Jan 25, 2023 Sep 11, 2022 May 23, 2021 May 14, 2020 Apr 27, 2020 Apr 26, 2020 Apr 09, 2020 Mar 29, 2020 Mar 01, 2020 Feb 28, 2020 Nov 19, 2019 Oct 15, 2019 Oct 12, 2019 Sep 23, 2019 Sep 18, 2019 Apr 13, 2019 Oct 29, 2018 Oct 19, 2018 Oct 18, 2018 << Inicio < Ant.
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Mil veces en miles de noches ignoré la luna. Su hondo misterio claro su delicado silencio parlante. De ella se un secreto que nunca podré revelarlo. Simplemente porque el secreto es anterior a la palabra. ¿qué importa que nadie me crea si yo lo he vivido y no puedo siquiera, siquiera nombrarlo? Favorecidos cunden dormidosantiguos sueños que todavía pocosse atreven a soñar.Y son tan fáciles como distantes.Más hermosos que la tierra misma.Allí no habrá estatuassalvo el ser humano.Y la palabra amistad no será pronunciadaporque será verdaderaasí... callada y pétreaentonces... ¿para qué nombrarla?Así será la vida... en el mundo, el mundo quefavorecido cunde dormido... sueña y hace realidad. Que nadie mire mis poemasparece un dogma clarísimoclavado en la niña de los ojosde quienes nunca me habrán leído.Se pierden lo que pude escribiry acaso por medio de claves secretasacaso quizás lo hice.Por mi parte sigo amandoa mis no lectores queridos.Por mi parte sigo odiandoodiando sólo lo que no hice:"Revelar la llave que abredefinitivamente, lectores, el paraíso"Que es también el míoel mío que torpemente, torpemente escribo. Me conmueve saber que todos los mareslos mares que tanto extrañose resumen en una palabra.¿Qué tienen en comúnlas tres letras sagradascon la multitud de las aguas?El mar es demasiado hermoso,me respondo, y rebalsa hasta el silencioy se hace míoy se me entraña: maren unapalabra. Sus manos furiosasimprimían poemas absurdos sobre el cristal fríoy yo del otro ladosentí la crueldad del mar que nos separabagolpeando mi almay amputando mis manos, furiosasen este absurdopoema míoque yo le dedico. Al mar, nuestro enemigo Y este grito antiguo, en el mundo de los sordosse recrea a si mismo... como raíz sosteniendo el cielo.La nombramos poesía a causa de nuestra ignoranciapero tiene que ver con dioses que no existierony humanos huérfanos que creyeron en ellos.Este grito antiguo es más que nuevo.Si alguna vez nace entre dedos que imprimensentimientos en un teclado... su autor muere.Muere para siempre y para siempre renace, el poeta,en cada uno de sus poemas. Poemas que acaso,nunca leerá nadie. Busco mi estilo míomi modo de escribir en tu sombra preciosami luz distinta.Busco, al decir aroma, que se dibuje exactamentebajo tus ojos de siempreuna nariz nueva.Busco mi estilo míoquiero en la noche nombrar sol, y que amanezca.Quiero nombrar justiciay se pongan las cárceles al revés.Quiero nombrar fuegoy que ardan las aguas de tu destino.Busco mi estilo míocomo quien busca la razón de haber nacidoquisiera encontrar la palabraque diga aquello, que nadie ha dicho.Busco mi estilo míoaquel que acaso tuve antes de hablaraquel que incansablemente me buscay yo no se escuchar. Busco mi estilo míoy voy a ser sincero:quiero nombrar tu nombrey que simplemente, estés aquí, aquí y ahora, conmigo. Ocurre tu nombrearoma de agua en el desierto y yo me quedo calladocon toda la sed ... con la sed adentroy mi palabra no te nombray mi palabra no puedealcanzar con tu nombretu cuerpo entero. Hace siete minutos que te esperoy no me alcanza la pacienciade los libros orientalesque los occidentales traducensiempre a su manera.Hace siete minutos que te esperoy cuando termine este poemahabrán pasado quizásalgunas horas o muchas. Hace siete minutos que te esperoy no llegas y ya me canséde repetir que soy mortaly mientras no llegasla muerte misma, sube por mis venas. Como mujer enamorada no como patria entre las patrias te siento mía, España, tan mía como barcos antiguos que conquistaron mi garganta. De niño miraba el mar y te soñaba mágica detrás del horizonte y cuando visité tu suelo fuiste mágica como lo eras entonces. ¿por qué algunos insisten, con despiadada ignorancia, en sostener que España, es simplemente España? olvidan, siempre olvidan olvidan poemas, música y palabra olvidan que los pájaros, crearon el aire Quieren probar en Hondurasla fuerza de las armas sobre el espíritu humano.Quieren otra vezel fascismo ensuciando hasta la vida cotidiana.Quieren el golpe en el pequeño paísde nombre infinito y de espléndida belleza.Quieren, en caso de triunfar,extender la dictadura a toda la tierra.Eso quieren.No sólo los golpistas.Sino también... los que ahora callan. Quiero manchar este vidriodonde tu me lees y yo te escriboy que le pases la lengua a la manchasi fuera precisoporque tengo la alegríadel vino oscuro cuando a tu garganta iluminaquiero manchar este vidrio de mi mismoy volverme para tu sedvino paridopor las uvas escondidas. Amanece blanquísimo el pan en tu mano oscura mi niña africana el tigre te desangra en un sueño derrotado mi niña africana y el resto solar de la noche canta mi niña africana el silencio de tu raza venciendo la nostalgia mi niña africana amanece... pudiendo anochecer mi carne, en tus dientes blancos ¡cuánto me duele no ser tu bocado! así... tan solo me siento, tan cruel, tan violento, tan perverso. Ese hombre con su silencio, desnudaba el universo y con sus palabras, lo vestía de nuevo. Si nombraba escorpión, era indudable el escorpión. Cualquier esperanza le quedaba chica, vivía ahora, el mejor mañana posible, y basta. Ese hombre era feliz como una madre que mirara resucitado a su hijo muerto. Ese hombre quizás, nunca existió, pero yo lo conocí Olía tu carácter en los jardinesy no supe ningún árbol, salvo las magnoliasque desde tus poemas florecían humanizando el cristal.Allí tuve un amigo extrañoun perro sin dientes que todavía me ama.Pero tuve que abandonarloy no supe más de él, tampoco, de vos. Quiero sembrar una ventana en el muro del mundo una ventana donde atrape tu cuerpo como una cosecha tu cuerpo que se parece tanto, a un mundo sin muros Su mar habitado por un extraño pez violento espera mi espíritu anzuelo vencedora mi carne restar en el milagro de la pesca, su entrañable adversario. No quiero saber la hora del amanecer,quiero dibujar en la noche el sol.No quiero un reloj preciso en mi destino,marcando las horas que faltan para tu regreso.No quiero el aroma de las flores hondas,en mi primavera todavía vacía.No quiero querer tanto,que vuelvas a mi.No quiero viajar por tu ausencia,declarando firmemente, que estás allí.Quiero volver a vos,donde nunca fui. Ahora tengo una patriamás auténtica y más humanaque aquella impostoraque me condenó a la nada.El himno de mi patriaes el ruido de las tripascuando se hace sonido el hambre.Su bandera, son trapos sucioscon los que se visten los miserables.Ahora tengo una patria ¡carajo!porque puedo odiar con toda el almaa los creadores de mi patriay no me siento culpable. Yo habité aquel poema tuyo otros, en cambio, sólo lo leyeron. ¿Qué importa si debo morir algún día? Yo habité aquel poema tuyo y nunca te diste cuenta de ello. Con mis alas desnudas pisé tu territorio del cielo y como sentía mucho frío me vestí con tu pluma caliente. Ya mi único nido será volar volar hacia otros poemas volar, quizás, para siempre. Amigo, no me dejes morir de mi mismo. Mátame la muerte que llevo conmigo. Mátame a mi. Quiero resucitar poesía, en tu mirada viva. Hace tiempo que soy feliz y eso duele bastante. Hace tiempo que no intento el poema. Hace tiempo que escribo por escribir. Amigo: que los inocentes están siendo masacrados y yo no lo se decir. Ayúdame a vivir ¡mátame por ellos! ¡mátame por ti! Cuando una serpiente se enamora de una estrella y viceversa en el suelo brilla la serpiente y la estrella se arrastra por el hondo cielo no nuestra naturaleza, siempre no amarnos jamás, de modo que... dogma oscuro... brillad! Para hacer poesía no alcanza contar que hemos amado mucho y nunca nos amaron tanto. O viceversa. Para hacer poesía no alcanza con descubrir por ejemplo la palabra que nombre el aroma de los jazmines. Ni siquiera alcanza en mil vocablos precisos revelar el silencio del universo. Para hacer poesía eso no está mal, pero no alcanza. Hace falta la alegría de una madre que mira a su hijo muerto resucitando Y con esa alegría realizar algo fácil, pero también mágico: poner una palabra al lado de la otra y obligarlas a decir sólo la verdad. Decir por ejemplo que los hijos de puta dominan el mundo y son sus cómplices, los que callan. Que Dios verdadero se haga hombre verdadero y muera en una cruz, es absolutamente imposible, por eso es verdad, porque Dios hace lo imposible y hace también más... ¡Resucita! ¡Hará lo mismo por cada uno de nosotros! me anticipo a desearles felices pascuas. Saludos. tengo un revólver inútil que nunca disparó contra los culpables mi dedo índice derecho mi revólver inútil señala la maldad, a veces, sin develar los malignos, nunca y los otros nueve dedos quieren acompañarlo mi dedo extraño a la pólvora... inútilmente lleno de sangre o tinta nada. Seis veces me he enamorado ¿qué importa si otras tantas me desilusioné? Seis veces quise quererme pero nunca intenté una séptima vez Seis veces es tener poca memoria para las muchas que huí de mi y aquí estoy solo conmigo mi yo y mi yo seiscientas sesenta y seis veces divorciado de mi, sin casarse antes, jamás Me hundoen las aguas imposiblesde un río que nunca existiómuero de amory amor naceréque de otro modo morires seguir viviendo asísiempre distinto el ríosiempre distinto yo Nombro las cosas por su nombre raro a la hermana luna le digo luna ella me acompaña como ninguna si pienso con ella, me vuelvo claro. Al acero punzante llamo clavo y a las aguas pacíficas laguna. Pero hay una palabra, sola ella una que construye montañas en mi llano amor es la palabra que mi boca pronuncia con ignorancia y temor. Escalar su cuesta, de seda y roca hace que mire algún cielo mayor amando la lluvia, en solita gota y en altas nubes, adivinar sol El norte es una mentira de quienes creen en brújulas la aguja de acero gira equivocada y minúscula y al supuesto norte mira confundiéndonos, la brújula Preciosa mía. Tan íntima y extraña al mismo tiempo. Tan preciosa y tan mía. Y sin embargo distante, como el paraíso o el infierno. Preciosa mía. Mi rincón salvaje donde puedo ser libre de nuevo. Preciosa mía, mi honda. Mi más honda que los misterios del fuego, que nadie en la tierra comprende. Sabes, preciosa, ¿sabes?, cuando me canso de mi, quiero pensar en ti, hacerte cierta, sentirme pleno. Quiero quererte aunque nadie quiera que te quiera. Preciosa mía, hembra hermosa por voluntad unánime del universo. No temas, solitaria compañera, no temas. Yo conquistaré tu centro mismo y extenderé tus periferias. Alguien quizás se sume, importa mucho eso, cuando derrote tu soledad. No temas, ciega, no temas. Juntos veremos como asciende el humo de la maldad hasta oscurecer casi... de hollín el sol. Junto a vos, algunos brillaremos, encendidos, cuando arda tu verdad en el planeta. No temas. Es cierto que soy argentino apenas, pero... ¿acaso no ama Dios las paradojas? Alguna vez, ya lo verás ciega, construiremos contigo cárceles sinceras, cárceles al revés. Preciosa mía. ¡Justicia! mi razón de vivir, mi añorada, mi tan maltratada, mi ausente, mi deseada... mi amada Justicia preciosa. Cuando sea tuyo y vos seas mía, seré libre y vos serás cierta. Seré libre porque me convertiré para siempre en tu prisionero. Como fuiste mi cautiva en estos años de cobarde silencio. Preciosa justicia, fui cómplice del pan escaso en el hambre de los inocentes. Callé y tuve miedo. Fui tu carcelero y verdugo y casi tu asesino... porque lo fui en mis hermanos más débiles. Fui el que no habló cuando se oprimía al inocente. Pero ahora sólo temo ser indigno de vos para siempre, o sea, indigno de haber nacido y tener la panza llena y la boca muda. Para redimirme seguiré gritando siempre, aunque nadie escuche, que los niños pasan hambre y hambre fiera, en estos tiempos y en estos pueblos, donde vos estás... preciosa justicia... todavía apagada y todavía muerta. Eres un ser humano. Un puente absurdo entre el silencio del pez y el canto del ave. Eres caída alta, entre el infierno que construyes y el paraíso que nunca alcanzas. Eres dos guerras mundiales para disimular tu constante vivir la guerra, en la que ahora mismo, te recreas y callas. Eres un ser humano. Ni la inocencia espiritual de los ángeles, ni la inocencia animal de los animales. Pudiste fingir un viaje a la luna, como una mujer finge un orgasmo, o pudiste haber llegado. Pero inexorable por tu egoísmo, morían como mueren ahora, de hambre en la tierra tus hermanos. Eres un ser humano. Todo cumple sus reglas, serpientes y palomas, mares y estrellas, y hasta el último volcán del planeta, que tus labios denominan Erebus. Todo cumple sus reglas, menos tú. Antes uno se salvaba, según épocas y lugares, de ser considerado humano, por sus otros iguales. Así... esclavo, mujer, judío, cristiano, musulmán, gitano, puto... o alguna otra condición, nos desafiliaba de otra verdaderamente humillante... ser humano. No hay más estereotipos discriminantes, estamos todos condenados a ser lo que somos, humanos, y humanos todos. ¿Qué será entonces de nosotros, cuando el Hijo de Dios, nos pregunte por sí mismo, encarnado en los pobres? Acaso yo le diga, como un Adán reincidente con toda su Eva adentro, la culpa es de ella... pero ella, seré también yo. ¿Qué será de mí? ... y nunca podré descifrar, Dios mío, sin tu ayuda, el aroma inderogable de las rosas. No sea así, no sea yo tan humano, no para siempre. Soy cómplice del pan escaso en boca de los inocentes. Culpable del hambre en el África y del derroche de Occidente. Soy quien quiere ser un poeta sin saber amar a la gente. Nombro las cosas por su nombre raro a la hermana luna le digo luna ella me acompaña como ninguna si pienso con ella, me vuelvo claro. Al acero punzante llamo clavo y a las aguas pacíficas laguna. Pero hay una palabra, sólo una que construye montañas en mi llano amor es la palabra que mi boca pronuncia con ignorancia y temor. Escalar su cuesta, de seda y roca logra que mire un cielo mayor amando la lluvia, en una gota y en altas nubes, adivinar el sol Cayó el limónrotundo al sueloy desde el suelosubió hasta el verso Trepó tus ojosexactos, bellosy desde elloslimó el verso y... no se por quése puso el cielotan verdaderodulce y entero
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[13] Próx. > Fin >> Hay instantes en que reconozco mi instinto,y vuelo sobre el tiempo, pesadillas de un demente arropándose en el miedo. Así los viajes son refugios para medir la sangre,o días en que se esparce el hastío flotando en parcelas imperfectasdel alma. Sin embargo percibo los primeros designios:esa mano hechizando al único hombre que miro su espejo,la mesa abandonada por el arrebato de la enajenación del hambre,y el cuerpo destrozado para que la victoria reconozca su propio límite. Cuando lo líquido de mi piel escapa, el pálido inventarioal que acudo en sitios como éste,me enardece,porque suena un humo triste ente los dedos,y fatigosamente lloro como repitiendo frases ajenas, sin destino ni perduración. Con los rastros de mi última sonrisa me concedo la tentación de ser otro. Guillermo Capece Bálsamo infalible y económicoQue cuesta lo que cada quien elijaEntre el polvo de este lugar y el mas cósmicoCuando no tener idea es una idea fija ...Rey de reyes que perdieron su tronoPor ser esclavos de su excesiva conquistaSi yo otra vez me auto coronoProclamo a viva voz que soy artista !..y no por consensos mayoritariosSino por como quien se decreta libreAsí que ya no hay critica que asuste...Pues cuando uno pasa de calvariosGana autoridad para determinar el calibreDel disparo que apunta a que el resto le guste.... Maravilladacon la mirada de un niño de puebloal saborear el misterio del eclipse Dejando dividido el resquebrajado tiempo de las mil esperasal saquear mi boca besada en el desorden Lila, su extraño nombre abreviado en el resplandor de un deseo,maquillada de estrella erranteen el carnaval de las heridascreyéndose mareafingiéndose fuegotornándose magiatornándose verboen el alucinado latir de la esperanza... Si pudieras resumirel eco de tu presenciaentre los destellos de un torrentevaciado en mis lágrimas...si pudieras resumir con tu vozla mudez de los pájarosque se abandonaron al cielo,seguramente arrancaríasel núcleo de mi falso nombrey lo harías viajar por el huracán de la palabra Si tan sólo lanzaras una bengalasobre la herrumbre de mi pechocuando los cristales y la vigiliase retratan de antiguas heridas...si pudieras llegar hasta aquícuando la madrugada arde en mis ojos y me pesa el ayer,seguramente una luz erizaráel desesperado pelaje de las sombrasiluminándolo todo dentro de mí Si pudieras florecermeen la prodigiosa nochecon cerrar tus párpadosy darme el signo de tu frente,seguramente emigraría mi pielhacia los lindes del sueño...... sueño brotado de la nada y la piedraconfundiendo en azar al destinotransformado en vos misma Sueño que si perpetuaras en vosla silueta de las gotaspara ungirte y ser lluviaseguramente la verdad beberácon tu boca en mi boca,su único milagro. Verde Federico:yo hubiera querido estar en el momento de los gritos,o de los silencios heroicos;en el momento de las espadas,cuando caíste en tu agua bajo lluvia,mientras los cerdos, enamorados de las banderas subterráneas,tomaban el sol de mediodía. (La soledad de las últimas habitaciones mortifican la memoria.Hay ventanas abiertas, y quedarán así en el invierno.Es raro,pero caen ahora hojas marchitasy me gustaría jugar con ellas.) Verde Federico:desparramo tus gitanos en la mesa,donde con Miguel y Manolo tomamos la sopa de la noche.Tu vestido queda ajado por los toros de la vida,y ni siquiera Nueva York te salva, Federico,porque estás próximo a morir,a caer bajo las balas levantadas a velocidad de la muerte,quizá por el mismo gitano moreno que en tu verso montaba a caballoy era el jinete más audaz de toda Andalucía. Duermescon una palabra entre los labios,con un ramo de hielo en cada mano,bajo las calles empedradas de "pájaros" nocturnos.Al fondo de la tumba llevas,una porción de magia, de manzanas de fiebre,de sábanas de lino. El viento te saluda,las tierras de Granada borran tu contorno,tu sonrisa mira los espejos de la vida.Y se refleja. Guillermo Capece Para un aprendiz de escritor, para un balbuceador profesional de poquedades, para un emisario de la nada que busca el oído de ninguno... susurrar un escrito cualquiera es un acto estúpido de magia mayor.-A ello me avoco brevemente, en esta segunda parte, que si la primera salió como el culo, no puede ser menos.-Lego a todo aquel que me lea, la alta erudición que nunca tuve, la perfecta forma escrita que jamás logré, y la alegría que ahora me embarga.-No esperes a mañana para escupir mi tumba. Estoy tácito como sujeto de este escrito aberrante. Tus insultos, tu admirable desprecio, los necesito, para saber que al menos, en la reprobación, estoy escribiendo. Hay algo, solamente una cosa importante, que me gustaría decir, y no se hacerlo bien, aunque lo intento. Bástame decirte por ahora, una cosa: es un lugar común de nuestros días, afirmar que Dios no existe. Te puedo asegurar que tengo la constancia plena de su existencia y por eso escribo. Doy testimonio que una vez miré que caía una estrella, corrí a la Biblia y leí... "Yo veía a Satanás caer como una estrella, antes que el mundo existiera"... Jesús, el Cristo.-Desde entonces... no supe que hacer, no supe otra cosa que hacer para lograr transmitir la experiencia... con palabras. Y ya lo ven, apenas si puedo balbucear este escrito torpe. Pero es verdad, y me consuelo saber que no miento. Alguien que me salve.Que me quite la angustia de no poseerme.Que me enseñe que los muros pesan más que las pobres palomasque vuelan en su alto.Quiero que mi soledad me conteste por vez primerapara quién estoy.Yo, que fui el francotirador inasiblesoy ahora el eco lejano de lo que fui.Me inundan las máscaras, el olor de los moribundos,el terror de encontrarme con ellos bebiendode la misma copa ácida su vino.Si vinieron a matarme, que me maten ya.Pero que no me hagan tragar el humo vacíoque siempre llevan en su rostro.Los odio porque una vez los amé.Teñidos de mariposas venían a tracionarme.Usurpaban cada hueco de mi corazón.No sé si quiero que alguien me salve.Los músicos con sus cántigas dirán el resto. Yo soy el que espera. Guillermo Capece Soy el camino de mí mismo y la desolación que se abraza a su senda,y tiembla, y borra las huellas para que no me persigan. Estoy vacío de esos animales etruscos que me regaló la partidade unos ojos girando al viento. No puedo confiar en los sueños porque alguien les pone un asesino dentro. Me acuno cuando no me veo pues la vergüenza tiene el ropaje largode los locos. Hoy es domingo, y he estado todo el día ausente. Guillermo Capece IYa oscureció la tierra.Difícil es tener tu boca apretada.Tu estatura cerca de mi rostro.Sí, yo se. Es difícil.Se le caen a uno las montañas.Los lagos se hacen charcos diminutos.Todo es difícil.Compartir la sonrisa con vos.O este barco que nos quitan.¡A partir! ¡A partir!¿Pero cómo?Si nuestras plantas penetran en recodos de clausura.Alguien saldrá a gritarnos nuevamente.Debemos tener cuidado. Salvarnos. Pero ahora fumemos en silencio. IIEn qué quedó esa idea transparente,ese cuerpo sobre el que juramos tantas cosas sencillas.Una ilimitada ausencia marcó las señasde tus grandes ojos.Quedarse solo y recordar al otro díalas sombras de los pumas,las desoladas bestias persiguiéndose,hundiéndose conmigo como una gran casa de celos,sumergiéndose,perdiéndose conmigo.Arriba de los cielos, más arriba,la mitad de tu cuerpo fulguraba.Quienes somos, sino aquello que fuimos,sino el pasado de iguales invasiones,de iguales lejanías. Guillermo Capece Querido hijo: Te pongo estas líneas para que sepas que te escribo. Así que si recibes esta carta es porque te llegó, si no, avísame y te la mando de nuevo. Te escribo despacio porque sé que no puedes leer deprisa. El otro día tu padre leyó que según las encuestas que la mayoría de los accidentes ocurren a un kilómetro de casa, así que nos hemos mudado más lejos. La casa es preciosa; tiene una lavadora que no estoy segura si funciona o no. Ayer metí ropa, tiré de la cadena y no he vuelto a ver la ropa desde entonces, pero bueno... El tiempo aquí no es tan malo; la semana pasada sólo llovió 2 veces. La primera vez durante 3 días y la segunda durante 4. Con respecto a la chaqueta que querías, tu tío Pepe dijo que si la mandábamos con los botones puestos pesaría demasiado y el envío sería muy caro, así que le quitamos los botones y los pusimos en el bolsillo. Al fin enterramos a tu abuelo; encontramos su cuerpo con lo de la mudanza. Estaba en el armario desde el día en que nos ganó jugando al escondite. Te cuento que el otro día hubo una explosión por el gas de la cocina y tu padre y yo salimos disparados por el aire cayendo fuera de la casa; ¡qué emoción!, Era la primera vez que tu padre y yo salíamos juntos en muchos años. El médico vino a la casa para ver si estabamos bien y me puso un tubito de vidrio en la boca. Me dijo que no la abriera por 10 minutos y tu padre ofreció comprarle el tubito. Hablando de tu padre, ¡qué orgullo!, te cuento que tiene nuevo trabajo y es superior a 500 personas, ya que está sobre ellos. Lo contrataron de cortacésped en el cementerio. Tu hermana Julia, la que se casó con su marido, por fin dio a luz, pero como todavía no sé de qué sexo es, no te sé decir si eres tío o tía. Si el bebe es una niña, tu hermana va a nombrarla como yo. Se nos va a hacer muy raro llamar a su hija "Mamá". Tu padre le preguntó a tu hermana Pilar que si estaba embarazada, ella le dijo que sí, de 5 meses ya; pero ahí tu padre le preguntó que si ella estaba segura que era de ella. Dijo que sí. Moza de hierro tu hermana Pilar, qué orgullo, de tal palo tal astilla. Por cierto, que tu primo Paco se casó y resulta que le reza todas las noches a la esposa, porque es virgen. A quien nunca hemos visto más por acá es al tío Venancio, el que murió el año pasado. Tu perro Puky nos tiene preocupados, se empeña en perseguir a los coches que están parados. Aunque peor es lo de tu hermano Juancho. Cerró el coche y dejó las llaves adentro. Tuvo que ir hasta la casa por el duplicado para poder sacarnos a todos del coche. Bueno hijo, no te pongo mi dirección en la carta, porque no la sé. Resulta que la última familia de gallegos que vivió por aquí se llevó los números para no tener que cambiar de domicilio. Si ves a Doña Remedios, dale saludos de mi parte; y si no la ves, mejor no le digas nada. Tu madre que te quiere. Josefa. P.D. Te iba a mandar 100 euros, pero resulta que ya cerré el sobre. ¿Y ahora que hago con esta soledad?¡Herrumbrarme!¿Gastarme a muerte en versos que no riman?Rimarme con las sombras del silencioPara que los demonios del tormento¡me sonrían!¿y cómo se vive en esta eternidad?¡un minutoQue se burla cual si fuese una centuria!Azules fracturados se destiñen,Diamantes que en mis manos de derriten¡por mi culpa!¿Do yace lo feliz, lo que antes era?¡AgonizaTras la pérgola falsaria de la duda!Y camina en la arena y se quema,Y camina en el desierto a la espera¡de la lluvia!¿Qué importa el mañana y su promesa?¡nada importa!La fuerte necedad de esta locuraNo acepta la soberbia de las rosas,Ya es mía la cadencia de estas horas¡también tuya!Danzaran las ganas que no duermen¡ni de noche!Con el humo del pucho que desgarro,llegarás, moraras aquí en mi pechoPorque yo así lo exijo, así lo quiero¡porque te amo!CEMENTO.-PROTEGIDOS DERECHOS DE AUTORCódigo: 1004266112209 Julia no sabía decidirse entre la terrina de quesos o el crepe relleno. Eso de entrada, pero como primer plato no estaba segura de pedir la trucha en dos salsas o el lomo con duxelle de champiniones. Después de todo, lo que más le interesaba en ese saloncito paquete, era jugar un poco y ver los colores de los platos servidos por mozos lánguidos, en uno de los cuales le pareció ver al muchacho de La Cantábrica en ese sueño que no había olvidado.-No será la primera vez que me asome a un espejo y vea las huellas de mi rostro- ironizó para sí mirándose al espejo donde también se reflejaba la figura de Sergio.Él la había invitado a almorzar para decirle ¿qué?. Si el barco se hundía -se dijo- ¿él querrá salvarlo? ¿Por qué no levantarme y dejarlo solo? ¿Para qué acepté la invitación?Sergio estaba distraído. Ella se apuró a pedir y el mozo anotó con diligencia pero con cierta rigidez. Esto la divirtió. Luego el muchacho anotó lo que Sergio le dictaba.-Me llamo Fabio- dijo el mozo- estoy a sus órdenes; que tengan un agradable almuerzo.Y, mientras el mozo se iba, ella volvió a jugar otra vez con el espejo en la pared: los ojos tristes de Julia; los labios quietos de Julia como si recién terminaran de crecer."Aquí pronto se instalará una mueca y no lo podré evitar", pensó. En el espejo se miraba las manos y el busto, pequeño pero todavía erguido."Pronto esto se terminará. Seré vieja," se dijo.Y añadió para sus adentro:"Estos juegos comienzan divertidos y terminan crueles." "¿Por qué tener esta visión partida de la vida?"Porque ella también amaba el sol que entraba, y los colores de la comida que ahora le servían, y estaba segura de que también podía amar al muchacho de chaleco negro, algo desgarbado pero de manos finas, que a cada momento quería ser cortés.Lo miró sin disimulo y él se dejó observar. Luego volvió a mirar en el espejo y lo vió reflejado sirviéndole el vino.Mientras le ofrecía el primer plato le pareció que las manos del muchacho danzaban sobre la mesa.-Me entristece el campo a la hora del crepúsculo- dijo ella antes de que Sergio le preguntara por qué lo decía.-Cuando era chica me daba miedo ir al circo- dijo sin oírlo - un caballo se volvió rabioso, ¿sabés?,y saltó de la pista a los palcos.-El caballo se volvió rabioso o loco -repitió- ¿nunca supiste de un animal loco?Él le tomó la mano e hizo un esfuerzo para escucharla pues en realidad estaba pensando que todas las mujeres tenían algo de estúpidas.Ella se levantó para ir al baño con la idea del caballo rabioso y en Sergio, tan lejano.Pasó por la pequeña salita vacía dispuesta para que los clientes jugaran al billar que le pareció de un amarillo intenso, y vió al mozo, apurado, pero atenta a ella. Julia sabía que auque él no lamirara decididamente, había despertado su interés.Cuando salió del baño lo vió otra vez, y un ardor le subió al pecho."Dios mío" -pensó- "no poder amarlo ahora sería un castigo."Al pasar por la salita de billares entró. Se ocultó en el momento que el muchacho pasaba nuevamente. Esta vez la miró. Ella lo llamó y le pidió café. Cuando regresó con el pedido la vió recostada contra la pared, y no pareció asombrarse. Estaba acostumbrado a las trangresiones de algunas clientas, y por eso fue que no le acercó el café sino que lo dejó sobre la mesa de billar y cerró el cortinado. Se quedó frente a ella. Julia vio que el cuerpo de él se recortaba frente a la luz, y lo abrazó humedeciéndole la cara con los labios. Las manos del muchacho resbalaron sobre el vestido de ella, y lo subió de a poco, mientras la llevaba hacia la mesa de billar. Comenzaron casi en silencio, con pequeños quejidos de ella, y el silencio de él.Pronto Julia sintió la sensación dentro del pecho que el caballo loco del circo repetía la escena del asalto hacia el público. Creyó que su corazón galopaba hacia la libertad.Más tarde,mientras arreglaba su maquillaje, se sintió poderosamente libre. Rápidamente busco dólares en su bolso y los dejó debajo de la tacita de café. Fabio que la observaba, rechazó el gesto.Tuvieron un breve dialogo:-Soy de Mendoza, tengo viñales, no necesito dinero- dijo el hombre ya fuera de su máscara de mozo.-¿Y por qué trabajás de mozo? -preguntó al instante Julia.-Soy el dueño del restorán, y a veces me entretengo en atender las mesas sólo para conocer mujeres como vos.Julia no supo si eso era un halago, y no respondió.-Tengo una cadena de restoranes en sociedad en Mendoza, y otro en Puerto Madero- dijo el muchacho algo desgarbado pero con cierto orgullo.-No sé qué pensarás de mí- susurró Julia.-Cuando uno hace estas cosas no piensa nada más que en el placer instantáneo -respondió seguro.Y se fue dejándole una sonrisa.Sin embargo ella sintió que esa rápida aventura no era ni mas ni menos que una mariposa detenida en mitad de su corazón, pero dispuesta a volar en cualquier momento, por ejemplo en cuanto Sergio la mirase y le indicara la comida.-Se enfrió el lomo.Ella balbuceó una disculpa dispuesta a no dejar volar esa mariposa. Iba a pasar la lengua por el interior de la copa de vino por segunda vez, cuando la orden de él la detuvo:-No hagas eso.-Eso es lo que me interesa hacer en este momento. Lo quiero hacer.-A veces parecés una chiquilina caprichosa. Mejor comete el lomo. Es un plato muy caro -y Sergio enlazó los ojos de ella con una dura mirada.-No lo quiero, está frío- protestó ella mientras apoyaba su lengua en el cristal de la copa.-Comete el lomo -repitió él. Con un soneto vengo a enamorartecon este cuarteto abro y me dirijo,ojalá que no salga tan prolijo,que digno de ti, logre encantarte. En este cuarteto el alma se me parte,no obstante yo sigo y no transijo,te lo juro ante un sacro crucifijo,que a Petrarca le robaré su arte. En el primer terceto me acomodopara decir que ya no habrá ni modo,porque olvidarte, vida, yo no puedo. Y en este terceto digo, aunque duela,pues tu desdén me da dolor de muela y transido de amor, asi me quedo. Te vi corriendo en el trivial caminoquebrado el corazón de horror y miedo, te vi los párpados cansados, tristes…y a tu dolor escribiendo.Lluvia derramóse en tu piel de polvo cual ósculo de agua en el desierto,una lágrima miraba entre las gotas…y tus párpados cayeron.Tu alma sufre las caricias muertasde aquellos que no están ya en tu sendero,gime un zorzal en tu voz dormida…gime por ellos.La estepa que morabas, agoníade ave remontando el turbio cielo,caló en la gris arena de tu alma…llantos, espectros.Impío ardor que ulcera el alma gotas de vida en la arteria del tormento,alejóse la huella de tu infancia hermosay de tus sueños.Aurora de la vida en la dulce primaveramarchóse hacia el crepúsculo imperfecto, Colgada la ilusión al sol poniente de tu invierno.Y semblantes que fumígenas deambulan,¡cuál estrofas en papiros sempiternos!remojábanse en las lágrimas copiosasde tus recuerdos. Bordeando el precipicio de las penas,líado en la garganta todo anhelo, soledades, añoranzas y suspiros…por quienes se fueron.Trocóse en mi la infausta intemperie, con sales de tu mengua en el siniestro,tu vista atormentada impenetrable…a mis silencios.Besos estallantes, por tu faz de diosa,de mi oráculo infernal se desprendieron,¡coro bruno y arisco que reclama!tus oídos sedientos.Garfios rojos en la mar se mezclan,azules que reencarnan púrpuras y negros,el sepia ha fenecido ante tu mármol…como yo lo ordeno.¿cuántas veces el grito del osario,reclama tu pasión con tono austero?¡mas yo robe tu pose del olimpopara mi imperio!Pues yo acaté la orden de la mística,y en tu regia luz ardí al son violento,en la flama, que echa luz y no se apaga,de tus plectros.Serena brisa danzando en las praderasbálsamo que alivia las heridas del guerrero¡la calma sosegada y mi refugio!tras el viento.Venerable efigie en el santuario mío,silueta de esta fe que hoy profesodestellando tus azules refulgentes entre el incienso.Menguando la quimera y el destinoel signo de la suerte hemos impuesto,¡la hormona exasperada también canta! en mi deseo.Tertulia montaraz entre las pielesque unidas revelaron los misterios,¡coito y desayuno en la montaña!¡amor malevo!.CEMENTO.-Protegidos derechos de autor.Código: 1002185547676 En la rama erizada y prudentearrastrando su honor busca amparoy entreteje un capullo mierderoa donde esconder su pudor de gusano;pero al beso, rigor de la púaque la espina le clava en los labiosse derrama en los suelos, cual lágrima,y sirve tan solo de abono a los pastos.Sacrificio mordaz que le impidesacudirse la culpa en las manos,porque dobla rodillas, rompe alascuando siente el tonelaje del pasado;no se tapan los huecos del almacon la imbécil sanción de un contrato:allí suelen pudrirse ya infectoslos cadáveres de sueños muy soñados.La vergüenza apostada en sus sienesle conmueve el talante de pánico,mas si vibra el deseo escondido¡le arrancar gemidos, deseos mojados!Pero cae, fenece, despiertaen la ruin soledad de su páramoy no puede secarse las lágrimasyaciendo a la sombra brutal de sus pánicos.Alla va, como un beso perdidoaleteando con rumbo extraviado,del sopor de algún muro invisibleal bello dolor de algún muro bastardo;del tenaz e impiadoso supliciode la marcha fugaz de los años,de las ganas, del semen y el flujoal rigor de tener que cumplir lo pactado.De la obtusa caricia en la frente,que bordada de lineas y encantosaun protege el cosmos sublimedo estallan mil versos por cada calvario,¡de esa simple caricia apagadadonde no hay humedades mojando al procaz sentimiento pechandopor ver como bailan querubes y diablos!Del romántico sitio perdidodonde no hay ni mentiras ni engaños,al blasón de lo obvio y lo lícitodo solo se ensueña hasta el canto del gallo,de la mísera etapa marcadapor las leyes del mundo tiránicoa los vuelos azules y libresque buscan descanso en un pecho, abrazados.De la tumba llamada esperanza,esa forma sutil de maltrato,a la horrenda certeza del tiempoque trae la muerte entre risa y sarcasmo,¿donde vas a dejar que los huesosse transformen en piedra y en barro?:¿mariposas que viven de sueñoso gusanos que realizan lo soñado? CEMENTO.- -Buenos días, papá- y era la tercera vez que lo repetía-; buenos días, papá-volvía a decir.Entonces saltaba de su cama, recorría el flaco pasillo, y se internaba en el baño.La ducha, el agua fría, no le daba la grata euforia que necesitaba. Entonces trataba de secarse con la amplia tohalla, y se envolvia en ella imaginando que era el maharajá de Kapurtala, y mientras orinaba en el bidet, pensaba en cómo pasar ese día,vigésimo de diciembre.Ese diciembre que le calcinaba los huesos, porque se presentaba caluroso y húmedo como ninguno, y ya podía ver que lo había jodido bastante al pelarle la espalda el sábado anterior,en la pileta de Ricardo.Volvió a tener ganas de orinar, pero eran ganas nada más, porque al enfrentarse con el bidet,un chorrito indeciso se asomó por su pijita. Se la metió dentro del calzoncillo, se miró al espejo, se hizo alguna íntima pregunta que no contestó, y salió para atravesar otra vez el pasillo.-Buenos días, papá- dijo esta vez con voz más firme. Y siguió hasta la cocina:el mate,el café,el té, el vino. EL VINO. El vino era lo que conformaba su paladar aquella mañana de diciembre. Y mientras saboreaba su aspereza, se le ocurrió pensar en el viejo, en la navidad que ya llegaba,en lo llagado de su espalda, en Leticia, (en la costosa Leticia) que todavía se negaba a todo, y por último en él. Aquí se sirvió otro vaso de vino. ¿Quién era él?Sí.Le gustaba vestir bien.Andar por el centro mostrando exactamente lo que se debe, y lo que no se debe dejarlo para Leticia (cuando se decidiera), o para Ricardo, siempre que mediara un golpe de teléfono. Y mientras tanto, ¿qué?. Ir al bowling, caminar hasta el puerto, o tomar sol en Saint Tropez,y soñar con ese viaje a Río en Carnavales que le había prometido Ricardo.Después... su vida estaba ocupada con tantos sueños...; quería navegar, irse, tal vez a Europa. Pero no por el hecho de conocer Europa. París, Roma,Milán, eran sin duda lindos lugares. Pero no era eso loque realmente importaba. El hecho substancial era viajar en barco; sí, en barco..., a semejanza de esos barcos que mamá le hacía a los ocho años, doblando con ternura la hoja de diario y dejándolo reposar en la bañera. Creía que el fondo del mar era blanco, y que las fuerzas de las olas tenían, exactamente, el ritmo que le fijaban sus pequeñas manos.Pero ahora había pasado tanto tiempo... -Buenos días, papá- dijo esta vez con bronca, mientras servía hasta el borde otro vaso de vino. -Buenos días, papá- gritó mientras pensaba decir cálidamente -queriendo deshacerse de ese raro remolino de angustia- buenos días, mamá... cómo estás hoy?, buena y linda como siempre, mamá; mi mamá. Aquí traje el papel para los barcos. Pero la memoria de las tardes encerradas en el baño, viendo viajar ilustres barcos a los que mamá bautizaba con extraños nombres, no conseguía atenuar la tristeza grande que sentía,ni su gastada melancolía actual. Él era un hombre simple, gozador delas cosas sencillas, amante de la naturaleza, leal para los amigos...; pero había cosas en lo íntimo de su vida que no entendía.No estaba claro para él por qué al pasar por la habitación del viejo debía saludarlo, siendo que siempre dormía, o, en el mejor de los casos, leía el diario, y no le contestaba. Jamás le contestaba, y había llegado a pensar que el viejo estaba sordo. Pero no. Algo golpeaba en su cabeza, y en el sentido literal de la palabra. Algo se doblaba y rompía cuando saludaba al viejo. No era importante que no lo oyera, o que lo oyera y no le contestara. Entonces,¿qué era lo que en rigor lo perturbaba? Aquella mañana lo había descubierto. Lo había descubierto en la cocina, mientras llenaba otra vez el vaso de vino. El lugar vacío al lado de la cama que ocupaba el viejo era la clave: el lugar que ocupaba mamá en vida. -Buenos días, papá- dijo esta vez entre sollozos.-Buenos días, hijo- dijo el padre apareciendo en el marco de la puerta.Y él se entregó a sus brazos y lo abrazaba, lo abrazaba, mientras pensaba en viajes lejanos y múltiples, en viajes claros y magníficos.-Buenos días,papá- y lo miró a los ojos llorando plenamente. -Buenos días, hijo- dijo el viejo casi con miedo, sin entender, -buenos días, hijo. Si el corazón se secacomo fruto abandonado en tiierra,si los sentimientos se hacen piedra,si todo es desierto y arena yertaen los espacios vacíos del alma...¿en qué quedará tu vida? El dolor no es suficiente excusapara dejar los campos sin siembra. Es preciso alimentar la luz de la lámpara vertiendo en ella el aceite que la sostenga.La lámpara del corazón necesita el aceite de la esperanza,el aliento de la ilusiónpara que arda su llamaen medio de las tinieblas amargas. E.G.M.
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Eduardo Fabio Asis
María Ester Rinaldi
Te dejo un cálido abrazo.