Jan 25, 2023 Sep 11, 2022 May 23, 2021 May 14, 2020 Apr 27, 2020 Apr 26, 2020 Apr 09, 2020 Mar 29, 2020 Mar 01, 2020 Feb 28, 2020 Nov 19, 2019 Oct 15, 2019 Oct 12, 2019 Sep 23, 2019 Sep 18, 2019 Apr 13, 2019 Oct 29, 2018 Oct 19, 2018 Oct 18, 2018 << Inicio < Ant.
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El rumor de la nada, la voz del vacíomúsica inmerecidaanida en mi oído.El último toro doradoembiste sobre la luna oscura.Y aquí estoy yosiempredel otro lado. Lado otrodel yo. Anticipo sin exagerar nada, que mis no lectores, son casi incontables, son millones y millones.Empresa gigante la mía, declararles la guerra, pero mejor empresa aún, ganarles.Entre mis no lectores hay dos clases sociales, férreamente delimitadas, ambas son, irreconciliables.Por una parte están los ignorantes y por la otra, diferenciados, los explotadores.Los primeros son simpáticos, agradables como una sonrisa en el amanecer junto al mar. Los segundos son criminales, pero ellos, obviamente, insisten en no saberse tales.Unos no me leen porque nunca leerán a escritor alguno ... desconocido o famoso, de los buenos o parecidos a mi.Otros no me leen porque solamente leerán el último bostezo del último premio nobel citado por los diarios del crimen, es decir, por los diarios.Declaro la guerra para liberar a los primeros, a los unos, declaro la guerra para asesinar a los otros, a los menos.Declaro la guerra para amar cada vez más a los ignorantes, declaro la guerra para odiar y vencer... sobre los explotadores.Y mi única arma será el mejor poema que escriba... un único disparo que destruya para siempre a los culpables y para siempre vitalice a los inocentes... ellos, los que guardarán en su corazón mi poema... y para otros, el eco de mi poema en sus tumbas... será una lápida. Lápida de cuatro palabras: "He ganado la guerra". Tengo la certeza de nunca haber dicho lo que quería decir. Y a veces, quizás, lo dije bellamente. ¿pero qué es la belleza que no rescata la verdad del pozo inmundo donde la hemos ocultado? ¿qué es? sino una cómplice y una miserable? En vano pretendí alumbrar con mis palabras la oscuridad. A lo oscuro, amigos, debí nombrarlo con mi voz negra y punto. Que los niños de este mundo se están cagando de hambre, algunos, o se están preparando para cagarlos de hambre a otros, otros. Esa es la cuestión. Allí el futuro, empezó, lamentablemente ahora. Y nunca pude decirlo y nunca supe decirlo y nunca quise decirlo... como un poeta puedesabe... y no me equivoco al unir la palabreja, que poeta sólo es el que así, todo junto, puedesabe... sí puedesabe... desentrañar de la aparente belleza la tremenda mentira puta que esconde. Los niños de hoy, en cuanto a los niños que nosotros conocemos, son los verdugos de los niños de hoy que no conocemos. Ellos... los desconocidos, los miserables, los que no tienen que comer, los que nunca conocemos... ellos... serán en días más... torturados por ellos... los niños que hoy vemos... empiezan a imitar de nosotros, sus iguales, esa costumbre de hacerse los boludos... frente al crimen, frente a la miseria... frente al pecado estructural de la pobreza.- Tengo la certeza, otra vez, de no hacerme entender. Pero por lo menos, esta vez, lo intenté. Que no le guste lo nerudianoquizás no sea motivo bastantepero que se ponga en un poemacon su cuerpo sangrando de balasporque le dispararon los nerudianoseso sí, amigos míos, merece que yo lo mate.Es cierto que se muy pocode Neftalí Ricardo Reyes BasoaltoPablito Neruda, para los paisanos,y menos todavía sede su feroz adversario, Aguirre, el muerto que parla.Pero ¿desde cuándo hace falta saber tantopara disparar directo al blanco?Al durísimo corazón de Facundo, mi candidatose le pasó sin conquistarloquizás el poema número 20... y el 21 también.Pero yo escribiré el poema 22.Pequeñísimo y contundente, para matar al villano.Será su título el siguiente:" el más pequeño y más sincero poema del mundo"y cuando el homenajeado se disponga a leerloencontrará solamente tres letras:"Vos".... sí... Vos... Facundo Aguirre. Y morirá en el acto. Hay noches que tienen los ojosde una prostituta enamorada del ladrón de un cuento.En cambio otras nochesse parecen exclusivamente a la nocheaquella donde fui el ladróny vos la prostituta enamoraday juntoslabramos un cuento. Nocturno y manso. Es demasiado tarde para ser felizsoy un hombre derrotado, con toda la conciencia a cuestas.Quisiera alumbrar la noche antiguacon otra cosa que no seani los ojos de un gatoni la luz de la luna.Pero no puedo parir el poemaya es tarde para ser el genial maricón García Lorcaya es tarde para ser el ciego inmortal Borges.De otro, será de otroel poema perfecto que mi corazón anhela.Y mientras la muerte no llegasigo acribillando teclas con mi dedo sigo acribillando teclas para el olvido sigo acribillando teclas para que no me leas. Nunca llené de mi mismoel pequeño rincón del universo que habito.En vano vino la nochecon su hondo vino calientea la luz de la luna.En vano amaneció mil vecesy mil una volví a no ser nadie.Nunca llené de mi mismosiquiera un día entero.Fui instante fugaz, eso si.Me hice primavera para estallar en tus flores, claro.Pero nunca llené de mi mismoay ay ay... ni siquiera mi yo. Nadie leyó sus palabrasteñidas de tanta nostalgiaque fueron cincelando, acero afiladopara clavarse en algún almay comunicar, alegría o rabia.Nadie leyó sus palabraspero las escribía como quien concibedesde la nada de la nadaalgún universo errante.Nadie leyó sus palabrasni siquiera algún desconocidode una esquina distante.Y sin embargo ese ser era un poetay nunca lo supo nadie. Y un día los seres humanosse cansaron de andar aullando.Forma de ruido, sustancia de almafue surgiendo la palabra.Debió ser el nombre de una mujerel primer vocablo que nombró un hombre.Y como no tenían otro remediohombre y mujer, mujer y hombrepronunciaron la muerte por su nombre.Milenios después vendría el psicoanálisisy le llamaríamos inconcienteexactamente a lo innombrable.Mucho tiempo antes los dioses se hicieron uno,y a ese uno, quiere mi fe vestirlo de carne y sangre,y llamarlo como a un hermano, el Verbo, Jesús.Y un día los seres humanosse cansarán de andar deshermanadosy será Jesús... vestido de Facundo o de Margaritavestido de cualquier nombre, será Jesúsal mismo tiempo mi Dios y mi Hermanoy entonces tendrán razón de serno solamente las palabrassino también, las cuerdas vocales. Me pareció que te amabacuando intentábamos en vanodefinir el aroma exacto de los jazminescambiar el mundo de veraso crear el poema perfecto.Me pareció que te amabay ya ves que las cosas pasan.Los jazmines han florecido sin nombre.El mundo sigue siendo injusto y cruel.Y este poema... nunca jamás lo recordará nadie.Ya ves que las cosas pasany sin embargo, ya ves ciega mía, te amo. Como todo el ancho mar se resume en una gotasi me enseñas a rezarsuperaré mi derrotaAyúdame a caminarsobre cresta de las olasy poder así mirarbajo mis pies, caracolas¿Quién pudiese así andarmarinero de fe hondarozando la piel del marsin que se hundan sus botas?Ayúdame a caminar¡Ángel de las almas solas!sobre la piel de la mar¡y a no hundirme en congojas! El mar es una incógnitade soledad colmadade amor celoso.Es volcarse desde su honduraDios mismo sobre la playa desierta.Ante el mar lloréy fue tan pequeña mi lágrimaque me río de ella. Sólo es verdadero el solcuando la noche es más oscura.Allí las tinieblas enciendentu lado más creativoy desde esa luz giran contentostus mejores sueñosy tus derrotas peores.Es imposible haber vividosin antes crear el sol.Vivir con la lumbre prestadapor regalo gracioso del universoes nunca haber vivido nada.Nunca es más auténtico el amorque cuando creemos que no existe. Ya me cansé de serel que nunca hace nadadel otro lado de un poema escaso.Quiero estrenar mi sangreen algún generoso derramey que se coma mi carnealguna loba insaciable.Quiero cualquier otra cosa que no seaque me coman los gusanos, sin antes lograr algo.Quiero nunca morir por un ideal.Quiero concretarlo. ancla cristaliname sabes mar y te niegas a mi honduray clavaspara nunca llegary clavassólo el agua, no mi suelo marinoy clavaspara seguir a los vientosme ignoraspuertoY cuánto quisiera yo un naufragio ahora. He visto manchada de sangrela luna de los romances.He visto poetas con hambrerobando en los basurales.He visto a los verdaderos culpablesdisimulando sus atrocidades.Y mis ojos, de tanto mirar crueldadesrojos y suciosse entretienen ahora en vanidades. ( me voy a mirar televisión, chauuuu!!!) Poema rápidode agua sufriente entre los dedos rígidos.Poema implorandotu lectura que tanto anhelo y nunca llega.Poema que quiere ser torrentey apenas si llegara... a gota... si pudiera.Poema que moja tus ojosenojados ojos que no me miran.Poema y del otro ladoapenas si existo yo, que en este poema, me hago agua...inexistente. Cuando yo tenía tres años y medio, mi mejor amigo, que tenía veintiún años, murió. Se llamaba Hugo. Solía elevarme con sus manos casi a la altura del techo. Eso me daba entre desesperación y alegría. Yo le decía "panceta ahumada" a modo de burla, y él se reía, porque así le llamaban sus otros compañeros de trabajo. Hugo era empleado de mi padre, y trabajaba, junto a otro grupo de amigos, en la carpintería con papá. Después de su muerte, más o menos a mis treinta años, soñé con él. Me decía en sueños "¿por qué a mi no me venís a visitar?" y me mostraba un pequeño rincón en el cementerio. Después del sueño , fui a ese lugar del cementerio. Hasta ese momento, YO NO CONOCÍA DONDE ESTABA SEPULTADO MI AMIGO HUGO. Me sorprendí: allí estaba su foto sonriendo, detrás de las flores. Desde entonces, claro, siempre que puedo lo visito en ese lugar. Además, le perdí el miedo a la muerte. Ahora la muerte me inspira... desesperación y alegría... y la misma cosquilla en la panza. No se dan una idea, cómo ha crecido mi amistad con Hugo... en estos últimos días. Mañana cruzaré la misma plazacon los mismos árboles inmóvilesy otras mujeres poblarán mis ojosmis mismos ojos inmóvilesque estarán floreciendodesde mi raízen vos. ¡Oh mujer primaveramezcla perfecta de virgen y ramera!por qué razónquisiste morir así, tanto tiempo antes de nacery por qué me dejas a micon la raíztan lejos mío, tan sin estar en ti. Voy a callar el escándalo de su nombre.Aunque sea maravilloso y verdadero.Hoy voy a negarlo.Es cierto que en su nombrese hicieron mucho daño los hombres.Y no quiero recordarporque me desarmaría en lágrimaslas valientes mujeres quemadaspor brujas y no se cuánto.Voy a callar el escándalo de su nombre.Porque falsificado atravesó la historia como un fantasma malo.Y sin embargo, en su nombre fuimos hechos para la felicidad ... y por su falso nombre, somos condenados.No voy a callarme nada. ¡Que se vayan a la mierda!Me refiero al nombre de Dios, acaso innombrable.Y... ¡que se vayan a la mierda! no mis hermanossino mis temores. Capitán del barco que cruzó tu martuve vocación de naufragiopero nunca llegué al fondoy como premio un puertollamado olvido.Porque después de todo lo que hemos compartidome alegra no estar muertome desespera... no estar vivo. En los charcos del chiquerola luna se está embarrandoy a un chancho algo rechonchomañana lo estarán carneando.Chuparán su sangre en morcillasy comerán sus ricos chinchulinesno saben esos culpablesque barro y luna estaránen el hondo chiquero llorandola feroz muerte del pobre chancho. Que soy el que nunca fuiya no lo sabe ningunoen el cielo mis miradastienen cansada a la lunay mis zapatos sobre el sueloescasamente retumban.Soy el escritor más desleídode toda la literatura universal.¿qué importa si nadie se emocionay si nadie recordará jamásuna sola línea mía?Escribo para poblar la nadade maravillosas naderíasque eternamentenunca nadie leerá.Y como de confidencias se trataconfieso y me enorgullezcoasí y todo, en mi tremenda derrota,soy implacablemente felizy aseguro que me divierto. En noches mudas pronuncié el vocablo Diosy nunca supe por quépero amaneció. Otras veces calléy la noche dijo Diosy nunca supe por quémi garganta se hizo sol. Quiero derribar el muro antiguoque otros construyeronentre yo y yo.Me duele estar separadoyo de mi.Para derribar el muroya perdoné a los arquitectosy casi, casiempiezo a amarlos.Pero algo mío y algo míose une a los cimientosde un lado y del otroy no cae el muroy yo me desespero.Quizás lo derribecuando descubra que el murolo construí yo. Por esta costumbre nuestra de siempre estar muriendo, quizás no nos damos cuenta, que algo está naciendo.Algo parecido al matrimonio del agua con el fuego, que engendra una nueva madre tierra... que suspira por aires paternales nuevos.Ese defender la vida, intrépidamente, aunque la vida misma, no valga todavía la pena.Ese coraje de buscar aquello que otros juran no existirá jamás. Ese no darnos por vencido cuando estamos mil veces derrotados y con el infierno a cuestas.Algo está naciendo. El único árbol de cuyos frutos comeremos. Ese único árbol está creciendo y bajo su sombra todavía escasa... siento tiritar al sol del miedo Desde donde se sabe, primero fue la poesía, milenios después la palabra, y en nuestros días, quizás la posibilidad del amor. El infante no sabía de vocablos, cuando tensó su índice señalando el sol. Mamá no estaba. El niño se quemó. El poema nació. (Tengo pruebas irrefutables de la veracidad de cuanto afirmo, si a alguien le interesa, las comparto) Mi secreto encerréen el centro oscuro de un caracolque nunca es más hermoso el solque en medio de una noche fría.Mi secreto encerréy se enteró el universo entero¿qué importa que le ocurran tantas bellezasa un tipo como yo, tan pero tan, feo? En un árbol cualquiera, una noche cualquierame sorprendió el canto de un pájarocantaba con tanto encantoque su canto parecíasostener las raíces del árbol.Nunca más volvió a ocurriry eso que se sucedieron árboles y nochesy eso que se sucedieron tantos pájaros.Entonces yo no sabía escribiry ahora tampoco.Pero desde entonces supeque nunca en las noches, escondido en mi árboldejaría de publicar poemas como si fuese un aveque canta en la copa nocturnay quizás, asombre a alguien. Suplico a las gentes de buena voluntadque nunca en la vida visiten mi ciudad.Aquí los ricos son nobles vampirosque chupan la sangre de los campesinos.Las putas de los ricos bien enjoyadasderrochan dinero que a tantos falta.Los hijos de los pobres mal alimentadosse esconden en casas de chapa y barro.Suplico a las gentes de buena voluntadque nunca en la vida visiten mi ciudad.Por acequias de justicia correría la sangrede los canallas que inventaron el hambre.Pero eso no ocurre, y ya es demasiado tardelos buenos hace tiempo, se convirtieron en cobardes.Por eso y por muchísimo másque mi vergüenza callaSuplico a las gentes de buena voluntadque nunca en la vida... visiten mi ciudad. De caricias hondas sobre mi almaque nunca llegarontengo el cuerpo cansadoy bajo la sombradel árbol infinitopresiento tiritar de frío al sol.Mañana será otro díay otra mujer convocará mi canto.Mientras tantome une ese misterio de saberla nacidanacida y calladacomo este mismo llanto. Catorce millones pasan hambreen la tierra del oro argentinolos demás somos todos cretinossi enfundamos en silencio el sable. Catorce millones pasan hambrey nosotros somos los testigos¡no bajemos la guardia mi amigo!que si callamos somos culpables. ¿Quién aún no leyó a Facundoy su vaca que dice verdades?estas cosas...¡pasan en el mundo! Al Aguirre de genialidadesquiero darle un saludo rotundoporque no calla las realidades. Me atrae el ceropor su redondez exquisitapor su silencioso encanto.Como si guardase un misterioque los humanos no hemos explorado.Algunas veces mudo y sombríoy otras tantas, perfecto y ciego.Así de manso e intolerantese me ocurre el cero.Y en sus formas externas y rimbombantesel cero se parece... y mucho... a una mujer embarazada. Que yo prefieroaunque me duela bastanteel dedo en el culoque el revólver en el cráneo.Así prefieroestas democracias de hipocresías y espantoantes que las dictadurasque quieren instalar los cobardes, desde Hondurasese laboratorio frágil, a todo el subcontienente cansado.Ya el adversario de siemprenuevamente se levanta.En su amor misericordioso, Dios bendiganuestros sucios gobiernos latinoamericanospara que se salven al menos, nuestros mínimos derechos humanos. Peregrino del sueño jamás soñadohacedor de patrias donde nunca hubo padreterrón minúsculo de la tierra giganteamigo de conspiraciones para salvar un alma.Quiero homenajearte, poeta, yo que no se de palabrasy sin embargo te amo como a la luna a las tres de la tardesin saber si existes o alumbrarás la noche porque ya se hace tarde. Y la noche sin poetas,es pura oscuridad exagerando. Pura oscuridad sin madre. el sabor de hembra en la mañanadetrás del cristaltirita el sol sus rayos primerosaquí yoque tantos otros he sidopor miedode alguna vez ser yo mismosabiendo saborde alguna mañana deshembrada, tambiénsin misin yo Tantas noches antiguasquisimos crear el sol con nuestras palabraspero nos ganóel tajo oscuro de nuestra garganta.Mudos.Vimos el amanecer.Sin decir nada.Y así... de derrota en derrotanos triunfó el universosobre nuestros vocablos. Me duele tanto prejuiciocon palabras de almíbar que rebalsan veneno,incapaces de reconocer su odiose inventan un dios que se inventóexactamente lo que quieren ellosmandar al infiernoeternamentea quienesno estén de acuerdo.Me duele tanto dolorque inventaron en la faz de la tierra.Me duele pero más dolor seríaquedarme callado ante tanta crueldadtanta crueldad que lleva tantos siglostriunfando ferozmente en la tierra. Que no hay ninguna necesidad de mien todo el universoy sin embargo estoy aquí.Que mueren de hambreun tercio de los humanosy nadie hace nada.Que mientras tanto yome uno a los dos tercios culpablessin darme cuenta que lo hago.Que vanamente busconombrar el aroma de los jazminespara el que todavía no existe una palabra.Que trato de estar vivoy a mis cuarenta y seis añostodavía no pude lograrlo.Que una puta salvajeme navega dentro míoy nunca he podido naufragarla.Que sé que Dios existey eso no me sirve de nadaporque soy yo, Señores y Señoras, el que nunca existió. Quiero llamar a la muertea dialogar conmigo.Juntos bajo la sombradel árbol infinito.Contaremos naderíasy Dios será testigo.En un descuido suyole robaré a mi amigo.Hugo que de su entrañasigue hablando conmigo. Hay instantes en que reconozco mi instinto,y vuelo sobre el tiempo, pesadillas de un demente arropándose en el miedo. Así los viajes son refugios para medir la sangre,o días en que se esparce el hastío flotando en parcelas imperfectasdel alma. Sin embargo percibo los primeros designios:esa mano hechizando al único hombre que miro su espejo,la mesa abandonada por el arrebato de la enajenación del hambre,y el cuerpo destrozado para que la victoria reconozca su propio límite. Cuando lo líquido de mi piel escapa, el pálido inventarioal que acudo en sitios como éste,me enardece,porque suena un humo triste ente los dedos,y fatigosamente lloro como repitiendo frases ajenas, sin destino ni perduración. Con los rastros de mi última sonrisa me concedo la tentación de ser otro. Guillermo Capece Bálsamo infalible y económicoQue cuesta lo que cada quien elijaEntre el polvo de este lugar y el mas cósmicoCuando no tener idea es una idea fija ...Rey de reyes que perdieron su tronoPor ser esclavos de su excesiva conquistaSi yo otra vez me auto coronoProclamo a viva voz que soy artista !..y no por consensos mayoritariosSino por como quien se decreta libreAsí que ya no hay critica que asuste...Pues cuando uno pasa de calvariosGana autoridad para determinar el calibreDel disparo que apunta a que el resto le guste.... Maravilladacon la mirada de un niño de puebloal saborear el misterio del eclipse Dejando dividido el resquebrajado tiempo de las mil esperasal saquear mi boca besada en el desorden Lila, su extraño nombre abreviado en el resplandor de un deseo,maquillada de estrella erranteen el carnaval de las heridascreyéndose mareafingiéndose fuegotornándose magiatornándose verboen el alucinado latir de la esperanza... Si pudieras resumirel eco de tu presenciaentre los destellos de un torrentevaciado en mis lágrimas...si pudieras resumir con tu vozla mudez de los pájarosque se abandonaron al cielo,seguramente arrancaríasel núcleo de mi falso nombrey lo harías viajar por el huracán de la palabra Si tan sólo lanzaras una bengalasobre la herrumbre de mi pechocuando los cristales y la vigiliase retratan de antiguas heridas...si pudieras llegar hasta aquícuando la madrugada arde en mis ojos y me pesa el ayer,seguramente una luz erizaráel desesperado pelaje de las sombrasiluminándolo todo dentro de mí Si pudieras florecermeen la prodigiosa nochecon cerrar tus párpadosy darme el signo de tu frente,seguramente emigraría mi pielhacia los lindes del sueño...... sueño brotado de la nada y la piedraconfundiendo en azar al destinotransformado en vos misma Sueño que si perpetuaras en vosla silueta de las gotaspara ungirte y ser lluviaseguramente la verdad beberácon tu boca en mi boca,su único milagro. Verde Federico:yo hubiera querido estar en el momento de los gritos,o de los silencios heroicos;en el momento de las espadas,cuando caíste en tu agua bajo lluvia,mientras los cerdos, enamorados de las banderas subterráneas,tomaban el sol de mediodía. (La soledad de las últimas habitaciones mortifican la memoria.Hay ventanas abiertas, y quedarán así en el invierno.Es raro,pero caen ahora hojas marchitasy me gustaría jugar con ellas.) Verde Federico:desparramo tus gitanos en la mesa,donde con Miguel y Manolo tomamos la sopa de la noche.Tu vestido queda ajado por los toros de la vida,y ni siquiera Nueva York te salva, Federico,porque estás próximo a morir,a caer bajo las balas levantadas a velocidad de la muerte,quizá por el mismo gitano moreno que en tu verso montaba a caballoy era el jinete más audaz de toda Andalucía. Duermescon una palabra entre los labios,con un ramo de hielo en cada mano,bajo las calles empedradas de "pájaros" nocturnos.Al fondo de la tumba llevas,una porción de magia, de manzanas de fiebre,de sábanas de lino. El viento te saluda,las tierras de Granada borran tu contorno,tu sonrisa mira los espejos de la vida.Y se refleja. Guillermo Capece Para un aprendiz de escritor, para un balbuceador profesional de poquedades, para un emisario de la nada que busca el oído de ninguno... susurrar un escrito cualquiera es un acto estúpido de magia mayor.-A ello me avoco brevemente, en esta segunda parte, que si la primera salió como el culo, no puede ser menos.-Lego a todo aquel que me lea, la alta erudición que nunca tuve, la perfecta forma escrita que jamás logré, y la alegría que ahora me embarga.-No esperes a mañana para escupir mi tumba. Estoy tácito como sujeto de este escrito aberrante. Tus insultos, tu admirable desprecio, los necesito, para saber que al menos, en la reprobación, estoy escribiendo. Hay algo, solamente una cosa importante, que me gustaría decir, y no se hacerlo bien, aunque lo intento. Bástame decirte por ahora, una cosa: es un lugar común de nuestros días, afirmar que Dios no existe. Te puedo asegurar que tengo la constancia plena de su existencia y por eso escribo. Doy testimonio que una vez miré que caía una estrella, corrí a la Biblia y leí... "Yo veía a Satanás caer como una estrella, antes que el mundo existiera"... Jesús, el Cristo.-Desde entonces... no supe que hacer, no supe otra cosa que hacer para lograr transmitir la experiencia... con palabras. Y ya lo ven, apenas si puedo balbucear este escrito torpe. Pero es verdad, y me consuelo saber que no miento. Alguien que me salve.Que me quite la angustia de no poseerme.Que me enseñe que los muros pesan más que las pobres palomasque vuelan en su alto.Quiero que mi soledad me conteste por vez primerapara quién estoy.Yo, que fui el francotirador inasiblesoy ahora el eco lejano de lo que fui.Me inundan las máscaras, el olor de los moribundos,el terror de encontrarme con ellos bebiendode la misma copa ácida su vino.Si vinieron a matarme, que me maten ya.Pero que no me hagan tragar el humo vacíoque siempre llevan en su rostro.Los odio porque una vez los amé.Teñidos de mariposas venían a tracionarme.Usurpaban cada hueco de mi corazón.No sé si quiero que alguien me salve.Los músicos con sus cántigas dirán el resto. Yo soy el que espera. Guillermo Capece Soy el camino de mí mismo y la desolación que se abraza a su senda,y tiembla, y borra las huellas para que no me persigan. Estoy vacío de esos animales etruscos que me regaló la partidade unos ojos girando al viento. No puedo confiar en los sueños porque alguien les pone un asesino dentro. Me acuno cuando no me veo pues la vergüenza tiene el ropaje largode los locos. Hoy es domingo, y he estado todo el día ausente. Guillermo Capece IYa oscureció la tierra.Difícil es tener tu boca apretada.Tu estatura cerca de mi rostro.Sí, yo se. Es difícil.Se le caen a uno las montañas.Los lagos se hacen charcos diminutos.Todo es difícil.Compartir la sonrisa con vos.O este barco que nos quitan.¡A partir! ¡A partir!¿Pero cómo?Si nuestras plantas penetran en recodos de clausura.Alguien saldrá a gritarnos nuevamente.Debemos tener cuidado. Salvarnos. Pero ahora fumemos en silencio. IIEn qué quedó esa idea transparente,ese cuerpo sobre el que juramos tantas cosas sencillas.Una ilimitada ausencia marcó las señasde tus grandes ojos.Quedarse solo y recordar al otro díalas sombras de los pumas,las desoladas bestias persiguiéndose,hundiéndose conmigo como una gran casa de celos,sumergiéndose,perdiéndose conmigo.Arriba de los cielos, más arriba,la mitad de tu cuerpo fulguraba.Quienes somos, sino aquello que fuimos,sino el pasado de iguales invasiones,de iguales lejanías. Guillermo Capece Querido hijo: Te pongo estas líneas para que sepas que te escribo. Así que si recibes esta carta es porque te llegó, si no, avísame y te la mando de nuevo. Te escribo despacio porque sé que no puedes leer deprisa. El otro día tu padre leyó que según las encuestas que la mayoría de los accidentes ocurren a un kilómetro de casa, así que nos hemos mudado más lejos. La casa es preciosa; tiene una lavadora que no estoy segura si funciona o no. Ayer metí ropa, tiré de la cadena y no he vuelto a ver la ropa desde entonces, pero bueno... El tiempo aquí no es tan malo; la semana pasada sólo llovió 2 veces. La primera vez durante 3 días y la segunda durante 4. Con respecto a la chaqueta que querías, tu tío Pepe dijo que si la mandábamos con los botones puestos pesaría demasiado y el envío sería muy caro, así que le quitamos los botones y los pusimos en el bolsillo. Al fin enterramos a tu abuelo; encontramos su cuerpo con lo de la mudanza. Estaba en el armario desde el día en que nos ganó jugando al escondite. Te cuento que el otro día hubo una explosión por el gas de la cocina y tu padre y yo salimos disparados por el aire cayendo fuera de la casa; ¡qué emoción!, Era la primera vez que tu padre y yo salíamos juntos en muchos años. El médico vino a la casa para ver si estabamos bien y me puso un tubito de vidrio en la boca. Me dijo que no la abriera por 10 minutos y tu padre ofreció comprarle el tubito. Hablando de tu padre, ¡qué orgullo!, te cuento que tiene nuevo trabajo y es superior a 500 personas, ya que está sobre ellos. Lo contrataron de cortacésped en el cementerio. Tu hermana Julia, la que se casó con su marido, por fin dio a luz, pero como todavía no sé de qué sexo es, no te sé decir si eres tío o tía. Si el bebe es una niña, tu hermana va a nombrarla como yo. Se nos va a hacer muy raro llamar a su hija "Mamá". Tu padre le preguntó a tu hermana Pilar que si estaba embarazada, ella le dijo que sí, de 5 meses ya; pero ahí tu padre le preguntó que si ella estaba segura que era de ella. Dijo que sí. Moza de hierro tu hermana Pilar, qué orgullo, de tal palo tal astilla. Por cierto, que tu primo Paco se casó y resulta que le reza todas las noches a la esposa, porque es virgen. A quien nunca hemos visto más por acá es al tío Venancio, el que murió el año pasado. Tu perro Puky nos tiene preocupados, se empeña en perseguir a los coches que están parados. Aunque peor es lo de tu hermano Juancho. Cerró el coche y dejó las llaves adentro. Tuvo que ir hasta la casa por el duplicado para poder sacarnos a todos del coche. Bueno hijo, no te pongo mi dirección en la carta, porque no la sé. Resulta que la última familia de gallegos que vivió por aquí se llevó los números para no tener que cambiar de domicilio. Si ves a Doña Remedios, dale saludos de mi parte; y si no la ves, mejor no le digas nada. Tu madre que te quiere. Josefa. P.D. Te iba a mandar 100 euros, pero resulta que ya cerré el sobre. ¿Y ahora que hago con esta soledad?¡Herrumbrarme!¿Gastarme a muerte en versos que no riman?Rimarme con las sombras del silencioPara que los demonios del tormento¡me sonrían!¿y cómo se vive en esta eternidad?¡un minutoQue se burla cual si fuese una centuria!Azules fracturados se destiñen,Diamantes que en mis manos de derriten¡por mi culpa!¿Do yace lo feliz, lo que antes era?¡AgonizaTras la pérgola falsaria de la duda!Y camina en la arena y se quema,Y camina en el desierto a la espera¡de la lluvia!¿Qué importa el mañana y su promesa?¡nada importa!La fuerte necedad de esta locuraNo acepta la soberbia de las rosas,Ya es mía la cadencia de estas horas¡también tuya!Danzaran las ganas que no duermen¡ni de noche!Con el humo del pucho que desgarro,llegarás, moraras aquí en mi pechoPorque yo así lo exijo, así lo quiero¡porque te amo!CEMENTO.-PROTEGIDOS DERECHOS DE AUTORCódigo: 1004266112209 Julia no sabía decidirse entre la terrina de quesos o el crepe relleno. Eso de entrada, pero como primer plato no estaba segura de pedir la trucha en dos salsas o el lomo con duxelle de champiniones. Después de todo, lo que más le interesaba en ese saloncito paquete, era jugar un poco y ver los colores de los platos servidos por mozos lánguidos, en uno de los cuales le pareció ver al muchacho de La Cantábrica en ese sueño que no había olvidado.-No será la primera vez que me asome a un espejo y vea las huellas de mi rostro- ironizó para sí mirándose al espejo donde también se reflejaba la figura de Sergio.Él la había invitado a almorzar para decirle ¿qué?. Si el barco se hundía -se dijo- ¿él querrá salvarlo? ¿Por qué no levantarme y dejarlo solo? ¿Para qué acepté la invitación?Sergio estaba distraído. Ella se apuró a pedir y el mozo anotó con diligencia pero con cierta rigidez. Esto la divirtió. Luego el muchacho anotó lo que Sergio le dictaba.-Me llamo Fabio- dijo el mozo- estoy a sus órdenes; que tengan un agradable almuerzo.Y, mientras el mozo se iba, ella volvió a jugar otra vez con el espejo en la pared: los ojos tristes de Julia; los labios quietos de Julia como si recién terminaran de crecer."Aquí pronto se instalará una mueca y no lo podré evitar", pensó. En el espejo se miraba las manos y el busto, pequeño pero todavía erguido."Pronto esto se terminará. Seré vieja," se dijo.Y añadió para sus adentro:"Estos juegos comienzan divertidos y terminan crueles." "¿Por qué tener esta visión partida de la vida?"Porque ella también amaba el sol que entraba, y los colores de la comida que ahora le servían, y estaba segura de que también podía amar al muchacho de chaleco negro, algo desgarbado pero de manos finas, que a cada momento quería ser cortés.Lo miró sin disimulo y él se dejó observar. Luego volvió a mirar en el espejo y lo vió reflejado sirviéndole el vino.Mientras le ofrecía el primer plato le pareció que las manos del muchacho danzaban sobre la mesa.-Me entristece el campo a la hora del crepúsculo- dijo ella antes de que Sergio le preguntara por qué lo decía.-Cuando era chica me daba miedo ir al circo- dijo sin oírlo - un caballo se volvió rabioso, ¿sabés?,y saltó de la pista a los palcos.-El caballo se volvió rabioso o loco -repitió- ¿nunca supiste de un animal loco?Él le tomó la mano e hizo un esfuerzo para escucharla pues en realidad estaba pensando que todas las mujeres tenían algo de estúpidas.Ella se levantó para ir al baño con la idea del caballo rabioso y en Sergio, tan lejano.Pasó por la pequeña salita vacía dispuesta para que los clientes jugaran al billar que le pareció de un amarillo intenso, y vió al mozo, apurado, pero atenta a ella. Julia sabía que auque él no lamirara decididamente, había despertado su interés.Cuando salió del baño lo vió otra vez, y un ardor le subió al pecho."Dios mío" -pensó- "no poder amarlo ahora sería un castigo."Al pasar por la salita de billares entró. Se ocultó en el momento que el muchacho pasaba nuevamente. Esta vez la miró. Ella lo llamó y le pidió café. Cuando regresó con el pedido la vió recostada contra la pared, y no pareció asombrarse. Estaba acostumbrado a las trangresiones de algunas clientas, y por eso fue que no le acercó el café sino que lo dejó sobre la mesa de billar y cerró el cortinado. Se quedó frente a ella. Julia vio que el cuerpo de él se recortaba frente a la luz, y lo abrazó humedeciéndole la cara con los labios. Las manos del muchacho resbalaron sobre el vestido de ella, y lo subió de a poco, mientras la llevaba hacia la mesa de billar. Comenzaron casi en silencio, con pequeños quejidos de ella, y el silencio de él.Pronto Julia sintió la sensación dentro del pecho que el caballo loco del circo repetía la escena del asalto hacia el público. Creyó que su corazón galopaba hacia la libertad.Más tarde,mientras arreglaba su maquillaje, se sintió poderosamente libre. Rápidamente busco dólares en su bolso y los dejó debajo de la tacita de café. Fabio que la observaba, rechazó el gesto.Tuvieron un breve dialogo:-Soy de Mendoza, tengo viñales, no necesito dinero- dijo el hombre ya fuera de su máscara de mozo.-¿Y por qué trabajás de mozo? -preguntó al instante Julia.-Soy el dueño del restorán, y a veces me entretengo en atender las mesas sólo para conocer mujeres como vos.Julia no supo si eso era un halago, y no respondió.-Tengo una cadena de restoranes en sociedad en Mendoza, y otro en Puerto Madero- dijo el muchacho algo desgarbado pero con cierto orgullo.-No sé qué pensarás de mí- susurró Julia.-Cuando uno hace estas cosas no piensa nada más que en el placer instantáneo -respondió seguro.Y se fue dejándole una sonrisa.Sin embargo ella sintió que esa rápida aventura no era ni mas ni menos que una mariposa detenida en mitad de su corazón, pero dispuesta a volar en cualquier momento, por ejemplo en cuanto Sergio la mirase y le indicara la comida.-Se enfrió el lomo.Ella balbuceó una disculpa dispuesta a no dejar volar esa mariposa. Iba a pasar la lengua por el interior de la copa de vino por segunda vez, cuando la orden de él la detuvo:-No hagas eso.-Eso es lo que me interesa hacer en este momento. Lo quiero hacer.-A veces parecés una chiquilina caprichosa. Mejor comete el lomo. Es un plato muy caro -y Sergio enlazó los ojos de ella con una dura mirada.-No lo quiero, está frío- protestó ella mientras apoyaba su lengua en el cristal de la copa.-Comete el lomo -repitió él. Con un soneto vengo a enamorartecon este cuarteto abro y me dirijo,ojalá que no salga tan prolijo,que digno de ti, logre encantarte. En este cuarteto el alma se me parte,no obstante yo sigo y no transijo,te lo juro ante un sacro crucifijo,que a Petrarca le robaré su arte. En el primer terceto me acomodopara decir que ya no habrá ni modo,porque olvidarte, vida, yo no puedo. Y en este terceto digo, aunque duela,pues tu desdén me da dolor de muela y transido de amor, asi me quedo. Te vi corriendo en el trivial caminoquebrado el corazón de horror y miedo, te vi los párpados cansados, tristes…y a tu dolor escribiendo.Lluvia derramóse en tu piel de polvo cual ósculo de agua en el desierto,una lágrima miraba entre las gotas…y tus párpados cayeron.Tu alma sufre las caricias muertasde aquellos que no están ya en tu sendero,gime un zorzal en tu voz dormida…gime por ellos.La estepa que morabas, agoníade ave remontando el turbio cielo,caló en la gris arena de tu alma…llantos, espectros.Impío ardor que ulcera el alma gotas de vida en la arteria del tormento,alejóse la huella de tu infancia hermosay de tus sueños.Aurora de la vida en la dulce primaveramarchóse hacia el crepúsculo imperfecto, Colgada la ilusión al sol poniente de tu invierno.Y semblantes que fumígenas deambulan,¡cuál estrofas en papiros sempiternos!remojábanse en las lágrimas copiosasde tus recuerdos. Bordeando el precipicio de las penas,líado en la garganta todo anhelo, soledades, añoranzas y suspiros…por quienes se fueron.Trocóse en mi la infausta intemperie, con sales de tu mengua en el siniestro,tu vista atormentada impenetrable…a mis silencios.Besos estallantes, por tu faz de diosa,de mi oráculo infernal se desprendieron,¡coro bruno y arisco que reclama!tus oídos sedientos.Garfios rojos en la mar se mezclan,azules que reencarnan púrpuras y negros,el sepia ha fenecido ante tu mármol…como yo lo ordeno.¿cuántas veces el grito del osario,reclama tu pasión con tono austero?¡mas yo robe tu pose del olimpopara mi imperio!Pues yo acaté la orden de la mística,y en tu regia luz ardí al son violento,en la flama, que echa luz y no se apaga,de tus plectros.Serena brisa danzando en las praderasbálsamo que alivia las heridas del guerrero¡la calma sosegada y mi refugio!tras el viento.Venerable efigie en el santuario mío,silueta de esta fe que hoy profesodestellando tus azules refulgentes entre el incienso.Menguando la quimera y el destinoel signo de la suerte hemos impuesto,¡la hormona exasperada también canta! en mi deseo.Tertulia montaraz entre las pielesque unidas revelaron los misterios,¡coito y desayuno en la montaña!¡amor malevo!.CEMENTO.-Protegidos derechos de autor.Código: 1002185547676 En la rama erizada y prudentearrastrando su honor busca amparoy entreteje un capullo mierderoa donde esconder su pudor de gusano;pero al beso, rigor de la púaque la espina le clava en los labiosse derrama en los suelos, cual lágrima,y sirve tan solo de abono a los pastos.Sacrificio mordaz que le impidesacudirse la culpa en las manos,porque dobla rodillas, rompe alascuando siente el tonelaje del pasado;no se tapan los huecos del almacon la imbécil sanción de un contrato:allí suelen pudrirse ya infectoslos cadáveres de sueños muy soñados.La vergüenza apostada en sus sienesle conmueve el talante de pánico,mas si vibra el deseo escondido¡le arrancar gemidos, deseos mojados!Pero cae, fenece, despiertaen la ruin soledad de su páramoy no puede secarse las lágrimasyaciendo a la sombra brutal de sus pánicos.Alla va, como un beso perdidoaleteando con rumbo extraviado,del sopor de algún muro invisibleal bello dolor de algún muro bastardo;del tenaz e impiadoso supliciode la marcha fugaz de los años,de las ganas, del semen y el flujoal rigor de tener que cumplir lo pactado.De la obtusa caricia en la frente,que bordada de lineas y encantosaun protege el cosmos sublimedo estallan mil versos por cada calvario,¡de esa simple caricia apagadadonde no hay humedades mojando al procaz sentimiento pechandopor ver como bailan querubes y diablos!Del romántico sitio perdidodonde no hay ni mentiras ni engaños,al blasón de lo obvio y lo lícitodo solo se ensueña hasta el canto del gallo,de la mísera etapa marcadapor las leyes del mundo tiránicoa los vuelos azules y libresque buscan descanso en un pecho, abrazados.De la tumba llamada esperanza,esa forma sutil de maltrato,a la horrenda certeza del tiempoque trae la muerte entre risa y sarcasmo,¿donde vas a dejar que los huesosse transformen en piedra y en barro?:¿mariposas que viven de sueñoso gusanos que realizan lo soñado? CEMENTO.- -Buenos días, papá- y era la tercera vez que lo repetía-; buenos días, papá-volvía a decir.Entonces saltaba de su cama, recorría el flaco pasillo, y se internaba en el baño.La ducha, el agua fría, no le daba la grata euforia que necesitaba. Entonces trataba de secarse con la amplia tohalla, y se envolvia en ella imaginando que era el maharajá de Kapurtala, y mientras orinaba en el bidet, pensaba en cómo pasar ese día,vigésimo de diciembre.Ese diciembre que le calcinaba los huesos, porque se presentaba caluroso y húmedo como ninguno, y ya podía ver que lo había jodido bastante al pelarle la espalda el sábado anterior,en la pileta de Ricardo.Volvió a tener ganas de orinar, pero eran ganas nada más, porque al enfrentarse con el bidet,un chorrito indeciso se asomó por su pijita. Se la metió dentro del calzoncillo, se miró al espejo, se hizo alguna íntima pregunta que no contestó, y salió para atravesar otra vez el pasillo.-Buenos días, papá- dijo esta vez con voz más firme. Y siguió hasta la cocina:el mate,el café,el té, el vino. EL VINO. El vino era lo que conformaba su paladar aquella mañana de diciembre. Y mientras saboreaba su aspereza, se le ocurrió pensar en el viejo, en la navidad que ya llegaba,en lo llagado de su espalda, en Leticia, (en la costosa Leticia) que todavía se negaba a todo, y por último en él. Aquí se sirvió otro vaso de vino. ¿Quién era él?Sí.Le gustaba vestir bien.Andar por el centro mostrando exactamente lo que se debe, y lo que no se debe dejarlo para Leticia (cuando se decidiera), o para Ricardo, siempre que mediara un golpe de teléfono. Y mientras tanto, ¿qué?. Ir al bowling, caminar hasta el puerto, o tomar sol en Saint Tropez,y soñar con ese viaje a Río en Carnavales que le había prometido Ricardo.Después... su vida estaba ocupada con tantos sueños...; quería navegar, irse, tal vez a Europa. Pero no por el hecho de conocer Europa. París, Roma,Milán, eran sin duda lindos lugares. Pero no era eso loque realmente importaba. El hecho substancial era viajar en barco; sí, en barco..., a semejanza de esos barcos que mamá le hacía a los ocho años, doblando con ternura la hoja de diario y dejándolo reposar en la bañera. Creía que el fondo del mar era blanco, y que las fuerzas de las olas tenían, exactamente, el ritmo que le fijaban sus pequeñas manos.Pero ahora había pasado tanto tiempo... -Buenos días, papá- dijo esta vez con bronca, mientras servía hasta el borde otro vaso de vino. -Buenos días, papá- gritó mientras pensaba decir cálidamente -queriendo deshacerse de ese raro remolino de angustia- buenos días, mamá... cómo estás hoy?, buena y linda como siempre, mamá; mi mamá. Aquí traje el papel para los barcos. Pero la memoria de las tardes encerradas en el baño, viendo viajar ilustres barcos a los que mamá bautizaba con extraños nombres, no conseguía atenuar la tristeza grande que sentía,ni su gastada melancolía actual. Él era un hombre simple, gozador delas cosas sencillas, amante de la naturaleza, leal para los amigos...; pero había cosas en lo íntimo de su vida que no entendía.No estaba claro para él por qué al pasar por la habitación del viejo debía saludarlo, siendo que siempre dormía, o, en el mejor de los casos, leía el diario, y no le contestaba. Jamás le contestaba, y había llegado a pensar que el viejo estaba sordo. Pero no. Algo golpeaba en su cabeza, y en el sentido literal de la palabra. Algo se doblaba y rompía cuando saludaba al viejo. No era importante que no lo oyera, o que lo oyera y no le contestara. Entonces,¿qué era lo que en rigor lo perturbaba? Aquella mañana lo había descubierto. Lo había descubierto en la cocina, mientras llenaba otra vez el vaso de vino. El lugar vacío al lado de la cama que ocupaba el viejo era la clave: el lugar que ocupaba mamá en vida. -Buenos días, papá- dijo esta vez entre sollozos.-Buenos días, hijo- dijo el padre apareciendo en el marco de la puerta.Y él se entregó a sus brazos y lo abrazaba, lo abrazaba, mientras pensaba en viajes lejanos y múltiples, en viajes claros y magníficos.-Buenos días,papá- y lo miró a los ojos llorando plenamente. -Buenos días, hijo- dijo el viejo casi con miedo, sin entender, -buenos días, hijo. Si el corazón se secacomo fruto abandonado en tiierra,si los sentimientos se hacen piedra,si todo es desierto y arena yertaen los espacios vacíos del alma...¿en qué quedará tu vida? El dolor no es suficiente excusapara dejar los campos sin siembra. Es preciso alimentar la luz de la lámpara vertiendo en ella el aceite que la sostenga.La lámpara del corazón necesita el aceite de la esperanza,el aliento de la ilusiónpara que arda su llamaen medio de las tinieblas amargas. E.G.M.
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Eduardo Fabio Asis
María Ester Rinaldi
Te dejo un cálido abrazo.