Como amiga y representante de esta familia con miedo escénico, me he
comprometido a deciros esas palabras que uno intenta buscar en el
recuerdo y la experiencia, para adornar este momento tan especial
para vosotros, queridos N y C.
Muchos os hablaran de compromiso, de comprensión, de imaginación, de
lealtad y fundamentalmente de amor. Por supuesto. Todos ellos son
ingredientes necesarios  en toda relación...en todo pacto en el que
dos, deciden compartir una vida al lado del otro. Pero  yo hoy quería
hablaros de algo que está por encima de todos esos conceptos tan
importantes  y básicos en este camino que ya habéis empezado y que
tenéis que continuar. Quería hablaros de la Felicidad.
Comprometerse a hacer feliz al compañero de viaje, comprenderle cuando nadie le
entienda, crear nuevos mundos, pues, serle fiel y amarle nunca es
posible si dentro de cada uno de vosotros no reside la risa, el buen
humor, la positividad y la alegría...y es que a partir  de  la
felicidad, nace todo lo demás como algo natural y sin propósito.
Si no sois felices C y N. Si no sentís la dicha dentro de vosotros,
jamás podréis inventar el día a día, ni comprometeros a ser
leales y comprensivos. En definitiva, sin felicidad, nunca podréis
amar de verdad, ni dar y recibir con la plenitud que exige tal
empresa. Porque vivir a gusto con uno mismo, sentirse satisfecho con
las cosas pequeñas y apreciar lo esencial y trasmitirlo, pertenece
al orden de la vida y es lo que nos lleva a amar  en toda su
totalidad.
Siempre he pensado que este mundo ya es demasiado complicado como para le
hagamos mas difícil... negándonos a ver lo hermoso que la propia
vida nos depara todos los días con el hecho de vivir. Y como el
pasado ya no existe y el futuro es mas una improvisación que un
propósito, hacedme el favor de vivir el presente pensando que es el
momento mas  precioso de vuestras vidas. Así que... hacedme el favor
de ser muy felices y así.... no se os tendrá que desear que  los
seáis y... vivid...vivid este cuento de hadas con la toda la
intensidad que os brinda el momento. Y, si alguna vez, como en todo
cuento de hadas, la noche llena de miedos el bosque y la fuerzas no
os dejan ver el camino de vuelta a casa, recordad que no hay nada tan
poderoso y efectivo como utilizar...un buen polvo mágico.