• florencio
florencio florencio
Profesor de Ciencias.
Me gusta el deporte en general,pero especialmente el beisbol.
El genero narrativa es mi elemento literario, la poesia son musas que atrapo en el aire, cuando vienen a mi.
Trato de acercarme a la verdad, un poquitico, en los misterios que encierran el Amor y El Apocalipsis.
  • País: Venezuela
 
Gri gri yo lo vi, gri gri no lo vi. La niña, jugaba a las adivinanzas en la sala. Desde el cuarto la madre trataba de encontrar la respuesta. Los pequeños momentos de alegría que se vivían en aquel hogar, se agriaban cuando llegaba el padre. De amorosos y comprensivos pasaron a ser una pareja llena de discordia y rabia.La hija  crecía en ese ambiente acostumbrado a los insultos y peleas. Ella los vinculaba y solo ella, de algún modo podía unirlos aunque fuera en algunos momentos.La  tarde renovaba el dialogo de su historia, como una película repetida una y mil veces, las escenas aparecían de la nada. El llego sobrio como siempre y molesto como nunca había llegado. Como siempre amenazó, gritó e injurio. La suplica de su niña no valieron de nada. Ahora, blandía un revolver de aquí para allá y tanto va el cántaro al suelo hasta que se revienta. Bang, sonó un dispara y dio de lleno en el cuerpo de la criatura que lloraba desconsoladamente en el sillón. El no lo podía creer, se acercó a la luz de su vida, mientras sus ojos se bañaban de lágrimas. La madre no pudo sostenerse en pie y rodo lentamente al piso en un mar de llanto. Con el último suspiro la niña les dijo: "por que yo, por que yo, si es él". Cerró sus ojitos café marrón y desfalleció para siempre.El padre con las manos en la cabeza, caminaba de un lado al otro buscando respuesta, buscando salida. Bang, otro disparo resonó en el ambiente. Su cuerpo cayo inerte cerca de su niña, mientras su último adiós era para su amada, "perdón mi amor no sé qué nos pasó". Ella se arrastró y como pudo llego cerca, una conmoción la sobrecogió, solo unas palabras pudo articular "por que, por que señor, por que echamos a perder esto tan bonito". Bang, un tercer disparo se llevó su vida y su alma.A lo lejos se oía la sirena de un carro policiaco. En la sala una figura grotesca, diabólica, fantasmal  observaba su macabro trabajo. Luego se discurría entre las ventanas, su tarea estaba hecha. Alguien lo envió ¿Quién? ¡Quizás ustedes sepan quién!  
EL ENVIADO
Autor: florencio  417 Lecturas
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Cierto día lo feo y lo bonito se encontraron nuevamente de frente, y cada vez que sucedía el desorden y la discordia aparecían para acompañarlos en sus diferencias. ¿Qué, que se decían? Ya podrán saber ustedes de que hablaban estos seres animados.Pero lo que quiero resaltar es que el jardín del paraíso, perdía su hermosura cuando estos tenían esos encuentros, que se prolongaban por largos periodos, hasta que el señor los llevaba al redil y retornaba así la paz y armonía al lugar.Aquel día la discusión continuaba acaloradamente. Ambos extremistas, eran inflexibles y nadie quería dar la razón al otro. Así que el señor, de los señores se apersono y sentado al lado de la paciencia y la bondad, los escucho gritarse y aborrecerse por un largo rato. Cansado de oírlos decir tonterías tras tonterías, les dijo:_ Es el momento de aprender, les corresponde una lección.Sorprendidos lo miraron en silencio. Y allí comenzaron de nuevo la discordia "por tú culpa me castigaran, dijo lo feo". Lo bonito le refuto diciendo" fuiste tú quien comenzó". _ ¡Silencio! los acalló el señor de los señores. Como penitencia permanecerán en la tierra en forma de humanos, hasta que se encuentren de nuevo. Y diciendo esto desaparecieron del jardín en un tris. Es decir, en un abrir y cerrar de ojos.Los años pasaron y no se supo más nada de ellos, el jardín del paraíso realmente era un paraíso un lugar de descanso. La bondad, la alegría y el amor jugaban al matarilerileron, con la amistad, la justicia  y el orden.  A lo lejos el desorden, la discordia, la rabia, el odio y la maldad unidos por la venganza, esperaban el "quítale esta paja" para entrar en acción.Mientras tanto en la tierra. Un hombre bien feo, más feo que pegarle a la madre de uno, se encontró de pronto con una hermosa; pero hermosísima mujer, más hermosa que una puesta de sol.Ambos se acercaron y comenzaron a conversar sobre cosas triviales. Luego hablaron de sus miedos y temores. Y luego de lo inflexibles que eran la gente con ellos. Siempre los estaban utilizando para algo, lo feo para las cosas maléficas y siempre era el malo de las películas.  Lo bonito para llenar las ánforas del deseo y la lujuria, casi siempre mal utilizado. "yo no soy así" dijo él. "y yo tampoco" le respondió ella. Ojala pudiera regresar donde mi padre dijo él, eso sí es un paraíso. Sus manos se rozaron y sus ojos se encontraron. "Eres tú" dijo ella. El emocionado la reconoció en el acto. Se abrazaron profundamente.Un rayo de luz dio en sus caras, el señor de los señores les daba la bienvenida. "que el amor este siempre con ustedes" les dijo. Ellos regresaron al paraíso, pero dejaron en la tierra una señal, un símbolo de que los extremos pueden unirse.Y por eso es que de vez en cuando aparece, una pareja llena de amor conformada por lo feo y lo bonito.
LO FEO Y LO BONITO.
Autor: florencio  478 Lecturas
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Después de viajar en el tiempo, con mi padre, el 12 de octubre del 2009. Suspendimos los viajes por diversos motivos, luego descubrí que la verdadera razón, que lo impulsaba a tal decisión, radicaba en el temor de mi madre por los efectos que pudieran tener, en el futuro, los viajes extracorpóreos sobre mi mente. Nos sentimos preocupados por su salud, que empezó a empeorar víctima de sus temores. Papá desistió del proyecto al sentir culpa. Yo continúe al prometerle que solo viajaría a dimensiones o capas más profundas, si lograba desaparecer los efectos secundarios que nos atormentaron por más de dos meses, al regresar. Por alguna razón las emociones del pasado se arraigaban con fuerza en nuestra psiquis desequilibrando nuestro normal comportamiento.Basta con decirle, que logre perfeccionar la técnica de relajación y desvanecer los efectos secundarios estudiando y aplicando una técnica encontrada por casualidad en un libro de Osho titulado, “Meditación: La primera y la última libertad”. Ya es de madrugada y le escribo una carta a mi padre para que esté al tanto, dice lo siguiente: “Hoy emprendo un nuevo viaje son las tres de la mañana del día viernes 17 de abril del 2010. No voy solo, responsablemente prepare a mi novia al descubrir que poseía facultades mentales para manejar y enfocar las energías cuánticas del cerebro a su voluntad. Bendición nos vemos pasado mañana. Panchito”18 de abril de 1810El día amaneció claro. El sol esparcía sus rayos a lo largo y ancho del horizonte, el cielo despejado auguraba buen tiempo, después del prolongado verano que abrazo las tierras, y resecó los ríos y quebradas del valle de caracas. El viento estuvo soplando fuerte desde las cinco de la tarde, hasta las once de la noche. Los arboles de las montañas rugieron al paso de un torbellino que rabiosamente golpeó la arboleda. Minutos después un ligero temblor se sintió sobre el valle, creando zozobra entre los habitantes. La naturaleza daba señales de cambios, mientras un grupo de aldeanos se reunían en secreto procurando cambios de poder, sueños de libertad. Durante el día recorrimos las calles y caminos buscando pistas que nos encaminaran al epicentro de los acontecimientos, hasta que al fin dimos con unos nombres extraídos de los libros de historia de Venezuela. Los seguimos con nuestro molde etérico, tratando de no interferir en los eventos que se desarrollaban. Tocaron la puerta en clave, y luego dieron la contraseña. Fluimos detrás de ellos ubicándonos en un rincón, de la sala._ Se dice que el rey Fernando fue derrotado, por los franceses._ Ssssss, Hable bajito compadre que las paredes tienen oídos.María Cristina mi novia sonrió mientras me cuchicheaba “como que tiene oídos ultrasensibles”. Yo me concentre en escucharlos. Juan Nepomuceno y José francisco, hombres del pueblo, campesinos que labraban la tierra para su sustento. Formaban parte de aquella gesta libertaria. Estos hombres nacidos en la pobreza tuvieron la oportunidad de estudiar con el niño Simón Bolívar, recibieron sus enseñanzas de Simón Rodríguez, joven revolucionario que promulgaba un nuevo sistema educativo basado en los derechos de igualdad y libertad de los grandes pensadores de la vieja Europa. ellos eran pobres pero las ideas revolucionarias de simon Rodriguez, le permitian estudiar sin pagar en la escuela del cabildo de caracas. Aquellos muchachitos el tiempo los convirtió en hombres, pero nunca olvidaron las enseñanzas de su maestro, ahora en los albores de una nueva oportunidad de lograr la libertad, recordaban los sueños de su amado maestro y su periplo por el mundo._ Se dice que él y Bolívar estuvieron en la coronación de Napoleón._ También que juraron en el monte sacro liberarnos del yugo español._ Gustoso vertería mi sangre por sus ideales, por que son nobles y para el pueblo.Ellos, al igual que muchos venezolanos estaban cansados de la esclavitud sometida por el imperio español. Un movimiento organizado muy secretamente por el clero de caracas, políticos y militares, les habían sembrado la idea que los sueños de libertad estaban cerca. Tan cerca que los sorprendió aquella noche, mientras esperaban noticias de los acontecimientos que ocurrían en la vieja Europa. Cuatro golpes en la puerta en clave, más la contraseña auguraban la llegada de los principales estrategas del movimiento._Buenas noches caballeros, dijo el recién llegado, no hay tiempo que perder así que ha llegado el momento de actuar._ Que vamos hacer, dijo juan Nepomuceno._ La misión de ustedes es mantener a partir de hoy el pueblo en vigilia. Debemos actuar con precaución, no podemos equivocarnos en la estrategia, no queremos que haya muertes innecesarias._ ¿y como haremos eso? esgrimió José María desde su asiento, si los españoles no quieren dejar el gobierno. Si pretendemos libertad, la sangre de nosotros a de correr por estas calles, para que nuestros hijos sean libres._ ¡No, no, no! Eso sería la última instancia a seguir. Ya les dije no queremos derramamiento de sangre innecesaria. ¡Escuchen bien esto! En vista del derrocamiento del rey de España y el claudicamiento de Fernando VII, ayer nos reunimos y determinamos que el momento ha llegado. Su tarea señores es mantener al pueblo informado en secreto, es cuestión de horas para que reunidos le exijamos que renuncie._Bueno pero por que no vamos ahorita y reunimos a la gente y gritamos que se vallan., señalo Jacinto otro de los revolucionarios._ Les repito que debemos esperar la oportunidad, no debemos precipitarnos y crear un baño de sangre y el fin de los sueños de libertad. ¡Escuchen esto! La mujer que me acompaña se llama Josefa Camejo, se vino de Falcón para ayudarnos a organizar la gente, ella va a trabajar con ustedes. A partir de este momento comerá con ustedes, dormirá con ustedes y de ser posible irán hacer sus necesidades juntos ¡por que no podemos permitirnos el lujo de perder la sincronización de los acontecimientos!El personaje incognito era el militar José Félix Ribas, encargado de movilizar las masas hasta el ayuntamiento llegado el momento de actuar._ ¿y qué hay de Simón Bolívar? No se ha oído más de él, pregunto Timoteo._ El capitán general Vicente Emparan lo tiene confinado bajo vigilancia en su hacienda de yare, pero estamos seguros que llegado el momento preciso, él sabrá como burlar la vigilancia y acompañarnos en la cruzada, enfatizo el joven José Félix Ribas. Amigos, patriotas, debemos a partir de este momento, les repito, mantenernos atento al llamado de la patria.Después de aclarar algunos detalles se marchó, de prisa, debía de presentarse en la casa del médico José Argel de Álamo. Debían de planificar las estrategias para obligar al capitán general Emparan acudir a un cabildo abierto, allí le exigirían la creación de un gobierno independiente de España, imperio que estaba ahora en manos de los franceses de Napoleón Bonaparte, quienes izaban la bandera de la libertad e igualdad en el mundo.Hasta altas horas de la noche el ambiente de caracas, estaba cargado de emociones. El nerviosismo y la incertidumbre dominaban la escena. En el cabildo reinaba la intranquilidad. Muchos exaltados que gritaban consignas, purgaban horas de prisión, mientras otros enviados a sus haciendas, tenían casa por cárcel. Entre ellos se incluía al joven Simón Bolívar, quien proclamaba casi a voz populi su aversión por el gobierno de la corona.19 de abril de 1810La ciudad de los techos rojos, amaneció en un silencio sepulcral. El mutismo aceleraba más las emociones de los habitantes, los temores de un enfrentamiento sangriento recorrían las calles y encontraban ecos en las familias que temían represalias por enfrentarse al yugo imperial de los españoles.Las nueve de la mañana y el cabildo abierto no había producido la reacción esperada en el capitán Emparan. Algunos ya dudaban de encontrar la solución sin disparar un tiro, y nerviosamente daban indicaciones para de algún momento a otro tomar el poder por las fuerzas. De improviso el capitán general se levantó de su asiento y hablo en voz alta, mientras buscaba la salida del edificio._ Como ustedes no están claros en sus exigencias me marcho a la catedral, para las exequias religiosas, les precisó.Era jueves santo y en la catedral lo esperaban para los actos religiosos. Francisco salias voló literalmente de su asiento y salió a cortarle el camino. Con respeto lo tomo con firmeza por el brazo obligándolo a regresar.-Capitán, la reunión no ha terminada, le agradezco regrese a su asiento, le susurró.Giraron, en medio de los aplausos y vítores de la multitud que celebraba la astucia de Salias. Emparan molesto, hizo señas a los oficiales para que lo detuvieran. Y estos empuñaron las armas con el fin de cumplir sus demandas, pero un oficial al mando de la tropa, impartió nuevas señas, y los detuvo en el acto, permitiendo que Salias lograra su cometido.En cuestiones de segundos una oleada de revolucionarios entraron al cabildo; creando más tensión y desconcierto. El canónigo José Cortes Madariaga marchaba al frente, flanqueado por representantes juristas y del pueblo, entre los cuales estaban juan Nepomuceno y José Francisco. Más atrás otros representantes del clero se unían al acontecimiento, que se cargaba de emociones casi hasta explotar el recinto.Por otra parte, José Félix Ribas entraba al tumulto de gente apostado a las afueras del cabildo, con un grupo grande de revolucionarios, gente de pueblo. Panchito recordó una cita bibliográfica “Se multiplicó por calles y cuarteles, animando en medio de la muchedumbre incierta, venciendo resistencias tímidas, pero embarazosas, esforzando a los débiles, llenando los pechos de su osadía y entusiasmo”.Algunos parroquianos ofrecían promesas al cristo redentor, esperando un milagro en la semana santa, mientras la ansiedad y el dilema gobernaban las calles de caracas. En el seno del cabildo la situación llegaba al límite de tensión._ ¡Renuncie Emparan! le exigió Madariaga acaloradamente._ ¡Solo el pueblo, me puede pedir la renuncia! le respondió el Capitán general un poco contrariado.Todos los factores políticos, económicos y de sociedad, comenzaron a levantar la voz presionando para que tomara una decisión. Emparan miro a ambos lados del salón y sin vacilar lo vimos dirigirse al balcón. Abajo la multitud azarosa no tenía claro la situación. Cuando Emparan les pregunto:_ ¿Pueblo desean que yo continúe mandando?Un murmullo de voces invadió la estancia. No se ponían de acuerdo para responder. Esto lo aprovecharon partidarios de gobierno español para gritar “si queremos, si queremos”. Los gritos aumentaron más la confusión caldeándose el ambiente, unos jaleos para aquí y para allá incrementaron el desconcierto. Arriba en el balcón, Emparan, cansado y molesto volvió a preguntar._ ¿Pueblo desean que yo continúe en el mando?Vimos a Madariaga cruzar señas con el medico José Rafael Villarroel y luego ubicarse detrás del capitán, mostrándole al pueblo con el dedo que dijeran que no. La cual fue seguido por los partidarios de la revolución. Aupada por el médico, quien gritaba a todo pulmón “no lo queremos, no lo queremos”_ ¡Pues yo tampoco quiero mando! se le oyó decir a Emparan.El pueblo sorprendido con la respuesta, se abrazaron, gritaron y alzaron la voz en medio de canticos, las calles fueron recorridas de palmo a palmo y por vez primera se escuchó un cantico revolucionario que lentamente se hacía himno “Gloria al bravo pueblo que el yugo lanzo, la ley respetando la virtud y honor……..”." Luego este canto se corearía a lo largo y ancho de la nación.La noticia le llego Simón Bolívar, de sorpresa en su hacienda. Respiro profundo para luego soltar “Hoy nacio la aurora de la independencia, la libertad la cual lograremos cuando el ultimo gobernante de la corona haya salido de nuestra américa”. Después levanto una copa de vino y celebro por la nueva república que recién comenzaba a nacer, giro instrucciones y se preparó para asistir al llamado de la nueva junta de gobierno.A petición de mi novia avanzamos dos capas más en el tiempo y allí pudimos ver a cientos de Kilómetros de distancia. El nacimiento de la independencia de México. Cinco meses después de los acontecimientos en caracas, en septiembre, el pueblo de dolores amaneció en armas guiado por el sacerdote Miguel Hidalgo quien lanzaba la proclama independentista conocida como “grito de dolores”.Los gritos de libertad de Guaicaipuro, Anacaona y otros mártires de la américa indígena, encontraban asiento en los nuevos próceres.20 de abrilRegresamos en perfectas condiciones del viaje, los efectos secundarios desaparecieron al realizar la limpieza de nuestra mente mediante la meditación. María cristina me pide, entre risas, que le cuente una anécdota del viaje. “Resulta que después que José Félix Ribas abandona la casa de reunión, un hombre hacendado de nombre Vicente Alonso, traba conversación con Juan Nepomuceno, a veinte metros de distancia se encuentra un niño de aproximadamente diez años, de piel negra, esclavo del hacendado. Con una lanza rudimentaria hecha de cualquier palo atina con precisión y exactitud una tapara que pendía de una rama del árbol, casi al ras del suelo. El amo lo reprende por el nombre y doy en cuenta que es Pedro Camejo, “el Negro Primero” quien será la mano derecha del centauro de los llanos. El niño se sienta molesto recostándose sobre el tronco del árbol, acariciando su lanza. En un santiamén me coloque a su espalda y le dije “saludos a mi teniente”, volteo y vio una figura fantasmal. Dio un brinco en el acto y salió corriendo gritándole al amo “señor, señor. Un muerto vi un muerto que me hablo”. El hombre contrariado le dijo “que muerto ni que ocho cuartos, trae las bestias que nos vamos. “Si amo, le refuto, me dijo saludos a mi teniente”. El hacendado rio a carcajadas diciéndole “teniente tú”. Nuestra risa era muy diferente a la risa del hacendado, vimos partir a pedro Camejo volteando de vez en cuando hacia atrás y blandiendo la lanza entre sus manos. Ya la historia le daría la razón.
Jesucristo niño, tus pasos aun están en las calles de Nazaret,el chiquillo que jugaba y reía, al lado de José y María.¿Dónde está mi niño? Pregunta angustiosa la madre,¡Porque te preocupas, si estoy en casa de mi padre!Benditos José y María, por cuidar al hijo de dios,Déjalo que  juegue, que ría, que pregunte,¡Que busque a su señor!Y yo que fui un niño, como lo fue el hijo de dios,Y entre juegos y reyertas aprendí a orar al creador,Padre  nuestro que estás en los cielos.............Y el ángel de la guarda mi dulce compañía.....Fueron mis oraciones, las que me cuidarían,Y oraba todas las noches, antes de dormirY  mis sueños eran profundos, como los de un querubín.¿Y donde esta mi niño? preguntó atormentada mi madre,¡Jugando pelota y metras aquí en medio de la calle!Y el  niño que yo fui, un día se me perdió.Pasaron los días y los años, y más nunca regreso.Me desperté aquella mañana, buscando una oración¿Despierta que ya eres un hombre? ¡Eres mi hijo varón!¡El muchachito que fuiste déjalo en el rincón!¿Y donde esta mi niño? Se pregunta el viejo hoy¡Aquí solo y abandonado en este lúgubre escondrijo!Jesucristo  hombre, tu verbo aun esta en las calles de Jerusalén,Jesús el carpintero, Jesús de Nazaret.El día que te fuiste no está escrito,A donde fuiste tampoco,A los treinta y tres regresaste, a cumplir con tú misiónPorque eras  el mesías, el ungido del señor. Nadie es profeta en su tierra, lo dijiste con visión,Tomaste tu cruz la que dios te señalo, Sacrificarte por nosotros, percibir el dolor del mundo,Para romper las cadenas, para quitarnos lo inmundo.Para romper el ciclo, al cual Satanás nos ato,Aquel nefasto día cuando Adán la manzana mordió.Jesús, el hombre, que vio hermosas mujeres, Que mostraban sus encantos, envueltas en olorosos perfumes.Jesús, el hombre, que vio el ancho mundo, con oro, licor y pecadosQue fue tentado por Lucifer, para que fuera el gobernador¡No solo de pan vive el hombre! Le respondió mi señor.Había ganado la batalla de no caer en tentación,¿Y donde esta mi hijo? Pregunta triste JoséLo llevan a crucificar, ¡oh! Jesús de Nazaret.¿Y donde esta mi hijo? Se pregunta el anciano hoyAnda buscando su senda, que una tarde abandono,Cuando se olvido de su niño y lo dejo en aquel rincón.Repitiendo la historia triste, que su padre le enseño.Jesucristo  milagroso, Jesús el curandero,Jesús el mesías, Jesús el carpintero.¿Y donde esta mi hijo? Pregunta risueña MaríaCurando a  los enfermos, cerca de la abadía.Curó a los leprosos,Alabado sea Jesús atado a la columna.A los ciegos les dio vista,Alabado sea el corazón de Jesús.A los paralíticos los hizo caminar,Alabado sea Jesús el Nazareno.Saco demonios y espíritus inmundos,Alabado sea Jesús en el calvario.A los muertos le dio vida,Alabado sea Jesús  resucitado. ¿Y donde esta mi hijo? Pregunta contento José,Anda curando a los enfermos, colmándolos de fe¿Y donde esta mi hijo? Pregunta solitario el ancianoAnda ayudando a los pobres, como el Cristo de los milagros. ¿Y  quien le encomendó esa obra? Alguien PreguntóNadie pudo responder, pero él solito la encontró,Cuando halló al muchachito, que triste y solo dejo,Una tarde veraniega, en aquel sucio rincón.Se tropezó con un niño, casi no lo reconoció;De  carita sucia, y sin camisa, una moneda le pidió,vio sus manos golpeadas y con rasguños en los brazos,sus pantaloncitos deshechos, y los piecitos descalzos.Lo vio de lleno a los ojos, palpito su corazón¡Este niño es un reflejo  de aquel niño  que fui yo!¡Eres mi niño bendito! Hijo de mi corazóncomo pude abandonarte, solito en ese rincón.Pretendí culpar a mi padre por esto igual él paso,me correspondía a mí  buscarte y romper esta maldición,de abandonar a los hijos, a las buenas del señor.Bendito el divino niño, bendito nuestro creador,alabado sea Jesús crucificado, que vino a lavar nuestro error.Bendito Jesús de los milagros que siempre te acompaño yme permitió encontrarte en este escabroso rincón.Jesucristo el hijo de dios, hijo de la virgen MaríaBendita seas, Mujer, entre todas las mujeres.Jesucristo hoy me confieso, ante ti.He recobrado el camino,Muchos golpes me dio el destino,Cuando me aleje de ti,Nunca maldije tu nombre,Ni caí en provocación,En esta semana santa, la semana mayor,Juro lealtad a tu obra, defenderla es mi misión¿Y donde esta mi hijo? Pregunta alegre el anciano.Anda con su nieto  alabando a Cristo,hoy es domingo de ramo.
CAMINANDO CON JESUCRISTO
Autor: florencio  571 Lecturas
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En la cima del cerro tierra blanca, vivía un niño con su mamá. Ambos se querían mucho, Sebastián que así se llamaba el chiquillo, era de poco comer y esto mortificaba a la pobre mujer que día a día le transcurría el tiempo, tratando de que el muchacho probara aunque sea un bocado de alimento. Nació con aquel problema. Por circunstancias desconocidas el niño se negaba a comer, no pasaba de dos cucharadas de comida al mediodía y dos en la tarde. Cuando sentía hambre llamaba a la mamá  y le pedía dos bocados para luego marcharse a sus juegos.  Eso si, le gustaba salir y  acompañarla en las diligencias y los paseos a casa de la abuela.          Los días  pasaban y el niño cada vez enflaquecía más y más, hasta que llego el día, que no podía salir solo de la casa porque el viento, aunque fuera suave, lo derribaba y lo empujaba fuera del camino. Cualquier tropezón con un pedrusquito lo hacia caer. Ella triste y preocupada le hacia todo tipo de remedios pero el niño seguía igual. Los otros niños ya no se le acercaban, no querían jugar con el, algunos por temor a lastimarlo y otros porque su aspecto les daba mala espina. Esto no le importo mucho a Sebastián, quien encontró en los animales del bosque amistad y compañía. Le gustaba jugar con los animales, los quería mucho, algunas veces se escapaba al patio y llamaba a sus amiguitos del monte y jugaba con ellos hasta tarde. Estos no le tenían miedo, quizás lo veían como uno de ellos; sin malicia.         Dentro de la casa se escuchaba la voz de Isabel, su mama, llamándolo._  ¡Sebastián! ¿Donde estas?_ ¿Sebastián donde te escondes? Es hora de tomarte el juguito, le hablaba sin obtener respuesta.          Sebastián inmerso en sus juegos infantiles, no prestaba atención a las suplicas de su madre. Sus sentidos ataban su cuerpo al lado de los animalitos. Taiguagua, su perro, le ladraba para que le respondiera, cosa que se negaba hacer, diciendo que no tenía hambre. Sus amiguitos del monte reunidos le gruñían y graznaban,  porque eso era malo no contestarle a su mamá. La brisa de la tarde comenzaba a soplar lentamente, los animalitos preocupados por lo que pudiera pasarle, lo obligaban a meterse para la casa. El porfiado como siempre le decía que jugaran un poquito más. Ellos, como podían lo tomaban de la camisa y los pantalones empujándolo hasta la puerta. Taiguagua con su pata delantera, golpeaba la puerta, hasta que salía Isabel. _ ¡Muchacho que haces allí afuera! como te saliste._ ¡Hola mama! le decía,  estaba jugando con mis amiguitos.         La sonrisa de su madre era un bálsamo para él, inmediatamente se olvidaba de los juegos y se abalanzaba a sus brazos, buscando el calor maternal.  Con su manita que ya parecía una ramita seca, se despedía de los animalitos diciéndole adiós.         Entre regaños y manifestaciones de ternura la madre le hablaba, mientras cerraba la puerta._ Por el amor de dios Sebastián ¡come! que ya pareces una escoba.        Los días pasaban y Sebastián continuaba tan flaco que parecía un insecto palito gigante. El tronco del cuerpo parecía un pedazo de leña y las manos y los pies las ramitas. Los médicos que lo trataban no encontraban síntomas para aquella enfermedad, decían que aquel era un mal sin cura. La mamá, entre sollozos, decía que era tan porfiado que había nacido para dejarse morirse de hambre. En sus momentos de angustia, trataba de recordar si alguna vez le negó la comida durante el embarazó. O si lo trato mal en la barriga, algunas madres chifladas les hablaban cosas feas a sus hijos, cuando se movían causándoles punzadas en el bajo vientre. Otras le negaban el alimento cuando se lo solicitaba él bebe,  y cansado de llorar se dormían. Muchos infantes a la deriva,  eran alimentados por el divino creador y los buenos vecinos que siempre estaban pendientes, mientras la madre insensata se divertía con sus amigos en medio de tragos de aguardiente.          Ese no era su caso, desde el primer momento entendió que su hijo nacería sin padre, y se consagró atenderlo, a estar pendiente de él. No tuvo compañero que la apoyara en aquellos momentos. Después que la embarazó, al mes, desapareció dejándola sola en un mar de llanto que le secaba el alma. La tristeza le consumía la vida.  Siempre se echaba la culpa, asumía que su hijo, sufrió aquellos trágicos momentos. Por eso, entre lágrimas, siempre decía que Sebastián había nacido para dejarse morir de hambre.II          A la mañana siguiente, Isabel salió a comprar sal y azúcar al pueblo que estaba como a una hora de camino. Cerró bien las puertas para que el niño no saliera. "Vengo en un momentito" le dijo. Sebastián la vio cruzar el camino, y no quiso desaprovechar aquella oportunidad de salir al patio para jugar con los animalitos. Por la ventana, vio que las hojas de la mata de cayena le indicaban que no saliera, el viento soplaba fuerte moviendo las hojas de los árboles. No hizo caso y salio por un hueco que tenia la pared debajo del fogón, era la salida que había encontrado en sus ratos de ocio y que guardaba en secreto. Salió al patio, vio una carrucha en medio del camino y quiso curiosear. El perro ladró, mas no hizo caso y al carruchón subió. El viento lo sorprendió, pero esta vez empujándolo dentro del cajón, cayendo en una maraña de palos y ramas secas.  Su destino parecía tan gris, que aquel carretón, pertenecía a una  mujer que tenia fama de Hechicera. Escucho pasos y luego sintió que caía sobre su cuerpo una lluvia de plantas, ramas y bejucos. La mujer, con sus manos huesudas arreglo un poco el contenido, y confundió una pierna con un trozo de palo entre las charamizas. Luego cruzo la boca del cajón con un mecate. Su voz debilitada por la poca alimentación, y el miedo, se le trabo enmudeciendo de golpe. Quería llamar a su mamá, quería salir de allí,  pero la fuerza no lo acompañaba. "que desdicha, pensó, morir en el fogón quemándome".         Anocheciendo llegaron a la casa de la hechicera, el carretón estaba repleto. Entró a la casa, y de pronto volteo el contenido sobre un montón de leña, que tenia al lado del fogón. El muchacho rodó en medio de leños, plantas raras y animales extraños, el golpe le produjo rasguños, cortaduras leves y lo más grave un brazo fracturado. La suerte lo acompaño esta vez de no morir. La mujer cerró la puerta y comenzó a agregar unos ingredientes al brebaje que estaba preparando._ Jajá jajá, reía, esta es la ultima poción Juan y por siempre serás un halcón, mi halcón, mi esclavo.         Encerrado en una gigantesca jaula de alambre de cobre se encontraba un hombre en estado deplorable; desnudo y escuálido. Graznaba como un halcón. Sus cabellos yacían en el piso producto del brebaje que le obligaba a tomar. _Esta es la última poción, y por siempre serás mió. Más nunca te acordaras de Isabel.          Cuando escucho el nombre de su madre, Sebastián,  se sobresalto. Trató de zafarse entre la  leña y los bejucos pero, no pudo, no tenia fuerza._ Mañana al amanecer con el haz de leño que he traído especialmente para ti, quemare todas las plumas que has mudado desde que te convertí en halcón, al quemarla no habrá nada en el mundo que pueda romper el hechizo y por siempre estarás a mi lado.          El hombre  que aun conservaba el habla, le dijo:_No son plumas, son cabellos. No soy un halcón soy Juan. No dominaras mi mente._ Ja ja jaja, ya veremos después de la ultima poción._ Mujer malvada, algún día pagaras lo que hiciste, me separaste de Isabel y mi hijo, encerándome en esta jaula de cobre.         El hombre se agarraba la cabeza con ambas manos tratando de dominar aquellas imágenes de ave que se apoderaban de su mente y su cuerpo. Desde el fogón la mujer le gritaba:_ Ahí te quedaras, hasta que se complete el hechizo. Por tonto estas ahí, como pudiste preferir a Isabel antes que a mí. ¿Yo no valía nada para ti? Preferiste el amor de esa pobretona campesina. Tú eres mío por que desde el primer momento que te vi, yo así lo decidí, _Jajá jajá, carcajeó él  burlonamente, me hubiese gustado en aquel momento ser un adivino. Eres una bruja loca prefiero la muerte que estar a tu lado. Me separaste de Isabel pero por siempre la querré, nunca la olvidare hagas lo que hagas.         Aquellas palabras, la cegaban de rabia. Crispaba sus ojos y torcía la boca. Se tornaba furiosa y con un palo golpeaba la jaula descargando su ira._ Mañana veremos que dices cuando veas las plumas arder en llamas, le dijo y se marcho al fogón a terminar el brebaje._ ¡no son plumas son cabellos! Le gritaba con esfuerzo.         Sebastián no podía creer lo que estaba escuchando, Juan el que algunas veces nombraba su madre como el mal hombre que la había abandonado, era su padre y estaba ahí encerrado convirtiéndose en un ave.  "No olvido a mi madre y la sigue amando,  toda la culpa de su infortunio la tiene esta mujer  malvada que lo separó, por envidia, al amor que se tenían" caviló Sebastián desde lo oscuro del fogón.          Enredado en la  leña y sin poder hablar, el destino le deparaba un final triste a su corta vida. Sus amigos los animalitos del monte y su mamá lo estarían buscando afanosamente. De repente detuvo sus pensamientos y enfoco su atención a una vocecita que en su interior le decía "Sebastián, este no es tu destino, tienes que librarte. Estas aquí por alguna razón". Vio a la malvada mujer entrar al cuarto y preparar la cama para acostarse. La oyó decir unas palabras asombrosas para que nada de lo que estuviera adentro pudiera salir sin su asentimiento. Y por ultimo antes de acostarse tomó un brebaje que tenia en una mesita al lado de la cama._ ¡Ahaaa...! El elixir para vida, el que me da fuerza, la escucho decir.III         Media hora después, se escuchaban los ronquidos de la hechicera inmersa en sus sueños diabólicos.         "Este es el momento" pensó, con movimientos lentos pero seguro comenzó a salir poco a poco del montón de leños y plantas, la poca fuerza que le quedaba no le permitía soltarse con la rapidez que quería, con mucho esfuerzo logro soltarse, trastabillo sobre la leña y al suelo fue a caer, el ruido fue opacado por los ronquidos de la hechicera. Tambaleando se acerco poco a poco a la puerta, desde allí podía observar entre la penumbra la mesita donde tenia el elixir. "tengo que tomar de ese liquido para que me de fuerza y vitalidad" se decía a si mismo, mientras avanzaba lentamente, el brazo golpeado mostraba hinchazón y a cualquier roce le producía un intenso dolor, que soportaba, solo, con el fin de lograr su propósito. Cuando estuvo cerca y se proponía agarrar el frasco. La bruja despertó y se  levanto como un resorte. Mientras chasqueaba la boca produciendo un ruido extraño, caminó hasta el fogón, olfateando el aire mientras pronunciaba:_ Huelo intrusos en mi casa.         Pero por mas que buscaba no encontraba nada, Sebastián en silencio acurrucado en lo oscuro del rincón, detrás de la puerta, con los dedos entrecruzados fuertemente, oraba en silencio: "con el paño que en la patena y en cáliz voy cubierto que no vea preso, ni herido ni muerto" con la fe en la oración enseñada por su madre, esperaba la ocasión propicia para actuar: La imagen de una mujer dibujada por las sombras de la noche, en claroscuro, por la luz opaca de la lámpara de kerosén, revisaba el brebaje y al regresar golpeó la jaula con la vara, despertando al hambre-halcón que dormitaba su mala suerte.          Mientras esto sucedía, Sebastián sacando fuerza de donde no tenía, logro agarrar el frasco del elixir, se lo acerco a la boca y se bebió la mitad del contenido. "tucun tucun" sonaba al pasar por su tráquea, arrugo la cara, el líquido era amargo y espeso. Todo esto sucedía mientras Juan intercambiaba maldiciones e insultos con su captora, quien a cada rato volteaba a los lados, la incertidumbre de que ocurría algo que no podía descifrar la tenia incomoda y recelosa. Bajó la olla del fogón, y masculló unas palabras raras. Él muchachito coloco el frasco en su lugar y fue a esconderse debajo de la mesa, con la mala suerte de pisar el rabo al gato que dormía placidamente, este despertó y al verlo se asusto y salio maullando. La bruja desconfiada se acerco a revisar debajo de la mesa. Y solo vio, entre las sombras, un trozo de leño tirado en el piso. "Mañana lo recojo" dijo. El gato cruzo la penumbra, escondiéndose debajo la lacena. A donde fue a parar la chancleta que le lanzo mientras le gritaba "y tu gato loco mañana te encierro".          Nuevamente se dispuso a dormir. El universo conspiraba a favor del padre y su hijo, protegiéndolos con la mano de la invisibilidad. Roncaba placidamente, mientras Sebastián notaba como su cuerpo comenzaba a fortalecerse y sus sentidos agudizarse. Articulo unas palabras y pudo notar que su voz  regresaba. Sigilosamente se levanto  y se acercó a la jaula de cobre, él hombre-halcón; su padre lloraba en silencio su desgracia. El niño se monto sobre un tambor que estaba cerca y susurrándole le dijo:_  Señor, señor, despierte._ ¿Quien me llama? contesto sobresaltado         Al ver que era un niño le dijo: ¡muchacho ¡¿Como entraste aquí?_ No te preocupes después te digo, habla bajito para que la bruja no nos escuche._ Esa desgraciada mujer duerme como una piedra, ella confía en sus hechizos para que nada de lo que este aquí salga._ Voy a buscar la manera de sacarte._ La única forma es con la llave de cobre._ ¿Y donde esta?_Es peligroso e imposible de lograrlo_ No se preocupe yo lo haré, dígame como la encuentro.         Al ver la valentía y la disposición del niño, entrego sus ultimas esperanzas al ser que de la nada llegaba para tratar de rescatarlo "quizás sea el ángel de mi guarda" pensó, al tiempo que le indicaba los pasos a seguir. _ En el copete de la cama guarda la llave, es la que tiene un triangulo en la punta. Antes de agarrarla debes decir la palabra "cuprum, cuprum" de no decirla al tocarlas se despertara el duende que las cuida y será nuestro fin._ Descuide, sabré como hacerlo.I V         Pasaron las horas y llegado el momento, nuevamente entro al cuarto y lentamente se acerco a la cama de la bruja, el  elixir lo fortalecía a cada minuto y tenía habilidad y destreza para desplazarse sin hacer ruido. El subconsciente obraba a su favor recordándole la oración"con el paño que en la patena y.........." La mujer roncaba hurañamente, mientras las paredes se impregnaban de figuras tenebrosas creadas por las sombras  de la noche. Los ratones hacían de lo suyo, durante aquellas horas, pasando del fogón al cuarto, en ausencia del gato que dormía afuera, ajeno a los sucesos.         Como un felino de monte, el muchacho, se acerco con movimientos sincronizados  al copete de La cama, estiro la mano para agarrar las llaves al tiempo que pronunciaba las palabras "cuprum, cuprum". Tomo las llaves y regreso en silencio hasta la jaula de cobre. Coloco la punta triangular en la hendidura giro la llave y la puerta se abrió. El hombre-halcón salió, realizando un gran esfuerzo, estaba entumecido por el tiempo encerrado, se tomaron de las manos y se metieron debajo de la mesa._ Gracias muchacho, le dijo, Quien eres tu._ La verdad que no se como responderle, escuche a la bruja nombrar a Isabel y ese  es el nombre de mi mamá.         Cuando escucho aquello el hombre embrujado, sintió que se le secaba la garganta, blandía los brazos; cual alas sin plumas, como acercando el aire a sus pulmones._ ¿Isabel la de Cerro Blanco?_ Si,  le contesto Sebastián con el corazón palpitándole de emoción._ Entonces tú eres hijo mió, mi sueño.         Ambos lloraron silenciosamente por la emoción que los embargaba, Juan lo tomó entre los brazos, se lo acerco al rostro y le dio un beso, él niño  con sus bracitos le abrazo el cuello en un acto de amor profundo. Pasado los momentos de emoción le contó lo sucedido. "Tu mama y yo éramos muy felices, en la casita que le construí en cerro blanco, lo llamamos así porque esa parte de la montaña es de piedra caliza, que al descomponerse origina una tierra blanca. Allí erigimos nuestro hogar, a los tres meses de estar viviendo juntos, Isabel salio embarazada, aquella noticia colmo de alegría nuestra unión. Esta bruja malvada se llama Raquel, era una mujer que vivía en el pueblo. Ella estaba enamorada de mí y salimos algunas veces como amigos a las fiestas del pueblo. Cuando yo no era novio de tu mama. Cuando se entero de nuestro matrimonio y el hijo que venia en camino. Juro que nunca seriamos felices, que yo le pertenecía por que así ella lo quería. Que haría todo lo posible por separarnos. Yo no le creí porque nadie en el pueblo la conocía realmente y mucho menos  sus intenciones. Nadie sabía que traía una herencia de brujos y hechiceros que destruía aquello donde posaran su rabia y malos sentimientos. Se hizo pasar como amiga y lentamente se me fue acercando hasta que me engaño con sus artimañas y me hizo tomar un brebaje que me enfermo y comencé a sufrir lentamente diversas formas de alucinación mental, yo sentía que mi mente daba vueltas y algo se me acercaba como queriendo poseer mi cuerpo. Al principio me sumí en una melancolía, y luego la mujer comenzó decirme que era un halcón; repitiéndolo a cada momento. Esto me creo una manía, que me hizo creer que me transformaba en halcón. Aquí e pernoctado durante siete años solo con la idea de escapar, pero la condenada bruja desarrollo en el transcurso del tiempo una serie de trampas que no me permitieron en ningún momento huir".          _ ¿Porque halcón? Pegunto el hijo._ Según su tradición ancestral en mi alma reside el alma de un animal, y el brebaje me lleva a un  estado psíquico, donde aflora esta alma, transformándome entonces en hombre-halcón._ ¿Pero no eres un halcón, verdad?_ Hijo, sin el amor a tu madre, quizás no hubiera tenido la fe y la fuerza de voluntad para dominar los espertejos e imágenes que se forman en mi mente diciéndome que soy un halcón. Físicamente no me convierto en el ave, pero mentalmente si. Muchas veces siento, sobre todo en las mañanas, que actuó como un ave, tratando de graznar y aletear.         El niño lo abrazo brotando de él algunas lágrimas. "Además, dijo Juan,  cada año en luna negra me obliga a tomar un brebaje que me tumba todo el pelo y cabello del cuerpo, que luego recoge y guarda en el tambor que esta debajo de la jaula. Las que recogió hoy es la última camada, que ella les dice plumas,  mañana las quemara en medio de la luna negra pronunciando el hechizo ancestral de su estirpe. Me dará el ultimo brebaje que terminara por dominar mi mente y seré un halcón para siempre, los recuerdos que haya tenido como humano se borraran y seré su esclavo por los tiempos que han de venir"._No vamos a permitir que logre su cometido papá, le dijo Sebastián._ Ahora tengo un motivo más para seguir luchando, no se como le vamos hacer, no podemos escapar por los duendes y trampas que tiene, para evitar que cualquier cosa salga de aquí. Y mire que durante siete años he visto las cosas feas que le hace a los que tratan de escapar desde animales hasta personas. No se como no te descubrió._ Estoy tan flaco que parezco un palo de leña, y con mi ropa toda arrugada y sucia, me confundió. Además,  tengo una oración que mi madre me rezaba desde que estaba en su vientre y me sirve de protección divina.         Le explico como había llegado hasta allí, el poco apetito que tenia que lo consumía en vida. No sentía hambre y no había explicaciones para eso. Su mama vivía enferma y preocupada por él. La quería mucho porque ella solo vivía para él y los recuerdos tristes de un hombre que la abandonó, que la  dejó sola.         El papa cuando escuchaba aquellas palabras se le encogía el corazón, su Isabel, su pequeña Isabel todavía pensaba en él. Que grande era el verdadero amor. Nadie lo podía vencer. Se dio cuenta que hicieran lo que hicieran nadie podía destruirlo. Ese era el verdadero amor._ Como te hable hijo yo no la abandone, el destino me tejió una trampa que no pude sortear y me separo de lo que yo mas quería._ Ya lo entendí papa, lo que tenemos que hacer es salir de aquí y romper tu hechizo y regresar con mi mamá._ Esa es la parte difícil hijo, no se por donde empezar ni como empezar._ Podemos empezar por esconder los pelos y cabellos para que no las encuentre. Dijo Sebastián._ Imposible puede encontrar dentro de esta casa cualquier cosa y recuerda que nada puede salir de aquí ni siquiera un pelo.         Sebastián observo el humo que salía por la chimenea, y le pregunto._ Y el humo porque sale, sin despertar alarma._ Es cierto, no me fije en ese detalle. Si los quemamos, sin la presencia de la luna negra y sin pronunciar las palabras,  el hechizo no funcionara y por lo menos tendré la oportunidad,  algún día de sanar mi mente, alejando por siempre estas imágenes que se quieren apoderar de mi conciencia.         Sebastián salió debajo de la mesa y avivo un poco los tizones del fogón que ya estaban languideciendo. Tomo el tambor donde momentos atrás se había parado para sacar a su papa de la jaula de cobre, y puñitos por puñitos fue agregando al fuego que los consumía y producía  virutas de humo que se escapaban por la chimenea sin despertar sospechas, él ultimo pelo fue quemado rozando el canto de los gallos. Coloco el tambor en su lugar y se dispuso a meterse debajo de la mesa. De repente sintió mucha hambre quiso hurgar en las ollas, pero su padre le alerto que tuviera mucho cuidado porque los restos de comida siempre contenían hechizos para los intrusos que hambrientos, al encontrar la casa sola, entraban sin saber la sorpresa que les esperaba._ Si tienes hambre come del cambur maduro, que esta al lado del pilón. Con el me alimenta dos veces al día porque no como los ratones y culebras que antes me traía. Como todavía soy humano mi mente rehúsa de comer esas cosas.         El muchacho se acerco al pilón y agarro cinco dedos de cambur maduros y se sentó debajo de la mesa a comer.         V          Los sorprendieron los primeros rayos del sol sin un plan para escapar. Sintieron que la bruja se despertó y bajo de la cama. Después de quitarse el camisón de dormir, la observaron ponerse un vestido de flores ajustado u su cuerpo realzando su figura de buenas proporciones, se puso las pantuflas, se acerco al espejo y cepillo sus cabellos castaños, para luego entrar al baño y asearse. A pasos cortos salio del baño dirigiéndose al fogón para montar el brebaje y reiniciar la cocción. Levanto la vista hacia la jaula y vio al hombre acurrucado durmiendo todavía. Con la vara golpeo la jaula como siempre lo hacia para despertarlo bruscamente. Mientras tanto Sebastián veía todo en silencio debajo de la mesa. A última hora, su papá decidió regresar nuevamente a la jaula para no despertar sospechas, la puerta de la jaula estaba entrecerrada solo tenían que esperar el momento oportuno y escapar. _Hoy es tu último día querido, al atardecer serán tus últimos minutos como humano. Serás mió para siempre. El bebedizo que estoy preparando es el último, y así estaremos juntos para siempre. Quemare los libros y el contra hechizo para que nadie pueda deshacerlo. Y solo pensar que basta una plumita tuya y la poción para realizar el contra hechizo y volver a la normalidad. Pero nadie lo sabrá. ¡Jajá jajá!         Ambos escucharon aquello y una luz de esperanza se abrió en sus corazones. La mujer se dirigió cerca del fogón, saco el haz de leña buscado el día anterior, y lo dispuso en el patio formando un montón en forma de pirámide._ A la tarde arderán tus plumas y con ellas tus últimos suspiros como humano. ¡Jajá jajá! se le oía reír a cada rato.         La vieron abrir la puerta y salir, el gato quiso salir detrás de ella y recibió un portazo que lo regreso adentro revolcándose en el suelo. La mujer volteo  y lo vio darse un revolcón._ ¡Aja! quien te manda andar tras mis justanes. No aprendes ¡jajá jajá!        Se cerró la puerta tras sus pies y bajo el quejido de las bisagras que soportaban el peso de la madera. Inmediatamente Sebastián se levanto y por el ojo de la cerradura la vio adentrarse en el bosque. Rápidamente se acerco a la jaula y saco a su padre. _Tenemos que encontrar uno de tus pelos rápidamente, le dijo Sebastián._Lo triste,  es que posiblemente anoche los  quemaste todos. Le recordó._ Buscaré en el tambor puede que haya olvidado uno.         Quito la tapa y reviso el fondo del recipiente no encontró nada, volteo la tapa para ver si algún cabello quedaba allí. Tampoco encontró nada. La desesperanza los envolvió. El hombre-halcón abatido sobre el suelo, se lamentaba de su mala suerte._Solo un pelo, un bendito cabello y alejaría para siempre, el manojo de fantasmas mentales que me llevan a la locura. Se quejaba con amargura.         Sebastián se revisaba la ropa los pies para ver si alguna  estaba adherida a su ropa o a su piel pero nada. El piso fue prácticamente barrido por los dos sin ningún resultado. Los atrapo la desesperanza, en un abrazo de conformidad con los hilos del destino que le trazaban un mal augurio. Las palabras maléficas de la bruja en el patio los volvió a la realidad, cada quien ocupo su lugar de nuevo cuando la puerta se abrió. La mala mujer cerró la puerta y cuando paso al lado de la jaula tomo el palo y la golpeo nuevamente. _ Despierta querido que llego tu amorcito. Le dijo.         Del copete de la jaula se desprendió algo que se desplazo girando y dando vueltas por el aire hasta depositarse en los pies de Sebastián. Al ver lo que era, no lo podía creer un mechón de pelo de mediano tamaño estaba entre sus manos quizás eran los últimos. Con alegría desbordante la guardo en el bolsillo y guardo el silencio más placentero que vez alguna hiciera. Desde su escondite la observo agregar unas flores exóticas al cocimiento y bajar la olla del fogón._ Ahora la poción si esta completa, solo falta el atardecer, querido, pronto estaremos juntos.         Se acerco al tambor donde guardaba los pelos y cabellos de Juan, y con la vara lo golpeo dando por hecho las ultimas palabras, platicadas en un monologo eterno con su sombra.         Entro al cuarto y fue hacia el copete de la cama y busco una llave. Sebastián trago saliva porque pensó que iba abrir la jaula. Se dirigió al baúl y después de proferir unas palabras lo  abrió, y saco unos libros y pergaminos que tenia guardado. Era la herencia dejada por sus ancestros, acumulada por siglos y siglos de sortilegios y magia negra. Los reviso y volvió a colocar en su sitio._Antes de la ceremonia  quemo estos, dijo, así nadie podrá romper el hechizo         Guardo la llave en el bolsillo, se acerco al copete y tomo la llave de punta triangular y también la guardo en el bolsillo._Es mediodía voy a dormir mi siestecita para luego cumplir con mi propósito.         "Ahí de mi", sollozaba en su jaula. "Amalaya un mal rayo cayera y te partiera en dos" le decía._ Jajajajaja, reía, descansa querido pronto nos uniremos en un vuelo, tu y yo, para siempre. Duerme un ratito que yo te despierto como constantemente lo hago.V I         Pronto se cerraría un ciclo lunar y aparecería la luna negra, cuyas fuertes radiaciones eran utilizadas por brujos y chamanes, para el mal y para el bien; cada quien utilizaba las energías cósmicas de acuerdo a su proceder. Mientras el astro recorría su orbita, Raquel; la hechicera, se tendió de palmo a palmo sobre la cama y al rato quedo dormida en sus profundos y falaces sueños. Solo los ronquidos daban señal de su existencia. En la jaula, Juan luchaba para que los rasgos síquicos del alma del halcón no se apoderaran de su conciencia, por que de ser así,  ahí comenzaría su maldición eterna.         Cuando Sebastián sintió, que la mujer dormía profundamente, se levanto y le contó a su padre lo acontecido. Este se alegro mucho y dio gracias a Dios por que le dio un hijo tan inteligente y que el azar lo bendijera. El cocimiento se enfriaba lentamente, los capullos impregnaban su esencia en el agua concentrando las sustancias. El hombre-halcón que comenzaba a encañonar pelos y cabellos. Le pidió que lo acercara un poco al cocimiento._Hay que vigilarlo solo falta que habrán los capullos de la planta que agrego de ultimo. Dentro del capullo esta el ingrediente que falta. La siestecita de la bruja dura largo rato. Tiempo suficiente para que este la pócima._Voy a estar pendiente papá, no te preocupes.         Mientras la bruja roncaba placidamente, ellos vigilaban el momento que el capullo abriera. Solo esperaron unos minutos más,  los capullos abrieron y su contenido se mezclo con los otros ingredientes coloreando la poción de un rojo intenso._Es el momento, dijo el hombre-halcón, toma una taza del liquido e introduce el mechón. Y luego me das a beber.         Inmediatamente Sebastián hizo lo que le pidió su padre, al introducir la greña de pelo, la poción adquirió un color morado. _Esta un poco caliente, dijo Sebastián._No importa a si funciona la poción.         Con sumo cuidado Sebastián tomo la taza y dio a beber a su padre. Pasaron solo segundos para que su padre comenzara a recuperar su lucidez. Desnudo como estaba, se dirigió en silencio con Sebastián al cuarto de la bruja. Esta comenzaba despertarse en medio de un sueño grotesco, y de su boca salían carcajadas y gritos con sonidos macabros. Rápidamente el papá la agarro por los brazos y la coloco boca abajo. Le dijo a Sebastián que le pusiera una mordaza para que no pudiera pronunciar sortilegio alguno y la amarro por las manos y por los pies. Le saco las llaves del bolsillo. La bruja estaba totalmente indefensa no podía hacer nada.         Media hora después, la tarde oscureció de pronto y los sonidos del silencio enmudecieron anunciando la entrada de las energías cósmicas de la luna en fase negra, el momento de alinearse con el cosmo en un hechizo benévolo o malévolo había llegado. Juan, busco una sabana y se la ato a la cintura para cubrirse. Luego busco la poción que estaba sobre el fogón y pronunciando las palabras que ya se sabia de memoria de tanto oírlas, la obligo a ingerir toda la poción roja que quedaba en la olla. Solo esperaron un corto tiempo y el brebaje comenzó a surtir efecto en su mente. Le devolvía el manojo de fantasma que por siete años soporto y que al fin vencía con la ayuda de su hijo. En ese momento todos los hechizos hechos por ella quedaron rotos y sin efectos. La marco herrándole ambos brazos con  la llave de punta triangular._ Te marque con la llave y le diré a todos los habitantes de este pueblo quien eres y donde te vean serás perseguida y aborrecida. Los animales del monte de ti huirán. Buscaras la muerte y no la encontraras, penas y pestes caerán sobre tu cuerpo por los días que has de vivir.          Salio al patio y la arrojo al suelo. "Por mala y sirvenguenza estarás sola el restos de tus días, deambularas de aquí para allá, pensando que eres los fantasmas que habitaran tu mente. Como errante recorrerás el mundo buscando consuelo, mas a ti no llegara. Sola estarás hasta el final de tus días". Loca  y trasteando se introdujo en el matorral, perdiéndose en el oscuro y tenebroso laberinto de su mente, donde la esperaba una imagen de ave rapaz para adueñarse de su alma.         Agarraron el baúl con los libros y los pergaminos, los lanzaron  sobre el montón de leña. Sebastián fue a buscar el otro montón de leña que estaba sobre el patio, leño a leño lo esparció sobre la cama. Juan roció la casa con kerosén y le prendió fuego con la lámpara que reposaba en la cocina. Salieron al patio y vieron como se consumía en gigantescas llamaradas. Los ratones salieron corriendo y se metieron entre la maleza. Cucarachas, murciélagos y chiripas huyeron despavoridas del incendio. El gato maulló entre los pastizales llevando la cola prendida en candela.          Sebastián con la ayuda de su papa rompió el hechizo que la mala mujer poseía sobre la familia. Ahora sentía hambre, mucha hambre. Su padre lo tomo por la cintura y se lo monto en el hombro._Cuando llegue a la casa te voy a preparar una sabrosa cena, le dijo.         Dieron la espalda a la casa que se consumía en cenizas. Y fueron al encuentro de Isabel, la pequeña Isabel, para estar de nuevo juntos y ser felices para siempre.                                          
HECHIZO DE LUNA NEGRA
Autor: florencio  895 Lecturas
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El hospital estaba casi a reventar. Los pasillos congestionados, el calor insoportable. El ambiente se crispaba con el llanto de niños, quejidos dolorosos y  voces inconformes que solicitaban, que rogaban, por ser atendidos. Era uno de esos ciclos del tiempo, donde proliferan las enfermedades, los accidentes se multiplican y los dispensarios médicos se atiborran de muchedumbre en busca de curación. El reloj en la sala de espera marcaba la 1:00 pm, el personal se preparaba para el cambio de guardia. En ese breve espacio del tiempo, acallaban los pacientes  enmudeciendo el murmullo de voces. Como por arte de magia, los sonidos del silencio llenaban de ruidos la estancia: los pasos, el chasquido de las puertas, el zumbido del motor, el graznido de los pájaros, el viento que sopla en la ventana.  Transcurrían los segundos relativamente a pasos lentos, mientras ellos con ojos agudizaos, estáticos, y envueltos en el mutismo de sus emociones, observaban el intercambio de besos y abrazos entre algunos, al tanto que veían a otros marchar a pasos huidizos, rápidos, buscando la salida. Muchos segundos después alguien rompía el sigilo "ayayay este dolor me esta matando" y el murmullo de voces retomaba los pasillos amordazando los sonidos del silencio.           Entrecruzándose con pacientes y el personal de salud, la enfermera Roraima se desplazaba lentamente hacia el consultorio 2:4 del segundo piso. Caminaba de manera robotizada, podía percibirse que su alma estaba en otro sitio, y que solamente el cuerpo y la mente acompañaban aquella imagen de carne y hueso a realizar el trabajo, de manera rutinaria._ ¡viste como esta! Dijo lucia._ Si vale, ya no es la misma. Desde que el negro y ella se separaron, el aura le cambio totalmente, ya no sonríe como ayer. Solo hace su trabajo, de manera impecable, como siempre. Pero se le ve mal._Siento pena por ella - manifestó María del Carmen- por que siendo una buena mujer y excelente trabajadora ¡demasiado profesional! diría yo para el mugroso sueldo que percibe, ¡y de ñapa! este pasando por estas cosas._Pero así es la vida, y esto no lo cambia nadie. Ni papa dios; por que a sabiendas que teníamos algo torcido, que tiraba a la locura, decreto el libre albedrio. Y desde que el mundo es mundo, no quedo más remedio que echarles la culpa a otros, de nuestros errores y pecados, hasta el día que la que lleva y no trae nos pase la factura._ ¿la que lleva y no trae, que es eso?_ ¡hay mija bien queda! La muerte, la pelona, la palca, la puro hueso, la guadaña....y pare usted de contar._ ¡aaahh!  ¡Así si nos entendemos!_ Te voy a ser sincera, yo no se que haría si mi gordo, me deja. Fíjate, que lo engorde como un cochino y le he formado tremendos zaperocos. Y todavía conserva su imagen de picaflor, y parrandero. Para algunas personas es como un don que tienen y de quitárselo  se mueren. Mi mama me dijo que lo dejara tranquilo y que amarrara mis celos por que me llevaban al fracaso._ ¿Y tu crees que ya se domestico, se santifico? ¿Y la felicidad?_ ¡Un momento poco a poco que esto no es un rosario!_ ja ja ja ja, sonrió a carcajadas María del carmen_En primer lugar ninguna de las dos cosas, ni tampoco lo contrario. En cuanto a la felicidad: nuestros momentos alegres son mucho mayor que los tristes. Una simple ecuación matemática de primaria._ Retomando lo de Roraima, me preocupa que vayan más de tres meses y cada día es peor su situación. Se le nota más vacía, es como si estuviera esperando la muerte._ ¡zape mujer! tú como que eres pájaro de mal agüero._ No madre, no me mal interpretes, tu sabes que ella es un ejemplo a seguir por su entrega, por su calidad de persona. Todos queremos que se recupere y vuelva a su vida normal, pero la realidad es que perdió el deseo de vivir y eso lo refleja._Es verdad, pero no quiero pensar en eso, me asusta la idea de amar de esa manera. Yo le tengo miedo a la muerte, y pretender buscarla o esperarla seria el colmo de mis colmos. _ Yo también soy muy cobarde con eso de la muerte, aunque para algunos es algo muy normal y necesario.          María del carmen la secretaria, se refería al Doctor Joaquín quien parafraseaba la mente humana como un ordenador de última generación, un mundo virtual donde el operador era el destino, o el azar. Y este titiritero invisible nos llevaba a estados de transición entre el caos y el orden. Sus argumentos se basaban en películas como Matrix y piso trece. Para él nuestra mente inventaba día a día nuevos programas, basados en la experiencia, y los que tenían la capacidad de rediseñar esos programas con mayor rapidez, eran los que tenían mayor probabilidad de sobrevivir a los infortunios de este mundo. En los casos de riesgos y accidentes, estas personas podían hacerle una verónica a la muerte, en los trágicos días donde la puro hueso disfrazada de toro de casta, los enfrentaba con sus pitones puntiagudos, y después de sortearla con pases de antología y acrobáticas entradas, se resguardaban detrás del burladero, dando gracias a dios, mientras la muerte bufaba clavando los pitones entre las tablas. Algo parecido ocurría con las enfermedades tradicionales, donde las sicosomáticas eran las de mayor importancia. Por que según él, la gente se mataba solita. En sus reflexiones apuntaba que los infortunios del alma, no eran más que Emovirus, término empleado para identificar un conjunto de síntomas emocionales que pululaban el organismo, atacando y destruyendo según su naturaleza. Día a día amenazaban nuestro biosistema, que se debilitaba al estar la mente unida en redes emocionales, por lo cual era fácil contaminarse con los Emovirus. Juraba y perjuraba que muchas personas pululaban a las otras con su basura interna cargada de microbios emocionales, patógenos, para tan solo envolverlas en sus temores y bajezas, y detener el crecimiento que sustentaba hasta encontrase con aquella mala sombra. El miedo era el de mayor potencia y con consecuencias devastadoras.  Tan así que lo prolongaban hasta más allá de la muerte. La depresión era otro de los potenciales Emovirus que socavaban el estado de gracia y deseo de vivir,  hasta hundir al sicosomático hasta el fondo de la sepultura. Muchas veces aseguraba que la gente le tenia mas miedo al día después de la muerte, que a la puro hueso misma.Siempre finalizaba sus tertulias del mediodía, diciendo que somos como un programa de computadora, y que el morir: es como borrarnos de la papelera de reciclaje y la mente y el alma se desintegran en millones de partículas desapareciendo para siempre y que el juicio final es para los vivos. Para él estaba claro que todo esto es un invento de los religiosos y los que buscan el poder absoluto, para sacar provecho de nuestra incapacidad de rediseñar los viejos programas ya obsoletos, herencia ancestral, guardados como arquetipos en el océano profundo de nuestra mente. Sellaba sus disertaciones diciendo "amigos, el apocalipsis no es el fin de la vida, es el fin de un ciclo. Debemos prepararnos mentalmente para enfrentar las adversidades que como virus atacaran nuestra psiquis, llevándonos a la locura colectiva de la mano del miedo y el temor.  Señores como dijo el maestro Samuel Robinson ¡inventamos o herramos! Apliquemos la reingeniería del pensamiento, antes que sea tarde."          Los minutos transcurrían y las mujeres continuaban con su dialogo, influenciadas por la desdicha que perseguía a su compañera de labores. De alguna manera u otra todo el personal estaba tocado por su infelicidad. Existía una red emocional, como decía el doctor, entorno a la desventura de Roraima, que contagiaba exponencialmente al personal del hospital. Gladys y María del carmen por estar cerca de ella, reflejaban miedo y preocupación en su conversación. Las disertaciones del Doctor Joaquín se acercaban mucho a la verdad, excepto  cuando decía que   al morir nuestra alma se desintegraba en millones de partículas desapareciendo para siempre. Las nuevas tecnologías demostraban que los archivos borrados de la papelera no se desintegraban, al contrario permanecían comprimidos en un lugar del disco duro   pudiendo ser restaurados de allí. Algo así como el seol; lugar donde van las almas para luego ser llevadas a la presencia de dios, y ser juzgadas el día del juicio final. Otro aspecto importante en el paralelismo entre cerebro y CPU, tenia que ver cuando se formateaban las maquinas borrando de sus memorias todos los programas lo que se denominaba un cero o blanco. Pues bien nuestros cerebros también podían pasar por un proceso semejante, borrando de nuestra memoria todo nuestro pasado mediante ciertos procedimientos científicos y algunos de la mano de las ciencias ocultas mediante la ingestión de ciertas plantas y rituales desterrados. Esto producía el efecto conocido como pizarrón en blanco, Al tratar de recordar algún evento, la persona entraba en un vacio donde aparecía un fondo de pantalla en blanco, que se abría y cerraba en dirección horizontal o vertical, la desesperación y el miedo se apoderaba de su mente y luego la locura terminaba el trabajo de llevarlo al estado más miserable que cualquier ser humano podía experimentar.         Las horas transcurrían y paulatinamente los pasillos se descongestionaban refrescando el aire y minimizando el murmullo de voces. Las dos mujeres entretenidas con su tertulia atendían los últimos pacientes, que mostraban un rostro decaído por la espera y el hambre que hacia mella en su estomago.      _ok todo eso esta bien, ya todos sabemos que quien ama es quien sufre, pero me gustaría saber si el diablo con toda su maldad que lo encadena al mundo, seria feliz sufriendo._ Yo creo que no, y deja de estar nombrándolo. Que el diablo tienta.          Haciendo caso omiso a su amiga, continúo. _ Quizás al final demos cuenta que hemos atrapado a dios y al diablo en nuestra locura, que por naturaleza nos tienta hacia el mal, hacia la extinción de la existencia humana. ¡Mira a Roraima! antes brillaba de alegría y gozo, ahora esta atrapada en un amor que marchita su existencia y con todo y eso viene a cumplir con su trabajo, aliviando las penas ajenas ¿y quien alivia sus penas? ¿No es esto una locura?_ Tienes.........._Espera un momento que atienda al señor.          Lucia detuvo un  momento la conversación, para que su amiga atendiera un paciente a quien correspondía el turno. Se mostraba rezongón y malhumorado por la larga espera. Lo vieron entrar al consultorio mascullando palabras entre dientes y luego restablecieron la conversación como si la hubiesen detenido por control remoto._Tienes razón, la gran mayoría obra de mala fe. Bien lo dijo San Pablo "hago el mal que no quiero hacer y el bien que deseo no lo puedo hacer", esa es nuestra naturaleza humana, como decía mi abuelita "Para donde va el buey que no are"._ Ojala al cornudo de Lucifer, le de una diarrea de mil años, y lo friten en aceite de transmisión por mil años más, para que se le quite lo diablo. Y así, sin el temor al maligno quizás tengamos la calma necesaria, para ver nuestro lado maldito y contrarrestarlo._ ja ja ja ja tu si que tienes riñones, meterte con Satanás. Pero tienes razón en algo, el administrador del infierno vive de nuestros temores y sin ellos otra fuera nuestra realidad. A mis treinta años, de toda esta parafernalia planetaria, me quedo con Chuchito,  el Cristo redentor, lo demás son pura cortinas de humos para embobarnos.         La conversación fue interrumpida por una voz que salió del altavoz. "el Doctor Joaquín, por favor presentarse de urgencia  en emergencia". Lucia se despidió de su compañera y entró rápido al consultorio cruzándose en la puerta con el doctor Joaquín, quien apresuraba el paso hacia emergencia.         Roraima a escasos metros, ajena a los comentarios. Pero consciente de los mismos. Curaba las heridas y mitigaba el dolor físico de los pacientes, con  calma y paciencia, sin mostrar cansancio alguno. La misma calma y paciencia que durante el día sacaba el alma de su ser, y como un sedante mitigaba el dolor emocional que rompía los tejidos de su corazón y se incrustaba como una lanza ardiente anidándose en el fondo. Allí anidaba aparentemente dormitando, pero en silencio rumiaba el dolor dándole vueltas, y vueltas, esperando el momento. Al caer la noche, fría y solitaria para ella, el alma regresaba de la mano de los recuerdos, la ausencia del ser amado despertaba la incandescente punta de lanza, que rompía nuevamente los tejidos y buscaba furiosamente aquello que la adicionaba a los recuerdos de una imagen varonil. En su furia por no encontrar el efecto que producía aquella boca y aquel cuerpo que se estrujaba creando magia y sonidos en el nido de su pecho. En su furor al no sentir los roces y empujes que electrizaban, que desenterraban ecos de amor que gorgoteaban en su garganta.  En su rabia por no hallar los abrazos y sonrisas, por no percibir  las palabras de aliento, el calor de un hogar. Con saña y fiereza la estremecía con un dolor agudo e irritante, que le arrancaba  sollozos, que luego se convertía en llanto, hundiéndola en un infierno donde no existía ningún diablo. Allí en el limbo, en el borde de la nada,  solo estaban ella y los recuerdos que la martirizaban, que la flagelaban, que le quemaban la vida. De allí regresaba exhausta, aturdida, melancólica. Con su mente y su cuerpo, dispuestos a cumplir su tarea diaria, su compromiso con el prójimo. El alma anidada, aparentemente dormida, esperaba nuevamente con ansias el caer de la noche, para reclamar lo suyo, lo que le habían prometido para siempre, aquello por lo cual había firmado un pacto con el destino para la eternidad, con tinta indisoluble.       Su jefe y compañero de trabajo la observaba trabajar con dedicación, a pesar de los suspiros que estremecían su cuerpo cada cierto tiempo. Lamentos mudos, sonidos de un amor que marchitaban lentamente su alma ausente._Tranquila mi negra que todo tiene solución, le dijo el doctor Henríquez.Le palmeo el hombro, con una sonrisa fraterna y regocijante, mientras terminaban de saturar y limpiar las heridas, al último paciente del día._Hay cosas que no, respondióCon la mirada nublada; enfocada en la lesión. Sintió que un reflejo inconsciente cruzo su mente y de súbito una punzada en el lado izquierdo del pecho, le arranco un leve quejido. Desvió la mirada y termino la cura fijando la gasa aséptica con el adhesivo. No era el momento de pensar en ella, ya la oscuridad de la noche abriría las puertas de sus emociones y el dolor regresaría para atormentarla para reabrir nuevamente la herida, y ensañarse con ella como si tuviera toda la culpa de despertar en su alma esas ansias locas por amar a un solo ser. "ya estoy cansada, no puedo continuar soportando esto, él doctor tiene razón, si hay solución" pensó, al tiempo que guardaba los instrumentos y materiales en el estante.          "Hay cosa que no deben de pasar" caviló el galeno, moviendo la cabeza de un lado a otro, mostrando inconformidad, quizás con la vida. Estaba orgulloso de ella, hasta en sus momentos más tristes, el trato y la misericordia con los pacientes estaban en primer lugar._ Aquí tienes el récipe y las medicinas, le dijo al muchacho, te la tomas al pie de la letra para que te cures rápido._Esta bien señora, muchas gracias. Hasta luego doctor._Hasta luego mijo, y deje de estar brincando cercas, le dijo con cierta dosis de picardía.          Las risas crearon un momento de alegría, refrescando los gritos y quejidos de los pacientes, impregnados en las paredes. El medico colgó la bata blanca en el perchero, alistándose para marcharse._Doctor no se vaya, que tengo que pedirle un favor, me puede esperar un momento, le dijo Roraima._Esta bien, yo la espero.          El joven subió a la silla de ruedas y ella lo acompaño hasta la salida. Regresaba cuando de pronto la ambulancia se estaciono en emergencia y escucho un grito que la detuvo en el sitio._ ¡Rápido que el Negro se muere!          Giro en redondo, apresurando el paso hacia la puerta de emergencia. Donde los camilleros lo introducían velozmente. Entro exhausta con la boca abierta y la mano en el corazón, presintiendo lo peor para su ser amado._ ¡Mi Negro, que le paso a mi Negro! Gritó desesperadamente._Mirna la enfermera de emergencia, salió a su encuentro al escuchar su angustia._No es tu Negro Roraima, ¡no es tu Negro!          Oscuras lágrimas rodaron por las mejillas arrastrando el maquillaje.  Miro a su compañera de trabajo y le dijo:_Cierto Mirna ya no es mío, no es ¡Verdad!          Dio la vuelta y cruzo la puerta, al tanto que su colega le decía:_No fue eso lo que quise decir, madre ¡No fue eso!_ Lo se madre, lo se. Fui yo quien volvía a la realidad.          Fueron las últimas palabras trasponiendo el umbral de emergencia.           El Doctor Henríquez la esperaba, estaba un poco impaciente por el retardo. Enfocaba la atención en otro asunto de trabajo, le urgía resolverlo aquella noche con unos colegas del colegio de médicos. Cabizbaja la vio entrar y pedir disculpa por el retardo._Disculpe doctor por hacerlo esperar._No te preocupes mi Negra, dime que se te ofrece._El perro de la casa esta enfermo, sufriendo unos fuertes dolores, esta casi muriendo, será que usted me puede dar una cantidad de anestesia suficiente, como para que el pobre animal no sufra.         El galeno titubeo un poco, pero por tratarse de Roraima le dijo:_En el gabinete izquierdo, esta el frasco de anestésico, toma la cantidad necesaria, tu sabes como lo vas a colocar. Cierra con llaves de nuevo y la guardas donde siempre._Gracias, doctor, así lo hare. Dijo un tanto nerviosa.         El medico tomó su maletín y salió del consultorio. Automáticamente el afán lo impulsaba a la prisa.          Roraima llego a su casa, al abrir la puerta. Dogui el perro vagabundo que encontró su hogar allí, la recibió con el cariño de siempre. Lo tomo entrañablemente por las orejas y lo abrazo. El la siguió hasta el cuarto presintiendo algo extraño, pero su fidelidad y lealtad lo empujaron a seguirla. Entró al recinto  jugueteando y pegando brinquitos de alegría entre ladridos ensordecedores. De un salto subió a la cama y acurrucado, la vio desvestirse y ponerse ropa de dormir. Luego extraer del bolso la jeringa y preparar la inyección. "No te preocupes le dijo, no va a doler". Aulló suave y dolorosamente, al tiempo que golpeaba el rabo contra el colchón, impacientemente.          La penumbra de la noche no traja consigo esta vez el alma atormentada, mas bien esta se sorprendió encontrar a Roraima viajando como un prófugo que huye de su cazador. Pero ella no huía, iba en búsqueda de su aliento, su ánimo, su voluntad. La buscaría en las tinieblas si fuese necesario. Tendría que explicarle por que razón rompió su corazón que solo servía para amar, no se conformaría con rodeos de palabras sin sentidos, estaba pagando un precio muy alto, un boleto de ida no para sentarse a escuchar un rosario de disculpas y perdones. Debía reparar lo que había hecho, curar su corazón para así encontrar la paz y tranquilidad, que salió a buscar con el último suspiro de amor   que espiraría por él negro de su vida.          La mañana sorprendió al vecindario, con los aullidos lastimosos y los fuertes arañazos de Dogui sobre la puerta. Lo hacia incesantemente, sin concebir cansancio alguno. María Elena su vecina, de al lado, cruzo la acera para averiguar. Su presencia incitó más al perro, que aullaba más y más, arañando con furia la puerta. Su voz se ahogaba en los aullidos, por lo que decidió rodear el jardín y llegar hasta la ventana del cuarto de su vecina. A través de la ventana de cristal pudo observar que dormía, pero gruesas manchas de sangre sobre la sabana la llenaron de preocupación y luego de horror al imaginarse la tragedia. ¡Dogui la agredió, se lo dije, algún día te atacara! Exclamo.  La llamo insistentemente golpeando el vidrio y al no responderle salió corriendo buscando ayuda. Inmediatamente llamo a su esposo._ ¡Francisco Dogui ataco a la Negrita Roraima y esta como muerta!          Al instante dio parte a la policía. Cuando la unidad policial hizo acto de presencia, la acera de enfrente estaba ocupada por los vecinos y algunos curiosos que se acercaban, al oír el comentario que poco a poco se esparcía por las calles. Los efectivos acordonaron el sitio para evitar la intromisión de personas ajenas a los acontecimientos. Luego abrieron la puerta, y allí sobre la cama encontraron al perro lamiendo sus manos y gimiendo con la mirada triste. Ella en posición fetal dormía el sueño eterno, ya descansaba del dolor que la agobiaba. Toda la noche estuvo escuchando a su alma, hasta que ambas cansadas se unieron para siempre, su alma entendió que había nacido para amar y en este mundo es un pecado por el cual hay que sufrir. Pero allí donde estaban eran libres y la paz reinaba ahora en su espíritu. Su cuerpo frio y rígido, ahora era un cofre, donde el corazón ardientemente flameaba llamas, que milagrosamente cicatrizaban la herida.          Él médico forense y él detective determinaban la causa de su muerte y levantaban el cuerpo. El galeno noto algo inusual y llamó al detective._ Oye aquí ahí algo sobrenatural, dijo el medico forense._ ¡Que? Pregunto el oficial, arqueando una ceja._ El lado izquierdo del pecho esta tibio y conserva el color, el resto del cuerpo esta frio y pálido. Aquí esta pasando algo.          El agente coloco la mano sobre el corazón, y luego indicó._ La Negrita tenía, mejor dicho tiene un corazón sagrado, el corazón de Jesús. Así se les dice a las personas que conservan el calor en su corazón, después de muertos. Vamos a darle el trato que se merece._ ¿Pero no se suicido? No va contra el tabernáculo.          El oficial lo miro y le hizo un gesto de desaprobación. "No te das cuenta que dios ya la perdono" le dijo,  y salió a manifestarles a los familiares el suceso.           El doctor Henríquez y otros colegas que se apersonaron al lugar, vertían lágrimas por la ausencia de su compañera de labor. Estaba consternado, se sentía casi culpable por la muerte de quien en vida dio todo por sus pacientes y por el hospital._ Como saber que la anestesia que me pidió, era para dormir su cuerpo para siempre, decía entre sollozos.          El medico forense explicó que la muerte fue por una sobredosis de Dolicaina, anestésico de uso quirúrgico. Por su parte el detective de la policía, informó que la sangre sobre la sabana de la cama, correspondía al perro que en su desesperación por pedir auxilio al sentir instintivamente la muerte de su protectora, desgarro sus patas delanteras en su impotencia por abrir la puerta. Y luego se posó sobre la cama tratando de regresarla, con sus aullidos, del sueño eterno._ ¿porque le sucedió esto, por que? Se preguntaba el doctor, buscando una respuesta sin respuesta.A su lado, la enfermera Gladys, su vecina de consultorio, recordaba a San Pablo "hago el mal que no quiero hacer y el bien que quiero hacer no lo puedo hacer"_Así somos, hasta que alguien desarme esto, y comencemos de nuevo, dijo él galeno con amargura.Una figura extraña y de traje oscuro, se levanto de su asiento.  Lo miro a los ojos diciéndole algo que solo el pudo escuchar.El galeno lo vio desaparecer entre la gente, para luego perder su realidad entre confusas palabras que llegaban a su memoria.  
PRIMER  ACTOUna muchacha camina por la acera de la calle, Pedro la ve y se enamora al primer chispazo.  Automáticamente, busca la mil y una forma de llegar a la chica, y de como acercarse a su casa.  Pasan algunos días, y mientras establece las estrategias, exclama: Catira quitapesares,Catirrucia consentida,Tan bonita la muchacha,Te quiero pa toa la vida. Una semana después se encuentra con Juan, viejito de ochenta años, vecino de la catira. Entre cruces de palabras aflora el tema a conversación, Pedro le pasa el brazo, cariñosamente, sobre el hombro, y le dice:  Donde estará el amor, donde andará cupido, para flechar esta flor,te cuento lo sucedido. Anteayer en la mañana,la vi salir de su cuarto,en chancletas y pijama,y ¡tremendo sobresalto!. Sus rizos dorados,alborotados por la cama,¡susto mi corazón!cuando vi su cara. Desparrame el café,que me sirvió la hermana,del pulgar hasta el meñique,manchando la porcelana. Carcajadas sonoras,de su boquita perlada,ojitos de gata angora,entusiasmada mirada. Con el corazón acelerado, inflado por la emoción, y la vista perdida en el vacio. Se le escapa un suspiro y en medio de la agitación soltó  versos, al viento humedo,  como si la estuviera viendo. Amaneciste feita,catira quitapesares,vi tu alma bonita,vi pureza a raudales. El amor entró a mi alma,la atracción lo ató a mi,anteayer en la mañana,                                                             aunque feíta te vi. SEGUNDO ACTO La tarde trascurre lentamente, entre la brisa fresca y el canto de un cristofué que picotea las guayabas maduras. Al fondo del horizonte aflora la luna menguantera, despidiendo al sol que proyecta sus últimos rayos sobre las nubes. Estas se conjugan con los fotones y crean un espectacular crepúsculo anaranjado en matices. En el quicio de la ventana la catira se sienta. Pedro que recién llega, recibe la grata sorpresa, y en segundos aflora en su boca un manantial de versos, provocando risas en la enamorada.  Ayer en la tardecita,visitarte improvise,regando el jardín florido,un espectro me encontré. Entre flores y pimpollos,entre la tierra y el cielo,con sombrero de cogollo,y largas botas de cuero. Con guantes negros de goma,y el camisón de ña merce,del susto pelé el peldaño,y casi un diente me saque. Corriste a levantarme,con tu boca tropecé,mis labios se acaloraron, se acalambraron mis pies. Cuando descubrí tus ojos,y la sonrisa de anteayer,y de ñapa mi catira, esa esencia de mujer. El se abraza a la ventana, casi queriendo atravesar los barrotes, para estamparle un beso, en los labios naturales de rojo pasión. Ella se despide  con un beso que se lo lleva la brisa y Pedro lo atrapa en el aire, mientras le entona: Atardeciste feita,catirrucia consentida,te quiero no por bonita,te quiero unir a mi vida. El amor entro a mi mente, El deseo le hecho raíces,anhelo ardientemente,fundirme en tus matices.  TERCER  ACTO El amor llego a sus almas, y la locura también. Se pusieron de acuerdo y  de la fruta del árbol comer. Pedro más alegre que muchacho con juguete nuevo, salió a preparar la aventura, al tanto que  al viento, gritaba: Hoy es un día de gloria, hacerte mía acordamos,concebir el amor, amor,¡inventamos o herramos!. Al día siguiente, una tarde cualquiera del mes de abril de no se cuando, en medio de una fiesta de matrimonio. Pedro se levanta de la mesa y en medio de los invitados, agarra el cuatro de los músicos y en re menor,  canta estos versos a los presentes, quienes ríen  y aplauden a medida que la versación avanza.      Bajo la oscuridad de la noche,Como un don Juan tenorio,Con una flor en la mano,  entre a su dormitorio. La luz se enciende de pronto,casi muero de impresión,un fantasma que se levanta,envuelto en un camisón. A cosa tan fea y tan rara,con rollos en la cabeza,con crema blanca en la cara,y ruedas de pepino dos piezas. Doy la vuelta para huir,por la ventana saltar,oigo la cama crujir,oigo risas a reventar. El alma me detiene, mi mente entra en razón,¡ah catirrucia pa bromista!,otro susto pa mi corazón. Aquí detiene el cuatro y golpea con su mano el pecho, a la vez que recita. Para salvar el orgullo,le hice una guerra de almohada,y en medio del barullo,entro el suegro y la cuñada. Retoma el viejo cuatro bullanguero, quien vibra acompañado de las risas de los invitados, y continúa con la cantata. Ayayay donde me escondo,Santa Clotilde, Santa señora,patitas pa que las quiero,luz por que no te vas ahora. El viejo preparó el chopo, sin pedir explicación,casi  que jala el gatillo,en medio de la confusión. Camina hacia la mesa de los novios, y con la picardía entre ojos declama, y sonriendo invita  a doña mercedes. ¡No dispares! grito la suegra,¡va ocurrir una tragedia!,la catira y yo somos culpables,de esta peligrosa comedia. Doña mercedes se levanta y dice: Quisimos a pedro mostrar,que al casarse no todo es bonito,es integrar otra familia,y querer al viejo, al perro y al gatito. Pedro se dirige a los presentes, declamándoles a capela. El amor tiene sus trucos,para lograr su cometido,¡yo casi soy difunto!¡y mi suegra de cupido! Busque salir por la puerta,Aclarado el zaperoco, Y oí carraspear al viejo,Y apuntarme con el chopo. El viejo se echa un trago, mira a sus hijas y esposa.  Lleno de emoción le contrapuntea los versos. Pues aprovecho la ocasión,Les digo con mi carotaque les sirva de lección,por estar inventando cosas. Hoy en la mañanita, se terminó  este jolgorio,y aquí están  toditas,celebrando este  casorio.                                                                       Los ojos de pedro brillaron. Y grito con emoción: ¡Hoy en la mañanita!,el amor entró en mi vida,catira quitapesares,catirrucia consentida. En la vida no todo es bonito,lo bonito es el amor,el amor llego solito,en una alforja de humor.  Y colorín colorado este cuento-poema se ha terminado. Fin
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Profesor de Ciencias.
Me gusta el deporte en general,pero especialmente el beisbol.
El genero narrativa es mi elemento literario, la poesia son musas que atrapo en el aire, cuando vienen a mi.
Trato de acercarme a la verdad, un poquitico, en los misterios que encierran el Amor y El Apocalipsis.
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