El caminante levanta sus prismáticos.
De prisa, rodea un lirio que le cierra el paso.
Anda erguido sobre vertederos de basura:
Huele mal en toda su hediondez.
Lo lleva un encantamiento y un encargo.
Quiere encontrar una tez y un abrigo.
Quiere encontrar el fin de las ferocidades.
Parece que huyera de todos y de nadie.
Se le ve malhumorado e invectivo.
Su vestimenta es la de un personaje de cuento.
Camina en su postura solitaria.
Sus pasos se pierden en la tierra.
Lleva también un catalejo y un mapa
a su paso: Garullas y apariciones.
Bebe agua y continúa flemático.
Sólo es un caminante que transita
es solo un eco que fluye en el camino.