Estar pueden frente a nosotros
despreocupadas las cosas,
formas sin formas
de esta realidad única,
inalterable,
tan falsa como a la vez
tan tangible,
dolorosa.
¿No es ésta,
acaso,
la misma realidad
que respira solo
para erosionarnos
con supersticiones
el cerebro,
para arrancarnos cada neurona
o acribillarnos en el pensamiento?
¿Deberíamos sospechar?
Soñar,
única evidencia de realidad
para mí.
Cada pizca que nos rodea,
¿Pensará?
¿Qué pensará?
Estuvimos imaginando imponderablemente,
el germen se ha expandido.
¿Qué hacemos?
Vemos lo que no está,
miramos lo que nunca existió.