A tres aos
Publicado en Mar 10, 2013
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     Se ha dicho hasta el cansancio que nada es más doloroso que la muerte de un hijo. No existe siquiera una palabra para calificar a quienes la han sufrido.
    
     Hoy 10 de marzo se cumplen tres años del día que ha sido el día más doloroso de mi vida. Para mí, siempre será una fecha "parte aguas", aquella que marca un "antes" y un "después" y donde el "después", revela un nuevo ambiente, para bien o para mal y que el que ahora, me guste o no, tendré que transitar.  
      
      Desde luego que no soy una excepción. Mi vida se transformó radicalmente con la muerte de Natalia. En un principio, a pesar de todo el dolor,  pensé que con este evento, había tocado fondo respecto a todas las maldiciones de la vida. Estúpidamente, creí que el altísimo costo que ya había pagado, no habría más dolor, mi futuro estaría exento de penurias. ¡Claro que no es así! La vida sigue...tal cual es. Las penas se quedan en ti y nunca hay descanso, tienes que seguir luchando día a día por tu felicidad, por tu tranquilidad, por sobrevivir.
     
       Hoy mi vida  es un flujo de emociones y anhelos incomprensibles, en ocasiones vacíos, en ocasiones motivantes, siendo estos últimos, los que llevan a seguir transitando el día a día.
       Un día quiero y deseo lo mejor para mí y para los míos. Trato de ser positivo, pero al enfrentarme de nuevo con la realidad, me saboteo, me convenzo de que no son tan buenas ideas, ni siquiera buenas intenciones, sólo patéticas ocurrencias que me dejan en el mismo sitio existencial donde me da lo mismo ser o desaparecer.
     
        Hoy sólo existo, pero ya no vivo. Estoy envejeciendo voluntariamente, que es lo peor, pero también me he rendido, ahora vivo arrastrando una triste y lamentable indisposición de retar a la vida y luchar. Después de demostrarme de lo que es capaz, temo que me vuelva a apabullar y ahora sí evidencie mi cobardía y, sobretodo, mi vulnerabilidad.
      
       A tres años sin ti. Es muy cómodo y cobarde pensar que mi vida sería mejor si vivieras. Eres mi pretexto perfecto para justificar mi fracaso y frustración, pero por principio de hombre, no lo puedo aceptar ni hoy ni nunca . 
       Hoy, al escribir esto, no lo hago pretendiendo olvidarme de la fecha ni de lo que representa. Al contrario, ahora busco que, en lugar de ser la fecha en que empecé a desbaratarme,  sea la fecha en que empecé a reconstruirme y a promulgarme como un nuevo ser. Un nuevo ser por el que tú sientas orgullo, lo digo en presente porque sé que estás y seguirás conmigo, todos los días y a todas horas por el resto de mi vida. 
        Hoy dejó de ser una víctima que perdió las agallas el 10 de marzo de 2010. El evento no puede dejar de ser muy doloroso, ¡terrible! Sin embargo, ahora también será un parte aguas para confirmar mi deseo de volver a vivir, acumular todos los requisitos para merecerlo como un ser humano pleno.
       Te amo hija con toda mi alma y a partir de hoy,  voy a hacerte sentir orgullosa de mí.
 
 
 
 
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Foto del autor Juan Carlos Maldonado Garca
Textos Publicados: 109
Miembro desde: Jul 09, 2009
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Descripción

Un grito de esperanza personal para mejorar mi vida, inspirado en el ngel que tuve la suerte y la gran dicha de conocer.

Palabras Clave: Resurgimiento arrepentimiento perdn omisin dolor pena.

Categoría: Ensayos

Subcategoría: Pensamientos



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