Un matrimonio joven, que acab casi mal.
Publicado en Aug 15, 2009
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No habían pasado de las seis de la tarde, cuando Lety salió de su casa a trabajar.
Ese día no fue muy diferente al de ayer, ni a los demás después de ayer.
Se peleó con Marcos. Cada día era algo nuevo, el tema de esa tarde era el horario de trabajo, y todo lo demás concerniente a éste. "No me gusta que trabajes en ese lugar, no me agrada que llegues tan tarde del trabajo, no quiero que te pongas es uniforme, pareces una...", le repetía Marcos una y otra vez, y para el colmo nunca terminaba la última frase, lo que ponía a Lety a botar chispas. Parecía una grabadora
Claro que a Lety eso la tenía sin cuidado, ya que estaba acostumbrada a loas arranques de su incompetente marido. "eso me pasa por casarme tan joven", se decía cada día en el trayecto al trabajo. Pero una tarde cambió casi todo.
Marcos decidió (después de tres años de matrimonio), acompañar a Lety al trabajo. Entraron en el bar restaurante de donde Lety era mesera.
Ya se había tomado la cuarta botella y se preparaba para abrir la quinta, cuando se percató de las miradas fugaces y lascivas que le lanzaba un tipo a su Lety, por culpa del uniforme de camisa escotada, falda corta y tacones medio altos. Muy llamativo para ser mesera.
Se paró de la barra como un rayo y se acercó medio tambaleándose hacia la mesa del tipo aquel.
"¿Qué le miras a mi mujer?" le preguntó, sin prestarle atención al hecho de que su lengua se trababa en cada consonante y que un grupo de hombres de la esquina del restaurante de levantaban lentamente y lo miraban como perros.
"A ti qué te importa" fue lo único que logró decir antes de sentir el frío puñetazo en su mandíbula. Y eso fue todo.
Ya habían pasado tres días después del accidente, de que a la pobre Lety la amenazaran con perder el trabajo, y de que Marcos decidiera que era mejor no acompañar a Lety al restaurante. Tres días.
Esa tarde Lety se tomó su tiempo en atenderle el ojo morado y la mandíbula hinchada a su esposo, antes de irse al trabajo.
Eran las nueve y cuarto de la noche cuando llamaron a la puerta del apartamento y Marcos abrió. Tremenda sorpresa se llevó él.
Lety terminó el turno nocturno y se fue directo a su apartamento, en el camino pensaba darse un buen baño caliente, en hacer una lista de compras para mañana y en dormir para descansar los pies.
Se quedó de piedra cuando vio el cuerpo de su esposo tendido en la encimera de la cocina, goteando sangre, con los ojos bien abiertos, al igual que la boca. Fueron diecisiete apuñaladas, todas en el torso.
Pero lo que más sorprendió a Lety fue que no le dieron ganas de llorar. Así que se sentó frente al cadáver y lo contempló, debatiendo consigo misma si llamar a la policía o enterrarlo lejos y limpiar el desorden.
Antes de irse a bañar anotó en su lista "comprar pala, cloro y pedir el día libre".
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Foto del autor Vero
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Descripción

Un cuento, slo eso.

Palabras Clave: cuento

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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