Me ha sucedido en el reino de las palabras
que ofendidas, por el inicuo atrevimiento
según dijeron, de mis escritos.
fui expulsado a la fosa censúrea,
allí donde la insignificancia estruja las voces
y los aullidos se desntegran
en dolores intestinales.

Me ha sucedido, digo
que las mariposas pierden los colores de sus alas
y se rehúsan a volar en los jardines
esos que yo visité y ahora se diluyen en petróleo.

Quizá el fuego de un insecto fénix encienda las luces
o el pequeño volcán de una galaxia minúscula
logre irradiar en el ojo cansado de mi ego.

Me he puesto a observar el paso de la manada;
corren los lobos con alas de buitres, corren
y volando sobre los montes se apropian de la nube.
Ella los integra mientras el tornado gira, y gira,

Cae la manada, cae, cae
y sobre los aŕboles de un bosque inconcluso
vienen en su auxilio las hadas mensajeras
del reino de las palabras,

Ellas levantan la hierba en un jardín de flores.

He aquí la pradera luminosa.
que yo dejo a mis espaldas.