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(diálogo viii) -Mirada baja , trabada exacta, me ata de lleno, los viajes por tus dos cerros redondos, con trasfondo, lucrativo, lamible, para mis dos ojos; vistosos para mis dos manos; moldeables, para mis dos oídos; chasqueables, para mis dos sexos; deliciosos, viaje tras viaje el paraje siempre fue el ansiar pagarte el peaje por pasar entre y sobre dé tus montañas sinuosas con o sin sostén, añorando pregomamarte hasta levitarte sobre las puntas duras de tus cerros con sus crespas cruces hasta la cúspide rusa de mis deseos ¡ay! montaña mía ¡así es! mi premura sin cordura de hecho yace por la atadura ruda de las varillas de tu brasier que dan moldura a tu terso pecho. ¿Resplandor de palabras o etéreos diálogos? no, son las urbes que me recuerdan a tus ubres y mis derrumbes sobre el suelo exiliado de ti en lugar de caer sobre tu lecho, tan acolchonado que tienes ahí; en tu pecho que beso tras beso me hace clamarte obseso y con obeso deseo todo lo que siento por ellos, no sé si sea un sueño o si en realidad los tengo y aquí veo. ... sorber ubres en las urbes. En el rol de mis urbanidades cotidianas te mantienes siempre en mí aunque sea en claves de mi escáner radar con alta resonancia; "¡Meidei! ¡Meidei! ¡Copa D! ¡Copa D! ¡Meidei! ¡Meidei! ¡Ya la vi! ¡Ya la vi! ¡Meidei! ¡Meidei! ¡chi que chi! ¡chi que chi!"Yo te veo como una maldita rosa a la que se le erecta un par de claros pétalos, bolitas abultaditas y regordetas que se vuelven las coronas de una aureola con cuernos. Sí, es que eres una rosa maldita que se menea amanerándome, cual albacea de mis calles cívicas y que cínica va amamantándome pero no me llenan las imágenes cortas, distantes de los otros pechos, grafitis mal hechos y en murales hechos mal porque yo, te estoy necesitando con necesidad el succionarte lo más pronto y lo menos antes hasta saciarme las monumentales hambres de tus capitales carnes que reinan en mi mundo de diario vagar. En los rugieres de mi tripa, sobre el mendigar en las fondas de comida corrida estás en el bufete para desayunar; lechita tibia servida en la desatada lengua de sal con el azuquítar del gemidito a total despabilo o a medio despertar. Caldo de chiche; chícharo en el almuerzo para el refuerzo de seguir en el rodar y en el vuelo - ¡por supuesto! Mientras que la comida; es un pensar de más turbar el alar meridiano con el guisado de pechuga que me la como cruda o en su tostar a tres cuartos ¡como sea! pero eso sí; el postre mi no musa - ¡mmm! y déjame lo paso ¡yomi! ¡yomi! -; el postre y cena en la King size, aunque no tenga monedas en mi bolcillo; ¡yo sí! ¡yo sí! ese ni por error me lo salto, ya veré como le hago, siempre me las arreglo para tenerte conmigo en el merendar de esos panqués con la cereza arribita para masticar. Ya después te cuento lo de la telera con mantequilla y azúcar glas. No te saco de mí, en mi reseco crujir de tráquea, estoy árido y tú en mi mente con tus frutitas levantadas a lo alto del árbol, tú floreces por doquier, en estados, en municipios, en poblados aledaños, eres una división política que sigue y sigue y nunca termina en mi beat andar. Es por tus sitiales, tus tronos, tus baluartes, por todas tus terminales, por tus sedes de sed cede que perezco a merced; ¡por tus ubres mujer! en refrescos, en frascos o en jarros y en botellas pet, con sus pezones taparroscas de rosadas promociones y sus envolturas de encaje light que no engordan con sus rusas húmedas proposiciones. ¿Para qué de los de a trescientos cincuenta y cinco mililitros? yo no volteo a ver a esas latas cilíndricas; incapaces mamas con esos sostenes de aluminio, delgadas, chiquitas y frías, con sus puntas de seguros ordinarios que nadie sabe cómo se llaman y que según juntando millares te regalan una silla de ruedas, en todo caso; ¿yo para qué lo hago? ¿para qué las junto? si siempre estoy excitado, más no inválido. ¿Para qué saciar mi sed con esas botellas de lata? con la onomatopeya monótona del psst cuando uno las destapa parecería más activar una bélica granada que desabrocharte el sostén, y sí tienes razón, ¡yo quiero volar! pero contigo, no con una explosión que me desmiembre y me disperse por doquier. No, esos no, mejor los tuyos, los míos que sin ser precisos ni tener un plus o un por ciento gratis más de litros, con eso, es más que suficiente para que cene toda mi familia de sentimientos lascivos. Y es que eres el resurgir del aromático incienso sobre el rugir cloacal de los hedores a la salida de cualquier metro, el seno cetro disfrazado de recuerdo civil camuflado pensar edénico como de esos faros que llegada la noche, uno los descubre cabizbajos con sus puntas que parecen echar lumbre. Tus dos metales gemelos, platillos musicales, son los dos principales protagónicos, de las sinfónicas ciudades sí, eres la sonata de un recital de hojalatas con sus imécas a tope y sus transeúntes en apretada travesía sobre el mismo eje vial víctima diaria del hoy no circula; "el croar de la lira, ni el maldecir de la poesía" sí, eso eres en las horas pico cuando a pique tus instrumentos sueltan sus sonares chocando estrépitos a causa del poco espacio de los transportes locales. Te veo en tantas de las dimensiones de mis perdidas fugaces ¡y en todas ellas tengo sed! ¡tengo sed en los jardines! ¡tengo sed en los parques! en las ferroviarias letras de mi tabaco cuando lanzo tanto humo como una locomotora, a locomotivo espasmo y a motivo loco suspiro ¡me da más sed! sed en las verbenas, sed en las plazuelas, sed en los mercados donde te me vendes, sed en los hoteles donde te me alquilas, sed de venganza en los asilos donde caigo por padecerte y sed de resaca en las catedrales donde me muero porque de ellas eres fugitiva y yo que me curo la cruda frente al cura con agua bendita. Y vaya a donde vaya parezco el mismo tonto que al doblar la esquina se da cuenta que no se ha alejado ni un paso de tu entorno mírame; otra vez delirando y estoy que me largo, y que me voy de ti y ya es medio día y no salgo de tu cuarto y descubro hoy; que toda mi urbanidad era solo un sueño, que veo muy lejano. ¿Pero cómo querer irme si siendo un borracho he adoptado a tus manantiales como mi nueva cantina? No, mejor no hay que hablar tanto y anda pues; quítate la blusa y sírveme otro trago, igual, uno doble que esta sed aún no se me ha calmado. Sí todavía no; "¡S.O.S.! ¡S.O.S.! ¿Qué es lo que ves? ¿Qué es lo que ves? ¡S.O.S.! ¡S.O.S.! ¡Su S.O.S.TÉN!" Todo inicio es el susurro épico mismo de las resonancias cálidas y ávidas a fuego húmedo y mojada ropa, balas ingrávidas son sus miradas que dilatan el empaño de los vitrales a quemarropa en el asiento trasero de los autos que se rentan como hoteles a trasnochados espectros, hambrientos o ebrios, disfrazados de resplandores etéreos de cabellos rojizos y de bardos goliardos enfermos y reptilicos, con el pretexto de falsos poetizos románticos de embeleso bien medido, bien aventajado, bien instituido, bien aventurado, bien lo que sea. Y le pregunto si le gusta la poesía y me responde; con la garganta invadida de lava saliva, labio centella, suspiro marea, y carne de arena... ¿movediza? movediza la entrepierna a espaldas del conductor que cataliza el movimiento enérgico sin pena, como solo un bache más en su camino de carretera recta, y erecta la pluma por el tintero que lagrimea ante el verso tieso, rima abierta, punto y coma, lengua y dedo, mayúscula urgencia y minúsculo espacio en el auto, con el voyerista taxista ignorando los laberintos neutros del rasurado motor de la fiera que ruge y descuelga sus caireles rojos entre relámpagos de puentes erguidos al cielo, que nos cubren el pecado y nos alcahuetean el infierno. Ella pregunta antes de la llegada al sitio, morada donde imperan anuncios vitalicios señalándome como el otro, el prohibido, el renegado, la bestia desterrada por miles de pergaminos que lo alejan de su destino, soy el exilio hecho carne des-apellidado del compromiso, aquel que se esconde tras la cama, el que siempre deja un zapato y medio corazón en la alfombra, el alma en el baño, el poema en la sábana ajena, y la burla en la almohada del marido amado. Empero, yo estoy más que harto de no poder cruzar la frontera de la avenida para llegar a su domicilio, estoy asqueado de tener qué buscar amparo para rodar sin problemas por algunas calles sin que se me vea como un forajido que ha cruzado la línea, como si me burlara de las razas, costumbres o capitales, siendo un indocumentado señalado por el vaticano que auspicia mi condena, y apuñalado por las que he amado que dan fe, de mi tristeza, pero ahora, es de noche, muy noche, y cualquier quejido es desplante de una somnífera calma, nadie verá el crimen entre estas bardas que pinta la neblina de la avenida haciéndonos prófugos de la luz. Cuando ella pregunta yo, y sin ninguna falsa faena de prudencia y mesura, le respondo que ¡sí!, sí quiero a escondidas meterme a su alcoba, e inhalarle el espacio, confabularle la trusa en pragmáticos clamores mudos, como arrullos lascivos para que no se dé cuenta su madre y piense que es la estufa que humeante resuella en el tímpano virtuoso de la pelirroja hilarante que será témpano tumba ante el sonido de las envestidas y alarde, de esta pluma mía que le ansia, le desea, y no le cansa el ladrarle que es ella, la que necesita, la que desorbita y resurge como mares de entre todo recuerdo y memorioso anhelo. Es hielo perpetuo a la hora de abrir la puerta, con sus silencios lapidados en movimientos presurosos y limpios de errores, yo pienso sigilosamente; si no es posible que me ahogue el luto de dormir últimamente entre calles cenizas, sin sabores de esas soledades que me incitaron a llorarle la compañía a alguien a cualquiera, entre los eternos eslabones que me encadenaron a la perdición misma de hace tanto, o en realidad será que estoy dispuesto a jugarme el todo por el todo, en esta noche, por la anti-musa, sin importarme los años que llevo sin regocijar en un colchón tranquilo, con una manta que me calme las cicatrices, y que me recuerdan a las cicutas que bebía con falsas institutrices a las que se les paga por ser amables y amorosas, lo pienso, porque no deseo que sea solo un rato, una noche, una locura, sé que no es el amor de mi vida, pero solo quiero que sea mi vida, este no amor que dormita desde hace tanto, desde su cruel e indefinida partida y que despierta ahora que la vuelvo a ver. ¿Es esto lo que me desinhibe o en verdad es que estoy vuelto adicto por el veneno que ella en mí concibe? Entro en tambaleos arcaicos, paso tras paso ella me duele por todos estos años en los que no estuvo, y en los que siempre le pensé. Son catorce escalones y das la vuelta a la derecha, abres la puerta y te escabulles no hay pierde, esa es la meta, me dice. Catorce peldaños que le quedan cortos a mis días sin su estela, a mis tardes de buscar el suicidio sin la cautela y telón de sentirme útil y deseable, quedan cortos a mis años y a mis meses de salir y buscar la muerte afuera, ¡buscando la muerte y el olvido!, ignorando que ella tejía calles al azar, para jugar a encontrarse conmigo. Terrible descuido de esa remembranza, y más terrible el descuido, que mis pies ansiosos chocan con la madera a la entrada del cuarto haciendo eco por toda la casa, y yo con mi torpe alma, y yo con mi torpe ser, abro la puerta y conozco el edén sumergido en paredes retocadas con yeso y yacientes en unicel en un área de cuatro por cuatro, y es que es en cuatro mi dulce flor, en cuatro te quiero ver, en cuatro, en cuatro estaciones floreces y en veinte uñas enraízas, dulce mujer carmín de herbales ojos, en cuatro féretro bucólico de pieles luminosas y liquidas y devastadoras de sed para esquizofrénicas imágenes y entes de procedencia híbrida. Insensiblemente se entre teje a lo alto y frente a la cama, una ventana maldita con sus metros separados de la tierra que impiden a mi alma tener oportunidad de correr si se dan cuenta, pero a ella le alegra, a ella no le impide tomarme con una sola mano y fundirme, y fundirnos, como una sola alma, o con un solo salmo, o como miles de escenas donde nosotros fuimos extirpados vilmente del poemario trazado de entre mis garras sobre sus piernas. La vestimenta no impide la seguridad del cauce y caen por su propia cuenta, sabiendo desencarnarse de lo que no es su patria, de lo que no es imperado músculo fuera de órbita, y yo que no soporto el vaivén, y yo que no controlo tanta descarga y me entrego al castigo, y me doy a la muerte, para revivir sobre el sacio del placer de su vientre ultramarino que socaba mis fauces, mis cuencas se llenan de su nombre y es la primera vez que lo hago sin necesidad egocéntrica de conseguir mis propósitos, como parasito en el tácito de un cielo que se disgrega segregando amargura, aguanto la aguda sónica ventisca y trato de controlar la cascada cósmica para que llegue a la cumbre de los astros. Mis manos están en el pentagrama y tienen de batuta la voz que se ahoga en mis poros, los oculares enfoques son unísonos timbales de la carne que se aprieta y se tensa la una con la otra, como queriéndose volver una sola palabra, soy un arco iris en la oscuridad que contiene el tesoro al final de su tormenta. Los labios manchados de silabas etílicas, se contemplan como galaxias minúsculas que gotean en el firmamento de la sábana sabana salvaje. Somos dos animales nocturnos, dos ocultos tras las malvas y los ecos de la luna embriagada de complicidad, y sus piernas que se abren, y sus piernas que se rompen, son actos complementarios para el pecho vacio que se me ahoga con el vapor acribillando mis polos, y mi sexo resurge con dos bolsas, tumores malignos que se sanan con el bautizo del suyo, que funge como un oasis de aguas benditas y calientes. Mis imposibilitados alter-egos callan ante la fuerza de la danza, ella sucumbe, lame, muerde, suelta palabras fugaces con lumbre que no escucho... pero que se quedan tatuadas a profundidades bastas de próximo analizar en la mañana en que me pregunte qué he hecho. Indago en ese lecho rosado para clamarle una frase que se hunda, pero mis cabellos son cadenas crepusculares que ella toma sin piedad llevándome a su rostro y perezco en un solo rose de pupilas endemoniadas que claman más. Su rostro se deforma en múltiples gemidos, y mi deformidad se amolda con sus iniciales, y nadie escucha, y nadie está presente para decirme que no fue una pesadilla, una que cierne contextos inacabados de vaivenes mal hechos, cobijados por su ternura y su hermosísima torpeza al posar en otra pose. Escucho un cometa a lo lejos que vocifera su entrada por la ventana y no me importa, la sensibilidad del paisaje, solo me remonta a permanecer unido a su planetas de pezones claros que me enlucielabisman y me desentrateluran del preclaro, de los montes, de las lluvias, y de los arroyos, y rayos que armonizan el cabalgue y la justa de embriagues de dos cuerpos, que una vez muertos por la lejanía reviven en caliente madrigal de carnes chasqueantes, con sus épicas y eróticas letanías, soy solo una bestia que comprueba esta noche que sus manos navegan sin permiso de mil soles, porque ella sabe mi verdadero nombre, ella sabe de dónde vengo, y ella sabe a dónde quiero ir. Me conmueve el chirrido de la cama que mañana nos acusará, me importan sus muslos que mañana se sonrojarán, ignoro las bóvedas estelares que mañana resurgirán bellas y no haré por mirarles pensando en este día, en esta noche, donde no fui un camino inconcluso, siempre fui una línea trazada en las arenas sin terminar, siempre supe no tener un cursor ni direccional que lustra mis pasos y mi vida pero hoy, en este día, esta noche, descubrí en mi vagancia con la ignorancia de que me convertí en el centro de su línea vertical de rasurado percance y en presencia y testigo de su ombligo ahora mío que se me entrega a oscuras huyendo de los ojos que murmuran, de los monstruos que destilan y juzgan. Hoy después de la batalla y de permanecer escondido entre las cobijas esperando el descuido de su familia y salir con el crimen entre mis ropas y venas, reconozco la redondez del planeta pero me enfoco más en que no importó cuantas vueltas dé, no ha pasado ni un día, ni una hora, ni un olvido, para mí en tanto a su rotación, pues seguí caminando por los mismos senderos para encontrarla otra vez, y esto no es una coincidencia, esto se trata de ese maldito latir en mi corazón... que por ella nunca cambió. El mundo suele dar muchas vueltas, y siempre es algo nuevo, y nunca vuelve a ser el mismo pero el volvernos a ver no es coincidencia, lo que pasa es que el recuerdo yace dormido, porque los que escupen a los destinos andan por los mismos senderos otra vez, buscando aquello que se tatúa como un memorable suspiro. << Inicio < Ant.
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Fin >> A Hoz Se a extinguido lo terrenalporque él se acerca y me besa,porque él recuerda mis heridas y mi anhelode la eternidad. El es un niño que es un niño,nunca dejaría de serlo por ser un poeta-aunquetambien lo es-nunca cambia poesía por palabras pero puedetransformarlas en cariciasincluso en maldad y sodomia. El me muerde, me bebe, me trepa, me escribe,me crea, somos dos aves muertaspero no de tiempo ni de amor, sino de libertad- aunque con gusto meenjaularia a sus alas-somos dueños del viento cosmico,complices de algun viejo dolor,amantes de nuestro cielo, Pero sola, yo solo soy esto:la que vuela en fantasias enrrollada a él con estos muslos,la que acaricia con estos labios ya sin vidala que le espera-aunque yo sea la que llegue tarde-la que le piensa en sueños humedos y etereos,la que le fuma en busca de ese bendito cancer que es su sexo. Como no habría de quererlo??si corre a besarme cuando termino de recitarle, si llevo cada rezo para satisfacer mi lascivia y sus besospara calmar mi sed alcoholica...´Sabes amoree...que ahora hay alguien que te espera... Para la que no vuela*El frío presiente tu recuerdo,dolorosos vientos delatan tu andar,melodicos llantos me arruyan en la agonia, sin somniferos,sin nadie, incluso sin mi, porque he estado muertasin mi otra mitad que se esculpe en tu cuerpo y quehas profanado en suspiros ajenos y cariciasburlonas y arritmicas. Pero aun hay ciertos sentimientos tan mios comoajenos, tan antiguos pero sin promesas de olvidar, auntu sensibilidad me conmueve y me subleva asi que ayudame a decidir: ¿Debo sufrir entre tus brazos o huir de tu majestuosa prision? Preciosa enfinge, despiadada, triunfadora: aun antesdel amor quiero odiarte por tentar y retar a esteorgullo, por crear este duelo interior en el que probablemente no ganaré, niyo y tampoco yo y mucho menos yo; siempre he de darte todoaun despues de perecer mi escencia esta contigo... ...y mi triunfo siempre te pertenerá. I. Dices que callas en la nochey que aqui no hay nada mas que recordar, que el ádios debió significar olvido, que ensilencio debí partir o que en silencio nuncadebí llegar. Dices que callas en la noche,que no escuchas mas mi hablar,que ya no soy tan jovial como lo eray que mis labios se han secado en amarguray mis sentimientos en traición. Y yo digo que callas ante el miedo,que te escudas en tu indecision, que te sobra hipocreciay que nunca sabras nada del amor. II.Y aqui en el olvido recordamos aun mas tu escencia y aun se escucha tu voz ahogada en tequila,diciendo que estabas enamorado de mi...y aquien el cementerio, donde estas - mi mausoleo traidor-desde las cavernas, hundiendome bajo la lluviaque resalta mi miseria e jurado estar en turecuerdo, e jurado que algun dia te arrepentiras por extingir lo sublime de mi eterna esfinge... Casi puedo verte payaso lloroso, crónico estreñimiento de cronopio. Puedo leer tus fruncimientos de esfínter en celo, en cada fundamento a la mera perorata, collage de rajatablas tan bobas como las sirenas que te cantan,como marsopas encalladas que te lamen el adobe, maravilladas. ¡guachazos, chasquidos!, ¡rasguidos en la propia investidura!¿no es el gusto profano lo que tanto disgusta?, ¿que el extranjero, ese necio que se come las heces al que tanto temes trepe y llegue a las más altas cumbres del autobombo? Y descubra la patraña y te obligue al descenso entre aludes de propia mierda. Admito que quiero pecar de snobismo y afrancesar el mentón, y ponerle peros al mejor Perón. Y sólo largar el canapé para aplaudir a Nabokov. Que no se entere el gentío,que te amo casi en secreto,y que tu nombre está en mi bocacomo un sello marcado a fuego. Que no se entere por Dios nadie,ni siquiera el suave viento,ni la luna que te alumbra,ni el titilar frío del tiempo. Porque eres solo mío amor,y perteneces a mi cuerpo,son tus ojos mi dulce mirar,son tus besos, mi sustento. Que no se entere la soledad,que te llevo aquí adentro,donde se resguarda el corazóna la espera de tu regreso. Que no se entere el gentío,ni viento, ni la luna, ni el tiempo,que tu nombre en mi boca está sellado a fuego... a fuego. Me importa saber si más allá de tus brazos crece un pájaro sin alas.Si la nieve y tus besos son muestras de un mundo que se quema a mediodía.Me importa saber si tus labios giran preguntas al silencioo son un gran ofrecimiento para que el mar los llevehacia un lugar donde los anhelos se rescatan. Para dejar de amar me encerraré en un círculo violento,en una mañana espesa de olores pronunciados,en una casa en la que cada siete días escriba tu nombre en la tormenta. Necesito saber en qué lugar habita el beso arrasado de los inocentes de la tierra. En una mañana roja veré el campo,y sobre el campo tu estatua magnífica devorada por el alba.Yo necesito una luz que me revierta,que nazca frontalmente de una luna dibujada en el libroque leímos en la infancia. Guillermo Capece Ayer por la nochecita, la cabeza que me sostiene observó en el costado del camino al hijo de Don Ambrosio el de la aceitera, y la hija de la mulata que le lava la ropa a la familia Robles, estaban escondiditos entre la maleza, jurándose amor eterno, hubiera sido más eterno si no fuera que la niña tiene solo 15 años y prometido, y el mozo 35 años y casado.Cuando esas cabezas hablan de amor, los recursos léxicos y sintácticos no basta, se podría hacer un diccionario con todos los síntomas y conductas que en él prevalece, pero a bien entendedor, pocas palabras bastan.Yo como sombrero viejo de paja he observado bastante, sé por ejemplo que amar sin padecer, no puede ser, es que el amor no está en su poder y manipularlo a sus libres antojos menos, y él es una fuerza devastadora, pura y universal que termina haciendo lo que quiere con sus egos desvariados. Sí, el amor es fuerza y como uno bien sabe, a la fuerza no hay razón que le venga, y eso se dice tanto en los viejos burdeles por donde ha pasado la calva cabeza que me sostiene hasta en los más finos salones por donde también ha pasado jejejeje, ¡ay amigo donde el corazón se inclina, el pie camina!Los amantes del pastizal saben que sus vidas corren graves peligros, ¡ohhh pero el amor, el amor tiene su costo!, no es barato, no señor, barato es el agua dirían las viejas criadas, bendita sea el agua por sana y por barata y el amor tiene como vuelto a su costo la lo-cu-ra... aunque las cabezas tengan la concepción y el desarrollo bien degustado del amor, el eco de su resonancia se mueve en la inconciencia.Cada campana suena según el metal de que está hecho, así que, cada corazón late ante esta situación, según como el amor en el tiempo lo ha templado.Ahora aquellos que dicen que el amor no ha golpeado en su rancho o que jamás ha caído en ese jaletreo de su carroza, os le digo, yo viejo sombrero de paja que aún no se ha deshilachado, mentirosos sin memoria, pierden el hilo de la historia, lo que pasa es que ningún jorobado quiere ver su joroba, y menos una cabeza quiere ver como se pierde.No se niega al amor, por la simple razón que es imposible negar que exista y que por él se mueva el mundo.El único remedio contra el amor, -diría una galera que pasó unos días en el pueblo y el cual nos hicimos muy amigos, historia que les contaré más adelante-, el único remedio es poner mucha tierra en medio y estas cabezas no son, -aunque sea arte alguno-, grandes sepultureros.... El otro día la cabeza que me sostiene discutió acaloradamente con Don Julián el herrero del pueblo, su mal entendido viene de años, deudas real, se cobra tarde y mal, como siempre no faltaron también los entredichos.La cabeza que me sostiene es de buen pico y cuando ese mismo pico está embebido, más picoteado se pone, el borracho, aunque turbio, habla claro supo decirme una vez un sombrero de cochero en una siesta de verano.Don Julián le reclamaba un yunque prestado, la cabeza que me sostiene pensó para adentro, el que busca, halla y el último mono es el que se ahoga, -que venga él personalmente a buscarlo- le dice al hombre del mandado, él le dice que no puede, que se encuentra enfermo, que el mande el yunque con un criado suyo, la cabeza que me sostiene le dice que no tiene nadie disponible.Me enteré más tarde que Don Julián dijo al enterarse de la respuesta, ¡ah sí, el valiente vive hasta que el cobarde quiere! Así que afiebrado y todo Don Julián se dirigió con su moro hacia la estancia, en el trayecto Don Julián se desmaya y cae para su desgracia rompiéndose un brazo.Cuando la cabeza que me sostiene se entera del accidente se siente tremendamente culpable.¡Ay cuando la malicia sobra, falta el entendimiento!, y él, la cabeza que me sostiene durante varias décadas ha aprendido la lección jurando a los cuatros vientos no volver a cometer semejante error, cuanto más grande la cabeza, más grande la jaqueca, le dice a su mujer.Vaya, vaya, el creador de los sombreros tiene caña muy larga que a todas partes alcanza, me supo decir un anciano sombrero andaluz, yo no sé si me lo dijo a favor o en contra, pero la historia es que te llega.Cuando uno no está acostumbrado a tener mala intención es difícil que la conciencia no estorbe.Si la cabeza que me sostiene hubiera mandado a su criado nada de esto hubiera sucedido, el que mucho abarca, poco aprieta, este refrán viejo que todos recuerdan y nadie percata.Actuar maliciosamente solo un experto lo hace, como hay santos que de pequeño le ha vestido el hábito, también hay demonios que hacen ciencia del soberbio y con su codicia hace capa, lo que por un lado tapa, por otro destapa, lo malo, suele decir el cura del pueblo, lo malo existe porque existe lo bueno, ¿sino como diferenciaríamos nuestros actos?¿Saben cuál es el punto?, yo viejo sombrero de paja os digo, la ocasión es madre de la tentación y juzgar de ligero al seguidito viene el arrepentimiento... p { margin-bottom: 0.21cm; } Soñé una rosa roja marchita de los jardines de hiroshima la misma que Paul Tibbets vio arder desde lo alto mientras comentaba asombrado ¡menudo pepinazo! soñé una amante que deseaba polvos radioactivos que dieran a luz a un hombre nuclear acababa en el momento exacto en que nagasaki se redujo a cenizas. Soñe que godzylla destruía tokio mientras bill murray y scarlet johansen bebían sake para no estar solos. Leo que después del terremoto y de las centrales nucleares derramando radiación la bolsa de japón obliga a un millonario rescate financiero (¡menudo pepinazo!). Los luchadores de sumo lloran las geishas se descubren cadavéricas los poetas guerreros se suicidan. Soñé una rosa roja marchita de los jardines de hiroshima. Jamás cerró una puerta Dios sin que abriese dos, dice el repetible refrán de la negra Eulogia.La negra Eulogia es de estructura grande y rolliza, neeeegra como el ébano, de dentadura blanca y perfecta, de ojos del color café y una mata de pelo tan ensortijado como imposible de peinar que esconde debajo de un pañuelo rojo como la sangre misma, esta negra Eulogia tiene una extraña cualidad que me llama mucho la atención, así como es de desgraciada y lengua bípeda, es también de corazón solidario y noble.No es fácil esconderle los secretos a la Eulogia, pueblo chico, infierno grande sabe decir- no hay na` en kilómetros de paraje que se me escape, yo sé to` mozito y hay que ver como lo sé- amedrenta orgullosamente.La negra Eulogia sabe quién se vio con quién el arroyo detrás del cafetal del gallego, sabe si los hijos de Don Cosme le robaron la chancha a Doña Begoña la mujer del puestero y a quién se lo vendieron, si tal es o se hace... no sí pa´ que le digo señor, la negra Eulogia es como abeja que pica a quién poco la maneja, porque ella sabe bien de antemano que no es bueno ser tan bueno.Es un cuervo vestido de mujer, suele decir la cabeza que me sostiene-, sí, siempre suele estar con otros cuervos delata la mujer de la cabeza, es que cuervo con cuervo no se sacan los ojos termina afirmando como una sentencia, pero yo que percibo el tono de la voz humana como un cosquilleó en mis fibras vegetales, la siento dudar, juez que dudando condena, merece pena, y ella eso lo sabe por eso después de terminar la frase gira sobre sus talones y disimuladamente sin que nadie la vea se persigna.La negra Eulogia suele ser la primera en arremangarse y levantar su enagua hasta las rodillas para ingresar al lodo cuando hay problemas, es que su negra cabeza no distingue las clases sociales.Las catástrofes, dice la Eulogia, no son tuyos, ni míos, sino de toditos.Yo he visto a la negra cuando nadie la veía, llorar a escondidos y en silencio la muerte de los angelitos, dicen los viejos del pueblo que nunca pudo tener hijos, así que llora con alma pura por cada uno de esos niños que fallece, comparte el dolor de sus madres y entonces todos hablan y poco dicen, y ella sin decir nada hinca su pecho el peso de la perdida.Otras veces he visto destrozar su pequeña huerta, único sustento para llevarle a los que perdieron todo en el alud, "algo pa´ calmar el hambre" y de su cama arrancar su única colcha "pa´ cubrir de la fría noche a la embarazada".Porque sea mujer no hubo tronco que detuviera su hacha, ni tierra dura que no cediera a su arado, no hubo espacio vacíos, ni alegato de tener un pequeño rancho cuando la necesidad de alguna alma buscaba albergue.¡Ay cabezas, cabezas, muchos hablan poco hacen!Y yo sombrero de paja os digo, una boca y dos orejas tenemos, para que oigamos más, de lo que hablamos...Ayer... cuando el sol del verano surgía como una moneda recién sacada de la fundición, ayer a la madrugada la negra Eulogia moría, y extrañamente la cabeza que me sostiene plantó una higuera, de esas que flechan de lo lindo apenas la rozan pero ninguna como ellas pa´ dar sombra.Raras son las cabezas, ¡sí señor!, ¿una higuera? Para morirse hay tiempo, suele decir la cabeza que sostiene, pero la vida es tan corta que no alcanza los años para saborearla.Las cabezas hablan de la muerte como cosa ajena, es por la simple razón que están preparados para vivir, hablar de la muerte como cosa propia produce una especie de estupor y escozor que a nadie le gusta sentir.La muerte viste de negro suelen decir; la cabeza que me sostiene sabe refutar esa afirmación, -no, no compadres, yo le he visto y anda de colorao.Si bien recuerdo y mis años de sombrero aún no desvaría fue una tardecita y hace muuuucho tiempo atrás, cuando la cabeza que me sostiene era apenas un jovenzuelo y me acababa de heredar de su tío-abuelo.Ibamos sobre Zaira, una yegua baya prestada cuando nos perdimos en el cerro, después de mucho andar nos topamos con una caseta bien cuidada con flores protegidas con un blanco y bello cerco, la cabeza que me sostiene sin bajarse de Zaira llama con las palmas de la mano, de adentro contesta la voz de una mujer. - bienvenido el que llama a la puerta con aviso, pobre de aquel que sin avisar llegó; pues tiene pan sobre la mesa el que avisa y solo migaja el que no.- disculpe señora no quiero molestarla, pero he perdido el camino, ¿podría indicarme como volver a encontrarlo?-¡OH estas cosas del hombre de andar buscando siempre caminos!, un camino se hace desde cualquier huella y siempre termina en el lugar menos indicado, responde la extraña mujer.- ¿podría salir un momento señora? pide la cabeza mientras me ajusta nervioso contra su mollera.Es que la necesidad puede más que el miedo, y la necesidad disimulada es necesidad doble, pienso yo no sé ustedes...La mujer aparece en la puerta, es morena, agraciada, robusta, vestida todita de colorado.- ¿así que te has perdido?, es muy común que las almas pierdan el camino, lo interesante es ver cuando encuentran el correcto.- Sí, dice la cabeza que me sostiene, por eso siempre digo que probando sabe uno cual es el que nos corresponde.- a ver moreno, si me contestas una pregunta te puedo ayudar.La cabeza que me sostiene toma coraje, ¿cuál es? pregunta.- ¿la vida y la muerte se puede medir en la misma balanza?Uf!!! me dije por dentro, ¿estará madura esta uva, pa´ hacerse vino?La cabeza reflexiona en silencio, y así quedó nomás, en un confuso y largo silencio, lo que pasa y les vuelvo recordar, era mocoso la cabeza, si aún no sabia mucho sobre la vida menos sabría sobre la muerte. Y es aquí donde yo entro en acción, ¿cómo? se preguntarán ustedes, pues los sombreros tenemos un secreto milenario, y es intervenir en caso extremo en los pensamientos de las cabezas que nos sostienen, es que si yo no trataba de comunicarme con ella (la muerte, la mujer de colorado) no íbamos a salir de esta situación por un buen tiempo. - hace falta saber que es el bien para saber que estamos haciendo mal, (le respondo como si fuese la cabeza) lo blanco no sería blanco sin el negro y el silencio se reconoce por el ruido, se sabe lo dulce de la miel después de sentir la hiel, la balanza señora, no distingue el oro del plomo, porque lo mismo pesa un kilo de plomo que un kilo de oro, solo se necesita diferenciar el material rico del pobre.La vida y la muerte es uno en sí, nadie vive más de los que se merece y nadie muere antes de la víspera de su fecha.La mujer me observa y emite una pequeña y dulce risa, creo que se había dado cuenta del engaño, pero no sé porqué siguió el teatro.Mientras apoya sus brazos en su cintura y se bambanea de forma seductora me dice sin dejar de sonreír, - el hombre es la balanza muchacho bello, la vida y la muerte son las virtudes que se le fue otorgado con la medida de un dedal para que no halla equivocación en el peso, el hombre teme a la muerte porque aún no descubrió que es parte de la vida, la muerte tiene de finalidad, el de alagar en su esplendor a la vida y la vida tiene como propósito prepáranos para enfrentar de forma digna y propia a la muerte, nacer es un colapso, morir igual, así como el hombre no está preparado para morir, tampoco lo está para vivir, el concepto de reconocer a ambos como partes unidas y necesarias entre sí, le otorga el placer de disfrutar.La cabeza que me sostiene despierta de su éxtasis y yo vuelvo a mi silencio, toca con sus dedos mi ala derecha en actitud de saludo y gira para volver por donde veníamos.- tu camino joven, ¿no quieres saber?, pregunta la mujer.- no hace falta señora, puedo encontrarlo yo mismo, responde la cabeza.-¿ah sí?, pienso yo, no hace falta decirle que anduvimos diez horas perdidos hasta que encontramos el poblado más cercano.Yo sombrero de paja, que conocí a la muerte vestidita de colorado, os digo: a partir de mañana comiencen con ventajas, el primer día del resto de sus vidas, ¡sí señor!....•- "El que espera desespera" dice el viejo proverbio, en cambio la cabeza que me sostiene dice, "la espera me hace paciente", los sombreros de paja no solemos esperar, no utilizamos esa acción verbal en nuestras vidas aleatorias, donde nos cabe el destino nos llevan puestos, el Señor de los sombreros nos diseña para una misión, cubrir cabezas, pero no dice cual.La cabeza que me sostiene espera desde hace años, esta, es una espera indiferente, lánguida pero inflexible, -tu espera es estéril-, le suele decir la mujer de la cabeza que me sostiene, él no contesta, él está tan viejo como la misma espera, es que ya a pasado mucho agua bajo el puente, entonces el silencio es su único refugio y sigue tejiendo tiempo.Una vez al año, sí, solo una vez la espera renace con crudeza, ese día la cabeza que me sostiene amplia su visión hacia el horizonte, no importa la orientación, la cuestión es que si al final de ella alguna sombra difusa desvirtúa la yacente es porque la espera habría de terminar.Pero yo sé, ah sí, yo sé que la espera terminó hace tiempo, en el mercado fue la cosa, era un mediodía caluroso, el aire estaba impregnado aun mezcla rica de cereal y legumbre, a café y a cacao, cabezas y cabezas, mixtura indefinida entre diálogos y cazuelas.Ella estaba paradita en uno de los puestos, vieja, gastada, con más años de lo que la edad le exigía, él, la cabeza que me sostiene la reconoció, los mismos ojos, la misma boca, la misma frente, se paró al lado y comenzó a observarla, ella siente el aguijón de la mirada, ¿qué te pasa moreno, que necesitas?¿Viene a cumplir su promesa? pregunta él, la anciana extrañada lo observa con detenimiento, entonces reconoce también los mismos ojos, la misma boca, la misma frente, dicen que dicen los que saben, que las cabezas arcaicas no recuerdan lo que hicieron hace cinco minutos, pero sí lo que hicieron hace 20 o 30 o más años atrás, torbellinos de páginas pasadas y dolorosas se agolparon en su frágil memoria, el amor mancebo, el embarazo inesperado, el parir asustada y confusa, la viudez anticipada, aún joven, aún inexperta; de nuevo el amor y la partida, la apremiante e inexorable partida, un morenito de cinco años, paradito en la puerta de la casa de los abuelos y una promesa.Donde no hay ventura, poco sirve la cordura y no es precisamente juicio lo que queda en esa cabeza, pero sí una pequeña, casi minima ráfaga de lucidez como para girar de vuelta hacia la mercadería y balbucear en unas inteligibles palabras, -no lo conozco (y duele el alma) ¿me quiere robar a mí que soy una pobre negra vieja y enferma?, yo no tengo na´ que el sirva mozito, ni casa, ni plata, ni familia (y termina desgarrándose el corazón).La cabeza que me sostiene no insiste, sabe que es ella, pero ahora es una carcasa gris y desvariada, ya no queda nada de su madre, de aquella que lo besó en la frente antes de partir mientras lloraba en silencio amargo el anticipado abandono, buscarla dentro de ese espectro es buscar la nada, vaya saber por donde deambula su esencia en estos momentos.La cabeza que me sostiene no insiste porque las palabras sobran, y la desgracia a la puerta en la primera ocasión, se cuela y acá ya hubo demasiada.Él está mirando el horizonte y yo respetando su vigila, nada gano pero tampoco nada pierdo, solo comparto.Yo, sombrero de paja que no sabe de esperas os digo, lo que no se empieza, no se acaba y nunca cierren las puertas, que el mundo da muuuchas vueltas. Volvió el verano como un íntimo infierno gélido cuando ella se subió al remís; así, sólo reinarían su fantasma y el inenarrable dolor de verla irse tan altanera, meneando ese culo enfundado en pollera de secretarias ejecutivas. En aquel mediodía de sol negro en eclipse, el sofoco de mis celos atorados en la laringe estranguló el fuelle de la maltrecha máquina de suspirar. Así, Isabel dejaría de ser una persona y se volvería una fuerza que decretara arrancar las mejores páginas de la Historia. Y las feromonas lo perfumarían todo por siempre, electrificando esta eternidad en la que aún la huelo en su almohada, envuelto en los mismos temblores de ese siniestro amor que resultaba una utopía inversa a la que, en realidad, esperaba quitar definitivamente de mi cosmovisión. Porque esa fusión nuclear no sería más que un propio Chernobyl. Y en todas mis sucesivas reencarnaciones las radiaciones del desastre quitarían el entero grupo de equis y dejarían a esta sola ye con la herencia fúnebre del vals de madrugadas en las que se reedita el alarido primario del nacimiento, pero sin el consuelo de su abrazo maternal. Así el mutante repudiaría, por la entera eternidad, a los sucesivos nuevos mundos en subsuelos, a la condena a eras glaciales de maratones de zapping en las que, cada tanto, enviaría mensajes de texto con fragmentos de nuestras canciones, con versos sueltos seguidos de insultos seguidos por arrepentidas solicitudes de perdón a esa hembra mitocondrial tan extirpada como esta costilla-puñal al Adán cromosómico. Y sólo obtendría una misma respuesta, la que ofrecía un dios mudo al que los ojos cuencos, tan abiertos, fijos y sangrantes, buscaban allí, en el punto final, en ese cielorraso overo de humedad adonde quedó clavada la única historia de la humanidad. "Breve habla el que es prudente", me dijo el sombrero de yuta de Don Emilio un domingo de ramos en la iglesia del pueblo, justito antes de ser retirado de la cabeza que lo sostiene.Don Emilio tiene un puesto de pescado en la feria y como todo pueblo chico, la cabeza que me sostiene y el pescador se conocen desde las barrigas de sus madres.Don Emilio no es precisamente una persona cuidadosa en su hablar y como todo puestero sabe dichos y hechos de cada uno, entonces si en una hermosa y soleada mañana quieres chusmear algo, ve a la feria, como dice el viejo refrán, que con el buen sol saca los cuernos el caracol y ahí es donde Don Emilio mete el pico pa´ que otro salte y meta el hocico.Estaba la cabeza que me sostiene y Don Emilio meta charlar cuando se acerca al puesto Don Cosme.-¡no sabe la última Don Cosme!, exclama Don Emilio.-pa´ eso está uste´, pa´ contarme compadre, responde Don Cosme.-¿vio al hijo de Don Santiago el zapatero, el que vino hace poco de la ciudad?-sí, el mozito guapo, dicen que estaba estudiando.-dicen, pero he escuchado por ahí que fue echado como un perro de la capital.-¿ah sí?, mira vos el morenito y se la da de intelectual.Y acá es donde el diablo estando ocioso, se mete a chismoso.-dicen que fue por robo.-¡no me diga Don Emilio!-¿vio a la negra Sara la que tiene el rancho al lado del cafetal de los Sosas?, bueno ella tiene un primo segundo y el hijo de este es amigo del compañero de cuarto de la hostería donde vivía este mozo y dice que el moreno metió la mano en la cooperativa de la facultad, la cuestiona es que lo descubrieron.-¡mire uste´ quién le iba a decir!, sin embargo a mí me contaron otra cosa, dice mi mujer que el otro día escuchó una charla muy interesante mientras esperaba comprar las telas para las cortinas, era la mujer de Don Santiago y la madrina del muchacho, y decían que el niño tuvo que salir apresuradamente de la ciudad porque andaba pisando gallina ajena y lo descubrió el gallo, que volvió antes de lo previsto, dicen que por poco se salvó de no dejar el pellejo en el respaldar de la cama, así que decidió venirse al poblado pa´ descansar porque ya están de vacaciones allá.-vaya, vaya ¿cual será la verdad Don Cosme?.-no sé, pero huir cuando es menester, con honra se puede hacer.-¡sí, tiene razón!, ya me parecía que ese mocoso era jinete chico en caballo grande, se parece a una pulga sobre un elefante.-pero así están las cosas, a mí me da pena Don Sebastian tanto sacrificio pa´ nada.Bueno la cuestión es que estuvieron ambas cabezas en una larga charla hasta que la cabeza que me sostiene saluda y promete verlos de acá a tres días.Llegamos a la estancia, me retira de su cabeza y me cuelga en el único clavo que hay en la pared.-¿a que no sabes de que me enteré? le dice a la mujer de la cabeza que me sostiene.Ella mientras le sirve café con una pizca de cacao le responde con otra pregunta, ¿Qué?-¿conoces al hijo de Don Sebastian, el que vino de la ciudad hace poco?, estaba estudiando ¿lo sabías no?.-¡sí!.-bueno parece ser que el mozito tuvo un amorío con la mujer de un criador de gallinas, dicen que se escaparon en un caballo, pues el mozo parece ser un buen jinete y se escondieron en un circo, en la carpa de un domador de elefantes, logro huir y se fue a la posada llamada Cooperativa que comparte con un primo que tiene un retraso en sus facultades mentales y un muchacho llamado Segundo, hijo de Doña Sara la del cafetal, ahí le aconsejaron que vuelva al pago por su seguridad, así que abandona sus estudios y antes de irse le roba el dinero al conserje del lugar ¿qué te parece?-¡uf vaya historia tiene el mozo, hay que tener cuidado, ahora uno no sabe con que intenciones viene cuando se te acerca, dice la mujer.¡Ay mi señor de los sombreros así son toditas las cabezas! Yo, sombrero de paja os digo: pidan que sus dichos leudados sean llevados rapiditos por el viento, no querrán sembrarlos pa´ luego levantar tempestades, y del dicho a lo hecho hay una diferencia larga de casi un metro, ¡si señor! "El espejo y la buena amistad siempre dicen la verdad", ¡a que sí! pienso yo, el caso de la cabeza que me sostiene y la de Don Arturo es uno de los mejores ejemplos que puedo relatarles.Ambos se conocen desde que tienen noción de que uno es moreno y el otro blanco, y desde que ambos tuvieron sus primeros altercados por cuestión de propiedad sobre un árbol de guachapeli, eran niños y si bien me han explicado y no peco de soberbio o de sabio, a esa edad incomprensible para mi estado, las posesiones son extremadamente apreciables ¿a esa edad solamente? mmmm...La cuestión de las conversaciones, estas suelen ser extensas como el tiempo que después pasan sin verse, "hay que dejar pasar el tiempo, pa´ que dure más" suelen decir la mayoría de las cabezas, precisamente las más viejas y cuanta razón tienen, y no lo digo por mis años, sino por la experiencia de escuchar diálogos y diálogos y más diálogos por cabezas y cabezas que me sostuvieron.Don Arturo y la cabeza que me sostiene maduran su amistad como la drupa del café, por temporada, es que no es necesario verse todos los días para saberse amigo, sino creer o sentir que ese lazo fraterno que la suerte del destino (porque creo que para encontrar una cabeza que se ofrezca sin percatarse que lo esta haciendo y convertirse en parte de la vida de otra cabeza es casualidad o causalidad, según como se la quiera ver, del destino y no de otra cosa) como le decía, ese lazo fraterno del destino que se a tejido entre ambos siga engrosándose con tientos de compadrerías pa´ que no se corte con la distancia.Me gusta escucharlos hablar beodos en vino a veces, otras embebidos en historias, me gusta escucharlos como ambos coinciden sobre la vida, "lo que se recibe, sea lo que sea, hay que recibirlo con agrado" suelen afirmar mientras se palmean las espaldas y brindan por eso, para mi, que los conozco desde años, me es suficiente prueba para saber que serán amigos para toda la vida o más allá de ella, quién sabe.Yo como sombrero de paja de esta cabeza que me sostiene he presenciado largas, extensas, algunas profundas, otras rarísimas e incomprensibles (creo que fue el fermento, seguro que sí) platicas, otras solamente muy gratas para el paladar del alma, pero al final y al cabo son grandes muestras de cariño, no sé si es la misma sensación que poseemos nosotros los sombreros de pajas con nuestros amigos sombreros de otro género pero supondremos que si, pa´ no hacerla tan complicado.Unos de los mejores refranes que he oído es "la mejor maestra es la pobreza que la riqueza" porque entiendo que cuando una cabeza anda media escasa, como suele andar casi la mayoría de las cabezas del campo, (una media parcela es como un milagro, no sé si lo saben por eso se lo remarco por si las moscas) el amigo o el que se llama amigo, es una de las cabezas más valedera de todas las relaciones entre pares de cabezas porque en esta convivencia no hay más intención que compartir un momentos del resto de sus vidas sea pobre o no, allí, las penas compartidas con el otro es más liviana y las alegrías... las alegrías más intensas.La amistad entre las cabezas surgen por lo que he visto, en el momento más inoportuno e inesperado, creo, si las fibras vegetales de mi trenzado no se equivoca, es justo cuando una cabeza deja de ser una cabeza, para transformase en parte de la vida de otra cabeza; ¡ay compadre! "dicen que un suspiro es poco alivio", en esos momentos la exhalación de ambas pueden convertirse en el más poderoso vendaval ante cualquier sequía de una soledad monótona previsible.La amistad de Don Arturo y la cabeza que me sostiene es mucho más que compartir un vino, o un café o solo un instante de una tardecita, es saber que uno cuenta con el otro sea como sea y donde sea.¿Sus historias?, no señores, no las cuento, son ajenas, son privadas, los sombreros de paja somos nobles por naturaleza y acá... acá "no basta en parecerlo sino en demostrarlo".Las cabezas suelen decir "Dios da a cada hombre un gran predio, el tiempo"; yo sombrero de paja os digo, que el tiempo de la amistad es como "el buen vino, que se ha de beber en cristal fino" ¡sin duda, si señor! "A la cama no te irás sin saber una cosa más", para la cabeza que me sostiene y para este sombrero de paja, las experiencias es como un río revuelto y crecido que trae de todo, algún que otro beneficio y alguna que otra desventaja.Para la cabeza que me sostiene, la experiencia es algo carnal, -sabe mozito, tengo tantas llagas en el cuerpo como experiencias vivida- le suele decir a las jóvenes cabezas, al final y al cabo es como los pozos del viejo camino al cafetal, tan extenuante pero logrado de una continuidad inevitable, "maña y saber, para todo es menester" rectifican las ancianas cabezas, ¡sí señor!, coincido.Para mi , las experiencias es algo visualmente adquirido, "la experiencia no se fía de la apariencia", no señor, lo sé, cuando desventura el campo, sea por sequía o por inundación, no se distingue el empleado del empleador, ambos se fusionan por la misma necesidad y adquiero como arte del tiempo que "lo importante no es vencer, lo importante es no ser vencido", las cabezas saben esto, pero no sé porque, cosas que pasan, "la lección bien aprendida tarde o temprano se olvida".Las cabezas son tan versátiles, también tan raras e incomprensibles y tan volubles, que, ¡ay Dios de los Sombreros! me fascinan tanto, al punto de adiosarlas.Por ejemplo, cosa que eh aprendido de ellas que "la libertad es una alhaja que con ningún dinero se paga", escuchen este caso, cuando atraparon al hijo de Doña Trinidad con los lechones recién nacidos de Doña Paz, fue llevado a la ciudad donde fue condenado, no había nadie más que él para disfrutar de dormir sin techo, "a estrellas limpias" se diría, cualquier hora era propicia para comer, no había limite de horario ni terrenal para disfrutar de una libertad desbandada, "que la conciencia es un estorbo en el comercio" esa es otra experiencia que lo sabe muy bien Don Santander , que comenzó con un pequeño puesto de tabaco y terminó con un negocio que abastece casi por no decir todos los pueblos del alrededor , en ese logro perdió tres mujeres, cinco hijos, cuatro socios y la oportunidad de morir acompañado."La lengua aunque no tenga huesos la quiebra" no sé porque al decir esto me trae a la memoria al curita que vino de Tolima , que duro tan poco en la iglesia después de la primera confesión de la feligresa más devota, así y por buen largo rato puedo contarles tantas experiencias ajenas, pero la nueva, la que acabo de adquirir es la de la cabeza que me sostiene, "bien habla el que sabe callar a su debido tiempo".A mi me gusta pasear por el camino del cafetal, me gusta impregnarme de tierra y de café, me gusta el repiqueteo del carro y el melodioso silbido de la cabeza, me gusta la brisa del viento que me ladea mi ala izquierda, "bien habla el que sabe callar a su debido tiempo" repito y siento por primera vez un cosquilleo en mis fibras, seguro que no puede ser, que es tan imposible como decir que las piedras lloran, pero me vuelto tan parte de la cabeza que es lo que ahora mágicamente siento.La cabeza que me sostiene y yo, sombrero de paja, tenemos la seguridad de haber hecho lo correcto en no contarle a la mujer de la cabeza que el gobierno prendo la hacienda. Me gusta el camino del cafetal, ese que termina justo en la estación del ferrocarril, ¡nos vamos pa´ la ciudad!"El mejor maestro, es el tiempo y la mejor ciencia adivinen.... la experiencia", ¡sí señor! y esta vez no lo dije yo, sino la cabeza que me sostiene... Soy solo un simple y vulgar sombrero de paja, campechano como las alforjas de Tea, la mula de la cabeza que me sostiene, ¡ojo campechano dije, eso no incluye el olor!.Soy también paciente, tan reservado como el silencio y tan dócil como la masa, como dice mi viejo amigo sombrero de yuta, "el abrigo debe cortarse según sea el paño" y he tenido la suerte y la dicha por así decirlo de cubrir una buena cabeza, él suele recalcar que "la paciencia es una árbol, cuyas raíces son amargas, pero sus frutos son dulces" y lo he comprobado, como testigo y con años, con silencios y largas charlas, con tumultuosas y apacibles jornadas.Cuando les digo que soy dócil, es por que es imposible no serlo por la siguiente y justa razón, en esas hermosas noches estrelladas de verano, al murmullo de una suave brisa que refresca el alma, me retiran de la cabeza al mismo instante que el cuerpo descansa sobre una silla hamaca en el porche de la casa, me colocan suavemente sobre los muslos y la mano de la cabeza que me sostiene comienza acaricia suavemente mi estructura, siento que cada caricia me recompensa, me da esa tierna sensación de que no pertenezco sino que soy parte, ¡nobleza obliga, no es cierto viejo amigo! me dice en comunión la cabeza que me sostiene.En estos mustios letargos, la noche trae magia y a veces tengo una simpática estampa de que me convierto en cabeza y otras veces que la cabeza se convierte en sombrero y paradójicamente en vez de aprovechar una charla amena entre los dos, el silencio se convierte en el vínculo más fuerte.Al final, como dice un arcaico refrán "la satisfacción al trabajo cumplido forma parte de la felicidad", entonces ¿por qué no ser dócil con aquello que nos hace sentir bien o útil?Cuando me pongo a pensar como ha sido mi vida de sombrero, digo que es hermosa e interesante, cualquier vida, sea del género que confisque y de la raza que sea, es hermosa si la miras con los ojos del alma y del corazón, yo la comparo por ejemplo con la abeja, "la abeja tiene el dulzor de la miel, pero también el aguijón que pica" , no lo dije yo, lo dijo un viejo chaman, eso hace la emoción,¡a que sí!, he visto reaccionar a las cabezas después de una picadura de estas pertinaz criaturas, sus sangre bulle como la de un toro, la irritación se traslada por cada parte del cuerpo y de la boca surge las mas duras y estrafalarias palabras que se habían escondido por otras razones en algún rincón del estomago, eso se llama reacción a lo imprevisto y escozor alérgico.Y sobre lo adquirido en mi proceso de humanización porque al final y acabo lo que he hecho es humanizarme, yo, sombrero de paja os digo lo que he aprendido, "poco es nada, nada puede ser mucho".Buenas noches, será hasta la próxima vez que el camino de cafetal nos encuentre. De todos estos inefables actos,y también de esta huella perseguida,no ha quedado más que un repartirme entre arenas-Tocando bocas errabundas entraré a profesar mi miseria.Acaso un colosal pedido de auxilio sea como un rayo que no termine. Guillermo Capece Somos incondicionales,al pavor que nos provocasaber que estamos vivos.A la seducida exportación de sueños,y a la deportación de esperanzas. Somos incondicionales,a lo congénito del miedo.Al perturbado discernimiento de nuestro juicio.Al aludido sistema de engranajeen que se destilan nuestros sentimientos. Somos incondicionales,a tu palabra, a la mía y a los versos sin rimas.Al viejo diván del sicólogo de la esquina.Al último amor que dejó huraño nuestro corazón,y la llave debajo de la alfombra. Somos incondicionales,a, amainar las mentiras,para que nos se nos vuelvan síntomas.A la insurrección de hormonas bucanerasque excitan al apareamiento febril en las generosas sabanasy al antiséptico discurso farmacológicode nuestros egos desvariados. Somos incondicionales,a sentirnos míseros y dichosos, en el mismo instanteen que nuestros ángeles y demoniosnos apuestan a las cartas. Somos incondicionales,tremendamente incondicionales,al amor, al sentimiento de culpa,a los recuerdos, a la soledad,a la monotonía, a las costumbres,a nosotros mismos,con nuestros favores y nuestras desventajas. Somos... y eso me es suficiente mi querido amigo,para creer en ti, como si fuese parte mía. Es una pena,que degrades los versos.Si por lo menos tuvieras un justificativo,una resonancia en el alma,un lacónico mensaje positivo,pero no,solo demonios transcendentales,irónicos y malversos,un espejo sin fundamentos,una malversación de compendios,una complacencia a un medio ego.Yo, confiscaría tus musas,en forma de castigo,hacia ti porsupuesto,ellas no tienen la culpa de haber caído en tus sacrilegios,de poetizar tan feo,tan dañino, tan cruel y tan bajo.Por dañar al verso blanco,te condenaría a mil años,a una inconcienciade rimas. Es una pena, que degrades los versos... p { margin-bottom: 0.21cm; }a:link { } La muy puta se aferraba a mi garcha como si fuera el ultimo lugar donde una persona se sostiene para no caer al precipicio. La tragaba, la escupía, la mordía, la sacudía con furia y locura. Y mi garcha dura e hinchada después del primer pase de merca no quería largar su moco, no quería bendecir ese maltrato que sufría acabando en su cara o sus tetas ni podía mearla en revancha por aquellos sacudones violentos. Mi garcha hinchada, dura y morada de los arrebatos de una loca y el flash back de cocaína. El muy puto me la metía por la boca como si estuviera penetrandome hasta el fondo, provocandome arcadas. Como si en mi boca en vez de dientes y encías hubiera un clítoris y un ducto urinario que diera placer. Yo lo pajeaba con buen ritmo, sintiendo esa brasa ardiendo en mi mano y en mi boca, en los espasmos de vomito, en los sacudones rabiosos que me ahogaban y me hacían sentir una actriz de pornografía amateur. Pero estaba dura, mi novio se había ido un poco más adelante y yo necesitaba si o si sentir la adrenalina del sexo, mi conchita peluda, ardiente y mojada, como un conejito en el caldo. En el espejo los maniquíes reflejan carne y ojos y órganos amor y odio una mueca de fastidio La muy puta se fue dejándome al palo. El muy puto se quedo sin eyacular. Ya no queda cocaína pero la noche esta bañada de estrellas y estremecida por una jugosa luna llena. Un semáforo intermitente,un pavor, una mentira,la pusilánime montura,de tu gobierno corrupto.Tu cara de cera,la puta de lujo,una lamborghini inoxidabley un muerto en la nevera.Una crisis mundial,el clorhidrato en tu solapa,un puesto en la banca,y la justicia de mierda.Una banda en tu pecho,un pasaje en primera,una azul en tu bragueta,y el pederasta de turno.Un templario, una maleta,la pulcra mano derecha,que subestima a la izquierda,y de nuevo, tu gobierno corrupto... Si vas a buscarme,podrás hallarme,donde el corazón me dejó hace una vida.Y si me encuentras,pregúntame cuanto hace que me he marchado,cuéntame que me he extrañado,que me urge que vuelva,que se acerca la primavera,que hay noticias nuevasy que... no sé que más,puedo inventar para traerme de vuelta.Cuéntame que mi estadíafue demasiada larga,y como quiere la cosa,como las cosas marchan,dime que ya es hora, que regrese mi alma p { margin-bottom: 0.21cm; }a:link { } Guillermo acabo. Un chorro de blanca esperma salto hasta el pecho de Roberto. Guillermo acabo mientras Roberto se la metía y él se hamacaba sobre la dura verga. Guillermo acabo mientras Roberto se la metía y él se hamacaba sobre la dura verga y un chorro de blanca -cremosa y caliente- esperma saltaba hasta el pecho de Roberto que le metía la dura verga a Guillermo que se hamacaba sobre él. Cuando Guillermo acabo su blanca esperma sobre el pecho de Roberto mientras el le metía su dura verga y Guillermo se hamacaba, se la saco del culo, se agacho y empezó a chupar la dura verga de Roberto donde se había hamacado hasta acabar un esperma blanco y cremoso sobre su pecho. La dura verga estaba llena de sangre y mierda y Guillermo la trago y Roberto se la metía por la boca, hasta la garganta, provocando arcadas, sosteniendo la cabeza con fuerza y Guillermo, que había dejado caer su blanca esperma sobre el pecho de Roberto que le metía la dura verga, tragaba mierda y sangre de la dura verga. Roberto acabo en la boca de Guillermo que había tragado mierda y sangre de la dura verga de Roberto que se la metía mientras él se hamacaba. Y el esperma quemaba la garganta de Guillermo que saboreaba mierda, sangre y semen. Y mientras Roberto sacaba la dura verga que le había metido a Guillermo mientras este se hamacaba y dejaba caer sobre el pecho de Roberto una blanca esperma, le meaba la boca saboreando mierda, sangre, semen y pis amarillento y caliente que se le chorreaba por las mejillas y la pera y entre los pelos hirsutos de la barba cayendo hasta el cuello y el pecho que se llenaron del pis la mierda la sangre y el semen de Roberto que Guillermo saboreaba de la dura verga que le había metido mientras él se hamacaba. La verga que había estado dura mientras se la metía a Guillermo y después le hacia saborear mierda, sangre, pis y semen, ya no estaba dura colgaba limpia como una soga caída sobre los huevos de Roberto mientras en su pecho se secaba la blanca esperma que Guillermo le había acabado. Se dieron un beso y se abrazaron un rato en la cama. (Es el otoño un viejo borracho al que le caen las hojas así como las botellas vacías se derraman sobre una calle donde patean las cabezas de los mendigos hombres de azul con pistola y cachiporra machos bien machos con mucho falo que ofrecer al culo sangrante del pobre diablo) Xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx en un cuarto de hotel barato del barrio de Once Carolina se tocaba los pezones de las tetitas. Se miraba al espejo, se rozaba con los dedos la chonchita. -hola amiga conchita, que linda estas hoy, dame jugo, dame mucho jugo y fuego, yo te prometo una buena dosis de deditos en el clítoris y la mano entera adentro de la vagina. Después mucha crema y la lengua de algún perro en celo limpiándola de nutela y semen viejo. (Es el otoño un higo dulce que derrama su jugo sobre la boca hambrienta de una mujer madura) Xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx el viejo invita vino al joven borracho. Un sol brillante de verano y un vino blanco demoledor. El joven borracho sigue al viejo ciruja a un terreno baldío. El ciruja viste harapos y huele a suciedad, alcohol, sudor y culo, saca su pija y le pide pide al joven borracho que se la chupe. El joven borracho chupa la pija del ciruja mugriento que se apoya contra la pared del terreno baldío. El olor de la pija del ciruja es nauseabundo. El joven borracho contiene por momentos la respiración. Por más que se esfuerza al ciruja no se le para. Esta demasiado borracho. Una gota de saliva cae hacia la tierra del baldío de la cabeza de la pija del ciruja. El joven borracho se masturba. Piensa que si Jean Genet encontró la belleza mamando en las cárceles de España la pija de un leproso, porque no probar esa experiencia, porque no ejercer ese deseo, porque hacer de aquello un derecho. (Es el otoño un marica pervertido que acaricia los huevos de un niñito deseoso de sentir el goce por el goce) Xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx Liliana ha dejada por su marido tras quince años de matrimonio. Dos hijos completamente imbéciles, un ex deprimido porque fue abandonado, una casa por vender en el barrio de Boedo. Ella trabaja en una empresa de telefonía móvil, el ex vende autos usados. Liliana no tiene nada que decir (salvo que a los negros hay que meterles bala). Solo sueña un personal trainner que la coja bajo la ducha y otro marido que la mantenga. Liliana luce con orgullo sus tetas hechas, un regalo del ex para congraciarse (él todavía llora su precio). El vendedor inmobiliario la escucha estupefacto sobrellevando con esfuerzo su resaca de cocaína. Piensa ¿porque a mí? (Es el otoño un amor que se desangra en lluvias y vientos. Es el otoño el crimen de la propiedad) Xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx Guillermo se viste despacio. Roberto se despide con otro beso. Uno ira a buscar a sus hijos a lo de su ex Liliana. El otro ira a limpiar la concha de nutela y semen viejo de Carolina. El ciruja hace tiempo que murió. Solo vive en el recuerdo de los jóvenes borrachos que mamaban su pija nauseabunda. (es un borracho un amor un crimen propiedad un higo un muchacho en cuatro ardiendo. Semen viejo un marica pervertido. Es el otoño una caricia de frío un buen tiempo) "Cubre tu cólera con la alegría, al igual que el lago tranquilo oculta al caimán"Así dice en su media lengua Jalhan la cabeza hindú, el dueño de la única tienda de lienzo de la feria de la plaza.Esta cabeza de tez de aceituna vino a América según dice él hace unos 15 años, recorrió Guatemala, Ecuador, México, Perú, Costa rica, Panamá, al final como dice la cosa y revolotea la mosca terminó en este pueblo.Las otras cabezas le suelen decir, -¡haz conocido el mundo!, ¿Qué no sabes Jalhan, que no sabes ya?Jalhan me observa, siempre me ha observado, (recuerdo que una vez le dijo a la cabeza que me sostiene, -¡te compro el sombrero de paja!, ¿cuánto pides?-¡no amigo!, le responde la cabeza, es un viejo sombrero, no vale mucho dinero, sería robarte. -no lo creas, vale más de lo que tu piensas.Y juro, que mis hilachas se sintieron reconfortadas y orgullosas al escuchar eso) como dije antes Jalhan me observa y vuelve sus ojos a las telas, "se puede sondear todo menos el silencio de un hombre", saben, si la memoria no me falla, yo escuché esta frase hace un tiempo atrás y lo decía un sombrero ruso, hasta me parece verlo, grande, pesado y peludo, un desastre para los sombreros, el Señor de los sombreros debía haber estado enojado ese día que lo creo.Por supuesto que no hace falta comunicarles un detalle, y es que Jalhan no usa sombrero sino, turbante, ¿debo explicarles que un turbante es una tira de tela de varios metros por 10 cm de ancho que se enrolla prolijamente en la cabeza?, ¿no?, bueno porque en mi caso tuve que descubrirlo después de muchos intentos de comunicarme con él.Jalhan es soltero, toda su familia está en la India, lo sé porque así cuenta la cabeza que me sostiene a sus compadres amigos cuando preguntan sobre la procedencia de esta extraña cabeza, sé que vino a los 17 años de edad y que no se sabe, ni se cuenta mujer alguna que lo haya cinchado, las otras cabezas siempre le dicen cuando andan medias embebidas y cuando no, también, ¿porqué no consigues mujer Jalhan?, busca una buena morena que caliente tu cama, no es bueno que el hombre esté solo, así dice la biblia Jalhan no solo nosotros, así lo dice, argumentan, argumentan y yo sé que no lo hacen de buenos compadres, es que ellos ya están arrimados y... "envidiosos es de mala condición, pues por daño a otro quiere su perdición", pero Jalhan es astuto y con una sonrisa blanca, y amagando las manos como echando viento en una calurosa tarde les dice lo que le dice siempre como alegato a su condición, "de desgraciados está el infierno lleno", ufff como me gusta este refrán, como me gusta, sí señor.Lo que pasa, y ojo no quiero que piensen mal cuando les cuente esto, ya saben que no soy hecho pa´ chúsmerio, sino es que lo digo porque tengo un pequeño cosquilleo parecido (cosas raras que últimamente me están pasando) a lo que las cabezas llaman, lástima, es que a uno le da un no sé que ver una cabeza sin sombrero, es algo parecido a estar sin retaguardia, los pensamientos van por doquier expuestos a todo y... a todos, sí señor suele ser peligroso los pensamientos cuando están sin protección, yo sé, porque las cosas son así, previsible algunas, inevitables otras, que Jalhan piensa en volver a Madrás, su ciudad natal, no sabe cuando, en algún día, seguro, ¿será tal vez cuando el sol embebido en café y en bachatas le diga que es hora?,¿o será cuando su piel deje el aceituna y se vuelva caoba?, ¿o el día que cambie su tunica por camisas blancas y pantalones anchos?, sé que un día cualquiera dejará Uribia, un pueblo dormido en el tiempo que limita su frontera con tabaco y cacao, un poblado que lo endulzó con cañas de azúcar y miradas serenas, con caminos de tierra, casetas de paredes blancas y sonrisas a medias alegrías y a medias penas, cualquier momento es bueno para decir que esto es justo ¿no es cierto Jalha?Yo sombrero de paja os digo, "quién tiene la llave, cuando quiere cierra y cuando quiere abre", sí señor, el que tiene ese preciado don, de no solo saber sino sentir que es libre, limita los sueños para volverlos realidad.-¿Has escuchado la novedad?, le pregunta la mujer de la cabeza que me sostiene.- No, responde él.- ¡Jalhan el hindú!- ¿Qué pasa con él mujer?- Parece ser que se volvió pá la India y te dejó algo, allá, en lo de Doña María de los Ángeles.¡Ah, sí señor! quién diría y quién te ve, vaya regalo, un hibrido turbante.. Don José Cisneros y la cabeza que me sostiene se conocen desde hace algunos años, tienen una amistad atenta, cordial y cálida como una taza de café en el desayuno.Se conocieron por casualidad en el día del trueque, que es hace una vez por mes en la plaza central, Don José intercambio con la cabeza que me sostiene una mula llamada Tea, bestia malhumorada, petizota y fea como no se halla visto nunca, algunos decían por lo bajo, - mal bicho pa´ la estancia-, pero no, lo que ven no significa que sea, una vez charlando con ella, me dice, las mulas soportan los golpes sin queja porque es la reputación que nos han puesto, y me dejó pensando esta bestia, ¿cuántas cabezas se han sentido mulas solo por haber llevado consigo una insignia representativa no reconocida como parte de una raza? , vaya que sí que me dejo pensando.Como decía, intercambiaban a Tea por unas chivas manchadas y chismosas, y a partir de ahí las conversaciones se hicieron costumbres en las tardecitas del mercado, del puesto o de las casas.De esta forma, supe que Don José tiene aparte 10 hermanos, 6 cabezas mujeres mayores que los 4 varones, él, es el mayor de todos, así que no es difícil de imaginar que la voz mandataria familiar es de Don José Cisneros.Dos de sus últimos hermanos tienen, ¿como decirlo?, ¿una patología molesta?, no, hablemos a cabeza calva pa´ hacerla clara, los dos últimos hermanos de Don José poseen el molesto vicio del robo, ufff roban todo lo que este a mano dicen las malas lenguas y cuando las malas lenguas bailan, den por seguro que el río baja turbio, dicen que dicen que también roban mujeres ajenas, ellos argumentan con una sonrisa de payo, - las morenas de ahora en día, no miran pa´ la iglesia sino pa´ el establo-, y dicen también, como engullendo grandes palabras que "tienen el coraje de un corazón libre y eso vale 150 salmos", ya Don José no se habla con ellos, está que lo lleva los diablos con ese comportamiento, -¡no son familia! grita fuerte pa´ que lo oigan, ¡no merecen llevar el apellido Cisneros, no señor, mientras yo viva serán parias los desgraciaos!.Cuando las primeras preguntas sobre las emociones tan dispares de las cabezas turbaban mis fibras, recuerdo que un joven kipá perteneciente a un rabino me ayudó aclararlas, -"una cabeza sabia es aquellas que busca instruirse con todas las cabezas, la cabeza fuerte es aquellas que sabe quebrar sus deseos, la cabeza rica es aquellas que se contenta con su suerte y la cabeza honrada es aquellas que honra a las demás", les digo que fue mucho, porque aún lo sigo recordando.La familias para las cabezas, a mi parecer, son como los virus, surgen de la manera más imprevista, algunos lo tienen desde su nacimiento, así que ya viene infectados, otros se incorporan más tarde, son de carne, sangre, sentimientos y pertenencia, suelen ser cálidas por lo que veo, pero también por lo que veo son, de-vas-ta-do-ras, a diferencias de otros virus mortales, estos se mutan continuamente, así que nunca, aunque lo intenten de mil formas, cosas que he visto por eso se los digo, nunca logran ser erradicadas por completo, porque resurgen, ¿de las cenizas pensarán ustedes?, no, por supuesto que no, resurgen desde del extrañar y desde la necesidad de la continuación.Hace unos días atrás, Don José y la cabeza que me sostiene se sentaron a tomar unos tragos, a mí me apoyo sobre la mesa rústica, - sabe, dice Don José, mis hermanos, los descarrilados vinieron la otra noche a pedirme perdón, vinieron solitos, así como quiere la cosa, sin que los llame y dicen que van a volver pa´ la estancia a ayudar en la cosecha de algodón, ya era hora, todo fue por cosas de chicos, pasa en todas las familias, la cabeza que me sostiene afirma con un leve movimiento de cabeza y piensa, "no hay ciego que pregunte porque son felices los que se aman", a ver , no digo que este mal, tampoco que este bien, pero si no hay condimento en la cazuela que desabrido sería vivir.Por eso, yo, sombrero de paja os digo, "no pierda tu tiempo mirando a la mala hierba e imaginando que el trabajo ya ha terminado, porque afuera el sol sigue saliendo y la lluvia sigue mojando", ¡sí señor, la familia, gran misterio humano! Hubo un hecho cruel, en extremo repudiable que yo perpetré, y me fue en vida perdonado. Abandoné a un amigo, cuando más me necesitaba y lo dejé muy solitario, en la cama solitaria de un hospital. Él estaba solo de soledad absoluta yo acompañado, quizás sin saberlo, de la sombra invertida de su soledad. Después de curarse, me perdonó con una sonrisa imborrable yo todavía, quizás, no logro perdonarme. Y los dientes que su risa buena me mostró aún se clavan en mi alma, ruin y malvada. Esa herida, que me causo, sigo siendo yo.
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corvux
pregunta este cuervo
que ha pasado a visitar
sin encontrar al niño hibrido.
- o tan solo duerme, o quiza salió a dar un paseo?-
Se te extraña Hoz
Los Tijyus de Hoz
pero qué se la va hacer hermano, como te gusta la intriga maldito Reptil
ahora que fio se fue, te gustaria ir por unas rondas de pulque?
yo invito sigue como vas y te van a prohibir hasta el suspiro
pero, lo clandestino sabe mas rico cuidate hasta entonces hermanito!
Fiore Montefuoire
Mira Hoz, tonto, niño feo y tonto! claro que sé que no te gustan las cosas a medias
lo sé de más, así que terminaremos eso donde quieras... esos debates no se quedaran así
tú eres un gran pensador, y un increíble analista, me sorprende lo mucho que sabes y lo
poco que te importa, pero... yo soy mejor y verás que te dejo sin palabritas
-nota; lo acataré solo si sigues respondiendo poéticamente jeje-
ya voy a por tu Hozmosis de nuevo....
adiós señora Miller un beso muac!
Magdalena Miller
estoy un poco más saludable, mira, ya casi es tu cumple y quiero ahora sí verte
estoy con el in-trance de independiente, perdón por el susto y por no haberte hablado niño
pero, he estado al pendiente de ti con alguien muy cercano
espero pronto verte querido Hoz, a ti y a los otros locos amigos tuyos
besos hijo
María Ester Rinaldi
Pues, es que aún no has leído el más puro dulce que el sureño quilimbai escribiera alguna vez... como entender si el canto es como brisa que se eleva y se pierde en cósmica estela o viaja en espumosas olas, y ni aún así lo entenderían, pero esos ojos de lobezno o pájaro se alargan cuando la luna brilla en el azul profundo, y una pequeña gota de tinta desgaja rosas rojas y negras, qué será, sutil suspiro o inquieto sentir, tal vez, solo sea un fantasma de alas libres en vuelo fugás.
May Viccy
Te kiero mushooooo mi niño.
Fiore Montefuoire
pasate a leerte mi regalito para ti y johel
muy a tu estilo, pero, es con mucho dolor
me encantó verte de buenas ayer... ya tenía mucho que no te vaía así
y lo noto se ve reflejado en tus textos
espero verte pronto... aunque sé que andas por ahí de coqueto
con una chica de cabello de fuego... bueno, sé que al final
regresarás volando a por aquel fénix verdad?
un saludo Hozzy... te espero sí?
May Vicky
la tristeza no es para mi
y que me importa lo que vivi
si me regalan el futuro
no lo quiero sin ti
ay no me digas no
si escondes algo damelo
porque llego la hora de estar conmigo
pues el destino asi lo escribio
(estribillo)
si es amor abrazame con ganas,
si no lo es tal vez sera mañana
estando juntos mi mundo se llena de luz
lo mejor de mi vida eres tu
ohhh ohhhh
me voy de fiesta si quieres ir
de buenos aires hasta madrid
y sin dormirnos acabar con paris
te juro que jamas te vas a arrepentir
ay no me digas no,si escondes algo damelo
porque llego la hora de estar conmigo
(estribillo)
pues el destino asi lo escribio
si es amor abrazame con ganas
si no lo es, tal vez sera mañana
estando juntos mi mundo se llena de luz
lo mejor de mi vida eres tu
eres tu
damelo damelo baby
lo mejor lo mejoor.
eres tuu
sueltate el pelo y juega entre las olas
sobre la arena a la orilla del mar
preparate que la noche no perdona
ven que nos vamos en marcha otra vez
porque llego la hora de estar conmigo
pues el destino asi lo escribio
si es amor abrazame con ganas
si no lo es tal vez sera mañana
estando juntos mi mundo se llena de luz
lo mejor de mi vida eres tu
eres tuu
lo mejor lo mejor lo mejor de mi vida eres tu
lo mejor de mi vida eres tu...
lo mejor de mi vida eres tu...
lo mejor de mi vida eres tu...
damelo, damelo baby
Juana de Arco :)
Abrazo grande
Rita
May Vicky
Cosas muy raras están pasando cielo. (He recibido correos de tu antigua dirección de correo y algo no va del todo bien.
Sabes donde encontrarme.
Besos
Tquiero mucho!
PD: pongo eso aquí por si tienes problemas con tus correos o tu cuenta, lo podrás leer igualmente.