Sin papel y un celular.
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Cinco cuadras y preguntándome lo linda que me veo o lo tonta que soy.
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Sino dime, mi amor, cuándo chocará la luna con el sol.
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Fue como si todos mis miedos se exteriorizaran en mi conciencia dormida: pasado, presente y futuro. Uno a uno.
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Y llegado un momento no sabés qué creer, ni podés calcular la distancia entre los pensamientos y la realidad, ni cuál es la realidad, ni cómo es, ni dónde está. Y no me apena demasiado, los sueños siempre son más apasionados: son los que te hacen hurgar en el lado oscuro de la luna y contemplar su silencio.
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Y ahora estás conmigo. Puedo sentir tu aroma a través de la piel, estoy entrelazada a vos, recién terminamos de hacer el amor. Te miro, te doy un beso, te digo hasta mañana. Ahora estás conmigo y aunque mañana despierte sin vos, vos vas a estar conmigo.
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Aunque la noche sea breve en tanta eternidad, yo quisiera eternizar la brevedad de tu beso.
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Ahí en el mar las olas me llevan a tus ojos, y desde la luna se reflejan mis ojos. Y si mirás te voy a ver,  a través del cielo voy a llegar a tus ojos. Ahí, entre la muerte y la resucitación.
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Yo sé que una mañana voy a abrir mis ojos y voy a besar tu boca, y voy a abrazar el brazo que me abraza. Y esa misma mañana habremos despertado de un sueño lleno de besos y abrazos.
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Del dolor nacen las palabras: tantos sinónimos para tanto sufrimiento. En cambio si yo de amor hablara, las callarían siempre los besos. Y eso de estar solo, anhelando un poco de ese silencio, es lo que duele tanto, si no te tengo, si no te tengo…
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Es aburrido dormir sin vos.