Mi primera vez
Publicado en Aug 12, 2009
Prev
Next
¿Cómo relatar nuestro primer encuentro?
Si apenas tenía catorce años, todo un inexperto.
Había ido de visita al pueblo de mi tía abuela,
cuando la necesidad del cuerpo, del conocimiento,
venció a la prudencia, a la moral y la cautela.
Me encaminé a los suburbios del pueblo,
pueblo chico, donde todos se saludan,
donde todos se conocen, hasta los que no se frecuentan.
Iba caminando receloso, con temor, sintiendo las miradas,
mientras me saludaban sonriendo, y sin volver mi vista atrás,
sentía el cuchicheo y el gesto de reprobación
de todos los que se cruzaban,  como un  dedo acusador,
que decían a viva voz, ¡ese es! ¡el sacrílego, el profanador!
Yo en sí, no sabía bien que iba hacer, pero sentía la emoción
del que lo hace por primera vez, del que va debutar.
Caminé las  veinte cuadras que separaban al pueblo de la ruta,
y me puse a caminar por la banquina, lleno de alegría divisé el bar,
al lado de la estación, donde paraban los camioneros.
Quería llevarme el mundo por delante, y me quedé en el mostrador.
Mujeres, si las hubo, fue en otro tiempo, en otra hora, otra vida,
después me enteré que estaban trabajando en las rutas.
Pero de ahí no me iba a ir sin debutar, aunque sea en algo.
Miré los parroquianos que me miraban divertidos,
miré al que estaba a mi lado, tenía un vaso de vino.
En ese momento otro se paró a mi lado y un sodeado pidió.
Lo miré al que atendía, y simulando una voz serena,
“Para mí que sea lo mismo”. “Blanco o Tinto” inquirió,
y ahí tomé una decisión para el resto de la vida. “Tinto”.
Fui con la intención de hacerlo con una mujer de color,
no me iba a salir de la línea de mi primera intención.
Llegó el hombre, tenía un vaso a la mitad con un líquido negro,
me lo puso al frente junto a un sifón con soda.
Lo miré, miré al del lado, el otro llenó su vaso con el sifón;
observé mi vaso y pensé: “Vamos a ver que tal quedás solo”.
lo probé, no sabía del gusto del beso de una mujer,
pero en ese momento creí que así debía ser,
un gusto dulce me recorrió los labios y el paladar;
dulce y fresco a la vez, sin ser pastoso, suave y terso.
Degusté mi primer sorbo de vino, como si fuera un Pinot extra añejo.
Cuando di el segundo sorbo, de Pinot pasó a vino de mesa,
y para el tercero, sólo la soda hizo que pasara el tragadero.
El cuarto, el quinto y los demás, fueron sin recuerdos,
lo único, las piernas se me aflojaron un poco, o sea un  terrible mareo.
Cuando salí caminando despacio, como meditando cada paso,
el aire fresco de la ruta, más que despejarme, me aturdió.
Miré las cosas que tenían como un brillo nuevo,
todo era color, bajé caminando despacio hacia el pueblo.
No había debutado como hubiera deseado, después lo logré,
pero en cierta forma debuté, debuté con mi primer vaso de vino
que,  aunque no fue de lo mejor, me abrió camino a un mundo de sabor.
Página 1 / 1
Foto del autor Orlando Jos Biassi
Textos Publicados: 81
Miembro desde: Jul 13, 2009
0 Comentarios 608 Lecturas Favorito 0 veces
Descripción

Siempre hay una priemra vez... para todo

Palabras Clave: Primera vez Mujeres Vino

Categoría: Poesa

Subcategoría: Poesa General



Comentarios (0)add comment
menos espacio | mas espacio

Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.

busy