Miró el aire que corteja tu retrato, el espacio que le da forma a tu presencia, observo tu foto y me dejo retratar por tu sonrisa, capturar por la cámara del clic te tus pupilas, es cómo si mundo de hombre me dejara llevar por un mecanismo venido de tu interior, me dejo arrastrar sutilmente a tus caprichos, eres música que flota en el ambiente, las notas sin ser llamadas acuden para dejarse escuchar melodiosas en mis oídos, canta el aire tras el impulso de las ramas de los bosques, cada árbol aunque lejano, tiene su propio ritmo, son para que vibre acompañado, son mis ángeles amigos que desde los campos cuándo era niño me regalaron ese sentimiento de escucharlos junto con los sonidos del espacio que de lo remoto vienen para dejarse de mi escuchar… 
No estoy solo, aunque aparento estarlo, siempre hay al invisible que me sigue, es el aire de alguien que respira para decirme que siga adelante entre rumores y susurros, hay las que al vibrar conversan unas suaves cómo mariposas otras tan pesadas y largas que abarcan mucho espacio, tienes un suin de acordes para dejarse escuchar siempre a ritmo de una melodía entendible, al escribir mis sentires de hombre solitario, son esas voces de ecos, de campana, de son y golpe, como de sonidos unos agudos otros graves pero entendibles para que mi mente se inspire en hacer un verso, son dictados de la naturaleza que amo, que sabes que adoro por el verde tallo, las raíces café, terrosos, color  fique o cáñamo, otras combinadas se nutren de alimento que da la madre tierra, amo el florecer sus colores vivos, tropicales y es cuando descubro a Dios, porque el es el fruto de la existencia de muchas vidas, rebaños, nidadas, nichos cada uno con un desempeño programado para sobrevivir y darnos una lección…. 
Quiero escribir mis sueños, enigmas, paradojas en ese concierto puramente literario, hasta hallar un remanso para mi felicidad, un paraíso dónde florecer con firmeza con la palabra real puesta en el eje de mis labios y que rote en los labios de mi amada con la luz mecida de mis adentros y las sombras plausibles y serenos dónde se mueve mi estructura de hombre mortal entre mortales… Necesito de ese sol que todos los días asome a mi ventana que se filtre esa luz dulce de enamorada para entregarle mi cetro en confidencia íntima, siempre, siempre que capte esa sonrisa de reina soberana para adentrarme a su mundo de mujer con mis caricias reales y soltar mi andanada de versos y notas de mi alma para confesarle paso a paso lo importe que es amar y ser amado… 
Hay si el tiempo fuera mío, pero todo es prestado, hasta la inspiración es un don que hay que alimentar para que vuele alto y ligero, sin esas alas prestadas de lo celeste y el todo creador que me dice observe cada paisaje, cada rincón, cada montaña, cada flor mecida de la naturaleza, esta la recre4ación el tuque sutil para cantar, versar, elogiar el mundo y el unirse entero, aún lo desconocido flota para intentar tener una interpretación, por ello los secretos existen, los misterios abundan para indagar de ellos y tener ciertas respuestas escondidas en una verdad a veces incierta, otras cierta, pero lo maravilloso es conversar con lo desconocido, conocer su lenguaje, adentrarse en su idioma, así ser amigos con muchas lecciones para darlas a conocer con las voces propias de nuestros sentidos… 
Quiero ser el labrador del surco, de amar la tierra que me vio nacer, de entenderla y comprenderla porque basta echar un grano de semilla para tener otros tantos y mucho más si la cuido, si estoy ahí para darle riego, extenderle abono, para quitar la mala hierba y darle oxígeno con mis sentires de un buen campesino, porque traigo el campo en mis venas, la naturaleza es mi escucha amiga y consejera, de ahí nace el canto del verso que se conjuga con todo lo que veo y observo cada día, de mi existencia, así este encerrado en cuatro paredes mi imaginación vuela a esos lares para percibir su aroma y dictados en cada escrito de mi autoría… 
El amor es cándido, el amor es un sentir que florece que da fruto, que se hace árbol fuerte y depende de las raíces si se anclan fuertes para resistir cada embate, cada avalancha, hay fuertes vientos que intentas ser borrascosos para arrancar de tajo dónde la debilidad abunda, por ende el amor necesita de raíces fuertes para no ser sacado de su morada jamás, quiero un amor maravilloso que no sea un letrado de sueños, un manojo de ilusiones pasajeras que llegan por un instante y se van viajeras dejando una estela de dudas en mi destino, lo busco sincero amoroso que salte de la dicha cuando me vea asomar, que cante y baile el corazón en su pecho y venga a mi cómo si fuera un chiquillo huérfano para llenarme de mimos, besos y mucha ternura, lo quiero alegre, festivo que me mire con los ojos de tenerme siempre a su lado… 
Ya no me dejo atrapar por los cercos de la insolencia, encarcelar por la decidía al que fui sometido por ignorancia y muchas veces peque por la inocencia de creer en los demás, brinde confianza dónde no debí entregarla, ya es tarde para llorar sobre mojado, ahora viene la reivindicación de nacer de nuevo, de tomar mi mochila viajera y llevar en ella mis experiencias sin el peso de la desgracia ni las quejas dolorosas  por lo que me hicieron pasar, cada experiencia esta oxigenada por la gracia del creador, es un eslabón más que me acompaña para mirar a lo alto, para saber que llevo lecciones a bordo que me harán maestro para pensar con inteligencia y no con negligencia e crecido porque e madurado para creer en Dios y en mi mismo y no en el mundo soterrado y maligno que me enseño a recelar y ser desconfiado.