La noche esta oscura,
El día es añejo,
mis días van pasando,
los tuyos también.
 
Arriba en el cielo
todo pierde el color
mirar el sendero se
ha vuelto un horror.
 
Escucho la tonada
de alguna canción
y mis lágrimas brotan
desde el corazón.
 
Sollozan mis ojos
de tanto dolor y
de ti sólo escucho…
¡lo siento mi amor!
 
En ese momento
el odio me abrasa y
veo que estamos a
una pequeña distancia,  
mi mente recrea
miles de escenas,
coloco en stop
la que te hará
pagar tu condena.
 
En mi mano izquierda tengo una pistola
y sin darte tiempo de nada
jalo del gatillo y la bala te perfora ,
con el mismo cinismo de alguien
que te apuñala por la espalda
mientras te miro caer
sólo puedo utilizar tus mismas palabras
“¡lo siento mi amor!”
con una sonrisa de satisfacción en mi cara.
 
Te veo en el suelo con tanta sangre a tu alrededor
y no me arrepiento siento que hecho lo mejor,
sin embargo, le doy play a mis ideas
y mi mente sigue replanteando escenas macabras.
 
Parpadeo, abro los ojos
y sigues esta vez  a una más mínima distancia
rogándome que olvide tus ofensas tantas.
 
Pidiéndome empezar de cero
como si se pudiese regalar un perro
y recuperarlo cuando se desea de nuevo.
 
 Sutilmente te digo… ¡no me toques!
... "y lárgate ahora antes que mi rabia me sofoque”...
 
-        Vete  ahora que controlo mis impulsos
quiero ver tu sangre en el suelo y tú corazón sin pulso...
 
-        ... Lárgate ahora y cierra la puerta no valla ser que me arrepienta.