Si el cielo  no despidió los rayos del sol,
si  observo en el horizonte
la huella inconfundible
de su marcha lenta e incansable.
Si los colores saben confundirse
pintando el atardecer de pasteles increíbles,
si los pájaros aún no se refugian en sus nidos
y las estrellas no nacen...
Si el aire me recorre,
helando el espacio entre mis dedos extendidos,
despeinando mi cabello opaco,
y moviendo mis hilachas eternas y cansadas.
Si aún respiro...
¿Por qué siento
que la quietud inmensa de la noche me contagia?
¿ Por qué si adivino colores
solo veo sombras?
¿Por qué no percibo otro sonido
más que el llanto mío?
¿Es que no laten mis sentidos?
Si aún respiro...
¿Por qué se desgarró mi alma?
¿Qué busca el aire haciendo remolinos
si solo hay huecos, profundos y vacíos?
¿Por que la savia 
insite con su recorrido, 
si marchita como estoy,
da lo mismo?
¿Por qué se extiende la agonía,
si sé que es definitivo?
¿Por qué llamarte?
¿Por qué respiro?