Era un dia tranquilo, de armonicos momentos.
Me encontraba sentado en mi sofá... mirando la TV.
Suena el teléfono. Me hablaban del lugar donde
se encontraba mi esposa recluida.

Ambos teniamos mas de 50 años y ella tenia Alzheimer.
La iva a visitar todos los dias.
Ese dia me encontraba muy enfermo de temperatura,
al grado de no poderme mover de mi asiento donde me encontraba,
pero aquella voz del otro lado del aparato me indicaba:
-"Su esposa ocupa de su ayuda".
Hice un maximo esfuerzo y llegué al hospital.
Me esperaba una señorita muy servicial. Era la administradora del edificio.
Se dio cuenta de que estaba muy enfermo, me pasó a su oficina.
El medico que laboraba allí me  checó la temperatura. Me preguntó:

¿que hace aquí tan enfermo?
Tenia 34 grados, Estaba mas grave que mi esposa.
Asì no podia ayudarle y aparte mi esposa no me reconocería por su problema de Alzheimer.
Le conteste indignado:
-"No me importa que ella no me conozca, lo único que me importa, es que se quien es ella".
Mientras  esto fuera asi, cuidare de ella, por siempre...