Anclada en una vida silenciosa que parece infinita, los cuerpos giran a mi alrededor, las lunas cambian, los soles suben y en el medio de una multitud grito con todas las fuerzas de que soy capaz y nadie escucha... lo peor es que nadie me ve. Camino buscando quitar esa opresión dentro mío y todo parece lo mismo, el vacio absorbe, golpea y va marchitandome de a poco sin poder hacer nada, sin querer hacer nada. El corazón sigue latiendo mecanicamente pero ya no se puede llamar corazón es solo una maquina más que me mantiene en este lugar gris que a veces parece calido. Sigo caminando, corro, pero no tengo a donde ir, no veo nada detras de mis ojos y me asusta.En las noches tu recuerdo a veces me alimenta, pero solo por compasión, por hacerme creer que alguna vez fui humana, que esta existencia aún así valió la pena... pero no es suficiente porque tu imagen se desgasta y cada vez te volves más invisible. Mis oidos ya no logran escucharte y he olvidado el tono de tu voz, el ritmo de tu risa y la luz que proyectaban tus ojos en la oscuridad.Yo espero... otros dos mil años a encontrarte o encontrarla a ella para que me libere de todo cuanto he vivido, y cuanto he muerto. Asi dejaras de venir a verme en mis sueños y podrás irte contigo para volver a buscarte.