• José Orero De Julián
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A lo largo de mi vida cultural he tenido algunas épocas en que he puesto en práctica el arte de los chistes gráficos. De manera personal e independiente, recuerdo todavía algunos de ellos que se iniciaron en mi infancia y mi adolescencia. Por ejemplo "el del fútbol" (Lope de Rueda) o "el del tomate" (Cerros Verdes). Pero también tengo otros que pertenecen a mi juventud. Por ejemplo "el de Moncloa" (Tándem), "el de la oficina" (Tándem o Cigarra y Saltamontes), "el de los postes" (Tándem) y "el de la pistola" (Casa de Campo) sin olvidar "el cristiano" (BHA) entre otros que ahora no rcuerdo. Cuando pienso en todos ellos (siempre cargados de "denuncia social" contra los hipócritas sociales y los ideólogos de chichinabo) me entra tal ataque de risa que no puedo más que pasar olímpicamente de todos ellos. Después mi grafismo dejó los chistes y me entró la musa cultural de los dibujos. ¡Cuántos dibujos habré pintado yo en la vida que coleccionando todos ellos podría llenar incluso alguna de las paredes del Museo del Prado de Madrid! Pero nunca olvidaré mis chistes gráficos y lo que bien que lo pasaba yo haciéndolos públicos; porque la educación y la vergüenza que debemos de tener los seres humanos no consiste en el hipócrita formulismo de ponernos o quitarnos una gorra o un sombrero sino de aquello que hacemos pero ocultamos. Por eso no me arrepiento jamás de mis Chistes Gráficos Sociedad Limitada. Y cierro mi diario recordando "el del sexo" que fue sensacional.  
Acabamos de estrenar piso y barrio. Casas militares de Pizarra. Mundo abigarrado de adolescentes soñando las primeras incursiones en esos mundos del deseo que comienzan a perfilar nuestros destinos. Las chavalillas sexys han puesto de moda los pantaloncitos cortos mientras nosotros tres seguimos marcando el ritmo. Al ritmo del "Verano Azul" va desfilando este verano caliente donde lo mejor que se puede hacer, para calmar la sensación, es bajar a la tienda de Bernardo e Isabel a ver si cae algún helado que otro. Caen. Pero el Boni y el Maxi pagan factura teniendo que despachar pipas, caramelos y chuches. Yo disimulo mi presencia paseando por la ribera del Manzanares mientras me parto de risa viéndoles despachar y las chavalillas sexys se me quedan mirando y pensando que soy algo así como un sinvergüenza o, lo que es todavía más excitante para ellas, un golfo salido de una "peli" de las de "Gravemente Peligrosas" (como las tachaban los censores eclesiásticos). ¡Menos mal que los curas han pasado ya de moda y las chavalillas sexys -tipo Zapata por ejemplo- se han vuelto yeyés!. 
Es el día 8 de enero de 1961 y acabo de cumplir los 12 años de edad. Cada uno empieza a ser cada uno y me despego del Emilín con la experiencia de haber cumplido mi etapa en el Lope de Rueda y comenzar con la Academia Altamira sin contar con su ayuda para nada. Cada uno tiene su propio trampolín. Recuerdo que hoy el alemán Helmut Recknagel, en la localidad austriaca de Bischofsofen, se ha convertido en vencedor absoluto de la prueba de esquí de los cuatro trampolines. Como cada uno tiene su propio trampolín ha llegado la hora de buscarse la vida cada uno de nosotros como Dios nos dé a entender. El Emilín comienza a llevar todas las papeletas para terminar por trabajar de botones en Cointra Camping Gas después de andar vendiendo las Biblias de Jesús García Siboni por las calles y si no demos tiempo al tiempo para ver que va a ser verdad (la culpa la tiene él por no hacer caso a los consejos de papá). ¿Y qué son, en el mundo deportivo que empiezo a desarrollar, los cuatro trampolines? El Torneo de los 4 Trampolines es una competición de salto de esquí  que se desarrolla cada año, en diciembre y enero, en cuatro trampolines de Alemania y Austria. La primera edición tuvo lugar en 1953. Hoy, esa competición tiene un gran prestigio en el mundo del salto de esquí, y los mejores especialistas de este deporte se encuentran allá cada año. Los trampolines son los de las ciudades de Oberstdorf, Garmisch-Partenkirchen (las dos en Alemania) y los de las ciudades de Innsbruck y Bischofshofen (las dos en Austria). Soy un asiduo lector del "Marca" y estoy al día en los deportes porque me importa menos que un pimiento (sea morrón o no sea morrón) lo que haga el Emilín con la hermana del Garzón. Ni me gusta ni me deja de gustar. Simplemente me es indiferente del todo; porque sólo me interesan mis propios cuentos y no los que me cuenta él que me parecen totalmente insulsos y faltos de sustancia. Adobo mis historias con vivencias propias y no necesito ningún guía "social". Bastante tengo con seguir ocupándome de la subsistencia del Boni y del Maxi. Así que ni sus historias con la hermana del Garzón me ponen los dientes afilados ni me producen otra cosa sino modorra y aburrimiento. La mía es la Princesa y nada más que la Princesa. Así que ahora que acabo de cumplir los 12 años de edad empiezo a darle al balón en partidos donde se defiende el honor. Salgo triunfador a pesar de las envidias de José Ángel Merino, Ricardo y todos los "tirapedos" del barrio de Alcalde Sáinz de Baranda de Madrid. No ha habido tarta ni nada que se parezca a una tarta pero me han regalado 2 ó 3 "pulgas" que, junto con "Pulgarcito" (tebeo muy de moda en este año), me vienen muy bien para ir sazonando mi cultura extraescolar. Y es que en el colegio tengo que soportar la envidia de los "municios" pero mi munición está siendo cada vez más "explosiva" y voy dejando "cadáveres" como "ristras de ajos" mientras mi abuela se parte de risa. No sé qué pensará "El Mochales" pero tampoco me importa. Es por eso por lo que todos empiezan a decir de mí que soy un "pasota". A lo mejor hasta están diciendo la verdad... pero lo dudo... porque las chavalas más sexys empiezan a desfilar por mis fantasías...  
Central de Ahorro Popular. Sentimientos a flor de piel y un inicio laboral que promete horas de ensoñación. Y es que las chavalas de buen ver comienzan a destaparse en mi fantasía. Hay que seguir con la inercia de mis aventuras en Cima. Y encima hasta puedo seguir jugando al fútbol. ¿Qué más pedirle a la vida con mis siempre eternos 18 años de edad? Lo mejor de todo es la hora en que la veo llegar y, a escasos centímetros de mí, fichamos la tarjeta de entrada. Después se aleja pero ha quedado grabada en mi memoria. ¿Para qué te quiero Soledad? Sonrío. Sonríe. No estoy haciendo mal el camino. Y después, entre el viento del invierno y los días fríos, me caliento al trasluz de la ventana. Hay luz. Siempre hay luz para los sentires a flor de piel ahora que, ensimismado en mi ensoñación, la veo llegar. Sonrío. Sonríe. Quizás es que esto de saber elegir se basa en saber clasificar. Y no me refiero a las fichas bancarias.  En el Continental quedó su esencia...  
1 de agosto de 2104 después de Jesucristo. Vuelvo a "comunicar" con Jaime Fernández Garrido: "Charles Chaplin, no sólo interpretaba las películas, también era el director, el guionista, el productor, componía la música y muchas cosas más. "El chico" (1921), "Luces en la ciudad" (1923),"Tiempos modernos" (1936) fueron algunos de sus films más famosos. El conocido "Charlot" era un defensor del cine mudo. Decía que el cine moderno destruía la belleza del silencio. No sé lo que sir Charles diría hoy si viese nuestro mundo: El silencio parece ser el enemigo de muchos. En la calle todo son sonidos estridentes. En los grandes almacenes ponen música y anuncios para que puedas comprar más cosas. Mientras todo esto sucede, perdemos la belleza de la comprensión, del silencio, de interesarse por lo que otra persona puede estar pensando o sintiendo sin decir nada".  Y, sin embargo, yo no necesito el silencio. Lo necesitaba pero hace tiempo. Ya no lo necesito más. No sé si alguien habrá pensado sobre lo que fui y lo que sigo siendo. No sé si alguien descubre en mis palabras ese silencio escondido. No sé para qué sirve esconder la verdad. Si el silencio se llena de palabras obtenemos algo muy singular: somos lo que pensamos porque pensamos lo que decimos. ¿Verdadero o falso?. ¿Somos o no somos la Palabra misma? Sí. Somos la Palabra misma. Entonces vienen las preguntas esenciales: ¿por qué tenemos que callar, quiénes quieren que callemos, a quiénes beneficia el silencio y cómo decir verdades si no podemos hablar? Recuerdo. Permítanme recordar. "No he de callar por más que con el dedo, ya tocando la boca o ya la frente, silencio avises o amenaces miedo. ¿No ha de haber un espíritu valiente? ¿Siempre se ha de sentir lo que se dice? ¿Nunca se ha de decir lo que se siente? Hoy, sin miedo que, libre, escandalice, puede hablar el ingenio, asegurado de que mayor poder le atemorice. En otros siglos pudo ser pecado severo estudio y la verdad desnuda, y romper el silencio el bien hablado. Pues sepa quien lo niega, y quien lo duda, que es lengua la verdad de Dios severo, y la lengua de Dios nunca fue muda". Nuestras vidas serían totalmente diferentes si todos habláramos lo que otros no desean escuchar porque se cobijan en nuestro cómplice callar. ¿Y si callamos? ¿A quiénes beneficiamos si callamos? Lo que puedo afirmar es que al necesitado no le beneficia el silencio; porque cuanto más callemos más necesitado estará de nuestra Palabra.  Comprender es muy diferente. Para comprender es necesario escuchar. Y no nos pueden escuchar si no somos capaces de transmitir lo que necesitan escuchar. Es Ley fundamental del Periodismo. Me pregunto algo muy punntual. ¿Si he pasado años enteros estudiando la Comunicación Social cómo puedo guardar silencio? ¿Para qué entonces haberme tragado miles de horas escuchando lo que otros me han estado diciendo? Llega un momento en que el silencio es Palabra y la Palabra es la Verdad de nosotros mismos. Recuerdo los años del silencio. Era la prisión de nuestras necesidades. Y a esa prisión ya no quiero ni debo regresar. Con el título bajo el brazo no tiene sentido callar. Los mimos valen para distraernos durante un momento de nuestras vidas pero llegan a cansar, a aburrir, a desilusionar. Todos necesitamos saber que podemos hablar mucho más allá que guardando silencio. Bien. Estoy de acuerdo con que el silencio alimenta nuestra personalidad. Pero me sigo pregutando. ¿Para qué queremos tener personalidad si no podemos decir que la tenemos? Si es cierto que debemos comprender a nuestros amigos y a nuestras amigas y si es cierto que debemos enfrentarnos a nuestros enemigos y a nuestras enemigas... ¿quién o quiénes pueden dudar que necesitamos romper el silencio para hacerles saber qué es lo que sentimos de verdad hacia todos ellos y hacia todas ellas? El silencio acumula sabiduría pero si esa sabiduría no la hacemos Palabra viva entonces hemos perdido el tiempo, hemos perdido la vida y nuestra existencia ha sido una simple inexistencia. ¿Cómo hubiésemos podido entender a Jesucristo si Jesucristo hubiese guardado silencio después de haber aprendido lo que de otros escuchó? Si Jesucristo hubiese guardado silencio nunca hubiésemos aprendido a ser Palabra. Esto es algo que muchos cristianos y muchas cristianas deberían aprender del todo. Si guardas silencio nadie te escucha y si nadie te escucha no comunicas con nadie. Es tan sencillo de comprender y entender que parece hasta de perogrullo. ¿Guardar silencio cuando ya has aprendido a escuchar a los demás? ¿A quién o a quiénes aprovecha eso? Hay muchos seres humanos que necesitan nuestra Palabra y yo no conozco ningún silencio que sea capaz de emitir nuestra Palabra. En todo sistema de comunicacion el emisor se comunica con los receptores porque habla, porque dice, porque emite...  No es un juego de palabras que me invento para rellenar una más o menos declarada reflexión. No es escribir por el simple hecho de escribir. Es escribir para hablar. Es escribir para romper el silencio. Y es escribir para enseñar al que no sabe que la Palabra viva reside en Jesucristo y Jesucristo nunca es silencio. Vamos a ver si dejamos de ser falsamente humildes y aprendemos a decir las cosas por su verdadero sentido. Si hemos escuchado durante años es para que durante años estemos hablando. Lo contrario sería una necedad. Leo un pensamiento que me encuentro de paso: "Callando es como se aprende a hablar, y luego, hablando es como se aprende a callar". Lo cual yo lo interpreto como que "si no te decides a hablar siempre serás desconocido cuando muchos necesitan saber quién eres y qué les quieres decir". Él nos dijo a todos y a todas: "Id por el Mundo y predicad mi Palabra". Observad con atención que no dijo "guardad mi Silencio" sino "predicad mi Palabra". Me parece que está más claro que la luz del sano pensamiento. Así que no necesito el silencio sino hablar sobre la Gran Verdad de quien me eligió para representarle ante ese Mundo al cual me ha enviado. Asi que todos los días despertamos para poder expresar la Palabra o, en sentido opuesto, ya no estaríamos vivos para Él. En definitiva: no necesito el silencio... sino la Palabra... y la Palabra es hablar... Jaime Fernández Garrido puede entenderlo a su manera y puede preferir el silencio. Yo no. Yo soy diferente. Y no por eso me vence la vanidad.  
Sala de hospital. Una camilla con bulto "humano" bajo la sábana. Foco de luz blanca. Botellín de suero. Un aparato medidor de pulsaciones de corazón con sonido muy lento (bip... bip... bip...). Al frente hay una Luz Azul. José (Monologando).- ¿Qué ocurre? ¿Dónde estoy? ¿Por qué visto así? ¿Qué es todo esto? ¿Dónde está mi terno? ¿Y estas zapatillas? ¿Por qué llevo puestas estas zapatillas en lugar de mis zapatos? ¿Y esa camilla? ¿Quién yacerá ahí? (José se acerca despacio hacia la camilla mientras el aparato medidor sigue lentamente con su bip... bip... bip... hasta que levanta la sábana. José se vuelve repentinamente hacia el público. Está completamente perplejo) José (como hablando con el público).- ¡No puede ser! ¿Pero si soy yo mismo? ¿Qué significa esto? ¡No puede ser verdad! ¡¡Estoy soñando!! Eso es... ¡¡estoy soñando!!.  (José se restrega fuertemente los ojos y los abre sacudiendo la cabeza. Mira hacia atrás y ve la misma realidad. Se vuelve de nuevo hacia el público) José.- ¿Es que he muerto de verdad? ¡¡No puede ser cierto, Dios mío!! (José se dirige hacia la Luz Azul que le atrae poderosamente) José.- ¡¡Dios mío, Dios mío!! Estoy soñando...¿verdad?... ¡¡Estoy soñando!! (Como respuesta el sonido del bip... bip... bip... aumenta de intensidad) Voz desde la Luz Azul.- "Todo soñador de sueños ha de ser muerto. Los que viven saben que han de morir" José (hablando con la Luz Azul).- Sí... todo eso lo sé muy bien. Lo he leído muchas veces en la Biblia... pero ahora es imposible que yo muera. Soy muy joven todavía. Tengo toda la vida por delante y muchos planes por realizar.  (Silencio) José.- Me encuentro en el momento ideal para cumplir mis anhelados sueños. Ante mí tengo un porvenir sensacional. Estoy a punto de ser ascendido a uno de los más altos cargos de la Empresa. El contrato con la Texaco está listo para mi firma. He tenido que sacrificarme durante muchos años para llegar a donde estoy y sé que tengo, todavía, un largo pero feliz camino por recorrer. (Un silencio algo más largo que el anterior) José (Totalmente nerivoso. Retorciéndose las manos por la ansiedad se vuelve de nuevo hacia el público) José.- ¡He planificado! ¡He planificado como Dios manda mi futuro y el futuro de mi familia! ¡¡¡He sido prudente, paciente y planificador!! ¡He... he...! ¡¡No puede ser!! (José se vuelve a dirigir, repentinamente, hacia la Luz Azul) José (Ya sin dominio propio).- ¡¡Esto no es cierto, Señor!! ¿Qué será de mi familia si muero ahora? ¡¡Todos dependen de mí!! Voz desde la Luz Azul.- "Velad y orad, porque no sabéis cuándo será el tiempo. Es como el hombre que yéndose lejos de su casa y dio autoridad a sussiervos, y a cada uno su obra, y al portero mandó que velase. Velad pues, porque no sabéis cuándo vendrá el señorna casa; si al amanecer o a la medianoche, o al canto del gallo, o a la mañana. Velad para que cuando venga de repente no os halle durmiendo". José (Mucho más tranquilo).- Pero... ¡no es justo, Señor, que yo muera en estos momentos! ¡Tú no eres sordo a las peticiones justas porque eresel Dios de Justicia en quien yo siempre creí!! Entonces... ¿por qué?... ¿por qué permites que me llegue la Muerte ahora? ¡Precisamente ahora!  (Largo silencio mientras José mantiene su vista ante la Luz Azul) José (Volviendo a impacientarse).- ¡¡Mi esposa!! ¡¡Mis hijos!! ¡¡Toda mi familia!! (Breve silencio) José (Nervioso).- ¿Y yo? ¿Qué pasa conmigo? (De nuevo el silencio) José (Reclamando).- ¡Anduve siempre por el buen camino! ¡Te fui fiel en todos los momentos de mi vida! ¡Acudí a los cultos dominicales, diezmé, ofrendé y siempre crei en Ti y en Tu Justicia!  (Le vuelve a responder el silencio) José (Sigue reclamando).- ¡Supe proveer a mi hogar! ¡Jamás engañé a mi amada esposa con mujer alguna! ¡No bebí, no fumé, guiardé todos tus mandamientos! (Largo silencio) José (pateando el suelo y gritando fuera de sí).- ¡¡¡Por qué entonces he de morir ahora!!! (La respueta es queel sonido del bip... bip... bip... sigue subiendo en intensidad y, de repente, suena un potente trueno y se produce un largo silencio mientras José permanece de pie pero sobrecogido) SE BAJA EL TELÓN. FIN DE LA SEGUNDA ESCENA.   
Sucede que la vida discurre por múltiples planos paralelos que, a veces, hasta hallan puntos de encuentro para saber quiénes somos, cómo somos y cómo nos reconocen en nuestras representaciones humanas. Y además pensamos. No es cierto, para nada, que los cristianos y las cristianas somos, como muchos pendones (y perdón por lo de pendones pero lo son) siguen diciendo, ignorantes e incultos; porque en las filas de los cristianos y las cristianas existen muchos sabios y sabias de los de verdad. Y da la sorprendente paradoja de que quienes hablan mal de nosotros y nosotras no tienen ni la más mínima noción de lo que es la sabiduría y el conocimiento. Paradojas de esta existencia humana donde los necios hablan y los sabios callan. Pensar. Pensar es algo que muchos no saben ni lo que es ni para qué sirve. Y es que el Pensamiento Cristiano es algo que los ignorantes y los necios no conocen porque les falta algo esencial: la capacidad mental suficiente como para ni tan siquiera poderlo vislumbrar. Los faltos de conocimiento, que se las dan de entendidos, ni saben quiénes somos, ni saben cómo somos, ni saben cómo reconocernos. Están faltos de luces para entendernos y, además, el apagón general que sufren en sus facutades de discernimiento, les hacen vivir una existencia sin sustancia alguna y que no sirve de provecho para los demás ni tan siquiera para ellos mismos. Son los ateos que hablan como si fueran dioses cuando, una vez analizadas sus vidas, sólo son vanidades vacías únicamente producidas por una palabrería de cacatúas que ni ellos mismos entienden a la hora de la verdad. Cuando hablan de nosotros y de nosotras, sólo se dedican a la lucubraciones sin sentido, al insulto sin personalidad alguna, a la nada existencial que ellos tanto predican en sus tochos panfletarios. Los cristianos y las cristianas somos sabios, tenemos cultura y además pensamos. Con todo ese bajaje como curriculum personales, tenemos todo un equipaje lleno de conocimientos (de lo cual los ateos carecen por completo) que se debe a que poseemos dones materiales y espirituales dados por Dios directamente desde que nacemos. Por eso tenemos personalidades completas. ¿Cómo vamos a querer ser como ellos que no tienen ni personalidad propia porque se la han entregado a sus líderes de opinión que les han convertidos en gentes alienadas a principios ideológicos que ni tan siquiera saben desarrollar cuando sus líderes están ausentes? Sólo se admira lo que es superior y lo que es superior a nosotros y a nosotras solamente es Jesucristo. Por eso solamente admiramos a quien es nuestro Camino, nuestra Verdad y nuestra Vida.  Los ateos escriben y hablan tan grandes cantidades de pendejadas que siempre están en el mismo punto de partida en la que han estado durante toda la Historia Humana: la ignorancia y la necedad. No merece la pena perder el tiempo hablando con ellos ni hablando de ellos; puesto que la vida es mucho más interesante cuando ni les hacemos caso. Por eso digo yo que "optimistas somos mejores". Y es que los ateos son tan pesimistas que escucharles no sólo produce dolor de cabeza sino dolor existencial. Es mejor, cuando hablan de nosotros sin saber quiénes somos, cómo somos y cómo interpretamos la vida, cantarles lo de: No me quita el sueño el pensar. No me quita el sueño el sentir. No me quita el sueño caminar. No me quita el sueño dormir. Y es que debemos pasar, por completo, de los necios y de los ignorantes que ni saben para qué están presentes en esta vida.  Nota para un amigo: En el nombre de Dios te llamo: ¿estás ahí? y tú te escondes asustado entre binomios y polinomios para huir de la propuesta envuelta en postulados que se caen hacia el abismo de tu ateísmo circular.    
Durante toda mi vida mi Felicidad ha empezado siempre por Fe. Todos los pasos que he ido dando hacia mi Felicidad han empezado siempre por tener Fe. Y, la verdad sea dicha, jamás me he arrepentido de ello ni jamás me voy a arrepentir. En los últimos días del mes de diciembre de 1984, reconozco que di el paso más definitivo hacia esa Felicidad que empieza por Fe. Por Fe dije sí al matrimonio con la Princesa que Dios había puesto en mi camino. Desde mis 7 años de edad siempre supe, por Fe, que existía Ella y que, sin lugar a dudas, la iba a encontrar. Por Fe la encontré y por Fe me casé con Ella. Si no existiera la Felicidad yo la habría inventado aquel día del 27 de diciembre de 1984. Por eso cuando dije "Sí hasta la Eternidad" miré al Mundo de frente y me sentí el ser humano más feliz de este Planeta. Todo lo demásque había yo vivido ya no me importaba.
Soplaba el viento. Las cortinas blancas de la ventana de su habitación, voluptuosas y como encaprichadas, bailaban al son de "El Concierto de Aranjuez" que sonaba proveniente de una emisora de radio. Jacsan respiró profundamente. Creía que la existencia consistía solamente en medir el tiempo a golpes de intereses compuestos. Quizás, en medio de la cerrada noche, comprendió que tomar una copa de más sólo tenía, como resultado final, acabar con sus pesadillas. Pero no. Las pesadillas volvían, ahora con más virulencia, a llenar todo su cerebro. Se equivocaba. Jacsan seguía equivocándose a la hora de entender lo que es la vida mientras la bruja Amher reía con carcajadas, mostrando sus dientes manchados de ciruelas verdes.  Así que Jacsan se levantó con ganas y deseos de olvidar. Cerró la ventana y desplomó todo su cuerpo, ahora hinchado por las medicinas para combatir los virus, abotargado en medio de la asfixia del desamor. En el camastro, donde hacía ya muchos años que se le había detenido la esperanza, la bruja escupía en el suelo. ¿Esperar? ¿Qué había que esperar cuando ya los años le habían derrotado y él ya no esperaba ninguna novedad? Lo suyo era repetir hasta la saciedad el mismo error de siempre. Equivocación tras equivocación en las noches oscuras donde se le apagaban todas las luces de su entendimiento. Miró hacia el velador, mientras la bruja seguía vomitando babas verdes, allí donde la fotografía le traía felices recuerdos. ¿Qué habría sido de aquel alegre chaval que siempre le indicaba, en medio de las contiendas, por dónde debía circular para meter gol en las redes de los rivales? Pensaba en él y en su sonrisa. Pero Jacsan sabía que él ya no estaba allí porque se había ido al otro lado de la nostalgia. Y se quedó absorto, mirando a la fotografía con la boca reseca, como si estuviese un estropajo dentre de ella, y con el estómago pidiéndole un poco de respiro. Jacsan respiró profundamente por ver si volvía... pero el amigo de la sonrisa feliz ya no estaba presente para dirigir la orquesta funcional. ¿Era funcional esta forma de vivir? No. Sabía que no. Sabía que se había sometido a la dictadura de la bruja Amher que seguía vomitando babas verdes sin parar. Jacsan estaba sometido y, abandonado por Joludul y por Lucasacar, sentía la enorme nostalgia recordando el tiempo en que había sido feliz.  En la habitación seguía perviviendo una pregunta existencial: ¿qué habría sucedido de haber confiado en su amigo de la sonrisa feliz e infinita? Miró el reloj de su muñeca hinchada. Ya no tenía tiempo para poder seguir recordando a quien le había orientado tantas noches del pasado. Se levantó de nuevo de la cama con la intención de abrir la puerta e irse a respirar al angosto pasillo; pero la bruja le sometía a una continua manipulación sentimental. Necesitaba liberarse de ella; necesitaba volver a tener la oportunidad de recuperar el tiempo y buscar al amigo para darle un abrazo de verdad. Pero su destino ya no era igual. Se había hundido en medio de la porquería mundanal. Jacsan sabía que solamente él era el culpable de su fracaso. Volvió a mirar la fotografía. Allí estaba él como indicándole, una vez más, el camino. Quizás sería suficiente con la imaginación. Pero su imaginación se había ido con él. Y él ya no estaba porque había elegido la fresca virginidad de Lica en lugar de las pestilencias de la bruja Amher dónde él se había enredado. ¿Y Joludul? ¿Y Lucasacar? ¿Por qué le habían dejado solo en medio de aquella pesadumbre? Se fue a la ducha, abrió el grifo y dejó que el agua le mojase toda la cabeza por ver si podía olvidar.  ¡El tiempo! Esa medida de felicidad que Jacsan quería volver a recuperar para poder comprobar que era capaz de buscar a Joré y volver a vivir la misma felicidad, las mismas ganas de vivir, aquellas edades donde los dos cubrieron grandes espacios de la fantasía. Aquel Joré que siempre estuvo explicándole en qué consistía avanzar hacia el infinito de cada horizonte con la cabeza mirando a las estrellas. ¡Él había sido un impotente capaz de entenderlo! Y ahora buscaba allí, atrapado en el hueco de la desesperación nocturna, esas interpretaciones de la existencia que su amigo, el que le enseñaba los caminos más perfectos para resistir, le había aconsejado miles de veces. Pensó que quizás todavía tenía tiempo suficiente para ser feliz. Rápidamente entró en la habitación donde la bruja se desesperaba mientras él se vestía con la firme decisión de alejarse muy lejos de allí.  Jacsan salió a la calle. Miró a las estrellas. Sacó la fotografía que habia guardado en su chaqueta de cuero. Descubrió que él todavía le sonreía. Y se lanzó en su busca pensando que quizás ahora, después de haber vivido en el infierno, sería capaz de asimilar lo que su amigo interpretaba con total naturalidad. 
Para hablar del tema, en primer lugar transcribo textualmente lo que escribió Jaime Fernández Garrido en "Atrévete a vivir": "La película "Traffic" fue considerada una película "difícil" por tratar con extrema crudeza el tema de la droga. Algunos de los mejores actores del momento, entre ellos Michael Douglas, participaron en el proyecto descubriendo en su propia carne la crueldad del mundo de los estupefacientes. Cameron, el hijo de Michael, había sido arrestado por posesión de cocaína, sólo unos pocos meses antes del rodaje de la película. Una de las escenas más impactantes ocurre cuando el actor acepta el cargo de agente en la lucha contra la droga y dice: "Si existe una guerra contra la droga, entonces muchos miembros de nuestras familias forman parte del enemigo. En este caso, ¿cómo podemos declarar la guerra a nuestra propia familia?" Buena pregunta. Sé que desde muchos lugares hoy se está proclamando lo mismo. No me importa. Creo que debo decirlo desde aquí: La droga MATA, NO LA PRUEBES. Son ya millones de personas en todo el mundo los que han caído en los lazos fatales de alucinógenos y estimulantes. Muchos de ellos ya han muerto, otros están en camino. Millones de familias destrozadas, vidas rotas, sueños perdidos; y todo por un instante de placer: por un vuelo a la locura. Así es el hombre: capaz de crear sustancias para su propia destrucción.Capaz de probar la muerte en un instante de diversión atolondrada; sin comprender que se encamina a su fin, y que de esa manera "mueren con él sus esperanzas e ilusiones". Hay cosas que merece la pena NO conocer por experiencia. El grave secreto del pecado es hacernos creer que debemos probar todo para sentirnos libres de verdad. Esa es la mentira más grande, una mentira que lleva a millones de personas a la muerte. ¿Sabes? Es infinitamente mejor que sepas disfrutar de tus ilusiones, de tus esperanzas, de tus sueños y que no pruebes sustancias que pueden matarte. Aprende a decir NO. Así de claro, y no importa que algunos se burlen. La verdad, no sé por qué razón las personas tenemos la rara cualidad de querer arrastrar a otros al mismo infierno en el que nosotros mismos hemos caído. Déjalo ya. La droga mata. No la pruebes". Por mi parte también tengo que decir mucho sobre el tema de la droga. He conocido a jóvenes de ambos sexos (hombres y mujeres) caer para siempre en el infernal mundo de las drogadicciones. Y no han podido salir jamás de esa trampa. Teniendo toda una vida de felicidad por delante para poder gozar de todo lo que Dios les ofreció, ellos y ellas se hundieron en el abismo. Muchos alegan que les han engañado. ¿Cómo puede ser que habiendo tantos millones de avisos mundiales en los que les dicen la verdad del peligro mortal que significa la consumición de drogas vayan diciendo que les han engañado? ¿No será que se han engañado ellos y ellas a sí mismos y nunca tuvieron la valentía de confesar que se equivocaron porque no supieron utilizar la inteligencia que Dios les dio? He estado muchas veces, más de las que yo hubiera querido estar, en medio de jóvenes drogadictos. Les he visto empezar como si fuera solamente un "juego" nada más. Famosos y no famosos. Les he visto irse hundiendo en el infierno de las drogas y, cuando han querido reaccionar, no han podido salvarse de la muerte. Algunos se burlaban de mí porque no quise jamás probar las drogas que me ofrecían. Les he visto reír como estúpidos sin saber ni tan siquiera por qué se reían. Miraba sus rostros y sólo veía a un grupo de cretinos perdiendo la conciencia de la vida mientras seguían caminando hacia el abismo.   Podemos elegir siempre dos caminos. Es la dualidad de nuestras existencias. O caminamos por los caminos de la vida o caminamos por los senderos de la muerte. La vida es mucho más rica, hermosa y bella que ir arrastrándose por los suelos sin poderse nunca levantar. He visto ejemplos milagrosos en los que no sólo salieron de las drogas sino que llegaron a ser personas ejemplares para los demás; pero eso ocurre, la verdad sea dicha, en muy pocos casos. Porque la mayoría de los drogadictos y las drogadictas mueren a veces muy poco tiempo después de haber elegido, neciamente, esos senderos que sirven para destruir a los caminantes. O caminas hacia la luz o caminas hacia la oscuridad. Tú eres libre para poder elegir y, por eso, no es verdad que digas que te han engañado si has caido en el abismo de las drogas. Nadie te ha engañado. Tú mismo o tú misma has sido quien has elegido. Si mueres o si vives no es cuestión de "juegos" experimentales. Si mueres o si vives es una elección que solamente tú decides. En muchas ocasiones, siempre que me ofrecieron drogas, dije NO porque tuve la libertad de decir NO. Tú tienes la misma libertad. Si caes para no njamás no eches la culpa a nadie sino a ti mismo o a ti misma. Y Dios no tiene la culpa. 
Para muchos adolescentes ir a estudiar a un Instituto lo que se llamaba el Bachillerato era, y sigue siendo, un suplicio, un verdadero lugar aburrido y plomizo. Para mí, sin embargo, cuando comencé mi carrera de Bachillerato en el Instituto de San Isidro de Madrid, y aunque mis padres me habían "apuntado" en Ciencias cuando yo quería "apuntarme" a Letras, eran, en verdad lo digo, horas de gran felicidad porque me ofrecían la oportunidad de desarrollar el estudio y poner en forma mi estado mental desarrollando conocimientos. Las horas que pasaba en las aulas del San Isidro (como más tarde sucedería con las horas pasadas en las aulas de la Universidad) eran momentos inolvidables; momentos de concentración mental para desarrollar todas mis capacidades intelectivas que, después, se hicieron intelectuales. Y es que, para mí, moverme en mis mundos intelectuales es una de las aventuras más maravillosas de la vida y una pasión que comenzó en esa adelescencia de los 14 años de edad que venía a complementar la dicha y felicidad de jugar a las chapas. Que mis otros hermanos (incluida mi hermana) no lo sintieran así y decidieran abandonar el Bachillerato antes de llegar al Grado Superior, es algo ajeno por completo a mi existencia. Yo era feliz estudiando cualquier asignatura porque todo me ayudaba a aprender, a mejorar mis conocimientos generales, a sentirme persona y no gente. Y lo sigo siendo porque todavía sigo estudiando. Por eso soy un chaval de 18 años de edad que está enamorado de los conocimientos humanos y de una chavala de 16 años de edad que piensa igual que yo, que siente los estudios igual que yo y que mira las perspectivas de su vida basadas en la costumbre de estudiar y aprender lo mismo que yo. Una pasión a los 14 que nunca desaparecerá y que es hermoso vivir y desarrollar. Que viva siempre el aprendizaje de ser cada vez más sabios y más sabias en nuestros devenires humanos.
¿Es la crueldad una reacción humana o una expresión que arruina todos los principios del amor? Nos preocupamos por temas tan simples y banales como los fichajes de futbolistas en época de pre temporada. Devoramos páginas enteras de periódicos o programas infames de televisión por ver si algún famoso o ilustre personaje ha hecho o ha dejado de hacer cosas que nos dan para hablar más de una semana. Nos entretenemos con llenar nuestras arduas conversaciones con cuestiones que solamente nos ayudan a perder lamentablemente el tiempo. Pero a nuestro alrededor la crueldad por parte de todos los bandos nos impone su ley. La crueldad sigue imperando y, hoy en día, es algo tan corriente y tan normal que ya no nos sobrecoge el alma. Cuando observamos la sociedad actual a veces nos preguntamos cuál es el camino que ha tomado la humanidad. Y miramos el mapa de las acciones y solamente vemos crueldad en todos los beligerantes. Entonces es cuando nos respondemos con la vacua sensación de que estamos llegando al borde de una desesperación llamada conformismo. Nos estamos conformando con un mundo donde cada uno de sus habitantes dispara para salvarse del abismo. Y cada disparo hunde una esperanza ajena que deberíamos asumir como propia. Nos estamos acostumbrando al arte de no escuchar. Nos protegemos con la artimaña de no querer ver. No existimos. Nos vamos apartando, cada vez más, de eso que antes llamábamos sentir. Nos están robando hasta el horizonte. Nos han robado ya tantos sentimientos que lo único que nos está quedando es esa sensación de que estamos dejando de pertenecer a un tiempo determinado. Miramos a cualquier lugar, a cualquier espacio, haciéndonos preguntas existenciales; pero las creencias de todos nosotros están comenzando a naufragar. Y es entonces cuando comenzamos a nadar contra corriente, alejándonos de este mundo infernal del odio y la venganza, para intentar no pertenecer a ningún movimiento en el cada vez más turbio oleaje de los beligerantes. Crueldad. Crueldad por todas partes. No sabemos ya qué hacer en medio de tanta crueldad de los unos y de tanta crueldad de los otros. Nos miramos el alma y nos vemos, cada vez más, inmersos en una vorágine sentimental que nos está envolviendo en las sombras de un destino que está cada vez más cerca del desconcierto general. Ya no sabemos si estar en un lugar concreto o entrar en ese espacio llamado silencio. Y, sin embargo, tenemos deseos de hablar, tenemos deseos de decir que este mundo ya no es más que una sombra. Como sonámbulas de las entelequias, nuestras utopías se nos están haciendo cada vez más necesarias. Para no pertenecer a esta crueldad que nos quiere encoger los sentimientos. Estamos a punto de morir varias veces. Quizás morir varias veces, en un mundo donde reina el odio y la venganza por parte de todos los beligerantes, sea vencer. O al menos eso es lo único que nos queda por creer. Todos juegan con las cartas trucadas del engaño general. Y preguntamos a la conciencia universal qué es lo que está sucediendo. Nos queda la sensación de que nadie sabe responder mientras el horizonte se nos está queriendo escapar. ¿Es que los sentimientos ya no existen? Alguien escribió "Morir por cerrar los ojos" y quizás llevara razón. Por eso miramos para otro lado deseando alejarnos de la muerte diaria y dar un puntapié a la Historia de la Humanidad por ver si el polvo que sale de todas las batallas desaparece y nos convertimos en lo que, en verdad, queremos ser. 
Inicios del tan esperado Siglo XXI después de Jesucristo. No sé ni lo que hago aquí, en la Calle la Pinta 455 y Amazonas de la ciudad ecuatoriana de Quito. No sé ni por qué estoy participando, en esta Embajada de España, de unos exámenes que me suenan a hueco lejano, a vacío sin sentido, a cutre sensación de no pertenencia. Es la Embajada del No Sé y, para ser coherente con mis capacidades, apago la computadora, me levanto decididamente y digo adiós a esta absurda manera de elegir administrativos. Por las calles ecuatorianas me marcho pensando. ¿Pará qué diantres quiero ser yo un administrativo de la Embaja del No Sé? Y es que cuando acudes a esta Embajada de España en Quito, Ecuador, siempre surge en No Sé como respuesta inevitable a todas tus necesidades.  Para no contagiarme con el virus de la indiferencia he decidido apagar la computadora, levantarme y decir adiós mientras tomo un café en agua en "La Carreta". Es un hasta nunca caballeros del No Sé. Quizás llegue otro siglo más idóneo para saber lo que es la Justicia Social desligada de tanta absurda burocracia. La Embajada del No Sé se me queda cada vez más lejos mientras escribo "La Carreta" dentro del cafetín y la larga presencia de aspirantes va quedando cada vez más vacía de sentido profesional. Mis sentidos se centran en la extensa fila de ansiedades intentando conseguir los papeles necesarios para emigrar de esta absurda ceremonia. Yo sigo escribiendo y "La Carreta" se me hace sensación viva, necesaria, importante. Más viva, más necesaria y más importante que terminar siendo un esclavo administrativo de la Embajada del No Sé. A veces hasta pienso que soy un marciano ajeno a tanta estulticia.  Quizás el ínclito caballero Ponce tenga la infame e infamante respuesta... aunque, como siempre ocurre en La Embajada del No Sé, sólo sea un quizás de los muchos preexistentes en estas dependencias. ¡Qué horror tener que depender siempre de estas dependencias!. Por eso me dedico ahora a enseñar a quien no sabe.
8 de agosto de 2014. Pienso. Medito. Razono. Sé. Volverán las alegres golondrinas en nuestro jardín sus nidos a colgar y las flores que adornaron nuestros sueños volverán a crecer cerca del mar. Volverán nuestros sueños a nacer dentro de los sueños de verdad. Por eso sé que volverán las olas de la primavera a nuestra playa de nuevo a jugar y otra vez juntos nuestros sueños todo será un nuevo comenzar. Cual Bécquer, sin censura cotidiana, mis días discurren en su continuo reflejar construyendo este nuevo tiempo donde tendremos otra vez que habitar. Regresar no es un olvido de las cosas sino un nuevo despertar donde los sueños que quisieron arrebatarnos resurgirán en tu cuerpo reunidos y volveremos de nuevo a gozar.  Recojo mis minutos placenteros y un nuevo acceso a nuestro hogar nos espera como a dos jóvenes del tiempo. Sé que de nuevo volverán... 
La siempre penúltima propuesta para chantajearme con ofertas de aspiraciones que yo no acepto para no perder mi liberación. Están aquí Encarnita, Alicia, un Luis que no sabe las verdades, un Balseiro presente que sirve de referencia al enigma de todos estos atardeceres y hasta un Blas lleno de crisis personales. En el juego de resolver problemas saliendo ante la pizarra, hasta Don Rogelio se asombra de mis habilidades para encontrar caminos con respuestas acertadas. Pero flota en el ambiente una redaccióón llena de conciencias para decir verdades que quedan como pautas para el comportamiento de la amistad. Si Luis no lo comprende ya no es ni causa mía ni culpa mía; pero jugar al futbolín lo hago sin darle importancia alguna. Si Encarnita triunfa con mis goles es porque Luis no se da cuenta de lo que es este juego de los sentimientos que algunos llaman amorosos y yo los designo como secuencias elementales de la naturaleza nada más.  Balseiro es la referencia necesaria para entender ciertas cuestiones que Luis no descubre y se equivoca. No. No estoy ligando con Encarnita porque sigo pendiente de encontrar a mi Princesa. La más guapa del aula descifra sus problemas y sonríe porque sabe algo de tenis. La Casa de Campo, lugar de mis juegos colaterales, es punto de encuentro entre su sonrisa y mi drive que sabe a vuelo de paloma. El revés quizás se lo lleven otros. Por ejemplo, ¿quién te ha visto Blas cuando andabas necesitando compañía y quién te verá dentro de unos años por causa de una subdirección o una dirección cualquiera pero siempre de poca monta? No sé el destino de Balseiro pero contarle a Luis ciertas verdades no me apartan de la sinceridad. Que se las crea o no se las crea no es problema alguno para mí, que sigo pensando en mi Princesa mientras marco goles en el futbolín (no me importa quién me acompaña) mientras la guapa sigue resolviendo los problemas de esta difícil interpretación.  Hace ya tiempo que interpreté el destino de ciertas circunstancias y mi sueño sigue siendo el de meter un gol a la Fantasía. Para algo han de servir mis redacciones que aporto como bagaje de inquietudes ajenas. Yo sigo tranquilo y esperando que llegue la luz de las estrellas para seguir componiendo Poesía.
Cuerpo a cuerpo y sin mentiras. Villa o Slada no son enemigos de importancia para mí. Ni Villa ni Oslada van a frenar mi carrera hacia la cima. Vengo de la Cima y volveré a la Cima. Ni Villa ni Slada me van a frenar el ascenso. Ninguno de los dos me preocupa en absoluto. O quizás sean la dos caras de un mismo rival. No importa. Todos los "guaperas" que se parecen a "Roberto Alcázar" siempre me parecen lo mismo: solapados falangistas que buscan ligar con las más inocentes. Pero yo no estoy para embustes ni subterfugios. Una vez que María Jesús se fue a otro destino prometí que volvería para medirme contra él. Supongo que las medidas de cada uno son el reflejo de la conducta de cada uno. Por eso voy a volver. Cuerpo a cuerpo y sin mentiras. He vuelto ante el asombro general. Magro sigue siendo tan magro como siempre aunque su cuerpo ya no está para ciertas aventuras. Yo sigo con mis aventuras de "Rocky" derribando rivales. Villa o Slada, o las dos caras de un mismo personajillo, no son rivales para mí. Mido la distancia. Observo sus movimientos que parecen salidos de un tebeo de "Mandrake" aunque sigo insistiendo en que es un "Roberto Alcázar" nada más. Su águila imperial no me produce ni el más mínimo nerviosismo. A mí ciertos rivales sólo me producen desgana pero lo tengo que derribar. Sube al escenario con risa de victorioso; pero el combate no ha hecho nada más que comenzar. Dispara su gancho y le engancho con una contra en medio del silencio. Le he dejado hecho polvo con lo de "María Teresa pon la mesa". Y comienza en baile general. Lanza sus andanadas que se pierden en el vacío de mi indiferencia. Completo el asalto con la agilidad de quien lleva ya muchos golpes de ventaja: "Teresa, pon la mesa; Isabel, pon el mantel; Juana, las cucharas; señoritos, a comer". Villa o Slada, o el mismo rival con las dos caras falsas al mismo tiempo, se desconcierta ante el concierto de un grupo de chavalas que desfilan por mi mente. Él busca y no encuentra. La que de verdad me importa no puede ser descubierta ni por Villa ni por Oslada. Se desespera. Se descompone. Se despeina. Busca la ayuda de Pedrín pero Pedrín ya fue abatido algunos años antes con lo del Deportivo Olímpico destrozando al Estrella. Para eso sirven los de las dos caras. Para no poder resistir ni tan siquiera una sonrisa. Y, amargados por la derrota, oculta la que quiero yo que permanezca oculta porque es la más interesante de todas en aquellos momentos de plenitud, Villa o Slada o el mismo personaje con dos falsas caras a los "Roberto Alcázar" sin Pedrín... se marcha lejos... muy lejos... a un lugar de Aragón para esconder su vergüenza.  ¡Vaya carrera que llevas, tío! Y me envuelvo en el conjunto de mis sonrisas porque no ha sabido, nunca jamás, cuál era mi táctica a la contra con la que he tapado a la más interesante del momento. Momento para enmarcar en la Sala de los Trofeos conquistados a base de moral. Y es que de moral este Villa o este Slada está totalmente carente. Por eso su personalidad no pasa de ser más que la de un asistente en algún pueblo aragonés. Ya puedo seguir soñando otra vez con la que nació a mis siete años de edad. Mercedes que Dios me da y mercedes que agradezco a Jesucristo.
La copa de Fausto ya está sobresaturada. ¡Tantos sorbitos coperos y no coperos no son buenos, amigo Fausto! Fausto es un buen muchacho pero le falta esa fe en sus posibilidades que sólo poseen los vencedores. Por eso muchas veces se ahoga en un vaso de agua. Cree que es imposible lo de IMG. Cree que a los metales no se les puede brindar una elegía. No son buenos tantos sorbitos coperos y no coperos, Fausto. No es cuestión de claudicar y de tirar la toalla cuando sólo hemos comenzado a caminar. IMG puede ser metal pero puede ser elergíaco brindarle un poema inmemorial.  Fausto, a veces tan deprimido por culpa de ciertas críticas más o menos razonadas o más o menos razonables, necesita un empujón de entusiasmo. ¿Por qué será que lo de "para qué los espolones" le ha dejado tan abatido? El verso compuesto en un momento de necesidad perentoria dice así: "A veces, Fausto, no es cuestión de mandarinas / sino cuestión de limones. / Si se enfadan las gallinas / ¿para qué los espolones?". Se me ha venido abajo mi amigo Fausto con lo de IMG. Así que le aviso que todavía se puede mejorar cuando nos batimos a nosotros mismos. Y lo consigo. Y Fausto agarra su maletín y se me pierde en el viacrucis de los derrotados.  Tirar la toalla antes de tiempo no es de valientes. Lo que es de valientes es saber que los sorbitos coperos o no coperos no suelen terminar bien cuando se rebasa la copa más allá de lo aconsejable. Lo aconsejable, para mejorar en la profesión de quienes nos enfrentamos a las hojas en blanco, es no renunciar a ningún trofeo de causa mayor. "IMG es la empresa". Por eso, amigo Fausto, por eso no hay que renunciar a la lucha contra los metales. La única forma de conseguir la victoria es enfrentarse a la derrota. Quizás sea por eso por lo que, a la hora de las grandes verdades, no es necesario ser un "Balzac" sino ser uno mismo superando a Balzac. No es necesario que Fausto ni Pablo me esperen más. Yo me he ido hacia mis propios horizontes. Quizás algún día al despertar con el amanecer deportivo los dos aprendan que ni me importa ser del equipo de la APDP ni tengo ningún interés en serlo. Competir en partidos de fútbol lo tengo ya más que superado. A lo mejor ahora sí que ambos comprenden definitivamente por qué me llaman "Diesel". 
Como dice García Ferreras, estamos viendo el pulso entre el mito y el hambre. Lo máximo a lo que muchos pueden aspirar es a la indefinición, porque no les queda otra opción que inmersionar en esta debacle salomónica que es mucho más que una apología fotogénica de la globalización "súper star". Frente a esta encrucijada tan compleja, las presiones suelen concluirse con que han llegado los momentos de las despedidas. Adiós con el corazón que con los vientos no puedo. Es lo que muchos están haciendo ya. Y es que soplan vientos que se convierten en fabulaciones capaces de arrastrar al mito y entronizar el hambre en lo más alto del podio terrenal. La pista de aterrizaje es la caída en vertical de los que andan con el vuelo sin motor. Muchas invenciones pero pocas realmente interesantes. Tal vez algún imprevisto compañero de viajes nos respete más que los amigos del aprendizaje. Y, por supuesto, en el mundo, en definitiva, ganarse el derecho a la gloria es cuestión de comerse el pastel y dejar que los otros se coman el marrón porque se creen más altos, más fuertes, más guapos... Las décadas de los padrinos ya no son lo que eran. Ahora la desgana de los "gurús" descubre algo nuevo: las grandes ideas se originan cuando el panorama demuestra que para llegar hay que saber estar. Y es que muchos no se están quietos ni un momento para que el "flash" sea lo suficientemente cualitativo. ¡Tantas fotografías para tantos despistes, Dios mío! Lo insuperable, en estos momentos, es saber que nos gustan las que nos gustan y no las que quieren los demás que nos gusten. Hablo de oportunidades para no confundir al personal. El arroz con leche siempre es mejor con una buena cantidad de canela esparcida y es que la canela está mucho mejor que el ajenjo para el gusto del buen paladar. Pues eso. No confundan los términos una vez más no vaya a ser que muchos se salgan de la fotografía corporal. ¿Cañoneros o carroñeros? He ahí el dilema. Tanta independencia para tanto trampero. ¿Hablamos mejor de fútbol?.
El 8 es un número primordial, de los de solo una unidad, para mi desarrollo personal. Fue a mis 8 años de edad cuando comencé a pensar que había mucho más mundo que el que se circunscribía a eso de estar callado en al aula de Primaria. Lo primario era lo original y lo original era empezar a saber que ya estaba ligado a mi Destino y mi Princesa era ya el centro principal donde seguía reuniendo todos mis poemas mentales. Yo mantenía el ritmo como "estudiante de fondo" mientras las redacciones escolares formaban ya parte de mi expresividad. Para tener tan sólo 8 años de edad era más que suficiente. Desembarco de la Imaginación. En medio de la tormenta y el tormento que suponía aguantar la monodia de Don Virgilio, yo empecé a comprender lo del Virgilio romano: Eneida, Bucólicas y Geórgicas. Un camino que iniciaba mi carrera hasta poder entrar en la Historia. Lo que se estaba gestando era que mis historias crecían con gran rapidez dentro de mis silencios. En el piso de arriba quizás viviera la tentación, como decía el argumento de cierta película de Marilyn Monroe como protagonista principal, pero yo era más de Gina Lollobrigida o, mejor deicho todavía, de Lauren Bacall, cuando observaba los cromos de la Piluchi de los Merino mientras mi padre no decía nada pero sabía que yo no tiraba hacia el monte como las cabras sino que iba ocupando un espacio singular en el mundillo madrileño de los bohemios ilustres. Y es que la Ilustración fue una de las partes de la Historia que más y mejor estaba yo aprendiendo a asimilar. Asimilando todo aquello no era cuestión de tener mal genio (digamos como Emilín que gruñía hasta cuando le despertaba con amor su madre) sino de tener un firme carácter sin alardes innecesarios. Pasar como de puntillas por ciertos ambientes (falansterios de la infancia se podría decir) y alejarse del fascio para enriquecerse con las fabulosas historietas que yo iba desarrollando durante las horas de las siestas, mientras todos los demás dormían profundamente y yo escalaba entonces el Tourmalet llendo en cabeza o le marcaba un gol al mismísimo Ramallets. Era mi signo. El 8 era mi signo futbolístico y me estaba preparando para triunfar con el 8, Con razón Uribe y Del Sol eran ejemplos para mí. Y yo pensando... mientras la abulia de la monodia de Don Virgilio eran las pesadas lecciones para no aprender porque eran mucho más divertidas las páginas de mi propia vitalidad. Pobre chico, dijo "El Virgilio". Vaya desgracia de hombre, pensé yo. Y seguí soñando... 
Es una de las instantáneas fotográficas más conocidas de mi primera infancia. Feria de San Isidro en Vallecas City, por aquel entonces la "ciudad sin ley", que amenazaba con derribar a la burguesía madrileña como si fuesen "castillos de naipes". Efectivamente, aquello era la feria de las vanidades de los que ansiaban aparecer siempre en el primer lugar de los coches. Asomando mi cabeza desde la segunda fila pude comprobar aquel mundo abigarrado de personajes de novela costumbrista o "novelón" de suelos fregados con zotal y la bayeta como reivindicación.  Observaba yo aquel mundo que tanto atraía la atención de hispanistas anglófonos tan interesados en escribir ensayos, más o menos carismáticos, de la España de posguerra que tanto interés despertaba en la Europa más o menos recalcitrante. Las ondas de mi cerebro atraparon, mientras daba vueltas y más vueltas el dichoso cochecito de marras, la novela titulada "La feria de las vanidades" de William Thackeray, basada en "El progreso del peregrino" de John Bunyan, y en mi subconsciente quedó grabado aquel pintoresco microcosmo de inmigrantes más o menos sureños de la España, más la gitanería más cutre del momento; todo aquello que llamaba poderosamente la atención a los hispanistas anglófilos ávidos de escribir sobre la España de posguerra y sus perennes circunstancias. Satirización de la sociedad ambulante. Parada necesaria para retener el momento crucial de la feria interminable mientras la luz de las estrellas, con la Luna cada vez más creciente, me sumergía ya en mi perenne bohemia de soñador escribiendo redacciones hacia el infinito. La ciudad entera, Vallecas City inclusive, era una ciudad llamada Vanidad, que pretendía representar la atracción pecaminosa del hombre por las cosas mundanas. Pero aquel mundo de atracciones de feria me traía la presencia de una Marisol lanzada al estrellato cantando a mis neuronas: Eres diferente, diferente al resto de la gente que siempre conocí.  Eres diferente, diferente, por eso al conocerte me enamoré de ti. Tus ojos tienen un color distinto al gris de la hierba y al verde del mar. Tus labios besan de un modo distinto y estar a tu lado es como soñar. Eres diferente, diferente, por eso al conocerte me enamoré de ti. Recogí el mensaje y lo encerré en un sueño pasajero para iniciarme como costumbrista escritor de las bohemias sureñas ancladas en el Madrid de lo castizo y el desfile de las vanidades bañándose en La Cibeles o en Neptuno según fuesen los colores de cada bebedor. Es un momento inolvidable de mi primera infancia. Un recuerdo en forma de graduación elemental para saber distinguir a las unas de las otras. Me refiero a las estrellas que comenzaban a deslumbrar mis pensamientos. Subido en el cochecito de la Fantasía, yo asomaba mi imaginación al borde del precipicio de los que andurreaban por las noches tocando, con sus bandurrias, sonatas más o menos enamoradizas. Y es que Marisol había entrado en "la alcoba" de mis sentimientos mientras mi sonrisa bohemia mezclaba las aventuras de un niño irlandés con los animales cocodrilianos que tanto abundaban en aquel mundillo de feriantes y la vanidad subida hasta los lugares de las apariencias. Una forma de vivir que dejaba su estela en mi siempre curiosa manera de observar para seguir creciendo.     
Exactamente agosto del 2014 después de Jesucristo. Nunca jamás en mi vida he pasado tanto bochorno como ahora. No llueve en toda la Región de Murcia, o por lo menos en Molina de Segura, ni una sola gota. No llueve ni sacando en procesión a todas las estatuas de vírgenes y santos de toda Murcia. En Molina de Aragón nos estamos asando vivos. Menos mal que a partir de las 8 de la noche sopla una miaja de viento que nos refresca. Aguantamos el bochorno general y sobrevivimos por Fe. Sólo falta que nos pongan encima de una parrilla y nos doren bien dorados. El sudor no sólo chorrea por la frente sino que se pega a la ropa y nos hace caminar lentamente. Esta lentitud es desesperante pero es lo mejor que se puede hacer para resistir con las fuerzas intactas. Estamos esperando a que llegue la normalidad con el mes de septiembre y que volvamos, en octubre, a las actividades que tanto me atraen: Senderismo, Café Tertulia, Taller de Lectura y hasta es posible que me apunte al Teatro. No sé si será el calor que me está derritiendo la sesera (aunque lo evito con la gorra de "American made in Ireland") pero quizás me atreva a apuntarme al Teatro; aunque solamente sea por lo de guionizar algo novedoso que esté relacionado con este bochorno general. Te duchas y a los pocos minutos estás como un bogavante dentro de la paellera. Espero que esta noche sea tan fresca como para seguir resistendo estos termómetros de 40 grados bajo el sol. Recuerdo la novela de ciencia ficción "Nada nuevo bajo el sol" (1907) de José Antonio Suárez. Pero lo que pasa es que este calor, este bochorno y estos sudores no tienen nada de ficción sino que son reales. Cierro mi Diario antes de que las teclas de mi computadora se disuelvan junto con mis dedos. Estoy sudando gota a gota como un torrente. No soy Torrente Ballester por cierto sino torrente nada más.             
Desde Durrës, donde hemos desembarcado sin más incidencia que la pérdida de unos kilos por la falta de buena alimentación, Federico y yo hemos continuado, en un autobús viejo, destartalado y lleno de hombres y mujeres que, con mirada aviesa, nos escudriñan como queriendo saber de dónde venimos y de qué planeta de la Galaxia nos hemos caído, pasando por Vorë, Rinas, Krujë, Burrel y Fushë-Muhur, hasta terminar en Peshkopi, con todos los huesos de nuestro cuerpo crujiéndonos más que el sillón donde se mecía mi abuelo en tiempos de cuando la guerra. Para ir más cómodos hemos decidido venir con alpargatas. Es la profunda Albania y los baches de la carretera nos han producido tan sinnúmero de dolores que parecemos dos nazarenos de alguna cofradía sevillana en época de Sábado Santo. Para rematar tan infeliz llegada, un numeroso grupo de moteros, con las miradas más sanguinarias que las de Gengis Khan y sus hordas salvajes, nos han dedicado tal cantidad de insultos que meno mal que no tenemos ni idea del idioma albanés. Nos dirigimos, después, al centro del pueblo. Todo el mundo lleva pegatinas de Albania en sus zamarras de pastores de cabras y, siendo amenazados con algún que otro cayado, no nos ha quedado más remedio que emplear unos 10 leks en comprarles algunas. A cambio de ello los pastores de cabras, que parecen más cabreados que algunos de los hermanos que yo he llegado a conocer, nos han conducido hasta el río Drin Negro que fluye al oeste de la ciudad. Huele a azufre que apesta pero como estamos sudorosos de tanta fatigosa caminata, en cuanto los pastores se han perdido por las montañas nos hemos quedado en bañador y hemos estado bañándonos sin ninguna novedad salvo la presencia de un ruidoso grupo de jovencitas albanesas que se han dedicado a tirarnos piedrecitas riéndose sin parar. - ¡Ya está bien! -se ha enfadado Federico-  ¿es que no habéis visto nunca a dos hombres bañándose en un río que aunque apesta a azufre nos sirve para amainar los nervios?- No te pongas nervioso -le he recomendado yo- esto se termina haciendo algo que siempre me da óptimos resultados. - Pues a ver si es verdad... Lo que tengo preparado, como sorpresa para las jovencitas descaradas, ha sido agarrar una culebra de agua, de esas inofensivas pero repulsivas cuando se las siente en la piel, y se la he lanzado a la que más grita y la que más piedrecitas nos está lanzando porque parece la líder de todas ellas. El asunto ha dado efecto positivo porque cuando ella ha visto que la culebra se le ha enrrollado en el pelo ha lanzado un alarido salvaje y todas han corrido hacia la ciudad. Como tenemos que escapar de allí antes de que vengan los hombres a pedirnos explicaciones, damos por terminado el baño y buscamos el Hotel que nos han recomendado y que es el único del lugar: el Peshkopia Hotel Piazza del Bulevardi Elez Isufu. Es aquí donde vamos a tener la entrevista con la escritora y fotógrafa Ornela Vorpsi que viene a nuestro encuentro desde Tirana. Mientras llega sacamos nuestros bocadillos de mortadela que todavía están dentro de nuestras mochilas y dos latas de Coca Cola más calientes que un calderón asando a un cerdo. A mi me da por reir pensando en Ornella Muti pero no se lo cuento a Federico para que no me amoneste con algún sermón.  Pocos mintuos después ha llegado Ornela Vorpsi acompañada por Ahmed, un intérpete que domina perfectamente el español porque desciende de antepasados malagueños y, por eso, ha venido con una botella de Málaga Virgen con la cual hemos brindado los cuatro para tomar confianza mutua. Entonces es cuando me ha parecido interesante, para hacerme el interesante ante ella, narrar mi relato titulado "Once. Punto. Once". Lo he hecho de manera muy pausada y tranquila para que el traductor no se confundiera y Ornela se ha quedado tan asombrada que me ha felicitado de manera elogiosa.  Debido a ello se ha animado y ha comenzado a contarnos el cuento albanés "El agradecimiento del muerto" hasta que, a mitad de su relato, nos hemos quedado todos dormidos en nuestros respectivos sillones. A la mañana siguiente, la luz del sol a través de la ventana me ha despertado del todo y, con mucho apuro, he tenido que despertar a todos los demás para después, tal como habíamos acordado en nuestro feliz encuentro, nos hemos dedicado a intercambiar fotografías de Albania y fotografías de España. La que más le ha gustado a Ornela, de todas las que le hemos regalado, ha sido la de un torero. Nada más y nada menos que la fotografía, en color sepia, de Joselito "El Gallo" que, no sé por cual razón, se encontraba dentro del lote de las mías. Tan entusiasmada se ha quedado con el torero en cuestión me ha estado rogando, insitiendo hasta mil veces seguidas, que le haga el favor de presentárselo porque quiere conocerle en persona. ¿Cómo le podría yo ahora explicar a ella que Joselito "El Gallo", de etnia gitana por cierto, falleció el 16 de mayo de 1920 en la plaza de Talavera de la Reina? Sin saber cómo ni por qué ha aparecido esa fotografía entre las de mi lote, le he echado más valor que "Manolete" y se lo he dicho. Su decepoción ha sido tan grande que, como estamos muy cerca de la frontera con Macedonia, la he invitado a un cóctel de macedonia acompañado de una bolsa de pipas de girasol "Morales", y aunque estaban un poco rancias del tiempo que hacía que estaban en mi mochila, le ha hecho mucha gracia lo del eslogan "Pipas Morales mejores que las normales" y me ha prometido que se lo va a contar al Señor Presidente Bujar Faik Nishani y nos hemos despedido en un ambiente de sana amistad no sin antes acabar con la botella de Málaga Virgen. Nuestra aventura ha terminado. Espero que hayamso realizado muy bien lo de "hacer patria" y que, debido a ello, puedan mejorarse las relaciones comerciales entre España y Albania. Con nuestra labor finalizada, Ornela Vorpsi y su intérprete Ahmed han tenido el detalle de llevarnos en su automóvil hasta Tirana en donde hemos cogido un vuelo con destino a París y, en la capital francesa, hemos enlazado un vuelo hasta Madrid. Todavía no sé cómo explicarle a Federico lo de la fotografía de Joselito "El Gallo" ni lo de la bolsa de pipas de girasol "Morales" de tueste especial.                              
Una vez una mujer, mucho más "vieja" que yo, me dijo: No creo para nada en esta vida porque estoy fastidiada por todos los lados; me niego a traer hijos a este mundo, Dios no existe y después de todo no hay nada. Mantuve la calma y le contesté: "Si tan fastidada estás por todos los lados y el valor de la vida no es nada porque no existe nada después de la vida y estás sufriendo tanto y tan desesperada estás ¿por qué deseas seguir viviendo y no tomas la decisión de sucidarte y dejar que los demás querramos vivir porque creemos que merece la pena creer que luego hay vida eterna? Entre creer en la Nada como tú predicas prefiero creer que hay un Paraíso porque así vivo más feliz. Entonces, viéndose perdida, se le ocurrió amenazarme: ¡Está bien pero yo no te voy a dar más veces de comer porque eres cristiano! Sin perder la calma le respondí: si tienes el valor de decir la verdad dirígete al mundo entero y diles cuándo fue el día o el momento en que yo te pedí ni tan siquiera una migaja de pan. Los ateos materialistas sois tan mezquinos que hasta pedís un precio por lo que regaláis. He de decirte que Jesucristo profetizö: "Por tanto os digo: No estéis preocupados por lo que habéis de comer o beber para vivir, ni por la ropa con que habéis de cubrir vuestro cuerpo. ¿No vale la vida más que la comida, y el cuerpo más que la ropa? Mirad las aves que vuelan bajo el cielo: ni siembran ni siegan ni almacenan en graneros la cosecha; sin embargo,vuestro Padre, que está en el cielo les da de comer todos los días. Pies bien, ¿acaso no valéis vosotros más que las aves?" (Mateo 6:25-26) Y también te digo, mujer, que Salmos 37:25 dice en su sabiduría: "Yo fui joven, y ya soy viejo, pero nunca vi desamparado al hombre bueno ni jamás vi a sus hijos pedir limosna". La mujer más "vieja" que yo tuvo que guardar silencio porque sabía que estaba mintiendo en todo lo que ella decía.  Sabio es dar con la mano derecha pero sin que se entere la izquierda. Si regalas algo que nadie te ha pedido ten la decencia y la dignidad de no pedir nada a cambio de ello.Y se marchó para siempre de mi lado totalmente avergonzada.     (De la vida real).                                                                                                                                                            
La vida me llevó desde Lope de Rueda hasta Altamira. Altas eran las miras de mis expectativas (como bien señaló Don Florencio), así que no protesté ni me quejé para nada ni por nada sino que cogí al toro por sus cuernos y me enfrenté a todos los del vecindario. No era cuestión de seguirles el juego sino de pasar olímpicamente de todos ellos; unos envidiosos que no podían soportar que nosotros (4) éramos un número suficiente que nos bastaba y nos sobraba a las largas horas del jugar. ¿Qué hacía yo en Altamira? Demostrar a todos los envidiosos que no iban a derrotarme ni a frenar mi carrera. A los 13 años de edad ya era yo un consumado periodista a través de "Cerros Verdes": único caso de una actividad trepidante que me llenaba por completo en mis horas de ocio y cuando dejaba de pensar en otras cuestiones. Era increíble pero cierto. Ya me estaba yo acostumbrando a soñar del todo con Hispanoamérica. Entre los chapurreos del Latín y aquel lenguaje que empezaba a tener connotaciones literarias, me iba yo aficionando a las expresiones "a lo virulé" de la jerga castiza y madrileña. Lo de "guripas" se quedaba ya en el pasado del contexto general del "corpus" idiomático aprendido entre las vías del tren de Arganda, que pitaba como un fuelle mitológico dentro de los asombrosos "paisajes" de mi Fantasía. En Altamira lo que estaba yo haciendo era observar milimétricamente los movimientos de todos mis rivales para lanzarles andanadas de vocablos como "zanguangos", "mamilotos" y "guachindangos" aprendidos de mi abuela materna y que les dejaba, a todos ellos, más estáticos que la estatua que preside el estanque del Retiro de Madrid, alrededor de la cual yo había jugado, más de una vez, al rescate mientras desarrollaba mi memoria. Así que me dediqué, aquel curso de tercero, a no dejar de soñar nunca con el tranvía de la Universidad. Y, de paso, me convertí en un sensacional experto del "Ketekojo" con los "pistards" de mi Imaginación.
La inmensa mayoría de los seguidores del Real Murcia del "patada a seguir", siguen echando chispas de todos los colores. Y las chavalas de por aquí ya canturrean por las calles lo de "¡Haya lo que haya hay que ir a La Haya!". El  "serpentón" del verano ya está servido mientras "la pelea de los tres guarda vallas" nos tenía acongojonados hasta que López ha tirado la casa por la ventana y se ha marchado a comer milanesas porque los merengues han dejado de gustarle. Recuerdo a un López cordobés pidiendo oportunidades de jugar en las chapas. Era cuando era, o sea en la era de los 16. ¿Qué hacen los que tienen 16 en el día de hoy? Buscan el pimentón que les salve de la hambruna de goles mientras en los coles las coles se imponen como futuro para el desayuno entre las asignaturas del sol feo y la luna lunera. Lafuente ha dicho que, aunque esté muy buena el agua fresca, no tiene por qué gustarle a todos. Lafuente lleva razón y es que las muy buenas (me refiero a las aguas y a las visiones panorámicas estelares) están presentes al gusto del consumidor mientras todos nos consumimos a marchas de aceleramiento. En lo físico (lo químico va por dentro como procesión turbulenta) tenemos que coincidir (aunque siempre haya díscolos que no lo aceptan y no me refiero a Baeza), en que la aceleración es una magnitud vectorial que nos indica el cambio de velocidad por unidad completa. Pues bien, Lafuente (y no me refiero a Baeza) está muy completa aunque algunos prefieran el moño de Falete.   ¿Qué moño le pasa a Pujol para que, de repente, y en pijama por haber dormido poco y muy mal, vaya gritando como un despelonado "¡España me ha robado!" cuando ya todos sabemos cómo se ha guardado millones y millones de euros que pertenecían a España? Este absurdo de la independencia no es posible cuando los ladrones roban a sus propios colegas. A ver si ahora va a resultar que Jaén no es tierra andaluza y la merluza se lleva de miedo con la lechuza. ¿Cuántas moñas ha cogido Pujol para convertirse en "pinocho a la catalana"? Recuerdo a Pinochet y me viene a la memoria que Cataluña ha pasado del Generalísimo a la Generalitat, sólo que mientras el Generalísimo no les robaba ni una peseta y les daba prioridades económicas a los catalanes, resulta que los de la Generalitat les roban a los mismos catalanes más que si fueran los ladrones de la cueva de Alí. Y Arturito (y no me refiero a Pomar) sigue cantando, más exaltado que San Jorge matando a los dragones, lo de "¡Todos queremos más, todos queremos más, todos queremos más y más y mucho más!". Más pero aunque y e ni qué. ¿Qué? Por cierto... ¿dónde se habrá metido Montilla que ya no se le ve por los Moriles? Seguro estoy de que hoy, domingo veraniego, está subiendo el Montjuich haciéndose pasar por Miguel Poblet cuando sólo es un enriquecido señorito andaluz protoplasmado como "catalán a la butifarra" yendo de fantasma para meter miedo a los inocentes. Veremos qué sucede con él cuando lleguemos a la celebración de los Santos Inocentes; porque hay que ser muy santo y muy inocente para poder creerle. Convergencia y Unión. Convergencia de ladrones y unión de ingenuos creyendo en los ladrones.                                                                            Pero hay más. Mucho más. Por ejemplo, menudo pisto (y no pìsto manchego precisamente) tenía montado Pistorius que le va a llevar posiblemente a la perpetua; porque resulta que en vez de pisto de tomate lo que produjo fue pisto de algo parecido al tomate pero que era un compuesto de hemoglobinas y otros elementos de la sangre. Hay que ser un gran "pistero" para pasar a la Historia de recordman atleta a recordman de las ensaladillas. Ensaladilla rusa. Eso es lo que está sucediendo en las ucranias del este con un Putin (con perdón) haciendo honor a su apellido (con perdón) en territorios donde nadie le había llamado pero en donde ha introducido "mesoneros" (no misioneros sino "mesoneros") sirviendo ensaladilla rusa por todo el Este. ¿Qué dice el Oeste? En el Oeste bastante tenemos con ver, oír y hablar. Hablamos de la media luna. ¿Han visto ustedes cómo la media luna tiene cuernos? ¡Ay va! ¡Zambomba! Ahora que nos fijamos bien resulta que la media luna sí que tiene cuernos bien hermosos como diría mi querida abuela materna. ¿Será por eso por lo que todo el Medio Oriente huele a cuerno quemado? Las chamusquinas son producto de las avaricias lanzadas en avalanchas humanas. ¿Sabían, amigos lectores y amigas lectoras, que oler a chamusquina quiere decir, en el lenguaje coloquial de ir charlando por los rosales, que da la impresión de que un asunto va a tener mal final? Por ejemplo: "su repentina amabilidad me huele a chamusquina". Eso pasa con los ladinos de las arabias islámicas. O estamos al loro o nos meten a sus cacatúas diciéndonos que son aves canoras cuando en realidad son aves de rapiña. ¿Lo entienden bien o lo explico mejor? ¿No sabéis que babucha deriva de baba? Pues eso. Que hay mucha baba metida entre caracoles y lechugas. ¿Es un burro o es una cebra? En el sur de Crimea  (territorio recientemente anexado a Rusia a expensas de Ucrania debido aque Putin, con perdón, hizo honor a su apellido, con perdón), una cebra "deprimida" recibió el afecto de un burro. El resultado del romance lo podéis llamarlo ceburro o burcebra. En definitiva, ensaladilla rusa a todas las horas del día. A lo mejor es una dieta para poder olvidar... pero con ensaladilla rusa o sin  ensaladilla de cualquier lugar yo sigo sin olvidar que Tribulete fue un reportero gracias a Guillermo. Cifré que era  Cifré. Quizás por eso en la calle madrileña de Tribulete se ha cifrado que a nadie le gusta la ensaladilla rusa porque prefieren los callos a la madrileña. Posiblemente Putin (con perdón) se ha olvidado que los huevos a lo flamenco son  más apetitosos que unas patatejas a lo pobrecico y al montón y cuanto más al montón mucho mejor para sacar tajada pero cubiertas con salsa de Tartaria.
Proverbios 16: "Más vale ser paciente que valiente". Muchos juegan a vivir luchando contra sus fantasmas. Es una forma de ir perdiendo poco a poco, lentamente, hasta que sus fantasmas les derrotan. Es bien sabido que algunos se creen los más valientes del mundo hasta que llegan otros y les destruyen. A lo nuevos valientes les llegan también sus "san martín" y vuelven a caer ante otros y estos a su vez ante otros y así indefinidamente. ¿Quién tiene la valentía inquebrantable para salir siempre vencedor? La respuesta es todo aquel humilde que muestra su valor cuando es necesaria la Verdad. El paciente que no combate contra ningún fantasma sino que derrota a sus rivales simplemente esperando, tranquilo, sentado a la puerta de su casa. Desde ahí, desde su asiento manso y sereno, ve pasar a todos los cadáveres de sus enemigos. Cuando te provoquen a una pelea deja que tu rival malgaste sus energías provocando y luego mirale de frente e ignoralo como si no existiera y sigue tu camino. El enemigo te insultará todo lo que pueda pero gastará sus energías hasta quedarse impotente. Tus rivales sólo son, en verdad, muchísimo más inferiores que tu paciencia. Y, sereno del todo, verás cómo todas sus fuerzas se les pierden por su boca, desplománodse en su impotencia. Es la manera más efectiva de triunfar. Todos tus rivales son, en verdad, nada más que polvo y en polvo se convierten si tienes la paciencia adecuada de aguantar sus improperios sonriendo. Has de saber que cuando son más grandes sus insultos son más grandes tus victorias. Sé indiferente a sus bocas porque por sus bocas han de morir y morirán. Simplemente espera a que se agoten todos sus cuerpos y verás que se han convertido, solamente, en sombras del pasado; o sea, ninguno de ellos forma parte ya de tu presente así que nunca podrán ser parte de tu futuro. Y es que, como dice Proverbio 17: "Ni al tonto le sienta bien el hablar con elegancia, ni al hombre respetable le sienta bien el hablar con engaño". ¿Por qué engañarnos a nosotros mismos como ellos se engañan con sus propios fantasmas? Tus rivales solamente son los tontos de siempre; así que no les hagas caso para no caer en el mundo de sus tonterías del cual ya saliste cuando conociste a Jesucristo y decidiste seguirle. Como dice el dicho: "siempre se es tonto cuando la boca es boba". Así que a sus bobadas no respondas más que con una sentencia y les habrás vencido. Puede ser la siguiente: "Eres tan necio que tu boca sólo dice necedad". Y luego deja que Dios actúe en tu defensa. Verás cómo huyen despavoridos buscando sus propios fantasmas. Así que déjales que sigan peleándose con esos fantasmas a los cuales tú no perteneces.
Alcantarilla. Murcia. No nos da miedo Javier. Nuestra ONG (hoy MUAD) no necesitaba para nada ni a Javier ni a todos los que eran como Javier. Una cosa es Castillo y otra cosa muy diferente y mejor (por ser superior) es Del Castillo. Y más si a Del Castillo se le suma De Julián Del Arco y Del Real. Por eso no nos importaba que Javier nos quitara su apoyo. Ni lo necesitábamos ni lo hemos necesitado jamás porque nuestra fuerza proviene de Dios. La época de los caramelitos hace mucho tiempo que la dejé atrás y ahora (2007) me gustan los bombones. Así que no me arrepentí ni me arrepiento de haber escrito "En el principio era Nada" ni "La plaza de las palomas" porque si a Javier no le gustaban mis cuentos (que no los escribía para él por cierto) a mí no me gustaban sus jaculatorias. Estábamos sólo de paso y nos fuimos hacia adelante.  Ya conocía yo a Alcantarilla como la palma de mi mano y le anuncié a Carlita que si Javier la negaba formar parte del coro, Jesucristo le daría miles de oportunidades de cantarle mucho más y mucho mejor. De Castillo a Del Castillo existe mucha diferencia. Y la envidia no se combate con la ira sino con la serenidad que da el tiempo. El tiempo ha cambiado. Nosotros no. Seguimos siendo los mismos pero con más canciones en nuestro repertorio. Y Carlita es Carla llena de Fe y Felicidad. Los caramelitos para quienes los necesiten. Yo prefiero los bombones y de eso tengo en abundancia. Y es que no es lo mismo la pasta que el pastel. Alcantarilla. Murcia. 2007. Y siempre después de Jesucristo para que no haya duda alguna. No necesito teologías de principiante para saber a qué Dios estoy sirviendo y cómo es ese Dios al que sirvo. Y, a la hora de la verdad, entre Castillo y Castillejo, por ser un gran escritor, prefiero las metáforas, antítesis y perífrasis de Don Bartolome. Las jaculatorias de Don Javier no me llenan ni un zapato. Así que la alegría no se la borraron del rostro a mi princesita por mucha envidia que les diese a alguien que no quiero señalar. Adiós. Cierro el Diario y me voy a dar una vuelta por los rosales por ver si las flores siguen abiertas. Y es que de flores sé un mogollón.  Por cierto ya no soy un humilde inocente porque hace mucho tiempo que mi cupo de humildad, entre silencios traidores, dolores callados y soledades injustas, se rebasó de tanto ser humilde. Ahora he dejado de ser humilde solamente para ser normal; nada más que normal. La humildad está muy bien para los pastorcitos y para los cachorros. Yo ahora ya soy un león y por eso leo tanto y escribo con Liberación después de leer gracias solamente a Jesucristo. A lo mejor me estoy refiriendo a la Biblia o lo que deduzco de leer la Biblia. Amén.    
Época de Pitufos Fútbol Sala. Primavera. Pabellón del Barrio del Pilar (creo que fue en el Barrio del Pilar aunque no puedo afirmarlo del todo porque pudo quizás haber sido en el Polideportivo del Barrio de la Elipa pero, dicho sea de paso, siempre me ha ido bien con las Pilares que he conocido hasta el día de hoy). Cancha cubierta. En el segundo piso. Tenemos un rival que, poco más o menos, es similar a nosotros. Cuando sale el árbitro a la escena nos llevamos la sorpresa de que era una chavala muy guapa y que estaba muy buena. No nos importó ese detalle más allá de lo normal. Andrés y yo hicimos algún pequeño comentario no machista sino de admiración. A la hora de jugar nos olvidamos de quien nos arbitraba. Pusimos toda la carne en el asador. Ante el asombro de todos vimos que la chavala que nos arbitrataba tocaba muy bien el pito (lo digo en el sentido deportivo de la palabra o sea que me estoy refiriendo al silbato). Fue un partido muy igualado y pudo haber ganado cualquiera de los dos equipos. El resultado justo, por lo que hicimos sobre la cancha, hubiese sido el de un empate. Pero la justicia no es, muchas veces, la que decide un partido de fútbol o de fútbol sala y la chavala que nos arbitraba fue totalmente imparcial. Quizás le caíamos más simpáticos (o quizás hasta más guapos aunque lo dudo) nostros; pero fue totalmente imparcial y no influyó para nada en el resultado. Con aquellos mimbres no podíamos hacer mejor cesto. Pusimos el cien por cien de nuestros sentidos (quizás el de la vista no tanto por culpa de la chavala) en el juego. Quizás ese fue nuestro error. Quizás fue que cuando estabamos a punto de tirar nos fijábamos más en ella que en la portería rival. Que Dios nos perdone si fue por eso, pero no dijimos ninguna grosería ni cometimos ningún hecho reprochable. El caso es que nos ganaron por la mínima. Eramos todos solteros (excepto Arana) y esa pudo haber sido la causa de nuestros pequeños despistes.  Al finalizar el encuentro, como líder del equipo, me dirigí a ella y la felicité dándole la mano no por lo buena que estaba sino por lo bien que había arbitrado. Bueno, como lo cortés no quita lo valiente, a decir verdad la felicité por ambas cosas. Andrés, que ejercía de capitán en aquella temporada (aunque a la hora de manejar el equipo lo capitaneaba yo) repitió mi deportivo gesto e hizo lo mismo que yo. La chavala ni tan siquiera nos dijo qué guapos sois o qué interesantes me parecéis. Nosotros tampoco le dijimos nada de lo que pudiéramos estar pensando (que por cierto no era nada malo) principalmente porque entre el público asistente y presente se encontraba su novio, un bigardo más cachalote que un marine en plena temporada veraniega. Guardamos silencio en el vestuario y nadie dijo nada más. Yo tampoco.                                  
Ver fotoUna iglesia cristiana desocupada con un grafiti en árabe en sus paredes que dice: …Mosul (Irak), 16 ago (EFE).- Los yihadistas del Estado Islámico (EI) han asesinado a 80 hombres yazidíes junto a la ciudad de Sinyar, en el norte de Irak, después de que estos rechazasen convertirse al islam, informaron hoy a Efe testigos.Los asesinos condujeron a los 80 yazidíes a la casa del jeque tribal Ahmed Yasua, en la aldea de Kuyua junto a Sinyar, a 90 kilómetros de Mosul, y, cuando estos se negaron a abrazar el islam como les exigían los radicales, los ejecutaron, explicó a Efe el testigo y periodista local Kafah Mahmud al Sinyari.Se trata de la segunda vez que los combatientes del EI asesinan de forma masiva a yazidíes por rechazar abjurar de su fe, después de la matanza de un grupo de 77 personas, entre ellas 33 mujeres y un niño, hace una semana.La fuente explicó que los yihadistas insultaron y vejaron a las mujeres e hijos de los ejecutados, y después trasladaron a las familias (alrededor de 500 personas) a otro lugar a las afueras de Sinyar.De etnia kurda, los orígenes de esta minoría religiosa preislámica que aúna elementos de las creencias monoteístas se remontan a varios siglos atrás.Se calcula que unos 500.000 yazidíes viven en Irak, la mayoría en la provincia septentrional de Nínive, mientras que la diáspora se concentra principalmente en Alemania (50.000).Por otro lado, un dirigente de la coalición nacional kurda, Guiaz al Sauaryi, informó a Efe de que la aviación estadounidense bombardeó esta madrugada varias posiciones del EI en el monte Ain al Safra y el pueblo de Nauran, y otros lugares cercanos a la presa de Mosul.Los bombardeos se produjeron durante más de dos horas, aunque todavía se desconocen las bajas sufridas en las filas del EI.El pasado 8 de agosto, las autoridades confirmaron que la presa de Mosul, la más importante del país, cayó en manos yihadistas tras la retirada de las tropas kurdas ("peshmergas") que trataban de defenderla.
No me refiero a ningún Jesús cualquiera sino a Jesucristo. Un total de 3 veces consecutivas (durante 3 años seguidos) he participado en la carrera de fondo "Últimas Noticias" de la ciudad de Quito (Ecuador) que resulta muy dura y exigente para cualquier atleta. Y las 3 veces he terminado la prueba y he llegado hasta la Meta en el Coliseum Atahualpa mientras muchos abandonaban la prueba totalmente exhaustos y faltos de energías. Pero lo más importante para mí no fue haber terminado la prueba, ni tampoco lo que hicieran los demás competidores, sino que en las 3 ocasiones lo hice con una camiseta blanca que llevaba grabada, a la altura de mi corazón, la frase titulada "Jesús Vive" para que el mundo entero se enterase de que no sólo soy un cristiano sino que soy un cristiano verdadero. Incluso muchos "hermanitos" de poca Fe me recomendaban que no llevara la frase "Jesús Vive" porque podría ser peligroso o contraproducente si fracasaba en el intento. Por supuesto que nunca les hice caso a los de la poca Fe, que nunca hago caso a los de la poca Fe y que nunca haré caso a los de la poca Fe. No me importa lo que hagan los demás cristianos sino lo que dijo Jesucristo: "Todo quien me confiese delante de los hombres yo también le confesaré delante de mi Padre que está en el Cielo".                 Soy un atleta tan cristiano verdadero que si me hubiese tocado vivir en el momento en que Jesucristo fue crucificado o me hubiesen sacrificado también a mí junto a Él o me hubiese cargado a toda la soldadesca de aquellos ruines romanos o incluso hubiese acabado con todo el Imperio Romano antes de consentir tal crimen; porque yo no soy como Pedro (que le negó tres veces antes de que cantara el gallo) sino que hubiese afirmado tres veces (o tres millones de veces si me hubiesen preguntado tres millones de veces) que yo era seguidor de Jesucristo lo mismo que hoy lo hago y lo mismo que lo hice en las 3 veces que corrí la "Últimas Noticias" de Quito. Lo digo por Fe y porque me conozco lo suficiente como para no haber abandonado nunca a Jesús como tampoco le abandono ni le abandonaré jamás. Son cosas del Espíritu Santo que mora en mi interior y a quien le moleste sólo es un problema suyo y no mío.  Las 3 veces que corrí la "Úlitima Noticas" (3 años seguidos que terminé llegando a la Meta) fui publicando, al mundo entero, que "Jesús Vive" pero en las próximas ocasiones en que participe en carreras de fondo o en senderismo (sea cual sea el lugar) seré todavía más contundente porque sobre mi corazón llevaré escrito en mi camiseta la frase "Jesús Vive y Hace Milagros". Quien se moleste o enfade por ello no es problema mio sino de él. Repito que son cosas del Espíritu Santo que mora en mi interior.  
Cuando me propongo una Meta persisto hasta conseguirla. Me pasa con todos los proyectos que me propongo llevar a cabo. Por eso mantengo la sana costumbre de que el Mágico Solitario es, además de un juego de naipes, todo un recurso para recordar historias inolvidables. Jugando al Mágico Solitario no sólo consigo puntos para mi futuro viajero sino que, además, recuerdo momentos de mi existencia. Por ejemplo, a los 5 años de edad, mi madre nos duchaba metiéndonos en un barreño. ¿Qué es un barreño? Un barreño es un recipiente troncocónico con asas o recortes en su borde superior, similar en uso y formas a las tinas y los cubos, y fabricado en diferentes materiales: barro, madera, diversos metales y aleaciones y, desde el siglo XX, plásticos. Es un recipiente de gran capacidad que ha sido muy útil en atiguos oficios (tintoreros y curtidores) y labores campesinas. Y luego, posteriormente, en las tareas domésticas, para lavar la ropa, la vajilla, o bañar a los niños. Recuerdo el barreño de metal de la casa de Alcalde Sáinz de Baranda, número 56 y puerta 5-D de la escalera izquierda. Aquel barreño me lleva a recordar los momentos más frescos de aquellos calurosos veranos de Madrid capital. No teniamos patitos de goma (ni tan siquiera patitos de latón o de madera) para jugar mientras mi madre y mi abuela materna nos bañaban; así que sólo nos quedaba aguantar el "chaparrón" chapoteando con las manos y nuestra venganza era salpicar el suelo de la cocina hasta que nos sacaban, en medio de gritos que alteraban la paz de la casa, envueltos en aquellas toallas que soltaban pelusillas por todos los lados mientras no nos quedaba otro remedio que pensar en las musarañas. Recuerdo las enormes cantidades de burbujas que soltaba el jabón "Lagarto" y a mí me entraba, en la memoria, lo de las lagartijas (todavía no conocía a las lagartas) porque aún no había nacido mi Princesa allá por Hispanoamérica de cuya existencia ya tenía yo conocimiento gracias a la colección de cromos de Banderas del Mundo. Yo entonces me sumergía en mis pensamientos y pensaba que algún día, ya no lejano, me llegaría la oportunidad de bañarme en una ducha con agua caliente. Tuve que esperar una década más, cuando nos trasladamos a Pizarra número 3, piso 3-A. Pero a mis 5 años de edad terminábamos de calentarnos jugando en el patio que compartíamos con los del 58 en cuanto el sol salía a saludarnos. 5 años. Una edad suficiente como para empezar a soñar jugando a batallas de indios y americanos lanzando sonidos bucales mientras disparábamos a mansalva. Parecía cosas de locos pero sólo eran cosas de niños y nosotros sólo éramos niños con sus cosas.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                     
Las mascotas vivientes no están ausentes de inteligencia; incluso yo afirmo que muchas de nuestras mascotas superan, con mucho, a la inteligencia de bastantes hombres. Lo digo por propia experiencia. En pocos hombres he visto yo la inteligencia innata de "Chester", el setter irlandés que me acompañó más de una década en años cruciales de mi vida. De "Chester" tengo tan grandes y gratos recuerdos, más agradables incluso que los vividos en compañía de algunos que se llamaban amigos por llamarse de alguna forma en medio de sus hipocresías, que podría escribir todo un libro (tal vez una novela por ejemplo) cuyo protagonista principal fuera, por supuesto, este "Chester" al que le dediqué un relato que llegó a ser conocido, en Francia, con el título de "Chester color canela"; surgido de las nobles experiencias expresivas y vitales que tuve la enorme fortuna de vivir al lado de mi setter. Tanta era la inteligencia de "Chester" que era infaltable en nuestras excursiones de fin de semana a la aldea de Molinos de Papel (en Cuenca) donde dejó recuerdos imborrables en sus habitantes. Un día de aquellos, volviendo por la carretara que une a Valencia con Madrid, pero en tierras conquenses, "Chester" se nos extrravió en pleno campo abierto al saltar del maletero en plena marcha. Estuvo perdido durante una semana aproximadamente, pero no por ello se puso nervioso ni le cundió el pánico a la hora de poder sobrevivir. Por el día cazaba lo que podía para no morir de hambre y luego se refugiaba en una especie de alcantarilla que encontró junto a la carretera. Él seguía confiando en nosotros tres: mi padre, mi madre y yo mismo. El asunto es que lo que hicimos, para poder saber algo de su paradero, fue poner un anuncio en la emisora radiofónica de Cuenca y, una semana después, recibimos una llamada desde un bar de la carretera para decirnos que habían visto a un perro cuyas características eran iguales a las de "Chester". Efectivamente, era "Chester". Así que, rápidamente, montamos en "Manolito" (el Seat 1500 familiar) y mi padre, mi madre y yo acudimos al citado bar donde nos contaron que le habían visto refugiado en las alcantarillas de las cunetas de la carretera pero que no se dejaba tocar ni coger por nadie aunque le llamasen por su nombre. Se defendía por propio instinto de autodefensa y por propia inteligencia para sobrevivir.         Salimos en su búsqueda. Detuvimos a "Manolito" y comenzamos a llamarle. Yo lancé un grito pronunciando su nombre y escuché, ante lo atónito de mi padre y los sollozos de mi madre, su lejana respuesta a través de un ladrido. Supe rápìdamente que era él y que mi setter era capaz de distinguir el sonido y el tono de mi voz entre millones de voces. Era tan super inteligente que afirmé, a mi padre y a mi madre, que en pocos minutos le veríamos llegar. No tardó ni un minuto en aparecer. Venía, contento y feliz, por la cerretera. Le abracé con entusiasmo y él se quedó dormido en los asientos traseros de "Manolito" durmiendo apaciblemente en mi regazo mientras le acaricié todo el viaje de regreso a casa. Era un superviviente que había sabido sobrevivir a una experiencia de soledad que era nueva en su vida. A pesar de su soledad no quiso irse con nadie y me supo esperar porque siempre confió en mí salvándose asi de la jauría humana. Muchas veces las jaurías humanas son mucho peores que las jaurías de los lobos; pero mi perro setter irlandés, "Chester", era tan valiente, tan astuto, tan interesante, tan listo e incluso tan inteligente, que superó a todo eso porque era súper. Quizás muchos hombres deberían aprender lo que es la amistad, la fidelidad y el valor del verdadero cariño del compañerismo si se fijasen bien y observaran como actúan y responden las mascotas. Jamás te traicionan y jamás te acosan como hacen los cobardes. Lo sé por experiencia propia. Por eso a "Chester", mi setter irlandés madrileño de color canela y mirada noble, jamás le he de olvidar. Porque se merece no solo un relato sino un total de mil y un cuentos de fantasía para devolverle y agradecerle los más de 10 años que estuvo a mi lado con su eterna fidelidad. ¡Cuantos "amigos" deberían haber aprendido de él para en lugar de "amigos" de conveniencia hubiesen sido amigos de verdad! Pero teniendo a "Chester" a mi lado nunca me importó la traición de los falsos hipócritas.                                                                                                                                                                                                                                                                                      
Cuando me ha tocado ser líder de los trabajadores bancarios y de los estudiantes universitarios siempre me he preguntado para qué sirve serlo. Tengo 28 años de edad. Soy líder entre los bancarios y los estudiantes. Soy líder pero no me importa ni serlo ni no serlo. Viendo cómo actúan los demás, los de los intereses creados de partidos y sindicatos, solamente soy líder para demostrar que no me van a dejar hacer nada porque no soy de ninguna ideología y me muevo sólo por las  ideas. Soy autónomo e independiente. No libre pero sí liberado. Utilizo mi liderazgo para ser más y mejor trabajador y más y mejor estudiante. Sin ningún interés más que demostrar a quienes confían en mí que jamás me voy a vender. Mi honestidad y mi honradez no tienen precio ni nadie me va a comprar jamás. Cumplo porque debo cumplir. De los bancarios aprendo a trabajar, marginado y todo, en medio de los "camisas con corbatas fashion", y demostrarles que puedo ser de los mejores, aprendiendo más del mundo pero con nicky y pantalón vaquero usado. De los estudiantes de "color de rosa fucsia", marginado y todo, aprendo a conocer mejor los saberes del mundo sin tener que ser rojo ni azul sino del color natural de mi piel. Entre los "corbatófilos" y los "rosáceos", a mis 28 años de edad, me da por sonreír muchas veces y otras veces suelto carcajadas cada vez que me piden consejos; porque mis únicos consejos son los del "vive la vida y cuando tengas convida". Y no me importa reconocer que convidaba e invitaba hasta a quienes no se lo merecían. Pero no voy a dar nombres porque, a mis 28 años de edad, he aprendido que "la decepción también es una bella emoción". Cosas de esta extraña y eterna juventud. 28 años de edad me dan mucha personalidad, mucho por vivido y mucho más por vivir. Las lágrimas las seca el viento y hacen más feliz el rostro. Quizás algunas personas me recuerden de esta manera. En resumen, que la creación de un líder consiste en recrear una fantasía quizás a la andaluza tal vez. Lo demás sólo es simple hojarasca, impuros personajes y hasta carencia de vergüenza torera. Quizás. Yo, al menos, estoy aquí, trabajando y estudiando mientras cosntruyo historias para mi ensoñación. Si además contienen mujeres apetitosas mucho mejor. Jejeje. Como siempre mi sonrisa sigue abierta puesto que, posiblemente, Suiza es "Un rincón para vivir". Lo fue. Pero sigo prefiriendo mirar a las estrellas desde las noches de mi propio país y todo eso aunque, a veces, mirar a ciertas ventanas te produzcan ganas de llorar. Y es que soy un extranjero en todas partes menos en mí mismo ya que me conozco a la perfección. A lo mejor ya me recuerda alguien como el líder que nunca sucumbió. A lo mejor. Pero ya no importa. Y es que sabiendo amar también se puede ser feliz; sobre todo cuando la Luna te descubre todavía soñando a los 28 años de edad. Mi Patria y yo somos así, chavalillas.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                 
Te acercas al carnicero y le pides 3 kilos de carne de magro, al cocinarlo a fuego lento lo rebozas con 3 berzas recién cogidas de un berzal, lo ahumas todo y obtienes un sabrosísimo plato para 3 comensales que pueden ser, por ejemplo, José Luis, Florentino y Mariano (por decir tres muy apropiados para la ocasión) y buen provecho tengan los 3 hasta que se les pongan las orejas de coliflor a lo Kid Chocolate. De chocolate nada de nada ya que de postre hay alfalfa seleccionada para 3 burros y, por favor, poniendo música de Wagner como si estuviéramos en abril por ver si llueve un poco durante la fiesta que, por supuesto, se debe servir en un portaaviones, con los 3 comensales vestidos solo con taparrabos y junto a una trampa para cazar osos. ¡Veréis qué fachas son los 3!. Dani se hace el sordo porque sabe que este menú no es para él. Como bebida, gachas de almortas bien licuada. ¡Buen provecho, Belfegor pelirrojizo, y ahora vas y lo tuiteas por las redes sociales! A todo esto se siente se siente Salzillo está presente. Y sirve de testigo presencial.
No es que se nos presente San Isidro El Labrador para revelarnos algún piadoso secreto o para realizar algún milagro con nosotros, sino que lo que pasa es que somos estudiantes del Instituto San Isidro de Madrid (exclusivo para los chicos porque las chicas van al Beatriz Galindo). Así que no me refiero a cosas del santo, sino a que en el San Isidro siempre pasan cosas. No sólo tenemos que soportar los feroces insultos de Gálvez, el de Física, sino que tenemos  también que aguantar al "Pistolas", al "Pingüino" y, por si fuera poca carga para nuestra corta edad, al pesado Mañoso que es el Jefe de Estudios.  Gálvez suelta hostias a destajo; "El Pistolas" nos acusa apuntándonos a la manera de Mendoza Colt (¡Usted, usted y usted vengan inemediatamente aquí y traigan la pelota!);"El Pingüino", abriendo las piernas como "Rabietas" obedece al "Pistolas" (¡Ya voy, ya voy, ya voy!) y Mañoso, como un gamberro que no es del Instituto le ha soltado un piñazo que le ha dejado un ojo a "virulé" por darle un manotazo a su cigarrillo en la cafeteria, no sólo le da por "endiñarnos" lo del emblemita sino que la ha tomado con los de la última fila del aula y pide que vaciemos los bolsillos pera entregar los tabacos. Así que no me queda más remedio que hablar con él. - Escuche bien, jefezuelo, no me sea cabezuelo ni jerigonzo, porque resulta que nosotros no somos los de los cigarrillos por tres razones muy poderosas: la primera es que no tenemos edad para fumar porque no tenemos todavía 18; la segunda es que no somos ni estraperlistas ni contrabandistas porque somos solamente estudiantes de Bachillerato; y la tercera es una pregunta: ¿Ve usted alguna chica o chavala por aquí? - Pues no porque todavía el San Isidro de Madrid es solamente para chicos y las chicas y chavalas estan prohibidas. - ¡Pues por eso mismo, Tío Cansino, no podemos ser fumadores! - ¡¡¡Necesito una explicación de inmediato!!! - No se me sulfure con sulfato sódico, Jefezucho, porque es totalmente evidente que, al no haber ni chicas ni chavalas por aquí, dejando de lado a las que pululan por la Calle Estudios para ver si nos pescan a alguno de nosotros para invitarlas al Doré, no podemos tener tabaco porque sin tabaco no tenemos posibilidad alguna de ligar o darles el palique a las chicas y a las chavalas que brillan por su total ausencia. Cosas de San Isidro.                                                                                    
Si has perdido una neurona no te preocupes ni salgas a buscarla porque ella siempre sabe regresar antes de cenar para contar historias.                                                                                                                                                                                                                                                                     
Yo tenía un amigo de entre todos el mejor. Se llamaba Alfonso Ondaro Vargas. Reconozco que, a lo largo y ancho de mis muchas experiencias vividas en la Oficina Principal del Banco Hispano Americano de Madrid (Plaza de Canalejas, 1), he tenido muy buenos compañeros y algún que otro amigo, pero el mejor de todos, y con mucho de diferencia, fue Ondaro. Ondaro tenía casi 30 años más que yo pero, tanto para él como para mí, la edad del DNI no valía para nada a la hora de la amistad. A ninguno de los dos no importaba. Él no tenía ninguna clase de complejos ni de prejuicios y yo tampoco. No pueden decir lo mismo muchísimos de los que se las daban de "santurrones". A la hora de la amistad ni Ondaro ni yo medíamos nada más que la amistad. Ni la estatura física era un problema para ninguno de nosotros dos. Porque nuestra verdadera estatura estaba en el alma. Cuando más dura y pesada era la cruz que yo tuve que cargar por culpa de los envidiosos y los indeseables que pululaban por el Banco él siempre me ayudaba a soportarlo. Entre sangre por culpa de los cartones, mucho sudor por culpa del trabajo y alguna que otra lágrima por culpa del sufrimiento, Ondaro y yo formábamos uin tándem perfecto en cuanto a amistad se refiere. Espadas, un buen compañero, puede confirmar que es cierto lo que digo. Por todo eso, y por mucho más, a Ondaro ni le he olvidado ni le olvidaré jamás. Es de esos amigos verdaderos que rompen la barrera del tiempo y del espacio para estar siempre dentro del corazón humano.  En medio de tanto "santurrón" (más falsos que Judas Iscariote), Ondaro era el mejor compañero y el mejor amigo que tuve. No sé si Ondaro era envidiado pero sí que sé que él no envidió a nadie. No sé si la amistad entre Ondaro y yo fue envidiada por alguien pero sí sé que nuestra amistad jamás envidió a la amistad de nadie tanto dentro del Banco como fuera del Banco. Lo cortés no quita lo valiente. Tuve muchos compañeros y alguna que otra amistad (sobre todo en cuanto a chavalas de buen ver se refiere) pero tuve un amigo de entre todos el mejor. Se llamaba Alfonso Ondaro Vargas y sé que sonríe cuando se acuerda de mí. Una frase me ronda el pensamiento: "Decidle, cuando le veáis, que los mejores momentos de mi vida son los que pasé a su lado". Gracias, Ondaro. Gracias pequeño Capablanca español. Que Dios te haya escogido para el mundo de los buenos porque fuiste el más bueno de todos.
En Eibar están todos mas contentos que las lentejas en la Edad del Hierro. Hasta ya tienen su himno de guerra cuyo estribillo dice asï: "¡Firulirulí! ¡Firulirulá! ¡El afilaor! ¡Ha llegado el afilaor! ¡Se afilan botas, medias y calzones!"... pero menudo tomate a lo ketchup se está armando en la Segunda A. Esto es la repera y ya se sabe que cada pera tiene su peral. Tanto es así, o tonto es asá, que hasta Perales prepara su nueva versión cantando: "¡El balooooón es una cosa que sólo sirve para jugar! ¿En qué lugar le conociste tú? ¡Y tralará tralará tralará, el hijo de "El Sarampìón" tan listo que parecia y ha terminado en ladrón!". ¡La que ha armado Samper! Resulta que en Murcia y en todos los alrededores de la comarca del Bierzo (que no sé qué pintan en este asunto pero pintar pintan bastante) todos los aficionados granotas están cargando sus tirachinas. Se avecinan pedradas, pedriscas y pedruscos de todos los tamaños, desde la X normal hast la XL supernormal. En Murcia ya todos preparan la fiesta que, por       supuesto, va a terminar como el lucero del alba, y un almeriense (al que ni le va ni le viene esto del fútbol de las angustias) canta: "Las campanaaaaas! ¡De Linareeeees! ¡Repicandoooooo! ¡Todo el díaaaaa! ¡Las campanas de Linareeeee! Se huele la tormenta... Samper ha hecho que la Bolsa de Londres caiga en picadillo y la Standar Oil ha bajado 28 octanos y alguien tendrá que pagar la factura porque las chicas del Mercadona se han ido sin pagar. ¿Pagará el pato el Mirandés? Los del Ebro no están de acuerdo y dicen que el azúcar es una cosa y otra cosa es el cacao que están armando la Liga, la Asociación, la Federación y los del Mercantil de los textiles y los calcetines. Hasta las mandarinas se están subiendo a las parras y esto ha pervertido el Calendario y hay que suspender hasta al catedrático de las Ciencias Exactas porque no cuadra ni con cartabón. Las murcianas se quejan: "¿Es que los hombres nunca pueden estarse quietos?". El follón que ha armado Samper con el Murica deja en pañales al follón que armó Atila con los de la Europa Oriental. Tal es la bronca que se está armando en la Segunda A del portal de !Aquí no hay quien viva! que hasta los castellanos del Castilla y, de paso, los castellanos del Castellón, exigen un papel de protagonistas en esta novela rosa que parece un drama limón. ¡¡¡Limones!!! ¡¡¡Se venden limones frescos del Alianza de Lima y zumos del Limasol!!! ¿Estaremos entrando otra vez en la época de los arbustoides?                                                                                                                                                                                                                              
Me los he encontrado muchas veces en mi vida y siempre me han demostrado que sólo tienen cobardía. Son los que, amparados en la masa, ya que no tienen ninguna personalidad ni ninguna clase ni ningún estilo ni ningún valor, llaman sudacas a los sudamericanos y a las sudamericanas porque los Ultra Sur son impotentes. Los Ultra Sur son, en realidad, los Ultra Emes y podéis encontrar toda su historia completa entrando en "Ultra Sur Wikipedia". Tomados de uno en uno cada uno de ellos sólo es una eme; así que figuraos la enorme eme que son todos cuando están juntos. ¿Qué hacen los Ultra Emes? Los Ultra Emes (entiéndase Ultra Sur) cuando están solos se esconden como las ratas de cloacas. Los Ultra Emes (entiéndase Ultra Sur) cuando están juntos se bajan los pantalones para meterse la jeringuilla los unos a los otros. Ya sabéis a lo que me refiero. Y es que por ser son hasta julandrones.
JOSÉ ORERO DE JULÍANMorir por tí siempreFormato: 12 x 19 cM.Número de páginas: 514ISBN: 978-84-9015-011-5Fecha publicación: 27.04.2012EUR 23,90 como libro   Este libro mío se puede comprar a través de Amazon.com  Sinopsis.- Los apasionantes sucesos se van desarrollando desde el inicio trágico del bombardeo de Guernica, durante la Guerra Civi8l española, y llenan de contenido todas sus vivencias a lo largo del Siglo XX (incluso finales del XIX) y principios del XXI. Las vicisitudes de una familia están impregnadas de amores y acciones heroicas entrelazadas con aventuras y con los citados acontecimientos históricos. Toda la narrativa está llena de emoción en sus páginas, que delita al lector, o lectora, en una emocionante epopeya que da a la novela un carácter propio; trascendiendo las generaciones con los mismos ideales de libertad y justicia. Todo sale de la historia humana para adentrarse en pos de la historia de hoy. ¿Por qué recurrimos siempre al recuerdo, a la memoria, a la historia personal de cada uno de nosotros para seguir siendo algo más que una presencia?. La respuesta se encuentra en esta fantástica novela de José Orero De Julián "Diesel".    Valoraciones de clientes.-Morir por tí siempre Valoraciones de clientes:  Carlos, de Madrid: Fantástico - 05.07.2012Con una sensacional manera de narrar a través del tiempo, el autor nos guía alternando historia y drama. Extraordinaria manera de trasladarnos al corazón de los seres humanos. Su recorrido por el Siglo XX está perfectamente ubicado. Y la historia de la saga familiar es formidable en cuanto a vivencias y formas de plantear dichas vivencias. El principio de la novela es fantástico y también es fantástica la finalización de la novela, enlazando ambos asuntos de una manera realmente sorprendente. Es de las novelas que se leen y no aburren y de cuya historia familiar hasta se podría hacer una película porque supera, incluso, a "Cien años de soledad" de García Márquez. José Orero está llamado a ser un escritor genial.  Liliana, de Murcia: Genial - 15.08.2014Libro tan genialmente escrito que es de los más indicados para ser leído en época de vacaciones, como regalo de fiestas de cumpleaños, aniversarios sociales, etcétera. La trama narrada de la saga familiar está genialmente enlazada a través de los tiempos históricos. Novela histórica que sale de lo normal y se acerca a lo sobrenatural debido a la magia y al encanto narrativo del autor. Las secuencias históricas son los emplazamientos y los lugares reales para irnos ubicando en el desarrollo de una continua historia de amor que es, más allá de la muerte, un verdadero y encantador canto a la vida. Fantástico. 

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