Matilda!
Publicado en Mar 16, 2013
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Después de que su profesora, la señorita Miel, la adoptara Matilda creció en un hogar lleno de amor, en el que ya no utilizaba sus poderes, bueno casi no.
 Cuando Matilda cumplió 15 años llego el momento de ir a preparatoria y separarse de su mejor amiga Lavanda, porque su familia se mudaría a otra ciudad, entonces se puso muy triste y ya no quería ir a la escuela porque creía que sería muy difícil encontrar nuevos amigos, pero aun así ella sabía que podía lograrlo a pesar de tener un poco oxidadas sus habilidades sociales, ya que ella solo convivía con su amiga y con su madre.
Llego el día de inicio de clases y estaba sola caminando por los pasillos buscando su salón de algebra y de pronto le preguntó un chico:
-disculpa… ¿podrías decirme donde está el salón de algebra?
-a… yo también lo estoy buscando…
-oh bueno podemos buscarlo los dos así lo encontraremos más rápido.
-claro- le dijo Matilda un poco tímida.
-perdón… soy Jess- dijo el extendiendo la mano.
-yo soy Matilda…
Los dos chicos buscaron el salón de clases, lo encontraron, pasaron y se sentaron uno al lado del otro, cuando finalizaron las clases Matilda se sentía feliz porque había hecho un amigo, llego a su casa, la señorita Miel la esperaba en la sala, cuando entro sintió que algo malo ocurría, saludo a su madre con un beso:
-siéntate cariño…
-¿Qué sucede?
-tus padres llamaron hace poco y me pidieron verte, regresaran a la ciudad por unos días.
-pero, yo no quiero verlos, ahora yo soy tu hija y ellos no tienen ningún poder sobre mi…
-lo se Matilda, pero son tus padres, deberías verlos un día, platicar de sus vidas, de todo lo que han pasado, ¿no crees?
-no, no lo creo ellos se deshicieron de mi al dejarme contigo, ¡no sé qué  es lo que quieren!
-vamos cariño, dales otra oportunidad.
-lo hare solo si tú estás conmigo.
-claro que sí.
Matilda subió a su recamara, miro el espejo, se sentía triste y pensaba ‘‘¿Por qué ahora? ¿Por qué mi familia decide volver ahora que estoy bien?’’ pensaba también en el chico que había conocido ese día por la mañana, ‘‘¿Cuál era su nombre? Claro Jess, quizá él llegue a ser un gran amigo’’
 Guardo su uniforme y se vistió para bajar a cenar.
Al día siguiente Matilda encontró a Jess sentado esperando el autobús:
-hola.
-hola Matilda, el camión ya está demorando…
 -¿en serio? ¿Porque no caminamos?
-claro, al fin la escuela no esta tan lejos.
-si- Matilda se agacho por un momento, dejo volar su imaginación lejos, pensaba en sus padres y su hermano, y se peguntaba como serian ahora, si el tiempo los había hecho cambiar, si ahora podrían aceptarla sin importar lo rara que ella fuera.
Una mano borro ese pensamiento:
-¿estás bien Matilda?
-eh? Si, si claro, es solo que pensaba en mi familia.
-¿les ha ocurrido algo? ¿Están bien?
-oh claro, claro que si no te preocupes, es solo que hace mucho que no los veo sabes, han vuelto y pronto los veré, será muy raro, después de tanto tiempo…
Matilda le conto su vida a Jess, él la escuchaba atentamente, por un momento los dos guardaron silencio, él se puso triste y sus mejillas se llenaron de lágrimas, Matilda lo veía sin saber qué hacer, saco un pañuelo de su bolsa y se lo dio:
-toma- le dijo.
-gracias.
-¿estás bien?
-sí, es solo hace un año mi mejor amiga murió, y es difícil hacer nuevos amigos, y tú eres muy parecida a ella, tal vez no en lo físico pero si en tu manera de pensar, me la recuerdas mucho.
-pues, si tú quieres seremos buenos amigos, si quieres ser mi amigo lo seremos para siempre.
-¿en serio?
-Por supuesto que sí.
Los dos sonrieron, miraron al frente y se dieron cuenta de que ya habían llegado a la escuela, Jess se veía feliz, mientras que Matilda tenía una sonrisa en su cara, pero por dentro se preguntaba: ‘‘¿pensara lo mismo cuando descubra mis poderes? ¿O me vera como un fenómeno?’’
El día se fue lento, Matilda se perdía entre sus pensamientos, en clase solo miraba  por la ventana, recordaba su pasado, y como había descubierto sus poderes, pero ellos ya no estaban tan presentes como antes, habían dejado de ser indispensables para su vida, a veces hasta olvidaba que los tenia, pero su familia volvía, y no sabía qué hacer, como actuar, por un momento intentó concentrarse en lo que al maestra decía, pero era inútil, el timbre del descanso la distrajo un momento de sus pensamientos, salió junto con Jess al comedor y se sentaron juntos:
-mira,- le dijo él -te he hecho un dibujo.
-¿en serio? Oh vaya es hermoso, ¿y quién es ella?
-es al chica de quien te hable, es Leslie.
-era muy bonita, seguro era muy divertida.
-por supuesto, ella me enseño a ser feliz.
-espero que algún día lleguemos a ser tan buenos amigos.
-ya verás que sí.
Terminó la escuela por ese día y los dos volvieron a sus casas, Matilda entró a la suya y encontró ahí a sus padres y a su hermano:
-¡hija! ¡Cómo has crecido!- decía su padre mientras la abrazaba.
Ella los miraba atónita sin saber que decir:
-¡estas hermosa!
-gracias.
-pero niña, no seas tan tímida, parece que no nos conocieras.
-no, no es eso es solo que es una gran impresión, llegaron de sorpresa.
-tan solo queríamos pedirte perdón hijita, por no saber cómo cuidarte.
-así es – dijo su padre –no sabíamos cómo tratarte ni te comprendíamos, solo queremos tu perdón para ser felices.
-yo los perdono, pero quiero seguir viviendo aquí con mi nueva madre, no quiero volver con ustedes.
-claro-  dijo su madre – nosotros lo entendemos querida, pero nos gustaría poder visitarte, claro si no tienen problema ninguna de las dos.
-claro que no – dijo al señorita Miel, mientras recogía de la mesa la bajilla de la merienda.
-¿y tú que piensas?- preguntó Michael.
-está bien, son mi familia, y aunque no hemos pasado mucho tiempo juntos sé que podemos comenzar otra vez.
Matilda se sentía feliz otra vez, era todo lo contrario a lo que ella creía que resultaría.
Al día siguiente caminaba hacia la escuela, escuchó un grito y volteó, era Jess  corriendo para alcanzarla:
-por fin te alcance- le dijo Jess entre jadeos –se me hizo un poco tarde.
-¿porque?
Iban cruzando la calle, de pronto un cachorro cruzó antes corriendo y un carro pasaba entonces muy rápido, estaba a punto de arrollarlo, en ese instante Matilda no lo pensó dos veces y salvó al pobre cachorrito con sus poderes, Jess la miró, no sabía si su mirada era de terror o de asombro:
-¡¿Qué fue eso?!
Ella se agachó, no quería verlo nunca más, porque creía que él la tomaría como un fenómeno también:
-¿estás bien Matilda? Eso que hiciste sabes, ¡fue algo grandioso! ¡Enséñame!
Ella alzó la mirada, lo veía tan feliz de saber quién era en realidad, no la veía como un fenómeno ni como un bicho raro, tan solo como una chica especial que podía mover las cosas con su mirada y su mente, algo no muy normal pero algo real:
-¿en serio?
-claro, quisiera poder hacer eso.
-yo quisiera dejar de hacerlo.
-pero, si no tuvieras esa habilidad ¿cómo habrías salvado a ese perro?
-ah… es verdad.
Hasta ese momento Matilda nunca había visto de esa manera los poderes que tenía y desde entonces se dio cuenta de que ella era una persona especial al igual que las demás, ahora ella si podría ser feliz, su familia había vuelto, la aceptaban y la verían más seguido, y ahora Jess sabía de sus poderes y compartía su secreto.
Ese verano Jess, Matilda y su familia fueron a la playa, allí se encontraron con Lavanda y le contaron todas sus aventuras, los tres se volvieron grandes amigos y sonreían mucho, Matilda pensaba que Jess jamás volvería a estar triste porque aunque había perdido a una amiga ahora había encontrado dos nuevas, y ellas lo serían para siempre, si, así como ella le había dicho cuando se conocieron.
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Foto del autor LIBIA ESTHER QUINTANILLA WENCES
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Descripción

la vida moderna de Matilda

Palabras Clave: matilda

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Fantasa



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L B R.

Interesante relato; gracias por compartirlo; espero seguir leyendole;Bienvenida a mi rincón.
Responder
March 16, 2013
 

LIBIA ESTHER QUINTANILLA WENCES

GRACIAS! :)
Responder
April 01, 2013

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