El mundo se desordena.
Desparece ese orden para llegar el caos.
Todo se altera y entre todo ello, está tu dolor.
El mundo se desordena y con el también mi corazón.
Te oigo sufrir, y también sufro yo.

Necesito que me dejes. Que me permitas ayudar.
Que tus pocas esperanzas me dejes ayudarlas a volar.

Necesito que no te alejes, que me quieras cerca de ti.
Que tu dolor, es mi dolor, no sólo uno.
Quiero que te acerques, que llores en mi hombro.
Que busques mi consuelo, así como yo busco el tuyo.

Necesito estar ahí para que no te hundas.
Cuidar de tus lágrimas, de tus mejillas, de tu amargura.
Por que el amor que yo siento
está por encima de todas las cosas.
Por encima de una muerte, de la enfermedad
del mayor de los sufrimientos que puedas imaginar.
Necesito que me dejes, que intentes olvidar.
Formar parte de esa sangre, que corre sin cesar…
El mundo se desordena, pero solo te pido
que hasta que cada cosa llegue a su caudal…
Me dejes, me permitas, para poder intentar…
Aclarar tus dudas, secar tus lágrimas de cristal,
ayudar a que avances, luchar contra todo ese mal.
Pues si no es así, mi sufrimiento será el doble.
Si no me dejas, mi corazón entra en un redoble,
decantándose entre dejarte o sufrir más,
algo que para mi no tiene nombre.

Necesito ayudar a ese pequeño, ese inocente amor,
ese que siempre estuvo conmigo
por muy grande que fuera el dolor.
Ya no es que quiera, es que lo necesito,
tú eres parte de mí, de mis entrañas, de mi instinto.

Necesito que me dejes, animarte y hacerte disfrutar,
por que siempre fuiste lo más bonito que mi alma pudo amar.