Desearía escribir algo grande, pero al fin no se ni que podre lograr con ello. ¿A quién ayudare? ¿A quién salvare? ¿Quién lo leería? La cruel, real y egoísta respuesta a todas estas incógnitas seria a Nadie. Exacto, a nadie ayudare, a nadie salvare y nadie lo leería, simplemente sería un trabajo y tiempo perdido porque sería algo lleno de egoísmo.
Los libros no salvan vidas, no ayudan a nadie y no todo el mundo los lee; son simples objetos de pasatiempos que a nadie les importan realmente, nadie puede ver su trasfondo, su verdadero significado, y mucho menos todo lo que se invirtió en su escritura, el tiempo, dedicación y el fragmento de vida que llevo crear aquel escrito.
Nadie sabe realmente la solitaria vida que debe llevar un escritor, aunque este rodeado de mil personas siempre estará solo en su propia creación; nunca nadie será capaz de penetrar los muros de la imaginación de un ser para formar parte de esta.