La pluma india de Rubén Darío.
Publicado en Dec 09, 2012
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La pluma india de Rubén Darío.
En Las palabras de la tribu de Francisco Umbral
Memorias literarias.
 
Indio con entorchados ( casi se le adivinan los pies descalzos por debajo del uniforme diplomático), negro con alma de princesa  cachonda y pianista ( negro le llama Valle-Inclán, que tanto robó y plagió de él), cuaco idealizado, fabuloso derrumbe humano que iluminó Madrid, que habitó París, que se irguió frente al mar latino, congestionando la trascendencia pálido bajo su color indio, robusto de persona y esbelto de corazón. Impar como una ruina, precolombino y único.
 
Aunque su mercancía es el Modernismo, lo que realmente  trae Rubén es algo más profundo y difundido, nada menos que la modernidad. Poseé una cosa inaugural y festival del que vuelve la esquina de un siglo, es el quicio humano por el que nos asomamos a lo venidero y no sólo entonces sino todavía hoy; el quicio en que se apoyan para sobrevivir y sobrevivirle, Juan Ramón, Valle , Villaespesa ,  y así hasta nuestro inmediato  Vicente Aleixandre.
Rubén es el que mata a Campo Amor, a Nuñez de Arce, a los neoclásicos  escayolados y a los últimos románticos de peluche. Rubén es el que mata con un verso , como una flecha al destartalado  Menéndez  Pelayo y al rupestre Unamuno . Ambos se equivocaron con él y sobre él , por no decir el pobre Clarín , de un provincianismo jíbaro , preso de su mala musa ovetense.
Uno de ellos dijo una vez que Rubén Darío todavía se le veía la pluma de indio por debajo del gorro de embajador , pero esa pluma que era cierta, la clavaría él dulcemente , larga pluma de cóndor, águila sideral de Neruda, en el pecho de fieltro de nuestros eruditos , en el chaleco sucio, café  con leche, fideos, y subjuntivos, ceniza de tabaco solterón . Bien se vengó Rubén Darío, y bien dulcemente.
 
Lo suyo baja de Francia , Víctor Hugo, Baudelaire, Verlaine,  pero sabe meter todo eso en la gracia, el aire y la austeridad  del romance castellano. Devuelve la poesía a la música , devuelve la música al hombre.
Rubén Darío crea  una nueva sensibilidad, un temblor de domingo con cisnes, un calambre que recoge la sociedad española, llenan las revistas e inventa los cafés. Creíamos que nos faltaba otra cosa , la política  o el tabaco, y lo que nos faltaba era la música, perdida tras el aleteo fugaz de Bécquer. Poniéndole música a aquella España en prosa, nos devolvió asimismo el español a los españoles, y él parece el inventor de la palabra ( nenúfar) , que ya estaba inventada , sin haber visto nunca nenúfares
“Que púberes canéforas te ofrenda el acanto ”( De todo el verso, solo he entendido  el que .. diría García Lorca.) Qué ramo de palabras recién golpeadas contra el agua , como rosas grandes o mujeres desnudas. Es la sintaxis, siempre la sintaxis , una sintaxis nueva que reinventa el mundo. La sintaxis del poeta no es sino la matemática de la música. Porque el poeta no ha de tener musa, como dice el tópico sino música.
Rubén edifica siglos , mundos , pasados, presentes, futuros, y todo acaba girando ordenadamente dentro de un mismo poema de Rubén . Es el que descubre que toda rima con todo en la naturaleza.
 
En Madrid  le escoltan a Rubén dos jóvenes poetas, Juan Ramón Jiménez y Francisco Villaespesa. En Madrid le escoltan a Rubén un caballero del Greco y un desvencijado del modernismo. Los tres entran y salen mucho de las pensiones de la calle de Jacametrezzo, donde también había vivido Ganivet.
Juan Ramón Jiménez  es un modernista adolescente  que quiere tomar de Rubén , la música más que el ruido , la melancolía mas que la alegría. Aquella alegría violenta y tristísima del indio. Juan Ramón prolongará el modernismo pero un modernismo interior , spiritual que es ya romanticismo, a lo largo de toda su obra .
En el 1898 Rubén Darío viaja a España, entra en la vida española , pisa los pueblos, bebe las aguas finas de Friofrío de Ávila, mientras el Modernismo se  resguarda del frio abrizada en el arpa de los salones .
Los del 98 eran patriotas  de la patria, y Rubén era patriota del mundo , universalista , porvenirista , novador.
A Azorín le preocupan las viceversas de la vida. A Rubén le interesa, como mucho más tarde a Dalí, desacreditar la realidad. Efectivamente , todo genio  revolucionario, Nuevo, todo el que entorna un siglo y abre  otro ( y no hablo del calendario), es el hombre que deserta de la realidad dada, que trae una realidad nueva, no se sabe de dónde. El político, si es grande , el sabio, el poeta , el artista, no son sino vectores  por donde una realidad  no es sino una convención por una realidad verdadera, hasta que también se vuelve convencional.
 
Rubén como Hugo, como Leonardo, como Picasso, trae su propia realidad consigo, ese espejo que llevan a la espalda los vidrieros de jean Cocteau y en los que se refleja la vida de otra forma , otra vida mientras ellos hacen un pregón de cristaleros por las calles. Rubén  es ese cristalero que trae a la espalda un espejo grande, transparente y limpio en el que la ciudad al reflejarse, y a es otra. 
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Foto del autor doris melo
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Descripción

Ensayo de Francisco Umbral en el libro Las palabras de la tribu. Unas memorias literarias llenas de vida , anécdota, sabiduría, gente, personajes, audacia, cultura, violencia, gracia y destrucción. de la editorial Planeta 1994

Palabras Clave: memorias ensayos críticos juicios audaces y destructivos en algunos casos.

Categoría: Ensayos

Subcategoría: Análisis



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Singer

buenos textos los tuyos, me han gustado, he leido algunos...pase un buen rato leyendolos, y me ilustre mucho...
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December 12, 2012
 

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busy