EL GRAN VENTANAL.
Publicado en Mar 26, 2013
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                                                           EL GRAN VENTANAL   
El día que recibí el mensaje más extraño de mi vida lo recibí de mi novia, del amor de mi vida, el mensaje no me parecía extraño, lo extraño fue la duda que se instaló y rebotó  en mi cabeza. Atiné a responder también (con otro mensaje), con todo mi corazón. Y tres veces más que tú – dije al responder-- ella dijo en su mensaje ya lo veremos.
Le respondí te amo. Enseguida encendí un cigarrillo con fósforos que es como me gusta hacerlo, creo que lo grabé inconscientemente de alguna vieja película en verde porque en el televisor de casa las imágenes no eran blancas y negras sino verdes. Una vez listo en el sillón amarillo (lo elegimos amarillo porque toda la pieza era roja y ella dijo de la pieza parece sangre y yo dije del sillón, parece el hermoso color de tu piel, ella no sonrió, yo sí, un poco. luego salimos abrazados__ que hermosos recuerdos aquellos). Fume locomotoramente 
Luego de unos minutos, mi celular, volvió a sonar y el mensaje decía, aún estas ahí príncipe de príncipes (como las mil y una noches saben?).  Dije --no sé porque, con un poco de temor_ Aún estoy!. Porque voy para allá, y por supuesto TQM dijo Aldana.  Y tú también me quieres mucho? Preguntó. No entendí porque ahora en vez de abreviar la palabra escribió la palabra entera.
 Pensé, sentado en el sillón amarillo, que acariciaba su piel, que sentía su perfume, que la oía leyendo a Whitman.
 Las cortinas como las paredes, rojas son y ondulaban se con la música de Beethoven, y yo seguía pensando por que no abrevió esas palaras, te quiero mucho, te quiero mucho.
Sus perfumes siempre fueron los mejores, sus ropas, sus autos aún mejores. Te quiero mucho nunca lo escuche de ella. Inmediatamente, encendí un cigarro, y lo deguste, alcé la copa, será la última que beba en esta casa, mire por los grandes ventanales, el mundo está turbio, gris diría (gris porque el mundo ya no esperaba nada, de nadie. Todo estaba hecho, todo estaba listo, quieres decir algo y solo aprietas un botón y un mensaje está en china, tu mensaje puede ser visto por miles de personas en todo el mundo).
 Las nubes están opresoras y grandes, lloverá. Pensé, los niños ya no existen, somos todos grandes todos y con responsabilidades.
Por fin Salí de la casa, corrí hasta el auto  mientras enchufaba las llaves pensé si antes  abreviaba la palabra te quiero mucho poniendo solamente TQM, por qué? al preguntar si aún estaba ahí, escribió TQM y luego pregunto, y tú también me quieres mucho? Arranque el auto, sabía que vendría a matarme, aceleré alocado el auto mientras imaginaba que lo que quería decirme entre líneas era TQM o sea TE QUIERO MATAR. Eso lo deduje ya saben porque en un momento preguntó refiriéndose a ella si la quería mucho sin abreviar la palabra, pero al referirse ella a mí, escribía TQM o sea TE QUIERO MATAR. Corrí desesperado. Te quiero matar te quiero matar, te quiero matar.
Aldana entró a la casa con un hermoso ramo de flores y con libros. Y esas hermosas piernas largas.  Se sentó frente a la pared sangre y recordó a Rubén y sonreía mientras tomaba sola el café, Rubén era un loco siempre hacia cada cosa, siempre imagina cada cosa, sintió el perfume de él mientras el calor del sol se apoyaba en cada rincón, la pierna derecha con medias red  hamacaban se sobre la rodilla izquierda a la par de las ramas de guayaba. Recordó, la aspereza de la piel de Rubén, recordó también su vigor en la cama, estoy totalmente enamorada de Rubén pensó, mientras degustaba café. En la otra parte de la calle o en algún lugar del mundo Rubén seguía furiosa carrera en su auto. Aldana estaba frente a la pared roja sangre, y miraba por el gran ventanal, los niños estaban por todas partes riendo, hay árboles todavía, y gente que  se enamora a pesar de las guerras y gente que piensa en tener hijos a pesar de las pestes asesinas. Entonces vio color en el mundo y bailó a los compas de los colores, de las formas de la música de Beethoven, bailó con las cortinas, con los juncos de la laguna. Bailó con la hojas sueltas de los eucaliptos  Aldana le encontraba música a eso que Rubén le encontraba el ruido de taladros y escopetas.
El gran ventanal mostraba cosas diferentes.
Aldana por fin se desprendió de las flores que le compró a Rubén, y corrió suave con saltos lentos, rozando con sus manos las paredes rojo sangre. Se desprendió de su ropa en cada movimiento en cada delicado gesto y se arrojó en la cama esperando a Rubén. Esperando su fuerza, esperando su calor, esperando el momento justo en que Rubén le mordía las orejas, y con una mano le desprendía el sostén, y con la otra, con la izquierda todo lo que se puede imaginar y más.
Afuera donde nadie existía para Rubén ni el color, ni los niños, donde todos tenían obligaciones, Rubén y su auto se enamoraron de los tonos pasteles que ofrecía el mundano paisaje, de la pedantería, y vivieron felices, entre el color gris, las aceleradas en las esquinas de semáforos rotos, las obligaciones, y las penas.
En la cama donde tantas veces hicieron el amor Aldana y Rubén, creció un profundo vacío que amenazaba, succionar el colorido mundo de Aldana. Para convertirlo todo en blanco y negro sin opciones. Aldana cansada de esperar. Salto de la cama y salto por el ventanal.
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Foto del autor Amm hannes
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Descripción

Palabras Clave: AMOR ROJO SANGRE SEMFOROS GRIS PASTELES COLORES ALDANA RUBEN

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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