte de una obra teatral. “Estamos seguros de que Mozart sonreirá complacido al escuchar los primeros compases de la sinfonía en “sol mayor”, cuyos principales temas son la Humanidad, la sinceridad, la hermandad, la fraternidad, la solidaridad, la comunicación, el diálogo y el respeto entre los pueblos del mundo con todas sus diferencias. Presentimos que Haydn la aprobará enseguida”, dice otro actor al ensayar sus líneas. Y luego, algún tiempo después, uno de los artistas, ensayando aún su parte, agrega: “Y al escuchar la sinfonía en “sol mayor”, Beethoven, el genio de Bonn, muy emocionado dirá:  ´Ya yo había ensayado algo como esto en mi novena sinfonía; pero tengo que decir que lo que acabo de escuchar es una maravilla. ¡La sinfonía en “sol mayor” es una auténtica joya! ¡Guárdenla, consérvenla muy bien! ¡Qué bueno que tantas almas hayan tenido participación en una obra como ésta! Porque éste es el triunfo definitivo del bien sobre el mal, la victoria definitiva de la paz y el amor sobre la guerra y el odio. La crítica especializada y el público en general, sin duda alguna, tendrán que rendirse y sucumbir ante los encantos y virtudes de esta composición. Con la alegría y la admiración que hoy tengo, les digo esto: la última de mis sinfonías, mi novena sinfonía, fue apenas un sueño, un preludio a lo que ustedes iban a hacer, hermanos míos, la sinfonía en “sol mayor”, Del Mundo nuevo, del mundo pacífico, opus 3000. Ha llegado el momento que yo soñaba cuando componía ésa obra´. Ibrahim E. Fajardo
Eres un ser humano, mucho más que una criatura, un hijo de Dios, tienes la dignidad de un hijo de Dios (1era carta de Juan 3, 1), eres una auténtica maravilla hecha, con mucho amor, por el Creador. Como cualquiera de tus semejantes, puedes tener tus momentos de gloria en este globo terráqueo (aunque no sean más que suspiros comparados con la edad de las galaxias y del universo) y puedes tener también tus momentos de miseria. Considera todo lo que tienes en tu vida, todas las bendiciones y agradece, de corazón, con todo tu amor, a Dios por eso, porque Él es la fuente, el dador de vida, el principal proveedor, el que nunca se cansa de hacerte el bien, tu benefactor, porque, como dice la Escritura, qué tienes que no te haya sido dado del cielo. A Dios le agrada que seamos agradecidos. Además, está comprobado que ser agradecido es bueno para la salud en general, porque libera el gozo en nosotros. Y es que también es algo hermoso ser agradecido. Consideremos el pasaje de la Biblia donde Jesús curó a diez leprosos (Evangelio de Lucas 17, 11-19) y solamente uno se devolvió para agradecerle a Dios y glorificarlo. Cuán desilusionado y triste hasta cierto punto debe haberse sentido Jesús en ese pasaje. Incluso, aunque sea difícil, se debe agradecer por lo que no es tan bueno en nuestras vidas, por las cosas que aparentemente son malas para nosotros, porque todo forma parte de la experiencia de la vida y todo tiene el propósito de formarnos como seres humanos.    Considera que tienes dos ojos con los cuales puedes ver amaneceres, atardeceres, arreboles, arcoíris, el colorido de las aves, auténticos cuadros vivos de gran belleza que, aunque se reunieran Picasso, Gauguin y otros más de su talla, nunca podrían ser igualados con los cuadros vivos y hermosos que te ofrece la Madre Natura. Considera que tienes una nariz con la que puedes percibir el olor de las rosas, de las cortezas de los árboles, de la vainilla, de la canela, del chocolate, de la hierba humedecida, del perfume de la mujer o el hombre que amas. Considera también que tienes una boca con la que dices cientos de palabras, con la que puedes bendecir o maldecir, decir la verdad o mentir, dar consejos a tus amigos, a tus familiares, animar al que está decaído. Considera que tienes unos labios con los que puedes brindar una sonrisa y hacer algo para alegrarle un poco el día a tu prójimo, a aquel que está próximo a ti. Esos mismos labios con los que puedes besar a un niño, a una joven, a los viejitos. Considera que tienes los oídos con los que puedes oír y escuchar lo que alguien te cuente, lo que alguien te confíe. Tienes también tus manos y tus dedos con los que puedes tocar cualquier tipo de escala con la guitarra española o la eléctrica, con los que puedes recoger la arena en la playa. Esas tus manos que puedes extender a quien las necesite, a aquel que tiene problemas y que necesita de un amigo en quien apoyarse. Y por si todo lo anterior fuera poco, como si fueran pocas las bendiciones, tienes en el “techo” de tu cuerpo, una “máquina” perfecta, asombrosa, calculadora, que trabaja continuamente de día y de noche y que le manda órdenes precisas a todos tus órganos. Tienes también memoria y conciencia de lo que haces, puedes disfrutar de las cosas e interiorizar las experiencias vividas. Investigas, lees, te expresas, te alegras y te entristeces y sabes que algún día dejarás esta tierra para pasar a otra vida, que es la Vida Eterna (1era carta de Juan 2, 24-25), que es el mayor de los regalos de Dios para nosotros, donde ya no habrá más enfermedad, ni dolor, ni sufrimiento, ni llanto, sino un compartir la felicidad divina, la felicidad que Dios nos quiere comunicar desde siempre. Pero de entre todas las cosas que tienes, de entre toda la riqueza que puedas acumular, hay algo que representa la cima en tu vida. No se te puede olvidar que tienes un “cofre rojo”, muy especial, justo allí en el pecho, que es también maravilloso, donde puedes guardar ternura, dulzura, comprensión, compasión, misericordia, perdón, bondad, agradecimiento, humildad, sencillez, poesía, música, buenos deseos, amor al prójimo, es decir, donde puedes guardar todo aquello que te acerque y te asemeje en algún grado a Dios, o bien donde puedes acumular odio, egoísmo, maldad, deseos impuros, intrigas, mentiras, (Evangelio de Marcos 7, 20-23) todo tipo de asperezas que sólo el amor verdadero puede limar. Ese cofre rojo es una auténtica maravilla, claro está, sin desprestigiar a la gran “máquina”, perfecta y calculadora, que tienes en tu “techo”.   Ojalá que siempre puedas guardar, en ese cofre rojo, muy especial, canciones de amor inolvidables, palabras profundas y sinceras, verdades, acciones de amor, mucho agradecimiento, la práctica del bien, mucha bondad y misericordia. Ojalá que algún día, con toda la ayuda que puedas necesitar para alcanzarlo, puedas guardarte tú mismo en el cofre mayor, el del rojo más intenso, en el cofre rojo que es la Fuente del Amor Verdadero y así nunca más salir de Él, para que lo ames con todo el corazón y con toda tu alma por siempre y para siempre.  CONSIDERA Y AGRADECE POR LO QUE TIENES - CC by-nc 4.0 - Ibrahim Fajardo Muñoz  
Imagen
ACRÓSTICO (ROMA)
Autor: Ibrahim Fajardo  236 Lecturas
LEOPOLD MOZART (1719-1787) Y SU HIJO MOZART (1756-1791): Fue un músico, un violinista y fue el padre del talentoso Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791). El mismo año en que nació el súper dotado Mozart, en 1756, Leopold publicó un tratado sobre la enseñanza del violín, que era el instrumento que él dominaba. Se encargó de la enseñanza musical de su hijo que no asistió a conservatorio alguno. Y sacrificó, en buena parte, su propia carrera como músico para dedicarse a presentar a su retoño y su maravilloso don a parte de Europa. Sí, porque cuando Mozart era un niño, su progenitor lo llevó por varias ciudades europeas importantes a presentarse ante reyes y grandes personajes despertando en ellos la admiración ante el gran don de ver cómo él tocaba el teclado o el violín, cómo podía improvisar sobre un tema dado, cómo podía ejecutar música con una facilidad sorprendente. De 7 hijos que tuvo, sólo dos sobrevivieron y éstos fueron: Mozart y su pequeña hermana, Nannerl. Y como el señor Leopold era también un hombre de fe, un hombre piadoso, hizo una declaración que quedó guardada para la Historia: “Dios permitió que el Milagro ocurriera en Salzburgo”. Ahora, “el genio de Salzburgo”, empezó a escribir música alrededor de los 5 años de edad. Y murió a los 35 años. Por lo tanto, se puede decir que fueron 30 años, 30 maravillosos años en los que estuvo desarrollando el talento que el Creador le dio, creando su música, su universo de sonidos, la perfección y la belleza de su música: sus sonatas, sus sinfonías, sus conciertos, sus divertimentos, sus cuartetos, su música que fue del propio Período Clásico, también conocido como el Clasicismo. El Clasicismo fue un período de la música clásica en el que dominaron nombres como Haydn y Mozart, entre otros. Y se caracterizó, entre otras cosas, por la búsqueda de la perfección, por el seguimiento estricto de cánones o reglas a la hora de componer, por la búsqueda del equilibrio, de la armonía, de la mesura, de la belleza, pero siempre mirando hacia la razón, hacia el intelecto, por sobre las pasiones. En ese mismo período se puede colocar o ubicar al Sr. Leopold Mozart. Volviendo a Leopold, se puede decir que no hizo tanto caso a la preservación de su música como sí lo hizo con la de su hijo. Sin embargo, algunas de sus composiciones han llegado hasta nosotros y son de una gran belleza, como las siguientes: El Divertimento en fa mayor, La misa solemnis en do mayor, la sinfonía de caza en sol mayor, la sinfonía pastoral en sol mayor, la sinfonía burlesca. También cabe decir que existe una sinfonía de los juguetes cuya autoría se la atribuyen a Leopold, pero hay algunos autores que afirman y sostienen que no es suya. También hay que decir que fue un hombre de amplios intereses y que pronto dejó la Universidad para entrar a formar parte del equipo musical del arzobispo de Salzburgo. Y fue allí donde destacó luego siendo “maestro de capilla”. Uno de los momentos más duros en la relación entre Leopold y su hijo fue precisamente cuando Mozart quería casarse con Constanza Weber. Leopold consideraba que su retoño no debía casarse, ya que no tenía unos ingresos estables, estaba en precaria situación económica. Pero Mozart lo hizo sin el consentimiento de su padre, en agosto de 1782. A Mozart le acompañaría una difícil situación económica debido a sus muchos gastos y su afición por el juego, por los juegos de azar. Leopold Mozart falleció en 1787, a los 68 años de edad. Nos dejó parte de su música y dio al mundo una de las más grandes figuras de la música clásica de todos los tiempos: el genial Wolfgang Amadeus Mozart cuya obra contiene más de 1.000 composiciones, desde su niñez hasta su adultez. Y cada una de ellas es una obra de arte en sí misma por la calidad de su trabajo. Gracias a ustedes por leer y gracias por estar allí. Ibrahim Fajardo
"Yo amo el ajedrez, porque es un sano entretenimiento, porque es cultura, porque es un juego que se deja amar" Ibrahim E. Fajardo
"Con la educación y la cortesía, podemos decir muchas cosas y podemos llegar lejos en la vida. Pues no se trata sólo de talentos o habilidades, sino de don de gente"Ibrahim E. Fajardo
"Fui educado en el Colegio La Salle y estoy orgulloso de ser Lasallista. Juan Bautista de La Salle fue un gran santo y un servidor de Dios"Ibrahim E. Fajardo. 
ODA A LUDWIG VAN BEETHOVEN (1770-1827): Beethoven, me deleito en tus divinos pentagramas Naciste, viviste y moriste para y por la música Has dado alegrías con tus obras a muchas almas Fuiste enviado del cielo para hacer celestial música.   Beethoven, creaste tu propio universo de sonidos En él te recoges, te expandes, te alegras, te entristeces Me extasía cómo empleas los bemoles y los sostenidos Y obras de diversos géneros las plasmaste con creces.   Tus nueve sinfonías son un tesoro de la Humanidad La Heroica, La del destino, La Pastoral, La Coral Fuiste un hombre que también tuvo su dificultad Pero fuiste un valiente pudiendo a ella superar.   Tus treinta y dos sonatas para piano Son un legado en cuanto a éste se refiere Tocando Claro de luna, Appassionata y Patética Hoy muchos grandes pianistas te lo agradecen.  Tus bagatelas, tus conciertos, tríos, cuartetos y ópera Es maravilloso ver cómo los elementos en ellos operan Beethoven, un poco orgulloso y hasta huraño Pero tu talento creció siempre, enorme, año tras año.Beethoven, no sería igual el mundo sin tu música Fuiste y siempre serás El genio de Bonn El mundo no sonaría igual sin alguna de tus musas Acordes y arpegios hoy hablan, y no se callan, de tu pasión. 
ODA A BEETHOVEN
Autor: Ibrahim Fajardo  407 Lecturas
"Haz caridad, haz caridad, haz caridad, ama y sirve y ya tú verás que sevirás para muchas cosas, para grandes cosas" Ibrahim E. Fajardo
"Los recursos naturales son tan importantes que tenemos que aprender a racionarlos, a administrarlos, a cuidarlos, porque, y no es exagerado decirlo, buena parte de la vida en este planeta depende de esto"Ibrahim E. Fajardo
"Si quieres vivir en buena forma esta vida, come sano, haz caridad, haz las cosas que te gustan, lee mucho, oye música clásica, practica algún deporte, ama, quiere, perdona, olvida, ora al Creador y también comparte las cosas que tienes"Ibrahim E. Fajardo
LA NECESIDAD DE DIOSDios es el creador del cielo y de la Tierra (Génesis 2, 4-6), quien separó la luz de la oscuridad (Génesis 1, 3-5). Dios también es un gran poeta, aunque no le hayan dado aún un Premio Nobel. Porque cuánta poesía hay en cada amanecer, en cada atardecer, en los picos de los pájaros besándose, en los peces haciendo burbujas, en los delfines nadando en el mar, en el caballo corriendo por la llanura, en la mariposa volando con gracia por el aire, en los colibríes y las flores, en las abejas que liban la miel, en el arcoíris que es como un puente de amor, que nos recuerda la promesa de Dios a Noé de no acabar el mundo con el agua (Génesis 9, 11-17). Dios es fuente de Vida y de Alegría. También Dios es autosuficiente, es Omnisciente, Omnipresente y Omnipotente, Él se basta a sí mismo. Sin embargo, Dios necesita del humano y lo necesita de muchas formas, en una “aparente contradicción”: Dios “necesita” que el humano escuche su Palabra, que la medite en su corazón y que luego la lleve a la práctica, al día a día, para así hacer de éste un mundo mejor; “necesita” que las manos de los humanos ayuden a su hermano necesitado; “necesita” que el humano se adentre en el camino que lleva a la paz, al sosiego, a la Vida, a la Salvación Eterna. Dios se basta a sí mismo, sí, pero de alguna forma “necesita” que los humanos vivan como hijos suyos, que cada uno sea como un árbol que da muchos frutos, como una paleta llena de colores. Dios está necesitado de humanos arrepentidos, doloridos, que estén en vigilia, rezando, orando, evangelizando, construyendo el reino de Dios aquí en la Tierra, que es posible, cada quien poniendo su “granito de arena”. Dios está necesitado de humanos que se alejen del camino del mal, que luchen por la verdad y se esfuercen en no decir más mentiras. Necesita de humanos que condenen al exilio las malas palabras, las burlas, el falso testimonio, la avaricia, la intriga, la envidia, el egoísmo, la maldad, la búsqueda del interés y el lucro en cada actividad humana. Ciertamente, Dios es Omnisciente, Omnipresente y Omnipotente, eso es así y será siempre así, pero “necesita” que nos amemos los unos a los otros, así como Él nos ha amado (Evangelio de San Juan, 13, 34-35), “necesita” de seres humanos que cultiven la virtud, especialmente de hombres sencillos y humildes de corazón que reconozcan que necesitan de Él, que dependen de Él, que lo tengan en cuenta y presente en sus vidas, en sus planes, en sus acciones.    Camino por las calles de la urbanización y llego a una parte donde crece el monte. Y allí me quedo un rato, mirando las florecillas silvestres que surgen allí. Y logro ver también muchas mariposas volando por los alrededores. Y eso constituye para mí un espectáculo hermoso y gratuito. Porque veo muchas mariposas posándose sobre las flores. Noto lo delicada que ellas son, tanto las mariposas como las flores. Y entonces me digo a mí mismo que Dios es amor (1era de Juan 4, 8), ternura, dulzura, trabajo, minuciosidad, pequeños y grandes detalles de amor. Y también pienso que Dios es Todopoderoso. Pero Él necesita de hombres que quieran conservar la casa de la Humanidad, el planeta Tierra. Dios está necesitado de personas que más bien se concentren en buscar los bienes verdaderos, los bienes del cielo, los bienes de arriba. Necesita de humanos que sean como ovejas, mansas, obedientes, que reconozcan la voz del Buen Pastor, que formen un solo rebaño. Dios “necesita” de hombres  que tengan una fe viva, una ardiente caridad, una fe viva con obras, con hechos, con hermosas muestras de amor, que sean como los árboles que dan frutos, porque esos frutos Él los guardará en el Sagrado Corazón de Jesús, en un lugar muy especial. Dios “necesita” de oídos que oigan, de ojos que vean, de corazones que se abran como una flor cuando quiere ser acariciada por los rayos del sol. Además “necesita” que los humanos oren o pidan por sus hermanos para que así pueda haber muchas conversiones a Él, para que de esa manera, muchos hermanos vivan pendientes de Dios y no de espaldas a Él.           Dios es autosuficiente, se basta a sí mismo, claro que sí, es Omnisciente, Omnipresente y Omnipotente, siempre ha sido así y será así, pero de alguna forma “necesita” de los humanos y su colaboración, en una “aparente contradicción”, porque Él es espíritu (Evangelio de Juan, 4, 23-24) Él es el padre de los espíritus y necesita de nosotros que somos espíritu, alma y cuerpo (somos espíritus encarnados) y que somos sus hijos que estamos de paso, de peregrinación, en esta tierra, en este mundo, y que podemos hacer uso del libre albedrío para que algún día nos encontremos con Él ya en la plenitud de la vida inmortal. Amén. I. F.
"La vida, esta vida terrenal, es fugaz. Lo más conveniente es que tú y yo vivamos de tal modo, que cuando nos toque partir de esta vida, de este plano, podamos dejar un ´bonito legado´, un puñado de amigos y un ´bonito recuerdo´" Ibrahim E. Fajardo
"Las mascotas, los animalitos en general, tienen derecho, así como nosotros, a una vida feliz, con todas sus necesidades cubiertas y ojalá que en este mundo tan convulso de hoy en día puedan recibir amor y cariño de parte de sus dueños"Ibrahim E. Fajardo
Imagen
ACRÓSTICO (ISLA)
Autor: Ibrahim Fajardo  207 Lecturas
LOS HOMBRES-ESTRELLAS, LOS HOMBRES-COMETAS “Por sus obras los reconocerán”   Los hombres que han hecho contribuciones importantes a la Historia y a la Humanidad, se asemejan mucho a las estrellas, porque al igual que éstas brillan con luz propia en la vastedad del tiempo y del espacio.          Una estrella que tiene gran cantidad de masa ha de vivir una vida breve, relativamente “breve”, porque agota mucho más rápido su combustible en comparación con las que tienen menos masa. En forma parecida, los hombres-estrellas suelen tener una vida corta, relativamente corta, pero rica en sucesos. Ellos son también hombres-cometas. Se les reconoce por la estela que dejan al pasar por el mundo. Su vida puede ser no muy larga, pero intensa, prolífica, llena de escollos y de sacrificios, pero con un brillo atractivo para los demás.          El paso de los días, de los meses, de los años, de las décadas, no hace sino confirmar la importancia de estos personajes. El tiempo no los olvida. Más bien actúa como aliado de ellos, porque se encarga de consolidar sus legados, sus aportes, sus contribuciones, todo aquello por lo cual trabajaban. Ejemplos de estos hombres no escasean. Cabe acotar que cualquier lista que de ellos se haga estará siempre incompleta. Siempre se escaparán muchos nombres. De todos modos, pidiendo mil disculpas a quienes queden fuera de la siguiente lista arbitraria, vale la pena recordar a algunos de los que han brillado y brillan aún con luz propia:          Abraham (el padre de la fe), Moisés (el Libertador de Israel), el rey Salomón (el gobernante más sabio), el rey David, Homero, Sócrates, Platón, Aristóteles, César Augusto, Virgilio, Jesucristo (en el aspecto humano, 33 años), Dante Alighieri, Juana de Arco, Gutenberg, Cristóbal Colón, Miguel Ángel, Leonardo Da Vinci (el hombre universal), Isaac Newton, Galileo Galilei, Nicolás Copérnico, Miguel de Cervantes, William Shakespeare, René Descartes, Juan Sebastián Bach, Händel, Mozart (35 años), Beethoven, Haydn, Teresa Carreño, Francisco de Miranda, Simón Rodríguez, Simón Bolívar (Libertador de cinco naciones, 47 años), Antonio José de Sucre, Andrés Bello, Benjamín Franklin, Balzac, Dostoievski, Leon Tólstoi, Julio Verne, Thomas Alva Edison, Louis Pasteur, Albert Einstein, Picasso, Gandhi, Martin Luther King, Charles Chaplin, Rómulo Gallegos, Arturo Uslar Pietri, Gabriel García Márquez, la madre Teresa de Calcuta, entre muchos otros.               La anterior es, sin dudas, una muestra muy incompleta y hasta sesgada; es imposible nombrarlos a todos, como es imposible señalar y nombrar a todas las estrellas del firmamento en una sola noche. Uno debe contentarse con mencionar a algunos de los exponentes de esta especie de hombres, o intentar buscar una Gran Enciclopedia que los incluya a todos, pero la inclusión o no de muchos de ellos dependerá, en gran medida, del cristal con que se les mire. Desde aquí, desde uno de los planetas de un sistema solar que se encuentra en uno de los brazos de la Vía Láctea, vaya un cordial saludo y un caluroso abrazo imaginarios a todos esos grandes contribuyentes de la Humanidad, personajes de acero inoxidable, resistentes, a toda prueba, al inevitable óxido del tiempo.

Seguir al autor

Sigue los pasos de este autor siendo notificado de todas sus publicaciones.
Lecturas Totales80665
Textos Publicados248
Total de Comentarios recibidos286
Visitas al perfil22182
Amigos15

Seguidores

3 Seguidores
Fepraa
Lizeth Corral
solimar
 

Amigos

15 amigo(s)
Daih
J. C.
Brenda Morales Chang
Briana Farrera
kalutavon
Magnolia Stella Correa Martinez
Lucy Reyes
Florimar Davila Talepcio
gabriel falconi
Raquel
Elvia    Gonzalez
juan carlos reyes cruz
JORGE AMADO
Battaglia
Jefferson
 
 
Ibrahim1980

Información de Contacto

Venezuela
-
-

Amigos

Las conexiones de Ibrahim1980

  Daih
  JC777
  Brenda Chang
  BrianaFarrera
  kalutavon
  magnolia correa
  Lucy Reyes Neira
  FLOR DE MARIA DAVILA
  el bulon
  Racrizu
 
<< Inicio < Ant. [1] 2 Próx. > Fin >>