GLOSA POR LA ENTREGA ABIERTA
 
 

 
Doy lo que tengo que dar
y a veces me doy entero,
 como la dicha en los valles
y la pena en los desiertos.
 
 
Atahualpa Yupanqui
 
 
 
Yo nunca tuve fortuna
ni vínculos poderosos:
sólo sueños jubilosos
y cómplices de la luna.
No tengo mancha ninguna,
tampoco me ven llorar,
sólo mi ser sabe amar
con un ímpetu sincero.
Como no tengo dinero
doy  lo que tengo que dar.
 
 
 
 
 
No soy hombre de placeres,
ní me enseñaron los años
a brindarle desengaños
a mis tórtolas mujeres.
Yo cumplo con mis deberes
y la verdad va primero.
Doy mi corazón sincero,
eso es todo lo que tengo,
yo con eso me sostengo
y a veces me doy entero.
 
 
 
 
 
A cambio, recibo nada,
sólo penas y dolor,
gritando mi deshonor
como mortal puñalada.
Pero bebo la alborada
y silente por las calles,
busco cándidos detalles
en una sincera mujer,
para darle mi placer
como la dicha en los valles.
 
 
 
 
 
Pero si resulta mal,
con maldad y alevosía
y torna la vida mía
en un ensueño de cal,
ese numen de cristal
con dolor habría muerto
y mi corazón abierto,
de pronto, puede quedar
violento como la mar
y la pena en los desiertos.