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Tengo acostumbrada la memoria, ha rescatar siempre los mismos versos, no son los mejores de la literatura universal, ni son por ellos, los de más provecho, quizás, para otro cualquiera. Pero en mis soledades de infancia, no había en casa una enorme biblioteca. Solamente una antología, desgarbadas las hojas, amarillas y el lomo del libro como mordido por varias serpientes. Así y todo, ese único libro, me libraba, válgame el juego de palabras, de no tener otro amigo, para jugar juegos. Entonces rumiaba siempre las mismas páginas, las leía quizás para no llorar tanto, y empecé a gozarlas. Con el tiempo… se me acostumbró la memoria, a rescatar el niño que alguna vez fui, entre aquellas páginas gastadas. Admiro a quienes conocen innumerables libros, pero no por eso desprecio, mi pequeño capital intelectual, esa antología, de unos pocos autores, en un solitario libro, que a mi, me aportó mucho. Que me libró de estar tan solo, sin bibliotecas gigantes, pero con un amigo, de papel y arte . «Cuando seáis capaces de hacer de dos cosas una, y de configurar lo interior con lo exterior, y lo exterior con lo interior, y lo de arriba con lo de abajo, y de reducir a la unidad lo masculino y lo femenino, de manera que el macho deje de ser macho y la hembra hembra; cuando hagáis ojos de un solo ojo y una mano en lugar de una mano y un pie en lugar de un pie y una imagen en lugar de una imagen, entonces podréis entrar [en el Reino]». Las cosas, sí, las cosas el acero y tu garganta y este sueño de matarte mía para no despertar abandonado. Las cosas íntimas y las ajenas mi deseo de tenerte y el marido tuyo, tu suegro y tu estancia. La piedra y el agua y el éxtasis de penetrar el lago donde mi cuerpo no alcanza. Las cosas me desvisten de palabras me desnudan del verbo yo me pueden como me puede escupir tu anillo de casamiento y de otra forma también tus agujeros míos. Las cosas, sí, las cosas la luna llena de miradas, nuevas y antiguas, si bien se mira, es otra cosa, aunque parezca mentira. ¿quién pudiera comprar todas las cosas del mundo y regalarlas luego a todas, para fundar en la vida el reino del ser humano? Las cosas, sí, las cosas. No deseo otra cosa que no sea una cosa como tu palabra como tu cuerpo, felizmente, sin alma. Quiero quererte mucho, El Cairo, como se quieren los amaneceres nublados. Alguna conspiración extraña, me hizo ignorarte tanto. Ya los jóvenes levantarán sin pausas, la luna roja del mañana. Mientras tanto, no puedo nada, salvo estos versos truncos, y amarte. Deolinda se va de viaje tras las huellas del amor que le arrancaron en el pueblo la codician algunos poderosos pero ella tiene su corazón en su marido ausente Lleva a su hijito en el pecho y atraviesa el desierto valiente cuando llega a Vallecitos la sed le juega un mal paso y ella cae exhausta y sedienta con su niño mamando con su niño amado sin su marido, sin nadie en el desierto caliente Muere la hermosa Deolinda pero su hijo sigue viviendo y la encuentran unos arrieros que atribuyen el hecho al amor de Dios, por Deolinda y su niño. Ella estará en el cielo Su hijito seguirá en la tierra Desde arriba esta mamá linda cumplirá los anhelos del pueblo que la honra, del pueblo que la quiere. en qué lugar exacto, continúa su vida la canción que no se cantó el poema no escrito la pintura que no trascendió al pincel dónde habita nuestro hijo, que no tuvimos y por qué el amor entre nosotros nunca ocurrió en la cuna donde no durmió ningún niño el gato sueña estas soledades mías, con la precisión de un reloj Yo no sé por qué, Buenos Aires quiere, que la ame tanto. Confieso que me convocan, ciertas carnes humanas, que fatigan sus calles. Pero más se enciende mi deseo, en el alma de la ciudad. La siento como un tango mudo, que solo yo escuchase. Toda la bronca y la nostalgia, convertidas en música libertaria. Hay una revolución dormida, que despertará inexorable. Y el mundo no será igual, cuando se sacuda la bosta, los políticos mentirosos, los empresarios ladrones, los artistas comerciantes, esa ciudad que es mi esperanza, Buenos Aires. Nadie olvidará, la falta de lo necesario en los inocentes, ni la falta de vergüenza de los culpables. Todo eso ocurrirá cuando se cumpla su nombre y sean buenos los aires. Y vuelvas a ser, ciudad, hermana de tus hermanos, los oprimidos del mundo, que te necesitan y aman. Un árbol ha muerto, antes de nacer en un bosque sin dueños, alguna primavera negra. Deseo a su sombra, encontrar mi esencia solar, y amanecer poesía en el mundo que no es. De su leña antigua, un fuego nuevo quemar mi dolor, y en el humo blanco, escribir el poema. Era tan ortodoxo, en sus convicciones católicas ortodoxas, que si Dios hubiera querido cambiar de idea, estaba obligado a consultarlo antes. No ignoraba que en la silla de Pedro, se habían sentado, asesinos, proxenetas, tiranos, ladrones, y encubridores de violencia sexual contra los niños. Pero… el abuso de los menores, le parecía, frente a la pérdida de la fe… después de todo, como su nombre lo indica, algo…menor. Sabía sólo que la Biblia era, desde el principio hasta el fin, rigurosa y estrictamente exacta. Si algo no decía la biblia, es porque no había pasado. Si algo decía la biblia, era la verdad verdadera sin ningún atisbo de sospecha. Un día le pregunté… ¿quién creó a la mujer de Caín? y el me dijo… es un misterio. Dios creó Adán y Eva. Tuvieron a Abel y Caín. Caín mató a Abel. Después Caín se casó… ¿quién creó a esa mujer? respuesta: es un misterio.- Atiné a decirle que la Biblia era algo… “incompleta” para no herirlo diciéndole… “contradictoria” y el me miró… con la compasión y la energía de alertarme que no pensara, porque ese camino… lleva al infierno. Yo también creo en Dios, yo también leo la Biblia… y la siento inspirada en Él. Pero no con la precisión de un relato matemático, sino con la alegría de una libertad creativa en quien la lee… porque Dios , es Señor de Señores, y mi amigo, y yo… también lo somos… de modo que hay que superar la letra porque mata, y hay que acatar el Espíritu que nos hace libres. Y … ¿dónde está el Señor de los Señores? paradójicamente en todo aquel a quien, se le niega el señorío. En el oprimido, en el que sufre, en el que ha sido despojado en el mundo, de la divinidad con la que Dios lo formó. Lo demás, lo demás es cuento. Hubo un tiempo de ilusión donde era patria la patria y se llamaba de Mayo la plaza de las madres mujeres despiadadas en sus blancos pañuelos proclaman un mundo de iguales y luchan por la justicia desconocen que Videla, Masera y Agosti no eran un triunvirato sino el reflejo sagrado en estas tierras de la mismísima trinidad. Jugábamos entonces, la danza de la fortuna, en la pizarra de los bancos con ese genio de la economía y el progreso, don José Alfredo, ilustre visionario. No había en la televisión malas palabras, salvo las hermosísimas que se le permitían al eterno Olmedo, al divino Porcel y a sus conejitas derechosas, Susanita y Moria de vigencia más allá, del régimen que las encumbró. ¡qué tiempos aquellos! donde no nos enterábamos porque no nos importaba que a los hijos malos los estuvieran torturando. ¿para qué se metían en cosas raras? si la patria está custodiada, ¿para qué ofenden a los que mandan? Algo pasó, no sé por qué, ganaron las viejas de pañuelos blancos, perdimos nosotros, nosotros, los dueños de las balas. Hoy todo cambió por más brillo que use la Susana está más vieja, me dan ganas de llorar y la Moria más horrible que la prisión de Videla. ¡Qué tremendo! siento asco pero debo reconocerlo porque he sido derrotado Estela de Carlotto, mal que me pese, tiene el pensamiento lúcido, como una niña de quince años. ¡Oh demonio! ¿qué nos pasó? ¿por qué nos ganó la verdad? Había escrito algunas palabras ciegas, para enseñar el camino a los videntes. Unos mamarrachos con ínfulas de poema, algún comentario más inútil que yo mismo, y otro tipo de disparates con aire poético. Quería ser escritor, la puta madre. Y no hice más que molestarme mucho, para no molestar a nadie. Mi obra no mereció ni siquiera, un insulto grave. Nadie en el mundo me odió, un poco, al menos. Esa es la prueba irrefutable, en un mundo opresivo, que no fui un libertario, ni siquiera, en ciernes. Soy repetidor de las palabras que otros inventaron, para explotar con sus privilegios, la norma eterna que eternamente nos señala… “somos todos diferentes, por eso, somos iguales”…. y sin embargo, carajo, siendo tan simple, cuesta tanto… No me ayudes a construir un puente sino a cruzar el río. En la otra orilla, con mi voz, cantaré la canción tuya. Y será nueva esa melodía coordinando los sonidos más antiguos del mundo. Ya no te regalo la alegría de volar sobre los árboles y arrancarle de un beso la virginidad a la luna. El diablo se ha suicidado y en sus palabras últimas, dijo tu nombre, de mar anclado en una gota que resbala. Yo te quería con el amor de los cornudos, con la soledad de los pajeros, con los atavismos de pueblos olvidados. Te quise como el perdedor único en una noche derrotada. Soy como los ningunos, como un eterno conspirador de la desgracia. Pero te quise, y eso fue bastante. ¿qué importa que mi amor no pueda? Esto que soy, después de todo, es lo que adoras: ¡la nada! Quisiera ser un brujo invocar primavera y me das al conjuro esa flor que me niegas brujo de sangre dura penetrarte quisiera tu cuerpo de ternura ¡hasta el hijo te hiciera! Pero este verso es verso y tú eres concreta no alcanza mi talento ¡ni pa que me des teta! Será un brev,algunas horas sin poesí escrit mucho preguntar al mar, habrá respues?no ta. Quizá volver. No sé. Ta después. Chau. Tiene la lluvia,secretos de agua,que mis ojos no alcanzan.Todavía me entreno lágrima,llueve y yotan lejos del misterio, tan lejos de mi,sin saber por qué, no lloro, lluevoagua solitaria que apenas cae. He guardado tus ojos en mi jardín nocturno y ha florecido tu mirada haciendo el amanecer. Mira, no pido mucho, solamente tu mano, tenerla como un sapito que duerme así contento. Necesito esa puerta que me dabas para entrar a tu mundo, ese trocito de azúcar verde, de redondo alegre. ¿No me prestás tu mano en esta noche de fìn de año de lechuzas roncas? No puedes, por razones técnicas. Entonces la tramo en el aire, urdiendo cada dedo, el durazno sedoso de la palma y el dorso, ese país de azules árboles. Asì la tomo y la sostengo, como si de ello dependiera muchísimo del mundo, la sucesión de las cuatro estaciones, el canto de los gallos, el amor de los hombres. También poesía es colmar de sinsentido al mundo consentido de la basura basura vacía, que no se atreve a no ser que insiste en su pesadez liviana que persiste en la estupidez del reloj que consiste en la ideología de la brújula mundo de mierda, que lo hay lo hay, aroma camuflado por el incienso absurdo donde se hace innecesario tener nariz. También poesía es terminar con la infame idea de que la mujer es mujer esa superstición horrenda de llamar montaña a la montaña ¿qué queda del hambre que sentimos por la hembra? ¿qué queda del hombre cuando desconoce el hambre? También poesía si no es cambiar el mundo, es odiarlo con amor incondicional con tiranía democrática, presentir en la masa al ser humano, todavía ciego y mirar por él. Un mundomenosmundo más como vos y yo. Las miradas me pueden, como camelias locas desprendidas del árbol del fuego. La mirada es una trampa al infinito, una burla a la eternidad arrancarle a la brújula su norte y comer el acero como un helado de frambuesa. La mirada me dice que estoy, yo que nunca fui. Y estaré solo pero me queda el gato con su sensación de abismo. Esos ojos me miran donde yo no se. Acaso porque no me vieron nunca la mirada confirma que soy. Elogio la mirada en el mundo ciego. Te amo a vos. Me ves? Hoy me duele la soledad de Dios, antes que el mundo existiera. El diablo le grita ¡puto! y a sus oídos llega ¡te adoro! Los ángeles buenos lo aman pero no tienen un solo ser humano a quien amar. Dios decide hacerse hijo para una madre. Planifica la alegría de María en el nacimiento, y otra mayor, en la resurrección. Se enoja con algunas de sus creaturas repugnantes, como Adolf Hitler o Rafael Videla, pero decide continuar. Finalmente se enamora de mi, y me sonríe. Algo falla: ¿por qué estoy triste en esta Navidad? Tengo la alegría entre paréntesis y quiero trascender el punto final. Me duelen estos poemas torpes, como el hambre en el mundo, o la política en el tarro de basuras. Cuarenta y siete veces he dado la vuelta alrededor del sol ¿por qué me asombro de estar mareado? Tengo 47 años, y estoy aburridosin ningún Vaticano para incendiar, sin ningún Cristo para amar de veras. Me la juego con la más ingeniosa frase jamás dicha:FELIZ NAVIDAD! "Reconozco que algo bueno hizo, luchó contra Fujimori, pero desde el costado derechoso, es un entusiasta del esclavismo dulce" Para evitar cualquier tipo de suspicacias, declaro mi amor incondicional al Perú, que por suerte, me ha acompañado desde mi infancia, y al que seguiré amando, con lo bueno o con lo malo que suceda, Dios guarde al Perú, y felicidad a su pueblo.- Yendo al punto, sobre Vargas Llosa, no me ha sido dada la posibilidad de mantenerme mucho tiempo despierto, cuando leo sus libros. Reconozco que en tanta cantidad de palabras, algunas logran brillar, y de ningún modo soy injusto para no reconocerlo.- Su compromiso vital, su ideología, a mi personalmente me resulta demoledora, atroz, repugnante.- El afamado y condecorado escritor, indudablemente sus méritos tiene, en un plato de la balanza, pero hay un granito de cizaña que pesa tanto en el lado opuesto…. que lo manda a la mismísima mierda. Pone palabras pomposamente falsas, para endiosar a uno de los males más descaradamente diabólicos de nuestra época: “el libre mercado”.- ¿No sabe que el “libre mercado” es la continuidad atenuada, enmascarada y dulcificada, de crueldades tales como la mismísima esclavitud? Los consumidores no somos “libres” somos “esclavos” de factores reales de poder, a los que, aún cuando sea de buena intención, la prédica de Vargas Llosa favorece.- Desde mi comprensión actual, en los formadores de opinión, en los intelectuales más destacados, pesa una responsabilidad ética mayor. Cuando más poder se tiene, y el mundo intelectual lo tiene, se debe ser más lúcido, y sobre todo, se tiene un deber mayor, de actuar con prudencia, es decir, a favor de la verdad, de la liberación, de la vida.- Si alguna vez me diera cuenta que estoy equivocado, lo reconocería. Pero por el momento, siento que un neo esclavista, con hermosas fantasías, ha sido premiado en esta época… de notables injusticias, de crímenes horrendos, donde un tercio de la población mundial se muere de hambre por culpa de la ideología dominante. Y ha sido consagrado… un escritor … que precisamente… sirve, sea por error o por malicia, a esa ideología. Pido disculpas a los entusiastas de Mario Vargas Llosa, pero debo cumplir con lo que me indica mi conciencia. Debo ser fiel a mi mismo: es una cagada que le hayan dado semejante premio, a semejante vendedor de espejitos de colores.- Pido disculpas nuevamente a quienes piensan distinto, pero voy a expresar sin censuras lo que yo pienso que algunos celebran: “el coro de imbéciles del mundo, ya tiene su dios pagano… y el favorito es… Vargas Llosa” ¡Larga vida al dios Oro! ¡alegraos, esclavistas del mundo! ¡la gilada estará más dormida que nunca, ganó el esclavista, ganó uno de los nuestros! Ganó un opresor. Que la verdad sea la ausencia de mentira, resulta una provocación, en la que cualquier insensato puede caer. Con ese criterio, mentira es la ausencia de verdad, y seguimos en el mismo rollo sin desenrollar nada. Para los cuerdos, hay verdad cuando hay “ajuste” entre lo dicho y lo hecho, o conformidad entre la cosa y su concepto. Pero los cuerdos, ya lo sabemos, no andan bien, sólo presumen de ello.- Verdad, como lo dice el vocablo, es ver la edad. Así por ejemplo, el amor tiene la edad de lo eterno, porque viene y va, pero en ese ir y venir, nunca pasa. Ver la edad, es decir, verdad, de todas y cada una de las cosas, no la edad numérica sino la verdadera. Conozco una viejita de 99 años que tiene una edad de siete, y cuenta cuentos y riega las plantas y reza todos los días un padrenuestro nuevo, en cambio, conozco una niña de 15 que tiene la tristeza de las aguas dormidas en un estanque vacío, más de cien años, sin que le falte un día. Verdad, es ver la edad, la edad de ver, siempre coincide con el número cero, que desafía la aritmética y la vuelve poema. He escrito sobre la verdad, intentando algo que debo, porque así me lo pidió mar38, a quien en verdad, la quiero. Ella sí… ella sí… es poeta de verdad. Saludos a todos. Felices Fiestas y el año que viene continúo Diccionario de un loco: segunda palabra: bueno. El diccionario de los que dicen no estar locos, señala que bueno significa, apropiado para un fin. Es tan absurda la definición, que quiero señalarla para que nadie intente tergiversarla y convertirla en buena. Fíjense bien: bueno: “apropiado para un fin”.- Según el diccionario, si el fin es matar a mi suegra, es bueno el veneno que le meto en la copa a la hija de puta de mi suegra. ¿o miento? – Claro que es bueno, para mi, pero no lo es para mi suegra en cuestión.- Dejémonos de pavadas, los diccionarios sirven para perpetuar la ignorancia colectiva, a través de las llamadas…. “buenas costumbres”.- ¿es bueno lo bueno? la pregunta, desde el paradigma de nuestras mentes atrofiadas, digo, desde el paradigma de los no locos, carece de respuesta digna.- De modo que un loco como yo, intentará una definición más definida, valga la aclaración.- A Jesús de Nazareth le dijeron, maestro bueno, y el respondió ¿por qué me dices bueno?, uno sólo es bueno, Dios . No lo dijo una multitud de papas, tampoco una banda de teólogos, menos aún un grupo de moralistas recalcitrantes. Lo dijo Jesús, cuyo festival de cumpleaños se llama navidad, según el mundo de los no locos, que dicho sea de paso no se sabe cuándo nació y tampoco dónde. Pero… bueno, sigamos con bueno.- ¿es bueno lo bueno? si Dios existe, sólo Dios es bueno, si no existe, nadie lo es. Pero si nadie es bueno… ¿por qué existe la palabra bueno? y bueno, para hablar pavadas nacieron los no locos, los locos decimos la verdad. Quiero ser más serio, un lector por quien siento especial afecto, me motiva a buscar la definición… ¿qué es lo bueno? Bueno es aquello que hicimos por primera vez, de una vez y para siempre, y que sin embargo, por esas cosas del ser, varias veces lo pusimos en peligro. Bueno es el aire, que sólo lo sabemos bueno, cuando comienza a faltarnos. Buena es la palabra padre, que uno no puede dejar de pronunciarla sin sentir un niño profundo que nos sale desde adentro. Pero a nadie digas padre, porque sólo uno es tu padre, que está en los cielos…. bueno es Jesús, y si no existe ahora, no hay nada bueno bajo el sol… , salvo yo y mi amigo… carouselambra, a quien dedico esta segunda palabra.- Tengo ganas de enamorarme al revés, que tu nombre golpea mi isla mucho después del olvido, y no hay mapa donde figure esoquesesientecuandoseama en el plagio anterior, signo mi espera. No me busques. Puedo hacerte feliz, y eso es peligroso, sabías? No me busques. Es más fácil vivir la vida sin mi. No me busques. Se llama alegría, sabías? el otro lado de la soledad. No me busques. Pero si quieres desafiar el dolor, simplemente, encuéntrame. Cuentan algunos sabios, pero Dios sabe más, que los pájaros vuelan porque les duele la tierra, y que la tierra se mueve, porque le duelen los humanos.Que no hay boca en el mundo, que alguna vez, no haya mentido el beso. Que no hay persona en el mundo, que alguna vez, no haya traicionado a otra.Los sabios cuentan algunas cosas, que yo prefiero ignorar. Prefiero el beso que María le dio a Jesús, quizás en Belén. Pero no puedo olvidar, que crecido el niño, debió decir: "Judas, con un beso, entregas al Hijo del Hombre?"Es curioso que todavía, no se haya intentado, con rigor sincero, la historia del beso, en la vida del planeta. No les parece? Diccionario de un loco, la palabra costumbre. Como buen loco empiezo por costumbre, no por la A. Estoy a-costumbrado a empezar por donde quiero yo, no los otros. Costumbre: dícese del costo de la podredumbre, como su nombre lo indica, pero lo disimula bien. Palabra puta si las hay. Es costumbre creer que es bueno lo bueno y viceversa ¿por qué? Aquí les hago jaque a los campeones de todas las teologías, que lo que menos tienen, es la sabiduría de Dios. Costumbre es una costumbre, hasta allí la lógica resulta impecable, aunque insulsa, ya lo se. Es costumbre del macho que sienta una erección ante una hembra como Ornella Mutti. Es costumbre de Ornella Muti no enterarse jamás de aquello que consiguió. ¿se dan cuenta que la costumbre es un desencuentro? Es costumbre de los malos poetas nombrar alba, amanecer, cuando no tienen la menor idea del sol. Los buenos poetas en cambio no acostumbran nada. Dejan que amanezca en sus poemas, sin nombrar el consabido vocablo. Es costumbre de los políticos, decir lo bueno, hacer lo malo… yo que no quiero costumbre alguna, reitero: ¿es bueno lo bueno? rompamos la costumbre, vivamos simplemente… se dan cuenta que no? Si alguien me propone otra palabra, prometo escribir en mi diccionario sobre ella… pero ya sé que ustedes, lectores, tienen la mala costumbre de no leerme, de modo que … me despido nomás. Alguien trazó un signo en el lugar de mi ausencia. No sabían nombrarme, y me llamaron poeta. Mi mente dispara al vacío para volver con la palabra exacta. Palabra llave que no acierta en la cerradura. En vano busco la ventana, en vano derribo los muros. Estás cautiva, alma mía, y no puedo el poema. El mundo es demasiado duro. Mis palabras, blandas. ¿quién romperá este laberinto? ¿quién devolverá alegría a mis penas? Ya no somos los mismos, decía el poeta, y quisiera agregar: nunca lo fuimos. Me quedé solo. Como un árbol enorme en un bosque vacío. Yo que no conocía la sombra, declaro que ha muerto el sol de diciembre. Ahora soy un vagabundo, en un mundo extraño. Ahora la magia no es la magia, ni será sexo el sexo. Me quedé solo. Te fuiste para siempre. Crece una puerta que se cierra siempre en el mismo muro en el muro que tiene la forma exacta de tu alma. Y la ventana, es tu cuerpo. Es un cómodo, que de tan cómodo, se atreve a incomodarse. Alguien que no paga por conseguir aquello que siempre debió ser gratis, compartir con otro ser humano.- El lector internauta es un bicho raro. Se disfraza de normalidad, pasa desapercibido, se camufla en el mundo de todos los días. Pero en algún momento, curioso incansable, tiende un puente al vacío y vuelve con las manos llenas, de aquello que no imaginaba.-Se zambulle a Internet y navega con libertad absoluta. Y sueña nidos de pájaros en el mes de Enero, y se sacude el miedo de las jirafas en la casa de los enanos, y juega y siente y aprende y ama y odia y se anima a todo y el tiempo le parece nada. Yo no escribo para mi mismo. Si así fuera, no publicaría mis intentos. Yo escribo para ese, para esa, para los lectores internautas. Y no me va tan mal. Hasta una vez, incluso, alguien se atrevió a darme lo que no tiene a mi… si a mi… que no lo soy. Es decir, alguien, leyendo, parece mentira, pero creo… que se enamoró de mi (las intimidades no las cuento… si les gusta… sigo después).- Termino de parafrasear a Lacán, y me doy cuenta, cosas lacaneanas, que quizás… fui yo el único en enamorarse. Qué puedo hacer, me elogio a mi mismo nomás. Salud! en noche muda ensayo la palabra para alumbrarte ningún secreto tiene la luna blanca sobre tu piel encuentro tu alma blandiendo poesía sobre mi cuerpo. Un gato negro caza ratas coge gatas corre por la cornisa de un cementerio se acurruca sobre la tumba de su antiguo amo lame la foto: ¿la besa? Nadie conoce la psicología de los animales. De los poetas, tampoco. Allí donde soy el niño que fui juego al santo que devuelve su vista a los ciegos juega al ciego que devuelve su riqueza a los pobres juego a los pobres, que devuelven su amargura al diablo juego al diablo, que fornica con las esposas de los ricos y las devuelve santas, y a los ricos, los mantiene ciegos. Allí donde soy el niño que fui luce una oscuridad sin nombre más hermosa que la luz. Ornella Muti es horrible. En las películas tendría que salir como musulmana con la cara tapada, para no asustar al espectador. Y que no nos mire con esos ojos, asquerosa mirada. Stephen Hawkins, un ignorante. Mejor se hubiera dedicado al deporte, que para la ciencia anda flojito. No hay escritor tan estúpido como Borges. Uno de los tantos malvados de la historia, que ahora tiene fama, es ese tal Mahatma Gandhi. Dios no existe. Y yo estoy aburrido…¿y qué? Aunque apague la luz, sigue existiendo el espejo. Ya no conoceré mi rostro el que debió mancharse de barro de tanto exorcizar al mundo. Pero me queda la alegría de otros saberes, el sabor del chocolate y el vino tinto, mirar el mar en una tormenta o besar tu boca. Ni rompí el espejo, ni derroté la muerte. Y lo mismo alumbra mi alma, tu sueño. Ella alegraba mi soledad biológica y sepulté en el infierno una erección que nunca fue suya. Hubiéramos tenido un hijo con la cabeza de Stephen Hawkins el corazón de Luther King y la piel de ella. Pero el olvido derrotó los diálogos que manteníamos y ya ni siquiera, me conmueve su boca. Ni la quise, y ella tampoco, pero el destino quiere que la recuerde en este poema, para volver a olvidarla. Ahora que la brújula señala inderogable el sur inderogable yo me alegro y canto una canción más hermosa que el llanto. Nos habían robado la luna en una noche oscura hasta que inventamos el sol y amaneció. Esta es la tierra fecunda de los desaparecidos Esta es la patria de la humanidad que lucha Esta es la mesa donde se sientan a comer manjares Luther King, Mahatma Gandhi y Carlos Marx. Era cierto. Cortaron todas las flores, y nos duele. Pero era cierto. No pudieron impedir la primavera. Ahora la brújula señala al sur y tú… amigo norteño… ¿qué esperas para agacharte? tan alto no puedo ayudarte tan alto no puedo darte un abrazo… ¿qué esperas? ¿qué esperas para agacharte? Ahora la brújula señala al sur con su corazón de acero, con su voz de fuego canta conmigo, hermano norteño, la canción más hermosa que el llanto. Veremos florecer la rosa de oro en el mismo lugar donde sembraron el veneno. No lo olvides, el triunfo humano, es inexorable. El sur clama y calma y ya se divisa clara, la alegría de la mañana. Soy agua de un río antiguo y mi destino es crear el mar. Soy fuego de palabras nuevas que quieren incendiar el mundo. Soy aire donde flamean mis amigos caídos en el combate. Soy la tierra sometida y muda que por mi boca puede hablar. El poeta, ese soy, el que sirve para nada, y en la otra orilla… conquista la verdad. Hay instantes en que reconozco mi instinto,y vuelo sobre el tiempo, pesadillas de un demente arropándose en el miedo. Así los viajes son refugios para medir la sangre,o días en que se esparce el hastío flotando en parcelas imperfectasdel alma. Sin embargo percibo los primeros designios:esa mano hechizando al único hombre que miro su espejo,la mesa abandonada por el arrebato de la enajenación del hambre,y el cuerpo destrozado para que la victoria reconozca su propio límite. Cuando lo líquido de mi piel escapa, el pálido inventarioal que acudo en sitios como éste,me enardece,porque suena un humo triste ente los dedos,y fatigosamente lloro como repitiendo frases ajenas, sin destino ni perduración. Con los rastros de mi última sonrisa me concedo la tentación de ser otro. Guillermo Capece Bálsamo infalible y económicoQue cuesta lo que cada quien elijaEntre el polvo de este lugar y el mas cósmicoCuando no tener idea es una idea fija ...Rey de reyes que perdieron su tronoPor ser esclavos de su excesiva conquistaSi yo otra vez me auto coronoProclamo a viva voz que soy artista !..y no por consensos mayoritariosSino por como quien se decreta libreAsí que ya no hay critica que asuste...Pues cuando uno pasa de calvariosGana autoridad para determinar el calibreDel disparo que apunta a que el resto le guste.... Maravilladacon la mirada de un niño de puebloal saborear el misterio del eclipse Dejando dividido el resquebrajado tiempo de las mil esperasal saquear mi boca besada en el desorden Lila, su extraño nombre abreviado en el resplandor de un deseo,maquillada de estrella erranteen el carnaval de las heridascreyéndose mareafingiéndose fuegotornándose magiatornándose verboen el alucinado latir de la esperanza... Si pudieras resumirel eco de tu presenciaentre los destellos de un torrentevaciado en mis lágrimas...si pudieras resumir con tu vozla mudez de los pájarosque se abandonaron al cielo,seguramente arrancaríasel núcleo de mi falso nombrey lo harías viajar por el huracán de la palabra Si tan sólo lanzaras una bengalasobre la herrumbre de mi pechocuando los cristales y la vigiliase retratan de antiguas heridas...si pudieras llegar hasta aquícuando la madrugada arde en mis ojos y me pesa el ayer,seguramente una luz erizaráel desesperado pelaje de las sombrasiluminándolo todo dentro de mí Si pudieras florecermeen la prodigiosa nochecon cerrar tus párpadosy darme el signo de tu frente,seguramente emigraría mi pielhacia los lindes del sueño...... sueño brotado de la nada y la piedraconfundiendo en azar al destinotransformado en vos misma Sueño que si perpetuaras en vosla silueta de las gotaspara ungirte y ser lluviaseguramente la verdad beberácon tu boca en mi boca,su único milagro. Verde Federico:yo hubiera querido estar en el momento de los gritos,o de los silencios heroicos;en el momento de las espadas,cuando caíste en tu agua bajo lluvia,mientras los cerdos, enamorados de las banderas subterráneas,tomaban el sol de mediodía. (La soledad de las últimas habitaciones mortifican la memoria.Hay ventanas abiertas, y quedarán así en el invierno.Es raro,pero caen ahora hojas marchitasy me gustaría jugar con ellas.) Verde Federico:desparramo tus gitanos en la mesa,donde con Miguel y Manolo tomamos la sopa de la noche.Tu vestido queda ajado por los toros de la vida,y ni siquiera Nueva York te salva, Federico,porque estás próximo a morir,a caer bajo las balas levantadas a velocidad de la muerte,quizá por el mismo gitano moreno que en tu verso montaba a caballoy era el jinete más audaz de toda Andalucía. Duermescon una palabra entre los labios,con un ramo de hielo en cada mano,bajo las calles empedradas de "pájaros" nocturnos.Al fondo de la tumba llevas,una porción de magia, de manzanas de fiebre,de sábanas de lino. El viento te saluda,las tierras de Granada borran tu contorno,tu sonrisa mira los espejos de la vida.Y se refleja. Guillermo Capece Para un aprendiz de escritor, para un balbuceador profesional de poquedades, para un emisario de la nada que busca el oído de ninguno... susurrar un escrito cualquiera es un acto estúpido de magia mayor.-A ello me avoco brevemente, en esta segunda parte, que si la primera salió como el culo, no puede ser menos.-Lego a todo aquel que me lea, la alta erudición que nunca tuve, la perfecta forma escrita que jamás logré, y la alegría que ahora me embarga.-No esperes a mañana para escupir mi tumba. Estoy tácito como sujeto de este escrito aberrante. Tus insultos, tu admirable desprecio, los necesito, para saber que al menos, en la reprobación, estoy escribiendo. Hay algo, solamente una cosa importante, que me gustaría decir, y no se hacerlo bien, aunque lo intento. Bástame decirte por ahora, una cosa: es un lugar común de nuestros días, afirmar que Dios no existe. Te puedo asegurar que tengo la constancia plena de su existencia y por eso escribo. Doy testimonio que una vez miré que caía una estrella, corrí a la Biblia y leí... "Yo veía a Satanás caer como una estrella, antes que el mundo existiera"... Jesús, el Cristo.-Desde entonces... no supe que hacer, no supe otra cosa que hacer para lograr transmitir la experiencia... con palabras. Y ya lo ven, apenas si puedo balbucear este escrito torpe. Pero es verdad, y me consuelo saber que no miento. Alguien que me salve.Que me quite la angustia de no poseerme.Que me enseñe que los muros pesan más que las pobres palomasque vuelan en su alto.Quiero que mi soledad me conteste por vez primerapara quién estoy.Yo, que fui el francotirador inasiblesoy ahora el eco lejano de lo que fui.Me inundan las máscaras, el olor de los moribundos,el terror de encontrarme con ellos bebiendode la misma copa ácida su vino.Si vinieron a matarme, que me maten ya.Pero que no me hagan tragar el humo vacíoque siempre llevan en su rostro.Los odio porque una vez los amé.Teñidos de mariposas venían a tracionarme.Usurpaban cada hueco de mi corazón.No sé si quiero que alguien me salve.Los músicos con sus cántigas dirán el resto. Yo soy el que espera. Guillermo Capece Soy el camino de mí mismo y la desolación que se abraza a su senda,y tiembla, y borra las huellas para que no me persigan. Estoy vacío de esos animales etruscos que me regaló la partidade unos ojos girando al viento. No puedo confiar en los sueños porque alguien les pone un asesino dentro. Me acuno cuando no me veo pues la vergüenza tiene el ropaje largode los locos. Hoy es domingo, y he estado todo el día ausente. Guillermo Capece IYa oscureció la tierra.Difícil es tener tu boca apretada.Tu estatura cerca de mi rostro.Sí, yo se. Es difícil.Se le caen a uno las montañas.Los lagos se hacen charcos diminutos.Todo es difícil.Compartir la sonrisa con vos.O este barco que nos quitan.¡A partir! ¡A partir!¿Pero cómo?Si nuestras plantas penetran en recodos de clausura.Alguien saldrá a gritarnos nuevamente.Debemos tener cuidado. Salvarnos. Pero ahora fumemos en silencio. IIEn qué quedó esa idea transparente,ese cuerpo sobre el que juramos tantas cosas sencillas.Una ilimitada ausencia marcó las señasde tus grandes ojos.Quedarse solo y recordar al otro díalas sombras de los pumas,las desoladas bestias persiguiéndose,hundiéndose conmigo como una gran casa de celos,sumergiéndose,perdiéndose conmigo.Arriba de los cielos, más arriba,la mitad de tu cuerpo fulguraba.Quienes somos, sino aquello que fuimos,sino el pasado de iguales invasiones,de iguales lejanías. Guillermo Capece Querido hijo: Te pongo estas líneas para que sepas que te escribo. Así que si recibes esta carta es porque te llegó, si no, avísame y te la mando de nuevo. Te escribo despacio porque sé que no puedes leer deprisa. El otro día tu padre leyó que según las encuestas que la mayoría de los accidentes ocurren a un kilómetro de casa, así que nos hemos mudado más lejos. La casa es preciosa; tiene una lavadora que no estoy segura si funciona o no. Ayer metí ropa, tiré de la cadena y no he vuelto a ver la ropa desde entonces, pero bueno... El tiempo aquí no es tan malo; la semana pasada sólo llovió 2 veces. La primera vez durante 3 días y la segunda durante 4. Con respecto a la chaqueta que querías, tu tío Pepe dijo que si la mandábamos con los botones puestos pesaría demasiado y el envío sería muy caro, así que le quitamos los botones y los pusimos en el bolsillo. Al fin enterramos a tu abuelo; encontramos su cuerpo con lo de la mudanza. Estaba en el armario desde el día en que nos ganó jugando al escondite. Te cuento que el otro día hubo una explosión por el gas de la cocina y tu padre y yo salimos disparados por el aire cayendo fuera de la casa; ¡qué emoción!, Era la primera vez que tu padre y yo salíamos juntos en muchos años. El médico vino a la casa para ver si estabamos bien y me puso un tubito de vidrio en la boca. Me dijo que no la abriera por 10 minutos y tu padre ofreció comprarle el tubito. Hablando de tu padre, ¡qué orgullo!, te cuento que tiene nuevo trabajo y es superior a 500 personas, ya que está sobre ellos. Lo contrataron de cortacésped en el cementerio. Tu hermana Julia, la que se casó con su marido, por fin dio a luz, pero como todavía no sé de qué sexo es, no te sé decir si eres tío o tía. Si el bebe es una niña, tu hermana va a nombrarla como yo. Se nos va a hacer muy raro llamar a su hija "Mamá". Tu padre le preguntó a tu hermana Pilar que si estaba embarazada, ella le dijo que sí, de 5 meses ya; pero ahí tu padre le preguntó que si ella estaba segura que era de ella. Dijo que sí. Moza de hierro tu hermana Pilar, qué orgullo, de tal palo tal astilla. Por cierto, que tu primo Paco se casó y resulta que le reza todas las noches a la esposa, porque es virgen. A quien nunca hemos visto más por acá es al tío Venancio, el que murió el año pasado. Tu perro Puky nos tiene preocupados, se empeña en perseguir a los coches que están parados. Aunque peor es lo de tu hermano Juancho. Cerró el coche y dejó las llaves adentro. Tuvo que ir hasta la casa por el duplicado para poder sacarnos a todos del coche. Bueno hijo, no te pongo mi dirección en la carta, porque no la sé. Resulta que la última familia de gallegos que vivió por aquí se llevó los números para no tener que cambiar de domicilio. Si ves a Doña Remedios, dale saludos de mi parte; y si no la ves, mejor no le digas nada. Tu madre que te quiere. Josefa. P.D. Te iba a mandar 100 euros, pero resulta que ya cerré el sobre. ¿Y ahora que hago con esta soledad?¡Herrumbrarme!¿Gastarme a muerte en versos que no riman?Rimarme con las sombras del silencioPara que los demonios del tormento¡me sonrían!¿y cómo se vive en esta eternidad?¡un minutoQue se burla cual si fuese una centuria!Azules fracturados se destiñen,Diamantes que en mis manos de derriten¡por mi culpa!¿Do yace lo feliz, lo que antes era?¡AgonizaTras la pérgola falsaria de la duda!Y camina en la arena y se quema,Y camina en el desierto a la espera¡de la lluvia!¿Qué importa el mañana y su promesa?¡nada importa!La fuerte necedad de esta locuraNo acepta la soberbia de las rosas,Ya es mía la cadencia de estas horas¡también tuya!Danzaran las ganas que no duermen¡ni de noche!Con el humo del pucho que desgarro,llegarás, moraras aquí en mi pechoPorque yo así lo exijo, así lo quiero¡porque te amo!CEMENTO.-PROTEGIDOS DERECHOS DE AUTORCódigo: 1004266112209 Julia no sabía decidirse entre la terrina de quesos o el crepe relleno. Eso de entrada, pero como primer plato no estaba segura de pedir la trucha en dos salsas o el lomo con duxelle de champiniones. Después de todo, lo que más le interesaba en ese saloncito paquete, era jugar un poco y ver los colores de los platos servidos por mozos lánguidos, en uno de los cuales le pareció ver al muchacho de La Cantábrica en ese sueño que no había olvidado.-No será la primera vez que me asome a un espejo y vea las huellas de mi rostro- ironizó para sí mirándose al espejo donde también se reflejaba la figura de Sergio.Él la había invitado a almorzar para decirle ¿qué?. Si el barco se hundía -se dijo- ¿él querrá salvarlo? ¿Por qué no levantarme y dejarlo solo? ¿Para qué acepté la invitación?Sergio estaba distraído. Ella se apuró a pedir y el mozo anotó con diligencia pero con cierta rigidez. Esto la divirtió. Luego el muchacho anotó lo que Sergio le dictaba.-Me llamo Fabio- dijo el mozo- estoy a sus órdenes; que tengan un agradable almuerzo.Y, mientras el mozo se iba, ella volvió a jugar otra vez con el espejo en la pared: los ojos tristes de Julia; los labios quietos de Julia como si recién terminaran de crecer."Aquí pronto se instalará una mueca y no lo podré evitar", pensó. En el espejo se miraba las manos y el busto, pequeño pero todavía erguido."Pronto esto se terminará. Seré vieja," se dijo.Y añadió para sus adentro:"Estos juegos comienzan divertidos y terminan crueles." "¿Por qué tener esta visión partida de la vida?"Porque ella también amaba el sol que entraba, y los colores de la comida que ahora le servían, y estaba segura de que también podía amar al muchacho de chaleco negro, algo desgarbado pero de manos finas, que a cada momento quería ser cortés.Lo miró sin disimulo y él se dejó observar. Luego volvió a mirar en el espejo y lo vió reflejado sirviéndole el vino.Mientras le ofrecía el primer plato le pareció que las manos del muchacho danzaban sobre la mesa.-Me entristece el campo a la hora del crepúsculo- dijo ella antes de que Sergio le preguntara por qué lo decía.-Cuando era chica me daba miedo ir al circo- dijo sin oírlo - un caballo se volvió rabioso, ¿sabés?,y saltó de la pista a los palcos.-El caballo se volvió rabioso o loco -repitió- ¿nunca supiste de un animal loco?Él le tomó la mano e hizo un esfuerzo para escucharla pues en realidad estaba pensando que todas las mujeres tenían algo de estúpidas.Ella se levantó para ir al baño con la idea del caballo rabioso y en Sergio, tan lejano.Pasó por la pequeña salita vacía dispuesta para que los clientes jugaran al billar que le pareció de un amarillo intenso, y vió al mozo, apurado, pero atenta a ella. Julia sabía que auque él no lamirara decididamente, había despertado su interés.Cuando salió del baño lo vió otra vez, y un ardor le subió al pecho."Dios mío" -pensó- "no poder amarlo ahora sería un castigo."Al pasar por la salita de billares entró. Se ocultó en el momento que el muchacho pasaba nuevamente. Esta vez la miró. Ella lo llamó y le pidió café. Cuando regresó con el pedido la vió recostada contra la pared, y no pareció asombrarse. Estaba acostumbrado a las trangresiones de algunas clientas, y por eso fue que no le acercó el café sino que lo dejó sobre la mesa de billar y cerró el cortinado. Se quedó frente a ella. Julia vio que el cuerpo de él se recortaba frente a la luz, y lo abrazó humedeciéndole la cara con los labios. Las manos del muchacho resbalaron sobre el vestido de ella, y lo subió de a poco, mientras la llevaba hacia la mesa de billar. Comenzaron casi en silencio, con pequeños quejidos de ella, y el silencio de él.Pronto Julia sintió la sensación dentro del pecho que el caballo loco del circo repetía la escena del asalto hacia el público. Creyó que su corazón galopaba hacia la libertad.Más tarde,mientras arreglaba su maquillaje, se sintió poderosamente libre. Rápidamente busco dólares en su bolso y los dejó debajo de la tacita de café. Fabio que la observaba, rechazó el gesto.Tuvieron un breve dialogo:-Soy de Mendoza, tengo viñales, no necesito dinero- dijo el hombre ya fuera de su máscara de mozo.-¿Y por qué trabajás de mozo? -preguntó al instante Julia.-Soy el dueño del restorán, y a veces me entretengo en atender las mesas sólo para conocer mujeres como vos.Julia no supo si eso era un halago, y no respondió.-Tengo una cadena de restoranes en sociedad en Mendoza, y otro en Puerto Madero- dijo el muchacho algo desgarbado pero con cierto orgullo.-No sé qué pensarás de mí- susurró Julia.-Cuando uno hace estas cosas no piensa nada más que en el placer instantáneo -respondió seguro.Y se fue dejándole una sonrisa.Sin embargo ella sintió que esa rápida aventura no era ni mas ni menos que una mariposa detenida en mitad de su corazón, pero dispuesta a volar en cualquier momento, por ejemplo en cuanto Sergio la mirase y le indicara la comida.-Se enfrió el lomo.Ella balbuceó una disculpa dispuesta a no dejar volar esa mariposa. Iba a pasar la lengua por el interior de la copa de vino por segunda vez, cuando la orden de él la detuvo:-No hagas eso.-Eso es lo que me interesa hacer en este momento. Lo quiero hacer.-A veces parecés una chiquilina caprichosa. Mejor comete el lomo. Es un plato muy caro -y Sergio enlazó los ojos de ella con una dura mirada.-No lo quiero, está frío- protestó ella mientras apoyaba su lengua en el cristal de la copa.-Comete el lomo -repitió él. Con un soneto vengo a enamorartecon este cuarteto abro y me dirijo,ojalá que no salga tan prolijo,que digno de ti, logre encantarte. En este cuarteto el alma se me parte,no obstante yo sigo y no transijo,te lo juro ante un sacro crucifijo,que a Petrarca le robaré su arte. En el primer terceto me acomodopara decir que ya no habrá ni modo,porque olvidarte, vida, yo no puedo. Y en este terceto digo, aunque duela,pues tu desdén me da dolor de muela y transido de amor, asi me quedo. Te vi corriendo en el trivial caminoquebrado el corazón de horror y miedo, te vi los párpados cansados, tristes…y a tu dolor escribiendo.Lluvia derramóse en tu piel de polvo cual ósculo de agua en el desierto,una lágrima miraba entre las gotas…y tus párpados cayeron.Tu alma sufre las caricias muertasde aquellos que no están ya en tu sendero,gime un zorzal en tu voz dormida…gime por ellos.La estepa que morabas, agoníade ave remontando el turbio cielo,caló en la gris arena de tu alma…llantos, espectros.Impío ardor que ulcera el alma gotas de vida en la arteria del tormento,alejóse la huella de tu infancia hermosay de tus sueños.Aurora de la vida en la dulce primaveramarchóse hacia el crepúsculo imperfecto, Colgada la ilusión al sol poniente de tu invierno.Y semblantes que fumígenas deambulan,¡cuál estrofas en papiros sempiternos!remojábanse en las lágrimas copiosasde tus recuerdos. Bordeando el precipicio de las penas,líado en la garganta todo anhelo, soledades, añoranzas y suspiros…por quienes se fueron.Trocóse en mi la infausta intemperie, con sales de tu mengua en el siniestro,tu vista atormentada impenetrable…a mis silencios.Besos estallantes, por tu faz de diosa,de mi oráculo infernal se desprendieron,¡coro bruno y arisco que reclama!tus oídos sedientos.Garfios rojos en la mar se mezclan,azules que reencarnan púrpuras y negros,el sepia ha fenecido ante tu mármol…como yo lo ordeno.¿cuántas veces el grito del osario,reclama tu pasión con tono austero?¡mas yo robe tu pose del olimpopara mi imperio!Pues yo acaté la orden de la mística,y en tu regia luz ardí al son violento,en la flama, que echa luz y no se apaga,de tus plectros.Serena brisa danzando en las praderasbálsamo que alivia las heridas del guerrero¡la calma sosegada y mi refugio!tras el viento.Venerable efigie en el santuario mío,silueta de esta fe que hoy profesodestellando tus azules refulgentes entre el incienso.Menguando la quimera y el destinoel signo de la suerte hemos impuesto,¡la hormona exasperada también canta! en mi deseo.Tertulia montaraz entre las pielesque unidas revelaron los misterios,¡coito y desayuno en la montaña!¡amor malevo!.CEMENTO.-Protegidos derechos de autor.Código: 1002185547676 En la rama erizada y prudentearrastrando su honor busca amparoy entreteje un capullo mierderoa donde esconder su pudor de gusano;pero al beso, rigor de la púaque la espina le clava en los labiosse derrama en los suelos, cual lágrima,y sirve tan solo de abono a los pastos.Sacrificio mordaz que le impidesacudirse la culpa en las manos,porque dobla rodillas, rompe alascuando siente el tonelaje del pasado;no se tapan los huecos del almacon la imbécil sanción de un contrato:allí suelen pudrirse ya infectoslos cadáveres de sueños muy soñados.La vergüenza apostada en sus sienesle conmueve el talante de pánico,mas si vibra el deseo escondido¡le arrancar gemidos, deseos mojados!Pero cae, fenece, despiertaen la ruin soledad de su páramoy no puede secarse las lágrimasyaciendo a la sombra brutal de sus pánicos.Alla va, como un beso perdidoaleteando con rumbo extraviado,del sopor de algún muro invisibleal bello dolor de algún muro bastardo;del tenaz e impiadoso supliciode la marcha fugaz de los años,de las ganas, del semen y el flujoal rigor de tener que cumplir lo pactado.De la obtusa caricia en la frente,que bordada de lineas y encantosaun protege el cosmos sublimedo estallan mil versos por cada calvario,¡de esa simple caricia apagadadonde no hay humedades mojando al procaz sentimiento pechandopor ver como bailan querubes y diablos!Del romántico sitio perdidodonde no hay ni mentiras ni engaños,al blasón de lo obvio y lo lícitodo solo se ensueña hasta el canto del gallo,de la mísera etapa marcadapor las leyes del mundo tiránicoa los vuelos azules y libresque buscan descanso en un pecho, abrazados.De la tumba llamada esperanza,esa forma sutil de maltrato,a la horrenda certeza del tiempoque trae la muerte entre risa y sarcasmo,¿donde vas a dejar que los huesosse transformen en piedra y en barro?:¿mariposas que viven de sueñoso gusanos que realizan lo soñado? CEMENTO.- -Buenos días, papá- y era la tercera vez que lo repetía-; buenos días, papá-volvía a decir.Entonces saltaba de su cama, recorría el flaco pasillo, y se internaba en el baño.La ducha, el agua fría, no le daba la grata euforia que necesitaba. Entonces trataba de secarse con la amplia tohalla, y se envolvia en ella imaginando que era el maharajá de Kapurtala, y mientras orinaba en el bidet, pensaba en cómo pasar ese día,vigésimo de diciembre.Ese diciembre que le calcinaba los huesos, porque se presentaba caluroso y húmedo como ninguno, y ya podía ver que lo había jodido bastante al pelarle la espalda el sábado anterior,en la pileta de Ricardo.Volvió a tener ganas de orinar, pero eran ganas nada más, porque al enfrentarse con el bidet,un chorrito indeciso se asomó por su pijita. Se la metió dentro del calzoncillo, se miró al espejo, se hizo alguna íntima pregunta que no contestó, y salió para atravesar otra vez el pasillo.-Buenos días, papá- dijo esta vez con voz más firme. Y siguió hasta la cocina:el mate,el café,el té, el vino. EL VINO. El vino era lo que conformaba su paladar aquella mañana de diciembre. Y mientras saboreaba su aspereza, se le ocurrió pensar en el viejo, en la navidad que ya llegaba,en lo llagado de su espalda, en Leticia, (en la costosa Leticia) que todavía se negaba a todo, y por último en él. Aquí se sirvió otro vaso de vino. ¿Quién era él?Sí.Le gustaba vestir bien.Andar por el centro mostrando exactamente lo que se debe, y lo que no se debe dejarlo para Leticia (cuando se decidiera), o para Ricardo, siempre que mediara un golpe de teléfono. Y mientras tanto, ¿qué?. Ir al bowling, caminar hasta el puerto, o tomar sol en Saint Tropez,y soñar con ese viaje a Río en Carnavales que le había prometido Ricardo.Después... su vida estaba ocupada con tantos sueños...; quería navegar, irse, tal vez a Europa. Pero no por el hecho de conocer Europa. París, Roma,Milán, eran sin duda lindos lugares. Pero no era eso loque realmente importaba. El hecho substancial era viajar en barco; sí, en barco..., a semejanza de esos barcos que mamá le hacía a los ocho años, doblando con ternura la hoja de diario y dejándolo reposar en la bañera. Creía que el fondo del mar era blanco, y que las fuerzas de las olas tenían, exactamente, el ritmo que le fijaban sus pequeñas manos.Pero ahora había pasado tanto tiempo... -Buenos días, papá- dijo esta vez con bronca, mientras servía hasta el borde otro vaso de vino. -Buenos días, papá- gritó mientras pensaba decir cálidamente -queriendo deshacerse de ese raro remolino de angustia- buenos días, mamá... cómo estás hoy?, buena y linda como siempre, mamá; mi mamá. Aquí traje el papel para los barcos. Pero la memoria de las tardes encerradas en el baño, viendo viajar ilustres barcos a los que mamá bautizaba con extraños nombres, no conseguía atenuar la tristeza grande que sentía,ni su gastada melancolía actual. Él era un hombre simple, gozador delas cosas sencillas, amante de la naturaleza, leal para los amigos...; pero había cosas en lo íntimo de su vida que no entendía.No estaba claro para él por qué al pasar por la habitación del viejo debía saludarlo, siendo que siempre dormía, o, en el mejor de los casos, leía el diario, y no le contestaba. Jamás le contestaba, y había llegado a pensar que el viejo estaba sordo. Pero no. Algo golpeaba en su cabeza, y en el sentido literal de la palabra. Algo se doblaba y rompía cuando saludaba al viejo. No era importante que no lo oyera, o que lo oyera y no le contestara. Entonces,¿qué era lo que en rigor lo perturbaba? Aquella mañana lo había descubierto. Lo había descubierto en la cocina, mientras llenaba otra vez el vaso de vino. El lugar vacío al lado de la cama que ocupaba el viejo era la clave: el lugar que ocupaba mamá en vida. -Buenos días, papá- dijo esta vez entre sollozos.-Buenos días, hijo- dijo el padre apareciendo en el marco de la puerta.Y él se entregó a sus brazos y lo abrazaba, lo abrazaba, mientras pensaba en viajes lejanos y múltiples, en viajes claros y magníficos.-Buenos días,papá- y lo miró a los ojos llorando plenamente. -Buenos días, hijo- dijo el viejo casi con miedo, sin entender, -buenos días, hijo. Si el corazón se secacomo fruto abandonado en tiierra,si los sentimientos se hacen piedra,si todo es desierto y arena yertaen los espacios vacíos del alma...¿en qué quedará tu vida? El dolor no es suficiente excusapara dejar los campos sin siembra. Es preciso alimentar la luz de la lámpara vertiendo en ella el aceite que la sostenga.La lámpara del corazón necesita el aceite de la esperanza,el aliento de la ilusiónpara que arda su llamaen medio de las tinieblas amargas. E.G.M.
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Eduardo Fabio Asis
María Ester Rinaldi
Te dejo un cálido abrazo.