Cuado comentamos con nuestros pensamientos, solo para escucharnos nosotros mismos y nos decimos que algo nos falta..., hemos comenzado un dialogo interno. Tan solo mi pensar le habla a mi sentir... Una conversacion que no entregamos ni difundimos al exterior. ¿Porque?  Temor, a veces. Miedo a que no entiendan lo que sentimos  lo que nos falta, o queremos poseer.    No siempre un humano le entrega atencion a lo que le cuentan.., si se le arranca un bostezo...  Ufff, ¡lo aburrimos..! Entonces, con sigilo y disimulando nuestro malestar, ponemos fin al intento de dialogo y..., nos metemos las manos a los bolsillos, caminamos mirando el suelo0 y...optamos por reanudar nuestra conversacion interna sin temor a desoirnos a nosotros mismos...   Y por eso escribi com titulo aquello. ¿Es bueno tener quien nos escuche sin entendernos?  Parece que es mejor ¡ no tener..! 

   Encuentrome fragil, desamparado, con temor,siento mis cabellos levantarse con el aire frio y humedoJamas  un canto lejano habian templado tanto mis oidoscomo nunca el temor a dejar de escuchar me habia atenazado.   Corremos por lugares conocidos o ajenos, pero cercanos.No buscamos esa mano que nos aferre   hacia otro cuerpo humedoni sentimos remordimientos por los pechos acariciados y olvidados,mas estamos avidos de tocar esos pezones firmes y erectos y duros.   Cantan pajaros que vuelan si saber donde van ni porque van...es la esencia que tampoco nosotros manejamos ni entendemos como esentendemos que las nostalgias no son amigas nio enemigas, viven, son, estande ellas rescatamos vivencias, sonidos,llantos, alaridos y fuertes carcajadas.Es que jamas espantaremos los temores ni atraeremos alegrias o flores...     

   El comenzar a trasladar ideas, pensamientos, opiniones y entregarlas como aporte a otras personas, abre un campo interesante.    Pensamientos validos, con la intencion de soltar sentimientos atrapados y  que necesitan fluir en busca de ser leidos y respaldados, apoyados o menospreciados, segun cada resolucion de quien lea.    Tengo claro que debemos enfrentar sufrimientos para poder apreciar los instantes de felicidad. Solo se logra plenitud si contamos con una mujer que nos ame. Ellas, las mujeres, transforman la rutina en caja de sorpresas, siempre nos aportan situaciones inesperadas, que pueden ser gratas o incomodas.    Entrego este pequeño comentario, como un inicio en estas paginas.   HUGO.