• José Orero De Julián
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En alguna otra ocasión me han hecho esta pregunta y tengo algo escrito por ahí sobre este tema. Pero voy a ser más explícito y concreto. Carisma, según el Pequeño Larousse Ilustrado que uso muy a menudo y en su página 206, dice que proviene del latín "charisma" y del griego "kárisma" que significa gracia y beneficio, se define como "cualidad extraordinaria que se atribuye a una persona y le confiere una superioridad de carácter ético, heroico, religioso (y no me refiero a religión sino a religiosidad que son dos asuntos totalmente opuestos según Jesucristo), etcétera. Y, también, es un don espiritual extraordinario que concede Dios a algunas personas para beneficio de la comunidad. ¿Entienden bien esto los famosos sociólogos, psicólogos y psiquiatras a la hora de redactar sus erráticos informes?Acudo a una frase de L.M.Parocchi que dice lo siguiente: "... los hombres de nuestro tiempo, no van a ser evangelizados por las palabras, sino con los hechos...". Extraigo esta frase y puedo, partiendo de ella, expresar yo lo siguiente: "los hombres y las mujeres de nuestro tiempo sólo pueden ser humanos y dejar de ser inhumanos, cuando dejen las palabras vacías y falsas para pasar a ser ejemplos prácticos de como se debe actuar hacia el Bien, hacia la Justicia y hacia lo Sobresaliente; a través de hechos no vacíos sino llenos y no fríos sino calientes". En este sentido la tibieza es totalmente rechazable y debemos cambiarla por la templanza. El Pequeño Larousse Ilustrado dice de la tibieza (ver en su página 978) que es "indiferente, poco vehemente y escasa de afectuosidad" y el mundo actual está lleno, precisamente de todo esto... pero la templanza (ver su página 970) es "fortaleza, valentía y serenidad para afrontar dificultades y riesgos" y, para poder actuar con templanza es necesario tener carisma o empezar ya a aprender a tener carisma. Es necesario tener identidad propia y saber cuál es la misión que debemos llevar a cabo los cristianos y las cristianas para transformar este mundo en nombre de Jesucristo y nada más que en nombre de Jesucristo. Sólo se consigue bajo la inspiración del Espíritu Santo. Convivir con Dios significa llevar a cabo una misión en favor de los más débiles, de los más inocentes, de los más pobres y de los más necesitados. Don Bosco llegó a confesar: "He prometido a Dios que incluso mi último aliento será para mis pobres jóvenes" y luego, dirigiéndose a sus pobres jóvenes les dijo: "Yo por vosotros estudio, por vosotros trabajo, por vosotros vivo, por vosotros estoy dispuesto incluso a dar mi vida". ¿Existe mayor carisma que ese? Porque me parece a mí que eso lo podría haber dicho y haberlo firmado el propio Jesucristo. Con el carisma del Espíritu Santo nuetra obligación es "estimular y acompañar a los jóvenes para que desarrollen todos sus recursos humanos y hagan aflorar las aspiraciones profundas hasta anhelar al Trascendente Jesucristo (dimensión de la evangelización y catequesis), "animar a madurar para ser responsables con sentido de pertenencia social y eclesial (dimensión de la experiencia asociativa) y "moverse hacia el descubrimiento de la propia vocación, como compromiso de transformación del mundo" (dimensión vocacional) según el Proyecto de Dios". Eso es aplicar el carisma personal hacia el bien de la comunidad; y a pesar de las amenazas, los insultos, las ofensas, los ataques, las persecuciones que se deben soportar para conseguir todo ello. En esta labor de sentir tan intensamente a los jóvenes hay que transformarse en un joven, por dentro y por fuera, sin importar para nada, absolutamente para nada, lo que nos digan los documentos que sólo son papeles nada más ni lo que nos llamen los demás por haber conseguido tal transformación. Para usar nuestros carismas hay tres pilares fundamentales que deben ser bases para nuestros objetivos y nuestra acción vindicativa. Los tres pilares, aplicando el carisma cristiano, son: "personalización de la formación, estudio y análisis de la realidad concreta para fundamentar desde ahí cualquier acción educativo-promocional, y reconocimieto de la dignidad de la persona cualquiera que sea su situación y estado". Los objetivos mínimos deben ser: "lograr que los jóvenes y niños adquieran buenas costumbres, hacer que crezcan en la fe, prepararlos para la vida y lograr una integración con las situaciones más acomodadas evitando la marginación".En cuanto a la acción implícita de carácter social es la forma acuñada por las Hermanas de la Caridad que dice así: "Son las cofradías de la caridad, formadas primero por mujeres de la nobleza y posteriormente por aldeanas, a las que Luisa anima, motiva y acompaña en esta tarea donde lo que hay lo llamamos un voluntariado". Me estoy refiriendo a Luisa de Marillac quien, junto a Vicente de Paúl, palparon con sus propios ojos la ignorancia y la desestructuración de la infancia y la juventud de las clases populares, de los pobres más abandonados y es necesario saber que la ignorancia es una esclavitud y uno de los peores males de la sociedad, además, y no se asombre tanto porque lo dice la Sagrada Biblia Cristiana, un pecado que aborrece Dios. Por eso debemos ponernos a la obra de acabar con la ignorancia. Muchas veces he vivido yo esas mismas experiencias de ver la ignorancia con mis propios ojos y de intentar combatirla y por eso sé que la clave está precisamente en ser y actuar de esa manera. El programa de los Maristas dice: "Creemos en la dignidad de toda persona que está por encima de todas las diferencias que establecen la naturaleza o la sociedad. Nosotros fundamentamos la dignidad humana en nuestra condicíón de hijos de Dios y en nuestro compromiso común de construir un mundo mejor", "creemos en la capacidad de superación de toda persona", "creemos en que a pesar de las circunstancias adversas y de situaciones de vulnerabilidad o exclusión social, las personas son capaces de buscar lo mejor de sí mismas y proyectarse hacia el futuro", "creemos que la educación es una fórmula esencial para el desarrollo humano pues partiendo de la situación concreta de cada uno estimulamos su crecimiento personal y el sentido crítico para que todos y todas podamos implicarnos en la transformación de esas realidades". Si creemos que Jesucristo es Hijo de Dios (no que era Hijo de Dios sino que es y sigue siendo Hijo de Dios porque no murió sino que está vivo) y si nos damos cuenta de que poseemos carisma otorgado por Dios, tenemos y debemos actuar así olvidándonos para siempre de la envida que, por ello, podamos despertar en los que son envidioso o envidosas por su malformación personal. En este sentido es bueno recordar lo que es la identidad claretiana, por ejemplo, en tres frases: "Asumimos el reto de evangelizar a través de la cultura con nuestro trabajo educativo", "creemos que la fe en Jesucristo, como llamada y respuesta personal, llena de sentido las dimensiones de esta forma integral, ordenándola y llevándola a su plenitud" y "educamos en sintonía con el Humanismo cristiano (de lo cual ya escribí y analicé, junto con mi esposa, en el libro titulado "El pensamiento vivo de Benjamín Carrión" del cual os he hablado algunas veces) y con la Declaración de los Derechos Humanos (de los cuales os escribimos mi esposa y yo muchas veces), y siempre con el objetivo de lograr la formación integral de nuestros alumnos (y yo añado de quienes desean seguirnos). Todo ello lo he experimentado y lo sigo experimentando y poniéndolo en práctica muchas veces... digan lo que digan los demás... porque sólo me importa evangelizar como verdadero cristiano y saber que lo que me promete Jesucristo siempre lo cumple; entre otras cosas el famoso Milagro 16-18 del cual ya os he hablado cantidad de veces y no me interesa nada más que saber que es cierto... digan lo que digan los demás...Debemos combartir al Mal hasta destruirlo y colocar en su lugar al Bien; debemos hacer que no se cometan injusticias y que se aplique siempre la justicia y debemos dejar de conformarnos con ser mediocres y aspirar y luchar hasta conseguir ser los más sobresalientes en aquello a lo que estemos dedicándonos como vocación profesional. Eso es el carisma, eso es tener carisma y eso es emplear el carisma.
Leo una frase de Pablo Neruda: "En un beso, sabrás todo lo que he callado". Recuerdo siempre aquel beso del anochecer y todos los silencios anteriores... después me quedé simplemente enamorado...
El otro y yo, niños todavía, seguíamos el mismo camino de las rojiblancas albas, buscando entre el rojo y blanco del amanecer, a la misma Princesa que habíamos soñado las noches anteriores. Él iba siempre el primero y por eso le llamaban El Señor de Oro. Yo iba siempre detrás, situado a cierta distancia, y por eso me llamaban El Caballero de Plata. Él me servía de guía y de faro en aquel voraginoso transitar por las calles. La chica del reloj nos servía de cronómetro para saber a cuánta distancia estábamos de la costa y cuándo sería la hora de llegar a la cima. Él y yo soñábamos con la misma Princesa, pero el problema, imposible de solucionar, era que la Princesa sólo amaría a uno de los dos. llegamos, por fin, a la costa. El mar estaba agitado y furioso y había que cruzar el mar y, no sólo eso, sino que también había que adentrarse en la intrincada selva de los indios feroces, los cocodrilos hambrientos y las serpientes venenosas. Así que él decidió convertirse solamente en marinero en tierra. Yo debía decidir, por mí mismo, ya libre de su estela de oro, entre dos preguntas muy difíciles de responder: ¿cruzar el mar y adentrarse, solitario, en la selva de los mil y un peligros dejándolo todo atrás o seguir con él y convertirme, asimismo, en marinero en tierra?. Ambos sabíamos que Ella no estaba dispuesta a compartir su lecho con los dos al mismo tiempo. Sólo uno. Ella sólo elegiría a uno de los dos. El caso era saber quién la soñaría con mayor intensidad. Entonces fue cuando él se convirtio en Torquemada de muchachas inocentes y yo me convertí en Orellana. Nos despedimos con un "hasta nunca" y él se volvió a la Gran Ciudad a castigar a las chicas inocentes y yo me arriesgué a cruzar el mar y adentrarme en la selva llena de espíritus malignos y, por otro lado, de hombres buenos. Así fue cómo dialogamos en aquel momento. - Lleguemos a un acuerdo -dijo el otro.- Depende... -contesté yo. - Unas veces tú y otras veces yo... ¿vale?.- !Jamás!. O tuya o mía, pero si la consigo, entiéndelo bien, jamás la voy a compartir contigo ni con nadie. Eso que quede bien claro. La lluvia arreciaba. La niebla hacía inmposible ver más allá del horizonte marino. - No. Yo no deseo navegar en estas condiciones -dijo el otro. - Yo sí. Yo sé que para conquistarla habré de abandonarlo todo y embarcarme hacia ese neblinoso horizonte y adentrarme allá en donde las serpientes venenosas pueden matarme... !pero quiero intentarlo!. Él se marchó sin despedirse de mí, airado por no querer yo seguir más veces los caminos detrás de él. No me importó en absoluto. Yo solo, en mitad de la sombra de la noche, miré a la luna. El mar me engulló por completo y me perdí en el horizonte...
- ¿Ser o no ser, Míster William?.- Ser. Solamente, ser, Diesel. Siempre únicamente ser. El no ser no existe. La verdad es que he perdido mucha parte de mi tiempo vital haciendo preguntas a la calavera humana. En realidad, ahora puedo comprender que siendo es la única manera y forma que tenemos de existir. Ya lo dijiste tú en algunos de tus textos. Estoy de acuerdo. Mi pluma, tan celebrada en todos los países del mundo, no llegó nunca a responder esa clara respuesta. Ahora sí. Ahora entiendo. Ahora comprendo. Ahora sé, por fin, cuál es la respuesta. No debería habérselo preguntado a la calavera de la Muerte sino al espíritu de la Vida. Ese espíritu que tú tantas veces transmites en tus reflexiones cotidianas. Y es que, a veces, el éxito y la fama nos llegan a desequilibrar tanto el discernimiento que no acertamos a saber que sólo siendo se puede verdaderamente existir. Me alegra que me hagas esta pregunta que ningún otro periodista me había hecho hasta ahora. Desde este espacio de Eternidad en que me encuentro puedo afirmar y confirmar que sí. Que se existe sólo cuando se es. No debí preguntárselo a ninguna calavera de la Muerte. La verdadera pregunta se la debía haber hecho a un ser humano vivo. Por eso ahora cambio de parecer y de sentir. Y mi pregunta la puedes transformar, Diesel, de la mejor manera que te inspire el Espíritu Santo. - Está bien, William. La pregunta es "ser para existir".
Hoy voy a hablar de unas cosas pequeñitas, de esas que a muy poca gente le interesan; de esas que podemos llamar semillas de jazmín o de tomillo o !por qué no! llamarlas anémonas del aire. No importa el nombre que se les dé porque en realidad no tienen nombre sino que son cosas pequeñitas que penetran por los sentidos y se adentran en el corazón. Hoy el sol ha calentado mi interior y unas diminutas gotas como las del rocío de las amapolas han hecho sonrojar a mis mejillas. Significan mucho de felicidad esas cosas pequeñitas que a muy poca gente le importan pero que son capaces de hacerme escribir y hablar de ellas. También las podemos llamar principios de misterio porque, en el fondo, son milagros del alma llenando al cuerpo físico de unas cargas de energía capaces de hacernos sentir pálpitos en medio de la mañana, del atardecer o debajo de las estrellas. Son cosas tan pequeñitas que no tienen nombres y por eso las podemos llamar tal como deseemos en cualquier momento de esta perpetuidad que son las veinticuatro horas del día.
Me pides mil besos... mil besos...y yo te doy un millón. Beso a beso tras mis versossiempre pongo el corazón. Me pides mil besos... mil besos...y yo te doy un millón. Beso a beso tras mis versossiempre estará tu canción. 
Mañana de domingo. Día para el descanso... pero mi mente busca relajarse en las interioridades del Bar El Padrino, mientras las flores están abiertas y coloridas por el paseo del barrio. Entro en El Padrino y me sale a recibir Andreíta, la escultural portorriqueña. Me sirve el café con un poco de anis... al fondo hay tres jóvenes que juegan billar y en la gran pantalla de la pared de enfrente están proyectando el partido de tenis entre nuestro Rafa Nadal y el rudo Nicolay Davidenko. Miro el resultado, El balear ha ganado el primer set por 6-3 y ahorta va ganando por 1-0...Abro los Cantos de Leopardi que es el libro que he estado leyendo esta semana. Pero, de repente, entra en el local el amigo Braulio- !Diesel!. !Qué alegría!. !Contigo quiero hablar un momento!. ¿Qué estás haciendo?.- Leyendo los últimos poemas de Giacomo Leopardi...A Braulio la poesía le suena a chino...- !Tonterías, Diesel!. Yo solo quiero preguntarte si sabes ¿qué va a pasar hoy en Bahrein?.- Pues no se, Quizás pasees por una de sus bellas calles con un sol resplandeciente y el corazón latiendo felizmente o quizás saltes por los aires despedazado por un atentado terrorista.- Que no diesel... que no hablo de eso... me refiero al Gran Prix de Fórmula 1. ¿Quién crees que va a ganar?.- No tengo ni idea. Sólo sé que Hamilton y Alonso tienen muy difícil este año el asunto. Me parece que esta carrera la podría ganar Vettel o Button y quizás hasta Massa o Raikonen.- ¿Tú crees que Alonso no será campeón este año?.- Este año no...- Ya lo digo yo también. Nuestro "asturianin" será campeón el año que viene con FerrariEn esos momentos aparece la esucultural Andreita y Braulio le dispara un piropo algo subido de tono- Grosero. Machista. ¿Sabes una cosa?. - No. No peleas contigo - dice Braulio- Diesel ¿verdad que nunca ha habido pilotas de Fórrmula 1 en automovilismos?.- Te equivocas. Hubo los antiguos casos De Elisabeth Juck, Targe Florio y Giovana Amato... y ahora hay una española llamada Camen Jové que quiere entrar en Fórmula 1.- Bah... tonterías, las mujeres solo sirven para fregar y para "eso".Andreíta se encoleriza- !Machista!. ¿Sabes qué te digo? Que yo he conocido mujeres toreras enfrentarse a verdaderos toros bravos y a ti te he visto cagarte en los pantalones solo ante un becerro... como ocurre con todos los machista como tú.. !qué vetguenza de hombre eres!.Llega en eso momentos el amigo Alfonso.- !Mira Diesel!. Lo acabo de comprar en la Feria del Libro..Me enseña un libro mientras se sienta a mi lado. Es Rabos de lagartijas de Juan Marsé.- ¿Lo has leido, Diesel?- Si. Es muy bueno. Te lo rcomiendo. - ¿Y tú que lees?- Termino ya con los Cuentos de Giacomo Leopardi.- Cuando termines de leer me lo pasas...- Sin duda. Ahora mismo... ya acabo de leer su último poema..."De ver tu efigie viva me guardo ya esperanza, si no es tal vez cuando desnudo a mi peregrina estancia llegaste"...Me despido de Braulio, Fernando y Andreíta hasta las dos en que he quedado con ellos para ver la Fórmula 1 de Bahrein alrededor de unas cervezas. Presto el libro a mi amigo Alfonso y salgo a la calle, paeando por la glorieta de las flores abiertas de color en color...
Quien hace el daño que pague el apaño.
Refrán.
Autor: José Orero De Julián  256 Lecturas
Dolores está dormida, profundamente dormida, con un sueño pesado que se le ha convertido en pesadilla. En mitad de la noche sueña con Mickey Mouse sentado en su almohada. Y entonces Dolores abre los ojos y habla con él. El viento crea suciedad en las ventanas abiertas y hace entrar, en la casa, pelusas como de perro pero que no son de perro. Mickey Mouse sonríe en medio de la escena. Está demasiado sonriente el ratón. Dolores sigue soñando. Ve los lavabos de su casa sucios. Ve los baños de su casa sucios. Ve las habitaciones de su casa sucios. El ratón la sigue para no perderla de vista. Dolores sufre ciertos dolores (no es un juego de palabras) y de pronto se tranforma extrañamente en una mujer airada. Lanza palabras insultantes mientras el ratón hace su propio juego de ir recogiendo memorias de la Dolores. El ratón apunta en sus cuadernos las memorias de Dolores y se introduce en ella. Mickey Mouse, yace satisfecho tumbado en la cama, con la cabeza apoyada en la almohada, soñando con suculentas parrilladas de carne y chorizo a la brasa... mientras el ratón sigue asustando a Dolores. Dolores no puede escapar de su casa. Sigue elevando la voz y cada vez más furiosa. Dolores mira a un mueble lleno de libros y documentos y suelta un exabrupto. El ratón sigue a su lado.Mickey Mouse sonrie...
Alma blanca y corazón desbordado¿dónde están tus sentimientos?...no te pierdas en el olvido recordadoy abre tus puertas a los pensamientos.Al sentir el latido de lo que hemos amadono sólo importa vivirte en los momentossino retener lo que posees de aladomás allá de los presentimientos.Somos más personas en lo andadocuando tenemos asido a lo amadoel soñar con los pasos siempre atentosy al vivir a la felicidad ancladoel ser humano se siente enamoradode los sueños eternos sin lamentos.
Dime quien soy y te llevarás muchas sorpresas.
Muchos son los hombres que beben alcohol para poder olvidar... pero yo soy un hombre que bebo café con leche para no olvidar...
La Poesía es ser poeta y ser poeta es escribir Poesía. Yo, cuando no soy capaz de escribir Poesía soy coherente conmigo mismo y me pongo a escribir Prosa... no para engañar a nadie, que es lo más fácil de hacer, sino para no engañarme a mí mismo, que es lo más dificil de aceptar.
Dicen los matemáticos que su ciencia es siempre exacta. Dicen que es evidente que 2 más 2 son siempre 4 y que lo evidente se define como lo cierto, lo claro, lo patente y lo exacto sin ninguna duda. Lo dudo. A veces lo dudo. Desde luego, desde un punto de vista axiomático, es exacto decir que 2 más 2 es siempre 4. Pero desde el punto de vista filosófico no axiomático (y yo huyo muchas veces de los axiomas) 2 más 2 es a veces 4, pero otras veces puede ser 5 o 6 o 7 o hasta 8 (o más). Para explicarlo voy a poner un ejemplo.Supongamos que 2 amigas han quedado con otras 2 amigas para ir a comer a un restaurante. Llegan allí. Se sientan alredededor de una mesa. Y comienzan a comer plácidamente. ¿Cuántas mujeres hay alrededor de esa mesa?. Efectivamente, en este caso, son 4. 2 amigas que están comiendo junto con otras 2 amigas suman un total de 4 amigas. Pero ¿y si hay alguna otra mujer allí alrededor de la mesa y no la vemos?. Los matemáticos olvidan que a veces hay cosas reales que no son visibles pero sí pueden formar parte de una suma. Si hay alguna otra mujer allí que no es visible a nuestro ojos pero no es una imaginación sino una existencia real entonces 2 más 2 ya no son 4.¿Cómo puede ser eso?. Fácil. Pongamos que, por ejemplo, una de las 4 amigas que están sentadas alrededor de aquella mesa comiendo plácidamente está embarazada de una niña de 8 meses que está ya muy pronto a nacer. Entonces si sumamos 2 más 2 son 5 (las 4 mujeres amigas que están sentadas y la mujer que está dentro de la barriga de una de esas mujeres amigas). Supongamos que, por ejemplo, las que están embarazadas de niñas de 8 meses son dos de las mujeres amigas. Entonces si sumamos resulta que 2 más 2 son 6 (las 4 visibles y las 2 ocultas). Si las embarazadas con niñas de 8 meses son 3 entonces 2 más 2 son 7. Y si están ambarazadas de niñas de 8 meses las 4 mujeres amigas que están sentadas alrededor de la mesa comiendo plácidamente entonces al sumar 2 más 2 son 8 (las 4 visibles y las 4 ocultas). Pero no para aquí la cosa. Porque si resulta que una de las mujeres amigas embarazadas tiene dos gemelas en su interior entonces ya la suma de 2 más 2 es 9. ¿Y si tiene trillizas?. ¿Y si alguna tiene también gemelas o trillizas o cuatrillizas?. ¿Y si las 4 mujeres amigas que están sentadas alrededor de la mesa comiendo plácidamente tienen cuatrillizas de 8 meses todas ellas en el interior de sus barrigas?. Las variantes son muchísimas y entonces decir que 2 más 2 son siempre 4 es un error. Vemos que también 2 más 2 pueden ser 9, l0, ll, 12... etcétera. ¿Comprendéis ahora, amigos y amigas, cómo a veces (sólo a veces pero no imposible) no me fío tanto de los axiomas y creo más en los etcéteras?.
Nada más inexacto que decir que la familia humana de Jesús era pobre de solemnidad. No es cierto. José era carpintero y, si hubiéseis leído algo de Historia en vez de ver tanta telebasura pues sabríais que en aquella época -algo así como en la Edad Media pero con mayor poder económico- la carpintería era un oficio de muy elevada categoría. Luego la familia humana de Jesús de Nazaret era una familia con muchos posibles. Por eso Jesús viajó hacia países lejanos y estuvo, entre otros lugares, por Cachemira. Tenía el suficiente poder económico para permitirse esos largos viajes. Por supuesto que no andaba perdido, sino que ya compartía la Palabra de Dios con los filósofos hindúes y otras especies orientalistas, a los cuales dejaba con la boca abierta... cuando comenzó su predicación por tierras hebreas Jesús ya era archiconocido para los países orientales y es por eso por lo que los Reyes Magos del Oriente tuvieron existencia real en el Nacimiento de Jesús. No fue ningún cuento chino que llegaran a Belén para adorarle, sino una verdadera realidad histórica. Luego Jesús no sólo nació entre pobres pastores y animales de granja sino, sobre todo, adorado por verdaderos reyes de países muy ricos.
Sólo quien teme a su conciencia le da miedo saber cuál es su verdad.
Señor Marinín.- ¡Oiga, Don Ustez!Don Ustez.- Diga muá, Señor Marinín. Señor Marinín.- Muá, muá y muá.Don Ustez.- Parece como si fuera un Papa besando el suelo de una hectárea prometida, Señor Marinín. Señor Marinín.- Es que me gustar arrastrar mi personalidad. Don Ustez.- Se le ve un poco calavera del todo. Señor Marinín.- ¡Soy ansí!Don Ustez.- ¡Qué ansia, Dios mío, qué ansia!Señor Marinín.- Ansiedad de tener tus encantos. Don Ustez.- Espere, espere, Señor Marinín. Señor Marinín.- ¿No molo siendo marinín?Don Ustez.- Mola menos que estar actuando de muerto en cinco horas con Mario. Señor Marinín.- Me he quedado sin palabras...Don Ustez.- Eso le pasa por ser un muerto tanto tiempo seguido y ahora vaya a reclamar a Delibes. Señor Marinín.- ¡Snif, snif, snif!Don Ustez.- ¡No me llore no me llore no me llore así! Vamos Mario, levante el ánimo y salga de la tumba. ¿No ve que hace el ridículo estando cinco horas muerto?Señor Marinín.- ¿Qué me aconseja que haga ahora, Don Ustez?Don Ustez.- ¿Además de hacer el muerto para asustar a los peques, Señor Mario?Señor Marinín.- No lo puedo evitar. Esto de ser un monstruo me viene de la infancia. Don Ustez.- Entonces... ¿nació usted así de feo y por eso se hizo marinín?Señor Marinín.- Eso y la Mari Juana.Don Ustez.- ¿Así que su trauma le viene de un desamor que lo dejó frustrado de por vida y por eso desea usted ser un muerto?Señor Marinín.- Por eso y porque me siento bastante ratón. Don Ustez.- Entonces le recomiendo que se busque a una rata que le venga al pelo y se pase el tiempo contándole su vida.Señor Marinín.- ¿Y qué le puedo contar a una rata para que se enamore de mí?Don Ustez.- Por ejemplo, veo que le gusta mucho jugar al tute, Señor Marinín. Señor Marinín.- ¡Me encanta sobre todo el arrastrado!Don Ustez.- ¿Es por eso por lo que siempre anda tirado por los suelos?Señor Marinín.- Eso y la bebida. Soy un total arrastrado por culpa del arroyo...Dos Ustez.- ¡Menos rollo menos rollo repollo que le gusta mucho el bollo!Señor Marinín.- Es que no puedo disimularlo... Don Ustez.- Y lo de calavera, Mario... ¿cuándo se le ocurrió serlo?Señor Marinín.- Snif... snif... snif...Don Ustez.- ¡No me llore no me llore no me llore así! Le repito que le pida explicaciones a Delibes.Señor Marinín.- Delibes está muerto. Don Ustez.- Pero... ¿no es también un muerto, Señor Marinín? Por cierto su calavera parece la de Rasputín pero sin pelos. Señor Marinín.- ¿Ha dicho Putín, Don Ustez?Don Ustez.- ¡Caliente caliente, señor Mario metido a marinín, pero he dicho Rasputín en lugar de Putín! Al parecer todos los pro rusos son unos ilusos.Señor Marinín.- Es que llevo una vida muy mala...Don Ustez.- No lo jure que es peor. Se le nota en la cara. Señor Marinín.- ¿Qué le pasa a mi cara?Don Ustez.- ¡Vaya espanto, Mario, vaya espanto! ¡Debe ser un pecado haber nacido con esa calavera!Señor Marinín.- ¿De verdad tengo cara de espanto?Don Ustez.- Yo diría que es, Señor Marinín, un espantajo completo y no sólo por esa cara de calavera que tiene sino por el resto de su fantasmal presencia. ¡Dios mío qué pandero! ¡No he visto jamás un trasero tan abundante!Señor Marinín.- Es que lo uso bastante... Don Ustez.- ¡Jamás vi un pandero tan elocuente!Señor Marinín.- Es que de elocuencia sé bastante.Don Ustez.- No me diga más. Bastante parco. Tan parco que parece un parquedero...Señor Marinín.- ¿Mi trasero es un parquedadero?Don Ustez.- Eso es. Un parqueadero del Ministerio de Obras Públicas aunque de obras públicas no entienda sino algo de Hartzenbuch porque... ¡vaya buche, Señor Marinín, vaya buche! ¡Cómo se nota que traga!Señor Marinín.- ¿Me está usted llamando tragabuches?Don Ustez.- Le estoy haciendo saber lo que ya sabe y lo que no sabe todavía. Señor Marinín.- Ahora resulta que es usted un maestro...Don Ustez.- Cuando me encuentro a un discípulo tan analfabético me siento como Pablo ante los efesios. ¡Dios mío que adefesio! Espero que no todos los seguidores del Betis sean tan analfas. Señor Marinín.- Es que estoy rayado, Don Ustez.Don Ustez.- Ya lo veo. Por un lado se raya hasta poner la vista en blanco y por otro lado se raya hasta convertirse en viejo verde. Repito que espero que no todos los béticos sean tan rayados.Señor Marinín.- Pero resulta quen, aunque soy un rayado, yo soy fan del Sevilla.Don Ustez.- Y quien se fue a Sevilla perdió su silla. Señor Marinín.- Snif... snif... snif...Don Ustez.- ¡No me llore no me llore no me llore así!Señor Marinín.- Es que no puedo convertirme...Don Ustez.- Puede convertirse o no puede convertirse pero la verdad que sí que lo siento porque yo, al menos, lo intento.Señor Marinín.- Si empezamos con filosofías podemos eternizarnos...Don Ustez.- Buen tema, Señor Marinín. Si la Eternidad existe, que da la casualidad de que sí existe, no me cabe en la memoria. Señor Marinín.- ¿Y le cabe en la memoria que yo sea como Platón?Don Ustez.- Sin duda alguna. Platón es un montón. Caracoles.Señor Marinín.- ¿Cómo sabe que me gustan los caracoles?Dos Ustez.- Porque le encantan todos los bichos con cuernos. Señor Marinín.- Snif... snif... snif...Don Ustez.- ¡No me llore no me llore no me llore así!Señor Marinín.- ¿Lo dice por mi barriga?Don Ustez.- Lo dicho dicho está y lo que se ve no se oculta... así que saque sus propias conclusiones y no pierda las ilusiones.Señor Marinín.- ¿De qué Escuela es usted?Don Ustez.- Como su nombre bien indica, soy de la Escuela de Mario Cabré y no se me cabree más veces, Mario.Señor Marinín.- ¿Alguna especialidad?Don Ustez.- De la Espe.Señor Marinín.- ¿De la Espe? ¿Qué es la Espe?Don Ustez.- Según la Cartografía de la cual no tiene ni idea, Señor Marinín, Espe es Especialidad de Espeleología y tengo la esperanza de no tener que esperar. ¿Va entendiendo mi rollo, Señor Marinin? También hago prácticas en la Escuela de los Observadores Meteorológicos porque hay que reconocer que existen algunas barrigas que no son propias de esta Tierra. Señor Marinín.- ¡Me está poniendo nervioso y cabreado!Don Ustez.- Le repito que si es usted Mario no se cabree y sea tan templado como Mario Cabré y valga la redundancia y la abundancia y la ambulancia. Yo, sin embargo, no me cabreo porque soy de los de la calma chicha pero... ¡cuánta chicha tiene, Señor Marinín!... tiene tanta chicha que parece un chicharrón completo. Señor Marinín.- ¿Otra vez con mi barriga?Don Ustez.- Tiene tanta barriga, Señor Marinín, que para entrar en un ascensor tienen que empujarle a fuerza de caballos de vapor. ¿O no es cierto, Mario?Señor Marinín.- A veces... a veces...Don Ustez.- Supongo que cuando visita a las visitadoras...Señor Marinín.- ¡No me hable de Pantaleón, Don Ustez! ¡No me hable de Pantaleón!Don Ustez.- Lo siento Mario, pero viendo sus pantalones no me queda más remedio que hacerlo. Señor Marinín.- ¿Que les pasa a mis pantalones?Don Ustez.- Que tienen más lamparones que una fábrica de arañas. Señor Marinín.- Pues sepa usted, Don Ustez, que soy capaz de arañar. Don Ustez.- Se le nota... se le nota bastante... parece la Araña Negra en persona...Señor Marinín.- Bueno... yo de portero... la verdad es que no...Don Ustez.- La verdad es que no. Quizás de partero sí pero de portero no. Señor Marinín.- ¿Me ve usted bien de partero?Don Ustez.- Desde luego, Señor Marinín. Porque se las traga dobladas.Señor Marinín.- Reconozco que no nací para portero pero como partero...Don Ustez.- Como partero puede llegar a lo máximo incluso bonificando.Señor Marinín.- Snif... snif... snif...Don Ustez.- ¡No me llore no me llore no me llore así! Señor Marinín.- Debí haberlo pensado antes...Don Ustez.- Antes de beber tanto...Señor Marinín.- Es que es mi defecto preferido...Don Ustez.- Pues yo diría que, más bien, es su virtud más visible.Señor Marinín.- ¿Puedo hacerle una pregunta curiosa, Don Ustez?Don Ustez.- Los borrachos siempre hacen preguntas curiosas.Señor Marinín.- Esta es de verdad curiosa. Don Ustez.- Dígamela, Mario, con tanta confianza como si fuera Sancho Panza.Señor Marinín.- ¡Que me estoy cabreando ya demasiado!Don Ustez.- ¿Por lo de la panza se cabrea usted tanto? No me sea cazurro que eso es propio de burro. Señor Marinín.- Snif... snif... snif...Don Ustez.- Vamos a ver... ¿qué pregunta es esa?Señor Marinín.- ¿Cree usted que yo podría haber sido un gran portero?Don Ustez.- Para batir el récord mundial de ser el más goleado desde luego que sí. Si en cada partido le meten siete goles en la primera parte y otros siete en la segunda obtenemos un resultado total de catorce goles por partido y si eso lo multiplica, por ejemplo, por cincuenta, resulta que en una sola temporada cosecha usted un total de setecientos goles al año, lo cual es digno de récord mundial.Señor Marinín.- Snif... snif... snif...Don Ustez.- ¡No me llore no me llore no me llore así! ¿No ve que es mejor ser el máximo goleado que el mínimo goleador? Porque de goleador es totamente nulo también, Mario. De portero no le veo ningún futuro pero de delantero ni me lo puedo imaginar. Con razón vive usted en el Tercero B con B de Burro. Señor Marinín.- Con usted no se puede hablar de la cosa pública. Don Ustez.- Sin embargo usted es demasiado publicano cobrando intereses a los demás. ¿O no come y bebe a costa de ellos con el máximo de bonificación? Además, con sus tacos es el más conocido y reconocido de toda la barriada. ¿No es todo eso un éxito extraordinario aunque sea tan ordinario, Señor Marinín? Señor Marinín.- Lo que pasa es que yo no tengo pelos en la lengua...Don Ustez.- Será porque le sobran en la cabeza y ya tiene cubierto el cupo. Tiene usted tanta abundancia de pelo en la cabeza que parece una col de bruselas en sentido macroeconómico. ¿Se puede saber como ha crecido tanto?Señor Marinín.- ¿Mi pelo?Don Ustez.- No. Su macroeconomía.  Señor Marinín.- Me da vergüenza reconocerlo pero ha sido gracias al máximo de las bonificaciones. Don Ustez.- ¿Además de publicano es usted republicano?Señor Marinín.- ¡No me hable de la República, Don Ustez, no me hable de la República que no respondo!Don Ustez.- Ya sé que se hace el sordo cuando quiere pero no le hablo de la República sino de que es usted republicano... o sea... dos veces más publicano que un publicano simple... porque es que le encanta eso de hacer presupuestos con los intereses compuestos. ¿Verdadero o falso? Señor Marinín.- Snif... snif... snif...Don Ustez.- ¡No me llore no me llore no me llore así! Si quiere llorar hágalo como los hombres; o sea, de verdad de la buena.  Señor Marinín.- ¡Está bien! ¡Reconozco que no sirvo como portero ni como goleador! ¿Para qué sirvo yo?Don Ustez.- Podría servir, por ejemplo, como glosista emilianense como ocurre con el vecino del Quinto D. Señor Marinín.- ¿El vecino del Quinto D dice usted, Don Ustez?Don Ustez.- Sí. Algo así como un copista porque copia usted más que una copiadora ultraligera. Señor Marinín.- Pues no caigo...Don Ustez.- Pues se le ha visto caer muchas veces porque vaya que le gustan los riojas... ¿prefiere más el rojo o es usted más de los blancos?Señor Marinín.- ¡De los blancos! ¡De los blancos, Don Ustez!Don Ustez.- Pues yo le veo algo así como al Pitufo Mayor, Mario. Señor Marinín.- ¿Azul?Don Ustez.- Eso es. Más azul que el Danubio de Johan Strauss hijo. Señor Marinín.- Esto es demasiado tirante...Don Ustez.- Lleva razón. Demasiado tirante le veo. ¿Quién le ha engañado con esos tirantes? ¿Alguna fragona?Señor Marinín.- ¿Quiere usted decir alguna fregona?Don Ustez.- No. He dicho alguna fragona; o sea, alguna "manolita" que quizás conozca por esos mundos del ruedo político y social, Señor Marinín.Señor Marinín.- ¡Me voy a cabrear de verdad!Don Ustez.- Está usted muy tirante, Señor Marinín. Amigo Mario... ¿no podría dejar de ser tan tirante?Señor Marinín.- ¡Calle, calle por favor, Don Ustez! ¡¡Que no se entere mi esposa!!Don Ustez.- ¿Es que su esposa no lo sabe?Señor Marinín.- Todavía no...Don Ustez.- Pues ya es raro, porque a mí me lo ha contado Pirulo. Señor Marinín.- ¿El peluquero?Don Ustez.- Exacto. Ahí está el problema. El que le corta a navaja. No me extraña nada que lleve el coco más cortado y recortado que un salmonete. Señor Marinín.- ¿Ya empezamos otra vez con la misma salmodia?Don Ustez.- Eso eso chocolates Hueso. Como goleador es tan inútil que siempre se limita a esperar la caída de los hijos chumbos. Señor Marinín.- ¿No habrá querido usted decir los higos chumbos?Don Ustez.- Eso eso chocolates Hueso. No sé en qué estaría yo pensando. Señor Marinín.- ¿Quién le ha dicho a usted que yo sueño con ser goleador?Don Ustez.- Una de sus víctimas. Señor Marinín.- Será que lo ha soñado. Don Ustez.- No creo que la Remedios sueñe sabiendo lo realista que es.Señor Marinín.- Es que lo mío no tiene Remedios.Don Ustez.- ¡Eso sí que es una novedad, Mario! O sea que...Señor Marinín.- ¡Calle, calle usted, Don Ustez! ¡¡Que no se entere mi esposa!!Don Ustez.- Yo no digo nada, pero se veía venir...Señor Marinín.- ¿Se me ha visto? ¿Quién me ha visto?Don Ustez.- El problema no es saber quién le ha visto sino quiénes le han visto. En plural, Mario, en plural. Pirulo siempre habla en plural. Suponga que ya lo sabe todo el mundo por lo menos. Señor Marinín.- Cuénteme otra historia, Don Ustez. Don Ustez.- ¡Yo no te pido que me alcances una estrella azul!Señor Marinín.- ¿Otra vez con lo azul?Don Ustez.- Es que se le nota mucho, Mario. ¡Es más azul que un perro verde!Señor Marinín.- No lo entiendo pero es lógico.Don Ustez.- Pero sobre todo es verdadero. Señor Marinín.- Entonces... ¿soy lo que se dice un tiburón azul?Don Ustez.- En cuanto al color sí pero en cuanto a la edad... en cuanto a la edad es muy verde, Señor Marinín...Señor Marinín.- ¿Se me nota mucho?Don Ustez.- Se le nota muchísimo. Señor Marinín.- ¿Me recomienda un tinte para no ser tan azul?Don Ustez.- Le recomiento algo que hasta sabe mi amigo Emilio. Anote en su memoria: Tinte Verde para que parezca usted todo un Escudero algo Machín. ¡Vaya Panza!Señor Marinín.- ¡Estoy perdido!Don Ustez.- Si no fuese tan merengue y se fijase más en los colchoneros sabría mucho más de lo que sabe que ya es decir.Señor Marinín.- Entonces... ¿parezco un cocodrilo? Don Ustez.- Lo parece desde el morro a las patas. Señor Marinín.- ¿Me recomienda alguna pastilla para disimularlo?Don Ustez.- Le recomiendo pastillas Koki para ver si se le arregla el coco. Señor Marinín.- ¿Qué le sucede a mi coco?Don Ustez.- Que eso... que en vez de coco parece cocodrilo... porque piensa poco y mal y llora poco y peor. Señor Marinín.- ¿No le da miedo decirle eso a un cocodrilo como yo?Don Ustez.- Se lo voy a decir cantando para que lo recuerde mejor. ¡Se va el caimán se va el caimán se va para Barranquilla! ¿Sigo?Señor Marinín.- Si osa...Don Ustez.- No se confunda, Mario, no se confunda. Es oso. ¡Mueve la colita como una señorita! ¿Sigo?Señor Marinín.- ¡¡Es que no le aguanto, Don Ustez!!Don Ustez.- Pues ahora aguante los caballos porque me parece que se han desbocado.Señor Marinín.- ¿De qué caballos me está usted hablando?Don Ustez.- De "Chacal" o, mejor dicho de "Cerros Verdes", y por favor no se me vaya por los cerros de Ubeda ahora que estamos a la par. Digamos que la carrera ha cambiado de emociones y ahora son "Boniparte" Y "Maximino" los que están mejor colocados. Ya sé que usted apuesta siempre por "Chacal" pero yo siempre confío en la victoria final de "Cerros Verdes". Señor Marinín.- ¿Otra vez con filosofías existenciales?Don Ustez.- Tal como la vida misma, Señor Marinín. Ya sabe que la vida es una carrera. Señor Marinín.- Snif... snif... snif...Don Ustez.- ¡No me llore no me llore no me llore así! ¿Sabe cuándo es el Día de la Madre?Señor Marinín.- ¡Qué desventura, Don Ustez, qué desventura más amarga eso del Día de la Madre!Don Ustez.- Para desventura la que se avecina cuando llegue el día. Señor Marinín.- ¿Y qué solución me queda?Don Ustez.- Por ejemplo podría dejar de montar tanto...Señor Marinín.- Que deje de montar tanto...Don Ustez.- Eso he dicho. Y no me refiero a las motos.Señor Marinín.- Le ruego, Don Ustez, que no levante mucho la voz no sea que se entere mi señora esposa. Don Ustez.- ¿Otra vez su esposa? ¿Por qué siente tanto miedo? ¿Se refiere usted a la oficial o a la no oficial?Señor Marinín.- Estoy más liado que un paquete postal.Don Ustez.- Como se me está acabando el tabaco digamos que la oficial porque la no oficial... o la no oficial porque la oficial...Señor Marinín.- Si pudiera ser...Don Ustez.- Pues ya ve que no es lo mismo poder ser que serlo...Señor Marinín.- ¡Estoy perdido! ¡Estoy totalmente perdido!Don Ustez.- Es que para ser capitán, amigo Mario, es necesario tener estrella...Señor Marinín.- ¿Estrella? ¿También hay que pensar en Estrella?Don Ustez.- No se me pierda tanto, Señor Marinín, en las brumas del pasado...Señor Marinín.- De acuerdo. ¿Cómo resuelvo ahora todo esto?Don Ustez.- Abreviando. Señor Marinín.- ¿Me está pìdiendo que abreve?Don Ustez.- Como es tan burro no sería mala cosa que abrevara de la fuente pero no me refiero a eso sino a que vaya cortando el rollo que se acaba la película y hay que darle un buen final. Señor Marinín.- ¿Qué rollo? ¿Qué película?Don ustez.- Todos los días de mi vida. Me estoy refiriendo a todos los días de mi vida. A ver si se despierta ya de una vez y se da cuenta...Señor Marinín.- ¿Mi señora esposa? Don Ustez.- No. Su querida envidia. Señor Marinín.- Tengo una querida que no se la envidio a nadie. Don Ustez.- Ya sabía yo que en esto de los gustos está usted más desquiciado que Cerón. Señor Marinín.- ¿Quién es Cerón?Don Ustez.- Digamos que un antiguo Ministro de los cambalaches franquistas que tanto le gustan, Señor Marinín. Señor Marinín.- ¡Cerón! ¡Cuánto echo en falta a Cerón!Don Ustez.- Eso es. Desde que Cerón ya no está es su persona solamente un cerón a la izquierda mas grande que la Casa Grande que ya es decir. Señor Marinín.- Snif... snif... snif...Don Ustez.- ¡No me llore no me llore no me llore así! Señor Marinín.- ¡No me gusta tanto pitorreo sobre mi persona!Don Ustez.- Pues yo tengo entendido que le gusta mucho la chistorra. Señor Marinín.- ¡Chorra, chorra y chorra!Don Ustez.- De la cuenca... seguro que de la cuenca segura...Señor Marinín.- Se equivoca Don Ustez. No soy de la cuenca segura. Don Ustez.- Pero estoy seguro que es de la cuenca de la hoz...Señor Marinín.- ¡Ahí me ha dado usted en todo el bebes! Estoy más perdido que la Batalla de Trafalgar. Don Ustez.- ¡Vaya disgusto, Mario! Señor Marinín... ¿usted es manco?Señor Marinín.- ¿Cómo lo ha adivinado?Don Ustez.- Porque es usted tan anciano que parece salido...Señor Marinín.- ¿Yo parezco salido?Don Ustez.- Sí. Salido de la Batalla de Lepanto. ¡Vaya canalla y espanto!Señor Marinín.- ¡Ahora resulta que también es usted poeta, Don Ustez!Don Ustez.- Baje la voz que viene la hoz. Señor Marinín.- ¡Basta ya de pitorreo!Don Ustez.- Soy cualquier personaje menos un pitufo... Pitufo Mayor...Señor Marinín.- De acuerdo. Me rindo. No puedo con usted, Don Ustez. Don Ustez.- Ya lo veo. Ni sabe de Poesía ni acierta en la Lotería. Señor Marinín.- ¿Habla usted de algún lote?Don Ustez.- Digamos que sí. Digamos que hablo del lote de un bote. ¡Bote, bote, bote, facha el que no bote! ¿Recuerda ya quién es su persona, Mario? Señor Marinín.- No me diga que usted...Don Ustez.- No lo digo. Lo confirmo. ¿Le he dado algún disgusto, Señor Marinín?Señor Marinín.- ¡Mis sales! ¡Necesito el frasco de mis sales! ¡Ay! ¡Que me da, que me da! Don Ustez.- Por supuesto que le va a dar. Señor Marinín.- O sea, que no me salvo...Don Ustez.- Está totalmente perdido del todo. Señor Marinín.- ¿Más de lo que yo quisiera?Don Ustez.- Reciba usted mis saludos y mi despedida al mismo tiempo. Señor Marinín.- ¡Qué Cruz! ¡Qué Cruz! ¡Qué Cruz!Don Ustez. Con tantas cruces parece usted el resultado quinielístico del Levante-Las Palmas.Señor Marinín.- ¿Es que me está usted deteniendo, Don Ustez?Don Ustez.- Es que le estoy desatendiendo, Señor Marinín, porque está más atascado que las cañerías de una biblioteca municipal en horas de estudio y concentración. Señor Marinín.- ¿Me ve usted concentrado?Don Ustez.- Mas concentrado que una pastilla de sopicaldo de gallina blanca avecrem.Señor Marinín.- ¡Me rindo, me rindo y me rindo!Don Ustez.- Y yo que creía que era mucho más resistente... ¡Se siente, se siente, el mundo está presente!Señor Marinín.- ¡Que no se entere mi señora esposa!Don Ustez.- Que no se entere... ¡pero ya se ha enterado!. FIN        
Tiempo: buena manera de expresar lo que podemos sentir y buena manera de sentir lo que podemos expresar.
Charles Péguy dejó para la posterioridad una frase que dice así: "El que no dice la verdad se hace cómplice de los mentirosos". Y Cicerón dijo "La verdad se corrompe tanto con la mentrra como con el silencio". La verdad y la mentira son los dos polos opuestos entre los que nos movemos los seres humanos. ¿En toda verdad hay siempre algo de mentira? Podríamos decir lo contrario, que en toda mentira hay siempre algo de verdad. El asunto prioritario es saber a qué damos mayor prioridad, a los que sólo dicen mentiras o a los que sólo dicen verdades. Si tenemos en cuenta que todo lo relativo termina por ser un absoluto, sólo depende de nuestra propia personalidad ser creíbles o no ser creíbles. Esa es la eterna disyuntiva de quienes nos dedicamos a la comunicación. Entre lo social de las mentiras y lo personal de las verdades existe todo un territorio comunicacional que limita, por un lado, con lo que podemos creer y, por el otro lado, con lo que no debemos creer. Entre poder creer y no deber creer hay siempre un espacio infinito para la imaginación. Sobre la imaginación, en este mundo de las verdades y las mentiras, se han dicho muchas frases que han quedado fijadas en la historia del pensamiento humano. Entre ellas, por ejemplo, las siguientes: La imaginación es el lápiz con que el niño pinta sus mejores aventuras. No dejes de probar tus ideas, pueden ser las mejores para ti. La imaginación es más rica que el lenguaje... porque sugiere con las palabras. La creatividad amplía todos los límites. Imagina la felicidad y sencillamente ésta llega a tí. Imagina una sonrisa y ésta te hará reir. Con ella te emocionas, suspiras y hasta te irritas, es mágica invencible y oportuna, es simplemente: la imaginación. Imaginar es vivir un poco más felices. La imaginación lleva a la abstracción, la abstracción, a la creatividad, la creatividad al arte y el arte a la imaginación. La imaginación es la herramienta más eficaz y maravillosa, sólo para aquellos que la utilizan. El poder de la mente no cabe en el universo. La imaginación es la heroína de la pura y dura realidad. La imaginación es una de las partes más importantes de nuestra vida, sin ella no somos nada. Imaginar es resolver un problema en un mundo donde la ilusión es la solución. Nuestra imaginación es grande, ya que con ella podemos hacer lo que queramos. La imaginación es más importante que el conocimiento. La imaginación es la pizarra en la que escribimos los ideales que la goma de la vida intenta, a toda costa, borrar. Dar rienda suelta a la imaginación es maravilloso, intentar encontrarle una lógica es hundirse en la locura. La imaginación es como el buen whisky, cuando más te hace falta te evade de la realidad. Imaginación es otra forma de vivir experiencias, con la ventaja de poder corregir los errores cometidos. La imaginación nos hace dueños de nuestra vida. Los sueños son la meta y la imaginación el transporte... la realidad, el punto de partida. El pensar es el portal hacia el espacio, el imaginar es el portal del infinito. Imagina y vencerás. Donde esté un bonito sueño que se quite la cruda realidad. La imaginación es, sobre todo, orgullosa, nunca se dejará pisotear por la realidad. La imaginación imagina de noche aquello que no se haya de día. La suprema facultad del hombre no es la razón sino la imaginación. La imaginación no lo es todo, sino que el todo forma parte de la imaginación. Las ideas son capitales que sólo ganan intereses entre las manos del talento. La imaginación es la prueba de la existencia del hombre y su evolución.  En el sentido de valorar a la imaginación en su verdadera y justa medida, un día dejé yo mismo escrito:  Contádme allí... entre los que sueñan con todas las esperanzas conquistadas al amanecer y entre los que se hunden en lo profundo del sueño de los inventores de cuentos -cuentistas alegóricos de la realidad- de la imaginación; esos pequeños e inocentes juegos/jugos de palabras que se hilvanan/enhebran y entretejen... para producir verdades irrebatibles en forma de creaciones y creatividades increíbles: hábiles e incesantes/increibles/incansables curiosidades que detallan/denominan todo lo que nos rodea en forma de sentires y sentimientos metafóricos, transformaciones alambiqueadas de las evidencias e inquietudes divertidas u otras ilusiones/alusiones de la vida... lejos... muy lejos de la fría tecnología. Contádme entre los que, de la nada/nadie, hacen surgir hadas y gnomos, duendes y, sobre todo ello, mariposas encantadas que nos guían y transportan a un mundo mucho más humano. Contádme allí... donde están los que nacieron con alas/olas para desbocar las palabras y convertirlas en pasiones/mansiones pronunciadas con letras vivas escritas/grabadas en la atmósfera de un bar, de una cantina, de un restaurante humilde, de un zaguán... repartidas siempre con amor por entre las estrechas e internas entrelíneas de una hoja en blanco que se transforma en compañera y amiga a través del simpático momento de lo intrascendente/ascendente... quizás bajo el olor de un chocolate caliente, el sabor de un café con leche, el humo de un cigarrillo popular/singular o el aroma de los avellanos. Desde ese mismo momento/encuentro contádme... pues no hay nada más fácil que crear una sencilla/sentida oración viva cuando las sílabas silentes y calientes salen del corazón y se hacen sonoridad y sinceridad sin mancilla; como, por ejemplo: "Padre, hoy tengo más vida y más presencia que siempre gracias a Ti". Contádme allí... entre los protagonistas de la inspiración/aspiración relatada en hondos guiones de teatro humano o en profundos libretos de cine dinámico y vivencialmente visionario. Y entre los que, investigando libre/libérrimo a través de todo lo intuído/oído/visto/presenciado son capaces de sentirlo y con todo ello crear escenas tan llenas de vida que se transforman en alguna grata Greta o en alguna dama azul abierta a cualquier significación final o en un señor del barrio fumando un "chester" color canela mientras el tonto del arrabal juega con los gorriones y en el loco umbral de la umbría yo me hago un poco mayor para irme por los caminos del tren... hasta introducirme en lo profundo del mar y convertirla en estatua/estatura de cristal a toda mi fantasía y es que Pinocho cuenta mentiras a Pocahontas que ésta crea/recrea porque son las verdaderas manifestaciones del amor... Contádme entre los que se llaman a sí mismo jugadores de los calendarios/candeleros conmemorativos de todos los siglos vividos y por vivir, posando/reposando sus locos versos/besos en las locas rimas/ramas de los locos almendros/rododendros. Contádme, en esta loca y triple tripartita cuestión de la tríada trinitaria, entre los que escriben millones/billones de puntos suspensivos al alba... mientras Don Quijote y Sancho Panza sueñan/resueñan con el infinito de todo lo soñado... Últimamente nos están calibrando y midiendo, por culpa de las ideologías políticas, con tantas mentiras que ya no sabemos si la pregunta es dónde está la verdad y dónde comienza la no verdad. Lo verdadero siempre es una inocencia dentro de este mundo de los malos hábitos. En resumen, hay dos cosas imprescindibles para llegar a ser verdaderos: ser capaces de ser creíbles y ser capaces de ser increíbles. No es la misma cosa pero para hacer una unidad con ambas debemos conocer/reconocer a los que dicen verdades y a los que sólo cuentan mentiras. Si en el conjunto social supiésemos deslindar estas dos cuestiones y delimitarlas con exactitud, estaríamos hablando de otro mundo mucho mejor que el que estamos teniendo que soportar de manera obligatoria y en contra de nuestros sueños. Tendríamos un mundo mejor que sólo es posible cuando las mentiras únicamente sean un recuerdo del pasado.  Tenemos la obligación humana de volver a partir de cero para poder construír esa utopía que todos y todas estamos buscando. Si conseguimos separar el mundo de los verdadero de las falacias mentirosas de las ideologías, habremos dado un paso enorme hacia la Liberación Cristiana y digo Liberación Cristiana porque es la única salida que existe para vivir en un mundo mejor, en un nuevo mundo, en un mundo donde todos tengamos dignidad. En este sentido, sería deseable tomar la solución de hacer que la Economía se libere definitivamente de la Política y las demás ideologías sociales y religiosas. Separar a la Economía de estas pesadas cargas ideológicas con que nos han estado dañando continuamente quienes han tenido los podres fácticos para no dejarnos vivir tal como soñamos vivir. Si se logra alcanzar esa utopía seremos, por fin, liberados. 
 Imaginación es a Sabiduría como Verdad es a Inteligencia.            
Eres sentimiento cuando eres expresión. 
!Bonjour, Madame!. Comment êtes-elle ?. Réveillez à la vie parce que la vie l'attend. Prenez du rôle et de la plume. Dessinez une ligne précise et projetez son futur vers le coeur intime de ses idées. Libérese de l'homme machiste et cherche à l'homme que la maîtresse vraiment. Il est près de vous. Tellement près de vous que ce es celui qui le donne des fleurs fraîches en faisant jour. Il fait jour. Donnez lumière à ses yeux et ait libérese de Don Juan et du Mejías. Cherchez au poète rêveur qu'il l'aime dans le silence et casse ce silence avec un " ; toi am" ; définitif. Que le machiste reste, pour toujours, dans le manque de mémoire. Supermán n'existe pas. Je suis seulement un homme nage plus. Un homme qui rêve dans la plage avec la guitare. Un journaliste et un auteur de poèmes pour la Fantaisie. Au bout du compte, comme vous avez pu vérifier en Motril, je ne sais pas ni tellement au moins danser ou. Neuf du matin dans mon "Timberland". Autre fois ma mémoire recule à nouveau dans le temps et rappelle aux chavalas belles comme Mayte, Beatriz, Matilde, le voisin Patin, Amours, la Lozano lozana et toutes ces anonymes qu'ils ont laissé leurs petits coeurs enregistrés avec le mien dans le bois de la table de mon pupitre, y compris à la Mademoiselle Dore et à la Mademoiselle de Mécanographie Méthode Aveugle. Il n'est pas aveugle, Madame, et déjeme continuer à rêver dans la plage...
 El humor es la inteligencia de los necesitados.  
En el Diccionario Vorémico Dieseliano se llama milindrique a todo aquel hombre que, carente de personalidad firme, se doblega a través de los melindres (Nota: melindre se define como delicadeza afectada y excesiva en palabras, acciones y ademanes). También se les conoce como pelotillas. 
La confianza consiste en superar nuestras propias ideas. 
  "La Cazadora" es siempre implacable, pero sobre todo impecable, en su forma de trabajar limpia, serena, natural, rotunda y contundente; con su cuerpo escultural, su mirada atrapadora y ese estilo siempre inconfundible que la hace ser como una verdadera diosa. Todas sus presas caen al primer disparo de su sonrisa. Enredados en sus propios e innobles deseos concupiscentes son prisioneros de su afán desmesurado por poseerla cueste lo que cueste aunque haya que traicionar a quien sea. Y eso "La Cazadora" no lo perdona. Cambiando de lugares estratégicos de la gran ciudad como por arte de magia, es su magia encantadora la que la convierte en vengadora del Destino.  - ¡Bonita cazadora, preciosa! ¿Dónde la has comprado?- Es un regalo de mi mejor cliente, caballero... Es entonces cuando la víctima comienza a emocionarse y ella lo siente rápidamente.  - ¿Tu mejor cliente? ¿A qué te dedicas, preciosa? Lo de preciosa lo ha oído tantas veces que no le afecta para nada; aunque hace como si le entusiasmara escucharlo y, con total rapidez, dispara todo su encanto femenino.  - Soy representante... - ¿De alguna productora cinematográfica tal vez?- Algo parecido pero mucho más emocionante. Cuando la conversación llega hasta este punto, el victimario ya está entregado a ella sin salvación alguna.  - ¿Como cuánto de emocionante, encanto de mujer?- De una compañía... - ¿Una buena compañía?- Una excelente compañía... Ahora ella siempre deja la frase sin terminar para que la imaginación de sus presas vuele más allá de lo que ellos pueden controlar. - Con mis debidos respetos, chavalilla... ¿qué clase de compañía?- Usted qué cree... - Supongo que de primera categoría. - De primera categoría preferente, caballero.  El caballero en cuestión ya está envuelto del todo en la red que ella le ha tendido de manera tan natural que no hay ninguna posibilidad de escape.  - ¿Puedes sacarme de dudas, preciosa?- Si usted se empeña... El doble lenguaje de "La Cazadora" siempre surte el efecto que ella desea.  - ¡Yo po tí me empeño hasta la bancarrota si es necesario!- ¿Usted lo cree necesario de verdad?  El donjuan, castigador de mujeres por excelencia, se siente ufano y dicharachero.  - Como dijo Enrique IV de Francia, París bien vale una misa. - ¿Y cuántas misas cree que valgo yo? - ¡Mil misas del gallo a lo Amado de Assís! Los que se las dan de tener mucha cultura son sus preferencias porque es en el terreno donde mejor se desenvuelve "La Cazadora". - ¿No cree usted que son demasiadas misas para un sólo amado?- Me he quedado corto ante una divinidad como tú. ¿Eres representante del Olimpo? Ella ya sabe que no se le va a escapar. - Represento a una compañía de cazadoras.- ¿De cazadoras calientes?- Totalmente calientes por dentro...- ¿Qué clase de compañía es esa?- ¿No se lo imagina usted? Esto es lo que más enerva a los donjuanes castigadores de chavalillas indefensas que comienzan a desbocarse sin final.  - Te imagino cazando como una diosa. - Por ahí van los tiros, caballero... - ¿Una armería tal vez?- Mucho mejor que una armería.. - ¿Mejor que una armería completa, chavalilla?- Muchísimo mejor aunque le parezca increíble... - Me encanta lo increíble, bombón. - Digamos entonces que es una compañía de safaris completos. A pesar de que me vea tan dulce suelo ser despiadada cuando las pieza se me pone a tiro. - ¿Y qué hay que hacer para ser una pieza ante tanta belleza junta?- Dos mil. - ¿Dos mil dólares?- Dos mil euros es mucho más exacto. No soy de Wichita.  Pronuncia "bichita" con tanta gracia que esto es lo que la hace encantadora ante los que se atreven a acercarse a pocos centímetros de distancia. Esto y la tierna sonrisa con la que acompaña su dulce manera de hablar. Y entonces es cuando caen como frutos maduros.  - ¡Puedo decirle a mi esposa que se tome unas cortas vacaciones!- Pues no se corte usted tanto con las vacaciones. Dígale a su querida esposa que se tome unas vacaciones más bien largas.  El atrevimiento de "La Cazadora" la hace más bella todavía ante los ojos de los "mirlos blancos".  - ¿Puede ser cierta tanta felicidad?- La insistencia no puede convertir una mentira en verdad... - Pero es que es necesario mentirla.- No lo digo yo. Lo dijo Franklin Delaney Roosevelt... - ¿Sabes más frases ingeniosas?- Tengo una buena colección de ellas... - ¡Regálame los oídos, por favor, diosa mía!- Por ejemplo, Plutarco ya avisó que las arañas atrapan a las moscas pero dejan huir a las avispas. - ¿Además de ser todo un bombón tienes también carrera universitaria?- Lo siento. No puedo ser completa. Sé que es un defecto.  El morbo añadido, que ella maneja con excelente soltura y naturalidad, hace perder del todo la cabeza de sus víctimas.  - ¡Al contrario! ¡Es mejor con una chavalilla universitaria!  - Un compañero de aventuras me enseñó que el conocimiento de las cosas es el camino exacto para saber cómo son las cosas y que, precisamente por eso, cuando miramos al mundo con los ojos internos de la introspección es cuando la persona se encuentra más cerca de alcanzar la sabiduría.- ¿También universitario?- También universitario. - ¿Y tengo que luchar contra él?- Viva usted el día de hoy y no se preocupe del mañana. - ¿También te lo ha enseñado ese compañero de aventuras universitarias?- Me ha enseñado muchas cosas más pero esa no; esa viene en la Biblia.  El caballero se siente cada vez más atraído por el imán de "La Cazadora".  - ¿Dijiste dos mil euros?- Dije dos mil euros si le parece justo... - No me gustan las chavalillas que rebajan el precio de sus servicios. - Es que no lo estoy rebajando...- ¡De acuerdo! La víctima, ya satisfecho del todo, saca la billetera y deposita, en aquella preciosa mano derecha que ella ha extendido con gracia y elegancia, los dos billetes de mil que "La Cazadora" guarda tranquilamente en su bolso de piel de cocodrilo sin tan siquiera mirarlos y como no dando importancia alguna al asunto.  - Entonces... ¿con quién estoy hablando?. Con el Señor Diputado Don Lucio Luciano Del Sol y Luna. - ¿No le importaría volver a repetirlo un poco más alto?- ¡Con el Señor Diputado Don Lucio Luciano Del Sol y Luna y además soy también banquero!- ¿Y dónde vive usted, señor diputado y además banquero?- En la Calle de los Desamparados, número 13, primer piso y letra A. - ¿Ha dicho usted letra A de Antílope? El juego de palabras, que ella siempre usa con fingida ingenuidad a través de su angelical rostro, es lo que siempre termina por entontecer del todo a sus rivales.  - ¿Cuándo? ¿Cuándo puede ser?- ¿Cuándo puede usted hacer desaparecer de la escena a su querida esposa?- ¡Mañana! ¡Mañana mismo y a las ocho en punto de la noche el campo estará totalmente abierto!- ¡El número ocho es mi preferido señor diputado y además banquero! Excelente. Me encanta la cacería a campo totalmente abierto.  La nueva osadía final de "La Cazadora" hace sucumbir por completo a los que se creen más inteligentes que ella.  - Para ser una universitaria, con lo racionalistas que son todas ellas, tú sin embargo vas muy directa al corazón.- Espero que el suyo no sufra demasiado. - Tengo un corazón muy grande, pequeña. - Cuanto más grande es el corazón de un hombre más me gusta tratar con él. - ¿Entonces?- Entonces espero que sea verdad. - Tengo un corazón muy grande pero es que la vida...- La vida es muy sorprendente... ¿no es cierto?... a veces hay corazones que no se abren para nadie aunque sean muy grandes... ¿verdadero o falso?- Verdadero, verdadero, verdadero...- Entonces nos veremos mañana si Dios quiere.  Ella no ha mentido en ningún momento. "La Cazadora" no necesita mentir. Por eso siempre termina sus contactos con lo de "si Dios quiere", Y eso la hace más apetitosa e interesante.  - ¿Universitaria y cristiana al mismo tiempo?- Universitaria y cristiana al mismo tiempo. - ¡¡Genial!! ¡¡Si eres universitaria y cristiana al mismo tiempo resulta todavía más genial!! - Pues entonces, caballero, si Dios quiere mañana veremos a qué clase de genialidad se está usted refiriendo.  Y ya no hay más. "La Cazadora" se introduce en su Ferrari de color rojo, último modelo, y lanzando un besito al aire en dirección a su víctima, pone el automóvil en funcionamiento.  - ¡¡No me olvides, por favor!!- ¡Espero que usted tampoco me olvide nunca, señor diputado y además banquero! Y el Ferrari se pierde por la Gran Avenida mientras "La Cazadora" busca otro lujoso lugar de la gran ciudad donde repetir la misma escena; hasta que, al terminar con el cupo de los diez diarios, regresa a su domicilio.  - ¡Hola, cariño, ya estoy de vuelta!- ¿Tan pronto, Diana? ¡Cada vez lo haces mejor y más rápido!- No olvides, Joseph, que cada día soy más guapa. - Y más sexy también. - Por eso cada día caen más deprisa. Toma. Aquí tienes los veinte mil euros diarios.  Ella saca el dinero de su bolso, Joseph lo coge y, sin contarlo, deja todos los billetes sobre la mesa porque lo que está deseando es abrazarla. Y la abraza amorosamente.  - Ya no necesitamos más, Diana. - Pero si todavía puedo conseguir mucho más, Joseph... - Hoy ha sido la última vez. No puedo ni debo ser el culpable de que te descubran. No me lo perdonaría jamás. - Perdona, Joseph, pero cada día soy más guapa y más sexy. No tengo ninguna clase de miedo y sé cómo arreglarme adecuadamente para ir cambiando día tras día. No me van a descubrir nunca hasta que crea que ya es suficiente. - Pero es que resulta que  ya tenemos lo suficiente para irnos a vivir a nuestro paraíso natural.  Ella sonríe ligeramente después de que él la besa con profundo amor en la boca.  - ¿Por qué sonríes, Diana?- No es por maldad de ninguna clase... pero me estoy imaginando la cara de panolis que se les pone a tantos lanzados caballeros corteses cuando se encuentran con la petición de divorcio exprés presentado por sus queridas mujeres después de que yo contacto con ellas.- No lo siento en absoluto, Diana, no lo siento en absoluto porque sólo estamos haciendo justicia social. - El mundo cambia de piel continuamente, Joseph, y por eso todos  ganamos... - Menos los que se ponen a tu alcance. - ¿Y ellas? ¿Qué sucede con ellas? ¿No sufren todas ellas? ¡Ha sido una idea genial tuya esta de incorporar una cámara oculta en las solapas de mi cazadora. Todos creen que es el pin identificativo de una compañía de organización de safaris.- Por eso no lo siento en absoluto, Diana. Pero ya todo acabó. - Entonces... ¿nos vamos de verdad a vivir a las Islas Cocos?- Exacto, chavalilla. ¡Nos vamos a vivir los dos juntos a las Islas Cocos gracias a tus encantos naturales! ¡El Cónsul General australiano nos ha otorgado ese privilegio después de que te presenté ante él la semana pasada!- ¿Y no te da miedo ir conmigo donde hay tantos cocos? A Joseph le entra la risa.  - ¡Jajajajaja! Contigo no me dan miedo ni los cocos ni los cocodrilos! Eres más peligrosa para todos ellos que si estuviesen jugando a la ruleta rusa. - Sólo que si juegan conmigo no falla el disparo. - Quien juega contigo pierde la oportunidad... - ¿Qué oportunidad? - La oportunidad de poder contárselo a sus descendientes. - Por cierto, Joseph, es preciosa la cazadora que me regalaste. - Es la moda de los últimos años... pero en las Islas Cocos no la vas a tener que usar... - ¿La puedo llevar como recuerdo?- La puedes llevar no sólo como recuerdo sino, sobre todo, como asunto de conciencia. - Entonces vámonos ya, con la conciencia tranquila, a nuestro paraíso natural Joseph. - ¿Sabes una cosa, Diana? ¡Eres digna de una portada especial en Telva! Tu estilismo te proporciona un toque como de otro mundo.- Sí. Lo sé. Pero mejor lo dejamos para cualquier otra década... - Eso es. De década en década vivimos mucho más y mucho mejor. - ¿Lo dices por los diez pardillos que caen cada día?- ¡Jajajajaja! No son tan pardillos como crees, "Cazadora". No seas tan ingenua. Pero cometen el pecado mortal de que se creen más inteligentes que vosotras. Su vanidad les hace pensar que las mujeres guapas y sexys sois mentalmente inferiores. Y esa es la única verdad que les hace caer en las ratoneras. Al creer que todas vosotras sois inferiores bajan la guardia... y no hay peor cosa que bajar la guardia en pleno combate... - Pues si eso es la única verdad... ¿dónde están los anillos de compromiso?- ¡Creía que no me los ibas a pedir nunca, Diana!- ¿Y que me asalten los cocos en las islas? ¡Nada de eso! ¡Prefiero ir prevenida! Joseph abre el cajón de¡l aparador que hay en el salón y saca la cajita.  - ¡Aquí están! Si crees que vas más protegida con el anillo puesto yo también creo lo mismo en cuanto a mí.  Ella coge la cajita, la abre, y queda admirada por los dos anillos de oro con diamantes que brillan bajo la luz del mediodía. Joseph saca el de ella y se lo coloca en el dedo correspondiente. Después ella le coloca a él el que le corresponde a él. .  - ¿Cuándo es el viaje?- Ya mismo, "Cazadora", ya mismo. Y no te poeocupes por el equipaje porque no llevamos equipaje. Nos vamos limpios del todo ya que todo lo podemos comprar cuando lleguemos allí. - ¿Y qué hago con el Ferrari?-  Tengo algo mejor para ti...- ¿Un caballo salvaje?- ¿Cómo lo has adivinado?- Porque lo he leído en tus ojos. Recuerdo que te conté que soy una enamorada de los caballos y, mirando a tus ojos, me he visto galopando a tu lado por la orilla del mar. - ¿No te preocupas porque sea salvaje?- No. Lo domaré en menos tiempo que empleo para desplumar a un pardillo de esos que se creen gavilanes.  Los dos se quedaron mirándose fijamente. En los grandes y hermosos ojos de ella surgió como una pequeña luz blanca. - ¿Qué te ocurre, "Cazadora"?- Siento un poco de tristeza... - ¿Por dejar esta gran ciudad?- No. Además de eso es que lo siento por la distancia que ellos mismos se han buscado... - ¿La distancia con sus queridas mujeres? ¿De verdad crees que las aman? ¿Si las aman por qué las engañan tantas veces con tantas queridas amantes? Si las amasen de verdad...  ¿por qué se fijan tanto en ti y en chavalillas como tú para intentar poseeros? - Porque son cobardes... - Exacto, "Cazadora". La cobardía es mirar para otro lado como si nada hubiera pasado y, en esta vida, el arte de los engañadores es no reconocer su cobardía hasta que ellas se enteran de toda la verdad.  Diana hundió toda la belleza natural y angelical de su rostro en el pecho de Joseph. - No son como nosotros, Joseph... - Te entiendo, Diana. No son como nosotros... - Espero que algún día sus caras sean más humanas y que salga a relucir toda la verdad para que no sigan usándolas como objetos que, después de ser usados,  arrojan sin piedad alguna al cubo de la basura de los olvidos. - Supongo que lo que te pasa es que tienes compasión, "Cazadora", y esa compasión me la transmites a mí. ¿Te arrepientes de ello?- Nunca jamás. Hay un buen momento para todos. Y para nosotros ha llegado ya el buen momento que nos merecemos. - Si tuviera ahora enfrente a alguno de ellos le diría ¿me ves?. Pues esto es lo que soy. No hay más. Así que no eches la culpa a ella. - Gracias, Joseph. Eres un gran tipo. Un tipo bueno y muy inteligente a la vez. - Un día vi a uno de esos hombres reírse mientras la engañaba. Desde entonces aprendí que la fidelidad es el principio de la felicidad porque ambas palabras empiezan por la efe de la fe. Otro día, por contra, vi a una mujer dándole bofetadas a su engañador durante quince segundos exactos. Fue la otra cara de la misma moneda. - Por eso jamás te seré infiel, Joseph, y tú jamás dejarás de serme fiel a mí. - Lo sé, Diana, lo sé. Yo viví desde la infancia subido al escenario de los adúlteros: pero tampoco te he traicionado nunca y no te traicionaré jamás. Como dice la canción, yo sólo pasaba por allí... - ¿Lo dices por "La mordaza"?- Exacto. Captar la verdad es mucho mejor que cualquier otra experiencia. Sé la historia de un tipo genial que recogió algodón, educó perros y probó con la Ingeniería; pero un día se introdujo en la esfera de la vida. - ¡Jajajajaja! Por eso me interesa seguir siempre a tu lado. - ¿Crees que ese tipo era yo?- No lo dudo ni por un minuto. Digamos que ese tipo eras tú. - De acuerdo, Digamos que ese tipo es como yo. ¿Te parece mejor así?- Sí. Digamos que ese tipo es como tú. Es el tipo de hombres que me atraen. - La verdad siempre se inventa, "Cazadora".- De Antonio Machado.  Se dieron un beso largo, largo, largo...  - ¿Cuándo regresaremos, Joseph?- Cuando todo lo que viva en esta gran ciudad sea para el bienestar de los que ahora sufren. Cuando los ciudadanos y ciudadanas de este lugar no tengan que soportar las mentiras, los engaños y todas las demás ataduras; sino que sean valientes de verdad. Cuando la vida aquí sea de una forma pacífica al servicio del bienestar social que sirva para llenar de luz todos los rincones de los barrios bajos que hemos conocido. Cuando no se cometan tantas mentiras con el falso amor libre bajo las luces de las estrellas. Cuando todos y todas agradezcan de verdad los esfuerzos que personas como nosotros hemos llevado a cabo durante años. - No sé por qué te hago caso pero me gusta cuando sueñas paseando bajo esa Luna a la que tanto cantas. - Entonces apaga y vámonos, como diría mi abuela materna si estuviera aquí entre nosotros. - ¡Jajajajaja! Supongo que eso quier decir... - Que te he amado siempre solamente a ti.  Ella apagó la luz del salón y los dos salieron, cogidos de la mano, a la calle, pasaron de largo junto al Ferrari, subieron en un taxi y se dirigieron hacia el Aeropuerto. Las Islas Cocos les estaban esperando...                            
Acaba de aparecer un libro titulado "Cásate y sé sumisa", escrito por mi colega periodista italiana Costanza Miriano que, después de haber tenido mucho éxito de ventas en Italia, lo publica, ahora, el Arzobispado de Granada. Este libro ha levantado una gran cantidad de protestas entre la mayoría de la población española y ha tenido la virtud de unir, por primera vez, tanto al PP, como al PSOE y a IU, en su rechazo a tal publicación. La primera pregunta que me hago (refiriéndome al título del libro) es ¿qué es la Cultura y para qué sirve la Cultura?. Como los seres humanos somos entidades culturales o culturizables, todos los hombres y todas las mujeres formamos parte del mismo mundo y, en este sentido universalista, la Cultura no debe servir para el subdesarrollo sino que debe servir para todo lo contrario, el desarrollo integral de la pareja matrimonial entre un hombre y una mujer. En este sentido, podemos estar de acuerdo en que el matrimonio como Dios manda (cuando es equitativo e igualitario entre él y ella) viene a ser un sacramento pero jamás un sacrificio. Ambas palabras tienen la misma raíz (sacr) pero insisto en que es un (sacr)amento pero no un (sacr)ificio y, por lo tanto, no es un (sacr)ilegio afirmar tal cosa. De acuerdo en que la Biblia dice "mujer sujétate a tu marido" (y vez que dice sujétate y no sé sumisa ante él) porque inmediatamente después dice: "marido ama siempre a tu esposa". Lo sacro es propio de un hombre y una mujer que se casan como Dios manda pero no debe ser un sacrificio por parte de ella ni un sacrificio por parte de él. En el caso de que un hombre no respete a su esposa o bien porque la ofende psicológicamente, o porque la maltrata físicamente, o porque la engaña con otras mujeres... ¿es lícito que ella siga siendo sumisa y se aguante todo el daño que le hace él? ¿Qué dice la Curia Romana y el Arzobispado de Granada ante esta proposición que tantas veces se ha repetido en la Historia y sigue repitiéndose día tras día?  La Cultura (y lo digo por mi colega italiana Costanza Miriano) no condiciona a que la mujer sea sumisa cuando se le está perjudicando a su dignidad como mujer. La Cultura no debe ser un volver a las épocas del subdesarrollo sino, muy al contrario, debe estar al servicio del desarrollo integral, equitativo e igualitario de los dos cónyuges (tanto él como ella). Dios no condiciona a la mujer a que cumpla el papel de sumisa si no es amada por el hombre que tiene como pareja. La Bibiia no dcie, en ninguna parte de sus textos, que la mujer tenga que estar sometida (sumisa) a los caprichos, los deseos, las maldades y las fechorías que cometa el esposo y, en ese caso, lo que es digno es no someterse a él y quedar libre de su opresión. Dios no creó a la mujer como esclava del hombre sino que la creó como compañera idónea del hombre. Me parece que la Curia Romana y el Arzobispado de Granada, por muy religiosos que sean o precisamente porque son muy religiosos al igual que sucede con las demás religiones, no tienen por qué aconsejar a la población sobre lo que es un verdadero matrimonio como Dios manda ya que ninguno de los cardenales y los arzobisopso (salvo que tengan amantes ocultas) debe saber nada de lo que es un matrimonio en realidad.  Según el Diccionario, sumisión es acto de someterse a los caprichos de otra persona y someter es imponer nuestra voluntad, generalmente por la fuerza o por las armas, o por un abuso de autoridad, a los demás. En el matrimonio como Dios manda, tal como nos dice Jesucristo, el hombre debe amar a su única esposa y la mujer debe amar a su único esposo. Amaos como yo os he amado. En ningún momento Jesucristo habla de que la mujer tenga que ser sumisa ante un espooso que ha resultado ser violento, despótico, abusador de su autoridad, ejecutor de sus propios caprichos sin contar para nada con ella, etcétera. Entonces, la sumisión, por tanto, no forma parte del matrimonio. Sujetarse al marido es una condición que se deriva de que el marido ama a su única esposa. Pero eso no se llama sumisión sino compañía amorosa. Creo que mi colega italiana, que para mayor sorpresa del mundo de sus lectores, es una mujer, o ha elegido un pésimo título o no sabe la diferencia que existe entre estar sometida o libremente, y por propia voluntad, ser la compañera de su amado esposo porque él la ama solamente a ella. ¿Se puede amar castigando, forzando, violentando, violando, maltratando, matando a una esposa? No. No se puede amar de esa manera porque eso es una forma de odio. Y si la esposa ve esas reacciones machistas del esposo convertido en un simple macho, no tiene por qué ser considerada una hembra para los antojos del macho, sino que como es una mujer digna no se somete y no tiene por qué ser sumisa.  Los cardenales de la Curia Romana, junto con los arzobispados (en este caso el de Granada) siempre meten el cucharón en todo aquello que les reporta ganancias económicas y. por eso mismo, han metido el cucharón en la edición de este libro que, como su título indica, deja a la esposa el papel de esclava sumisa ante los deseos y las acciones de su esposo que, cuando no la ama, es indigno de ella y ella, si tiene su dignidad, no tiene por qué soportar esa sumisión. No somos animales irracionales y, por lo tanto, somos más que un macho y una hembra porque, además de ello, somos seres humanos racionales; o sea, un hombre y una mujer. Y esa es la diferencia para que no seamos animales de un zoológico sino matrimonios armónicos y armonizados dentro de una sociedad humana.  ¿La Cultura sirve para hacerno retroceder a las épocas de la esclavitud femenina o sirve para desarrollar a los hombres y las mujeres por igual hasta conseguir la verdadera equidad de género en donde todo se comparte y pasamos a ser dos personas en un solo cuerpo gracias a la unión sacramental del matrimonio? De acuerdo en que los hombres y las mujeres no podemos ser iguales, pero es que la equidad de género no dice que seamos iguales sino complementarios; dice que somos diferentes pero que tenemos la igualdad de derechos en todas las áreas sociales y espirituales; dice que los hombres y las mujeres son igual de dignos y que la dignidad de la mujer no debe ser pisoteada, maltratada o abusada por el capricho del hombre machista y esclavizador. No nos casamos para dominar a la otra parte de la pareja hombre-mujer. Nos casamos para formar una sola unidad y en esa unidad ninguna de las partes debe ser autoritaria ni despótica contra la otra parte. El matrimonio humano de un hombre con una mujer es totalmente diferente a un espectáculo circense donde uno de los dos debe dominar con el látigo al otro o a la otra. El matrimonio humano como Dios manda (un solo hombre con una sola mujer) es realizar juntos y con armonía un viaje hacia la eternidad. Eso es lo que dice Jesucristo y lo mantengo yo.  ¿Cómo puede ser que la Cultura, hablando del título de ese libro "Cásate y sé sumisa", sea un retroceder a la época de los seres cavernícolas? Por intentar interpretar el Mensaje de Dios como una sumisión de la mujer sin correspondencia con el amor del hombre es por lo que estamos viendo tantas noticias atroces que se cometen contra las mujeres y, an algunos poquísimos casos, contra los hombres dentro del matrimonio. ¿Sumisión o Cultura? He aquí un dilema del cual ni la Curia Romana ni los Arzobispados, aunque sea el de Granada, tienen por qué venir a adoctrinarnos con su religión (lo mismo que sucede con las demás religiones) o a promocionar una idea de sumisión porque, en teoría, nada deben saber de lo que sucede de verdad en un matrimonio.  El desarrollo natural de la pareja hombre-mujer que se casan como Dios manda, en el nombre de Jesucristo y a través de la Gracia del Espíritu Santo, no es retroceder en la Historia para vivir como vivían los salvajes del subdesarrollo sino un avance en la Historia para introducirnos en los tiempos futuros donde cualquier clase de esclavitud debe de estar ya eliminada. Por eso la mujer humillada por su esposo, ofendida por su esposo, maltratada por su esposa, no tiene por qué ser sumisa con ese esposo y tiene plena libertad para romper una unión donde cada uno va por su lado y no se conjugan en un mismo trato equitativo e igualitario. Las normas de vida para el futuro de la humanidad es que las mujeres casadas como Dios manda tengan la misma dignidad que los hombres casados como Dios manda. De las demás clases de uniones no hablo en este artículo porque no son matrimonios como Dios manda y la Naturaleza (cread por Dios) nos pide.  Lanzar un libro con tal título ("Cásate y sé sumisa") no es un buen síntoma (salvo lo que tiene de marketing para venderlo) de lo que debe ser un matirmonio entre un hombre y una mujer que desean unir sus dos cuerpos y sus dos almas para formar un solo cuerpo y una sola alma. O sea, que Cultura no es Sumisión ni Sumisión es Cultura. Quizás mi colega italiana, la periodista Costanza Miriano, sepa mucho de escribir o escriba perfectamente bien pero me parece que ha olvidado lo que dijo Baltasar Gracián: "No hagas negocio del no negocio". Y la Liberación de la mujer (que tantos siglos ha costado alcanzarla en los países ya civilizados) no es un negocio. Por eso, hoy en día, una mujer que se precie (casada o soltera) no negocia con su dignidad.  
Y pues me pides el fuego entro en tu cuerpo y lo enciendo para hacer llama ardiente en el profundo volcán de tus pasiones. Y pues me pides el fuego te lleno de ardor la existencia en esta noche de amor-locura en que no importa el mundo ni si pierdo la misma eternidad. Y pues me pides el fuego voy y me consumo en tus entrañas amándote entera y sin prejuicios desde la nada al todo de tu cuerpo.
Porque del amor he nacido, porque del amor he llegado, canto mi existencia a tu lado y a tus ojos soy vencido. Porque del amor me has traído, porque del amor me has embarcado, canto mi vida de enamorado en este sentir distraído. Porque del amor te he seguido, porque del amor me han perseguido, contigo me he liberado. Porque del amor me he vestido, porque del amor me he dormido, tu sueño me has contagiado.
No sé quiénes sóis pero yo os doy mi palabra de que nunca os he olvidado. No me pusísteis vuestros nombres pero en mis caminos nunca olvidé vustros corazones pequeñitos en todas las direcciones en que encaminé mis íntimos escritos. A veces os llamé Alba. A veces os he nombrado Rosa. O quizás también Rocío. Otras veces os apliqué nombres tan bohemios como Luna o Estrella caundo llagaba la noche y estaba tan solo que os llamaba Soledad. Yo entonces sólo tenía un despertar nuevos recuerdos. No sé quiénes sóis ni dónde estáis pero a veces os he llamado Amparo o Consuelo, chicas de los corazones pequeñitos grabados en la madera del pupitre donde yo ideaba rutas para la Imaginación. Ya sabéis por qué no pude acudir a aquel siemrpe penúltimo guateque y ya sabéis por qué a través de la magia os llevaba siemrpre dentro de mi corazón. Bien, ahora ya solo necesito regresar. Es más. Ya estoy regresando definitivamente aunque no lo parezca. Pero mi futuro está en regresar. He vivido tantas cosas en tantas noches rotas por el insomnio que era necesario ser siempre fiel a mi único Gran Sueño para poder seguir siendo siempre un hombre verdadero y un verdadero hombre. Vustros pequeños corazones tuvieron mucha importancia para mí y mi Destino a la hora de librar mil y una batallas. Y siempre os regalé alguna imaginaria flor. Es por eso por lo que a veces os llamé Violeta... pero lo que nunca dejé de nombraros fue Esperanza. Por eso espero que hayais todas alcanzado la felicidad. Yo tuve que dejar la cima alcanzada para bajar y comenzar de nuevo a subir hacia ella. Sólo os puedo decir que Cupido ya había clavado su flecha en mi corazón cuando os conocí. Por eso os doy mi palabra que, en caso de que alguna sufriese por mi culpa, yo os doy mi palabra de hombre verdadero y de verdadero hombre que no fue mi culpa ni tampoco lo hice a propósito, porque yo era totalmente distinto a él. Quizás ahora ya hayáis podido comprender lo que sucedía...
Existen algunas plazas madrileñas que, no sé por qué razón, tienen un aire especial en el pleamar de sus anocheceres. No sé por qué razón se tiñen de color violeta cuando las golondrinas ya se han ido a anidar a otras ciudades. Existen plazas, plazas, plazas... que en sus interminables segundos de esencias madrileñas saben algo más que a romance. Son plazas que, vistas con los ojos del atardecer, no suelen llamar mucho la atención pero !ay de ellas! cuando se las mira con el corazón bohemio de los trasnochadores; es entonces cuando se convierten en un verdadero carrusell de torbellinescos colorines violetas que alumbran la ciudad de Madrid más allá del encantador poema de las nostalgias. Son plazas que huelen a un aroma muy especial; tan especial, que sus fragancias llegan a mover las agujas de los relojes de los torreones aledaños a destiempo; son plazas que, allá por las madrugadas, hacen repicar campanadas en el corazón de los transeúntes que, imantizados por un segundo, observan a las nocturnas palomas como remontan el vuelo y se alejan... se alejan... se alejan... Son plazas que se quedan grabadas tan dentro del alma que jamás se pueden ya olvidar porque en ellas dejamos jirones de nuestro caminar envueltos a veces en risas, a veces en llantos.Existen plazas que ni tan siquiera sabemos cómo se llaman pero que siempre están teñidas de color violeta en las madrugadas de nuestra movida bohemia madrileña. La verdadera bohemia de la Poesía. No aquella movida a la cual nosotros jamás pertenecimos sino a la nuestra propia, a la que nos nació de repente dentro de nuestros sueños y no pasó a los libros de la Historia pero están en la memoria de Madrid. Existen plazas madrileñas que fueron la única verdad de aquellos o al menos nuestra única verdad. La otra verdad era, en el fondo, sólo una apariencia a la cual nosotros no pertenecimos nunca.Hay plazas madrileñas en las que todavía estamos presentes sin saber tan siquiera cómo se llaman, desde cuál calle salen o hacia cuál avenida desembocan, pero fueron nuestras arterias amorosas y siguen siendo parte viva de nuestra roja sangre y nuestro izquierdo corazón... que nada tienen que ver con la otra movida, la de los bandos opuestos y las de las bandas opuestas. Nosotros tocábamos nuestra propia música y cantábamos otras canciones distintas a nuestras enamoradas. Existen plazas madrileñas que siguen siendo nuestra única verdad.
Las palabras del río se bañan en la luz del sueño; no descansa nunca el olmo de la ribera moviendo las hojas el viento anáforo y, por el sendero, una galaxia de guijarros se mece bajo la luna. El cosmos se asoma a lo trascendente de la fresca ribera que, con verbos elegidos en el paseo de los enamorados -caprichos de las Musas- siempre se eternizan en la niebla, cantando una especie de sinfonía de besos.  Versos colgados en los poemas del sonoro silencio. Hay ideas que cuelgan de las rosas y los cantos armoniosos de un carretero se llenan de voz y en la profunda hondura de sus tiernas esencias hay una especie de estrofas soñadas. Al silbido lejano del pastor, la amante esposa instala, en su pecho, el recuerdo de sus dos sombras abrazadas junto a la chimenea. El canto del amor rebosa su alma mientras él se acerca. Pensando en el momento en que las huellas dejan su impronta sobre las hierbas recién lavadas por la lluvia de los recuerdos, el poeta se forja dentro de la mente y las complacidas sombras de los abedules convierten en azules los sueños del cielo. En el pecho del carretero se enhebra la ternura y la alegría recorre su corazón haciendo, de toda su vida, una cordura mientras el amor le despeja la ventura de ser cada vez más humano.  Sentir cómo nace una estrella. Sentir cómo brilla el aleteo de una paloma que se acerca a las aguas del río mientras la fruta del manzano baila con el aire. En las sombras del anochecer, la montaña se hace más cercana y, entre los arbustos, un conejo gris se convierte en olvido. Vida, placer, corazón y alma. Déjenme todas estas cosa para conmoverme con estos momentos en que viene la joven noche alumbrando presencias que se quedan siempre en esta mi memoria, ocultos en la niebla de la espesura, para seguir entregado a este cotidiano quehacer que ha de inventar palabras que son siempre como preguntas que responde el viento.  Vendrán los poemas, cada vez más encendidos, para darme calor a mis recuerdos. En el alma del chopo también hay esperanza. Yo sigo marchándome más lejos de todas las nostalgias porque se me abre el horizonte y miro al cielo abierto donde la luz es un racimo de versos, de ilusiones, de palabras presentes sobre la torrentera de mis pensamientos. La paloma viajera me indica cuál es el camino y atravieso la luz para sentir.  Tras los pinos está, al otro lado del bosque, ese mar/amar que busco para navegar hacia la libertad que me susurra amor de vida; ese amor continuo y triunfante que sigue alimentándose de metáforas surgidas en los caminos errantes. Encuentro la esperanza de las mágicas alondras y los gorriones me acompañan, limpios y felices, hacia la verdad de la playa del caminar de mis pies que son imanes atraídos hacia el sueño de la luna. Y ahora se han perdido los pesares del adiós, porque un nuevo modo de caminar me invento entre las siluetas perfiladas de los álamos blancos y ese apretado lazo amoroso que me impulsa, con el aliento de los aventureros del sueño, a buscar el horizonte, siempre infinito, siempre presente en esta búsqueda de inmortales y heroicas hazañas vividas en los espacios de mis memorias. No caigo en  el hueco de los olvidos. Remonto hasta llegar a la cumbre y, desde la cima, diviso el oleaje.  Lucen ya las estrellas más esplendorosas y entre los pinos y las olorosas jaras, voy nombrando cada ausencia con nombres de mujeres que pudieron haber sido pero no fueron. Y eso es porque la primavera es un todo en llegar a la playa y renovar el tiempo para volver de tan larga marcha hacia el Destino. Y regreso, una vez más, para unir canciones de amores, cantadas al aire libre de mi blanca y limpia conciencia, con este amor único y unívoco que me impulsa más allá del vacío de las cosas.  Aquí está, cuerpo presente, la presenciada la paz de los tallos erguidos que parecen suspirar a fiuerza de soñar caricias. Existen. Son. El reloj del tiempo se ha detenido en ellos y ya el devenir es la fuente, la rosa, la floresta y ese murmullo de pájaros en nido que están llamando a ser paráfrasis del viento. Los niños están dormidos y las luces que bajan del cielo reflejan sus deseos en las tranquilas olas en donde descubro ese mundo que reposa, céfiro suave, en un todo parecido al cobijo de la luz y la fantasía. Se me llena el alma de paz y la paz se me enreda entre los dedos señalando la distancia que se acorta hasta fundirse con mi propia sombra.  Fuente de la hiedra de los pensamientos. Cobijo del alma solitaria repleta de sueños por nombrar. Sempiternas luces, siempre eternas por verdaderas, del alba que empieza a resplandecer. Se mueven las hojas de los acantos y el canto de las aves arpegian el silencio como hablando palabras de distancias que se acortan en las voces del amanecer. Suenan, allá al fondo, al otro lado del bosque, como encantamientos de las pasiones, las voces tempraneras de los que despiertan con las últimas luces de las luciérnagas. La infinitud del alma se mide a golpes de corazón mientras el hacha del leñador golpea sobre esos troncos apilados. Somos porque existimos. En esta hora del amanecer blanco, la felicidad consiste en trenzar, mansamente entre mis manos, las caricias al perro pastor que acude a la llamada de su popio afán. Y el perro me hace una ligera compañía entre los bejucos y se pierde en el tiempo mientras los primeros rayos del sol adivinan sentimientos en esta inmensa presencia del mar.  Soy tan joven, me digo porque es verdad, que al mirar levemente a las olas girando en mis sentidos con toda su plenitud, aprisiono los recuerdos para convertirlos en historias de palabras ya olvidadas y de silencios y de caricias en las olas del viento, ventanas abiertas para la armoniosa compañía de jilgueros que son como gorriones pintados de color. En el umbral sereno de la playa trazo una línea imaginaria y la silueta morena de su presencia femenina me despierta dejando de ser solamente sombra.  Dedico un poema que debe ser algo así como un cuerpo para saber embarcarme en la aventura de despertar los versos y dedicarme a ser ilusión en movimiento mientras reposa, en las aguas tranquilas del amanecer, esta forma de vivir la vida sonriendo en el centro corpuscular del poema; en ese cuerpo femenino que descansa. Y es que todo lo que amé se ha centrado en un sólo punto que es su cuerpo lleno de liberación bajo las estrellas. Desbordado por los sinuosos vuelos de las gaviotas, abro el corazón y escucho la magnitud del mar besando la arena blanca. Arriba, el cielo azul se muestra como una especie de estela en los caminos del agua. Vuelan las penumbras en miles de suspiros lejanos. Una brillante luz, como aura de un joven añil de primavera, se abre camino entre las nubes y el centelleo de la calma se penetra en mi alma como una etérea composición de paisajes coloreados por el pincel de mi entusiasmo. Se esparcen los jazmines alrededor de las violetas en el jardín de las inquietudes internas. Apasionado afán de ser como flor de agua, siempre igual al paso de los siglos, siempre igual en todos los segundos de este estar en medio del centro de la gravedad de mis impulsos. Sostengo a todo el mar con mi mirada y me envuelvo en la mañana como si me arropase el manto de todos mis recuerdos.  Con la aparición de los primeros latidos del sol late mi corazón con una esperanza abierta en este estremecer de sentimientos. Por el silente paseo de las hondas ondas, el oleaje me aventa sensaciones que recojo para fundirlos en las palmas de mis manos. Escucho el pausado rumor de la bruma que comienza a calentar mis ilusiones. Y en cada una de ellas coloco un nuevo misterio por descubrir. Allá donde mi vista alcanza está el espacio a donde me encamino bañando mis sensaciones de espumas como de algodón que rompen sus esencias en medio de mi corazón.  Me sorprende este estar sintiendo en la mañana, dulce añoranza de mi porvenir, los suaves y esparcidos vuelos de las aves. En la nueva claridad se encuentra ese asomarse a lo ya desconocido pero que vive dentro de mi ser. Hace años que olvidé la contraseña para escapar de los grilletes de la soledad y, en medio de este nuevo puzzle de conciencia, siento que mi caminar se hace leve, como si al flotar entre las olas, la mano de Dios me acariciara el rostro para decirme que llevo bien encaminada la visita al amoroso sentido de los versos. Y, de vez en cuando, entorno mis pupilas para no herir lo que de tranquilo tiene la espesura de este idioma donde sólo caben los sentimientos.  Entornados los párpados, el aroma de las aguas se hace más fiesta blanca, más flor nueva, más nombre de mujer que lía en sus cabellos mis pronombres para darme ese hálito de fuerza que me guíe hasta el encuentro. Y me encuentro con un llegar sosegado bajo el alba que se empeña en acunarme como un niño. Pudiera ser que haya traspasado el velo de todos los misterios y he vuelto a nacer a un solo amor pero verdadero. Como el viento juego con las olas de presencia inacabada, y entro, lentamente, en el panorama de la vida.  Quizás me recuerden quienes vieron a un niño jugando entre las áridas callejas de los sentimientos. Quizás me recuerden quienes escucharon mi voz en las noches solitarias; pero ahora estoy acompañado de céfiros celestes que alumbran como fanales en medio de este nuevo amanecer. Renuevo los sentidos. Renuevo este ser que busca para hallar lo que nunca ha perdido: ese niño que no creció para asustarse sino para luchar por sus sueños emergentes. Si ahora emergen las distancias es porque he encontrado esa luz que me hace llegar hasta el límite de lo viviente. Y vivo. Y un grito clandestino de niño -y a la vez juvenil presencia- abre su estela para sembrar poemas como aprendizaje de la primavera.  Hay momentos en que uno se debe preguntar por las esencias y no por las presencias. Y al elegir la que tiene un solo rostro, una sola mirada, un solo cuerpo, una sola verdad, se convierte la duda en victoria y la victoria en triunfo y el triunfo en amor. El amor es mi verdadera tierra amable, esa tierra de recordar que nunca he crecido en medio de las envidias de los dioses sino que sigo siendo lo que soy con una sola creencia nada más. Y su cuerpo se levanta de la playa y busca mi mano levantada que le sirve de referencia para decirla dónde estoy, dónde me encuentro, dónde puede hallar mi existencia. Nací en esta nueva primavera, lejos del invierno en soledad, lejos de la avaricia del soberbio, lejos de la inquina de los envidiosos, y en esta nueva primavera soy y sigo siendo esa referencia para que ella no se pierda por las rutas marineras. Soy como el faro que la transmite mensajes de un querer tan sincero que sólo se llama amor.  Alguien me dijo adiós y yo no perdí mi rumbo. Alguien me dijo jamás y yo no perdí mi calma. Alguien me dijo nunca y yo no perdí mi sueño. Alguien quizás ya no sepa nunca cuál fue mi búsqueda en esta alba en que me inundo de sensaciones para poder sentirme. Alguien me llenó de barro para decir que soy el sucio caminante de las polvaredas y, sin embargo, aquí estoy al alba, amor mío, al alba, bañándome en las claras aguas del mar para demostrar que siempre he estado limpio de cualquier brizna de basura. No. La basura no es donde yo me alimento, sino en las gotas del rocío mañanero que me surcan el rostro algo así como de lágrimas sinceras. Y, sin embargo, estoy cantando.  Caundo la luz te haya demostrado todo lo que de verdad existe en mi existencia, ven a buscarme para iluminar mi conciencia con tus mirada y, de esta manera, olvidar a ese alguien, a esa alguien, a todos ellos y todas ellas sin tener que reprocharles nada; porque por cada voz de rechazo surgieron miles de voces que, como las estrellas del cielo, me acompañaron en este arduo llegar hasta tu cuerpo, llegar hasta tus ojos, llegar hasta tu alma.  Estoy rememorando, mientras llegas al alcance de mis manos extendidas sobre las olas del mar, recuerdos que se pierden en la distancia para reencontarse en el punto exacto de las verdades y así rebatir todas las mentiras y ser solamente uno en ti y uno en tu presencia. Ser uno en tu esencia sin haberse perdido jamás en las noches oscuras de la vida. Rememoro este encontrar tu paz y tu esencia ya muy lejos de todas las insidias. El final de las batallas sólo ha consistido en vencer a las sombras.  Dueño de mis caminos, ajeno a los caminos ajenos, fiel a tu fidelidad y tu sonrisa, yo te nombro en todas las esferas de mis saberes y he podido comprender, aprender y aprehender, la verdad de tu romance con mis versos, con mis poemas, con esas cosas tan sencillas de explicar pero tan difíciles de entender si no se vive enamorado de verdad. Nadie sabe de mi amor callado más que este destello de luz de tu mirada bajo la diáfana presencia del alba en que amanecer es nacer de nuevo, profundo, liberado de axiomas que ya no nombro porque quedaron olvidados en los filtros de mi memoria; pasando a ser, solamente, las sombras que se han quedado silenciadas en el anochecer de los tiempos del desamor. Ando ahora entre las olas y sumergido en la dulzura de tus labios que dicen mi nombre y yo, gozando del placer de tu cuerpo, me lleno de ternura para contarte lo que de dichoso es tu nombre para mí.  Te mantengo, suavemente, en la mirada de tus ojos profundos, entre estos dedos que forman tallos de palabras con las que acumulo los pétalos de esa rosa que, aferrada a tu mano, es la voz que me llama, la voz llena de caricias y de infinita presencia como todo lo dibujado en el mapa del cielo donde la luz ya es posible para encenderte. Es la infinita sensación de la calma desatada, y esto de verte es la consecuencia de todos mis contados pasados. Ya, como las hojas verdes del renacido laurel, te veo joven, hermosa, feliz. Y recuerdo, otra vez lleno de memoria, ese mundo que reconoce que en otros tiempos era ya un corazón triste pero sonriente y ahora soy sonrisa alegre con el corazón henchido de aventuras. Algo así como un imposible al que llamo Vida en este intento de conseguir ser el mismo joven de siempre, amante de la misma mujer de siempre; ese niño que llegó hasta este alba y que no se ha desprendido, para nada, de su eterna juventud. Por eso todo mi pensamiento eres tú. Si me escuchan las olas sonoras, cadenciosas del pleamar, es porque más que nunca te retengo llenando el vacío de lo inexistente. Somos y existimos. Los dos somos y existimos dentro de un sólo y noble corazón. Nadie puede alimentarnos de insidias porque bebemos del agua fresca de nuestras dos ternuras y comemos del infinito placer de nuestros besos. Encuentro versos desconocidos que afloran a la superficie marina porvenientes de ese lugar donde viven las anémonas y los sorprendentes espacios de la fantasía.  Es hora de sentir el aire y, roto ya el esilencio, nos convertimos en sublime presencia con voz, con palabras sutiles y gentiles que, en un solo instante, se revierten en verbos transitivos gracias al amor. Al alba, amor mío al alba. Y en este instante convergemos en un virginal suspiro y nos invadimos de luz y de conciencia. Retumbante manera de ser el uno en el otro, el uno con el otro, y el uno y el otro en una hora llamada Eternidad.  Sé medirte exactamente con la distancia de mis brazos y cuando vuelvo a renacer en esta playa coralínea mis manos acarician las caracolas que han venido a festejar sus bailes de lágrimas pasajeras, ya olvidadas las del dolor, para permitir el paso de la sensibilidad haciendo huellas que dejé en algún lugar sediento. Ya la sed sólo eres tú. Ya aquellas huellas son solamente minúsculos segundos dibujados por la luz de este tu mirar bajo el alba.  Algo de ti es mucho más que todo aquello de los tiempos olvidados, recordados solamente para olvidarlos, porque tras la travesía del desierto calcinante y la hoquedad de las tristuras he llegado a conseguir este tu mirar impregnado de tiempo joven, de infancia llena de infinito, de algo sin igual que es paciencia transformada para comprender que no olvido el sueño o que, alma de sueño, eres una realidad tangible que baila en los destellos de los rayos del sol.  No importa si hube de sufrir demasiado o si mi cuerpo se cansó tantas veces por el caminar. No importa. La verdad es que, bajo las apariencias de los desamores, siempre he sido la calma hecha persona y, cual persona de la paz, nunca perdí la sonrisa ni las tristezas me derribaron: así que jamás olvidaré que tú, mágico obsequio de la misericodia de Dios, eres todo lo que amo de verdad.   Llegué sin equipaje alguno, con la miríada del tiempo que no conoce ni siquiera el rumbo de las gaviotas que aletean sus sueños en medio de este amanecer, pero he aprendido a saberlas, a sentirlas, a vivirlas tan dentro de mí que me he convertido en marinero de las fantasías ondeando mi bandera liberada. Y el alba me halla, convergencia de caricias justas y juntas, en la primavera de tus besos. Largo camino de transformaciones tuve que respirar y asumir. Pero volví. Volví siempre cuántas veces me lo pidieron tus ojos. Volvi a detener el tiempo y en la paz infinita de esta tranquila playa, crecida ya la marea, mi rumbo dejó de ser incierto y la barca nos espera, en la caliente arena de la playa, como un nuevo regreso a la edad que Dios ha pintado en nuestro horizonte. Hacia ese horizonte vamos.  Ya no quedan más jazmines por descubrir. Ya no queda más Destino que perdernos en esta hora hermosa del alba con brisas de fugacidad que han llegado para fundirnos en un sólo contorno humano. Te he visto llorar por primera vez tras el primer beso de tu romántica expresión. Yo también he llorado por eso muchas veces; pero al alba, amor mío, al alba, sonreímos dentro de donde estás y dentro de donde estoy. Únicamente tú eres mi bandera.  En la reunión de la primavera tuya, chiquilla de la sonrisa de Venus, yo soy un loco de la bohemia azulada bajo el cielo de la Vida. Los dos somos ya el grito liberado que ha salido por la ventana para unirnos en la ingrávida estancia del tiempo convertido en impoluta Primavera. Bajo la firme turgencia del amanecer tú eres mi yo y yo soy tú: un binomio sutil y enamorado de nuestros propios sentidos. Aquello de las calles ya no son recuerdos de silencios sino andares que nadie recuerda pero que mi voz fecunda permite sentirlos y los escribí bajo los anocheceres en las mismas calles. Pero ya el tiempo determinará si eran los productos de la Razón o lo que ellos se perdieron viviendo en esa nada de los amores vanos, vacíos, vacuos, que yo jamás quise conocer por ser falsos e impuros. El reloj de la vieja taberna sabe de la verdad y esa verdad mía es mi comprensible ascenso hacia tus ojos para decirte que sí, que yo nunca me perdí en ningún abismo y que si ellas no me recuerdan, o nos nos recordamos mutuamente, es porque a pesar de todo su griterío me son, tal como antes me eran, totalmente indiferentes.  Dejo que las aguas laven mi tranquila conciencia para llenar este silencioso amanecer de voz entre tú y yo. Las demás voces no me interesan ni me inquietan. Al alba, amor mío, al alba, hacemos del amor el oportuno encuentro y las aves, hechas nubes de la compañia, cruzan por nuestros destinos porque nadie ya nos incomodas los besos, los abrazos, las caricias y esa fuerza de amor que vence a los que se marchitan carcomidos de envidia. Quizás todo es la felicidad de haber superado sus falsedades. Yo sigo siendo el mismo joven verdadero que no se vende jamás porque te ha encontrado, juvenil presencia, en este alba femenino donde te beso lleno de infinito. Tú sola eres mi verdad. Si he madrugado con las flores colgantes de las fantasías ha sido para conseguir que ese tu rostro virginal se llene de sonrisa, de amable beso y de caricia. Pasó la noche como un desvelo desgajado del tronco de la felicidad y, feliz con mis venturas, avento mis ideas mientras tomo, de tu cuerpo, todo el ferviente aliento de mis sentidos. Y navegamos hacia el horizonte donde la curva de la superficie marina es la atractiva esfera de nuestra misma condición de amantes sin temor, de amantes que no tienen miedo a lo desconocido porque hemos conocido mucho más que las sombras de las nocturnas jornadas besando sueños en la almohada. Y ha aparecido la madrugada. Y bajo el oro del sol nos volvemos cuerpos plateados con el bronce de la piel tuya, de la piel mía, de la piel que nos une en un sólo haz de luz.  Es así, tan sencillo como el clarear de la mañana, cómo he caminado siempre por todas las horas de las auroras ya vencidas. Siempre en ese punto exacto donde la diana de tu corazón se puso al alcance de mis versos y ahora, paseando la mirada hacia la lejana costa, hablo lo justo para sentirte y tu mirada inquieta juega, alegre y disparada como flecha amorosa, en el centro de mi gravitación humana. Mucho de divino hay entre los dos.  Te tengo. Te tengo y te retengo mientras tú me tienes y, en el éxtasis de nuestras liberaciones, nos hemos unido en un solo sentimiento. Me buscas, mes fascinas, me imaginas mucho más fuerte de lo que soy; y, sin embargo, soy tan fuerte como sueñas, tan fuerte como piensas, tan fuerte como me sientes en el plano convexo de la superficie del mar y la barca que navega guiando nuestro destello de luz. Eres como el viento que refresca mi rostro y con tu beso enciendes toda mi conciencia de ser. Ya no soy más que tú. Ya no soy más que ese hombre forjado en las mil y unas nocturnidades para surgir del misterio de la niebla y convertirme en sentimiento.  Terminada la andadura de este estar siempre presente, en presente, más que en presente siempre, soy quien se contenta con tus encantos y en los abrazos de mis brazos se va culminando esta madrugada en donde las nubes blancas abren espacios a los sueños dorados que, plateados por la brisa, se integran en el bronce de nuestra piel que ya es solamente una nada más. Si alguien me olvidó será porque no quiso olvidarme y esa paradoja ya no me sirve de regreso. Yo sigo, contigo y para ti, y si alguien no quiso olvidarme el olvido me ha envuelto en este alba. Al alba, amor mío, al alba.  Jóvenes con acentos superpuestos al idioma universal de lo viviente. Somos tú yo aflorando en la Primavera de este amanecer donde el única axioma que nos viene a la memoria es el Amor. Por eso las cosas anteriores y las cosas posteriores no son motivos de lucha para nosotros dos y tú y yo dejamos aparcadas las teorías decadentes, las teorías sufrientes, las teorías murientes, porque nos hemos convertido en una práctica amorosa sin final posible. Y así va llegando el día. Ahora que me siento tan completo como el desconocido que se ha forjado entre las sonrisas bohemias de tantas lunas conocidas, paso al margen de los errantes que se equivocan de rutas viajeras y, guiado por los dos luceros de tu mirada, me embarco hacia ese punto de aquella costa lejana que se acerca, cada vez más, al sueño real. Si dicen que sólo es sueño es porque no nos conocen para nada ni de nada ni por nada. Es un sueño conteniendo tanta realidad que no pueden comprenderlo. Pero es que nosotros no nos coprendemo sino que nos vivimos. Esa es la diferencia.  Buscando referencias de camino, encuentro esas estelas que han surgido bajo los vuelos de las gaviotas y aquí, en medio de este alba marinera, mis dedos te dibujan en el cuerpo todas las sensaciones de mis sentimientos. Y eres rosa. Y eres fuego. Y eres estrella de las mil y una noches vividas pensando en tí como ahora pienso. Y siguen mis manos cobijando en tu cuerpo las nacidas emociones de este amor que se culmina cuando llegamos al plano horizontal del vuelo de las aves y nos hacemos horizonte sobre la barca. Y así quedamos como dos cuerpos amorosos que no tienen otra cosa más que hacer el amor como lo hacen quienes saben que es la parte suprema de cada sueño.  De pronto, mi mirada atravesada por el lienzo de tu pecho, se encarna en el oleaje y me baño de musicales composiciones que son las formas y maneras en que me produzo dentro de ti y tú te produces dentro de mí: dos reflejos humanos que crepitan bajo el fuego del sol. Y entonces todo lo malva y azul del alba se convierte en polvo de estrellas esparcidas y te recito el verso más preciado del cántaro de mis emociones:  Presenciándote desnuda de sentires en el tálamo del deseo y la caricia me voy sintiendo más humano naciendo el vientre de tu flor. Busco con el tacto las semillas de tus senos envueltos en fragancia y arde entonces todo el ritmo de la lava de tu sexo enternecido. Beso a beso boca con la boca de la noche oculta en los ramajes penetramos en el hondo acompañamiento del esperma convertido en sal. Entonces perdura tu naturaleza de hembra abierta en el silencio y todo el huracán de las pasiones se abate en un temblor de palpitares. Es el momento en que yo te tomo para hacerte aroma de amapolas y la roja sangre se enardece cubriendo la sábana del sueño. El nuevo éxtasis del polen hunde sus raíces en tu cuerpo cubriendo la vida con materia de espíritu salvaje y natural. Así somos dos genes contundentes uniéndose en el lazo amoroso de los brazos asidos a la esquina de tus caderas henchidas de palomas. Y el polvo de azúcar esparcido nos sirve de amanecer caliente en esta atmósfera que cubre de relámpago todos los delirios. Como siempre, como en cada hora, como en cada instante, soy el que te lleva hacia la cima de las grandes aventuras y en esas aventuras te conviertes en historia viva de mis emociones; principal protagonista de mi ser, de mi comprender, de mi entender que más allá de ti (absoluta toda) lo demás me es ya indiferente porque sólo son relatividades esparcidas como cenizas en el oscuro desván de esos olvidos que han desaparecido de nuestro navegar con rumbo al Gran Sueño.  Me pregunto si las aves del cielo, las que nos cubren con sus sombras aladas, las que saben de ti y de mí más que las personas que no nos saben conocer porque no nos saben interpretar, vuelan porque el ritmo de las olas las enardece o vuelan porque la quietud las convierte en inquietudes. Filosofía de la existencia. Pero nosotros dos perpetuamos nuestra entrega en un solo afán de misteriosa aventura.  Soy ya como pájaro silente que se ha quedado, para siempre, en el blanco armazón de tu cuerpo enamorado. Y canto. Y mi canto es un sentir de los de hombre verdadero y sin rendijas que ha culminado su camino en la fúlgida superficie de tu cuerpo. Antes de ti no había nadie más que tú. En ti no hay nadie más que tú. Después de ti no hay nadie más que tú. Tres momentos que no son ni pasado ni presente ni futuro porque son la Eternidad.  Se fue, como un suspiro, esta madrugada que nos ha traído su alba amorosa bajo la luna grande y las estrellas fueron luces destelladas en el tiempo de la búsqueda. Ahora nos queda este alba que se va difuminando bajo el sol y en tu rostro se quedan, para siemrpe, grabadas las bellezas naturales de tu natural condición. No es coincidencia este encuentro nuestro. No es coincidencia este amarnos siempre. No es coincidencia sino condición.  El agua desliza nuestros sueños por la superficie que se ondula suavemente y al suave ondular de las olas me surgen canciones para despertarte poco a poco, suavemente, después de haber producido ese germen de sueño en común. Lo común de nosotros dos es que no somos comunes sino conjuntivos y, al conjuntar nuestro encuentro, hemos producido el Amor.  Ahora voy navegando por esos senderos acuosos donde cada gota de mar es una gota de silencio con voz, es una voz con materia y es una materia con  espiritu. Guardamos silencio para sentir las vibraciones de nuestros cuerpos unísonos y al mismo tictac de nuestro único corazón.  Sabía de ti todo lo que me sirvió para encontrarte. Sabías de mí todo lo que te sirvió para recibirme y, sabiendo que nuestros caminos solamente eran uno nada más, no nos quedó mejor Destino que unirnos con la pasión y la calma de los seres felices.  Al alba, amor mío, al alba.    
Un poco después de empezar y un poco antes de terminar siempre está la verdad de un escritor o una escritora. Al enfrentarnos ante una hoja en blanco no podemos hacer otra cosa que escribir o renunciar a escribir. Es la básica y fundamental dicotomía que todos los escritores (hombres o mujeres) debemos resolver: ir al encuentro de las ideas o abandonar el camino de las letras. Después de empezar, una vez que tenemos ya una idea general, es fácil comenzar el texto que todavía está naciendo en nuestro interior. Esa idea general es el inicio pero ante ese inicio o tenemos una idea general que nos atraiga lo suficiente o rompemos el papel y nos refugiamos en la impotencia. Antes de empezar hay que superar el miedo. Quien no supera ese momento es mejor que se dedique a cualquier otra actividad que no sea la de escritor o escritora. La idea general nos prepara el argumento pero el argumento es necesario que sirva de puente entre lo que queremos contar y lo que estamos dispuestos a contar. Toda historia literaria conlleva, en sí misma, el dilema de ser escritor o escritora o reconocer que no sabemos contar esa historia porque somos incapaces de darle forma literaria. Un poco después de empezar debemos ser conscientes de que estamos ante una historia atractiva o estamos ante una historia que no atrae la atención suficiente. Si tu historia es atractiva lo mejor es comenzar a escribir sin dar más detalles que los necesarios para atrapar la atención de los lectores y de las lectoras. Y todo lo que escribimos partiendo de esa idea general es el argumento que va fluyendo a medida que abandonamos nuestro propio ser para convertirnos en el ser que atrae a los demás. La historia fluye si tu pensamiento fluye. Un poco antes de terminar nos surge el segundo gran dilema: o somos capaces de encontrar un final atractivo o es mejor romper todo lo escrito porque nos sentimos impotentes para terminar haciendo que nuestra historia no sólo sea valiosa sino que tenga suficiente validez para haber conseguido que los lectores y las lectoras terminen de leer nuestro relato. Ante la disyuntiva de saber o no saber terminar una historia atractiva los que saben que lo van a conseguir no tienen ninguna clase de complejos y aquellos que se acomplejan porque no saben cómo terminar su historia es mejor que no sigan siendo escritores ni escritoras; porque entrar a formar parte de la Literatura consiste en saber cómo terminan tus historias con finales que dejen en la memoria de los lectores y de las lectoras ese sentido y ese sentimiento que sólo son capaces de transmitir quienes de verdad son escritores y de verdad son escritoras.  Reflexionemos un momento en base a nuestros contenidos culturales para ser capaces de escribir algo que llame la atención. Las siguientes son algunas de las mejores frases que he recopilado, navegando por Internet, sobre la escritura y, en general, sobre toda clase de creación: "El primer párrafo es el último disfrazado" (Richard Peck, narrador); "La primera línea de un poema es un halcón que no deja escapar a su presa" (Gabriel Preil, poeta); "Demasiadas obras concluyen después del final" (Igor Stravisnky, compositor musical); "La escritura no es producto de la magia, sino de la perseverancia" (Richard North Patterson, narrador); "Hazlo. Trabaja duro en ello. Pero hazlo" (Tobías Wolff, narrador); "El 'creador' y el 'editor' -las dos mitades de todo escritor- deben dormir en piezas separadas" (Judith Guest, narradora); "Las palabras constituyen la droga más potente que haya inventado la humanidad" (Rudyard Kipling, narrador); "Respeta tus esfuerzos, respétate a ti mismo. El auto respeto conduce a la auto disciplina. Cuando cuentas con estos dos factores es cuando tienes el verdadero poder" (Clint Eastwood, actor y cineasta); "Para mí, el mayor placer de la escritura no es el tema que se trate, sino la música que hacen las palabras" (Truman Capote, narrador); "Un escritor profesional es un amateur que no se rinde" (Richard Bach, narrador); "Escribir con sencillez es tan difícil como escribir bien" (William Somerset Maugham, narrador); "Me llevó quince años descubrir que no tengo talento para escribir. Pero no pude dejar de hacerlo, pues para ese entonces yo ya era demasiado famoso" (Robert Benchley, narrador); "No es obligatorio sufrir para ser un poeta. La adolescencia ya es bastante dolorosa para cualquiera" (John Ciardi, poeta y ensayista); "¿Para qué sirve un libro sin imágenes ni diálogos?" (Lewis Carroll, narrador); "Cuando estoy lista para comenzar a escribir un libro, empiezo por el final" (Marcia Davenport, narradora); "Si una persona dice que eres un burro, no te preocupes. Si lo dicen dos, presta atención. Si lo dicen tres, cómprate una montura" (Proverbio yiddish); "Denme veneno para morir o sueños para vivir" (Gunnar Ekelof, narrador); "Cuando necesito leer un libro, lo escribo" (Benjamín Disraeli, ensayista); "Ciertamente, es agradable ver estampado el propio nombre; un libro es siempre un libro, aunque no contenga nada" (Lord Byron, poeta); "La vida es muy traicionera, y cada uno se las ingenia como puede para mantener a raya el horror, la tristeza y la soledad. Yo lo hago con mis libros" (Arturo Pérez Reverte, narrador); "Un libro es un suicidio aplazado" (Emile Cioran, filósofo); "Acción es elocuencia" (William Shakespeare, dramaturgo); "Una historia funciona cuando contiene bombas de tiempo dispuestas a estallar en la próxima página" (Gordon Dickson, narrador); "Somos lo que hacemos repetidamente. La excelencia, entonces, no es un acto. Es un hábito" (Aristóteles,filósofo); cuando le pregutaron a Saul Bellow cómo se sentía después de ganar el Premio Nobel, respondió: "No lo sé. Aún no escribí sobre eso"; "Algo es bello en relación con su contexto" (Roman Jakobson, ensayista); "La cosa por decir, dila" (Robert Graves, narrador); "Las correcciones hechas deurante el proceso de creación son, por lo general, excusas para no seguir adelante" (John Steinbeck, narrador); "Las palabras son todo lo que tenemos" (Samuel Beckett, narrador); "Mi objetivo como escritor es desaparecer dentro de la voz de mi historia, convertirme en esa voz" (Michael Dorris, narrador); "Las primeras oraciones son puertas a mundos" (Úrsula Le Guin, narradora); "Todo lo que necesitas son cincuenta golpes de suerte" (Walter Matthau, actor); "La Literatura es el arte de expresar emociones cuando el alma se nos transforma en palabras" (José Orero de Julián, escritor); "La Literatura es el arte de vivir sueños a partir del silencio pasando por las palabras" (José Orero de Julián, escritor); "La Literatura es decir con palabras lo que no nos atrevemos a decir con la boca" (José Orero de Julián, escritor); "Un escrito es genial cuando permite que los personajes hablen por sí mismos" (José Orero de Julián, escritor); "La Literatura es lo que vivimos siempre más cerca de nuestro corazón y más lejos de nuestra razón. Por eso poetizar es más que filosofar. Por eso escribir es más que racionalizar. Por eso narrar es más que contar. Y por eso expresar es más que impresionar".  
Soy parte del pueblo y mientras se la metan al pueblo también me la meten a mí.
Yo sí creo en la Poesíacomo canto en el alma engendradaalegre o triste pero no olvidadajamàs por su honda melodía. Creo en ella en el mediodíay en la noche serena y estrelladaporque sirve de sueño en la ansiadaexistencia del arte y la armonía. Yo sí creo que es una sinfoníade luz brillante o sombra umbríaen este caminar cada jornada.Y me sirve de faro que me guíaa cantar durante todo el díaa los bellos ojos de mi amada.
La personalidad nos regala todo aquello que los demás quieren quitarnos.
La liberación en la vidaIndica la contrapartidaBesando toda tu piel,En esta voz tan seguida Rodeada de la extendidaAcción de, en un papel,Conjugar en el anaquelIgnoto la sed bebida;O también la prometidaNación del beso que es fiel.   
Podrán los poderosos poner límites y fronteras geográficas e históricas y podrán siempre imponernos los documentos de identidad y los pasaportes para fragmentarnos en países, regiones, naciones y demás zarandajas. Podrán los poderosos ponernos grilletes en las bocas y eliminar nuestra voz con las censuras. Podrán poner límites y fronteras a la libertad de expresión y hacer callar a las palabras y hasta a los silencios... pero nunca podrán los poderosos poner límites y fronteras a nuestros corazones y a nuestras almas y serán estos corazones y almas los que harán siempre hablar a las piedras de los caminos que nos han visto andar y gritar a pleno pulmón a las estrellas que nos han visto soñar que no somos de ninguna frontera ni de ningún límite y que nuestra patria no tiene confines.
Todos somos animales políticos pero algunos son más animales que otros.
 "La multitud se arrastraba como un monstruo ciego y sin mente hacia la entrada del metro. Los pies se deslizaban hacia adelante unos pocos centímetros, se separaban, volvían a deslizarse. Howard odiaba a las multitudes". Marlon Brandy iba pensando en Patricia Highsmith mientras esperaba la llegada del metro en la Estación de Villiers. Había decidido tomar este medio de transporte hasta la Estación de Pigalle. Ir en su propio automóvil le asfixiaba el ánimo cuando la ciudad se llenaba de tráfico. Ahora estaba inmerso en sus pensamientos. Junto a él, dos jóvenes se besaban en la boca mientras él le hacía promesas de fidelidad eterna a ella. Marlon Brandy sonrió ligeramente en el mismo instante en que la llegada del metro les hizo volver a la realidad. - Yo también era así... -musitó en voz baja mientras la chica se le quedó mirando fijamente antes de volver a abrazarse junto a su novio.  Dentro de los próximos cinco minutos, Marlon Brandy sabía que tendría que comenzar por hilvanar sus pensamientos. ¿Qué mejor ocasión para tomar una copa de coñac en el Café de Nueva Atenas, en el número 9 de la Plaza Pigalle y recordando quizás a Edgar Degas mientras lo imaginaba pintando "El ajenjo"? De repente, mientras la chica seguía observándole sin que el novio se diera cuenta, se vio tarareando unos versos de la canción "Plaza Pigalle" intentando copiar la voz y el acento de Maurice Chevalier: "Mi manzana. Soy yo. Ella me ama como a un rey". La joven sonrió y Marlon Brandy salió del vagón en Pigalle. Una vez de nuevo en la superficie el tiempo seguía siendo desapacible; de esos días de otoño en que las hojas amarillas caen sin remedio de los árboles y llenan los parques de pensamientos entres quienes pasean buscando recuerdos. ¿Qué recordaba Marlon Brandy? La verdad es que iba abstraído como un niño que sólo busca encontrar un pequeño rincón donde acurrucarse y pensar en silencio sobre cuándo podría ser mayor para poder besar a su novia en la boca. Marlon Brandy volvió de nuevo a la realidad y sonrió. Se encontraba ante el número 9 de la Plaza Pigalle. En la misma puerta del Café de Nueva Atenas. Abrió la puerta y entró. Una especie de olor a castañas asadas le llenó la pituitaria mientras tomó un lugar frente al mostrador. - Hola, Charles.  Charles Saura levantó la cabeza...  - ¡Hombre, Marlon! ¿Eres de verdad Marlon Brandy? - ¡Soy de verdad Marlon Brandy, granuja!  - Ya te daba por muerto, sinvergüenza.  - ¿Por faltar dos meses seguidos?  - Sí. No me negarás que no es normal que faltes dos meses seguidos a tu cita diaria. - Pero no es porque me haya muerto... puede ser porque tenga la memoria en algún otro escenario...  - ¿Todavía la recuerdas? - Todavía la recuerdo Saura.... todavía la recuerdo.... - Si fueses, como yo, hijo de emigrante español la habrías olvidado hace ya mucho tiempo. - Pero yo no soy hijo de emigrante español y, la verdad sea dicha, me gustaría haberlo sido. - Tonterías, Marlon, tonterías. Los amores son solamente tonterías hasta que te llega el verdadero. Un tío mío era un gran futbolista y cuando una chavala le daba calabazas jugaba mejor que nunca y la olvidaba rápidamente metiendo más goles que nunca. Era tan bueno que pudo haber sido un internacional de esos que bate récords absolutos. - ¿En qué equipo jugó tu tío? - Prefirió ser siempre un simple aficionado. ¿Para qué añadir a los problemas con las mujeres los problemas con los aficionados? Era muy inteligente mi tío. Uno de esos tipos que jamás se complicaba demasiado la vida.   Charles Saura le sirvió la copa de coñac a Marlon Brandy y se sirvió otra a sí mismo. - ¿Cómo están los gemelos? - ¿Te refieres a Émile y Camile? ¡Se encuentran mejor que nunca! Ahora mi Renata se pasa todo el día con ellos. Era necesario que estuviesen con ella y no con ninguna sirvienta. - Tuviste suerte con Renata... - En realidad tuvimos suerte los dos.  - Espero que no me cuentes otra vez cómo os llegasteis a conocer.  - Ya sabes que cada vez lo cuento de una manera diferente.  - Porque eres demasiado granuja, Charles.  - No lo hago por eso. Lo hago para que nadie sepa mi secreto de profesional.  - ¡Jajaja! O sea, que te dedicas a contar historias diferentes para que acudan más clientes al local y así ganar mucho más dinero...  - ¿Es eso ilegal, Marlon Brandy? - No. Creo que no.  - Entonces bebe y olvida.  - Hoy no vengo a olvidar nada. ¿Es cierto que los hermanos gemelos son idénticos en todo, hacen las mismas cosas y sienten de la misma manera? - Hay muchos falsos mitos sobre los hermanos gemelos, Marlon. Por ejemplo, si es que te interesa saberlo, a diferencia de lo que se cree, los gemelos idénticos no tienen las mismas huellas digitales. - ¡Eso sí que es interesante, Charles! ¿De verdad que no tienen las mismas huellas digitales? - Por lo menos Émile y Camile no las tienen. Y además tienen caracteres completamente distintos. Émile se parece a Balzac, siempre correcto y educado; mientras que Camile se parece a Cela, siempre malhablado y grosero. Quizás lo debió de intuir Renata cuando decidió ponerles esos nombres.  - No sabía yo que Renata Poison supiese tanto de genios de la literatura universal.  - Porque es un secreto muy bien guardado; pero mi Renata tiene, para que lo sepas, el título de Licenciada en Literatura por la Sorbona de París.  - No me lo puedo creer. ¿Es otra de las historias que te inventas para ganarte clientes o es de verdad cierto? - Es de verdad cierto. Y en cuanto a los gemelos no existe el bueno y el malo pero no son iguales en sus sentimientos ni sienten la mismas cosas al mismo tiempo. Es falso que cuando a Emile de duela algo también le duela a Camile y viceversa. Lo que sí existe es una lazo más fuerte que en otras parejas de hermanos, por lo que tienen una mayor empatía; pero de eso a sentir el mismo dolor o la misma alegría al mismo tiempo es totalmente falso. ¿Tú de verdad te crees esa bola de que viviendo uno en Oslo y otro en Johannesville sienten los mismos síntomas ante algún asunto doloroso o alegre?. Es totalmente falso, Marlon.  - Si eso es cierto también me parece muy interesante tenerlo en cuenta.  - Hay algo que debes saber. Siempre hay un gemelo dominante y un gemelo dominado. ¿Te interesa saberlo? - Me interesa saberlo. ¿Cómo sabes que eso es cierto? - Todavía no lo he podido experimentar en mi caso porque Émile y Camile no han llegado a cumplir ni un año pero el tiempo me lo hará saber. - ¿Todas esas cosas aprendéis los casados por la iglesia? - Por supuesto que sí. ¿Tú crees que los casados por la iglesia somos algo así como retrasados mentales? - ¡Jamás he pensado eso de vosotros, Charles! - Pero alguna vez te lo habrás creído... - Bueno... esto... alguna vez... quizás...  - ¿Porque te lo cuentan tus amigos de la bohemia? ¡Vaya cantidad de estupideces os contáis los unos a los otros cuando os tomáis dos copas de más! ¿Si de verdad fueseis bohemios por qué bebéis tanto alcohol para olvidar? - Porque no somos felices, Charles, porque no somos felices.  - Por eso mismo yo vivo entre bohemios pero me casé por la iglesia y solamente con una nada más. La que me interesaba porque, entre otras cosas, era virgen. ¿Soy tonto o soy inteligente, Brandy? - Eres muy inteligente, Saura. - Gracias por el cumplido pero ya lo sabía. Y ahora... ¿se puede saber cuál ha sido el verdadero motivo por el que has venido aquí después de dos largos meses de ausencia? No me digas que porque me quieres mucho porque no me lo voy a creer. - ¡Jajaja, Saura! Necesitaba tu buen humor para alegrarme un poco el día. - Sí. Sé contar chistes mejores que los vuestros pero... ¿puedes decirme qué has venido a buscar aquí?. Ya sabes que a Renata Poison la pesqué yo y es cosa privada mía y de nadie más. Por eso ya no viene más a este Café...  - Sé que ver a Renata era un gran aliciente pero no vengo por eso ya que todos sabemos que es intocable. ¿Tú recuerdas a un tipo curioso que estuvo una noche charlando con nosotros y que decía que era investigador privado? - Espera que haga memoria...  - Recuerda, Charles, recuerda...  - Me parece recordarle. Me parece que dijo algo de España. Me parece que dijo algo de Badajoz. Me parece que dijo algo de Madrid. Me parece que dijo algo de la Plaza de la Colina. Me parece que dijo algo de la Madre Catalina. Me parece que se tiró toda la noche entera sin beber ni una sola gota de alcohol y me parece que se tiró toda la noche con un café con leche nada más. ¡Aquel tipo si que me parecía un verdadero bohemio! ¡Con un solo café con leche toda la noche! Cabello bien cortado. Barba espesa pero cuidada aunque un poco silvestre. Sí. Dejó a todas con la boca abierta.  - ¿A todas? - A todas. Hasta Renata pareció más contenta que nunca así que tuve que retirarla del negocio... - ¿Y no recuerdas que te dejara alguna tarjeta de visita? - Espera, Brandy, espera que haga memoria... - ¡Vamos, Saura, recuerda! - Me parece que dijo algo de investigador privado... me parece que dijo algo de una tarjeta... - ¡Venga, Saura! ¿Te dejó o no te dejó una tarjeta? - Si me esperas un momento busco a ver si es verdad. Siéntate donde puedas porque tengo ya muchos clientes para atender.  Marlon Brandy apuró su primera copa de coñac, tomó con su mano izquierda la segunda que le sirvió Charles Saura y se fue a una esquina del Café de Nueva Atenas. Allí siguió pensando en ella: "El olor a tela quemada flotaba aún en su apartamento, y le sorprendió, porque tenía la sensación de que había pasado mucho tiempo" - ¡Eh, Marlon! ¡Despierta! ¡Deja ya de pensar en ella o no llegarás a vivir mucho! - ¡Ah! ¡Hola, Saura! ¿Has encontrado algo? - ¡Tienes suerte, sinvergüenza! ¡Aquí tienes la tarjeta! - ¡Ponme otra de coñac, Charles! ¡Hay que celebrarlo! La mano derecha de Marlon Brandy temblaba cuando tomó la tarjeta y comenzó a leer musitando para sus adentros como si le faltase el aire debido a la emoción. - José Roberto Ortero de Jumilla. Investigador Privado. Calle de los Tres Hermanos, 18. Montmartre. París.  - ¿Qué tal, Marlon? ¿Algo bueno tal vez? - Me parece que he encontrado al "Tom Ripley" que necesito. - Cuenta, cuenta, Brandy...  - Perdona, Saura, pero como dijo ella... mi imaginación funciona mucho mejor cuando no tengo que con la gente...   - Olvídala ya, Marlon. Todos sabemos que no le gustaban los hombres, que prefería a los gatos y a los caracoles antes que a ningún donjuán porque era lesbiana. - Ya lo sé, Saura, ya lo sé. A mí me la quitaron Marijane y el alcohol.  Marlon Brandy tomó su segunda copa de coñac, salió del Café de Nueva Atenas, llamó a un taxi y entró dentro de él.  - A la Calle de los Tres Hermanos, número 18, por favor.  - ¿En el Barrio de Montmartre, señor? - Efectivamente, en el Barrio de Montmartre. - Perdón, caballero, pero usted me recuerda a alguien.  - Soy el inspector Brandy de la Policía de París. - Perdón. No quise molestarle.  El taxista puso su auto en funcionamiento mientras Marlon volvió a meditar: "Nunca había conseguido hacerle comprender que haría cualquier cosa por ella". Pero prefirió ya no seguir recordando para no hacerse mas daño a sí mismo.                

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