• José Orero De Julián
diesel
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¿Os imagináis un dolor tan profundo que se mete en el alma? ¿Os imagináis una traición tan grande que te duele hasta el corazón? ¿Os imagináis una soledad tan enorme que no se puede encontrar ni un solo consuelo? Sólo unas pocas mujeres fueron capaces de acompañarme en aquel "via crucis" personal. ¿Dónde estaban aquellos hombres que decían ser hombres? Pues todo esto que lo sufrí yo en mi propia persona compararlo con el sufrimiento de Jesucristo que fue un millón de veces mayor aunque pareza imposible y ya sabéis a qué santo y seña viene lo de "Padre, perdónales porque nos saben lo que hacen".
Consulto el Diario "As" de hoy: "El silencio de Cristiano bloquea al Madrid. El club sigue pendiente de sus órdenes y tiene paralizados sus fichajes y las salidas. La ley del silencio que se ha puesto Cristiano sin conocerse su deseo de abandonar al Madrid mantienen en vilo a la afición blanca". Chulería insoportable. Por muy Cristiano que sea este futbolista de la llamada élite mundial (y no sé si será un cristiano verdadero pero la verdad es que no demuestra serlo porque como dice la Biblia por sus hechos los conoceréis) el gran presidente que fue Don Santiago Bernabéu no lo hubiese consentido ni tan siquiera una hora; porque de inmediato le hubiese puesto "de patitas en la calle" y jamás hubiese vestido de nuevo la camiseta del Real Madrid ni tan siquiera en algún partido de homenaje que, por supuesto, no se lo merece. Pero es que la diferencia que existe entre aquel presidente llamado Don Santiago Bernabéu y éste tal Florentino Pérez es verdaderamente abismal.   Don Santiago Bernabéu no lo dudó ni un instante en decirle al gran futbolista Alfredo Di Stéfano, el mejor jugador de todas las épocas que hizo por el Real Madrid tanto que lo confirmó como el mejor equipo del mundo y no este tal Cristiano Ronaldo que sólo ha triunfado gracias a que el Real Madrid tiene una sensacional plantilla, que su época en el equipo blanco había terminado y que le agradecía todo lo que hizo por el equipo pero que si quería seguir jugando en Primera División de la Liga Española que se buscase otro equipo porque en el Real Madrid ya no jugaría más. Y el gran Alfredo Di Stéfano (el mejor futbolista de todos los tiempos) tuvo que irse a jugar al Real Club Deportivo Español de Barcelona porque Don Santiago Bernabéu no se echó jamás para atrás. Y eso que Di Stéfano fue siempre todo un caballero que nunca jamás hizo desplantes ni chulerías con el Real Madrid ni su afición (le ovacionaran o le abuchearan) y no como este "niño mimado" que se cree el "dios del fútbol mundial" y que se pone a "lloriquear" cada vez que le silban.  ¡Don Santiago Bernabéu no lo hubiese consentido y a estas horas ya hace tiempo que habría dejado de ser jugador del Real Madrid y tendría que buscarse otro equipo en España o fuera de España porque Don Santiago sí que los tenía "bien puestos"! Y todo esto es una gran verdad. Quienes fuimos testigos de aquello con lo de Alfredo Di Stéfano y lo que sucede hoy con Cristiano Ronaldo sabemos que es una gran verdad. 
He aquí un gran artículo periodístico publicado por Antonio Arco en el diario "La Verdad" (de Murcia) el domingo día 2 de julio del año 2017 después de Jesucristo. Se llama Julen Mendoza Pérez y es alcalde de Rentería. Es de Bildu y ha hecho historia. Ha dado un pequeño gran paso. Ha mostrado un rostro humano. Ojalá algo haya cambiado, porque el camino es largo y la Historia tiende más pronto que tarde a repetirse. Le gusta la sangre, a la Historia. El miércoles pasado se convirtió en el primer dirigente de Bildu que, a pecho descubierto, homenajeaba de verdad, y no sé si de corazón pero sí con todo respeto, con palabras de consuelo que actúan como bálsamo, con visión de futuro y como una apuesta por la esperanza, a tres víctimas de ETA. Tres asesinados. Tres vecinos de su propio pueblo que, abruptamente, dejaron de estar para siempre. Tres tragedias, tres absurdos actos criminales. Actos cobardes, como todos los de la banda ETA.  Tres vecinos que los asesinos se cargaron con toda premeditación. Por nada. Sin culpa alguna. Tres más, entre otros muchos, que cayeron al suelo, ya sentenciados o directamente cadáveres, bajo las gotas enmudecidas de lluvia en mitad del vuelo precipitado de unos pájaros asustados por los disparos, desamparados ante la indiferencia de muchos de sus paisanos que miraban para otro lado antes y que, también, lo siguieron haciendo cuando se cruzaron con sus féretros, con sus hijos hechos polvo, o con sus madres y padres caminando como muertos ellos también. El horror no es tímido.  Los homenajeados el pasado miércoles eran tres hombres. Dejaron viudas que tuviero que aprender a convivir con el dolor y con tener que cruzarse en pasos de peatones y pescaderías, en los parques públicos y a plena luz del día, con todos aquellos que bendijeron con su silencio los crímenes, que los creían justos o necesarios, que no se turbaron. Julen Mendoza Pérez no se fue por las ramas de la sinrazón y la chulería, por las ramas de las comparaciones odiosas y el bochorno de meter en el mismo saco a víctimas y verdugos. No, sus tres vecinos fueron asesinados por tres desalmados bien armados de malditas razones y de odio. Tres vecinos asesinados. Uno de ellos, el militante socialista, afiliado a UGT y de profesión policía municipal, llamado Vicente Gajate. Todos cuantos le trataban sabían del amor que sentía por su esposa, Purificación, que se enamoró de él perdidamente cuando, con 15 años, coincidieron en un baile de esos en los que parece que toda la Tierra está de buen humor.  Pasados los años, jamás ha podido olvidar la imagen de su marido acribillado, tumbado sobre la acera como un pequeño navío encallado en esa misteriosa costa que da paso a un Más Allá del que nada se sabe. Paados los años, el número 5 la sigue inquietando como quien escucha campanas muy lejanas: había escuchado cinco detonaciones previamente a escuchar como su propio corazón se rompía.  Otro de los asesinados homenajeados, José Luis Caso, fue elegido concejal del PP en Rentería en unos tiempos pésimos para ello. Seguro que, en algún momento, un sudor frío acompañaba el temor que se le cruzaba por la cabeza pensando en la decisión valiente que había tomado. ¿Cómo es posible que no se les caiga la cara de vergüenza a todos estos corruptos del PP pensando en sus honrados compañeros asesinados? Llegado diciembre de 1997, estando en un bar le volaron la cabeza rumbo al cementerio. Pero supo a poco para sus asesinos el placer de aniquilarlo, porque también su sucesor, Manuel Zamarreño, corrió la misma negra suerte cuando iba camino de comprar el pan nuestro de cada día. Una moto-bomba lo redujo a escombros de carne. Qué asesinos de mierda, que rio de cadáveres dejaron a su paso.  Julen Mendoza Pérez, alcalde 'abertzale' de Rentería decidió convocar en el Ayuntamiento de todos -claro, no nos engañemos, en contra del deseo de demasiados de los suyos-, a la viuda del socialista José Caso, Juana; y a Nihara, la hija del popular Manuel Zamarreó, para entregarles un ramo de flores, sin florituras ni dobleces, y descubrir junto a ellas una placa en memoria de sus seres queridos, que lo son también un poco de todos nosotros. Se le vio sincero, consciente del irreparable dolor provocado neciamente. Poniéndose en el lugar del otro. Eran vecinos de su mismo pueblo, no eran enemigos de nadie. Pidió perdón, en nombre del Ayuntamiento y de sí mismo, por si "en algún momento no hemos estado a la altura, no os hemos acompañado correctamente o hemos dicho y hecho algo que pudiera haber añadido más dolor al que ya padecéis". No pudo escucharle en vivo Purificación, la viuda de Vicente Gajate, que no asistió al acto. Pero que nadie se confunda, ni vea en ella ápice alguno de revancha o animadversión hacia la iniciativa del alcade de Bildu. Envió unas emocionantes palabras que no admiten discusión: "Estoy segura de que a él le hubiera gustado este acto". Seguro que sí. No nos quedemos en que llega con retraso. Celebrémoslo. 
Ríen las aguas del río. Los álamos, con sus barbas blancas, elevan sus copas a un cielo por donde vuela un cóndor andino. El sol calienta la verde alfombra donde miles de bromelias, con esa serenidad propia del pequeño mundo de las musarañas, están cerrando sus pétalos carnosos de color verde grisáceo. El zumbar de las avispas acompaña al ruido de la cascada que, en forma de torbellino, convierte el fondo de su beso con la tierra en una piscina natural donde las truchas bañan sus doradas escamas. En la encrucijada de sus sueños un camaleón se viste de colores, cantan los ruiseñores y las albahacas emanan olores de limón que aroman todo la poética existencia. El paisaje se llena de luz anaranjada entre la espesura del follaje. El mundo ombrófilo se hace perenne en la extensión de sus sensaciones y la fila de hormigas serpentea hasta llegar a la galería de sus nichos. El lago parece entonar una alabanza a las emociones vivas: monos, reptiles, cocodrilos, panteras, cotorras, tucanes, simios, perezosos, ardillas, insectos, arácnidos y toda la demás fauna que parece surgida del lapicero de un dibujante de comics sensitivos. Las orquídeas se enrollan con las lianas en una charla de hablares cotidianos mientras las leguminosas se recogen en su propio silencio. Se siente la presencia del Dios Todopoderoso en el corazón del bosque y el tiempo ha dejado de correr para descansar sobre la hierba.  
Desde el día aquelen que yo nacísoy rebelde porque el mundo me ha hecho así. No me importa yalo que digan de mísoy alegre y no me gusta más sufrir.  Tarará tarará tararíno me acuerdo de quién eresanque sé que yo te vi. Tarará tarará tararíno me aciuerdo de quién eres  aunque sé queyo te vi. Tarará tarará tararí no me acuerdo de quién eres aunque sé que to te vi.  Adiós amigos compañeros de mi infanciani fuisteis amigos ni tiene importancia.Hoy yo vivo como Jesucristo quierecada cual que viva como prefiere.Hoy yo vivo como Jesucristo quierecada cual que viva como prefiere. Desde el día aquelen que yo nacísoy rebeldeporque el mundo me ha hecho así.No me importa yaqué digan de mísoy alegre y no me gusta más sufrir.  Tarará tarará tararí  no me acuerdo de quién eresaunque sé que yo te vi. Tarará tarará tararíno me acuerdo de quién eresaunque sé que yo te vi. Tarará tarará tararíno me acuerdo de quién eresaunque sé que yo te vi. (Autor: José Orero de Julián "Diesel")  
Cuando viajamos por la Tierra lo hacemos hacia nuestra propio destino: unos se lanzan a los abismos mientras otros se superan escalando la vida. 
El fútbol se juega con un balón pero sólo se gana un partido cuando además de manejar muy bien el balón sabes manejar mucho mejor la cabeza.  
Cuando todos los demás te hacen cargar con las cruces de sus pecados es que te has convertido en un verdadero líder.  
No se puede culpar a un solo hombre hasta que se demuestre que la culpabilidad no es de todos.  
Cuando la verdad de un hombre sólo se mide por los dólares que lleva en su cartera la vida de ese mismo hombre es cualquier cosa menos natural.  
Si te has olvidado de jugar es que nunca has sido un niño.  
Cuando el corazón late más allá de las distancias es que no hemos enamorado de verdad.  
La risa es el eco de la nostalgia convertida en felicidad. 
la verdad nunca hace daño cuando no es un engaño.
"Gabo" (el ya fallecido escritor y periodista colombiano Gabriel José de la Concordia García Márquez para quien no lo sepa y que alcanzó un Premio Nobel de Literatura que bien se mereció en el año 1982) llegó a escribir que "atreverse a pensar es empezar a luchar". ¿Estamos reviviendo un periodismo creíble o todavía tenemos que seguir pensando en la triple tarea de un buen periodista que se precie de serlo (y no tanto intruso como existe en esta digna profesión) que es (o debería serlo) no sólo entretener sino, sobre todo, saber formar y saber informar además de saber entretener? ¿La posverdad es una verdad o todos tenemos que reinventarla? ¿El Periodismo es un sacerdocio laico o debemos ya de abandonar las apariencias para mostrarnos tal como somos a la hora de escribir verdades que no sean mentiras? Yo me metí en esta profesión porque me apasiona la verdad aunque haya tenido que encontrarme (y superarlas a fuerza de saber y de conocimiento siempre demostrado) tantas mentiras en mi camino para llegar a conseguir un título de Licenciado del cual me siento tan digno y tan sanamente orgulloso que no he permitido, ni permito, que venga un ser "superior", de esos que se creen dioses, con el título de Doctor para dirigirme una Tesis que yo soy capaz de realizarla sin sus ayudas ideologógicas que a mí no me interesan para nada y no me han interesado jamás porque prefiero la verdad cuando la verdad no es mentira. Quizás en este caminar por el "tráfico" humano (tránsfugo en muchísimas ocasiones) haya que empezar a olvidarse de esa pésima costumbre de saltarse los semáforos "en rojo" o, mejor dicho todavía, "saltarse muchos pueblos", para comenzar ya a meditar lo suficiente en cuanto al tema de nuestras responsabilidades civiles. Algunos se asustan más de la cuenta cuando se reflexiona y se escribe sobre cuatro verdades llamadas credibididad, veracidad, sinceridad y conciencia; así que en este largo proceso de decir verdades que no son mentiras debemos desbrozar estas cuatro características esenciales para un verdadero periodista y no para tanto "cantamañanas" que publica lo primero que le suena a noticia porque cree que es una información social cuando ni sabe lo que es la información ni conoce lo que es la sociedad. Voy a desbrozar estas cuatro características del verdadero Periodismo y lo voy a hacer citando cuatro famosas frases de personas ilustres para demostrar que el periodista debe ser siempre un hombre (o una mujer) con verdadera cultura y un bagaje más que interesante como para tener recursos literarios además de conocimientos de comunicación social. William Blake (poeta, pintor y grabador inglés nacido en Londres en 1757 y fallecido en Londres en 1827) dejó escrito que “todo lo creíble es una imagen de la verdad”; el escritor español Manuel Vicent Carratalá, también periodista y lienciado en Derecho y Filolosfía y uno de los mejores columnistas que ha tenido "El País" bajo mi punto de vista, nacido en Villavieja (Castellón) en 1936, dejó para la posterioridad una frase que dice así: "el que busca la verdad corre el riesgo de encontrarla". Hippolyte Jean Giraudoux (escritor francés nacido en Bellac en 1882 y fallecido en París en 1944) decía siempre que "el secreto del éxito es la sinceridad". Y en cuanto a la conciencia, ya Marco Tulio Cicerón (no confundirlo con su hermano pequeño Quinto Tulio Cicerón), escritor, orador y político romano que vivió entre los años 106 y 43 antes de Jesucristo, se defendía de sus enemigos afirmando con la gran personalidad personal y criterio propio que siempre tuvo que "mi conciencia tiene para mí más peso que la opinión de todo el mundo".  En esto de los factores llamados credibilidad, veracidad, sinceridad y conciencia, yo mismo (que soy el escritor y periodista profesional José Orero de Julián, "Diesel", nacido en Badajoz en 1949 después de Jesucristo pero que, en realidad, sólo tengo 33 años y quien quiera crerlo hace bien y quien no se lo crea me da lo mismo porque no le hago caso) tengo la capacidad de demostrar que los poseo a través de infinidad de textos míos pero, como empecé siendo poeta y nunca he dejado de serlo, he aquí una muestra mía a través de uno de mis pemas que no da lugar a duda alguna. Ya su propio título ("Conciencia que se anida") demuestra todo su valor. Dice así: "Pasa la vida… / y es la estética sensible / la que nos convida / a vivir en lo invisible / de la extendida / atmósfera de color. / Un calor / de de flámula encendida… / Conciencia que se anida / en sí como una flor. / Pedazo de corazón / que tienes concedida / licencia para la Razón. / Sigues viajando prendida  / en mi infinita sensación / de ser tú mi fruta prohibida / dentro de la tentación. / Sigues esposa querida / dentro de mi habitación 7 y mil besos te dejan rendida / dentro de mi condición". Credibilidad, veracidad, sinceridad y conciencia. Si estos cuatro ingredientes no forman parte de mi poema que venga alguien a negarlo porque Dios sabe que es cierto y ante Dios me inclino pero no ante nadie más que no sabe ni quién soy ni qué es lo que hago en este mundo pues ya se sabe que "la ignorancia es atrevida", frase muy famosa que repetía continuamente el político, escritor, docente, periodista, militar y estadista argentino Domingo Faustino Sarmiento, que nació en San Juan de Río de la Plata, en 1811, y murió en Asunción, capital de Paraguay, en 1888.  Hay mucho paleto hoy en día en los medios de comunicación social periodísticos, radiofónicos y televisivos. Y paleto no quiere decir nacido en pueblo (como muchos creen por desconocimiento total del idioma español) sino que significa precisamente ignorante aunque se haya nacio en una ciudad (esto lo he comprobado multitud de veces) o incluso en la capital de España (como también he comprobado en infinidad de ocasiones). Por otra parte, está ya super demostrado que en el actual mundo de la comunicación social (por culpa de tanto advenedizo que se hace pasar por periodista) se escriben y se dicen muchas "garrafuñadas" propias de "gárrulos" que no saben absolutamente nada de lo que es "La Galaxia Gutemberg" ni tampoco algo tan básico y fundamental como es saber que se puede ser escritor aunque no se sea periodista pero no se puede ser periodista sin saber escribir bien, frase acuñada por Emil Alfons Dovifat (nacido en Neutral-Moresnet en 1890 y fallecido en Berlín en 1969) en su libro titulado precisamente "Periodismo" (Tomo I). Y si alguien no sabe lo que significa el vocablo "gárrulo" puede hacer algo tan sencillo y elemental como consultar el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (que para eso mismo está si es que de verdad queremos ser cultos y dejar de ser zopencos -como los llamaba mi abuela Rufina- a la hora de la verdad), para descubrir que "gárrulo" (en la segunda definición de las tres que aparecen en dicho Diccionario) significa persona muy habladora o charlatana. Y resulta que, en la actualidad que estamos viviendo, tanto dentro de la comunicación social como en la comunicación interpersonal, hay demasiados charlatanes que hablan hasta por los codos pero no tienen ni idea de lo que dicen o que escriben tal cantidad de estulticias que no saben que sus estulticias son necedades y tonterías (puesto que esto es lo que significa este vocablo según el Diccionario de la Real Academia que para algo sirve consultarlo cuando queremos ser cultos de verdad). Por eso, en base a las verdades cuando no son mentiras, digo y publico una vez más que "Jesucristo es el Camino, Jesucristo es la Verdad y Jesucristo es la Vida" y añado que "Sólo a través de Jesucristo se puede llegar hasta el Dios Padre".  Termino, para seguir diciendo verdades, que me siento muy capacitado y muy sanamente orgulloso de ser un verdadero Licenciado en Periodismo para realizar mi propia Tesis sin tener que ser dirigido por ningún soberbio y prepotente Doctor que, primero te mira por encima del hombro para decirte que quizás tenga tiempo o no tenga tiempo para dedicártelo a ti porque tiene muchas peticiones, y luego te obligue a hacer una Tesis según la esctructura, el capricho y los intereses de él. Así que, con total credibilidad, veracidad, sinceridad y conciencia, algún día realizaré mi Tesis sin contar con ninguna ayuda excepto la de Dios y la de mi esposa Liliana Del Castillo Rojas (los dos únicos seres que siempre confiaron en mis capacidades literarias y periodísticas) porque prefiero escribir lo que a mí me gusta mientras aprendo vez más a investigar por mi propia cuenta que escribir algo que le guste a uno de esos Doctores que se creen "dioses" mientras no aprendo nada y va en contra de mi voluntad. Amén.        
Que Flórez estaba como una regadera en el Colegio Lope de Rueda de Madrid -Sección de los No Bachilleres- lo sabía hasta aquel tal "Chichinosky" al cual le salvó "Gimi" de recibir alguna que otra hostia debido a que era "su protegido". Pero volvamos con Flórez. Era una chaval tan "ido" del todo que nunca parecía haber llegado de ninguna parte pero que clamaba, a los cuatro vientos, que era Pero Botero. Su cantinela de siempre era "¡Yo soy Pero Botero! ¡Yo soy Pero Botero! ¡Yo soy Pero Botero!" aunque, claro está, yo no le hacía ni puñetero caso porque bastante trabajo era ya tener que aprenderme, de memoria, toda la lista de los reyes visigodos. Aquel tal Flórez me lo ha hecho recordar un tipo "obtuso" que ha entrado en Bombay, quizás confundiéndolo con Catay, diciendo que quiere ir al Infierno a jugar al mus. Así que se lo he dicho en poesía: "¡Con Pero Botero de compañero y contra Satanás y el malvado de Anás!". Porque de todos mis recuerdos siempre algo queda.  En un "plisplas" he rellenado los dos crucigramas de ayer viernes y he conseguido encontrar hasta un total de 5 diferencias en tan sólo un par de minutos. Me entra la risa y tengo que ponerme de nuevo a recordar. Flórez estaba como una regadera. Quizás le haya entrado ya un poco de luz con el paso de los tiempos pero dudo que se le haya encendido "la bombilla" (entiéndase el cerebro para celebrarlo) o quizás siga teniendo ansiedad (¡ansiedad de tenerte en mis brazos y en las noches voverte a soñar!) recordando a "Los cuernos de Don Friolera" (léase a Ramón María del Valle-Inclán) para pasarlo bien caliente en el "más allá". Peores cosas he visto yo ya en esta vida de los terrícolas.  Por ejemplo, si aquel tal Flórez todavía vive para contarlo, quizás esté ahora por los cerros de Úbeda acompañando a las cabras por el puerto de Arrebatacapas o el de Despeñaperros y cantando lo de "hay quién dice de Jaén que no es tierra andaluza". Yo me quito el sombrero (de manera simbólica por supuesto porque este menda del Bombay no me cae guay) ante tanto loco como anda hoy suelto. Y, por cierto, "El diablo cojuelo" (léase a Luis Vélez de Guevara) sigue atacando a las "mentes" mentalizadoras de muchos tipos como aquel tal Flórez que se acercan a los mercadillos sabatinos (otra cosa era Sabatini y el tenis femenino) buscando oportunidades de "lucirse" ante las más guapas del mundo del "mucho ruido pero pocas nueces". ¡Dios mío que existencia aquella del Lope de Rueda que me viene hoy a la memoria! Y es que "hacer el hindú" gastándose 5 euros por una simple cajetilla de cigarrillos en la máquina expendedora (que se escribe con equis) es lo que les mola a más de uno que ansía (¡ansiedad de tenerte en mis brazos y esta noche volverte a soñar!) estar más "sonado" que las maracas de Machín. Hubo otro en el Lope de Rueda que era Machín, hijo de Machín (aquel formidable futbolista del Atlético Aviación y entiéndase Atlético de Madrid) que terminó siendo ordenanza de una institución pública -creo que de un Ministerio- porque aquellos no eran los tiempos de "Ronaldo y Messi" y se ganaba tan poco que, al final, había que ganarse las judías "como mejor se pudiera" aceptando, por ejemplo, un cargo de ordenanza si se tenía "suertecilla". Pero de Machín hijo no recuerdo más que en esto del fútbol no era "ni fu ni fa".   Pues bien. Dicho todo esto resulta que sí. Resulta que aquel chaval llamado Flórez (no Flores sino Flórez) hasta llevaba flores a la Virgen María durante todos los meses de mayo, pero no se le quitaba de la "chinostra" ir predicando en medio de toda el aula y a "grito pelado" que él era Pero Botero. Mas yo seguía intentando recordar de memoria toda la lista de los reyes visigodos y no estaban los tiempos para pensar en "Las Batuecas" (valle español situado entre la provincia de Salamanca y la provincia de Cáceres) en "esta España mía esta España nuestra" a la cual con cuánto amor y perseverancia le cantaba Evangelina Sobredo Galanes, más conocida como Cecilia (guapa de las de verdad y digna de haber llegado al Cielo y quiera Dios que así haya sido) pero estos locos que andan clamando a Pero Botero abundan ya tanto como las margaritas campestres o los gladiolos "de andar por casa en batín recordando a Tintín". Vosotros ya sabéis a lo que me refiero.   
A un puro de "rica miel"nunca le mires "la piel".  Fúmatelo...y sé fiel...  
Una maquinilla de afeitar, máquina de afeitar o rastrillo es un instrumento para afeitarse que protege la piel de la exposición excesiva de la cuchilla eliminando la posibilidad de grandes cortes, como los que pudieran ser causados por una navaja de afeitar. Las maquinillas de afeitar más famosas, en la ciudad de Madrid capital, durante la primera década de los años 50 del siglo XX eran las de Padilla. Yo escuchaba su publicidad diariamente a través de las ondas del aparato de radio "Condal" en nuestra casa de Alcalde Sáinz de Baranda. Mi padre usaba dichas maquinillas para protegerse de las "terribles" hojas de afeitar de las marcas "Palmeras" y "La Sevillana".  Un bloguero llamado Emilio me lo hace recordar con total nitidez: "Se acababa de terminar lo del racionamiento y el estraperlo en un país devastado por la guerra y regido por la política de autarquía, y se acabó la Guerra Mundial, en la que, al menos formalmente, España era neutral y pretendía reconstruirse a partir de sus propios recursos naturales. Después vendría la paz mundial, el plan Marshall y la visita de Eisenhower a quien recibimos agitando banderitas. El racionamiento fue sustituido por la leche en polvo y el queso de lata que se repartía en los colegios. La radio de esos tiempos incluía muchos anuncios locales, para los que se contrataba a cantantes de zarzuela que grababan en el propio estudio con métodos rudimentarios. Se trabajaba mucho el ripio: "Pa'l otoño madrileño gabardinas Butragueño" y "Aféitese la barbilla con máquinas de Padilla" por poner dos de los ejemplos más famosos de los años 50. Esta tienda de Padilla, cerca de la Puerta del Sol, vendía unas brochas de afeitar excelentes y yo creo que existe todavía. Por esa zona se movía, al parecer, un precursor de los actuales hombres-sandwich que compran oro: el gigante con zancos que anunciaba a otro sastre de prestigio: Flómar, que era una contracción de Florentino Martínez, que nada tiene que ver tampoco con el que están ustedes pensando". ¿Sigue exisitiendo la Perfumería Padilla en Madrid? La respuesta afirmativa la encuentro en una información del Internet: "Perfumerías Padilla abrió sus puertas en el año 1928, y ya van por la cuarta generacion y la sexta tienda en Madrid, ubicadas en la zona centro, en Calle Carmen 7 y 8, Mayor 6, Callejón de Preciados 2, Arenal 26 y Princesa 45. Tienen unos descuentos muy agresivos de un 20% durante todo el año". Termino con un texto de Eduardo Lumpié "Según tengo entendido, por estas fiestas se han debido de vender no sé qué cantidad de millones de videojuegos, consolas y demás aparatos que en poco tiempo nos han invadido. Todo esto me lleva a recordar los aparatos de radio. Conocí los aparatos llamados de galena, que consistía en una cajita de madera con una serie de cables, una lámpara y dos auriculares que hasta se oía alguna emisora. Más tarde fueron llegando los llamados de capilla, por su forma que más bien parecían aquellas capillitas que llevaban a domicilio con un santo y que se tenía en las casas durante unos días para sus rezos y peticiones. Cuando ya empezó a perfeccionarse algo más la radio fue con la llegada de los Telefunken. Con éstos era más fácil, a pesar de las interferencias que los acoplaban, escuchar aquella célebre emisora pirenaica que le llamaban Radio España Independiente, que tanto gustaba escuchar a los contrarios al régimen anterior y que servía para ponerlos verdes. Tenía la cosa de que eran bastante perseguidos los que la escuchaban y por eso solían cerrarse puertas y ventanas. Luego creció y creció. Se radiaron los partidos del mundial de fútbol de Brasil en los años cincuenta, con los célebres locutores Matías Prats y Enrique Mariñas, con aquel gol de Zarra a Inglaterra y que después tuvimos la ocasión de verlo en el Nodo. Lo que sí era verdad es que muy pocas personas disponían de un aparato de radio, por lo que en una casa uno servía para varios vecinos. Hubo en Cádiz un comercio dedicado solamente a la venta de radios y que fue Radio Condal, en la calle San Pedro y Sagasta, que hasta llegó a fabricarlos con ese nombre. Lo que sí fue un boom fue la llegada del transistor, aquello de llevar en el bolsillo un aparato de radio sin cable ni electricidad casi no se lo creían, pero fue la apertura sobre todo para la gente del campo, que de esa forma ya llegaron a tener noticias de lo que sucedía en el mundo".     
A mis 9 años de edad, estudiando Ingreso de Bachillerato con Don Florencio en el Colegio Lope de Rueda de Madrid, yo observaba que todos los que eran castigados con irse a "La Siberia" volvían de allí más contentos que unas castañuelas. Aquello de las castañuelas me sonaba a mí como a música celestial, asi que deduje que en "La Siberia" podías pasártelo mejor que en "Pasapoga". Transcurrieron un par de años sin ninguna gran novedad salvo que me seguía intrigando lo de "La Siberia". También sabía yo que en "La Siberia" se pasaba mucho frío pero estaba bien preparado con mi abrigo y la bufanda de color azul-morada que me había tejido mi abuela Rufina con pura lana virgen de oveja. Así que el problema del frío estaba solucionado pues, aunque no podría ir a "La Siberia" con el abrigo y la bufanda sólo con pensar en ambas prendas me entraba un calor muy agradable. Con todos mis conocimiento de política ya estaba enterado de que en la URSS se exiliaba a los llamados disidentes a Siberia. Así que, para conseguirlo, debía convertirme en un disidente aunque fuese solamente por un día nada más. De esta manera es como una mañana de primavera (como si estuviese en Praga, capital de la Repúiblica de Checoslovaquia) levanté la voz mucho más alto de lo normal reclamando menos leche en polvo y más queso amarillo. Aquello le sacó de sus casillas a Don Florencio y, efectivamente, me mandó exiliado a "La Siberia". ¡Lo había conseguido! ¡Una vez más mi estrategia funcionó a la perfección! Llegué a "La Siberia" dispuesto a pasármelo guay del todo. Como allí no se podía hacer ningún gua rechacé la idea de jugar con mis bolas (aquellas canicas de barro, piedra y/o cristal que tantas emociones me habían hecho vivir en el bulevar de la madrileña calle de Alcalde Sáinz de Baranda) y me decidí por jugar con la diana. Allí, a solas con mi diana, empecé a lanzar las tizas con unos aciertos increíbles. Ni Emilín, que tanto se las daba de "escopetero" contra pobres e inofensivos gorriones a los que mataba sin piedad alguna, podría jamás batir la altísima cantidad de puntos que obtuve con el tiro a la diana. Y comencé a pensar en la cazadora Diana de la Mitología Griega. Con aquella preciosa diosa dentro de mi memoria escolar me asomé a la ventana a ver a las chicas pasar. Fue un espectáculo maravilloso y, enfrascado en aquella aventura de observador infalible se me pasaron las horas volando.  Cuando Don Florencio envió a un emisario (algún pelota de aquellos que siempre buscaban matrículas de honor en lugar de cosechar calabazas) para decirme que el castigo ya se me había termiando y era necesario que volviese al aula, me despedí de "La Siberia" con un rostro más lastimoso que el del Lazarillo de Tormes cuando hizo que el ciego cayera en el cieno al dar aquel salto en medio del barrizal. Pero Don Florencio quiso saber algo y, de repente, me preguntó cuántos pueblos importantes de Valencia me sabía. Usé el recurso de mi gran memoria escolar y los solté: Valencia capital, Gandí, Cullera, Requena, Utiel, Paterna, Manises, Sueca... hasta que el maestro me dijo que ya era más que suficiente y que había conseguiod una Matrícula de Honor en Geografía.  Lo único negativo de toda aquella aventura tan truculenta fue que Don Florencio nunca más me desterró a "La Siberia" y es que Don Florencio sabía más que los conejos colorados y había descubierto mi artimaña. Pero dejé escrito en el pizarrón una frase inolvidable: "Tonto el que no lo lea". Un día de estos voy a ver si me como a una valenciana durante el desayuno.  Nota Adjunta: "Valencia es la tierra de las flores de la luz y del amor. Valencia tus mujeres todas tienen de las rosas el color. Valencia al sentir como perfuma en tus huertas el azahar quisiera en la huerta valenciana mis amores encontrar. La blanca barraca, la flor del naranjo, las huertas floridas, almendros en flor. El Turia de plata, el cielo turquesa el sol valenciano que van diciendo amor. Amores en Valencia son floridos como ramos de azahar. Quereres en Valencia sus mujeres con el alma suelen dar. Pasiones en la huerta valenciana sí te dan el corazón. Sus hembras ponen alma y ponen vida en un beso de pasión" (todo ello con música de Padilla y de paso recuerdo lo de "afeitese la barbilla con máquinas de Padilla). Abur.
1.- La maestra de escuela pregunta- ¿Quién es el animal que primero anda con cuatro patas, después anda con dos patas y termina andando con tres patas?Rápidamente Pepito levanta la mano y contesta- ¡Mi tío Benito! 2.- Pepito se encuentra con su amigo Jaimito en la calle- ¿Sabes, Jaimito, que anoche se produjo un milagro?- ¡Cuenta, cuenta!- ¡Mi tío Benito se quitó la boina!  3.- Jaimito le pregunta a Pepito- ¿Es verdad que tu tío Benito se ha quedado tuerto?- ¡Sí, porque ligar con varillas le ha costado un ojo de la cara! 4.- El papá de Pepito le pregunta- ¿Quién sería el primer descediente de los monos?- ¡Eso es fácil, papá!- ¿Sabes tú quién es?- ¡El tío Benito porque todavía se anda por las ramas buscando a Ramón!  5.- Jaimito le pregunta a Pepito- ¿Qué deporte practica tu tío Benito?- ¡Nada! 6.- Pepito se está confesando.- ¡Padre, confieso que mi tío Benito se casca las nueces antes de comérselas! 7.- Teresita le pregunta a Pepito- ¿Tu tío Benito es guapo?- ¡No sueñes tanto, Teresita! 8.- Un pastor de ovejas le pregunta a Pepito - ¿Has oído aullar al lobo?- ¡No es el lobo! ¡Es que mi tío Benito está cantando! 9.- Jaimito le pregunta a Pepito- ¿Tu tío Benito sabe bailar?- ¡Ni jota! 10.- Jaimito le pregunta a Pepito- ¿Cuántos años tiene tu tío Benito?- ¡No lo sé! ¡Todavía no he aprendido a contar más de mil!  
Hay miles de formas y miles de maneras que podemos argumentar para demostrar que los seres humanos (el hombre y la mujer por igual) no descendemos de los monos; pero de todas esas miles de formas y maneras (que los evolucionistas no pueden rebatir y se quedan completamente con la boca abierta al darse cuenta de su ignorancia supina) voy a exponer una muy sencilla y muy fácil de entender para que la puedan comprender hasta los niños y niñas de corta edad. Hablemos de la consciencia y de la conciencia. Por definición aceptada a lo ancho y largo de todo el mundo, debido a un consenso total y absoluto (sin dar lugar a duda alguna) consciencia (derivado del latín "conscientia" que significa "ser conscientes de ello") se define, en términos generales, como el conocimiento inmediato (no mediado por algo superior a ella misma sino de manera inmediata derivada de ella misma), que el ser humano tiene de sí mismo, de sus actos y reflexiones, pero también se refiere a la capacidad de los seres humanos de verse y reconocerse a sí mismos y de juzgar sobre esa visión y reconocimiento. Esto jamás lo poseen los monos ni cualquier otro animal y por eso los humanos somos animales racionales; algo que no son los monos. Hay dos definiciones de consciencia en la Real Academia de la Lengua Española que viene a confirmar lo ya dicho. Por un lado, tenemos que consciencia es un conocimiento reflexivo de las cosas y todos sabemos que el mono tiene conocimiento de las cosas que hace pero de manera primaria o primitiva y nunca es capaz de reflexionar sobre lo que hace pues no razona nada más que instintivamente pero nunca intelectualmente; y en segundo lugar, entrados ya en el mundo de la psicología (mundo al cual no pertenecen jamás los monos ya que nunca acuden a los psicólogos o a los psiquiatras), la consciencia es un acto psíquico por el que un sujeto se percibe a sí mismo en el mundo; por ejemplo un ser humano sabe si está en España o está en Pakistán mientras que un mono no es capaz de saberlo porque no distingue la diferencia que existe entre España y Pakistán. Aclarado esto tan fácil de comprender excepto para los que se ponen "bordes" con tanta "matraca" que nos dan con sus teorías evolutivas (que las hay a docenas porque no se ponen de acuerdo ni con ellos mismos) pasemos a saber lo que es la conciencia. La conciencia (de la misma palabra latina "conscientia" pero ahora referida a "conocimiento compartido" a través de los contactos culturales e intelectuales (cosa que jamás han hecho nunca los monos que sólo contactan entre ellos de manera social pero nunca cultural y mucho menos intelectual) y ésta derivada de "cum scientia" que significa "con conocimiento"; se define, en términos generales y comprensibles por el mundo entero de los seres humanos (consenso mundial al que jamás han llegado nunca los monos que se comunican en sus manadas pero nunca de manera universal), como el conocimiento que un ser tiene de sí mismo y de su entorno.  Podríamos aceptar que un mono tiene conocimiento de que es un mono, cosa difícil de entender pero posible si somos muy indulgentes con  los "despistados" evolucionistas pero, mira por dónde, resulta que la conciencia no sólo es un conocimiento de sí mismo (y por eso un Juan o una María sabe que se llama Juan o María pero nunca un mono sabe que se llama Chita o King Kong porque se adaptan al nombre que querramos ponerle y responde sólo por el sonido de la palabra Chita o King Kong pero no sabe por qué y si le cambiamos continuamente de nombre se adapta sin rechistar ni protestar al nuevo nombre que le pongamos y que acepta por repetición pero no por convencimiento de si le gusta o no le gusta cambiarse de nombre), también se refiere a la moral o a la recepción normal de los estímulos del interior y el exterior por parte de un organismo.  Pongamos otro claro ejemplo: si un mono te lanza un coco desde una palmera cocotera y te dá con el coco en la cabeza, en primer lugar se ríe de la gracia que hace (pero no sabe que es un acto inmoral que ataca a la libertad de los seres humanos de pasear por la selva sin que nadie le tire cocos a la cabeza porque está prohibido por los Derechos Humanos cosa que nunca jamás se les ha ocurrido plantear a los monos) y, en segundo lugar, sabe que ha hecho mal (por eso se esconde entre las ramas para que no le "caneen" de lo lindo) pero no sabe explicarnos por qué ha hecho mal ya que lo mismo le da que haya hecho bien o haya hecho mal pues no tiene juicios morales para determinarlo. Solamente se esconde para que no le "zurren la badana" pero no porque haya reflexionado que ha hecho bien o ha hecho mal ya que carece de conciencia suficiente para distinguir ambas acciones. Él tira cocos sin saber si está bien que los tire o saber que está mal que los tire; mientras que un niño o una niña que le tira un coco a la cabeza de otro ser humano sabe que no ha hecho bien sino que ha hecho mal porque reflexiona lo suficiente como para llegar a esa conclusión. Puede creer que ha hecho bien y es un acto de venganza porque la otra persona le dio una vez una colleja sin merecerlo o puede creer que ha hecho mal porque no tenía motivo alguno para tirar dicho coco y esto jamás lo analiza un mono de esta manera tan racional. Luego el mono tira cocos "porque sí" pero no sabe explicar por qué los tira; mientras que el niño o la niña tira los cocos "por algo" que sí sabe explicar (por venganza o por hacer el gamberro o la gamberra digamos por poner dos ejemplos). Y llegamos a la conclusión final para no ser demasiado extensivos en nuestra explicación. De algo inferior no puede surgir algo superior. Pongo un ejemplo totalmente clarificador: de 10 euros que tienes en tus bolsillos, cuando no tienes nada más que 10 euros, es imposible que saques 20 euros porque sólo tienes 10 euros nada más (demostración de que de lo inferior no sale lo superior) sin embargo, en el caso contrario, sí es posible proque sólo de lo superior puede salir lo inferior y si tienes 20 euros en tus bolsillos (y nada más que 20 euros) sí los puedes convertir en 10 euros si te gastas los otros 10 en tomar, por ejemplo, 10 cafés con leche en un bar donde cuesten 1 euro cada uno de ellos (luego de lo superior sí puede salir lo inferior). Los evolucionistas, cuando dicen que salimos de los monos, cometen este gravísimo error que es tan fácil de demostrar que a mí me daría vergüenza ajena (no propia porque jamás se me ocurriría decir tal tontería) ya que quieren demostrar que de los 10 euros (el mono) salen los 20 euros (el ser humano) lo cual es irrisorio y sólo produce carcajadas cuando quieren demostrar lo que es indemostrable. Sin embargo de algo superior (Adán y Eva creados directamente por Dios) si sale algo inferior (los hijos de Adán y Eva que todavía no se han desarrollado lo suficiente) hasta que se convierten en algo superior (hombres y mujeres ya adultos que vuelven a crear algo inferior que pasan a ser los nietos de Adán y Eva) que vuelven a desarrollarse en seres superiores para poder crear otros seres inferiores (bisnietos de Adán y Eva) y así sucesivamente de lo superior a lo inferior.  Luego de los monos (10 euros) es del todo imposible que salgan los seres humanos (20 euros) y es absurdo ya que los monos no tienen consciencia (totalmente demostrado que carecen de ella) y por eso son incapaces de filosofar cosas como "ser o no ser" (de Shakespeare y no de un mono) o como "la vida es sueño" (de Calderón de la Barca y no de un mono). ¿Se puede concebir que de un animal que no sabe filosofar (y pensar piensa más bien muy poco) puede nacer un ser humano que sabe filosofar con multitud de variantes (todos los seres humanos somos filósofos de nosotros mismos al ser conscientes de nosotros mismos desde el mismo momento que tenemo uso de razón y esto no pasa jamás con los monos) y pensamos más bien mucho antes de cometer un acto que pueda beneficiarnos o perjudicarnos porque tenemos conocimiento del bien y del mal y eso no lo saben diferenciar los monos de manera razonable y por medio de la cultura y la intelectualidad? Imposible. Luego de un ser que apenas piensa y que es incapaz de leer, por ejemplo, la Biblia es imposible que surja un ser que es capaz de leer, por ejemplo, la Biblia. Llevad a los monos a una escuela para que lean "Los tres mosqueteros" de Dumas y veréis como es imposible que lo puedan hacer. ¿Y de esos animales tan ineptos y tan incultos podemos nacer los hombres y mujeres que tenemos saberes, conocimientos y culturas? La respuesta está bien clara. Dios creó directamente por un lado a los monos (10 euros) y por otro lado a Adán y Eva (20 euros). Y ya está fácilmente demostrado.   
Acaba de nacer el quinto en la ciudad de Madrid. Ya somos 5 y entramos en el cupo de las Familias Numerosas. ¿Soy el tercero, soy el segundo o soy el primero? Para responder a estas interrogantes es muy fácil decir que las tres cosas. Soy el tercero, soy el segundo y soy el primero al mismo tiempo. ¿Difícil de resolver esta extraña paradoja? No hay que buscar tres pies al gato ni hacerse bolas el cerebro porque es mucho más fácil de lo que los lectores de mi Diario puedan creer. Tengamos primero en cuenta que aún existe la llamada Castilla la Nueva (Madrid, Toledo, Ciudad Real, Cuenca y Guadalajara). En realidad, si contamos a todos los hijos e hijas a la vez, soy realmente el tercero (el llamado "hijo sanduche") porque la primera es una niña. Si contamos solamente a los varones soy el segundo (porque los otros cuatro somos niños). Y si contamos a los nacidos fuera de Castilla la Nueva soy, sin duda de ninguna clase, el primero puesto que lo hice en la ciudad de Badajoz, tres de los restantes son de la ciudad de Cuenca y el que ha llegado ahora es de la ciudad de Madrid. Vemos que en todos los casos se trata de ciudades y no de pueblos ni aldeas. Así que solucionado el asunto resulta que soy el tercero, el segundo y el primero al mismo tiempo. Sin embargo nunca he dejado de ser el llamado "hijo sanduche" con todas las ventajas que esto conlleva.  Muy pocas veces se da esta curiosa circunstancia en Familias Numerosas compuestas de sólo 5 hijos e hijas. Yo, desde luego, no he encontrado nada igual en todas las personas que he conocido y conozco; y eso que he conocido y conozco a millones de personas. Fíjense que se deben dar tres circunstancia difíciles al mismo tiempo: que sean 5, que la primera sea una niña y los cuatro siguientes sean niños y que todos hayan nacido en Castilla la Nueva menos uno que, además para complicar más el asunto, tiene que haber nacido en la ciudad de Badajoz y, para más dificultad todavía, que los dos primeros sean de la ciudad de Cuenca, el cuarto sea de la ciudad de Cuenca y el quinto sea de la ciudad de Madrid y que haya algún mes de cada año en que todos formemos una sola fila continuada (por ejemplo, 5-4-3-2-1 años). Quizás hasta yo sea el único caso que existe en toda la Historia de España en la que se den, al mismo tiempo, estas difíciles circunstancias. Si investigaran el caso estoy casi seguro del todo de que soy el único. Cosas más difíciles pueden ser que existan pero esta curiosidad de ser el tercero, el segundo y el primero al mismo tiempo (contando solo a Castilla la Nueva y Badajoz) me parece que no existe otro caso igual si, además, hay algún mes del año en que los 5 vamos enganchados uno tras el otro con un año de diferencia. Ahora sí que estoy seguro de que no existe ningún caso igual ni en toda España ni en el mundo entero. Además, para terminar de afirmar que soy un caso único en toda la Historia de la Humanidad a nivel mundial, se ñaden también las circunstancias de que el padre de la familia debe ser un militar español llamado Emiliano, Brigada de Caballería y nacido en el pueblo de Valverde de Júcar además de haber participado en la Guerra Civil española; la madre debe llamarse Rosario, de oficio Sus Labores y nacida en la ciudad de Cuenca; y la abuela que vive con la familia debe llamarse Rufina, habiendo sido churrera, y nacida en la ciudad de Cuenca. He aquí la relación completa: Isabel (la primera, de la ciudad de Cuenca, con 5 años), Emiliano (el segundo, de la ciudad de Cuenca, con 4 años), yo (el tercero, de la ciudad de Badajoz, con 3 años), Bonifacio (el cuarto, de la ciudad de Cuenca, con 2 años) y Máximo (el quinto, de la ciudad de Madrid, con 1 año). Si encuentran algo igual (añadiendo todas las demás circusntancias ya explicadas) es que estoy equivocado pero puedo afirmar que no lo encontrarán y mucho menos después de la desaparición de Castilla la Nueva sustituida ahora por la Comunidad de Madrid y Castilla-La Mancha aunque cosulten toda la Historia de la Humanidad desde su inicio hasta el día de hoy. Soy el tercero, soy el segundo y, sin duda de ninguna clase, soy el primero. Y el primero que pone al descubierto dicha verdad. Por eso se dice que soy especial. Y es que realmente soy especial pero no me siento más importante por eso sino más interesante. Y es que yo me siento mucho mejor siendo interesante para las mujeres que importante para los hombres. Jejeje. 
Eduvigis "La Collares" había perdido a toda su clientela. Ya nadie, en Molinares y todos los lugares cercanos a Molinares, creían en el poder de las brujerías. Eduvigis del Corral Verde "La Collares" empaquetó todas sus pertenencias y, descubriendo que el Santander había inmovilizado todas sus cuentas corrientes hasta que el inspector Expósito terminara de saber a cuántos millones de euros ascendía lo que ella había evadido a Hacienda, tuvo que irse solamente con lo puesto: un mandilón de estilo musulmán y poca cosa más, con tan solo diez euros en su faldriquera. Así fue cómo se acabó el negocio de "La Collares" que tenía compartido con la Comunidad Musulmana Magrebí (COMUMA), una falsa asociación cultural que no impartía nada de cultura sino que era excusa para traficar con drogas y mujeres. Todo había sido sospechado, desde hacía tiempo, por el inspector Expósito vigilando los extraños movimientos de Mamónides Mamut Mamadah (conocido como "El Hombre del Saco" por todos los niños y niñas de Molinares) quien, de repente y sin previo aviso, había desaparecido sin dejar ni rastro. Pero las pesquisas de los hombres de Expósito descubrieron la "tostada". Y la "tostada" resultó ser cierta. "La Collares" y los musulmanes estaban intentando apoderarse de la voluntad de todos los molinarenses y de todas las molinarensas con sus sucios negocios. El alcalde Timoteo Timón dio la orden de intervenir las cuentas de ahorros de todo el grupo conocido como COMUMA y resultó que la estafa era de enormes alcances nacionales e internacionales. Molinares pasó a ser noticia principal para el diario "El Cabás". ¡Don Rafael acababa de encontrar el "culebrón" del verano que tanto estaba deseando descubrir! Y la columna de opinión del anónimo y desconocido periodista no tardó ni 24 horas en salir a la luz pública. Se titulaba "La Peste se viste de ansia". Decía así: "Cuando vemos que se secan los sentimientos y las lágrimas ya no forman parte del cuerpo humano es que nos están quitando el aire y no nos quieren dejar ni volar. Nos convertimos en pequeños gorriones desvalijados por culpa de las trampas y los falsos vientos; miramos al cielo y descubrimos que algo se está interponiendo entre Dios y nosotros o entre nosotros y Dios. ¿Quiénes dan vueltas y más vueltas alrededor de nuestras existencias capaces de desunirnos para cortarnos definitivamente las alas? ¿Quiénes no nos dan nada a cambio de haberles dado todo? Mirad a vuestro alrededor y los veréis infiltrados y escondidos en las esquinas donde maquinan, noche tras noche, cuál sería la mejor manera de eliminar todos nuestros sueños. Mirad a vuestro lado. Allí se encuentra el verdadero peligro de ser separados por la cobarde insidia de los santones vestidos como mujerzuelas. Lo demás queda para vuestro propio criterio personal; pero sólo tengo que deciros algo como despedida: jamás jamé jamón pero hay otros que bien que se los jaman después de un falso ayuno mensual".  La noticia corrió como reguero de pólvora por toda la comarca de Molinares y sus alrededores. La estudiante de Periodismo, Carmen Palacio y Torres Del Castillo, que hacía sus prácticas en el diario nacional "La Palabra", volvió a hacer acto de presencia. Llegó con su mente abierta a toda clase de opiniones. Sólo encontró una única verdad: "aquellos polvos trajeron estos lodos". Timoteo Timón celebró una asamblea extraordinaria con todos sus concejales y concejalas olvidando cualquier clase de ideologías para dar lugar a las ideas. El resultado final resultó determinar que aquel anónimo y desconocido peridista de "El Cabás" llevaba toda la razón. Se habló, en las calles, de la Razón y el Sueño. ¿Estaban viviendo una realidad o aquella realidad les había pillado soñando? Este fue el tema del cual los del Ateneo debatieron durante horas enteras. Mientras tanto los del Casino cerraron sus puertas a todos los extraños que no fueran socios y en el Hogar de los Jubilados se escucharon voces que hablaban de Eduvigis del Corral Verde como una persona andrógina. ¿Era una mujer o era una especie de diablo haciéndose pasar por mujer? Lo que todos deseaban es que "La Collares" nunca más volviera a pisar aquellas tierras.  Tan fuerte fue el impacto para la sociedad de toda la comarca que algunos lloraron bajo la luz del Sol sin importarles que se les viera llorar y otros esperaron a que saliera la luz de la Luna para poder llorar sin ser vistos por nadie. El mundo se había extendido más allá de Molinares y ahora, descubiertos todos los sucios negocios, los comerciantes de las supercherías intentaban escapar de los hombres del inspector Expósito, quien nunca jamás se daba por vencido ante ningún asunto sospechoso. Su propio cuerpo se lo pedía. Había nacido para ser un sabueso y unió, por primera vez en la vida de Molinares, a todos en un tema tan trascendental para el futuro de aquel lugar que sólo pasaba por cortar, de una vez por todas, las raíces de la peligrosa cizaña que intentaban extenderse por todos los lugares de la comarca. La luz del Sol pareció temblar cuando las nubes se concentraron sobre la Plaza de Los Azulejos y desató su tormenta. No todo lo que se decía haber estado bien atado estaba en verdad bien atado y por allí, por todo lo que se había podido poner al descubierto, fue por donde el instinto de Expósito empezó a hacer justicia. Nadie supo jamás quién fue el anónimo y desconocido periodista que publicaba, de vez en cuando, pequeñas columnas de conciencia social en la contraportada del diario "El Cabás" y el asunto del bulto conteniendo huesos calcinados y el cinturón de púas que se encontró dentro de una caja vacía de cereales quedó para siempre en el olvido. Sólo se supo que Servantino era inocente. ¿Fue la COMUMA culpable de todo ello? Don Rafael ya estaba otra vez preparado holiendo otro "notición" sorprendente para el diario "El Cabás".      FIN 
"El Caracoles" y "El Bizcocho" seguían con sus intermianbles peleas sobre quién de los dos era más capaz de enamorar mujeres. Cuando se liaban con el tema, Remedios "La Reme" y Angustias "La Angus" se partían de risa. Cada uno de los dos gritaba más que el otro y el rifirafe que montaban en el Bar "El Cervantino" era digno de pasar a la mejor Historia de Locos porque a los dos les temblaban las manos mientras impedían que el inspector Expósito lograra imponer su autoridad para que hiciesen definitivamente las paces. Habían nacido para ser bronquistas y tanto Paco "El Caracoles" comp Amalio "El Bizcocho" se insultaban sin ninguna clase de consideración. Aferrados a sus ridículas creencias de ser los únicos hombres capacitados para recibir el reconocimineto oficial de ser ejemplos de machos en toda la comarca de Molinares y sus alrededres más cercanos, siempre andaban buscando a quienes quisieran escuchar sus baladronadas, sus fanfarronerías y sus chulerías capaces de arrebatarles el protagonismo a Don Rafael quien, de vez en cuando, acudía a "El Cervantino" para ver si capturaba algún "notición" que se convirtiera en el "culebrón" del verano para el diario "El Cabás".  Entre los parroquianos más asiduos del Bar "El Cervantino" se encontraba el almacenista de bisuterías baratas y artículos de limpieza, conocidos por todos como Ceferino "El Andaluz" por haber nacido en Sevilla y porque todavía le quedaban ciertos aires de "señorito" aunque ya hacía mucho tiempo que había dejado de ser la atención de "La Reme" y "La Angus" que ahora se dedicaban aver si enocontrabna hombres mucho más jóvenes que aquel trío compuesto por los infaltables "Caracoles" y "Bizcocho" y este almacenista de nombre Ceferino y de profesión quincallero. Nadie podía retener en su memoria el día en que este tal "Andaluz" había llegado a Molinares, pero todos los parroquianos de "El Cervantino" no olvidarían jamás aquellos momentos de gozo y placer que les producía ver cómo Ceferino se esforzaba en recitar poemas de Gustavo Adolfo Bécquer que él mezclaba con los de Rosalía de Castro y los de Ramón de Campoamor hasta armar tal "gazpacho" literario que era la risión general al verle esforzarse en llamar la atención de las dos mujerucas sin lograr nada más que algunos torpes balbuceos a la hora de entablar conversación con ellas. Tenía la costumbre de llamar contínuamente por el móvil a sus proveedores y hacía gestos y señales de suma exageración como si fuera un capitán general ordenando a sus subordinados pero, vióndole tan seco de carnes, nadie creía que fuese capaz ni de ordenar a su propio hijastro, Maximino "El Celemín", que rondaba ya los cuarenta sin haber conocido a alguna que le hiciera caso. Era por eso por lo que "El Celemín" andaba siempre mustio y como encogido de ánimo mientras sus mal llamados amigos le sacaban hasta el último céntimos con vermús y copas de coñac que él pagaba sin poner objeción alguna ya que el dinero provenía, en realidad, de su padrastro quien, estando tan ocupado en deslumbrar a las molinaresas, se había descuidado por completo de la educación de Maximino convertido, de la noche a la mañana, en el mayor "primo" de toda la localidad, habiendo puesto la moda del bitter Kas que bebía en cantidades industriales para intentar olvidar que su padrastro era aquel personajillo tan ridículo.  Cuando "El Caracoles" y "El Bizcocho" se obstinaban demasiado en querer sobresalir el uno sobre el otro era cuando más se animaban los parroquianos de "El Cervantino" que cruzaban apuestas, ilegales por completo según la opinión del inspector Expósito, sobre quien de los dos se llevaba "el gato al agua" con sus absurdas peroratas sin entender jamás de lo que hablaban pues, faltos por completo de la más mínima cultura general, confundían a los mamelucos con los moluscos y a los cefalálopodos con los gasterópodos; lo cual era motivo de asombro y enfado para aquel maestro de escuela, un tal Simón Culebras, que intentaba intervenir para aclarar sus errores pero que siempre terminaba tan liado él mismo, por tomarse el asunto demasiado a pecho, que al querer decir que lo importante no era la sabiduría sino el talento terminaba por decir que lo importante no era la teneduría sino el aliento. Y es que cuando al maestro de escuela Simón Culebras le enfadaban aquellas algarabías de "El Caracoles" contra "El Bizcocho" y de "El Bizcocho" contra "El Caracoles" siempre caía en la trampa de intentar conseguir que ambos razonaran al menos lo suficiente como para ser personas. ¿Qué era lo suficiente para ser personas según Simón Culebras? Al menos saber distinguir entra las merinas y los marinos. Pero todo era tan confuso en aquel bar que hasta "Chinelo", el perrito chihuahua de Don Rafael, no entendía otra cosa más que husmear y olisquear de un lado para otro por ver si caía alguna tajada de tocino que llevarse a la boca; algo que ocurría muy a menudo y que "Chinelo" agradecía más bien por su condición de animal que por ser de provecho alguno pues no asustaba ni a las ratas de las alcantarillas.  Una vez había amenazado Aancleto, conocido como "Quijano", dueño del Bar "El Cervantino", con cerrar el establecimiento, harto ya de tantas broncas irracionales, y marcharse hasta el pueblo de "Algazares" donde se decía que la vida era mucho más aburrida pero mucho más pacífica y que, aunque se ganase mucho menos dinero se ganaba mucho más en salud. Así que "Quijano" se pasaba los días pensando si era mejor tener más abultada la libreta de ahorros del Santander o vivir más años con plenitud de conciencia; una conciencia que, por lo visto, siempre escaseaba en aquel oscuro bar de húmedas paredes donde un joven melenudo, calzado con abarcas de labriego, medio jipi y medio mariquita, o ambas cosas a la vez pues de todo se decía sobre su persona, rasgaba las cuerdas de su guitarra eléctrica lanzando lastimosos quejidos al aire diciendo que alguna vez cambiaría su suerte, que los del Banco no le daban préstamos y que la del estanco no le fiaba ni un real. Nadie sabía, en realidad y con total exactitud, qué era lo que le ocurría a aquel joven melenudo conocido como "Cucaracha" por ir siempre vestido de negro y haber ido predicando que antes de jipi había sido árbitro de fútbol, que tenía una barba tan larga y pintada de marrón verdoso que parecía la cola de un lagarto; a lo cual había que añadir un moño de estilo galés que terminaba por hacerle pasar por monje budista tibetano en lugar de joven agraciado ya que la única gracia que demostraba tener eran sus orejas pintadas de color azul añil para llamar más la atención a la juventud masculina y femenina de Molinares a los cuales, en realidad, les daba lo mismo que se las tiñera de color azul añil o se las tiñera de color verde turquesa puesto quie decían de él, tanto los chicos como las chicas, que estaba totalmente trastornado ya que era solamente un ser obsoleto y "fuera de juego" ya que los jipis y los mariquitas, o ambas cosas a la vez, no llamaban ya la atención de nadie, excepto la del inspector Expósito que los vigilaba estrechamente por ver si tenía ocasión de utilizar la manguera del Cuerpo de Bomberos si es que se les ocurría la infeliz idea de llevar a cabo alguna manifestación pública en contra de su santa voluntad. Expósito jamás lo iba a consentir.  Aquel removerse de rincón en rincón tenía siempre ocupado de tal manera al inspector Expósito que se le había hecho costumbre y, cuando comenzaba la ebullición de los habitantes de Molinares, era cuando más se entretenía en sumar y restar, en multiplicar y dividit, y hastas en hallar el máximo común divisor y el mínimo común múltiplo, puesto que en su adolescencia había sido el mejor estudiante de Matemátcias -conocidas por todos como "matracas"- que había tenido el maestro Simón Culebras. Aquello hacía que el inspector Expósito tuviese mucha auto estima de sí mismo; lo cual era una acicate más para su agitada existencia mientras que Simón Culebras le adoraba y le consideraba el más prestigioso intelectual de toda la comarca. 
Arrodillado en el reclinatorio de la Iglesia del Salvador, juntadas las manos sobre el pecho, mientras contemplaba la Cruz, el cura Nemesio (Neme "El de La Peineta" para las mujeres de la mala vida) masculló unas cuantas oraciones y, de pronto, escuchó el lloro de una niña. Levantándose lentamente, después de haber pedido perdón por todos sus pecados, la encontró. Era una bebé de tan solo veinte días de edad que estaba envuelta en una toquilla de color morado y abandonada al pie de uno de los confesionarios. Se acercó con cuidado y la miró. Tenía unos ojos preciosos, como mirándole pidiendo la vida. Y Nemesio se acordó de sus años en Galicia, cuando de adolescente jugaba al fútbol en el primer equipo de su carrera deportiva, practicando el balompie siempre con una sonrisa en su rostro. Aquel rostro de niña bebé también le sonreía ahora a él, a quien tantos pecados había cometido que si los escribiera alguno de los grandes escritores o escritoras del mundo seguro que ganaría el Premio Nobel. Recordó las muy diversas materias de las que se compone la Historia Humana y, entre ellas, La Pasión de Jesucristo. Alabó al Señor y recogió a la pequeña bebé que seguía sonriendo nada más. Después la protegió contra su pecho y pensó que la pondría por nombre Caridad. Nemesio pensó que no hay mal que por bien no venga, así que le dio las gracias a aquel Jesucristo que tantos pecados le había perdonado y decidió que saldría a la vida en busca del verdadero amor humano (el divino ya sabía lo que era); que se enamoraría de verdad de una mujer pura y buena y que aquella niña bebé sería llamada Caridad para que sirviera de ejemplo a su padre, no un buen padre religioso -que no lo había sido- sino un verdadero y buen padre de hogar.  Con la niña puesta al cuidado de la patrona de la pensión donde vivía; pocos días después Nemesio pidió al arzobispo de la Diócesis de Cartagena, que le diese de baja definitiva en el listado de curas parroquiales porque había decidido ser un seglar al servicicio de las causas sociales y no haciendo asuntos que no sentía de verdad. Tenía la oportunidad de demsotrarse a sí mismo que todavía era capaz de encontrar ese amor verdadero de quien se convierte, de repente, de vicioso a sabio. Descubrió que la solidaridad para con los demás no está en el hábito sino en la costumbre. Para él el hábito y la costumbre eran ya cosas distintas y diferentes. Aquella etapa de futbolista gallego, ahora de corazón murciano, había podido más que todas sus mentiras y se había decidido por volver al camino de su verdad. Compró un balón y se fue al parque a jugar al fútbol con los niños más hambrientos de la calle, con los que no tenían un padre verdadero o una verdadera madre. Lo hacía muchas tardes para poder comparar y saber lo que en verdad es la caridad y lo que en verdad significa tener caridad. Se integró en una iglesia evangélica y allí presentó su niña-bebé a Jesucristo y la bautizó con el nombre de Caridad Fernández Fernández (puesto que Fernández Fernández eran sus dos apellidos y la madre de aquella preciosa criatura no había dejado ningún dato sobre ella) hasta que encontrara a una mujer buena y sana con la que contraer matrimonio por la iglesia y por lo civil -puesto que su compromiso era verdadero, rotundo, total y definitivo- para ser su única esposa para toda la eternidad. Cuando la encontrara y ella le dijera que sí, el segundo apellido de su niña sería el primero de ella que pasaría a ser la madre de su niña. Desde que comprobó que era padre verdadero jamás había dudado en buscar a una madre verdadera para su Caridad porque le pidió a Dios que le ayudara a encontrarla ya que él quería un hogar completo para la niña.  Fue al mes siguiente, en una de aquellas ocasiones en que estaba jugando al balón con los chicos de la calle, cuando la encontró. Era bastante más joven que él, al menos siete años más joven, y le miró a los ojos pidiéndole caridad. Él quedó tan deslumbrado que le juró que tendría la Caridad con mayúscula que estaba pidiendo. La joven, que le confesó que médicamente no podría jamás tener un hijo o una hija, se sorprendió de aquello de Caridad con mayúscula pero Nemesio no se lo quiso todavía explicar. Él estaba enamorado de ella pero quizás ella no lo estuviera de él. Se dijeron sus nombres: Nemesio y Ángeles. Él la invitó a un par de empanadas y café  en el quiosco de los colombianos y comenzó a fluir el romance.  Hablaron de la celebración de la vida como canto de esperanza y no como rezo de muerte; hablaron de fuego particular de dos corazones ardientes y no de llamas destructoras; hablaron de la enhorabuena del encuentro y su continuidad y no del maleficio que rompe las relaciones; y entonces Ángeles se enteró de lo que había sido la vida de Nemesio y sus pecados pero descubrió que era un hombre de los de verdad. Nemesio descubrió que ella era virgen, honesta y sana desde todos los puntos de vista físicos y espirituales. Así que, para seguir descubriendo quién era cada uno de los dos, él y ella -y solamente él y ella y nadie más- se fueron de paseo por Rosales para hablar de cosas tan sencillas como acudir a una biblioteca para leer los mundos literarios que rodean a la vida humana y nos introducen en todo aquello que deseamos elegir o para el bien o para el mal. A ella le gustaba la Poesía y en una heladería se sentaron, pidieron dos de ron con pasas, y él -poeta desde su más tierna infancia- le dedicó uno de los versos más bellos y hermosos que ella había leído jamás, o quizás resultó ser el más bello y hermoso de todos. Así que hablaron de minutos preciosos y de horas tediosas. Minutos alegres, distendidos y siempre provechosos para el bien. Horas aburridas, tediosas y tendienciosas siempre malignas y al servicio del mal. Prefirieron los minutos preciosos. Así fue como se ennoviaron un peón de albañil -pues en eso estaba trabajando ahora Nemesio- y una futura ingeniera industrial -que estaba trabajando como cajera de una empresa de servicios técnicos- y entonces él le contó de la existencia de Caridad y cómo había llegado a su vida. Tras el primer beso de verdadero amor, ella sonrió al decirle que Caridad tenía bien puesto sus dos apellidos pues ella era también Fernández. Ángeles Fernández Fernández para ser exactos. Así que la niña sería ya Caridad Fernández Fernández Fernández Fernández. Aquello les hizo reír a los dos. Se fueron perdiendo las luces del sol y, al aparecer la luna llena, Nemesio le hizo conocer la bohemia de un trovador noble, sano y bueno, cantando por lo bajo una canción creada por él cuando todavía no sabía nada de la vida que le tocaría vivir. Un mes después los dos ingresaron como miembros de una iglesia evangélica y pasaron a ser líderes sin nominación alguna porque ya los dos trabajaban en la Agencia de Viajes que habían abierto como negocio familiar. Asi fue como, sin dejar de ser el matrimonio fiel y firme de un solo hombre con una sola mujer y nadie más, formaron su familia y se convirtieron en líderes cristianos para Dios.
Perdido el juicio por completo, Servandín se desnudó hasta quedarse solamente con el calzoncillo puesto, abrió la puerta de su lujoso chalet y comenzó a llevar a cabo una loca carrera por las calles de Molinares con el extraño pensamiento de que era un atleta corriendo el maratón de Nueva York. Jamás cosa tan loca se había visto en el lugar; pero lo más conveniente era dejarle en paz hasta que se le agotaran sus fuerzas físicas para luego atraparle y terminar por internarlo en el manicomio de El Palmeral. Y cuando fue por fin detenido comenzó a decir a grito pelado que su honor había sido vilmente atropellado y que iba a escribir una carta de quejas a la Reina Isabel II de Inglaterra para que ésta tomara cartas en el asunto de tal modo que se enterara el mundo entero de lo que estaban haciendo con él las fuerzas brutas de la KGB soviética. Le diría a Isabel II que él era todo un caballero y su honor había sido mancillado pero el mundo entero se enteraría de ambas cosas hasta nombrarle Salvador Egregio de la Fama y el Honor, con la imposición de una medalla real firmada por la citada Isabel, el rey de Bélgica y Carolina de Mónaco que seguía estando bien guapa pro cierto. ¿Qué pintaba un loco como aquel en la sociedad de Molinares? Todos se deshacían en darle consejos y explicarle que el único camino para él era admitir que había enloquecido por culpa de la Reina de Inglaterra debido a algún brebaje que le habría suministrado la bruja Eduvigis "La Collares" que estaba deseosa de vengarse de todos los seres humanos que la habían llamado tacaña, avara y sin gracia alguna. "La Collares" no podía permitir tales insultos sin hacer algún daño colateral en Molinares y por eso le había dado a beber brebajes psicóticos elaborados con hierbajos y cardos borriqueros licuados más el añadido de tocinos de cerdos mezclados con magros de cabritos. Pero Servandino ya no escuchaba consejo alguno y seguía resistiéndose y llamando a los "bobis" de Buckhingam para que llegaran en su auxilio. Le dejaron seguir vestido solamente con el calzoncillo pero un chaval de doce años de edad, llamado Pedrín, hijo secreto del solterón de Roberto Alcázar y sus amores con una odalisca turca, avisó que podría quedarse, en un descuido de sus cuidadores, en "bolingas". Casi nadie le entendió y el niño Pedrín, hijo de los secretos amores de Alcázar con las turcas de turno en medio de las melopeas internacionales, aclaró que "bolingas" era un sinónimo de "pelotas". Ahora sí lo entendieron todos y todas y el gentío comenzó a reír estrepitosamente.  Había que llamar al más famoso psiquiatra de Molinares, el famoso Arturo Barrios Novo "Arturito" (nombre con el que era conocido por todas las mujeres del lugar excepto alguna que otra como "La Reme" y "La Angus" que le tildaban de "Burrito" en lugar de "Arturito" porque pensaban que era un burro convertido en hombre por alguna hada malvada que le había aconsejado que informara que la prostitución dañaba el fisico y la mente); pero una vez Barrios Novo en el lugar donde seguía gritando Servandino pidió calma y que le dejasen que dejara de lanzar improperios y exabruptos contra el lider republicano y comunista Pisonero, apodado desde hacía ya días como "El Pendejo"; mas "El Pendejo" comunista y republicano estaba cagado de miedo y no hacía su aparición por ninguna parte. En la puerta de su lujoso chalet privado (mucho más lujoso y mucho más privado que el de Servandino porque para eso era un lider de los rojos republicanos y ateos y los de las bases que se jodieran según decía él porque no eran de la "inteligencia") había colocado un letrero que rezaba así: "Gracias a Dios descanso porque me da la Real gana". Y eso que se llamaba ateo y antimonárquico. Era la paradoja de todas las paradojas de Molinares y sus absurdas idelogías políticas, sociales, económicas, culturales y hasta religiosas  Hubo un silencio total solamente roto por la sonora bofetada que "La Angus" le había atizado al "Caracoles" que se había propasado con ella intentando meter la mano aprovechando la confusión general; pero al "Caracoles" (con todo lo machista que decía serlo) se le escaparon gruesas lágrimas sólo de pensar que le había "cascado" una cualquiera. Barrios Novo, después de admitir que era obligatorio dejar en paz a Servandín porque no sufria de ninguna clase de enfermedad mental ni alta, ni media, ni baja, ni nada de nada, aconsejó a todos los que supieran quienes dirigían el comercio de las drogas que estaban destruyendo las mentes de los jóvenes y nobles ciudadanos de Molinares, que dijeran quienes eran. El inspector Expósito, muy avispado por cierto, hizo suya la idea de "Arturito" para que todos creyeran que era él quien mejor pensaba de todos los hombres de la localidad y la niña de catorce años Teresa Cal, llamada "Cuta", lo dijo sin tapujo alguno; eran los moracos Abdalá Dalá Alá y Mohamed Ahmed Med, quienes negociaban toda la droga de Molinares. Una vez que el inspector agradeció con una piruleta a la niña Teresa Cal "Cuta" por su aviso (la cual lanzó la piruleta a hacer puñetas pues lo que esperaba era un billete de 500 euros y no un miserable "chuche"), hizo desfilar a todos sus hombres con música de la Marcha Real en honor del Rey de España mientras el ya desesperado Pisonero, ahora conocido como "El Pendejo" rumiaba para sus adentros sus continuas derrotas.  ¿Qué pasaba sin embargo con el resto de marxistas republicanos y ateos de Molinares? Encorajinados por todas las batallas perdidas y sabedores que ya no tenían apoyo de las altas jerarquías politicas apelaron al pueblo llano y sencillo de los trabajadores, creyendo que eran tontos y olvidadizos, para llevar a cabo una concentración y marcha de manifestación antimonárquica. Nadie cayó en la trampa y se quedaron más solos que la una. Por no acudir no lo hizo ni el gato' "Pirracas" (que era la mascota que, como símbolo de animal, era quien representaba a todos los marxista ateos y republicanos de Molinares) porque se había cansado de ser símbolo de ideologías políticas y andaba enamorado de "Micifuza", la gata de la familia del conde Don Félix De la Madrid y su bella esposa Doña Felisa De la Madrid. "Pirracas" (gato callejero) estaba totalmente enamorado de "Micifuza" (gata hogareña) y se ponía las botas comiendo como un rajá grandes rajas de jamón caro en lugar de raspas de sardinas de los cubos de basura. Eso sí que era vida de la buena y no callejeer como símbolo marxista, ateo y republicano que estaba ya más obsoleto que el tebeo "Cuto". Y prefería la vida junto a su amorosa "Micifuza" aunque le llamasen judas, traidor y esquirol. Porque había decidido que todo lo que le quedara de vida sería la vida de un gato feliz creyente de un Dios omnipresente y generoso que le había dado la oportunidad de serlo después de haber sufrido tanto desprecio y soledad por parte de los marxistas republicanos y ateos que le habían elegido como símbolo de "tonto útil". Y no lo iba a desaprovechar. Cada día sería para él un goce y cada noche un disfrute. Todo lo demás le resbalaba por completo. Habia descubierto que la felicidad empieza siempre por fe y ya no volvería hacia atrás porque Jesucristo era el Camino, Jeiscristo era la Verdad y Jesucristo era la Vida. Así que si él era solamente un gato y lo comprendía de tan fácil manera mucho más fácil sería que los hombres y las mujeres lograran comprenderlo también en alguno de aquellos días. Su futuro ya no era arañar puertas para ser despedido a escobazos sino tumbarse en un edredón esperando a su amoricito y la buena comida. Y se dijo asimismo que amén y amén.  
Una semana después de lo acontecido con Valeriano Belmonte en la Plaza de Los Azulejos y la Fuente del Abrevadero, llegó repentinamente a Molinares un fabuloso Ferrari de color rojo que conducía una jovencita estudiante de Periodismo, guapísima, sexy y escultural, que decía llamarse Carmen Palacio y Torres Del Castillo buscando a Luis Literas "El Maya" y a Carlos Saínces "El Carillón". Decía que los buscaba para poder entrevistarse con ellos. Cuando "El Maya" y "El Carillón" supieron que era una belleza monumental y que preguntaba por ellos pensaron que ya había caído la primera de sus víctimas amorosas y acudieron rápidamente al Bar "El Cervantino" donde les había citado. Todavía la madrileña Carmen Palacio y Torres del Castillo no había hecho nada más que sentarse en su taburete, cuando se presentaron los dos cuarentones sufridores del "mal de amor" y dijeron que lo que tomara lo pagarían ellos de sus propios bolsillos y, de manera casi instantánea, comenzaron a "atropellarse" el uno con el otro y a intentar ponerse "la zandilla" mutuamente. Luis Literas "El Maya" quería llamar la atención de Carmen hablando sin cesar de la civilización de los mayas, pero Carlos Saínces "El Carillón" le estorbaba hablando sin parar de la Torre de Londres; hasta que, cansada de aguantarles tanta palabrería barata, la jovencita estudiante de Periodismo, guapísima y escultural, vestida con minifalda y polo de Fred Perry, les hizo saber que aquellos temas de los mayas y la Torre de Londres los había escuchado tantas veces que se los sabía de memoria, que se estaba aburriendo del todo y que no era esa la cuestión por la cual había venido a conocerles en Molinares. Los dos grandes "donjuanes", fracasados siempre en sus conquistas, se quedaron "cortados" del todo pero después se frotaron las manos al mismo tiempo. ¡Era la ocasión propicia de "llevarse el gato al agua" y "dar esquinazo" al rival para ser el más importante de los dos ante los bellísimos ojos de aquella chavala! Luis dijo que Carlos era un pelma. Carlos dijos que Luis era un gilitonto. Así que "El Maya" comenzó a contar chistes contra Carlos Marx y "El Carillón" comenzó a contar chistes contra Francisco Franco. Lo que no se esperaba ninguno de los dos era que aquellos chistes no le hacían ninguna clase de gracia a Carmen Palacio y Torres Del Castillo que ni tan siquiera sonrió con alguno de ellos. Así que la estudiante de Periodismo les hizo saber que se ponía en contacto con ellos porque había visto su anuncio en internet y tenía curiosidad por conocer qué sabían ellos de la Década Prodigiosa.  Luis encendió un cigarrillo "viceroy". Era ya el número cuarenta y tres que fumaba en tan sólo dos días, lo encendió y lo volvió a apagar cuando ella le hizo saber que no soportaba el humo. Carlos que iba a sacar un "ducados" ni tan siquiera se atrevió a hacer el gesto. Los dos comenzaron a tramar argucias mentales para hacer que el rival desapareciera de la vista y le dejara a solas con el bombón. En cuanto a la Década Prodigiosa se refería, "El Maya" le dijo a Carmen que "El Carillón" y él habían nacido en los 70 y que de lo sucedido en los 60 no tenían ni puñetera idea salvo algunas conversaciones que habían oído a los que ya eran mucho más mayores que ellos dos, cuarentones pero solteros y sin compromiso. Carmen Palacio y Torres Del Castillo se sinceró del todo y les hizo saber que había contactado con ellos porque estaba llevando a cabo un dossier sobre la Década Prodigiosa en España para completar un trabajo universitario que debía presentar urgentemente. Se hizo pasar por simpática diciendo que los dos le gustaban muchísimo y tanto Luis como Carlos se volvieron a animar en aquella "lucha sin cuartel" en la que se habían enfrascado. No se daban ni cuenta de que a ella le importaban menos que un carajillo que Luis o Carlos se dispararan con intención de conquistarla. Estaba muy acostumbrada a sortear a muchos cuarentones que se las daban de interesantes porque ya pintaban canas.  Carmen se estaba preguntando si merecía la pena seguir allí o buscar fuentes en otro lugar, cuando Luis le contó que había oído hablar sobre que en la Década Prodigiosa se comenzaron a ver muchísimos ovnis, objetos voladores no identificados, en toda la Tierra lo cual empezó a interesarle a la estudiante de Periodismo. Carlos, aprovechando el supuesto interés de ella, dijo que él también había escuchado muchas noticias sobre ese tema. El caso era que uno de los dos triunfara y consiguiera sacar una cita personal con la chavala. "El Maya" se envalentonó del todo y juró varias veces que él había tenido un encuentro personal con un grupo de extraterrestes y que le habían transmitido, a través de la comunicación mental, muchos asuntos interesantes para el futuro de la Tierra; pero "El Carillón" no se quedó atrás y también juró varias veces que él no sólo había estado con un grupo de estraterrestes sino que había comido amistosamente con ellos invitado al comedor del interior de su nave. A la pregunta de saber cómo eran físicamente, "El Maya" respondió que muy altos, muy verdes y con dos antenas en lugar de orejas; pero "El Carillón" contraatacó diciendo que eran enanos, muy amarillos y con dos grandísimas orejas que partían del cráneo y les llegaban hasta las rodillas.  Carmen Palacio y Torres Del Castillo quería saber qué opinaban los extraterrestres acerca de los terrícolas. Luis Literas, siempre más negativo, dijo que estaban dispuestos a destruirnos y estaban planificando un ataque masivo de naves provenientes de los confines de la galaxia; pero Carlos Saínces, mucho más positivo, afirmaba que no era cierto y que lo sucedido era que no se dejaban ver mucho esperando que los terrícolas fuesen menos belicosos para dialogar con motivo de incluir a la Tierra en el Consejo Universal Galaxia. Carmen no hacía otra cosa sino escuchar y tomar numeroso apuntes en su libreta de notas. "El Maya" y "El Carillón" comenzaron a insultarse mutuamente. Luis le llamó a Carlos maldito comunista y Carlos le llamó a Luis fascista cabrón. Fue la llama que encendió el fuego porque, sin decir ya ninguna palabra más, ambos se levantaron de sus taburetes como si les quemara el trasero, comenzaron a empujarse el uno al otro y, minutos despues, se enzarzaron en una batalla campal de escupitinajos en la cara, tortas a diestra y siniestra, guantadas con la mano abierta, puñetazos con la mano cerrada y un cuerpo a cuerpo que terminó por hacerles caeer rodando por el suelo mientras la empleada del Bar "El Cervantino" se liaba a darles escobazos por ver si de aquella manera acababa con la pelea, pero cayó al suelo y tuvo que pedir socorro a Carmen más ésta, que había terminado de escribirlo todo, salió rápidamente del Bar y, subiendo en su flamante Ferrari, se escapó a toda velocidad del escenario donde Luis, Carlos y la empleada llamada Blasa se zumbaban de lo lindo hasta que la policía, avisada por un vecino, entró en el local y se llevaron al trío a la comisaría. "El Maya" y "El Carillón" se habían hartado tanto de aporrearse el uno contra el otro que terminaron por partirse de risa mutuamente ante la incredulidad del inspector Expósito que no salía de su asombro. 
Luis Literas "El Maya" (apodado así por haber estudiado en un taller sobre las civilizaciones antiguas que nunca llegó a terminar por falta de suficiente inteligencia) y Carlos Saínces "El Carillón" (apodado así por lo mucho que había aprendido sobre la Torre de Londres) eran bastante feos (no feos del todo pero casi casi), que se pusieron de acuerdo para escribir lindas cartas amorosas por las redes sociales de internet a ver si algunas chavalas de buen ver y excelente forma física picaban en el anzuelo y se convertían en novias con compromiso de posterior e inmediata boda. Ahora los dos estaban tramando una estratagema para acercarse al domicilio de Servandino y convencerle de que, en lugar de quemar su lujoso chalet, tuviera a bien alquilarles un par de habitaciones por si acaso algunas de aquellas imaginadas doncellas dulces como Dulcinea caían en la trampa de sus romanticoides cartas que siempre empezaban de la misma manera: "Preciosa y lindísima señorita, a la luz de la luna sus miradas traspasan mi desolado corazón que late desenfrenado al saber que está usted leyendo su ansiedad y me siento etéreamente prendido de la llenura de su alma angelical". Después cada uno de ellos escribía una cuantas pendejadas más, sobre sus personalidades más bien depauperadas, y se pasaban los días, las semanas y los meses, esperando respuestas que nunca llegaban. Pero ellos no se desesperaban jamás a pesar de los nulos resultados y seguían, erre que erre, al pie de la letra la famosa frase que dice "quien la persigue la consigue". Mas los años pasaban y el pelo antes abundante de les iba cayendo a marchas aceleradas. Un mal día se apuntaron a unas muy costosas friegas con "abrótano macho" que promocionaba un turista sueco llamado Tobías Svensson pero que si quieres arroz Catalina porque el pelo seguía cayéndosele a los dos y el citado sueco, con dientes delanteros salidos al estilo "Goofy" y más flaco que una varilla tomatera, se hizo el sueco y desapareció de repente tal como llegó, totalmente de incógnito, a Molinares. Nadie se dio cuenta de su huída. Mientras tanto, comenzaron a llegar visitantes de las comarcas vecinas de Molinares; pero solamente lo hacían como a "cuentagotas" - impulsados por lo que habían escuchado de forma oral- y a Don Rafael le entró miedo dar una exagerada publicidad a aquel extraño suceso que presentaría como un milagro de la Virgen de Fuencaliente, relacionado con la insólita aventura de Valeriano Belmonte y la novela corta titulada "La joven dama" de Emilia Pardo Bazán, ya que los tiempos no eran los más propicios ni los más adecuados para despertar emociones fuertes a lo largo y ancho del mundo entero y él se había vuelto un excéptico total; así que lo único que permitió publicar sobre Molinares era una pequeña nota en la contraportada de "El Cabás" conteniendo un comentario de aquel anónimo y desconocido periodista de quien nadie sabía nada. La columna de opinión se titulaba "¡Ostras!" y decía así: "A veces intentamos comprender asuntos que pueden servirnos para convertirnos en seres abstractos y como personajes de ciencia ficción. Hoy ya se multiplican por mil los sucesos a lo largo y ancho de ese planeta y quizás fuese mejor olvidarlos para volver a la costumbre, ya casi perdida del todo y para siempre, de reunirnos toda la familia alrededor de la mesa, con el brasero en los pies, para recuperar toda nuestra memoria. ¿Qué postura debemos mantener quienes creemos firmemente en los corazones honrados y bondadosos de todos los seres humanos que actúan como niños y niñas a pesar de la dureza de los tiempos actuales? ¿Podemos construir un mundo ausente de ilusiones, imaginación y fantasías, reales o inventadas, en lugar de crear un planeta ausente de magia y sólo lleno de desesperación? ¿Por qué no hacer más dulces nuestras existencias? Sólo Dios puede responder a estas peguntas". Aquello molestó bastante al cura Nemesio porque no le daba mucho chance para llevar a cabo su negocio y veía cómo las personas residentes en Molinares estaban olvidando ya todo lo que había sucedido con el "agujero negro" de la Plaza de Los Azulejos y la Fuente del Abrevadero donde volvieron a acudir, día tras día, todas las caballerías para saciar su sed en aquel verano tan caliente; así que los días iban sucediéndose y la indiferencia se había extendido ya por toda la población de Molinares mientras que sólo, muy de vez en cuando, llegaba una autocar con una docena de personas, o incluso menos de una docena, interesadas en conocer la Plaza de Los Azulejos y la Fuente del Abrevadero para sacar fotografías; pero volvían a sus pueblos totalmente decepcionadas. La Plaza de Los Azulejos no tenía nada de espectacular salvo una paredes sucias y desconchadas y la Fuente del Abrevadero era tan común y vulgar como las fuentes de los pueblos vecinos ya que no sólo decepcionaba verla sino que bajaba el ánimo de los más entusiastas puesto que consistía solamente de un pilón de piedra y un caño gordo del cual fluía el agua proveniente de los montes de alrededor sin ninguna clase de diseño artsitico o fuentecillas de colores. Dicha fuente era solamente el lugar donde bebían los asnos de Molinares y lo único interesante que podían hacer los visitantes era pedir permiso al alcalde Timoteo Timón para darse un chapuzón en ella por ver si sus aguas eran milagrosas. El alcalde Timoteo Timón aprovechó la ocasión para obligar a que cada persona que desease usar el pilón para chapuzarse dentro de él tendría que pagar 50 euros. El negocio estaba siendo rentable pero en lugar de crecer se vino abajo cuando todos se dieron cuenta de que no se producía milagro alguno y los enfermos volvían a sus pueblos más enfermos todavía. Poco a poco dejaron de llegar los visitantes y todo lo sucedido en aquel lugar se le fue olvidando a los residentes de Molinares, excepto al extraño extravagante extranjero llamado "El Obsidiano" que siempre iba buscando alguna aventurilla -incluidas las vividas con "La Reme" y "La Angus"- con las que matar el tiempo. ¿Quién era aquel enigmático personaje, de dónde procedía y qué era, en realidad, lo que estaba buscando en aquel lugar? Esas eran las preguntas que seguía haciéndose el inspector Expósito que veía en aquel tal "Obsidiano" una especie de maleante esperando alguna oportunidad. Lo que no descubría nunca, por lo menos hasta entonces, era qué podría ser aquella oportunidad y, si eran ciertas sus sospechas, cuáles cosas eran verdades y cuáles cosas eran mentiras de todas aquella que, sobre "El Obsidiano", comentaban los compadres y murmuraban las comadres. ¿Podría ser, como  decían algunas personas del lugar, que estaba esperando el momento más propicio para envenenar las aguas potables de todo Molinares y eliminar así a toda la población? Aquello era lo que de verdad le hacía temblar de miedo al inspector Expósito que no podía dormir debido a sus extraños sueños. Fue en uno de aquellos sueños donde Expósito visionó la burla diabólica de "El Obsidiano" riendo a carcajadas mientras Servandino (hijo de Servando y nieto de Servandón) ardía en medio de las llamas que él mismo había producido al quemar el lujoso chalet desde su interior y, lo más grave, el fuego arrasaba a todo Molinares quemando vivos a la pobalción por completo incluyendo a los perros, a los gatos y a toda clase de mascotas vivas. Expósito despertó de su pesadilla cuando su mujer le arreó una tan sonora bofetada que dejó de chillar como un poseso en ataque histérico. El inspector Expósito sudaba la gota gorda y no sabía cómo explicarle todo lo soñado a su guapísima esposa Conchita Piqueras "La Cantaora", que era de etnia gitana y desde niña había recorrido todos los caminos de España en la tartana de su padre "Naranjito Limón", famoso bailaor gitano de aquella época en la que los gitanos tenían siempre muy buena acogida en las páginas de los peródicos diarios como "El Cabás" y las revistas más o menos literarias. Expósito se había enamorado a primera vista de "La Cantaora" y comenzarón su romance de noviazgo en contra de todo el clan de los gitanos quienes, encabezados por "Naranjito Limón", siempre amenazaban al inspector de policía con rajarle de arriba hasta abajo si continuaba "pelando la pava" con Conchita Piqueras. Así que para casarse con ella, Expósito tuvo que meter en la cárcel durante un año completo a "Naranjito Limón" y a su hermano "Limoncito Naranja" para tener el camino libre. La venganza de "Naranjito Limón" y "Limoncito Naranja" (de este segundo se decía que era homosexual por completo) consisitió en tener raptada por un mes a Virginia, hija del matrimonio entre Expósito y Conchita, para que la bruja Eduvigis "La Collares" le echase el "mal de ojo" para toda su vida. Y por eso todos achacaban a ese asunto el hecho de que la preciosa Virginia, a los quince años de edad, decidió meterse a monja y ahora ya era una gran misionera cristiana en Iganga, allá por el país de Uganda.  Esto no se lo perdonó jamás el inspector Expósito al gitano "Naranjito Limón" y estaba buscando siempre la ocasión más propiciatoria para meter al "patriarca" gitano en la trena no ahora por un año sino por una década. Y no iba a parar hasta hacerle morar en el calabozo hasta que se pudriera en vida. Por motivo de ciertos asuntos relacionados con drogas ya había un pleito público entre Expósito y "Naranjito Limón" pero el tema de los gitanos ya no estaba de moda porque su época de oro (cuando los diarios como "El Cabás" siempre daban noticias y hacían crónicas y reportajes sobre su mundo y su manera de vivir) ya hacía décadas que se había terminado.  
Cuentan quienes se despertaron a primeras horas de la mañana siguiente que la localidad de Molinares parecía que se veía envuelta en una neblina rara y espesa. La Plaza de Los Azulejos parecía sumergida en el remoto de la memoria colectiva pues ni de ella ni de su Fuente del Abrevadura se observaba el más mínimo detalle; había caído en un olvido mental tan delirante que ahora todos contaban chascarrillos acontecidos años atrás, aquellos años del pasado que tanto añoraban los molinarenses y las molinarensas. Un miedo a perderse dentro de la Plaza de Los Azulejos hacía que nadie se atreviera a osar meterse allí y todos tenían tanto miedo que les castañeaban los dientes formándose todo un concierto dental propio de anuncio de Profiden en lugar de una reunión de vecinos. ¿Qué les podría suceder a quienes se atrevieran a meterse en aquella especie de agujero negro? ¿Podrían regresar algún día o se habrían perdido para siempre sin poder despedirse de todos sus familiares? Llegó un momento en que todos pidieron que dijera algunas palabras el cura Nemesio; pero esta vez éste no iba a permitirse ninguna clase de chistes y el republicano Pisonero comenzó a enardecer a la plebe agitando el ánimo de aquella pequeña multitud para que corriesen a quemar todas las iglesias y todos los conventos de la región; pero lo hacía de manera tan cobarde que alegaba que no era un pensamiento suyo sino de una realidad marxista que el mundo entero necesitaba. ¿Por qué no empezar por Molinares para servir de ejemplo al universo? En defensa de Neme "El de La Peineta" que estaba ya a punto de acabar linchado por todo el gentío debido a la inquina, la mala leche y los cobardes ataques verbales de Pisonero, surgió un tal Valeriano Belmonte, un caballero tan discreto como eminentemente sabio que se enfrentó dialécticamente contra el cada vez más "crecido", bravucón y arrogante líder de los republicanos de Molinares. Se habló de la dignidad humana y Valeriano Belmonte hizo callar la boca del líder republicano cuando le señaló que precisamente la libertad humana se emana de la libertad divina que cada uno y cada una posee desde su nacimiento y que es la única que existe para poder tener libertad de decisión y liberarse del acoso de los irracionales y embrutecidos ateos. Todos se admiraban de los saberes de Valeriano Belmonte, que en su juventud quiso haber sido torero pero decidió mejor seguir el camino de los libros, ante aquel iindefenso Pisonero que salía derrotado siempre sobre cualquier tema abordado en cuanto a la dignidad humana. Valeriano Belmonte le retó al líder republicano y marxista ateo Pisonero a que le demostrara con hechos, y no con chapucera habladuría sin sentido alguno, cuándo los seres humanos habían conseguido, por ellos mismos y sin la ayuda de Dios, desde el inicio de Adán y Eva hasta la actualidad, haber construido un mundo feliz para todos y no solo para los poquitos miembros de las cúpulas de los partidos republicanos socialistas, comunistas y anarquistas. Nunca lo habían logrado sin la ayuda de Dios.  El líder republicano y marxista ateo Pisonero sufrió tal descalabro dialéctico que, derrotado del todo, se dirigió al bar "La Parrala" para intentar olvidarse de aquel tal Valeriano Belmonte y de su defensa de la dignidad humana emanada de un Dios creador y defensor de la vida en lugar de tantos advenedizos líderes históricos ateos que sólo fueron destructores y atacantes de la vida cuando no sabían hacer otra cosa sino aplicar la bestialidad de las armas y las guerras para imponer sus dictaduras soviéticas. Y mientras Pisonero se emborrachaba para intentar olvidar, el cura Nemesio no pudo hacer otra cosa más que abrazar a aquel hombre culto y valiente llamado Valeriano Belmonte e invitarle a una ronda por haberle salvado de una casi segura paliza y linchamiento por parte de todos aquellos vecinos que, ahora que Pisonero no les quemaba las sangres, quedaron con la boca abierta ante la serenidad y el estilo con el que Belmonte había destruído toda la "pastosa" y "cerril" teoría del republicano ateo que había quedado aplastada con tan mínimo esfuerzo. Valeriano sólo admitió que Nemesio le invitara a una sencilla lata de Coca Cola, pues era defensor de los productos norteamericanos desde su más tierna infancia, para después de la celebración y después, ante la visíón y presencia de todos y de todas las personas allí reunidas, que ya volvían a ser una pequeña multitud, introducirse en el interior de la Plaza de Los Azulejos y perderse de vista ante el gentío que se hacía cruces ante tamaña desgracia. El inspector Expósito decidió que sus diez atléticos y musculosos hombres seleccionados para aquellos acontecimientos (algunos de ellos futbolistas del Pulpileño) se adentraran en aquella espantosa bruma pero todos dijeron que nones y que verdes las habían segado y que se metiera su padre porque ellos querían seguir vivos durante muchísimos años más y poder envejecer rodeados por bisnietos y hasta tataranietos sentados junto a las chimeneas de sus lares en invierno o tumbados en las hamacas de las playas en verano; así que Expósito no tuvo más remedio que llamar al Destacamento de Paracaidistas de la cercana Cantarilla la Grande para que mandasen un helicóptero y, desde las alturas, alguno de ellos se lanzara en el interior de la Plaza de Los Azulejos para ver qué estaba sucediendo con el extraño caos de la niebla y la Fuente del Abrevadero. Los paracaidistas también dijeron que nones y que verdes las habían segado y todo lo demás que habían dicho los hombres de Expósito. Un par de mujeres valientes y decididas tuvieron la idea de buscar al republicano ateo Pisonero, que ya ni era líder ni nada que mereciera la pena ser, para que tuviera la oportunidad de recuperar su perdido prestigio y volver a brillar a gran altura dialéctica demostrando ser un hombre tan completo como Valeriano Belmonte introduciéndose en aquel espantoso lugar donde su rival se había metido. Pero la respuesta de Pisonero fue soltar un eructo y unos cuantos pedos sonoros antes de ir al water a defecar cagado de miedo. Ante esto, las dos mujeres, hermanas gemelas llamadas Rufina y Josefina, lo contaron a todos los demás allí reunidos y, a propuesta presentada por el cura Nemesio, a Pisonero se le bautizó popularmente como "El Pendejo".  Se siguió meditando, por parte de todos y de todas, cómo hacer para poder enterarse de qué estaría sucediendo con el valiente Valeriano Belmonte cuando ya hacía dos largas horas que se había introducido en aquel "agujero negro" y no se sabía nada de él. Lo más lógico era pensar que había muerto comido por las fauces de algún temible y gigantesco caimán pero era necesario que aquella noticia se confirmara para ser publicada, al día siguiente, como la más comentada del diario "El Cabás" y eso fue lo que hizo conocer a todos el señor don Rafael, Director de Sucesos de dicho periódico. Fue entonces cuando Amalio "El Bizcocho", apodado de esa manera porque era bizco de los dos ojos, propuso que se metiera dentro de aquel monstruoso y terrorífico "agujero negro" al asno de Paco "El Caracoles" quien al escuchar tal propuesta se molestó en demasía al creer que lo de el asno del "Caracoles" lo decía "El Bizcocho" no por su asno sino por él mismo. Y se calentaron los dos de tal manera que rápidamente llegaron los mojicones, los tortazos y las hostias de todos contra todos, pues en dos bandos se habían dividios los de Molinares, ante el asombro y la impotencia de las mujeres que pensaban que se iban a matar aleccionados los seguidores de "El Bizcocho" por "La Remedios" y los seguidores de "El Caracoles" por "La Angustias". Todos sabían que el oficio de "La Reme" y "La Angus" era el más viejo del mundo pero ahora aquello no importaba ni poco ni mucho pues el caso era vapulearse de lo lindo los unos contra los otros para calentarse un poco ya que la mañana estaba siendo bastante fresca.  Fue Timoteo Timón, el alcalde de Molinares, quien tuvo que dar por finalizada aquella tangana general y multitudinaria haciendo que su Pregonero Mayor (Adolfo Rodolfo Gandolfo "El Golfo") avisara por el altavoz que la pelea quedaba suspendida y declarada en empate entre los de "El Caracoles" y los de "El Bizcocho". Hecho ya el silencio y las paces de los unos con los otros tomó la palabra el alcalde Timón para pedir que los paracaidistas que fuesen avisados a acudir en ayuda de Molinares llegaran sin compromiso alguno de lanzarse al interior de aquel infierno sino que, desde lo alto y con la ayuda de un helicoptero (pues decía helicoptero en lugar de helicóptero ante el cachondeo y las risas de todos los presentes), rociar todo el siniestro "agujero negro" con ácido úrico (y decía ácido úrico como pudo haber dicho ácido carbónico o ácido anhídrico pues de Física tenía menos idea que de saber de mujeres y es que de mujeres no sabía absolutamento nada pues no era mariquita como decían muchos sino solamente misógino nada más), para que se disolviera toda aquella oscurísima niebla en cuyo interior se daba ya por sabido que había muerto devorado por alguna especie de gigantesco caimán (esta idea la había impuesto la bruja Eduvigis "La Collares" y todos la dieron por cierta) y fue cuando, al responder negativamente desde el Destacamento de Cantarillas la Grande llegó el momento que aprovechó aquel extraño extravagante extranjero apodado "El Obsidiano" para acercarse al alcalde y decirle en voz muy baja, para no ser oído por nadie más, que a cambio de otros 500 euros le escribiría otro bello discurso con ocasión de celebrar los responsos por el ya fallecido Valeriano Belmonte. Pero en esta ocasión Timoteo Timón le mandó a hacer puñetas. Pasadas ya dos horas más, la temible, espesa y negra neblina comenzó a disiparse y, una vez que la claridad del sol hizo que recuperaran la visión, todos se hicieron cuces en la frente, en la boca y en el pecho, gritando que aquello era un verdadero milagro cuando descubrieron al ya dado por muerto Valeriano Belmonte, sentado en el borde de la Fuente del Abrevadero, a donde iban a beber todas las caballerías días tras días, y terminando de leer la novela corta de Emilia Pardo Bazán titulada "La dama joven" ante el jolgorio y las carcajadas de todas las mujeres de Molinares (incluída incluso la bruja Eduvigis "La Collares") y el asombro de todos los varones más el griterío endordecedor de niños y niñas gritando a pleno pulmón que todo aquello había sido un milagro; cosa que al cura Nemesio (más conocido como Neme "El de La Peineta"), tan astuto como siempre, le convenía hacer creer al mundo entero por lo de ganar una fortuna tal como sucede con la Virgen de Lourdes o la Virgen de Fátima. Ya tenía pensado reunirse esa misma tarde con el señor Don Rafael, Director de Sucesos del diario "El Cabás" para preparar la estrategia más adecuada y el tratamiento más aconsejable a dicho "notición" a cambio de ir "a medias" en el reparto de los beneficios si "colaba" que era un producto de la intervención de la Virgen de Fuencaliente.  Y mientras tanto... ¿seguía Servandino -hijo de Servando y nieto de Servandón- intentando quemar su vivienda sin salir de ella para nada o se le había pasado ya del todo el brote psicótico que todos decían que sufría de vez en cuando sin saber que no había nada de eso dentro del cerebro de Servandino sino el afán de vengarse de todos por haberle arrinconado y no dejarle jugar al dominó en el Hogar de los Jubilados?
Fue precisamente Neme "El de La Peineta" quien dio la voz de alarma. ¡Cien monstruosas y cadavéricas figuras, vestidas completamente de negro y con largas guadañas en sus manos, les atacaban montando en briosos y rápidos corceles! ¡Era el Apocalipsis final! Ante aquel patético aviso del cura Nemesio, la estampida de todo el gentío reunido a pocos metros de la vivienda de Servandino fue estrepitosa. Todos se empujaban contra todos y todos pisaban a todos pero nadie se paraba a pedir disculpas. Algunos lanzaban puñetazos con tal de abrirse camino libre. Pero la realidad era que no se trataban de "jinetes de la muerte" sino que eran cien cerdos salvajes y hambrientos que acudían a las huertas para acabar con todos los sembríos de coles, repollos y lechugas. Pero como el cura Nemesio estaba totalmente ebrio había confundido las blancas y temibles dentaduras de los cerdos con guadañas mortales. Alguien sacó un machete y amenazó con cortarle el cuello al primero que se topara en su camino, y le daba lo mismo que fuese hombre, mujer, niño o anciano, para acabar con toda aquella pesadilla. Todos veían al fantasma de Benito Bustos flotando en el aire pero no era Benito Bustos sino "El Rijoso" que se encontraba practicando volteretas para mantenerse en forma una vez pasado el susto. "El Rijoso" era un tipo peligroso, poco educado y falto de toda clase de cultura; o sea un completo paleto del todo y para siempre que, cuando bebía más de la cuenta, amenazaba en medio de las calles que se iba a morir pero que antes de eso él iba a acabar con las vidas de todos los residentes de Molinares. "El Rijoso" era de oficio zapatero y alardeaba del ser miembro del PSOE a nivel nacional y miembro de una peña de seguidores del Atlético Pulpileño. Ante aquel maremagnum humano (y lo de humano sólo es un decir) el inspector Expósito sacó su pistola reglamentaria y disparó diez veces al aire.Todos detuvieron sus carreras, se quedaron quietos por ver que sucedería a continuación, y un silencio sepulcral se adueñó de Molinares. Ni los perros y perras se atrevieron a seguir ladrando no fuese que alguna de las balas disparadas al aire les entrara por los hocicos. El gentío esperaba las palabras de Expósito, mas el inspector de la Policía Local, estaba meditando en qué hacer para pasar a las páginas de la Historia de Molinares como el hombre que consiguió lo imposible. Nadie quería perderse ni una sola palabra del ya famosos inspector; pero éste seguía son su silencioso mutismo y todos los residentes de Molinares creyeron que, debido a las fuertes emociones de aquella noche, se había quedado repentinamente mudo o quizás debido a algún sortilegio de la bruja Eduvigis "La Cadeneta", apodada así por la larga cadena de diminutas calaveras de hueso que llevaba colgada del cuello a manera de collar; por lo que otros la llamaban "La Collares". "La Collares" y "La Cadeneta" eran la misma persona: Eduvigis Corral Verde, hija de un teniente de aritillería y de una mujer sin oficio ni beneficio que se había dedicado siempre a "echar las cartas" a quienes pensaban que en las cartas ella veía el futuro de cualquier ser humano. Algunos llamaban "La Meona" a la madre de "La Collares" porque siempre estaba acudiendo al baño cada media hora totalmente cronometrada por Miguel Fornes "El Presidente" ya que como tal ejercía su cargo en el equipo de voleibol de Molinares.  El teniente de artillería apellidado Corral se había saltado la tapa de sus sesos hacía ya cinco años y la noticia de su suicidio estuvo siendo comentadísima en el diario "El Cabás" durante un trimestre completo. Fue a partir de entonces cuando la madre de Eduvigis convirtió a ésta en hechicera, echadora de cartas y maga de brujerías y misas negras. Un domingo, el Director de Sucesos del diario "El Cabás", conocido por todos como Don Rafael, había dado la orden de publicar un reportaje completísimo, en las dos páginas centrales, de toda la historia de la familia Corral Verde, escrita por un periodista completamente anónimo y desconocido hasta la fecha. Por eso el alcalde de Molinares, Timoteo Timón había ofrecido un viaje, para dos personas, a la Ciudad Encantada de Cuenca, para quien fueses capaz de descubrirle. Ahora, al llegar el alba todo era silencio. Por las calles de Molinares no paseaba ni un alma. Solamente "El Obsidiano", aquel extraño y extravagante extranjero del cual nadie sabía su nombre, nadie sabía ninguno de sus apellidos, nadie sabía de qué país o nación procedía, y nadie sabía qué hacía y a qué se dedicaba en Molinares, tan lejos de la civilización humana, se encontraba sentado en un banco de madera de la Estación de Autobuses mientras se disponía a escribir el discurso del alcalde Timoteo Timón que se lo había pedido a cambio de pagarle 500 euros si el asunto salía le mejor posible. Así que "El Obsidiano", olvidado ya aquello de "Conejito", comenzó a concenterarse para escribir el discurso del alcalde Timón. Y escribió. Molinarejos y molinarejas, y valgan todas nuestras moralejas, debido a que se acercan las Fiestas Patronales de la Fuencaliente, y ande yo caliente ríase la gente, y debido asimismo a lo caliente que está siendo este mes tan veraniego, y yo nunca me niego a que haya por fin un riego, he decidido que, desde el primer día del próximo mes de julio, y lo siento por Julio "El Cencerro" que está tan loco que no tiene culpa alguna en este asunto, todos vosotros y todas vosotras, y no se salva ni "El Tato", cooperará con un óbolo, mínimo diez euros es lo conveniente para poder meter el diente, con ocasión de poder alumbrar y deslumbrar al mundo entero contratando al conjunto congoleño "Dale Ke Dale", con su vocalista dominicano que ni puñetera idea tiene de canto pero menos da una piedra, para amenizar nuestras fiestas, haciendo saber que serán las Hermanas Ursulinas las que costearán todos los gastos del conjunto "Dale Ke Dale" y el caradura de su vocalista que ni tiene voz ni voto pero se las da de enorme cantante a escala dominicana, debido a que yo les dije que sí, que sí y que sí, que para eso están las iglesias. Así que espero que todos y todas colaboren con el mínimo de diez euros por cabeza, aclarando que las cabezas de reses no cuentan sino solamente las cabezas humanas sean pequeñas, de tamaño mediano o cabezonas, y que os sintáis solidarios y no os hagáis los olvidadizos porque algunos no pagan los impuestos presupuestados para la recogida de las basuras y las basuras, perdón por decirlo pero si no lo digo reviento, somos todos ya que a todos nos pertenecen. Además seamos solidarios del vocalista dominicano del "Dale Ke Dale" que ni puñetera idea tiene de música o algo que se parezca a la música pero es que nosotros somos caritativos hasta con quienes viven de gorra a costa de la ingenuidad de los demás. Además que resulta que es un infiltrado de Alianza País porque dice que pasa hambre y eso no se lo cree ni su tata ya que de infantil tiene demasiado. Y lo firma y afirma el Señor Alcalde Timoteo Timón. Todos y todas dormían, olvidado ya el dichoso Servandín que lloraba amargamente su desgracia. Eso de que resultaba que era sifilítico le había hecho perder toda confianza en sí mismo y la moral la tenía por los suelos; mientras que el truculento asunto de los huesos incinerados y el cinturón con púas le seguía haciendo polvo.  
Después de haber vomitado toda la cena, Servandín encendió el fuego de la chimenea con leña recogida por él mismo en los montes de la Sierra de Espumadera, y armó una fogata tan flamígera que llamó la atención de todos sus vecinos quienes supusieron que, en uno de sus ya tan famosos ataques de locura transitoria, le había dado por intentar quemar su vivienda. A todo aquel asunto de los huesos calcinados y el cinturón de púas, se le había añadido lo de que era sifilítico. ¿Podría un ser humano, tan débil de caráctery tan paleto, aguantar tanta clase de calamidades sin llevar a cabo una locura de tal calibre como para salir en la portada del diario "El Cabás" y pasar a la Historia de Molinares como un ser excepcional? Todo eso es lo que pensaban los vecinos y las vecinas de Servandín antes de llamar o no llamar al Cuerpo de Bomberos de la localidad. En el cielo se reflejaba una especie de llamarada incandescente. ¿Era producto de la chimenea de Servandín o solamente una alucinación colectiva debido a las múltiples historias para no dormir que comanzaban a propalarse de boca en boca por todo Molinares? Paco, conocido como "El Caracoles", fue el primero que lanzó una propuesta para ser estudiada por todos y por todas. Suponiendo que Servandín debía estar sufriendo uno de sus clásicos ataques de locura transitoria era mejor entrar en su vivienda y forzarle a apagar el fuego aunque fuese a costa de darle un par de bofetadas. La propuesta de Paco "El Caracoles" fue muy debatida por todos y todas pero Clementina, la hija fea y solterona de Macario "El Macanas", que se creía que era líder y carismática aunque estaba lejísimos de serlo, siempre tan compasiva con los mundos ajenos en los que se entrometía sin que nadie le dira permiso alguno, rogó a todos y a todas que dejaran en paz a Servandín hasta ver si salía fuego por las ventanas o solamente el asunto consistía en toda aquella humareda que ya estaba cegando la vista de todos y de todas. Pero "El Caracoles", íntimo amigo del cura Neme "El de La Peineta", propuso que lo mejor era acercarse lentamente hacia el hogar de Servandín y lanzar piedras contra los cristales de todas las ventanas hasta conseguir que éste reaccionase de alguna manera además de acordarse de las madres de todos y de todas. Y es que Paco "El caracoles" que era hijo del gitano Manolo "Candelas" y la paya Rosaura Cifuentes, ni era monárquico ni era republicano pues siempre resolvía todos sus problemas por lo tremendo y para él la única posibilidad era solucionar el conflicto de Servandín usando una manera completamente efectiva.  Aquello de apedrear todas las ventanas del chalet de Servandín no lo aprobó ni mucho ni poco el cura Nemesio quien, ya un poco borracho por tanto beber mistelas tras mistelas, contó un par de chistes un poco "verdes" y subidos de tono que hizo que todos y todas rompieran a reírse hasta de sus propias sombras. Todos y todas excepto un extranjero apodado "El Obisidiano", tan extraño que nadie conocía su nombre, nadie conocía sus apellidos, nadie conocía su país de nacimiento y nadie conocía cuáles eran los motivos para que viniese a residir a un lugar tan apartado del resto del mundo civilizado. Lo más interesante de "El Obsidiano" eran las visibles cicatrices que tenía en su mejilla derecha y de las cuales todos y todas relataban su propia leyenda personal; entre otras existía la de haber sido producidas por su lucha a pecho descubierto contra un par de leones en tierras zulús; la de haber sido consecuencia de los castigos sufridos por los indios toltecas por haber querido meter mano a la esposa de un cacique; y la de haber sido la consecuencia fatal de un ataque de mujeres furiosas por haber menospreciado a algunas de ellas llamándolas gallinas de gallinero en su extraño y desconocido país de origen. ¿Era "El Obsidiano" un machista incorregible o era un feminista arrepentido? Aqellas fabulosas historias le servían al extraño y misterioso extranjero para gozar de todo un tejido de leyendas alrededor de su figura mitificada. La verdad era que "El Obsidiano" tenía cara de conejo, dientes de conejo y orejas de conejo; y era tan parecido a un conejo que fue Pisonero, el más recalcitrante republicano de Molinares, quien en una de sus geniales ideas decidió que todos y todas del pueblo recogieran una colecta de euros para regalarle al "Obsidiano" mil kilos de zanahorias. Aquello fue motivo de risas y cachondeos cuando se llevó a cabo pero terminó el asunto de tan mala manera que el extranjero terminó por dejar de saludar a todos los republicanos de aquel lugar y se dedicó a intentar consolar a Servandino y al borracho Santiaguillo Ronquillo trabando una gran amistad con ambos. Pero ahora Santiaguillo Ronquillo se había marchado a vivir a una cueva de "La Ribera" y Servandino, hijo de Servando y nieto de Servandón, estaba encerrado en su vivienda con aquella idea fija de intentar quemarla desde su interior; algo que negaba, por supuesto, la fea y solterona hija de Macario "El Macanas", la clemente Clementina que ni era líder ni tenía ninguna clase de carisma. En medio de todo aquel desorden, al republicano Pisonero se le ocurrió la peregrina idea de que "El Obsidiano" fuera llamado, desde aquella misma noche, "Conejito" por ver si de aquella manera se le pasaba el enfado producido por culpa del regalo de los mil kilos de zanahorias y hacían las paces el extraño extranjero y todas las personas residentes en Molinares.  Pero ahora lo que más le importaba al inspector Expósito era acudir rápidamente al lugar de la fogata para intentar, junto con los diez más musculosos de sus hombres de la Policía Local de Molinares, evitar una desgracia cuyo alcance era difícil de imaginar. ¿Por qué andarse por las ramas intentando hacer entrar en razón a aquel loco llamado Servandino y no solucionarlo dándole un par de hostias bien dadas? Aquella propuesta de zanjar el asunto fostiando de manera directa al monárquico Servandino le hizo mucha gracia al republicano Pisonero, el mismo que se presentó voluntario para ayudar en la hora de arrearle unos cuantos chirlazos al enamorado de la Reina Isabel II de Inglaterra que vaya Dios a saber si estaba enterada de todo lo que estaba sucediendo en Molinares o no sabía ni tan siquiera a qué país pertenecía dicha localidad de locos; pero lo más seguro, como decían muchos y muchas, es que podría ser que en alguna ocasión de las celebraciones de cumpleaños de Isabel II de Inglaterra, quizás Servandino le habría enviado una tarjeta postal haciéndose pasar por millonario de Bogotá y la pobre Isabel II de Inglaterra, Reina de toda la Gran Bretaña, debería estar en la inopia cuando se enteró de que Servandino era el mayor accionista del colombiano Millonarios Club de Fútbol. Por supuesto que todo aquello era solo una leyenda sobre el mito de Servandino, hijo de Servando y nieto de Servandón, pero quizás la reina inglesa pensaría que éste debería ser un magnate de alguna república bananera, un Rey de los Bananos, con flota naviera inclusive, según afirmaba el canijo Nicanor, más conocido por todos como "Canito" por lo pequeño de su estatura, sobre aquel macarra enamorado de aquella manera tan extraña de su Majetad Isabel II. Fue entonces cuando Clementina, celosa por tanto "sex appeal" que se decía tener Isabel II, aunque del dicho al hecho había un gran trecho, entró en un ataque tan histérico y comenzó a lanzar tales y agudos chillidos que todos los perros y perras de Molinares llenaron la noche de aullidos tan fieros y prolongados que se decidío irse todos y todas a dormir a los montes de la Sierra de La Espumadera o que, quienes quisieran, que se quedaran tomando café caliente para no dormirse mientras escuchaban  chistes "verdes" y un poco subidos de tono del cura Neme "El de La Peineta" ya completament ebrio. Triunfó esta segunda opción y tanto los hombres como las mujeres se partían de risa con los chistes del cura.  
A Servandín le dieron enormes ganas de ir a la Redacción del periódico "El Cabás" para decirle al Director de Sucesos que todo aquello era una gran mentira. El bulto que había aparecido en el zaguán de la puerta de su chalet no era, para nada, un montón de huesos humanos calcinados, por mucho que lo dijeran todos los vecinos que murmuraban desde que la policía local de Molinares se lo había llevado para investigar aquel extraño caso. Decir nombres no era correcto mientras se mantuvieran las dudas. ¿De qué manera iba él a guardar en una caja de cereales, vacía, un cinturón de púas? ¿Qué relación iba a tener lógica alguna entre el bulto de los huesos calcinados y el cinturón? Todo aquello era solamente un chisme de algún periodista que no tenía otra cosa que hacer más que concebir historias demenciales para entretener a las gentes durante el caluroso verano que atacaba los nervios hasta del más templado de los republicanos.  Por un instante, Servandín estuvo a punto de acudir a la Guardia Civil pero, dando mil vueltas a su cerebro, se le ocurrió que lo mejor era decidirse a tomarse la justicia por su mano. Don Rafael, el distinguido Director de Sucesos del diario "El Cabás", necesitaba que alguien le sobara los morros para que, de una manera más o menos razonable, se diese cuenta de que el honor de un hombre tan serio como él no tenía por qué esconder sus vergüenzas como si fuese un truhán cobijado siempre donde no había luz. ¿Qué era eso de ir siempre a gatas, todos los días, junto a las tapias del cementerio por culpa de aquel periodista de pacotilla que le había denigrado de manera tan cruel? No sabía ni cómo ni por qué el bulto de los huesos calcinados y el cinturón de púas encontrado en la caja vacía de cereales habían sido hallados durante las pesquisas del inspector Expósito. Pero lo que no estaba dispuesto a seguir consintiendo era que todos los del pueblo de Molinares le señalasen con el dedo acusador cuando iba camino de la huerta; aquella huerta que había heredado de su padre Servando que también la había heredado de su abuelo Servandón. La saga familiar no tenía por qué sufrir aquella injusticia social.  Servandín se había dicho a sí mismo que no. Que ningún republicano de Molinares iba a seguir llamándole mariquita por el simple hecho de celebrar, año tras año, una fiesta por todo lo alto en honor de la Reina Isabel II de Inglaterra. ¿Qué diablos tenía que importarle a los republicanos de Molinares que él tuviera tanta afición de admirar y adorar a Isabel II de Inglaterra con el lanzamiento de cohetes desde el patio trasero de su hacienda? ¿Acaso él denostaba o insultaba a los que recordaban y adoraban a Buenaventura Durruti cuando en realidad sólo había sido un asesino? No. Aquello resultaba del todo imposible de aceptar. Más de una vez le habían pedido una altísima cantidad de euros a cambio de permitirle seguir lanzando cohetes cada 21 de abril de cada año pero siempre había rechazado la tentación haciendo saber a todos los chantajistas que él nunca iba a dejar de conmemorar de aquella manera la fecha del natalicio de Isabel II de Inglaterra ya que, según Benito Bustos, el viejo veterano de la Segunda Guerra Mundial, el amor no tenía edad alguna y no había por qué tener edad alguna para enamorarse de toda una Majestad aunque fuese inglesa y estuviese más arrugada que una ciruela pasa. Así que todo aquello de los huesos calcinados, que todavía no habían sido reconocidos como de un ser humano, y el cinturón de púas hallado dentro de una caja vacía de cereales por el inspector Expósito, debía de ser alguna macabra broma de Pisonero, el que había estado prisionero de sus propios vicios en lugar de seguir siempre los rectos caminos de los que hablaba, domingo tras domingo, el cura Nemesio es sus prédicas durante las misas.  Servandín también estaba dispuesto a que el cura Nemesio, gallego de nacimiento pero murciano de corazón, llegara a descubrir la verdad de todo aquel extraño suceso. ¿Por qué ya nadie le invitaba a jugar al dominó en la Casa de los Jubilados aunque nadie había descubierto nada o, al menos, se mantuvieran las dudas razonables, y le castigasen con el silencio todos los habitantes de Molinares, excepto el borracho Santiaguillo Ronquillo, por culpa de adorar con tanta euforia y fanatismo a la Reina Isabel II de Inglaterra? ¿Qué culpa tenía él por haberse enamorado de aquella manera tan platónica que le hacía soltar cohetes todos los días 21 de abril de cada año desde la Década Prodigiosa que es cuando se dio cuenta de sus antojadizos y extraños amores? Fue entonces cuando, pensando en qué clase de venganza podía llevar a cabo, le dio un repente y se le fue la cabeza y cayó al suelo, mientras se orinaba en los pantalones sin poder aguantar el pis y sin poder contener la risa. ¿Se había vuelto de verdad loco aquel tal Servandín, hijo de Servando y nieto de Servandón? Muchos habitantes de Molinares, especialmente las beatas que acudían a confesarse con el cura Nemesio, más conocido por todas ellas como Neme "El de La Peineta" pues había sido futbolista profesional en un equipo de Galicia antes de meterse a vestir los hábitos religiosos y ahora era un seguidor acérrimo del Atlético de Madrid, hablaban pestes de Servandín; pero de manera muy especial aquel tal Pisonero que había terminado siendo prisionero de sus propios vicios. Casi no había luz, porque el sol se estaba ocultando, cuando Servantín pudo recuperar la razón. Se levantó del suelo y se sujetó los pantalones con aquella soga de cáñamo que había heredado de su tío Benito Bustos, el viejo veterano de la Segunda Guerra Mundial, muerto ya hacía un buen puñado de años, y se metió un puñado de bicarbonato entre pecho y espalda para poder digerir las habichuelas con chorizo y el tocino de magro. Y es que Servantín tenia una incurable úlcera estomacal desde que, siendo joven mozo, le daba por comer cucarachas vivas para apostar que era el más hombre de Molinares; lo cual no estaban dispuestos a consentirle los republicanos de aquel lugar. Ahora todo aquello del bulto de huesos calcinados, todavía no confirmados de que fuesen de un ser humano o de otra clase de animal, y el cinturón de púas encontrado dentro de la caja vacía de cereales, eran la "comidilla" diaria de todas las comadronas y de todos los compadres.   
¡Pitorreum habemus en las muy variadas y diversas naciones hispaniolas! Ahora resulta que el único requisito imprescindible, según el tal Pablo, Pablito, Pablete (de Podemos pero no Queremos), es ser homosexual. Y si te niegas a serlo, según el de Podemos pero no Queremos, tendremos que emigrar allá por donde los pingüinos comen "pecaítos" malagueños. Yo creo que el málaga virgen se nos ha subido a todos a la chinostra y nos hemos venido todos arriba, a la azotea, y por eso todos estamos tan mal de la cabeza que nos vemos obligados a ser lo que nadie, en los tiempos del Cid Campeador, pensaba jamás que terminaríamos por ser. Según el Decreto Secreto de Pablo Iglesias, o somos gays todos los españoles y nos casamos con tíos feos, feos, pero feos de verdad, o perdemos nuestra nacionalidad española y vaya Dios a saber qué nación nos va a dar el pasaporte. Para Podemos el pasaporte para la eternidad es eliminar a todas las chavalas guapísimas españolas para que nos ofusquemos tanto que tengamos que casarnos con un maromo. ¿Dónde está la furia de Sabino y su pelotón? Esto es un no parar a tope de gigas, descuentos y novedades por cada matrimonio gay que se convierte en matrimonio aunque tengamos que intentar convencer a los julitos (ya que de Iglesias estamos hablando) de que es mejor ser maricón que ligar con chavalas de esas de las sexys de verdad que van a ser expulsadas de España para que nos quedemos tristes y a solas como los pastores de la Extremadura. La canción del verano, de este año tan calentón, es "Mariquita Pérez". Nuevas tarifas para quienes se casen con un gay. Nuevas tarifas y nuevos cabos y, sobre todo, nuevos golfos. Con más número de gays con los que te cases mayores cantidades de cotilleos nuevos y en las peluquerías mientras el gay nos corta las patillas el otro gay, el que forma "matrimonium sumsum corda", nos soba la cara con aceite extra virgen de oliva. Se nos ha arremangado hasta las coderas el pablito (ya que de Iglesias hablamos) y mostrándonos su pecho (sin pelos en la lengua) nos informa que o nos amariconamos todos o rompe la baraja y nadie puede jugar al tute ni a la brisca ni al mus. Pablito se presenta en el Congreso con las mangas arremangadas a lo lavandera de Portugal, estilo "garrufón" de la clase "gañanera" y chancletas de corteza de melón. No sería de extrañar que, como le gustan tanto los gays, un día se nos presente sustituyendo el "gomero" filibustero por un lacito de color rosa en su "coleta". O sea, un "agarrapiñas" completo, con bragas a lo Pavía, que resulta ser "pijo de papá" disfrazado de navajo a lo Chayanne. Un antiprotocolario total que es a lo que más nos llega esta "memocracia" del lumpemproletariado de los burgueses que viajan por Burgos siendo cantamañanas. Hablan los de Podemos que o tragamos con el matrimonio gay o nos hacen ver las estrellas enviando nuestro informe laboral al laboratorio espacial a ver si a los españoles que huimos de la quema nos dan curre en un planeta normal, de esos donde todavía los tíos se casan con las tías y no pasa "ná". Si no ligas con un marica en Internet será porque no quieres. Pero para Podemos, con la alianza de los de Izquierda Unida ("garzón" habemos también) que les apoyan como a las pollas desplumadas, está completamente obsoleto lo de ser un hombre como Dios manda y como Pablo, Pablito, Pablete  y su "garzón" de turno (¡Madre del Amor Hermoso!) nos dicen que basta ya de ser hombres, que esto ya está caducado y que hay que ser homos, bis, trans, lesbis, etcétera, etcétera y etcétera (eadem eadem idem) para construir las mil y una Españas y contarnos, por la noches, historias de Mao y los cuarenta ladrones que eran maricones (las van a editar en poesía selecta) hasta hartanos los cataplines (que no rima con ones pero todos sabemos lo que quiere decir cuando la censura ya no es de Fraga sino de Braga). Braguetazo más o braguetazo menos, los comunistas de Podemos e Izquierda Unida, más todos los demás surrealistas marxistas encabezados por PSOE, se nos han vuelto "amapolos" y todos canturreamos lo de sal al balcón sal al balcón carita de azucena. Claro que cuando sale al balcón resulta ser un tipo con bigote que nos declara su amor incondicional y nosotros que pensamos que si fuera una chavala de las guay de verad sería mucho más bonito el romance. Pero quiá, quiá de quiá. Podemos e Izquierda Unida y los marxistas unidos jamás serán convencidos nos avisan que, con ellos en el gobierno, o todos nos transexuamos para ser "angelitos" o nos espera una bronca que nos vamos a tener que huir a más allá de los tejados de uralita de los urales; que son unos montes donde a lo mejor no nos obligan a ser "marujitos" Díaz. Hace ya "díaz" que lo estoy pensando y ya tengo una maleta de pelo de camello por si tengo que emigrar al desierto hawaiano donde, por lo menos, no te obligan a ligar con tipos gordos sino que te dicen aloha y te permiten intentarlo con las nativas. ¡Ay España, España de mis Dolores! Ya sabía yo que lo de La Pasionaria iba a terminar así.
Mi examen de Ingreso al Bachillerato, en el Instituto Ramiro de Maeztu de Madrid, fue un paseo triunfal. Yo era de la Enseñanza Libre y llegaba del Colegio Lope de Rueda madrileño. Tenía 9 años de edad y dejé a los del tribunal con la boca abierta. No perdí los nervios ante aquella "prueba de fuego" en la cual caían muchos derrotados por las circunstancias. Pero ni tan siquiera Urízar Azpitarte lo podría hacer mejor. Algunos se preguntarán qué tiene que ver Urízar Azpitarte con mi examen de Ingreso al Bachillerato en el Instituto de los niños pijos de Serrano. Pues sí tiene que ver porque yo era "el árbitro de la elegancia" en cuanto a la oratoria se refiere. Y todos deben saber que Urízar Azpitarte ha sido árbitro de fútbol. O sea que "de tal afición tal sensación". Aquel paseo triunfal fue sensacional y en casa me premiaron con unas vacaciones "campestres" que me hicieron contactar con la Madre Naturaleza. Saqué provecho de los melocotones, los higos y alguna que otra ciruela. Todo menos recibir calabazas. Y como en cuestiones de supervivencia ya era un alumno aventajado me bajé del estrado con un aplauso general que bullía en el interior de mi mente. Había comenzado con mi aureola de vencedor. Un vencedor silencioso que, a la hora de cantar las cuarenta, no me cortaba nada más que lo necesario para pasar por "chico bueno". En la trastienda de mis pensamientos yo jugaba con la p¡óxima temporada de los futboleros y el buen hacer de Bahamontes. Era cuando Julián Berrendero ya había dejado el deporte de las dos ruedas y mis sueños escalaban posiciones en el ranking de la clasificación general de los chavales listos. Fue un paseo triunfal y ya estaba listo para aprender quién era, en verdad, aquel Lope de Rueda del entremés de "Las aceitunas". Fue a partir de entonces cuando las aceitunas pasaron a ser uno de mis aperitivos favoritos. Con hueso o sin hueso las aceitunas pasaron a formar parte de mi "dieta voraz". Y es que me las comía de dos en dos o de tres en tres lo mismo que el Lazarillo de Tormes se comía las uvas del ciego. También. También los racimos de uvas de Valverde entraron a formar parte de mis meriendas. Y todo gracias a aquel paseo triunfal por las aulas del Ramiro de Maeztu de los pijos de Serrano. Por eso el jamón serrano nunca ha dejado de ser otro de mis "bocatas" especiales. Así fue cómo entré en el Bachillerato como los toreros triunfadores de Las Ventas. Salí por la puerta grande a hombros de mis musas que eran muchas y muy bien alimentadas por mi imaginación. Hasta Talía formó parte de ellas. Pero de eso prefiero escribir en otro momento de mi vida porque ahora sólo tengo 9 años de edad nada más.
Soledad de las edades. Una loca lucidez de los pleamaresen los caminos de amor. He recogido una florpara cantar los cantares.  Una fuente de vida humana. Un pasear ya sediento.Un profundo sentimientoal iniciar la mañana.  Si el sentido de la vidafuese la cosa sentidatú eres vida para mí.Si de mi casa salí fue para la bienvenida. Y sorteando fronterasde cara a los sentidossalí de todas las eraspor ser caminos vividos.  Corazón mirando al frentepara beber de la fuente cual sorpresa renacida. Esa infinita y queridamanera de ser suficiente. En el misterio del sueñoeres quien me hace ser dueñode tu pálpito caliente.La verdad es alicientepara mi continuo empeño.  Hay milagro en tu miraday, dejando huella en el tiempo,eres tú mi enamorada. Lo demás es pasatiempode esta feliz madrugada.  La vida me llega sonriendoy yo estoy renaciendoen esta alegre jornada.  ¿Qué clase de viento frescome hace a mí tan feliz?Aquel que, sobre el tapiz, me sirve como refresco del recuerdo y su matiz.  La voz se hace profunda. El tacto se hace sutily se me vuelve rotunda esta mañana gentil.  Yo tengo clase y talentopara decirle al vientoque eres lo que sentíy siempre lo que yo sientoes estar ya junto a ti. Las penas son solo adiosesy no me interesan los diosesdel ateo pensamiento. Yo contigo soy cristianoy, cogiéndote la mano, a Jesús le ofrezco asiento.  Un lugar dentro del almamientras tú eres la calmade este mi gran concierto.Es cierto. Tú eres la roja llamaque me sirve de alimento. Se me llena la miradade luz plena y radiante.Todo es ya la brillantehuella en la playa dejada. Y cuando lleguen las olasestaré con caracolasen el fondo submarinopues azul es mi destinoen este feliz rompeolas.  Esta mañana he abiertolo que tengo yo de ciertocomo hombre y fiel amante.Si alguien lo llama arte lo firmo como un aciertoy sigo con el acento de mi sentir y mi cante.          
Hoy es domingo en Molina de Segura. Hoy es otro día más para agradecer a Dios que la luz de la mañana alumbre mis caminos. Paseo. Paso por la tienda de Luis. Es Fiesta Linda y en mi corazón vuelve a latir la gratitud. Se dice que al amor se le paga con el amor, porque se empieza a ser amigo y eso significa comenzar a comprender que si caminas es que existe una gran verdad que se llama gratitud. Esa gran verdad es sentir la mano amistosa y saber que hoy lucho por ti lo mismo que tú luchas por mí. Lo demás ya no importa.  Recuerdo aquella vez que yo te conocí, recuerdo aquella tarde pero no recuerdo ni cuándo te vi; pero si te diré que yo me enamoré de tus hermosos ojos y tus labios rojos que no olvidaré. Toma esta canción que lleva alma, corazón y vida,  esas tres cositas nada más te doy. Como no tengo fortuna esas tres cosas te ofrezco alma, corazón y vida y nada más. Alma para conquistarte corazón  para quererte y vida para vivirla junto a ti. Alma para conquistarte corazón para quererte y vida para vivirla junto a ti. Recuerdo aquella vez que yo te conoci, recuerdo aquella tarde pero no recuerdo ni cuándo te vi. Pero si te diré que yo me enamoré de tus hermosos ojos y tus labios rojos que no olvidaré.  Toma esta canción que lleva alma, corazón y vida esas tres cositas nada más te doy. Como no tengo fortuna esas tres cosas te ofrezco alma, corazón y  vida y nada más. Alma para conquistarte corazón para quererte y vida para vivirla junto a ti. Alma para conquistarte, corazón para quererte y vida para vivirla junto a ti. Alma para conquistarte, corazón para quererte y vida para vivirla junto a ti. Fue cuando hablé con Cervantes. Dejé que las musas rondaran en la noche madrileña y encontré el hilo conductor que me uniría, para siempre, con mis sueños. Al despertar, en el día siguiente, la vida se me llenó de amor. Arroz con leche se quiere casar con una señorita de la alta sociedad. Con esta sí. Con esta no. Con esta señorita me caso yo. Y si me insultan que me insulten pues no tengo que hacerles ni caso. Una vez alcanzado el amor lo demás ya ni me interesaba. Así que hoy, pasando por Fiesta Linda, soy feliz.    
 Fiesta es todo aquello que no nos pueden arrebatar los envidiosos. 
Muchos me han preguntado cuál era el campo oficialista donde jugaba sus partidos de fútbol el Esparta Club de Fútbol como local. Es fácil de comprender. Nuestro nombre completo era Esparta de San Isidro y, como era del todo natural, nuestro campo favorito era La Pradera. Me refiero a La Pradera de San Isidro de Madrid donde, en aquella temporada inolvidable de mi equipò amarillo con pantalonetas azules, se podía jugar alegremente porque todavía estaba sin urbaninzar ni se había convertido en el jardín que es ahora. ¿Qué decir de La Pradera de San Isidro? Como éramos un equipo de fútbol donde la cultura estaba siempre presente, pues estudiábamos todos el Bachillerato Superior una vez rebasado ya el Bachillerato Medio (algunos logramosterminarlo y llegar a hacer una carrera universitaria y otros se quedaron por el camino), bueno es traer a mi Diario una pequeña historia sobre La Pradera. La Pradera de San Isidro de Madrid.   El parque de San Isidro o Pradera de San isidro, es hoy una amplia zona verde de la ciudad de Madrid situado situado en el barrio de San Isidro  del distrito de Carabanchel. La histórica Pradera (donde se dice que labraba San Isidro y cuando se dormía los ángeles labraban por él) pintada por Francisco de Goya en 1788, fue constituida y catalogada como parque en 1970 por el Ayutnamiento de la Villa de Madrid. Tras su ampliación en 2006, alcanzó los 355.420 metros cuadrados, que incluyen el recinto ferial para la Feria de San Isidro, que se celebra cada 15 de mayo, con motivo de la festividad del patrón de la capital de España. Ricardo Sepúveda describió así la verbena y romería de Isidro Labrador en su libro "Madrid Viejo", publicado en 1888 [...] Al amanecer empieza el movimiento de los romeros contemporáneos. No es ya la tradición religiosa, o la devoción al glorioso San Isidro, la que conduce a la mayor parte: es el deseo de divertirse y cometer toda clase de locuras, casi en las barbas del santo. Una nube de carruajes de todos los tiempos y procedencias, desde el calesín carcomido hasta la diligencia (solo falta el tranvía que acaso le veamos algún año), se lanzan a todo escape, desde la Puerta del Sol, cuesta abajo por la de la Vega, o se desbocan desde la plaza de la Cebada y sus contornos, por la Fábrica del Gas, hasta la puente Toledana y ermita de San Isidro, [...] Una vez en la pradera es verdaderamente magnífico el espectáculo que allí se ofrece, sin contar el de las innumerables tiendas de vinos o binos, que todo se lee en el tránsito. [...] mucho Tío Vivo, y algún tío muerto en riña, como suele suceder. Calificado en el callejero de Madrid con el número 74 del Paseo de la Ermita del Santo, fue constituido como parque en 1970. El parque desciende desde la Vía Carpetana hasta el Paseo del Quince de Mayo, junto al margen oeste del río Manzanares, y entre el Paseo de la Ermita del Santo y la calle Carlos Dabán. A tiro de piedra del Estadio Manzanares (Calderón) del Arlético de Madrid que ya va a ser derribado porque los del Atleti se mudan al "Wanda Metropolitano" para la próxima temporada de la Liga de Primera División del fútbol español. Concebido como gran espacio verde para Madrid y reserva para el esparcimiento popular durante las fiestas de San Isidro, el parque ha ido ‘evolucionando’ hacia el uso deportivo. Además de amplios paseos, varias fuentes ornamentales, arboledas y praderas, dispone de un carril bici y cuenta cuenta asimismo con un anacrónico "Jardín de Palmeras". En su perímetro hay también un lujoso tanatorio e infraestructura para conciertos al aire libre. Y ya está. Cuando sólo era una pradera con varios lugares arenosos (o sea antes de 1970) allí es dónde jugábamos al fútbol, como "locales", los del Esparta de San Isidro de Madrid. Justo donde San Isidro se dormía mientras los ángeles labraban por él como dice la leyenda. 
Tengo una copla morena echa de brisa, de brisa y de sol; cruzando la mar serena, con ella te digo adiós. Adiós mi España preciosa, la tierra donde nací bonita, alegre y graciosa como una rosa de abril. Ay, ay, ay, voy a morirme de pena viviendo tan lejos de ti. Cruzando la mar serena, con ella te digo adiós.Que lejos te vas quedando España de mi querer a Dios le pido llorando que pronto te vuelva a ver. Como una rosa encendida perfuma mi corazón. Adiós mi España querida pa' ti canto mi canción y al darte mi despedida, y es beso, y es oración. Mi España tierra querida, pa' siempre adiós.  En los años 50 del siglo XX lo cantaba Antonio Molina. Fue en 1994 donde me tocó a mí cantarla porque, una vez que me despedí voluntariamente del Banco Hispano Americano de Madrid, dejaba toda mi vida española detrás y cruzaba "el charco" para iniciarme en mis verdaderas realizaciones profesionales en tierras de Ecuador. Salí creyendo que nunca más volvería a mi patria pero Dios hizo que, una vez conocido el éxito en tierras ecuatorianas volviera a regresar a mi España querida. Pero no fue fácil el asunto del regreso y, además, en 1994 no contemplaba la ocasión de volver. No solo me había ido del Banco Hispano Americano de Madrid sino que vendí mi casa de la calle San Roberto de El Batán (junto a la Casa de Campo de la capital de España). Los emigrantes sabemos lo que significa decir adiós sin querer volver la vista atrás para no tener que llorar de amargura. Es verdad que en Ecuador me abrieron todas las puertas y uve enormes alegrías al ver que me daban oportundiades de trabajar en muchas ofertas laborales que cumplían todas mis expectativas; es verdad que siempre agradecí a todo el Ecuador esa confianza que me dieron a cambio de trabajar duro y hacer patria por todos los rincones ecuatorianos y es verdad que era feliz no solo con mis diversos trabajos sino con mi amplia cantidad de familiares de aquel Ecuador que entró a formar parte de las vivencias de mi corazón; pero una gran parte de mi alma se había quedado atrás, en aquella España querida que, vista desde las alturas del avión que me puso rumbo definitivo a Ecuador, era una especie de amor que se perdía entre las nubes. No lloré. No me faltaron ganas de llorar. Pero era hora de ser valiente, de apretar los dientes para superar el dolor y de enfrentarse a la conquista de aquel nuevo espacio donde mis antecesores extremeños habían desscubierto un tesoro para el mundo entero: América.  Y entonces recordé otra canción. Esta vez era la voz de Nino Bravo. Donde brilla el tibio sol con un nuevo fulgor dorando las arenas, donde el aire es limpio aún bajo la suave luz de las estrellas. Donde el fuego se hace amor el río es hablador y el monte es selva hoy encontré un lugar para los dos en esta nueva tierra. América. América. América. Es América. América. América. Todo un inmenso jardín eso es América. Cuando Dios hizo el Edén pensó en América. Cada nuevo atardecer el cielo empieza a arder y escucha el viento que me trae con su canción una queja de amor como un lamento. El perfume de una flor el ritmo de un tambor en las praderas. Danzas de guerra y paz de un pueblo que aún no ha roto sus cadenas. América. América. América. Es América. América. América. Todo un inmenso jardín eso es América. Cuando Dios hizo el Edén pensó en América. América. América. América. Es América. América. América. Todo un inmenso jardín eso es América. Cuando Dios hizo el Edén pensó en América. Vuelo en el avión junto a mi nostalgia pero con un millón de sueños en mi equipaje. Mi Princesa Liliana me espera con muchos proyectos y yo voy ideando lo que peudo llegar a alcanzar si consigo conocer el éxito desde mi promer contrato laboral con la Revista Ambato Internacional. Todo es una mezcla de muchos hermosos recuerdos que dejo atrás, en una querida y amada España que no sé si volveré a ver en alguna ocasión, y de millones de sueños para convertirlos en realidad en esta América de Dios. Sé que no puedo fallar. Sé que tengo que ser agradecido y fiel con Ecuador y, a la vez, sacar adelante a toda mi familia. Y sé que a las rosas de todo el bello pasado en mi patria tengo que sumar los claveles de todo el bello futuro. Pero mi presente es un avión dentro del cual voy volando hacia un nuevo amanecer. Desfilan por mis mentes los amigos que dejo, las chavalas que conocí, el trabajo del que me he marchado sin derramar una sola lágrima porque a la nostalgia la he sustituido por la ilusión, la madre que dejo en España y a la cual nunca dejaré de amar pese a la distancia, los juegos infantiles, adolescentes y juveniles, los estudios en la Universidad Complutense de Madrid y todo un universo de historias llenas de aventuras pero también pienso en todo otro universo de aventuras y de historias que me esperan en estas tierras que mis antepasados extremeños descubrieron pra el mundo. Hacia esa especie de gloria me acerco. Y sé que, aunque no sé si volveré a España, es mi ilusión triunfar en América para regresar como un vencedor. Jesucristo me acompaña y eso es señal de éxito porque tengo fe en lo que he decidido experimentar. Voy en el avión observando el cielo arriba y el mar abajo. Dentro de mi esperanza hay un pequeño hueco para el sentimiento de esa España querida que siempre estará en mi corazón al lado de este querido Ecuador al que tampoco podré olvidar jamás.   
1956 después de Jesucristo. Emilín dibuja realidades. Yo dibujo sueños. Mientras él se asocia a la escuela de las Vírgenes de Murillo yo me entretengo en simbolizar imágenes con sentimientos expresivos a través de líneas de color. Observo los dibujos de Emilín y veo cómo maneja líneas de academicista nato; pero mi única Academia del Arte es mi propia manera de soñar. Si a la selva él la dibuja con árboles yo la dibujo con historias. Es su Arte contra mi Arte. Es su Realismo contra mi Imaginismo. Se nota en los dibujos de Emilín esa decepcionante calidad de quien formula figuras sin defecto alguno. Yo busco cualquier otro sentido; por ejemplo, la luz del alta mar en un atardecer. Quizás es que Emilín no puede figurar más cosas que las que ve y quizás es que yo configuro las cosas que presiento. Entre ambas formas de dibujar existe un espacio por donde cada uno camina hacia sus metas. Él prefiere la Materia. Yo eligo el Espíritu. En medio de este pleamar de nuestras diferencias lo que él expone con vehemencia yo lo oculto con ductilidad. Para quienes no sepan comprender estas cuestiones tengo que explicar que la vehemencia de Emilín es una impulsividad en el comportamiento o actuación; mientras que mi ductilidad consiste en llegar a controlar todas las situaciones pero con suavidad.  Los dibujos de Emilín gritan. Mis dibujos silencian. Soy casi dos años menor que él pero el modelo de mi Arte no se forja en el molde del autoritarismo sino que fluye de la cadencia de lo vitalista. Si Emilín prefiere quemar sus años antes de tiempo dibujando perfiles violentos, yo prefiero ambientar mi existencia en el ejercicio de alargar mis años hasta sentirme calma. Dibujando él es el viento de un Goya apasionado por la lucha del garrote contra el garrote. Dibujando yo soy ese misterio que se entona con fondo musical de Mozart. Dibujando, cada uno de nosotros dos se va distanciando del centro concéntrico de nuestras vivencias: él busca con afán mientras yo encuentro con fe. Si en sus búsquedas hay cantidades, en mi fe hay calidad. Prefiero dibujar un rostro de mujer con sonrisas antes que dibujar un rostro de mujer con lágrimas. Si él busca los hiperbólico yo sólo busco la luz. Son dos maneras tan opuestas de entender la vida que, dibujando, cada uno se sorprende siendo lo que ha decidido, por propia voluntad, ser lo que deseamos de cara al futuro. Él canta en la ducha de un cómodo hogar. Yo canto bajo la lluvia de una calle sin final. Si eso tuviéramos que dibujarlo Emilín elegiría una casa de campo en las agrestes cimas de un promontorio a lo Zurbarán y yo elegiría los matices cromáticos de una plácida playa de Sorolla. 

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