Arde el fuego en la chimenea , tú y yo, yacemos recostados sobre el suelo,juntos ,como siempre debio ser,  permitiendo que el suave calor de los destellos carmeies abrigue nuestros cuerpos, explota, poderosa y hermosa la pasión de un beso, largo, amoroso.
Las lágrimas no de dolor ,si no de alegria casta brotan de tu bello rostro, el aire huele dulce, la esencia de tu cuerpo desnudo,con la tersa fragancia de las flores ,inundan la habitación, mescladas  , perfectas.
No puedo detener este impulso.
 
Una caricia  sobre tu vientre ,un susurro en tu oido, recorro con mis manos tu pecho y tu cuello, no quiero que te marches, quiero estar a tu lado, por toda la eternidad,por favor, concédeme ese deseo .
Una risilla traviesa brotando de tus tiernos labios, esa exquisita sonrisa,que no avandona mi mente, te abrazo con dulzura y susurro lindas palabras en tu oído.
me pides que no me marche, me dices que quieres estar a mi lado por toda la eternidad, que te conceda ese deseo.
 Un dedo sobre tus labios, reino el silencio, hablaban nuestras miradas, las palabas se tornan inútiles, y vanas, innecesarias, se funden nuestros cuerpos ante el rojo brillante de las flamas y se estremecen nuestros sentidos y hierbe la sangre, .Al fin la pasión de dos almas que se unen, en un todo universal, estalla y el tiempo pierde su final y las estrellas se estremecian de envidia y así dos almas se unen por la eternidad.