¿Estaré apunto de cometer el mayor error de mi vida?, no lo sé, hay muchas preguntas que aletean en mi mente . He cometido los pecados más repulsivos. He blasfemado contra dios, asesinado a inocentes, violado a niños y de diferentes formas me he degradado. Pero nada es tan espeluznante como sacrificarme en nombre de la bestia y condenarme a ser uno de sus servidores. Los servidores de la bestia me dijeron que podia convertirme en uno de ellos y que luego haria lo que quisiera. A mí me prometieron admiración, vida eterna y lujos que quizás jamás comtemplaré. Desde pequeño he sufrido innumerables tragedias, el abandono de mi padre, la dolorosa muerte de mi madre y el secuestro de varios de mis familiares. Estos hechos han destrozado mi vida, me han convertido en un ser insensible que sólo piensa en sí mismo. Ya estoy listo para iniciar el ritual en el cual me sacrificaré en nombre del mal y así obtendré dinero, fama, poder, mujeres y todo lo demás que cualquier hombre ansia. Ha llegado la hora. Todos estan preparados para iniciar pero ahora me siento un poco temeroso aunque eso ya no importa. Llega el momento tan anhelado. Empieza, inmediatamente cambio de actitud, me siento seguro y con una sonrisa demuestro mi agrado al ritual, con gran admiración me cargan en una litera hecha exclusivamente para este acontecimiento. Los monjes tocan fuertemente los tambores, durante unos minutos el lugar se vuelve un ambiente cautivador. Todos demuestran su alegria y gozo con una sincera sonrisa, pero luego los monjes paran de tocar los tambores. De un momento a otro, se siente un silencio inmenso. Todos estan ansiosos. Y ahí está, viene caminando hacia nosotros. Me quedo boquiabierto. La bestia inclina sus cachos como una forma de aceptación, despues se acerca hacia mí y me sonrie. Uno de sus servidores le lleva un afilado cuchillo, con el cual me sacrificará ; y repetidamente los monjes empiezan a tocar los tambores. Los nervios me juegan una mala jugada . La bestia se rie, para él, el sacrificio es una muestra del poder de convencimiento de sus criaturas del mal, para mí, su risa refleja su amistad aunque esta es irreal. La bestia grita con evidente egolatria que el sacrificio es una prueba de su poder y es un insulto para Dios. En ese instante me doy cuenta de que estoy cometiendo un grave error y mí corazon me pide a gritos que huya de allí. Un presagio acorrala mi conciencia. No sé que hacer. La bestia o Dios, el mal o el bien, lo facil o lo dificil, la muerte o la vida, ese era mi gran dilema . Pero el tiempo se acaba, la bestia rocia el cuchillo con agua maldita y se dispone a degollarme; yo decido levantarme de la litera y salir a correr. Corrí y corrí pero posteriormente me acorralan y lucho contra varios de los monjes pero mi esfuerzo es inútil. Luego me encadenan y me llevan otravez a la litera. Seguidamente me encuentro de nuevo con la bestia y esta me mira con repugnancia y odio. Ahora sé que moriré pero la paz reina en mí corazon, encontré a Dios justamente en el ultimo momento de mi vida. Llorando y en voz alta le pido perdon a Dios, prontamente con sosiego le sonrio a la bestia, esta se llena de aborrecimiento y con sus garras me despedaza.