• José Orero De Julián
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Fue una tarde de verano. El sol nos asfixiaba la respiración. Y entonces fue cuando mi padre y yo decidimos ir a Palomeras para refrescarnos con una buena cerveza. En Molinos de Papel todo era silencio en aquella tarde de siesta castellana. Por el camino andábamos hacia el destino. Mi padre me señalaba los puntos estratégicos de los riscos. Llegamos. Por fin llegamos.  En el único bar de Palomeras, el que tenía siempre la puerta abierta para superar el bochorno de la calor, entramos como dos vencedores del silencio. Habíamos roto la distancia y, juntos los dos, mi padre y yo como siempre, recorrimos la distancia entre el zaguán y la barra de madera desconchada y desportillada. Estábamos ya en esa distancia donde las confidencias se hacen eternas.  Fue entonces cuando Josele se me acercó con una queja dentro de su alma: "¡Tu hermano mayor es un soberbio! ¿No sabías que estuvo, muchas veces cuando era niño, jugando con nosotros y ahora ni nos dirige la mirada?" Yo sí lo sabía pero preferí tomarme la refrescante cerveza y sólo respondí: "Pero yo nunca os he olvidado". 
.Porque apenas nos dejan decir que somos quienes somos, ¡estamos tocando el fondo, estamos tocando el fondo! y la gente no quiere que uno tenga su propia Fe, la gente no quiere que uno tenga su propia Fe. Primeros años de las década de los 70 del Siglo XX después de Jesucristo. Teníamos un porqué. Teníamos una causa. Teníamos un sueño. Y, en aquellos años de luchas por la libertad de expresión, entendíamos que ésta no es posible sin una libertad de manifestación. ¿Existe la expresión sin poder manifestarla? ¿Existe una manera de pensar, una manera de ser y una manera de actuar si nos eliminan la libertad de manifestar nuestra manera de pensar, nuestra manera de ser y nuestra manera de actuar? Para mí no era cuestión de ideologías políticas ni cuestión de ideologías sindicales. Para mí era una cuestión de manifestar mi expresión a través del mundo liberado y liberador de las ideas. Y digo ideas porque lo mío nunca era una ideología sino un conjunto de ideas. Conjuntos. Tal vez el asunto de los conjuntos revolucionó las matemáticas por aquellos años. Pero, a decir verdad, cuando contemplaba el conjunto de todas aquella manifestaciones, observaba a cada uno defender sus propias ideologías (cada grupo enfilados con sus banderas iedológicas) pero... ¿quiénes defendían, en realidad, la liberación que otorga la libertad de manifestar nuestra libertad de expresar para decir quiénes éramos y que teníamos nuestra propia Fe? Las canciones se me agolpaban dentro de la cabeza. Los cantautores tiraban cada uno para si mismos y los suyos. ¿Y qué hacíamos nosotros en aquellas campañas de batallas dialécticas para obtener el poder? ¡El poder! ¡Otra vez las luchas para obtener el poder! Yo acudía para seguir observando y, en silencio, seguir acumulando mis ideas liberadoras. Ideas de liberación porque yo ya sabía que la libertad no existe. Hiy leo una frase de Tácito que dice: "Mientras luchan uno con otro son vencidos colectivamente". Resulta sorprendente que esta frase leída hoy era la frase más elocuente de aquella Transición. ¿Pasábamos de ser derrotados a ser vencidos? ¿Qué diferencia existe entre ser derrotado o ser vencido? Lo único que yo pensaba en aquellos años era poder liberarme para no ser ni derrotado ni vencido. Querido Diario: ¿sabes cuál es la gran verdad de todos nosotros y todas ellas que son como nosotros? Que no somos lo que parecemos sino que somos lo que realmente somos. Esas eran mis batallas en aquellos años de la primera década de los 70 del Siglo XX después de Jesucristo y esas siguen siendo mis batallas en estos años de la primera década del Siglo XXI después de Jesucristo. Estas eran y son mis batallas no por luchar para conseguir un poder político ni social (para eso me habría alistado a algún partido o a algún sindicato y escalar como un "trepa" -de los muchos que hubo- hasta lograr un puesto en los poderes) sino luchar para ser quien soy... porque el mayor concepto de libertad que yo conocía entonces, que sigo conociendo y que siempre conoceré, es liberarme de la opresión de quienes te usan -tontos útiles se llaman- para elevarse hacia algún poder. No eran entonces esas mis propuestas y por eso guardaba silencio... Porque apenas si nos dejan decir que somos quiénes somos ¡estamos tocando el fonod, estamos tocando el fondo! y la gente no quiere que uno tenga su propia Fe, la gente no quiere que uno tenga su propia Fe. Seguimos, por lo tanto, en el mismo punto y en el mismo lugar donde nos encontrábamos para expresar nuestra libertad de manifestación sin la cual es imposible ejercer la libertad de expresión. Pero ahora ya no guardo silencio porque ha llegado la hora de decirlo con total claridad y total liberación. Jesucristo es el porqué.
Finales de los 60 y principios de los 70. Es verdad que practico Artes Marciales. Verdadero y no falso. Recuerdo el gimnasio. Recuerdo el tatami. Recuerdo a las dos guapas chavalas junto al fotomatón. Recuerdo cómo hay que saber caer y saber ponerse, rápidamente, otra vez de pie. Recuerdo cómo hay que derribar al enemigo (esto bien que lo sabe Bonifacio). Recuerdo cómo inutilizar a un rival durante todo el combate. Recuerdo cómo dar una vuelta sin  apenas tocar el suelo con las manos. Recuerdo al gordito relleno y su cara de pavor.  Recuerdo las agujetas. Recuerdo a las dos guapas chavalas junto al fotomatón. Recuerdo el vestuario. Recuerdo la ducha. Recuerdo las escaleras pasándolas a pulso y sólo con las manos. Recuerdo las anillas. Recuerdo a las dos guapas chavalas junto al fotomatón. Recuerdo obtener victorias para Bonifacio inimaginables. Recuerdo a las dos guapas chavalas junto al fotomatón. Recuerdo los barridos. Recuerdo los saltos de la montaña. Recuerdo las luxaciones. Recuerdo las estrangulaciones. Recuerdo a las dos guapas chavalas junto al fotomatón. Recuerdo a Molpeceres. Recuerdo la demostración en la playa. Recuerdo el Carnet de la Federación Española. Recuerdo que Bonifacio se lo ha chivado a Máximo. Recuerdo a Máximo que se lo ha chivado a Emiliano. Recuerdo que ya saben a lo que atenerse. Recuerdo a las dos guapas chavalas junto al fotomatón. Recuerdo la expresión de las dos guapas chavalas. "Gracias por confiar en mí" les dije a ambas. 
Muchos se preguntan cómo se puede escribir bien lo que llevamos dentro del pensamiento. No es esa la pregunta que se debe uno plantear a la hora de enfrentarse ante una hoja en blanco. La verdadera pregunta es cómo escribir bien lo que llevamos dentro del alma. Y la respuesta más sencilla es que la clave es imponer el ritmo. Cambiar el ritmo no supone romper tu esquema. Cambiar el ritmo, como hace un buen deportista, es, dentro de la Literatura, combinar la idea con el sentimiento. Si compones una frase que te sale del alma estás manejando el ritmo de acuerdo con el momento. Y eso es primordial para saber escribir bien. Hay que tener la suficiente capacidad para comprender y entender que la clave es imponer el ritmo según sea la secuencia. ¿Y qué son las secuencias literarias dentro de un texto?Lo importante, si quieres experimentarlo, es empezar a hacerlo, Muchos se asustan ante este dilema. Pero el dilema no existe tal como ellos piensan. El dilema no es pensar sino sentir. Y si sientes resulta que el asunto ya no es complicado sino natural. Muchos deciden escribir algo sobresaliente sin darse cuenta de que lo sobresaliente te va surgiendo a medida que vas sintiendo los latidos de tu corazón. Es entonces cuando puedes escribir bien. Cuando sabes que los latidos de tu corazón están de acorde con el ritmo que impones a la escritura que te surge del alma. Justo antes de comenzar sólo es necesario una actitud: la confianza. Si escribes tal como te dicta el interés ajeno es que no tienes confianza en ti mismo o tú misma. Si escribes tal como le va a agradar a quien te publica es que no tienes confianza en ti mismo. A falta de unos segundos de comenzar a escribir tienes que ser como ese deportista que se olvida de las experiencias ajenas (por mucho que admire a alguien que le precedió) y desmitifica el momento para mitificar la experiencia. Si escribes con la intención de mitificar tu experiencia es porque te has olvidado de mitificar lo ajeno. Y ese es el verdadero camino para ser tú mismo o tú misma. No es el género literario lo que te debe imponer. Todos los géneros literarios son solamente fórmulas nada más y lo que te debe importar, a la hora de poder escribir bien, es mucho más que el género literario. Es la confianza. Esa confianza sólo nace en el alma, circula por dentro de tu corazón y se expresa a través del esfuerzo de ser tú mismo o tú misma. Antes de empezar a escribir determina claramente cual es el ritmo que vas a imponer al texto. Debes empezar, como hacen los buenos deportistas, por acumular el suficiente interés propio -nunca el interés ajeno- sin que te asusten las críticas que te vayan a hacer. Eres un buen escritor o una buena escritora cuando, como sucede con los buenos deportistas, no te entra el miedo escénico. No te detengas ante lo que te digan fuera de ti mismo o fuera de ti misma. Ves imponiendo el ritmo tú y no consientas que el ritmo te lo impongan otras circunstancias salvo tu propia decisión. Cuando ya te has introducido en el texto, los ataques de los críticos no tienen la menor importancia (normalmente los críticos no saben escribir como tú estás sintiendo) y tan sólo permite que entre en tus pensamientos todo aquello que sueñas para contar, Tras la vuelta llega el premio. En definitiva, después de haber escrito con el ritmo que has ido aplicando desde el interior del alma, logras el triunfo de haberte demostrado a ti mismo o a ti misma que has escrito un gran texto sea cual sea el género. Hablando de géneros los genes de los buenos y grandes escritores y los genes de las buenas y grandes escritoras sólo están dentro de tu alma.
¿A quién podré nombrar cuando llegue ya la nochey los arces se deshielenallá en las montañas?. ¿A quién podré llamar sentado en el porchemientras las horas vuelenllegando las mañanas? Serena, inmensa, de esplendoren todos los sentidosElla hace que los sonidosme llenen de clamor.  Ella, en medio de la vida,me llena mis pasiones y todas las ilusiones en sus labios percibidas.  ¿A quién podré avisarque estoy en sus cariciasy lejos de avariciasla sé acariciar ? En medio de la existenciaexiste su presenciay, ya sin más medida,me dedico yo a soñar. Superando la pretendidaesencia de la cienciala tengo ya escondida en mi eterno amar. 
Dijo una gran verdad el novelista francés Honoré de Balzac. Su frase fue un acierto. Dijo algo así como que "un hombre nulo es algo horrible. Pero hay otra cosa peor: un hombre anulado". Jugando al fútbol te das cuenta de que existen pensamientos culturales que tienen mucho que ver con este deporte y que el fútbol tiene mucho que ver con el pensamiento humano. En mis experiencias futbolísticas he podido comprobar la gran verdad que dijo Balzac. No he visto, jugando al fútbol, nada más horrible que un rival anulado; un rival que se ve impotente para librarse del marcaje al que se le somete. Cierto día me tocó a mí anular a un jugador que lo hacía todo en su equipo. Lo anulé durante toda la segunda parte del partido. No he visto nada más horrible que la impotencia por no poder tocar ni tan siquiera una vez el balón. Un hombre anulado es un hombre con los labios sellados: no puede hablar ni puede besar. Un hombre anulado es un ser humano al que le han castrado la voz; un ser humano al que le han castrado la capacidad de besar. ¿Hay algo más horrible que eso?Raúl del Pozo escribe hoy en El Mundo: "la ventaja que tuvieron nuestros capos es que ninguno acabó acompañando a los peces". Cuando el mundo social está dominado por capos que anulan a los hombres, nos convertimos, como dice Pablo Scarpellini (desde Los Ángeles) como un "Rocky Stallone chantajeado". La fuerza de la vida es poder ser capaz de mantenerse en la línea de los hombres realizados. Si es horrible contemplar a un hombre nulo, mucho más horrible es contemplar a un hombre anulado.Lucas Sáez-Bravo, desde el Marca de Madrid, entrevista a Dani Pedrosa y Marc Márquez. Y es Dani quien afirma: "siempre hubo un "feeling" entre nosotros dos". Tener "feeling" es ser un hombre realizado en el área de lo social, en el área de lo profesional y en el área de lo espiritual. Si un delantero en punta no es capaz de marcar un gol dentro del "área de tiro" es un hombre anulado y no tiene "feeling" con el triunfo. Alba Loredo afirma que "el deporte es un espejo". Efectivamente, el deporte es uno más de los muchos espejos culturales donde podemos contemplar al hombre completo o al hombre anulado. La diferencia entre estar realizado o haberse quedado sin lugar en la sociedad es la misma que existe entre un globo inflado que vuela libremente o un globo desinflado que no puede levantarse de la tierra. Ayer me encontré con una señora bastante radical e intransigente con los hombres. ¿Buscaba anularnos? No lo consiguió. Pudimos hacerla callar cuando parecia imposible. Y hacerla entender que el hombre no es un hombre por el simple hecho de ser hombre sino que es hombre por el hecho de ser un ser humano. Cuando no te anulan, estás en plena vigencia humana porque puedes decir lo que ha dicho el joven ciclista Peter Sagan (de 23 años de edad): "Yo todavía no conozco mis límites". Y hablando de Sagan fue Carl Sagan quien dijo que "si alguien está en desacuerdo contigo, déjalo vivir. No encontrarás a nadie parecido en cien mil millones de galaxias".En mis travesías por el tatami de la vida, he visto hombres nulos, hombres a los que era fácil derribar; pero lo más patético que he visto sobre un tatami es a un joven sudar por culpa del miedo. Entre el hombre nulo y el hombre anulado la diferencia que  existe es que el hombre nulo tiene el valor de combatir sobre el tatami de la vida... pero el hombre anulado es incapaz de entender qué es la batalla sobre dicho tatami. Leer es un principio pero no es un final. El final es poder escribir sobre lo que lees. Pensar es un principio pero no un final. El final es poder expresar lo que piensas. Si no lees y no piensas eres un hombre nulo. Pero si no puedes escribir sobre lo que lees y no puedes expresar lo que piensas eres un hombre anulado. Esa es la gran diferencia.
Con arreglo a lo sucedido, en los últimos meses, con el grupito de independentistas catalanes (solamente un grupito de interesados nada más en ocultar sus propias estafas) ha bastado con  que se les dé una infame cantidad de miles de millones de euros para que hayan callado definitivamente sus bocas. Y esto me hace recordar que peseteros significa personas que dan mucha importancia al dinero o que intentan  gastar lo menos posible y ganar lo máximo. Para los independentistas catalanistas (un infame grupito de interesados en ocultar sus propias vergüenzas) es bueno aquello tan difamador (por culpa de ellos nada más y no por la enorme cantidad de catalanes que se merecen todo respeto porque, además de cultos, son parte de España y se sienten catalanes y españoles a la vez y generosos además con sus dineros) de "Barcelona es bona si la bolsa sona". Esta clase de peseteros (que hasta los hay en otras partes de España y conozco a algunos de ellos incluso dentro de esferas familiares) se dejan de defender ideas irracionales en cuanto se les ofrecen un puñado de miserables cantidades de miles de millones de euros. Peseteros.
Peseteros.
Autor: José Orero De Julián  242 Lecturas
Los poetas solemos siempre escribir con Marca. Esto es lo mismo que decir que no miente un poeta porque entiende que informar no es desestabilizar. Marca de poeta es igual a Marca opina. A las 19'15 de la noche, a la 1'14 de la madrugada o a las 17'00 de la tarde, una poesía es siempre otro recital. Recién nacido del alma. Una poesía no sólo es "te digo mucho más". Marca de poeta. Los poetas de Madrid calientan sus versos en el arte de que informar no es desestabilizar. Es un secreto a voces. La fractura en el vestuario de las palabras, son máscaras que el poeta descubre. Es rotundamente falso que el poeta miente. Rotundamente falso. Algún poeta acepta al final preguntas pero no las responde. Se apoyó en sus versos para guardar silencio. Los versos son los capitanes de sus poemas. Algún poeta se apoyó en los capitanes para guardar silencio... Dos meses sin poesía es una fractura espiritual. La reducción es fácil de realizar. Pero como poeta estoy preparado porque tengo la confianza de mi técnico quehacer. Es la poesía. El primero de la lista no es el más importante. Un efecto dominó es la cantera de las palabras blancas que las convierte en frases multicolores. Aquí, en ese momento crucial, es cuando la fractura sí es un problema. Algo que algunos no entienden o no saben entender. Sancionado el eje central sólo los poetas verdaderos trabajan en el día libre. Quizás a las 14'55 de la tarde el poeta pide otra... Clasificado tras dejar a los insuficientes en el camino, el poeta siempre tiene cita con el nervión de sus pasiones para aprovechar un error y sentenciar su victoria. Al final quedan sus versos en una fiesta rojiblanca (sangre y alba) en este torneo del K.O. que marca siempre hasta cuatro dianas con la copa abandonada sobre la mesa: norte para sus frases, sur para sus sentimientos, este para su filosofía y oeste para su placer. Es la trayectoria que a algunos les dejan sin palabras. Pasará el tiempo y pasará por el quirófano de los analistas. Si el poeta presenta una fractura articular de su arte es necesario ser operado/depurado por los críticos. Y así llegas a esa siempre semifinal con aires de revancha. Pero el último obstáculo antes de la final es la ida. Después llega la vuelta. Y es al volver cuando los poetas "soñamos con todas las competiciones literarias". El poeta no renuncia a nada. Será duro el camino pero la filosofía del poeta es estar siempre arriba de las vanidades. El poeta siempre recibe una primera diana cuando logra acabar, con 539 minutos como máximo de inspiración, en una imbatibilidad copera. La copa la deja abandonada sobre la mesa... La eliminatoria se perdió allí, en el recodo de las metáforas imposibles. Pero el acierto acomodó el choque entre la metáfora y la realidad. El poeta no falla a su cita con las rimas. Suma y sigue. 15 versos surgidos de improviso y marcados es un reto para la verdadera poesía. ¿Merecimos pasar por esta verdad? ¿No merecimos pasar por esta verdad? Prefiero no hablar. Antes tenmos un poema que realizar. Quien gana reina y se se lo puede dedicar a su hijo o a su hija. Después, terminar de anotar no es ir a la baja sino elevar el Tiempo Artístico Superior, el TAS que tiene en su poder el recurso del poeta. Once de gala. Quizás solamente once versos de gala sean suficientes. Pero yo prefiero quince... Ya somos "champions". Nunca se valoró salir, pero saliendo he recibido una oferta y me la han ofrecido desde media Europa. Suficiente. Cumple el sueño el poeta que juega con los mejores versos de su vida. Al vestuario de las palabras van mis buenos días y se ha metido una burbuja de rimas en el imposible acceso al abandono. Sigue. 539 minutos de inspiración, como meta máxima a utilizar, sirven para pasar de la copa abandonada sobre la mesa. Frase a seguir: "el poema es un estupendo estado de salud". Los poetas siempre tenemos hambre... Por fin llega el esplendor / entre emociones sentidas. / Es muchísimo mejor, / en esta ardua labor, / conocer las sacudidas... / letras del alfabeto. / Si muevo a mi talento / no especular con las vidas / de las rimas es lo que siento. / Estas rimas perseguidas / me dan a mí el aliento / siempre atento... siempre atento... / a las entradas y a las salidas. / Y en quedando el corazón contento / no importan ya las heridas... Como dijo el poeta Goethe: "El talento es un don, pero el carácter es una elección". "Nuestra elección", confirma Demetrio Lozano. Un poco de Machado, algo de Quevedo, quizás alguna idea de Don Lope... pero, si eres genuino, tu Marca no miente...           
La vida no es lo que algunos se creen ni lo que algunos no se creen ni lo que algunos se creen y no se creen al mismo  tiempo. A ver si estamos a lo que estamos. No se puede ni se debe ni tan siquiera se concibe que entres en un bar y, obligado por el dichoso Mandrake de las napias invisibles, pidas un cafete porque o pides un café o pides un té y a ver si estamos a lo que estamos; porque en estando dejamos de no estar y en no estando no estamos. ¿Estamos o no estamos? Si el dichoso Mandrake se las da de ser El Hombre Invisible que haga el favor de irse a dar gritos a la Serranía de los Locos. ¡Estamos "aviaos" con el Mandrake de las narices! Por favor un poco de respeto y de buena vecindad. Si entramos en un bar lo correcto es lo que dice el Reglamento de Fútbol: el "fair play" y no tanto el "play station" que también se las trae... O café o té pero no cafete. Pues en estando en éstas no estamos en aquellas y en estando en aquellas, por supuesto, no estamos en éstas. A ver si estamos a lo que estamos y nos dejamos de tonteras de hombres invisibles que son más bien risibles. Cuando me acuerdo de Mandrake me dan ganas de decirle un par de cosas y se las voy a decir, por supuesto que se las voy a decir. La primera de ellas es que es un petardo de personaje, más feo que una escudilla desportillada de la época de los tagalos. Y lo segundo es que si tanto farda de invisible que se haga imperdible... o sea, en castellano de Madriz, que se largue a la Serranía de los Locos a dar voces a lo Tarzán pero sin mona alguna que la acompañe. A ver si estamos a a lo que estamos.  Me parece que el asunto ya pasa de castaña oscura y  pasa a ser de rubia de bote. En fin, que si el dichoso Mandrake se las da de Hombre Invisible yo soy Supermán dándomelas del Hombre Araña. Lo cual no se lo cree ni el más bebé de los bebés recién nacidos en la fecha de hoy. Y es que los bebés que nacen hoy en día saben más que "El Lepe". Pues eso. Si la cosa ya no va de castañas oscuras sino de rubias de bote es mejor empezar de nuevo y a ver si estamos a lo que estamos. En una Biblioteca me he encontrado con San Francisco. Algunos pensarán que veo visiones pero viene, ¡vaya que si viene San Francisco!, desde la 73 hasta la 82 que buen pueden ser calles estadounidenses o los siglos que hace que está San Francisco entre los norteamericanos. Algunos quizás piensen que es un milagro pero debe ser un milagro verdadero porque yo lo estoy viendo con mis propios ojos. Por eso digo lo de a ver si estamos a lo que estamos. Bien dicho por mí mismo y bien aplaudido por mí mismo. El resultado final es que esto de pasar de las castañas oscuras a las rubias de bote es como salir de Málaga y meternos en Malagón. Y siempre en medio, como los jueves, el dichoso Mandrake que se empeña ahora en venir de oyente a nuestro Club de Lecturas. Si encima se las viene dando de Hombre Invisible es mejor no dejarle ninguna silla para que se pase las dos horas de pie y a ver si así aprende de una vez que o pides café o pides té pero no cafete. Y es que este tal Mandrake se las da de majete pidiendo cafete. Lo mismo se cree el machete del sioux Ojete, jefe de los chippewas en estado de furia desatada e intentando cortar cabelleras al Pato Donald y sus sobrinos Jaimito, Juanito y Jorgito. No sé qué opinarán de esto ni Jaime Liébana (entrenador de fútbol de risa), ni Juan Gómez (olivarero sin olivo alguno), ni Jorge Cortés (portero de fútbol de los de ni fú ni fa porque era un colador completo y luego me echaba la culpa a mí) pero la verdad es que no tengo la culpa de que Jaimito no sepa entrenar, de que Juanito no sepa varear olivas, ni de que Jorgito no sepa detener un disparo desde medio campo. A ver si estamos a lo que estamos. Porque este mundo está lleno de tipos tan despistados que ni saben lo que saben los demás ni se enteran de lo que se enteran los demás ni aprenden lo que aprenden los demás.  En definitiva. En vez de ir pidiendo cafete lo que hay que hacer es estudiar un poco más las tácticas (lo digo por Jaimito), las épocas de cosecha de las olivas (lo digo por Juanito) y la trayectoria de un balón que viene hacia tu portería sin que nadie tenga la culpa de eso (lo digo por Jorgito). A ver si estamos a lo que estamos en vez de mirar musarañas. Por cierto, se me ocurre la siguiente pregunta: ¿Las musarañas son castañas ocuras o se pasan de castañas oscuras y son rubias de bote? Supongo que eso lo sabrán los musaraños. 
Me cobijo en los acentos de tu nombrepara besarte en el silencio de las nochesy, hundido en el sueño de los siglos,ser hombre del viento y la sonrisa.  Vengo de salir de la mañana traspasando el aire del atardecery siento tu voz dentro del alma.  Ahora quiero sentirte bien adentro de mis pensamientos donde nadie,salvo tú, princesa de mis cuentos, eres habitante del espacio. Despacio...  despacio... mientras llega del alba la mañana. Entre las rendijas del momentote siento...y cuando el reloj suene distantepresiento... el instante... el instante de darte ese milagro que es la sombra de mi calma.  Cama...la noche guarda los secretosy, en medio de esta vida renacida, diez, cien, mil veces vivida...soy sencillo y transparente.  Las agujas del reloj siguen cantando bajo el sonido dulce de las avesy en medio de las miel depositadaen mis labios tengo tu ternura.Y perdura... perdura este aroma de canela hallada en el camino de mis años.  A fuerza de ser tan joven como quieressoy tan joven como quiere la madrugaday después de haber nacido en las nochesdel suspiro... admiro tu estar en mi presencia. Es la esencia de las rosas que existen en la estancia.  Si me dicen que navego hacia el destinode tu boca repleta de poemasvoy y digo al viento vespertinoque soy el que te adivina siempre mientras camino... camino... y camino... Un pájaro... una raíz... un hombre que se ha puesto como nombre tu voz llenando mi aventura. Y dejo atrás las huellas imborrablesde un ayer cernido en mi entrañas. No eres la extraña pasajerasino quien subió al tren de mis miradase hiciste un sitio a mis dolores. Aquellos otros amoresfueron las frágiles y frias despedidas.Huidas... las palomas se quedaron en el vientodel atardecer del sol y de las sombras.  Aquí, tan dentro estoy de tu morada,que me cobijo con el sueño de tus ojosy, mirada tras mirada, siempre estoy en todo este presente. Ya el resto de la gente es sólo el recuerdo de la infanciaque, bajo el sol naranja del poniente, sin estrellas me dejaron el sentir. Deseo ser siempre este existirde besos sencillos y sin sombrasy tú me nombrasmientras busco el infinito horizontetras el monte, tras la colina, tras ese valle verde de la lluviaque me hace sentirte más adentro.  En el centro de toda esta dulce andadurayo no quiero ninguna armadura para amarte como ama el ruiseñory ser solamente ese señor,joven siempre y siempre joven que te da el beso de gorrión.Así es mi canción.  Quererte más allá de ese espejoque ilumina tu rostro de bellezay estalla en el lago suspendidode tus ojos con certezade estar siempre en ti dormidocomo movido por las dedos de la magiay amando tu cuerpo a mí adherido.       
He estado varias veces en Cataluña. He estado alguna que otra vez en la Costa Brava (tanto de soltero como de casado) y he pasado días inolvidables en dicha costa catalana. En la ciudad de Barcelona recuerdo que, estando de viaje de vacaciones con un antiguo amigo, fui cortésmetne atendido, en un bar, por un joven catalán que no sólo nos sirvió la cerveza sino que tuvo el detalle de ponernos música en español. En aquellas mismas fechas, en un taller de automóviles, otro joven catalán no sólo nos arregló la avería por un precio más bajo incluso que lo normal sino estuvimos charlando amistosamente sobre cuestiones de motorismo. Otro joven catalán, experto en correr rallys, tuvo el detalle amistoso de hacerme sentir la experiencia de ser copiloto en una pequeña demostración de esta especialidad deportiva. Y, además, me siento orgulloso de que una de las raíces de mi primer apellido se encuentre, exactamente, en la ciudad de Barcelona. Los peseteros existen en todas las partes del mundo y, como es natural, existen peseteros catalanes como existen peseteros madrileños. Y eso que me siento totalmente madrileño aunque jamás he renegado de haber nacido en Badajoz.
Leo que Antoine de Saint-Exúpery, el insigne escritor de "El Principito", dejó para la posteridad una frase muy interesante: "Los niños deben tener mucha tolerancia con los adultos". Y uno llega a pensar en los absurdos kafkianos de este mundo actual. Si cuando siempre se ha dicho y predicado que son los adultos los que tienen que tener mucha tolerancia con los niños... ahora resulta que todo se ha vuelto del revés. Todo ha dado un giro hasta poner la cabeza del mundo en los pies del mundo y los pies del mundo en la cabeza del mundo. Hace tiempo, en las conversaciones mantenidas con mis amigos, no solía faltar nunca el tema político, el tema económico y el tema social. Algunos podrán hoy decir que hoy es mejor no hablar de esas cosas por los miles y miles y miles y más miles de desfalcos, de trampas y de estafas cometidas contra los pueblos llanos y sencillos que creyeron en los políticos, que creyeron en los economistas y que creyeron en los sociólogos. En estos tiempos, como dice hoy Ernesto Sáenz de Buruaga "no se habla de otra cosa". Pero los niños escuchan todo. Con sus correos electrónivos "a tope" han electrocutado al silencio. Y ahora hablan de los ilusos que creen en que la independencia de Cataluña es un bien para Cataluña. Y ahora hablan del fin irreversible de la ETA. Y ahora hablan de lo bien que está la farsante Lady Gaga. Carreteras cortadas. De tanto hacer partícipes de nuestros conciliábulos a los oídos de los niños los estamos introduciendo en carretaras cortadas por donde circulan a tan enorme "velocidad" que terminan por estrellarse. Pero pienso que debe haber todavía un punto de apoyo para construír otro tipo de futuro. Es necesario que exista ese punto de apoyo y que exista ese camino. Ante el drama de la sociedad actual (que tiene mucho de tragedia deshumanizada y mucho de charlotada descomunal) ya no viene la calma tras la tormenta. Ahora, tras la tormenta llega otra tormenta aún mucho peor. Porque una especie de virus hace que la corrupción sea el ejemplo a seguir. Hasta este abismo social hemos llegado. Falta de escrúpulos. Falta de controles. Parecer sin ser y ser sin parecer. Abusos de todo tipo, uso y mercadotecnia (con el marketing de la violencia siempre incluído). La picaresca secular reflejada en las acciones ¿humanas?... y los niños nos escuchan. Es espantoso reconocerlo pero abundan los viejos de 14 años de edad. Viejos adolescentes porque no adolecen de nada pero carecen de lo esencial: esa ingenuidad congénita que todos los normales tenemos dentro de nuestra alma infantil. Ellos nos están creando un "campo de urnas" prehistórico en donde enterrar todas nuestras esperanzas. Por eso muchos niños nacen ya cansados de existir. Quizás habría que plantearnos volver a los orígenes. Volver a los tiempos de Adán y Eva y vivir como salvajes. Al menos los niños serían naturales.
La inculta M era tan ignorante que allá por los años primeros de la década de los 80 no hacía mas que ir diciendo, por todos los negociados del BHA de Madrid en donde se encontraba -lastimosamente por cierto- la frase absurda de "Todos los paletos fuera de Madrid". Ni se daba cuenta de la supina ignorancia que tenía ella sobre lo que significa paleto. Paleto, le tuve que decir un día que me calentó demasiado la cabeza, no es quien nace en una ciudad (pues los nacidos en ciudades somos ciudadanos). Tampoco paleto quiere decir nacido en pueblo (pues los nacidos en pueblo son pueblerinos). Y, además, tampoco son paletos los nacidos en aldeas (pues los nacidos en aldeas son aldeanos). Así que le tuve que enseñar -la pobrecica no tenía más cultura que la rudimentaria de quienes no han terminado ni el Bachillerato o si lo han terminado no saben no lo que han estudiado- que paleto, la definición exacta de paleto, quiere decir simplemente ignorante, inculto y hasta majadero. Ni sabía lo que hablaba la tal M porque de haber sido cierto lo que cacareaba... quienes tenían que haberse ido de Madrid eran sus propios padres (por haber nacido en Arcas, pueblo de Cuenca) y hasta incluso ella misma por ignorante. Y es que bien es sabido que la ignorancia es tan atrevida que tira piedras sobre el propio tejado de su casa o escupe hacia arriba y le cae en su cabeza.
En el alta mar es donde el horror puede ser, en algunas ocasiones, la máxima expresión de la impotencia. La noche, con el barco situado en el alta mar donde no existe ninguna referencia a la que asirse como tabla de salvación para superar el miedo y allí donde ya no hay fronteras visibles y todo el cielo es de un gris plomizo, se convierte en el pánico que se desata cuando estalla la tormenta. El caso es que las grandes masas nos ocultan toda posbilidad de ver un rayo de luz, un poco de esperanza, algo que nos haga conocer y reconocer que estamos vivos. El sol se viste de luto. Un hálito mortal nos corre por el cuello y se extiende por dentro del chubasquero, el grueso jersey de lana y la camisa de algodón. Llega a inundarnos el sudor toda la espina dorsal. Entonces la oscuridad se hace tenebrosa y vemos figuras fantasmales que surgen, ululando, desde los atalajes. El mar está inquieto. Las lámparas de queroseno se vuelven de color pálido antes de apagarse irremediablemente y desaparece todo el sentido de la supervivencia. Una cortina negra nos cubre los ojos. Nos asimos todos a los bordes de la borda para no caer al abismo y sentimos la fría mano de la muerte cuando nos va sujetando, lentamente, muy lentamente y sin piedad, del cuello. Sentimos que el monstruo marino nos va a engullir, de un momento a otro, y notamos sus huesudas y afiladas garras acortando nuestra respiración. Necesitamos liberarnos del miedo, pero el pavor de ver al monstruo a punto de devorarnos, como si fuera Saturno comiéndose a sus propios hijos, es de tal calibre que buscamos, con la ansiedad reflejada en nuestros desorbitados ojos, un trozo de mástil desarbolado para defendernos. Agarramos el madero y soltamos un garrotazo de pronóstico reservado en la cresta escamosa del monstruenco animal. Oimos el aullido gutural de la fiera mezclado con los rugidos de la tempestad y corremos, corremos todo lo que podemos con nuestros débiles piernas atenazadas por los temblores que nos sacuden todo el cuerpo. Escuchamos el fondo del abismo burbujeando bajo el cascarón en que se ha convertido el barco. Al fondo, surgiendo de entre las tinieblas, vemos aparecer al fantasma del holandés errante y un profundo chillido desgarrador surge de nuestras gargantas. Todos ya somos unos extraños para el resto de los campañeros de travesía. Lo sobrenatural brama. Y vemos la sangre que sale, a borbotones, de la cresta del monstruo; goteando, acuosa, antes de llegar a nuestros ropajes. Es el paroxismo de la desesperación. El cielo ya no se ve. La niebla nos envuelve y un lamento triste, como de seres inhumanos surgidos de las tétricas olas, nos paraliza la respiración. Jadeamos como animales para poder detener la agonía del momento. Todo está encapotado y observamos las hendiduras que van resquebrajando, con un chirriar de crujidos que nos hace rechinar los dientes, los restos del barco. El monstruo nos persigue de un lado para otro y los relámpagos estallan en medio de las tétricas carcajadas de ese ser que nos ataca sin piedad alguna, que nos está persiguiendo, que nos está alcanzando, que se aferra a nuestras desnudas piernas y nos hace caer de bruces sobre el montón de cuerdas y sogas marineras que, situadas en la esquina de la proa, nos hacen tiritar de espanto al pensar que el fantasmal monstruo nos va a ahorcar con ellas. Retumban en nuestro oídos las roncas carcajadas de la bestia y, de pronto, maullando lastimeramente, el gato negro se esconde acurrucándose entre las cuerdas mientras bufa sin parar. Llegamos al abismo. El mar va tragando todos los pedazos en que se está convirtiendo el barco y la desolación nos embarga el alma. Alguien llora estruendosamente. Todos sabemos ya que las costas salvadoras están situadas en una distancia eterna. Pasan los segundos y las gotas de sudor empapan nuestras frentes mezcladas con la lluvia. Se eleva la confusión mietran el termómetro ya marca varios grados bajo cero. De nuestras bocas y narices sale el vaho y se nos obnubilan los sentidos. Todos corremos, lanzando alaridos, sin saber hacia donde mientras que de la cresta del monstruoso ser sigue chorreando sangre. Una sangre verdosa que se nos adhiere como pasta licuada en las manos, en el pecho, en las desnudas piernas. Y, en medio del desconcierto general, el frío glacial congela nuestras lágrimas pegándolas a nuestros rostros. El mar escupe hacia todos los lados trombas de agua que nos azotan las caras y nos flagelan los cuerpos. Buscamos, con la ansiedad elevada al paroxismo de la máxima potencia de la desesperación, el hacha con el que partir en dos mitades esa enorme cabeza. Y vemos la feroz boca del monstruo babeando que se ríe, que se carcajea, que no para de lanzar gruñidos aterradores. Damos el hachazo y la cabeza queda cortada en dos como una sangrante sandía. Lo que queda del barco se levanta, de repente, entre las negras espumas y, al final, toda la desolación del paisaje se nos introduce a través del agua que nos inunda los pulmones. Vemos las garras del monstruo aferrarse a nuestras espaldas y, de repente, todo queda en un absoluto silencio sepulcral mientras nos hundimos en el fondo del mar. Neptuno nos da su mortífero abrazo lleno de gelatinosas medusas y algas grises y viscosas mientras un grupo de tritones cornudos bailan la Danza Macabra de Saint-Säns.
Se le debe mucho al sentido del humor tomarse las ideologías políticas por "el pito del sereno" y eso es una magnífica señal para tener buena salud física y, lo que es tan importante como ello, para tener buena salud mental. Los hombres que no conocen lo que es la verdadera esencia de la vida se vuelven graves, taciturnos, pesarosos y malhumorados... porque no aplican nunca eso de tomarse por "el pito del sereno" a todas las ideologías de todos los espectros políticos. ¡Y vaya que sí que son unos espectros todos ellos y todas ellas desde la derecha a la izquierda pasando por el centro y cualquier otro lugar que prediquen políticamente hablando! Cuando se sueña con una plaza en el Congreso de los Diputados se pierde la oportunidad de vivir bien en medio de circunstancias completamente ajenas a la felicidad.  La felicidad consiste en tener tanto sentido del humor (y tan suficiente) como para tomarse a todos los ideólogos (ideólogas incluídas) por el "pito del sereno". Plinio el Viejo decía: "Muchas cosas se reputan imposibles antes de haberse realizado"; a lo cual Plinio el Joven respondió: "Disminuye el deseo a todas las cosas cuando la ocasión es demasiado fácil". Total, que tomarse a todas las ideologías "por el pito del sereno" arranca desde los tiempos inmemoriales de los los Plinios, tanto el Viejo como el Joven. Y eso de tomarse a todas las ideologías "por el pito del sereno" es vivir muchísimo más y muchísimo mejor.  En una pequeña tertulia madrileña recuerdo que se hablaba de los pros y los contras de la energía nuclear versus la energía solar. A mí, la verdad sea dicha, aquella tarde de la pequeña tertulia cercana a la Plaza de Martínez Campos (en el Madrid de los 70) sólo me estaba interesando la guapa chavala que se incluyó en la tertulia voluntariamente y sin que nadie (yo por supuesto que no) la hubiese forzado a participar; pero no me olvidé, claro de está, de echarla un vistazo en plano general (como se hace en las buenas películas de acción) y entró en acción mi proverbial sentido de la vista. Después de unos minutos en que la guapa chavala estuvo escuchando la sarta de tonterías que hablaban los demás sobre los pros y los contras de la energia nuclear frente a la energía solar (tema muy en boga por aquellos años) ella interrogó: "¿De qué estáis hablando?". Mientras los demás se desgañitaban en explicárselo y quedar como el más listo de la tertulia (¡Vaya costumbre más fea tenían con aquello de quedar siempre como el más listo de todos los de las tertulias ideológicas!) yo sólo la miraba, sonreía y, como siempre, me tomé por "el pito del sereno" todo lo que allí se estaba platicando. Ver sus ojos era muchísimo mejor y muchísimo más interesante que ideologizar sobre cualquier energía que estuviese más o menos de moda. Ajeno a la moda de las ideologías de todo tipo y de cualquier color, mi pensamiento, por mi propia cuenta y riesgo, estaba ajeno a todos los demás, porque empecé otra vez solamente a mirarla a ella. Y es que a mí, en los años 70 al igual que ahora, sólo me interesaba la energía corporal. La verdad es que tenía muy buen cuerpo la chavala. Uno de los allí presentes (el que más llevaba la voz cantante y sonante porque se las daba de interesante) dirigía vehementemente la ofensiva verbal contra los defensores de la energía nuclear. Otro de los allí reunidos (que también porfiaba por ser el que llevase la voz cantante y sonante para hacerse el más interesante)  le replicaba con la misma vehemencia. Entonces hubo un rápido cruce de miradas significativas, entre aquella guapa y bien formada chavala y yo, cuando ella intervino: "¡Pues vaya donde he venido a caer!". Por poco me caigo de la silla de la risa interna que me entró.  Se me escapó una sonrisa sin  querer queriendo mientras ella continuaba interviniendo: "¿En esto perdéis el tiempo hablando en vez de actuar como Dios manda?". Ya no pude soportar más el despipote y volví a centrarme en mi "soñadera" costumbre de imaginar otros mundos mientras me tomaba todas las ideologías políticas por "el pito del sereno". Estábamos, es cierto, muy cerca de la Plaza de Martínez Campos de Madrid y, quizás por concatenación de ideas, comencé a pensar en aquel Martínez, jugador del Atlético de Madrid, procedente del Betis, conocido por los fans como "El Panocha", que llevaba ya varios años en estado de coma. Así que me dediqué, el tiempo en que duró la tertulia, en pensar miles de jugadas estratégicas para aplicarlas, al siguiente domingo, en mi equipo de futbol con afanes de vencer una vez más sobre el terreno de juego. Ella seguía mirándome atentamente y pensando para sí misma: "¿Cómo es posible que este chaval tan atractivo, tan interesante, tan simpático y hasta tan guapo, esté en otro mundo?". Simplemente volví a sonreír cuando regresé a la realidad y tropecé con su mirada. Los demás, luchando por hacerse el más interesante aspirante a su devoción, se desgañitaban cada vez más y con más porfía en conseguir la victoria delante de ella. Yo ni atacaba ni defendía a ninguno de ellos y me limitaba a seguir mirándola porque en verdad que estaba vistosa. Pensaba yo en mis aventuras madrileñas mientras ella guardó ya silencio quizás para poder interpretar cuáles eran mis pensamientos aquella tarde. Yo, mientras admiraba su belleza, seguía con el buen humor de tomarme todas las ideologías políticas por "el pito del sereno". Sólo me concentré en los ojos de ella y de esta manera volví a vencer, otra vez más, al vacío.  
Nos debemos a una dualidad esencial: comprometidos o no comprometidos. Dirigir nuestras experiencias en el sentido verdadero de nuestras vidas es comprometerte con el amor hacia los demás o no comprometerte con nadie. En el primero de los casos evolucionamos porque somos sociables y socializamos nuestras conductas. En el segundo caso somos no se evoluciona y somos insociables porque individualizamos nuestro carácter. Con tantos sentimientos que nos encontramos en nuestro existir sólo la conducta solidaria nos lleva a alcanzar el grado de persona comprometida; mientras que desarrollar un carácter solamente individualista conlleva a ser persona hosca, refractaria, egoísta... He conocido a seres humanos que han prometido cosas y no han cumplido ni tan siquiera una de ellas porque el egoísmo les anula la sensibilidad hasta con lo que han prometido. A veces me pregunto si eso te lleva a la felicidad o a la insatisfacción. La respuesta es bien clara: el no compromiso y el no cumplir con lo prometido te convierte en una cosa humana mientras que comprometerte y cumplir con aquello que has prometido te otorga la felicidad de ser humano. Estas afirmaciones que sostengo podrían interpretarse con acordes musicales. Es fácil. El generoso, el que se compromete, el que cumple, viene a ser como una música suave, ligera, grata hasta lo sublime... mientras que el egoísta que ni se compromete ni cumple con lo ofrecido es como un sonido estridente, ruidoso, sin acorde alguno que destacar. Lo áspero y duro en que se convierte una cosa humana contrasta con lo suave y dulce de quienes siempre colocan, por encima de sus intereses, el compromiso con la sociedad que le rodea, con la palabra dada, con esa manera de vivir en concordancia con lo que predica. El egoísta proclama pero nunca es capaz de cumplir con lo que proclama. El generoso predica y siempre es capaz de cumplir con lo que predica. Intentar acercarse a los demás no es suficiente. Lo que es necesario, en un mundo cada vez más individualista por culpa del materialismo (ateo o no ateo, agnóstico o creyente), es formar parte de lo que estamos viviendo a nuestro alrededor. No es mejor quien consigue triunfar solamente para sí mismo. Es mejor quien triunfa para sí mimo pero teniendo en cuenta a los demás, compartiendo el triunfo con los demás, viviendo el triunfo al lado de los demás. Estos dos prototipos humanos (la cosa y el ser) están en un mismo espacio, están en un mismo lugar, están en un mismo tiempo, están en una misma circunstancia... pero son tan diferentes, tan distintos, tan opuestos,,,, que es imposible que sean la misma persona por muchos lazos afectivos que haya entre los dos. Estamos vinculados o estamos desvinculados.Si tenemos las luces de la vida generosa, servimos para alumbrar a los demás, Si tenemos el modo de ser egoísta solamente somos una penumbra en medio de la sociedad. Entre la luz y entre la penumbra siempre tienes que elegir la música social que debes elegir.,O perteneces al baile de la comunidad o sólo eres una danza aburrida. Por eso decía Wagner: "Si no entiendes las palabras la ópera es aburrida, por muy bella que sea la música". Y esa palabra que hay que entender es el amor.
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Era un personaje bastante patético a pesar de su corta edad. Tiempos de las absurdas comunas donde todos se liaban con todas y todas se liaban con todos... menos algunos inocentes que pagaban la novatada y perdían sus novias por tontear. Así que marché de excursión (otra vez junto con Andrés) para ver qué pensaban los de las absurdas comunas y cuáles eran sus verdaderas actitudes. Resulta que eran tiempos en que estaba muy de moda escuchar por la radio aquello de ¡Anís "Castillo de Chinchón" tiene duende, tiene duende!". En resumidas cuentas, que nos apuntamos Andrés y yo a esa excursión organizada por el grupo de absurdos de la Comuna a la que pertenecían un tal Mariano, la vallecana y el citado "Agonías" entre otros más... Fue Andrés el que me contó, mientras bebíamos todos de una botella de anís "Castillo de Chinchón" (en el pueblo madrileño de Chinchón por cierto y después de haber visto el famoso Castillo) la patética historia de "El Agonías". Llegué incluso a conocerle personalmente. Era uno de esos inocentes que perdían a sus novias por hacer el tonto al ingresar en aquellas absurdas comunas que se habían iniciado en los 60. El caso es que estaba atravesando una "depre" tan descomunal que me dijo que se quería suicidar, que se quería suicidar y que se quería suicidar. En realidad yo le miré y vi a un chaval desmejorado, bastante pálido, ojeroso de tanto llorar y llorar, y hasta arrepentido de haber hecho "el canelo" por haber llevado a su novia a la absurda Comuna. Por supuesto que otro se la había quitado. De verdad que me acongojó aquel patético chaval pero ya era tarde para remediarlo. Insistía tanto en que se quería suicidar porque había sido engañado que sólo pude pensar: "El tonto útil siempre queda como el más inútil"; pensamiento que, por supuesto, sólo lo pensé para mí y no se lo dije en voz alta para no aumentar su congoja. "El Agonías" llevaba un jersey de color ceniza con cuello de cisne alto que le hacía todavía más flaco de lo que se había quedado con aquella angustia vital. Y era tanta su insistencia en que se quería suicidar que sólo me quedó la alternativa de tomarme mi vaso de anís de chinchón dulce y sentir que en esta vida, como decía entonces mi abuela materna, "el que no corre vuela y si tienes una chavala échala en tu cazuela". Pero como la tontería de moda era compartirla con los demás pues eso... que luego se quedaba alguno que otro sin la que le gustaba que pasaba a ser el gusto de todos los demás de la Comuna.
Los aéreos sentimientos de la tarde, verdes como el valle y la colina, bajo el oro del sol forman cadenas. En las laderas las aves cantoras, por el cielo, son fondo sonoro. Y allí, entregado a pasear con mis sentidos, giran las nubes bailando un concierto de espuma y de misterio. Miro al corcel que galopa por el prado y suspendo, una vez más, este estar soñando en mis mundos. La luz forma círculos en las paredes de las casas blancas de la aldea. Y se caldea la cima de la cúspide. Acude un anciano a beber del riachuelo. Mas allá, enlazando la vista con los recuerdos, imagino el bullicio de las gentes...   Entre las callejas solitarias, se escucha el sonido de la siesta. Se sienta en el banco de la plaza una dama con vestido de lunares. Por cada lunar una luna de sus noches. Ahora, con el sol viviendo en sus mejillas, recuerda... Paso breve. Paso lento. Paso despacio entre las risas de unos niños que juegan en la alameda. Y, bajo una sombrilla de color naranja, una joven de rostro indefinido se me torna paloma entre los mirlos. Es la hora de encontrar ese misterio que se baña en las aguas de la fuente. ¡Por mi mente circula tanta gente! Y, siguiendo mis pasos, mi perrito, pequeño de lo tan grande que es, va tranquilo... Cuando los vecinos del casón enjablegado y con ventanas salen a ver qué ha sucedido yo ya me he ido... yo ya me he ido...  suspendido en un canto de guitarra... 
- ¿Le sucede algo, amado padre Florent?- Nada... nada... - ¿De verdad no le sucede nada malo?- No me sucede nada malo ni nada bueno, no me sucede nada, Rose Saltz, hija mía... lo que ocurre es que he salido, por un momento, al jardín y me ha entrado una tiritona de espanto. - ¿Ha visto hoy el periódico de Phoenix, amado padre?- No tengo ganas de hablar de nada. Creo que hasta tengo fiebre.- Pero... ¿ha visto o no ha visto el periódico de Phoenix hoy?- Que te digo que no quiero hablar de nada.- Pero... ¿cómo se le ocurre a usted, amado padre, salir de esta estancia sin haberse puesto un abrigo encima?- ¡Déjame ya en paz!..- Le dejo en paz, amado padre, pero es que es mejor prevenir que luego tener que curar... y como es usted un cura...- ¡Haz el favor de dejarte de chistes ahora!- Era para alegrarle un poco la velada. - ¡Déjalo ya, hija mía, y que nadie sepa nunca, por favor, que eres verdaderamente hija mía ni que también es hijo mío tu hermano Ben Saltz; así que, por favor, guarda nuestro secreto familiar. ¡Júramelo antes de irme a mi casa! - ¿A dormir la mona? Me parece que ha bebido usted demasiado champán.- ¡Júrame que no se los vas a contar a nadie!- ¡Te lo juro, papá!... pero no te olvides llevarte el periódico de Phoenix para que lo vuelvas a seguir mirando esta noche antes de que tengas felices sueños.- Sólo necesito descansar un poco, Rose. Sólo necesito descansar un poco.- ¿Para que se le pase el miedo tal vez?- Para que se me pase el miedo, el pánico y el pavor. - ¿Todo eso al mismo tiempo?- Sí. ¡Y añádele el terror!- ¿Por una simple fotografía?- ¡Cállate, por favor, y  acércame el abrigo! - Como dicen por ciertos lugares del mundo... gente pobre no necesita criados... así que como usted es más bien un pobre hombre aunque no sea un hombre pobre... acérquese usted mismo al abrigo que nadie se lo ha llevado...  El padre Florent da una patada en el suelo. - ¡¡Que me acerques el abrigo, desgraciada!!- ¿Qué está sucediendo aquí?- Nada, Ben... que nuestro amado padre está un poco celoso... - ¿Un poco celoso o en celo?- ¡¡Que ya basta de chistes tontos!!- No es más tonto quien es de verdad tonto sino quien lo parece, padre Florent.- ¿Tú también estás con el cachondeo subido, sheriff?- Yo también.  - Me voy por no daros un par de hostias a los dos. Y el padre Florent sale hasta el recibidor, coge su caliente abrigo y, más caliente que nunca después de haber visto tan de cerca a "Escarlata" Jara, se va camino de su domicilio. 
Una vez que el padre "Perra Gorda" queda completamente solo en su lujoso gabinete de estudios teollogicos, se sienta ante el escritorio de madera de caoba, saca unas cuántas cuartillas membretadas, elige la primera de ellas y comienza a escribir una carta con plumilla de ave de faisán que va mojando en un tintero lleno den tinta negra. Su letra es elegante, muy bien estilizada, perfectamente trazada, brillante y delineada con suma perfección; siguiendo las rayas que le sirven de guía para no desviar los renglones de su escritura.  - "Padre José, prebístero general de la Parroquia del Barrio del Niño Jesús. Madrid. Saludos corteses de tu estimable siperior Sisebuto Mínguez Mena y Rabadán. Por la presente misiva, y haciéndote saber y conocer que todo va bien y como sobre ruedas, te pongo al corriente de que te envío a un grupo de 20 niños muy guapos y en edad de merecer tu atención. Entre ellos hay 2 que son muy interesantes para ser catequizados por tí personalmente. Se llaman Atilano Eros y Juan Bautista. Te van a agradar mucho. Un beso amoroso. Firmado: Padre Sisebuto Mínguez Mena y Rabadán. Iglesia de los Sacramentinos de Madrid. Calle Alcalde Sáinz de Baranda. 
En la lujosa mansión del sheriff Ben Saltz, éste está acabando de cenar junto a su hermana Rose Saltz y sus tres guapos sobrinos Jimmy Saltz, Boby Saltz y Max Saltz.  - Está bien, Rose... puedes llevarte todos los platos a la cocina y los lavas. - Ya lo sé. Como siempre.- ¡No quiero que discutas mis órdenes! En cuanto a vosotros tres... vamos al despacho del piso de arriba. Si alguien viene, Rose, le dices que no estamos y se acabó. Y no se te ocurra subir a espiar para saber de lo que hablamos. ¿Entendido?- Ya lo sé. Como siempre. - Si vuelves a repetir eso...- No, Ben. No lo repetiré más; pero esta es la última vez que os sirvo porque mañana, por la mañana, me voy para siempre de esta mansión que, precisamente, no es tuya aunque la hayas hecho tuya con trampas legalistas pero no legales.  Sin nada más que decir, los cuatro hombres se levantan y se encaminan hacia el despacho del piso de arriba. Al llegar, se sientan los cuatro alrededor de la chimenea que ya está encendida gracias a Rose.  - Bueno. El plan está perfeccionado. "Escarlata" sabe lo que tiene que hacer. - ¿Cómo va a ser el reparto?- Calma, Jimmy, calma y no te pongas nervioso porque tú eres el más avariento de todos. Te llevarás solamente lo que te corresponda.- Pero... ¿cuánto es lo que me corresponde?- Si te casas con ella, algo más de la mitad. ¿Estás ya contento, avaricioso?- ¿Y cómo me puedo casar con ella si ella se va a casar con Joe Atienza Arteche y Argoitia?- Precisamente es eso lo que tenemos que conseguir que haga.- ¿Estás loco? ¿Cómo se va a casar con "Triple A"? ¿Yo no deseo que se case con él? Ben Saltz sonríe maquiavélicamente.  - Escuchadme todos muy bien. A veces uno más uno no son dos. A veces uno más uno son tres. Por eso es necesario que Joe Atienza Arteche y Argoitia sea el primero que se case con ella. - ¡Escúchame tú muy bien a mí, Ben! ¡Sólo me conformo, por lo menos, con la mitad de la herencia! ¡Así que el primero que se casa con ella soy yo!- No seas terco ni palurdo, Jimmy. ¡Tú no puedes casarte con ella mientras Joe Atienza Arteche y Argoitia esté vivo!- ¡Arrea! ¿Qué quieres decir con eso, Ben?- Estás más despistado, so ignorante, que un pingüino del Polo Norte en medio del Polo Sur, Boby. ¿No sabes qué quiere decir eso, so bobo?- Me parece que quiere decir que hay que matarlo...- ¿Ves cómo a veces hasta piensas?- Pero... ¿quién le va a matar?- Buena pregunta, Max... pero todavía más tonta que la de Boby. ¡Le va a matar su propia esposa!- ¿Que "Escarlata" va a matar a "Triple A" después de haberse casado con él?- Eso es lo que he dicho, Jimmy. Me parece que hablamos el mismo idioma porque no somos tan  cortos de entendimiento, en la inteligencia digo, como estos otros dos. Ahora bien, en la inteligencia digo, de que todo salga tal como yo deseo.- Entonces... ¡Vayamos los cuatro a brindar con whisky al "saloon" del viejo Tommy!- ¡Eso es, Jimmy! ¡Excelente humor! ¡Así me gusta que estemos de alegres nosotros dos y no como estos dos pánfilos de Boby y Max! ¡Vamos todos a donde el viejo Tommy, en la inteligencia de que yo mando y ordeno!  
Indicio cierto, secreto importante de la lluvia, con la emoción del sueño palpitante... y sigue el tiempo adelante. Caminos. Nuevos caminos. Destinos desfilando entre palabras de náyades del agua que caen, permanencia libre en el aire, entre los cangilones y, cual sombra alejada de los pinos, un adiós serpenteando por las ropas del viaje. Voltean las campanas de las torres que suenan, allá, algo más allá siempre, abriendo al corazón las mil propuestas. Aromas de azahar y de saludos en forma de besos entre soledades. La claridad del ámbito silente se siente... Jornada de andar siempre caminos con voz leve y paso firme. Yo firmo sobre mis huellas terrenales este resonar de pisadas sobre la fina arena. Parece ser que los gorriones viven en el eco de los versos: tú, pájaro amigo / en el dulce abrigo / de las sombras / nombras / lo que yo vivo contigo. Conversando con las alas del silencio aprendo a girar los verbos transitivos hasta hacerlos suaves primaveras. Amar es siempre estar amando... ¡Contad! ¡Contad el tiempo que ha surcado en mi piel el bronce de los soles! ¡Contad vosotros mis gorriones esta forma de ser y de miraros! El eco de los versos reverbera: gorriones de tanta alma ligera / todavía vuestro nido espera / a ser peregrino de los vientos / y en los alientos de la brisa / con pausas ya sin prisa / contad todos vuestros sentimientos... El sueño silencioso de la piedra, por donde trepa la hiedra, es mi destino... 
Faltan escasos minutos para que sean las seis de la tarde en el reloj de la torre de la iglesia y toda la Calle Mayor de la ciudad de Phoenix es un hervidero de habitantes de la ciudad e incluso de muchas personas que han llegado desde todas las partes de Arizona y hasta muchísimos mejicanos que han acudido, desde el otro lado de la frontera, atraídos para ser testigos de "El Duelo del Siglo". Nadie quiere quedarse sin verlo. Está repleta de gentío toda la Calle Mayor y están, abarrotados de personas, todos los "saloones", todos los comercios y todas las casas que que tienen puertas y ventanas desde donde poder observar. En las aceras de la Calle Mayor ya no cabe ni un alfiler. Todos y todas buscan los mejores lugares para presenciar aquel duelo entre una pistolera y un pistolero, de los cuales se dicen que el más rápido del Oeste es él y que la más rápida del Oeste es ella. Muhos dicen que él. Muchos dicen que ella. No hay ningún hombre ni ninguna mujer, en todo el Oeste americano, que los supere en rapidez y puntería. Las opiniones están divididas al cincuenta por ciento. Corren las apuestas y no se cesa de apostar en ningún momento. Algunos afirman que "Escarlata" matará a "Triple A"; pero otros afirman lo contrario y que será "Triple A" quien mate a "Escarlata". El local donde más gentío se agolpa es el "saloon" del viejo Thomas Oswald Lukas Mountblack, conocido por todos y por todas como Tommy pero, ni él ni su nieta llamada Yenny Mercedes, están en el local... así que todos y todas beben lo que les da la real gana mientras las apuestas, dentro del "saloon", van aumentando. Corren las apuestas y no dejan de correr los niños y las niñas, de un lado para otro, mientras juegan a ser pistoleros con pistolas que echan agua y los perros callejeros ladran en la Calle Mayor de Phoenix. Por fin ha llegado la hora de solucionar el problema y se determinará, definitivamente y para siempre, quién es el numero 1 o la número 1 de entre los más rápidos pistoleros y pistoleras del Gran Oeste americano. Todos y todas están enfrascados y enzarzados en discusiones. Muchas veces hasta gritándose unos a otros y subiendo el tono de sus palabras has que, de repente, el reloj de la torre de la iglesia hace sonar las seis de la tarde en punto. Un imponente silencio se apodera de toda la escena mientras los niños y las niñas corren a refugiarse con sus mamás y sus papás. Los perros aúllan huyendo, a toda prisa, hacia las afueras de Phoenix. Nadie quiere perderse ni un solo detalle de aquel ya conocido como "El Duelo del Siglo". Los amigos de los bienes ajenos están haciendo su agosto hurtando todas las billeteras y monederos  que pueden aprovechando que el sheriff y su ayudante no están presentes.  - ¡Una bellísima mujer siempre es la perdición de un valiente vaquero, Mónica Leví!- ¡Callate, Bill Clenton, cállate inútil...  porque tú eres de los que se creen que todas somos iguales! - Pero mujer... si estoy diciendo sólo las bellísimas...- ¿Me estas llamando fea, cara de estropajo?- Pero si estoy diciendo la verdad... y nada más que la verdad...- ¡Tu verdad vale menos que un monedero falso! ¡Esta semana te vas a lavar tú mismo tus calzones por calzonazos y por bocazas! Y de esta manera discute aquella pareja de chiflados mayores de edad apretujados por la masa de personas que les rodean. Una voz cercana les hace callar.  - ¡¡Cállense, por favor, que nos distraen la atención!!
Este caminar como navío entre bosques, parajes y sentidos de la vida plena... llena el cántaro la moza que cree en los locos poetas peregrinos. Ahí, en medio de la fuente, se escucha el rumor de las anáforas. Una nueva y aún más hermosa noche se alumbra de luciérnagas temblorosas. Han cerrado las rosas sus capullos y alguien canta, como sumergido en una necesidad, sus ademanes calientes. Mi perro suelta su ladrido. La paloma, dormida en el alero, sabe que el cielo no se acaba. Y pienso entonces en la paz profunda de los caserones donde, impaciente, el tiempo se despierta. Yerma, la hora del festín soñado pasa lentamente... lentamente... Traigo las horas del reloj cambiadas por saetas de veletas. Y, en las fogatas, los gitanos creen que el canto es la respuesta. Descifran el código de las siluetas que recortan el espacio con un entrar de voces en el alma. Y se produce la calma de la sed junto al riachuelo que, humilde y murmurando una oración, se esconde y se asoma por el horizonte. Una especie de relámpago hace que suene el tiempo: Si tu cuerpo en mis manos enlazado / siempre habita enamorado / es que existo... / porque he visto / el árbol de abedul bien elevado... Un coro de sombras refulgentes junto a las tapias del cortijo y una especie de copa entre los labios de alguien que se duerme de repente. ¿Habrá un mañana para su presencia? Sólo Dios sabe la grandeza del alma humana. Lo otro, lo que no es mi presente, es un recuerdo ya no recordado. Es lo que no me pertenece y es lo que yo he perdonado. Me inundo en la corriente del tiempo transmutado... Se escuchan las palabras de los pájaros... 
De MJAR a MJMC hubo un puen puñado de años. No me han importado nunca jamás las distancias existentes entre los sentimientos. Al fin y al cabo, de MJAR a MJMC sólo existió la distancia de un sentimiento de un joven de 18 de edad a un sentimiento de un joven de 18 años de edad. La etapa del crecimiento se me quedó, para siempre, detenida en los 18 años de edad.   MJAR y MJMC significaron mucho para mí. Trascendente y transcendente. Apertura de una época y cierre de la misma época. De los 18 años de edad hasta los 18 años de edad, habiendo pasado muchas veces más, por los 18 años de edad. Diesel en su pura esencia. Diesel en su pura existencia. Diesel en su pura naturaleza. Diesel en su pura realidad. Diesel en su pura verdad. MJAR y MJMC se quejaban, ambas, las dos, como dos sentimientos de semejanzas matemáticamente construídas por el destino, de que los hombres las insultaban por dar besos a los hombres. Curiosa manera de comportarse de los hombres que aparentan ser hombres pero se quejan de las mujeres que besan a los hombres. ¿Alguien puede desentrañar esta paradoja? Desde Madrid hasta Puerto del Rosario sólo existe una distancia horizontal, una línea recta que empieza en MJAR y acaba en MJMC. No importa si me besaron a mí, si no me besaron a mí, si besaron a otros menos a mí, si besaron a otros incluyéndome a mí. No importa. Ambas buscaron su liberación lejos de los hombres que las insultaban (¡estúpìda incoherencia de estúpidos hombres!) porque les daban besos. Quizás un beso de MJAR nunca llegó a mi rostro. Quizás un beso de MJMC resbaló por mi cara. Quizás nadie creía en la verdad de los sentimientos de MJAR y MJMC pero yo sí. Yo, con mis siempre 18 años de edad, creo siempre en la verdad de esa clase de besos nunca dados o esa clase de besos siempre recibidos. En realidad contabilizar besos dados o no dados en la cara no tiene tanta importancia...  Diversas Teorías del Albsurdo, de lo absurdamente absurdo, dicen que existen mujeres que nunca dan besos en la cara ni tampoce permiten que se les de besos en la cara a ellas. Yo siempre he pasado olímpicamente de las Teorías del Absurdo, de lo absurdamente absurdo... porque teniendo siempre 18 años de edad bastantes trabajos tengo que llevar a cabo como para perder el tiempo con los absurdos sartrianos, con los absurdos camusianos o con los absurdos de cualquier otro hombre que insulta a las mujeres que besan a los hombres.  De MJMA a MJMC aprendí una existencia llena de besos dados en la cara y de besos no dados en la cara. Me da lo mismo. Me da igual. Me es indiferente que a mis 18 años de edad MJAR dé besos en la cara a todos los hombres menos a mí o que MJMC me dé besos en la cara como se los da a los demás. La indiferencia de las chavalas que logran liberarse de prejuicios me es más importante que contar los besos en la cara que no me quisieron dar o los besos en la cara que sí quisieron darme. Porque paso, y seguiré siempre pasando, olímpicamente de todas las Teorías del Absurdo ya que yo soy un joven de 18 años de edad totalmente concreto. Y que yo sepa -y no soy un ignorante- los besos que me dan en la cara o lo besos que no me quieren dar en la cara, o viceversa, me son tan indiferentes como el absurdo de haber conocido a muchos hombres que insultan a chavalas como MJAR o MJMC porque dan besos en la cara a esos mismos hombres. En defintiva contar los besos dados o los besos recibidos no forma parte de mi Contabilidad General. Y es que en mi libreta del Debe y del Haber no anoto cifras, cantidades ni número alguno... sino solamente sentimientos.    
Los rayos de la luna reflejan las magias del ensueño que me invade el pensamiento de fragmentos ideales. Suena el silbar de un petirrojo el enceder el cigarrillo del descanso y se tiñe de rojo el corto espacio de las largas distancias. ¿Existen distancias entre lo real y lo imaginado? No. Sólo existen distancias entre lo vivido y lo no vivido. Habitado por mis reflexiones dialogo con ese otro ser que habita en mi memoria: el tiempo es todo lo que nos llena de sentido; renacer es seguir viviendo y todo lo vivido es una ganancia y nunca una pérdida... En algún lugar lejano la lumbre crepita y, en medio de todos sus habitantes, se introduce una palabra única y tránsfuga a la vez que el unísono del sueño se hace aventura. Por ventura el sueño es lo que nos traspasa las cosas que sentimos. Sueño. El sueño es el humo de un recuerdo que se enciende. Sueño. El sueño es todo lo que somos más allá de lo que recordamos. Sueño. El sueño es enviar mensajes plateados hacia la Luna. Y al mirar al horizonte... el monte... Los colores de la noche iluminada recorren el contorno de los álamos. Cuando pienso en la poesía me convierto en elástico junco que, siempre erguido, como nácar de regiones inexploradas, pienso en las mujeres. ¿Qué harán las mujeres con los versos? Quizás sólo sea el poético insomnio de un bohemio, pero en los jardines se agitan los capullos de las rosas y, entre las madreselvas de la campiña, sigo escuchando el ruido de las flores... 
Según Marcel Proust y sus seguidores, las formas de escribir poesía pueden ser cualquieras. Según Proust y los "proustianos", la poesía no es un arte de de hacer versos sino una mezcolanza de palabras que, a decir verdad, se parece más a un revoltijo de ideas baratas colocadas en forma estrambótica para aparentar que es poesía libre, como si la poesía pudiera ser libre cuando los verdaderos poetas saben que la poesía nos esclaviza con sus rimas pero nos libera con sus ritmos. ¿Poesía libre? ¡Qué absurdo es eso de la poesía libre cuando los poetas, precisamente, estamos encadenados a las rimas, a los ritmos, al sentido poético de las palabras! La numerosa y mayor parte de lectores y lectoras de poemas sabemos que no, que las formas y maneras de hacer ¿poesia? de Marcel Proust y sus seguidores puede ser cualquier cosa como ellos dicen; y efectivamente son cualquier cosa menos poesía.  Si alguien ha conseguido lograr que la poesía se haya devaluado hasta el extremo de lo indeseable han sido escritores como Proust y sus seguidores, que se denominan poetas cuando es imposible adivinar qué es lo que han escrito llamándolo poesía. La poesía tiene y debe tener forma poética, más o menos irregular, pero siempre poética para diferenciarla de la prosa y aún de la prosa lírica. No es poesía el hecho de escribir palabras que son, al final, como la ceremonía de la confusión de la que habla Fernando Arrabal.Ni tan siquiera el adorado Marcel Proust fue capaz de escribir algún texto rítmicamente sonoro (lo cual podría haberse incluído, con mucha condescendencia por supuesto, como poesía) porque él y todos los simbolistas que le siguieron nada tenían de poetas porque no escribían de manera natural. Y es que los esnobismos de Proust y sus seguidores condujeron a la poesía al último lugar de lo literario, al úlltimo furgón de cola como dijo Juan Goytisolo. Y eso es un pecado mortal cuando todos sabemos que para ser poeta o poetisa hay, por lo menos, que ser escritor y escritora honesto/honesta para darle ritmo y hasta rima a los versos. ¿Proust y sus seguidores escribieron poesía?  Luis Antonio de Villena defiende al ¿poeta? Proust diciendo que es ¿poeta? entero. Después de haber leído algunos ¿versos? de Proust y de los simbolistas que siguieron a Proust se llega a la conclusión de que tienen menos de poetas que un gángster a lo Capone diciendo que se hace poesía con el palo de una escoba. Disparar palabras por el hecho de disparar palabras no tiene ningún sentido poético ni para quienes, de verdad, escriben versos blancos. Ni Marcel Proust ni sus seguiidores saben escribir poesía. Y no es una afirmación gratuita sino una aseveración bien fundamentada. Inscribir a la ¿poesía? de Proust y los proustianos en las Antologías de la Poesia Universal es un insulto a la sensibilidad humana de cualquier poeta o poetisa que se precie de serlo. Porque no saben, ni tan siquiera, hilvanar ideas poéticas en el contexto del arte literario y humano.  El hecho es que Marcel Proust, cuando se llama poeta a sí mismo (lo cual es, por supuesto,  una faceta de su egoísmo nada más) lo hace solamente para hinchar e inflar su renombrada categoría como filósofo; pero de poeta tiene menos todavía que el oscuro Friedrich Nietzsche y su más oscuro todavía arte de confundir a sus seguidores y seguidoras en la espiral de lo incomprensible. La poesía no es lo que han estado escribiendo muchos ¿poetas? del siglo XX. Y el abandono de millones de lectores y lectoras de poesía es un hecho constatado por culpa de estos abusos absurdos. No. No es lo mismo ser poeta o poetisa que engañar diciendo que se es poeta o poetisa. Yo considero que es mucho más honesto escribir prosa lírica (que no es poesía sino prosa) y llamarla por su propio nombre: prosa lírica. Y no andar escribiendo renglones de palabras y separarlas caprichosamente en versos a la manera que les da la real gana pero sin sentido rítmico ni rimado alguno. Muchos, y unas pocas, deberían haber pasado una buena temporada de reposo en alguna residencia de descanso mental en vez de habernos hecho creer y querer convencernos de que sus oscuras jerigonzas son poesía. Habría sido mejor para todos y para todas que hubiesen sido más honestos y honestas y que se hubiesen dedicado a filosofar sobre el sexo de los ángeles en vez de creerse y erigirse en ángeles de la poesía.  Dejémonos ya de "telemendengues" y llamemos poesía a lo que sí es poseía y llamemos prosa lírica a lo que es solamente prosa lírica en lugar de partir las frases como nos da la real gana y decir que hemos construido un  poema original. No me refiero al artificio de medir las sílabas sino a ser lo suficientemente sinceros, éticos y honestos, para decir la verdad en vez de mezclar las "churras" con las "merinas" o lo que mezclaran Proust y los "prosutianos" por efectos de alcohol, las drogas y otros vicios que les conturbaban las mentes. Porque si Marcel Proust es poeta yo soy sacristán (lo cual es totalmente falso). Porque poesía es melodía. Por lo menos melodía. A ver si ya nos enteramos hablando con total claridad. Aldous Huxley (que no se las daba de poeta ni se llamaba poeta) dijo: "Muchas excusas son siempre menos convincentes que una sola". Y yo a eso añado: "Muchos poetas sólo buscaban pesetas". Y a buen entendor buen adagio le basta. 
Según dijo Frédéric Amiel, "lo que gobierna a los hombres es el miedo a la verdad". El problema consiste en saber a qué clase de verdad se refería este pensador-filósofo francés porque, en realidad, existen dos clases de verdad y a cada una de ellas le corresponde su propio miedo. Amiel ¿se refería a la verdad de conocerse a uno mismo o a la verdad de conocer a los demás? Conocerse a sí mismo conlleva el miedo de no reconocerse lo suficiente como para aceptarse; mientras que conocer a los demás conlleva el miedo de que los demás no nos reconozcan lo suficiente como para aceptarnos. Entre aceptarse o que nos acepten existe un vacío existencial. ¿Cómo damos los hombres el paso decisivo para superar dicho vacío existencial o "tierra de nadie"? Muchos grandes personajes y filósofos de la Historia Humana, se han estado planteando siempre enormes incógnitas sin haber dado nunca respuestas convincentes y definitivas para todos los hombres. Ni tan siquiera el célebre y celebrado desencuentro entre Nietzsche y Wagner ha podido dilucidar claramente esta fácil disyuntiva, porque se enredaron en enmarañar la madeja de las ideas hasta convertirlas en un amasijo de ideologías incomprensibles. Y es que es liarse más de la cuenta andar hablando del dichoso e inexistente problema de la Nada porque se pasan de largo o porque se quedan tan cortos que se entretienen en temas de intranscendencia general.  ¿Existe alguna tercera vía del pensamiento humano que nos sirva para saber comprendernos y entendernos? ¿Existe algún Camino perfecto para no tener miedo a aceptarnos a nosotros mismos y a no tener miedo a que nos acepten los demás? El único método que he conseguido encontrar para conseguir superar dichos y ambos miedos y poder superar ese vacío existencial entre el miedo interno y el miedo externo a conocer las verdades lo he encontrado en la vida y obras de Jesucristo. Aquí muchos pensarán que dicho Camino es ser un religioso, portarse como un religioso y actuar como un religioso. Eso es tan erróneo y errático como querer entender que los grandes pasos dados por los grandes hombres están recogidos solamente en las Enciclopedias y los Libros de la Historia Universal. Falso. Ni son todos los que están ni están todos los que son. Los enciclopedistas franceses, por citar un solo ejemplo, sólo eligieron lo que ellos consideraban lo más importante según ellos y los intereses más o menos ocultos que tenían ellos. El hecho es que a muchos grandes grandes hombres y grandes mujeres, héroes del silencio y de las noches pasadas en vela, no los han incluído nunca en los Grandes Libros y hay que buscarlos en pequeños libros "silenciosos" que sobreviven en pequeños rincones de las Bibliotecas. Un honorable académico que, además está lleno de ínfulas literarias (no hace falta que diga cuál es su nombre pues los hay en abundancia) sobresatura dus discursos hasta completar todo su ego.  ¿Y el ego de los demás? ¿Dónde dejan estos señores de todas las Academias de la Tierra el ego de los demás? ¿Tienen miedo a que les contemos la verdad de ellos mismos y por eso nos quieren silenciar la voz? ¿Tienen miedo a que les contemos la verdad de lo que son ante muchos seres humanos y por eso nos quieren acallar las palabras? La respuesta no está en ningún Parnaso más o menos brillante. ¿Acaso la cosmografía humana se limita a la visión interesada que tienen unos cuántos hombres que se hartan de halagarse los oídos entre ellos mismos y algunos hasta solamente de sí mismo? ¿Cuántos hombres y mujeres se han visto "encerrados" por no escribir temas recurrentes alabando a los genios que, en muchos casos, nos los han impuesto arbitrariamente? Este mundo se ha convertido en un enfermizo "salón de maquillajes" donde las mariposas vuelan de armario en armario hasta quedar convertidas en polillas. Yo, la verdad, prefiero ser el pluriforme ser humano que se expresa a sí mismo teniendo siempre en cuenta a los demás y, sin querer compararme absolutamente con nadie, seguir las huellas marcadas, sobre la arena de los caminos, por Jesucristo. Por eso ni tengo miedo a mi verdad ni tengo miedo a la verdad de los demás. Jesucristo vivo. Eso es conseguir llenar el vacío existencial.
Paso y repaso ciudades de memoria. Paso y repaso memoria de ciudades. Entre memoria y memoria el alba es más blanca y los anchos torreones de los viejos castillos muestran sus ojivos ventanales mientras el gemido de los olivares abre senderos dentro de mí mismo. Despliego esa cantidad de recuerdos que siempre llevamos dentro los caminantes de ciudad en ciudad. Y en todas las ciudades encuentro memoria y en toda la memoria encuentro ciudades. Paso y repaso caminos y en todos los caminos encuentro memoria. Paso y repaso memoria y en toda la memoria encuentro caminos. Divisar los horizontes claros de las albas es el sentimiento de encontrar en la memoria unas referencias recónditas; algo así como una especie de oír lo que habla el silencio del amanecer. Amanecer. Tengo todo el amanecer dentro de los ojos y mi perro blanco y negro, jaspeado de motas grises, sigue mis pisadas. ¿Son huellas mis pisadas? ¿Quedarán siempre grabadas en los caminos? Miro al cielo... Una gran parte del paisaje se desvanece en la mente como si yo estuviera desmadejando un lejano recuerdo. Pero no recuerdo más que lo sentido por mi persona y eso es lo que me sirve de reloj. Eso es lo que hay dentro de mi corazón. ¿Y la razón? ¿Dónde estará la razón en este escondido mundo de los sentimientos? ¿Se ha quedado la razón colgada en algún vivac de las montañas? Alguién, tal vez alguien, estará abriendo la puerta de su conciencia para ver llegar la luz... Y la luz sigue todavía brillando en el cántaro de agua de la joven que sonreía en mis despedidas. Sin apartar las sombras de las albas no se puede sentir de verdad la luz. En todo caminante existe siempre esa clase de inquietud. ¿Quien duerme más allá de las colinas? ¿Quién no duerme porque habrá despertado a su conciencia? Una música lejana me llega, quien  sabe si solamente caprichosa, para llenar el cántaro de mis ideas... y es que los poetas bohemios sabemos de las ideas mucho más y mucho mejor cuando nos presentamos, con el alba, en el pleno amanecer de las ciudades grandes...
Si lanzas un sonido hacia el vacío, la reverberación de las palabras se vuelve mensaje. Quizás hasta los mensajes sean solamente un econtrarse y reencontrarse con aquel amor que llevamos dentro de nuestro equipaje. La mañana está serena y el cielo tiende su manto azul para teñir de colores malvas el perímetro que existe entre las ideas y los sueños. La última vez que sentí un deseo de lanzar un sonido hacia el vacío supe que lo más glorioso de toda esa plenitud que algunos llaman la gloria de los poetas es sentir. Sentado en un jardín / mezclado entre las flores / todos aquellos amores / nunca tuvieron fin... La alta chimenea de la imponente fábrica de sueños lanza cantos de trovador. ¿Será posible y real que el humo de las ilusiones consiga escribir estrofas en el cielo? Mirando a mi alrededor comprendo que una estrofa es, siempre, un sentido inverso de las causas cotidianas. ¿Cuáles son las causas cotidianas que a algunos les guían de precipicio en precicipio cuando escriben sus poemas? Lo más dúctil y sensible de esta cuestión es dejarse guiar por los anhelos que te inspiran las musas de tus sueños. Ideas. Esa es la verdadera respuesta para la procesión de los versos con ritmo, rima y sentimiento. Es entonces cuando vuelvo a volver, a ser lo contrario que se figuran quienes nos desean estrechar mis manos cuando se las entrego. Siempre hay alguien que sí, que comprende el mensaje de la voz lanzada hacia el vacío y nos abraza. A mi perro y a mí. Contento y feliz por haber llegado hasta el límite horizontal de estas sensaciones es mejor, ahora, guardar silencio dentro de tu alma y seguir soñando como eres... tal como eres... tal como quieres ser... tal como deseas ser... tal como tienes depositada toda tu Fe en tu derecho a ser... tal como sueñas ser... 
El pasado día 3 de este mes de febrero de 2013 estuve presenciando/participando en la increíble e inolvidable competición de carreras de perros de todos los colores, razas y pedigrís habidos y por haber en Valdeluz y alrededores. Si Gala se jactaba de tener conversaciones con su fino perro de raza virgen "Troylo" yo me lo pasé en grande hablando con centenares de perros que, quizás no sean todos tan vírgenes como "Troylo", pero sabían  responder acertadamente a todas mis preguntas, antes, durante y después de las diversas carreras y sus categorías. Y es que Gala tendrá a muy bien que su "Troylo" tiene categoría de universal pero en el universo del canicross de Valdeluz había, sin quizás tan siquiera, mucha más universalidad en este encuentro de perros con personas y de personas con perros. Supongo que hasta hubo perros labradores y labradores con perros. Eché en falta a "Manchitas" y a "Lucas", pero me lo pasé en grande entrevistando a todo perro y perrita que se me cruzó por el camino. Fue una gran desmotración de que perros y personas, cuando las personas son, antes de ser personas, seres humanos verdaderos, combinan a la perfección... ya que todo perro o perrita tenía que correr acompañado o acompañada de una persona que, antes de ser persona, demostraba que era un ser humano. El componente perro o perra-persona y ser humano, funcionó a la perfección y, una vez finalizada mi labor de entrevistador/comunicador fui agasajado con una lata de cocacola gratis. Menos da una piedra. Allí, en la salida y meta del colegio, se celebró una actividad mucho más completa que estar sentado en la Real Academia de la Lengua de España vegetando con "Troylo" y deleitándose por ser un fino escritor de los de plumas en ristre. Yo no. Yo soy escritor de bolígrafo punta de cristal. Y tras el cristal de las cafeterías veo pasar la vida de los perros y las perritas junto con personas que son, antes que personas, verdaderos seres humanos.
Pistorius usó su pistola. Y no precisamente hizo un pisto manchego sino un pisto pretoriano. No va de farol el asunto. La tragedia se hizo presente. Los perros no ladran cuando muerden ni los gatos maúllan cuando arañan. Oscar Pistorius desenfundó su pistola como si estuviera realizando el papel de Eliot Nes en la época de la "ley seca" y dejó seca del todo a la inocente modelo sudafricana Reeva Steenkamp. En el escenario parecía incluso a John Wayne haciendo volar por los aires los sesos de aquella inocente atrapada y sin posible salida alguna. Algo así como si la ira de Pistorius tuviese que cebarse en alguien  que tuviese cerca de sí. Resultó que el ser humano, la persona, que tenía a su lado era su propia novia. ¿Quién podría pensar que Oscar tuviese tanto rencor guardado en su interior cuando antes parecía un pacífico seguidor de Nelson Mandela? Cada año, en Sudáfrica, 18.000 locos andan sueltos por las calles. Los Oscar de la violencia están de moda. En Sudáfrica, como sucede en otros muchos lugares, parece como si hubiese vuelto a aparecer aquel famoso loco llamado James Snoock matando chicas en los años 30. ¡Revival! ¡Esto ya se parece a un revival apartando a Evas de en medio! Y en medio del miedo es imposible vivir en paz. Quizás es que algunos, como Oscar Pistorius, se sienten nostálgicos de Carlos Monzón arrojando por la ventana a su Alicia. Los muchos "monzones" que abundan en este mundo hacen estragos entre las inocentes que caen en sus brazos. Son como Atila pero en versión posmoderna y con pistolas.  El verbo disparar se convierte, muchas veces, en un disparate. Disparar contra el primer ser humano, persona, que encuentran a su paso es, sencillamente, un crimen y no una historia de cine. El famoso Oscar, en un momento de brote psicótico existencial, quizás pensó: "O ella o yo pero los dos no podemos vivir juntos" y no se le ocurrió irse a beber un trago al bar de la esquina para poder olvidarla sino que la asesinó de cuatro certeros disparos. Quizás el olimpismo se le había subido a la cabeza pero, pensándolo bien, ya se ve que era muy anormal que tuviese tantísima obsesión  por competir en unos Juegos Olímpicos y no se conformaba con los Paralímpicos que para eso fueron creados. No. El obsesivo Oscar Pistorius tenía delirios de grandeza. Ya va siendo hora de poder detener a tantos obsesionados con entrar en la Historia de las Olimpíadas como caballos arrasando a todos los que pillan por delante. Y es que todo esto de entrar en el Libros Guinness de los Récords debería ser bien revisado porque ni son todos los que están ni están todos los que son. Supongo yo, porque es cuestión de suponer, que el atleta de las piernas de carbono (me refiero a Oscar Pistorius) pensó que, después de haber participado contra rivales con piernas de carne, era necesario hacer otra "gloriosa" gesta. Y la "gloriosa" gesta que se le ocurrió fue asesinar a sangre fría a la modelo sudafricana (de su propio país para mayor inri) Reeva Steenkamp. A lo mejor es que Oscar Pistorius está deseando entrar en la Historia de los Oscar del Cine siendo protagonista de una película de violencia innecesaria... sólo que una película sólo es un producto más o menos artístico pero cuando se dispara una pistola de verdad y se asesina de verdad a un ser humano, a una persona, ya deja de ser una película para ser una horrible y triste realidad.   
Erase una vez un lobito bueno al que maltrataban todos los corderos. Erase una vez un lobito bueno al que maltrataban todos los corderos. Y había también un príncipe malo, una bruja hermosa y un pirata honrado. Y había también un príncipe malo, una bruja hermosa y un pirata honrado. Todas estas cosas había una vez en que yo soñaba un mundo al revés. Todas estas cosas había una vez cuando yo soñaba un mundo al revés. Tiempos de moverse en medio del silencio. Tiempos de ir a escuchar a los canta autores diciendo cosas con sonido de fondo musical. Las guitarras españolas estaban de moda y se desgranaban verdades que nos cercaban la vida. Yo siempre saltaba las cercas para irme a ese mundo al revés donde las cosas eran más sencillas, más nobles, más profundas. Y en la profundidad de los conciertos, a pecho descubierto, yo surgía de mis realidades para emerger en los encantadores sueños de los lobitos buenos y las brujas hermosas. Pasaba, sin embargo y de manera olímpica, de los corderos maltratadores, no me importaba si los príncipes eran malos o no eran malos y en cuanto a los piratas me daba lo mismo que fuesen honrados o dejaran de serlo. Lo único que me interesaba de aquel mundo de canciones al viento era penetrar, como lobito bueno, en el mundo de las brujas hermosas que, de pronto, se convertían en hadas madrinas y con su varita mágica me hacían sonreír. 
Fue Jalil Gibran quien dijo: "Si revelas tus secretos al viento, no le culpes por revelarlos a los árboles". Con lo que no estoy de acuerdo y con lo que tengo que diverger de dicho pensamiento es que hay secretos que es mejor revelarlos antes de que nos dañen el alma. Quizás Jalil Gibran olvidó algo muy esencial e importante y que se resume en reconocer que existen muchas personas que viven con toda clase de lujos, y a costa de los demás, precisamente por los secretos, que los tienen bien escondidos y que no quieren que se revelen porque no interesa que el pueblo conozca la verdad. Porque prefieren que el mundo de los secretos sea el mundo de las ocultaciones.  Hoy mismo estoy leyendo la columna diaria de Raúl del Pozo en el diario El Mundo y encuentro lo siguiente entre líneas de su texto: "En La Camarga, los 39 escalones de la tensión ofrecen pies de cerdo que no llegan a ser mafiosos" y luego, señala: "Micrófonos en los tiestos, teléfonos pinchados, filtraciones, amenazas, confidencias de amantes y de brujas de horóscopo, anónimos, fisgoneos de bragueta. Después del arroz caldoso y de los bogavantes, a la hora del sorbete de mandarina, politicas bocazas y salidas largaban y los espìas pinchaban. Los dirigentes se espiaban a sí mismos, a los compañeros de partido y a las amantes de todos".  Me basta y me es suficiente para no seguir leyendo. Cuando el mundo de los secretos destapa toda la porquería que existe en ellos es cuando comenzamos a darnos cuenta de la diferencia que hay entre contar tus vivencias que ocultar tus pecados. Los hay que se ganan la vida, precisamente, ocultando los pecados de quienes están interesados en guardar secretos que atañen a todo el país. Por eso tirar de la alfombra para saber qué se esconde debajo de ella no sólo es justo sino que también es necesario y sano para limpiar nuestra sociedad. Es muy famosa la frase que dice que "el gitano tira la piedra y esconde la mano". Yo conozco a alguien que, siendo gitano o no siendo gitano, está escondiendo la mano cuando tira las piedras y no sólo eso  sino que cuando tira la piedra dice que ha sido otro el que la ha lanzado. Conozco de alguien que va hablando y luego pone en boca de otros, que no han dicho nada, lo que solamente ha dicho él. Es verdad que el mundo de los secretos funciona así. Por eso tirar de la alfombra para saber qué se esconde debajo de ella no sólo es justo sino necesario y sano para limpiar nuestra sociedad. En ese sentido, los que somos periodistas profesionales tenemos no solo la necesidad sino también la obligación de hacer conocer a nuestra sociedad cómo es la sociedad en que estamos viviendo. Una obligación que va más allá de lo que es nuestro derecho a informar porque es condición necesaria para ser quienes debemos ser.  Algunos deberían aprender del Periodismo lo siguiente: las verdades son siempre todo aquello que a muchos les interesa decir que son mentiras. Por eso es también muy famosa la frase que dice que "se descubre mucho antes a un mentiroso que a un ladrón". ¿Sabéis, amigos lectores y amigas lectoras, por qué es cierta esta frase? Porque el ladrón, al fin y al cabo, sabe muy bien a quiénes roba, mientras que el mentiroso nunca sabe nada de la persona de la que dice mentiras. A lo mejor un tal llamado Javier, que tengo la desgracia de conocer, se entera de que el honor de las personas es una dignidad que está muy por encima de las mentiras que él cuenta. Y es que, algunitos, como el tal llamado Javier, se creen que los periodistas profesionales no sabemos distinguir entre los que es un rumor que se puede convertir en una noticia si se confirma que es cierto, de lo que es solamente un chisme que siempre se convierte en una murmuración difamatoria. Y es que de murmuradores insanos está, por desgracia, este mundo lleno. De murmuradores a los que les interesa tener secretos ocultos para que no sepamos de qué pies cojean...        
Tiene una cabeza como agarbanzada, con unos ojillos de rata en un rostro de esos que todos conocemos, desde la infancia, como "caragüito" porque es como un güito puesto a remojo. Sobre la superficie craneal, un "quiriqui" que le da aspecto de gallináceo y, de las orejuelas, le cuelgan dos pendientes que se bambolean cuando menea la testa como rumiando palabrotas que ha aprendido en quien sabe qué porqueriza porque su aspecto, en general, parece una herrumbre de cuerpo esmirriado sobre dos patillas. Gargantilla en lugar de garganta, La nuez le cuelga como un pistacho. Traga saliva antes de escupir y camina como si tuviera sarpullido en su trasero que es, más bien, como estrecho pero en forma de pedúnculo articulado por las amaneradas maneras en que lo mueve. Es uno de esos chiquilicuatros que mi abuela llamaba zanguangos, una especie de zángano que cuando corre lo hace moviendo sus patillas con trotecillo cochinero mientas el mochilón que lleva en sus encorvadas espaldas, deslucidas por unos hombros más bien dantescos, le hace echar la cabeza hacia adelante mientras resopla a manera de mochuelo. Esquelético completo. Tiene un aire como de funambulesco personaje. La cresta le da apariencia de "Espinete" pero con menos gracia que un piojo en salmuera.  Razonando a lo Descartes está descartado, por completo, que estudie en el Colegio "Luz de Yebes". Quizás sea uno de esos niños pijos que, a falta de cultura, se entretenga en querer llegar a ser, algún siglo venidero, una especie de mocarra y es que los mocos le cuelgan cuando monta en su ridícula bicicleta que está más oxidada que sus clavículas. A la hora de la gimnasia se le desparraman todos sus huesos y, en traje deportivo, parece la radiografía de un boniato. La nariz como de pavo trufado. Un gilipuertas cualquiera que tiene menos idea de lo que es la vida de un hombre que un ilota de los que servían las uvas en plato a Cleopatra. Y es que, en realidad, solo es un pobre alfeñique. - ¡Válgame Dios, mi señor Quijote, que no he visto jamás espantajo tal. Habla peor que los puercos de Atapuerca!- No hemos de preocuparnos por tales fantasmagóricos personajes, amigo Sancho, porque peores cerdos he conocido en mis aventuras!.
La política, por desgracia, es una de las primeras causas de la separación, disolución y destrucción de las familias. Como sólo tengo 18 años de edad no sé nada de política y, además, no deseo saberlo. Camino por las calles madrileñas aprendiendo a vivir con mis sueños siempre como metas. La política y los políticos me aburren tanto que sólo me entretengo en leer libros de temas apasionantes. Con la pasión de mis 18 años de edad, observo la vida desde este ventanal que llamo vivencias. Y son mis vivencias lo que me interesa. Ir descubriendo cómo se comportan los hombres y cómo se comportan las mujeres. Ir comparando formas de ser y formas de actuar. Como sólo tengo 18 años de edad, paseo por la Avenida de Cisneros de la Universidad Complutense de Madrid. Escucho lo de "Camilo y sus vasallos no nos moverán, los guardias a caballo no nos moverán; como un árbol junto a la ribera, no, no, nos moverán". Lo escucho, sonrío y me es indiferente. Sigo con mis andares silenciosos, pensando en mis sueños y pasando de las modas que se suceden a velocidades de vértigo. Joan Baez, que no me interesa para nada, está de moda: "sube a nacer conmigo, hermano. Dame la mano desde la profunda zona de tu dolor diseminado no volverás del fondo de las rocas no volverás del tiempo subterráneo no volverá tu voz endurecida no volverán tus ojos taladrados yo vengo a hablar por vuestra boca muerta a través de la tierra juntad todos los silenciosos labios derramados y desde el fondo habladme toda esta larga noche como si estuviera con vosotros anclado contadme todo, cadena a cadena, eslabón a eslabón, y paso a paso afilad los cuchillos que guardasteis ponedlos en mi pecho y en mi mano como un rio de rayos amarillos como un rio de tigres enterrados y dejadme llorar horas, días, años, edades ciegas, siglos estelares dadme el silencio, el agua, la esperanza, dadme la lucha, el hierro, los volcanes apegadme los cuerpos como imanes acudid a mis venas y a mi boca hablad por mis palabras y mi sangre no, no, no nos moveran!no, no nos moverán! no, no, no nos moveran!no, no nos moverán! como un árbol firme junto al rio no nos moverán. unidos en la lucha, no nos moverán unidos en la lucha, no nos moverán como un árbol firme junto al riono nos moverán no, no, no nos moveran!no, no nos moverán! no, no, no nos moveran!no, no nos moverán! como un árbol firme junto al rio no nos moverán unidos en la huelga, no, no, no nos moverán!unidos en la huelga, no, no, no nos moverán! como un árbol firme junto al rio no nos moverán, no nos moverán! no nos moverán, no nos moverán!. Como sólo tengo 18 años ni me he aprendido nunca esta canción ni pongo mi memoria para aprenderla. De la política sólo sé que ha separado, disuelto y destruido a millones de familias en el mundo entero. No me interesa aprender canciones politicas de nadie, de ningún bando, de ninguna ideología. Sigo caminando y aprendiendo sobre las formas de ser y las formas de actuar de las personas. Me encanta leer algo sobre "Quién soy yo" o "Cómo me llamo yo". Mientras tanto, juego al fútbol, sólo juego al fútbol con mis amigos del Deportivo Olímpico y me entretengo en trabajar. A veces me pregunto por qué estoy trabajando en el Banco y a veces me respondo siempre con mi propio sueño: no me interesan para nada los partidos políticos ni los sindicatos, he nacido para ser poeta y deseo escribir para ser escritor pero antes de eso busco ser un buen periodista.  Como sólo tengo 18 años de edad me encantan las chavalas guapas e interesantes; las que tienen belleza y personalidad suficientes para llamarme la atención. Y en mis ratos libres juego a las chapas emocionantes etapas de ciclismo, fabulosas competiciones del monolítico y hasta trepidantes confrontaciones de hockey sobre patines. Alrededor de mí muchos son los que rugen contra otros que también rugen. Pero los únicos rugidos que me interesan son los de los leones de San Mamés. Como sólo tengo 18 años de edad no quiero saber nada de politica y sólo me interesan Beatriz, Mayte, Matilde, María Jesús, Julia, Amparo, Mercedes... mientras camino hacia el autobús, con las manos dentro de los bolsillos de mi pantalón y siguiendo mi camino hacia la meta. Y a esperar a que el Athletic Club de Bilbao no descienda a Segunda.
La política, por desgracia, es una de las primeras causas de la separación, disolución y destrucción de las familias. Como sólo tengo 18 años de edad no sé nada de política y, además, no deseo saberlo. Camino por las calles madrileñas aprendiendo a vivir con mis sueños siempre como metas. La política y los políticos me aburren tanto que sólo me entretengo en leer libros de temas apasionantes. Con la pasión de mis 18 años de edad, observo la vida desde este ventanal que llamo vivencias. Y son mis vivencias lo que me interesa. Ir descubriendo cómo se comportan los hombres y cómo se comportan las mujeres. Ir comparando formas de ser y formas de actuar. Como sólo tengo 18 años de edad, paseo por la Avenida de Cisneros de la Universidad Complutense de Madrid. Escucho lo de "Camilo y sus vasallos no nos moverán, los guardias a caballo no nos moverán; como un árbol junto a la ribera, no, no, nos moverán". Lo escucho, sonrío y me es indiferente.Sigo con mis andares silenciosos, pensando en mis sueños y pasando de las modas que se suceden a velocidades de vértigo. Joan Baez, que no me interesa para nada, está de moda: "sube a nacer conmigo, hermano. Dame la mano desde la profunda zona de tu dolor diseminado no volverás del fondo de las rocas no volverás del tiempo subterráneo no volverá tu voz endurecida no volverán tus ojos taladrados yo vengo a hablar por vuestra boca muerta a través de la tierra juntad todos los silenciosos labios derramados y desde el fondo habladme toda esta larga noche como si estuviera con vosotros anclado contadme todo, cadena a cadena, eslabón a eslabón, y paso a paso afilad los cuchillos que guardasteis ponedlos en mi pecho y en mi mano como un rio de rayos amarillos como un rio de tigres enterrados y dejadme llorar horas, días, años, edades ciegas, siglos estelares dadme el silencio, el agua, la esperanza, dadme la lucha, el hierro, los volcanes apegadme los cuerpos como imanes acudid a mis venas y a mi boca hablad por mis palabras y mi sangre no, no, no nos moveran!no, no nos moverán! no, no, no nos moveran!no, no nos moverán! como un árbol firme junto al rio no nos moverán. unidos en la lucha, no nos moverán unidos en la lucha, no nos moverán como un árbol firme junto al riono nos moverán no, no, no nos moveran!no, no nos moverán! no, no, no nos moveran!no, no nos moverán! como un árbol firme junto al rio no nos moverán unidos en la huelga, no, no, no nos moverán!unidos en la huelga, no, no, no nos moverán! como un árbol firme junto al rio no nos moverán, no nos moverán! no nos moverán, no nos moverán!.Como sólo tengo 18 años ni me he aprendido nunca esta canción ni pongo mi memoria para aprenderla. De la política sólo sé que ha separado, disuelto y destruido a millones de familias en el mundo entero. No me interesa aprender canciones políticas de nadie, de ningún bando, de ninguna ideología. Sigo caminando y aprendiendo sobre las formas de ser y las formas de actuar de las personas. Me encanta leer algo sobre "Quién soy yo" o "Cómo me llamo yo". Mientras tanto, juego al fútbol, sólo juego al fútbol con mis amigos del Deportivo Olímpico y me entretengo en trabajar. A veces me pregunto por qué estoy trabajando en el Banco y a veces me respondo siempre con mi propio sueño: no me interesan para nada los partidos políticos ni los sindicatos, he nacido para ser poeta y deseo escribir para ser escritor pero antes de eso busco ser un buen periodista. Como sólo tengo 18 años de edad me encantan las chavalas guapas e interesantes; las que tienen belleza y personalidad suficientes para llamarme la atención. Y en mis ratos libres juego a las chapas emocionantes etapas de ciclismo, fabulosas competiciones del monolítico y hasta trepidantes confrontaciones de hockey sobre patines. Alrededor de mí muchos son los que rugen contra otros que también rugen. Pero los únicos rugidos que me interesan son los de los leones de San Mamés. Como sólo tengo 18 años de edad no quiero saber nada de política y sólo me interesan Beatriz, Mayte, Matilde, María Jesús, Julia, Amparo, Mercedes... mientras camino hacia el autobús, con las manos dentro de los bolsillos de mi pantalón y siguiendo mi camino hacia la meta. Y a esperar a que el Athletic Club de Bilbao no descienda a Segunda.
El colágeno (masculino singular) es una proteína compleja que constituye la sustancia intercelular del tejido conjuntivo. Proteína (femenino singular), del griego "proteion" que significa preeminente y primer premio, es una macromolécula constituida por numerosos aminoácidos encadenados unidos por enlaces peptídicos, que forma parte de la materia fundamental de las células y de las sustancias vegetales y animales. Su sinónimo es proteido.  Atendiendo a sus funciones y propiedades físico-químicas, las proteínas simples (holoproteidos), que por hidrólisis dan solo aminoácidos o sus derivados; proteínas conjugadas (heteroproteidos) que por hidrólisis dan aminoácidos acompañados de sustancias diversas, y proteínas derivadas, sustancias formadas por desnaturalización y desdoblamiento de las anteriores. Las proteínas son indispensables para la vida, sobre todo por su función plástica (constituyen el 80 % del protoplasma deshidratado de toda célula), pero también por sus funciones biorreguladora (forman parte de las enzimas) y de defensa (los anticuerpos son proteínas). El tejido conjuntivo (también llamado tejido glial) está íntimamente unido al tejido nervioso, cuya nutrición parece controlar, y su sinónimo es neuroglia. El tejido conjuntivo es un tejido animal que realiza funciones de sostén o de protección. El sistema nervioso, a su vez, es un conjunto de órganos y de estructuras consituidos por tejidos nerviosos, que aseguran la dirección y coordinación de las funciones vitales y la recepción de los mensajes sensoriales (En el ser humano se distinguen: el sistema nervioso cerebroespinal -cerebro, cerebelo, bulbo raquídeo, médula espinal, nervios craneanos y raquídeos- y el sistema neurovegetativo. Una macromolécula es la de gran tamaño formada por el enlace y repetición de un gran número de moléculas sencillas. La molécula, femenino singular, cuyo nombre se deriva del latín "moles" que singnifica masa, es un conjunto definido de átomos de composición fija, que constituye la porción más pequeña de un cuerpo puro en estado libre sin perder las propiedades de la sustancia original.  En cuanto a los aminoácidos son sustancias orgánicas con una función ácida y una función amina, que constituyen las bases de las proteínas. En química, una función ácida, es un compuesto hidrogenado que en disolución acuosa produce inones H positivos, que actúa sobre las bases formando sales; y una amina es un compuesto orgánico derivado del amoníaco por sustitución del hidrógeno de uno o de varios radicales alquilos (nomobre genérico). Las aminas se reparten en tres clases: aminas primarias RNH2, secundarias RR'NH, y terciarias RR'R''N. Las bases, en química, son unas sustancias que al combinarse con un ácido forman una sal. Y en lo referente al ion o ión (masculino singular que deriva del griego "ión" presente activo de "iénai" que significa ir) es un átomo o un conjunto de átomos que han ganado o han perdido, por electrólisis o bajo la acción de radiaciones, uno o varios electrones. Se conoce como péptido (adjetivo singular masculino) al compuesto formado por la unión de un número reducido de aminoácidos.  Es necesario saber que la célula (singular femenino), cuyo nombre deriva del latín "cellula", diminutivo de "cella" que significa celda, es un embrión de ciertos tejoidos que es capaz de dividirse indefinidamente y generar, en cada división, dos células idénticas a ella y, también, producir nuevos linajes celulares especializados (en este sentido las células madre pueden engendrar todos los tipos de células del organismo y se pueden utilizar en numerosas aplicaciones biológicas y médicas). Toda célula está rodeada en su totalidad por una membrana y contiene un citoplasma de apariencia homogénea en el cual flotan los orgánulos (núcleo, mitocondrias, vacuolas, ribosomas, etcétera). El núcleo, desnudo en los organismos procariotas (bacterias), está rodeado de una membrana en los eucariotas unicelulares. Animales y plantas están constituidos por miles de millones de células diversificadas, pese a lo cual su ciclo reproductivo pasa por un estadio de una sola célula, el huevo. También es necesario saber y conocer que se llama procariota a un organismo con organización celular procariótica, un adjetivo con el cual se le denomina a la célula en la que el núcleo no está completamente separado del citoplasma y, por supuesto, es también necesario saber y conocer que eucariota es un organismo con organización celular eucariótica, un adjetivo con el cual se le denomina a la célula de un organismo que tiene el núcleo separado del citoplasma por una membrana.     Así que ya podemos entender mucho mejor lo que es el colágeno que, para el conocimiento lingüistico, es una palabra que proviene de dos vocablos del idoma griego que significan cola y engendrar. El colágeno es una sustancia proteínica albuminoidea, de estructura fibrosa, presente en tejidos orgánicos, como olos cartílagos y el tejido conjuntivo (del cual ya hemos hablado), que se transforma en gelatina por efecto de la cocción. Un albuminoide es una proteína sencilla, insoluble en agua y en disoluciones de ácidos, bases y sales. Se conoce como cartílago (del latín "cartilago cartilaginis") a un tejido resistente y elástico que forma el esqueleto del embrión antes de la desaparición del hueso y que persiste en el adulto en el pabellón de la oreja, en la nariz y en las terminaciones de los huesos.   
Había pasado un día feliz en Guayaquil: un fin de semana inolvidable junto a mi Princesa... pero llegaba ya el lunes y debía volver a cumplir con mis obligaciones laborales que, en aquel entonces, era ser jefe de redacción, periodista y escritor exclusivo (las tres cosas al mismo tiempo) de la Revista Ambato Internacional. Así que al llegar la noche del domingo tuve que salir urgentemente desde Guayaquil hasta Ambato. Eran tiempos en que la policía ecuatoriana se había decidido a vigilar los autobuses inteprovinciales porque se producían muchos asaltos contra los viajeros por parte de pandilleros de esos que tanto abundan, también y para desgracia, en la misma España nuestra (estemos hablando de Madrid, de Barcelona, de Guadalajara o incluso de Valdeluz).  Me despedí de la familia y salí a la carretera a coger el primer autobús que se dirigiera a Quito para, desde la capital ecuatoriana, enlazar con otro autobús que me llevara a Ambato. Los primeros kilómetros, una vez pagado el correspondiente boleto y sentado en mi correspondiente asiento del autobús, discurrieron sin altercado alguno. Había pasajeros que ya iban durmiendo y alguien hablaba en voz baja con su vecino o vecina de asiento. Yo iba pensando en los temas que debía desarrollar para seguir haciendo que Revista Ambato Internacional número 2 fuese mucho más interesante de lo que había sido Revista Ambato Internacional númer 1, con la cual colaboré con una Entrevista que se publicó en las primeras páginas. En este sentido la prueba consistía no sólo en vencer a Jaime Vásconez Vásconez sino en convencerle, definitivamente, de que yo era mucho mejor periodista de lo que él se estaba creyendo y, en segundo lugar, de que yo no era ningún tonto y sabía, perfectamente, que me estaba teniendo trabajando sin contrato laboral alguno; que era algo muy utilizado, en dicha época, por los empresarios tránsfugas, tramposos y estafadores. Así que yo tenía muchas cosas en qué pensar. Pero, muy pronto, antes de salir de la Provincia de Guayas, el autobús fue detenido por la policía militar ecuatoriana. Todos los viajeros y viajeras fuimos obligados a bajar de él y, puesto en fila india, teníamos que enseñar, a una pareja de serios y fieros militares, nuestra correspondiente Cédula de Identidad y, acto seguido, abrir nuestros equipajes para que ellos registraran todo lo que llevábamos dentro. Estando ya en la fila india y observando que lo primero que se nos exigía a todos (euatorianos y extranjeros por igual) era la Cédula de Identidad que debíamos llevar, ya de antemano, en nuestra mano... me di cuenta de que la mía, junto con el Pasaporte, se me habían quedado olvidados en mi casa de la ciudad de Quito y que ni tan siquiera había llevado ambos documentos a la ciudad de Guayaquil. Era necesario hacer algo o, en caso contrario, pasaría toda la noche en la "trena" hasta que pudiese demostrar mi identidad personal llamando a alguien...  Pero no pasó nada de eso. Como yo observaba que el policía militar se centraba mucho en los contenidos de los equipajes después de comprobar la veracidad y legalidad de todas las Cédulas de Identidad, aproveché un pequeño desconcierto que se armó entre los dos policías-militares por un asunto que a mí no me concernía y, rápidamente, como avisado por Dios, abrí mi bolsa de viaje y comencé yo a enseñarle al policía-militar todo el contenido haciéndole saber que era escritor y periodista y dándole explicaciones que le hicieron desconcertarse. El policía-militar ni se dio cuenta de que no le había enseñado ni mi Cédula de Identidad ni mi Pasaporte (cosa imposible porque ambos documentos estaban en mi casa de Quito) y, viendo la seriedad y el entusiasmo con el que le mostraba los papeles donde yo tenía escritos varios textos originales de la Revista Ambato Internacional número 2, me ordenó subir de nuevo al autobús y, pocos minutos después, pudimos salir rumbo a la capital de la República de Ecuador. De esta manera tan original, inspirado por el Espíritu de Dios (pues soy verdadero creyente cristiano) me salvé de pasar la noche en la "trena" o, tal vez, de haber tenido que pagar una fuerte multa de esas que uno recuerda para toda su vida y que es lo que le sucedió a otros por no llevar documentos identificativos y faltarles suficiente Fe en Jesucristo.       

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